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2003-01-01

Editorial

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  • Dolly Montoyca Castaño Profesor Asociado
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EDITORIAL
El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología es la máxima instancia del Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCT), este se ha venido consolidando en las dos últimas décadas a partir de iniciativas como la Segunda Expedición Botánica en el gobierno de Belisario Betancourt, la Misión de Ciencia y Tecnología, la Ley de Ciencia y Tecnología y la conformación de los once programas nacionales en el gobierno de Virgilio Barco, la Comisión de Sabios del gobierno de César Gaviria y los planes de desarrollo de los gobiernos que en estos veinte años han dado algún nivel de prelación y relevancia a la ciencia y la tecnología como factor de desarrollo. Todas estas políticas han buscado, además, el fortalecimiento de COLCIENCIAS como entidad con una misión clara respecto al crecimiento en ciencia y tecnología y la interacción de este sector con el gobierno y con sectores sociales como la educación, la salud, el sector productivo y la sociedad en general. El crecimiento en todos los componentes vitales del SNCT ha sido sostenido, tomando como base la formación de recursos humanos a partir de esfuerzos de universidades, el mismo COLCIENCIAS, que ejecuta planes de formación al más alto nivel en escuelas líderes en el mundo en cada campo del saber, y el papel preponderante del ICETEX y de COLFUTURO que han favorecido la formación de colombianos en el exterior en programas de posgrado. Así mismo, la creación y el fortalecimiento de programas de posgrado en universidades colombianas ha estado enmarcado en iniciativas, unas más y otras menos exitosas. Casos como el Programa BID - ICFES que infortunadamente arrojó resultados poco relevantes que dieron al traste con la iniciativa y perdió la opción de continuidad, contrastan con otros casos como el Programa BID - COLCIENCIAS. En el año 2002 COLCIENCIAS adelantó una estrategia de apoyo a los programas nacionales de doctorado, en una iniciativa conjunta y con recursos del Banco Mundial y de la SECAB. De esta manera se financió la dotación de infraestructura, la movilidad de candidatos a doctor e investigadores y se otorgaron becas para estudiantes.
Uno de los componentes del SNCT que mayor desarrollo ha logrado es el de la biotecnología, como quiera que su desenvolvimiento en nuestro país apenas si llega a veinte años, reconociendo que contó con bases importantes en el momento que se iniciaron trabajos en aplicaciones de la biotecnología a la salud, la agricultura y la industria. Uno de los mayores impulsos se dio con la creación del Programa Nacional de Biotecnología (PNB) a finales de la década de los ochenta, como parte de los once programas del SNCT; hito que puso a la biotecnología a nivel con los demás programas de los diferentes campos del saber.
El PNB fomentó la creación y consolidación de grupos de investigación y de centros de investigación y desarrollo tecnológico, promovió redes temáticas, se vinculó a programas internacionales como el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Trieste y programas de biotecnología como los de la OEA y la CAF. Sin duda, el PNB ha facilitado la vinculación de grupos y centros a programas internacionales que no fueron coordinados por COLCIENCIAS pero que encontraron en el PNB un soporte y argumento pertinente para postular la participación de grupos nacionales en iniciativas internacionales. Cabe destacar el Programa de Biotecnología para América Latina y el Caribe de la ONUDI y UNESCO, el Programa Colombiano de Biotecnología Agrícola que apoya el Gobierno de Holanda, programas del ISNAR y programas de la FAO, entre otros.
Es en el sector agrícola donde se concentran las mayores capacidades en biotecnología en nuestro país, tanto en grupos universitarios como en los centros de investigación vinculados a gre­mios de la producción, como los cafeteros con CENICAFE, los cultivadores y procesadores de la caña de azúcar con CENICAÑA, y otros gremios que han conformado capacidades de investigación y desarrollo y destinado recursos provenientes de impuestos parafiscales. Sin embargo, en este contexto gremial aún es necesario realizar esfuerzos por hacer más competitivos y sostenibles los diversos sectores de la producción agrícola, esfuerzos que necesariamente deben incluir la investi­gación como factor de desarrollo y competitividad.
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REVISTA COLOMBIANA DE BIOTECNOLOGÍA Vol. V N° 1 Julio 2003
A instancias de la Ley de Ciencia y Tecnología surgen en la segunda mitad de la década de los noventa varias corporaciones, tres de ellas con el entorno de la biotecnología: la Corporación de Investigaciones Biológicas (CIB) de Medellín, que ya existía y toma este marco de referencia, la Corporación BIOTEC de Cali y la Corporación para el Desarrollo Industrial de la Biotecnología de Bogotá. Estos tres entes han mantenido su vigencia, con logros en diferentes campos e impactos relevantes en el sector productivo.
