Publicado

2011-07-01

La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal

DOI:

https://doi.org/10.15446/historelo.v3n6.25140

Palabras clave:

Reacción conservadora, federalismo, religión, liberalismo y Antioquia. (es)

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Autores/as

  • Juan Guillermo Zapata Avila Universidad Nacional de Colombia

 

El presente artículo expone cómo se produjo en Antioquia el proceso de reacción conservadora a las reformas liberales que se emprendieron en la Nueva Granada a mediados de siglo XIX. En el contexto histórico se referencia un discurso político que enfrentaba dos ideologías que comenzaban a consolidarse, a partir de la emergencia de los partidos políticos. El texto analiza los diferentes discursos que se emitieron a lo largo de la revolución conservadora, que en buena medida configuraron la conciencia política de Antioquia. Provincia que se convirtió en epicentro del accionar conservador en el país, ya que, después se crean las bases, no sólo para asegurar un discurso y una ideología política propiamente conservadora en esta provincia, sino también, una serie de estrategias electorales que favorecieron al conservatismo en esta parte del país. 

Palabras claves: reacción conservadora, federalismo, religión, liberalismo y Antioquia.

 

Conservative Reaction: Ideological Processes and Referents from the Conservative Party Opposition to the Liberal Party Reformism

 

Abstract

This article shows how it was originated in Antioquia the conservative party reaction process against liberal party reforms; reforms undertaken along the New Granada in the mid 19th century. In the historical context it is mentioned a political speech which faced two ideologies that were starting to be shaped due to the political parties emergency. The text analyses the different speeches broadcasted during the conservative party revolution that in a large extent shaped the political conscience in Antioquia. Antioquia became the headquarters  for the conservative party, as later are created the basis for ensuring not only an strictly conservative political view, but also the election strategies that helped the conservative party in that region of the country.

Keywords: Conservative Reaction, Federalism, Religion, Liberal Party and Antioquia.

Artículo

La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal

Conservative Reaction: Ideological Processes and Referents from the Conservative Party Opposition to the Liberal Party Reformism

Juan Guillermo Zapata Ávila*

* Sociólogo de la Universidad de Antioquia, Politólogo y Magíster en Historia de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín. Actualmente es docente ocasional del Departamento de Ciencia Política de la misma universidad. Correo electrónico: jgzapata@unal.edu.co

Recepción: 20 de octubre de 2011 - Aceptación: 18 de noviembre de 2011. Páginas: 97-126


Resumen

El presente artículo expone cómo se produjo en Antioquia el proceso de reacción conservadora a las reformas liberales que se emprendieron en la Nueva Granada a mediados de siglo XIX. En el contexto histórico se referencia un discurso político que enfrentaba dos ideologías que comenzaban a consolidarse, a partir de la emergencia de los partidos políticos. El texto analiza los diferentes discursos que se emitieron a lo largo de la revolución conservadora, que en buena medida configuraron la conciencia política de Antioquia. Provincia que se convirtió en epicentro del accionar conservador en el país, ya que, después se crean las bases, no sólo para asegurar un discurso y una ideología política propiamente conservadora en esta provincia, sino también, una serie de estrategias electorales que favorecieron al conservatismo en esta parte del país.

Palabras claves: reacción conservadora, federalismo, religión, liberalismo y Antioquia.

Abstract

This article shows how it was originated in Antioquia the conservative party reaction process against liberal party reforms; reforms undertaken along the New Granada in the mid 19th century. In the historical context it is mentioned a political speech which faced two ideologies that were starting to be shaped due to the political parties emergency. The text analyses the different speeches broadcasted during the conservative party revolution that in a large extent shaped the political conscience in Antioquia. Antioquia became the headquarters for the conservative party, as later are created the basis for ensuring not only an strictly conservative political view, but also the election strategies that helped the conservative party in that region of the country.

Keywords: Conservative Reaction, Federalism, Religion, Liberal Party and Antioquia.


División de la provincia de Antioquia y la revolución conservadora: a modo de antecedentes y contexto

En el marco de las reformas liberales, fuertemente vinculadas con la llegada de las ideas políticas francesas, el pensamiento revolucionario y el republicanismo radical, la Provincia de Antioquia fue objeto de intervención del Estado en materia de su reestructuración político-administrativa, lo cual desembocó en un proceso de división territorial de la provincia a partir del año 1851. En este contexto sociopolítico, Antioquia sufrió modificaciones importantes en cuanto a su configuración territorial; situación que provocó hechos de gran importancia en materia social y política. Luego de la aprobación legislativa de la división de la provincia de Antioquia en Antioquia (Santa Fe), Medellín y Córdova, los nuevos territorios provinciales también fueron escenarios de la llegada de referentes revolucionarios de la Francia de 1848. El proceso, de transformación de la Antigua Antioquia a la Nueva Antioquia, dividida en tres espacios territoriales diferentes, constituyó un elemento de amplia discusión a través del lenguaje político de la época, que de alguna manera también hizo referencia a los influjos ideológicos que se fueron consolidando en el ideario político de la época. Este fue uno de los tantos resultados de los procesos reformistas del gobierno liberal,1 que se utilizó como factor de discordia dentro de las prácticas discursivas a favor o en contra de los influjos provenientes desde Francia.

La más férrea oposición al proyecto de división de la provincia emprendida por los liberales, se manifiesta con la Revolución Conservadora de 1851 en cabeza de su principal caudillo, el general Eusebio Borrero:

Si los ilusos han pretendido en su maña feroz destruir nuestra verdadera i santa relijion, aboliendo el culto por medio de leyes inícuas para abrir el paso al detestable socialismo i sustituir el evangelio que civilizó al mundo con las infames doctrinas de Proudhon i Sainte-Simon que lo conducirían a la barbarie. Es, pues, la religión de nuestros padres la que vamos a defender unida a nuestros caros derechos sociales (Borrero 1851, 3).

En Antioquia el asunto de la separación de la provincia se articuló al discurso religioso que reivindicaba los derechos perdidos por la Iglesia precisamente durante el reformismo liberal, situación que se hizo manifiesta durante el proceso de rebelión conservadora, emprendido a partir del 1 de julio de 1851. Aunque el discurso revolucionario se sustentaba en el tema del federalismo y la defensa de la Iglesia Católica, es cierto que detrás de esta situación se escondían los temores conservadores a perder su caudal electoral ante la división de la provincia. Los liberales por su parte, se encargaron de promocionar la división de la provincia con muchos meses de anticipación, acudiendo al discurso de la consolidación del progreso y del desarrollo sobre el estancamiento conservador.

[…] los partidarios de la division, pensamos mui diferente; creemos que debe tratarse de estender sus habitantes en sus bellos, i desiertos campos donde á mas de la minería se encuentran otras mil ramos de industrias; creemos que la unidad de Antioquia es la causa que sus pueblos estén decrépitos; porque no son mas que proveedores de la renta que tienen al lado, i ellos no tienen ni un brazo que los proteja, ni un soplo siquiera de progreso, por que ¿qué mejoras podrá promover el Gobernador que está en Medellin en el canton de Salamina, por ejemplo. […] No creemos que deba reputarse como una razon, que porque durante 40 años haya traido una marcha progresiva la provincia de Antioquia, deba seguir lo mismo. […] somos verdaderamente liberales i creemos que si se puede variarse su órden de cosas de modo que en adelante siga una marcha mas rápida, positiva i jeneral de progreso […] (Anónimo 1850, 4).

Algunas publicaciones liberales se adelantaban al proceso de oficialización de la división de la provincia, argumentando la necesidad de consolidar la descentralización económica y política, que desde este discurso estaba enfocada hacia la consecución del proyecto federal en el país, pero como referente concreto, de la unidad y felicidad del país natal:

La suerte de Antioquia va á decidirse tal vez. Diputados á la Cámara Provincial de Antioquia va á fundarse: la suerte de Antioquia: la suerte de Antioquia va a decidirse tal vez. ¡Diputados de la Cámara Provincial de Antioquia! de vuestro patriostismo, de vuestras luces, de vuestra union sobre todo para acallar los gritos de las pasiones i dejar oir la voz dulce de la esperanza, está pendiente el porvenir de este país […] vosotros vais á plantear el magnífico pensamiento de DESCENTRALIZACION FINANCIERA, que debe conducir un dia no lejano á la DESCENTRALIZACION en todos los ramos del Gobierno. Vosotros vais á crear la médula de este cuerpo naciente… ¿qué os importan en vuestras discusiones ecsijencias de partidos? vosotros no debeis tener mas que un designio común: la felicidad futura de vuestro país natal (Véritas 1850, 8).

La división provincial se convirtió en un tema de gran importancia para el debate político. Tanto liberales como conservadores se mostraron a favor o en contra del proyecto, dependiendo del momento histórico en el cual se llevó a cabo. Fue así como los conservadores impulsaron el proyecto de división de la provincia ante el Congreso de la República en 1844 cuando detentaban el poder nacional, con la férrea oposición de los sectores liberales que finalmente torpedearon su consecución. Años después, durante la administración liberal de José Hilario López, cambiaron las posturas de ambos partidos, al asumir los liberales la promoción del proyecto de división y los conservadores la oposición al mismo. Luis Javier Ortiz lo afirma del siguiente modo: "Podría afirmarse que las localidades dominadas por liberales eran partidarias de la subdivisión de Antioquia, en cambio los jefes de las localidades conservadoras se oponían a ella. Estando el Gobierno Central en poder de los liberales, y así mismo el de la provincia, la ley de subdivisión se llevaría a cabo de todos modos" (Ortiz 1985, 17).