En el 2001 por iniciativa de COLCIENCIAS se constituye la Red de Centros de Desarrollo Tecnológico especializadas en Biotecnología, que integran además de la CIB, BIOTEC y CORPODIB, el Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional de Colombia. Esta iniciativa, de carácter abierto, promueve la ejecución de proyectos cooperativos con miras a construir fortalezas en la transferencia e industrialización de productos o servicios generados por estos centros, es decir, colocar en el mercado productos generados por el SNB. La Red es un mecanismo que permite integrar y potenciar esfuerzos del PNB con otros programas nacionales como el de Innovación y Desarrollo Tecnológico, así como con los programas del SENA que surgen a partir de la Ley 344 de 1996 y de la Política de Contribución al Desarrollo Tecnológico del país.
La Revista Colombiana de Biotecnología es otro elemento que contribuye a la difusión y el desarrollo de la biotecnología en nuestro país, así como lo hace el Congreso Colombiano de Biotecnología, cuya primera versión se realizó en el 2002 y que contará en el año 2004 con su segunda versión. En el caso de las revistas, es de destacar el trabajo realizado por COLCIENCIAS en cuanto a la indexación de revistas nacionales; existen visiones diferentes sobre este proceso pero no cabe la menor duda que es necesario contar con esta acreditación de nuestras publicaciones, por lo que debe fortalecerse y consolidarse.
Desde otro ámbito, COLCIENCIAS ha realizado diversas convocatorias para grupos y centros de investigación, como mecanismo de acreditación de quienes integran el SNCT. Los resultados han dado origen a controversias, lo que era previsible por la diversidad de saberes, las diferencias marcadas de oportunidad y capacidades y la complejidad en los indicadores que califican la investigación. Con el surgimiento del Observatorio de la Ciencia, se viene construyendo un nuevo sistema de acreditación de la investigación del que la comunidad que integra el SNCT espera resultados con total credibilidad, que reflejen el estado de desarrollo de la ciencia y la tecnología del país y que permitan establecer la contribución de este sistema al desarrollo del país.
Un componente adicional al SNCT lo constituye la existencia de un marco legal en cuanto a propiedad intelectual que genera confianza entre los inversores y los grupos de investigación, para el desarrollo de nuevas tecnologías y la protección que estas requieren. Sin embargo, quizá por lo reciente de la expedición de las normas, se presentan tensiones e imprecisiones en cuanto a las instancias nacionales encargadas del acceso a los recursos genéticos, materia prima fundamental para los desarrollos biotecnológicos. Si no se resuelven satisfactoriamente los requerimientos para el acceso a recursos genéticos y se hacen viables los procedimientos de propiedad intelectual aso­ciados a ellos, la biodiversidad, que es una ventaja, podría dejar de constituirse en factor de desa­rrollo para el país.
Contamos pues con un relevante nivel de desarrollo en nuestro Sistema Nacional de Biotecno­logía, nivel que puede crecer en forma muy significativa. El país se ha fijado en la biotecnología como generadora de oportunidades de desarrollo a todo nivel, en especial en lo que hace referencia a conocer y valorizar nuestra biodiversidad, por lo tanto, debemos partir de reconocer y valorar el camino recorrido pero, de igual manera, debemos reconocer que son muchas las posibilidades y mucho el conocimiento que se debe generar para que el impacto de la biotecnología sea mayor de lo que hasta ahora ha sido.
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EDITORIAL
Políticas en ciencia y tecnología se han formulado, lo que está incidiendo en el poco impacto de estas políticas son los instrumentos que se han desarrollado y, ante todo, los muy bajos recursos que asigna el Gobierno al Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, decisión política que tiene un efecto muy negativo y que no se compadece con el crecimiento del Sistema y con el esfuerzo de sus actores. Por su parte, el Sistema debe buscar mayor presencia social, generar impacto social, reivindicar socialmente sus logros y buscar incidir en forma determinante en la toma de decisiones y la definición de políticas.
Uno de los recursos importantes con que no contamos y que es indispensable para que nuestro sector biotecnológico complete la cadena de generación de conocimiento y la evolución de éste hacia tecnologías, es una unidad de innovación que cuente con una planta semi-industrial que permita completar los desarrollos tecnológicos o desagregar las tecnologías que el país decide implantar en el sector productivo ligado a la biotecnología.
Otras capacidades que debemos desarrollar, se asocian a la comercialización e industrialización de nuestros propios desarrollos y a la apropiación para el país de desarrollos alcanzados en otras latitudes, lo que hoy se denomina bionegocios. Esta estrategia resulta de primer nivel de prelación, para hacer más pertinentes los trabajos de nuestro Sistema Nacional de Biotecnología como generadores de desarrollo. En la misma vía se podría decir que es importante la conformación de un gremio del sector productivo que agrupe a la industria biotecnológica, que propenda por la ampliación de las capacidades de las empresas en este campo del saber y que participe en la construcción de oportunidades de desarrollo a partir de nuestros recursos genéticos.
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Castaño, D. M. (2003). Editorial. Revista Colombiana de Biotecnología, 5(1), 3–5. https://revistas.unal.edu.co/index.php/biotecnologia/article/view/586

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[1]
Castaño, D.M. 2003. Editorial. Revista Colombiana de Biotecnología. 5, 1 (ene. 2003), 3–5.

ACS

(1)
Castaño, D. M. Editorial. Rev. colomb. biotecnol. 2003, 5, 3-5.

ABNT

CASTAÑO, D. M. Editorial. Revista Colombiana de Biotecnología, [S. l.], v. 5, n. 1, p. 3–5, 2003. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/biotecnologia/article/view/586. Acesso em: 20 abr. 2024.

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Castaño, Dolly Montoyca. 2003. «Editorial». Revista Colombiana De Biotecnología 5 (1):3-5. https://revistas.unal.edu.co/index.php/biotecnologia/article/view/586.

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Castaño, D. M. (2003) «Editorial», Revista Colombiana de Biotecnología, 5(1), pp. 3–5. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/biotecnologia/article/view/586 (Accedido: 20 abril 2024).

IEEE

[1]
D. M. Castaño, «Editorial», Rev. colomb. biotecnol., vol. 5, n.º 1, pp. 3–5, ene. 2003.

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Castaño, D. M. «Editorial». Revista Colombiana de Biotecnología, vol. 5, n.º 1, enero de 2003, pp. 3-5, https://revistas.unal.edu.co/index.php/biotecnologia/article/view/586.

Turabian

Castaño, Dolly Montoyca. «Editorial». Revista Colombiana de Biotecnología 5, no. 1 (enero 1, 2003): 3–5. Accedido abril 20, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/biotecnologia/article/view/586.

Vancouver

1.
Castaño DM. Editorial. Rev. colomb. biotecnol. [Internet]. 1 de enero de 2003 [citado 20 de abril de 2024];5(1):3-5. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/biotecnologia/article/view/586

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