Esta modificación de postura en los partidos, demuestra que en el fondo ambas colectividades estuvieron siempre de acuerdo con la división de la provincia y que más allá de consideraciones ideológicas, el cambio de actitud frente al tema se debió a cálculos electorales que tanto liberales como conservadores hacían de dicha separación. En el caso de los conservadores, se puede apreciar un cálculo electoral pues, en diversas publicaciones de la época es evidente el análisis de la intención de voto en cada cantón de las nuevas provincias y el supuesto sentimiento integracionista que favorecería los intereses de este partido (Anónimo1850, 5).

Los liberales, durante la discusión de la reforma en 1844, argumentaron su desconfianza de separar la provincia de Medellín debido a que el influjo del catolicismo y de los conservadores en esta provincia atentaría con sus intereses electorales. Igualmente sucedería lo mismo con la provincia de Córdova, en donde el cantón de Marinilla se hacía de difícil acceso para éstos. Para sectores progresistas del liberalismo, la división en aquel entonces, significaba el debilitamiento del poder político de la oposición en las provincias centrales (Uribe y López 2006, 226).

Para los conservadores, la división producida en 1851 fue vista como un proceso de desintegración social e ideológica, producto de las ideas nefastas importadas desde Europa (Borrero 1851, 1); que atentaban contra la moralidad antioqueña y que causaban desconfianza en los conservadores en cuanto a los alcances políticos. Para los liberales, el tema de la división de la provincia, constituía una forma de lograr el dominio de Antioquia en razón del cálculo electoral, (Melo 1988, 118119) puesto que, la nueva organización territorial fortalecía el caudal político de localidades que se convertían en centros políticos de la región, como era el caso de Rionegro:

No es gratuito entonces que en la época Republicana las ciudades de Rionegro y de Medellín fueron rivales importantes y que Rionegro pretendiera convertirse en el centro de la provincia del oriente, lo cual lograría a partir de 1851 por un corto tiempo. Tampoco es casual que Rionegro, desde albores de la Independencia fuera un centro liberal en medio de una provincia dominada poco a poco por el conservatismo […] (Botero 2003, 137).

El proyecto de división de Antioquia debe entenderse como una estrategia política del liberalismo, en procura de garantizar el dominio electoral en una provincia tradicionalmente adversa a los intereses de dicha colectividad. Esta situación, aunada a otros asuntos de tipo ideológico, motivará el proceso de reacción conservadora a todo el proyecto de división y al reformismo liberal en Antioquia.

La oposición conservadora se radicalizó al punto de emprender una revolución que se extendió por todo el país, pero que tuvo como epicentro a Antioquia un día antes de aplicarse la medida de escindir la provincia. En nombre de la defensa de los principios del orden, la libertad y la federación, (Borrero1851, 1) el general Eusebio Borrero se autoerige como caudillo de la Revolución Conservadora de 1851, que se justificó como consecuencia de la aprobación legislativa de la división de la provincia.

El conservatismo se situaba ese año en la orilla de la oposición hacia el proyecto de división, contradiciendo su postura anterior a favor de la misma. Los liberales por su parte no se quedaron atrás en esta postura ambivalente, puesto que fueron los artífices de un proceso que en nombre de la consolidación del federalismo y la descentralización, produjo un verdadero proceso de reacción de parte de los conservadores, no solo al proyecto mismo de división, sino a la aceptación definitiva de nuevas referencias políticas para la época. Lo que demuestran estas actitudes ambivalentes de ambos partidos sobre la división de la provincia, es un interés por mantener el control ideológico-político de la región de acuerdo a las condiciones de dominación que se vivían en cada momento de la historia y que se evidenció en el continuo cálculo electoral que hicieron ambas colectividades a lo largo de la mitad del siglo XIX. Mencionando nuevamente a Ortiz:

Se percibe pues una tendencia descentralizadora de parte de los liberales antioqueños apoyados por el Gobierno Central, lo que les facilitaría un mayor poder político y electoral en Antioquia. De otro lado habría una defensa de la integridad de toda la provincia por parte de los conservadores para mantener y consolidar en ella su poder. Estos dos modos de entender la federación eran contradictorios y enfrentarán a sus respectivos partidarios (Ortiz 1985, 19).

El cálculo electoral fue fundamental para entender esta disputa, pero también, el mantenimiento de unos referentes ideológicos que se utilizaron por ambos partidos, a través de consignas de batalla para atacar a su adversario. Igualmente, se debe considerar el tema de la división de Antioquia como un asunto que representaba ideológicamente la aceptación o el rechazo de los cambios sociopolíticos implementados en la época, no sólo con respecto a las reformas de los liberales en términos económicos y administrativos, —iniciadas con el conservador Tomás Cipriano de Mosquera—, sino también con el asunto de la consolidación o no de las de ideas provenientes desde Europa, que planteaban un cambio hacía los procesos de modernización del Estado y de la política, en el marco de la ruptura con los referentes coloniales del pasado. A propósito, es frecuente encontrarse en este momento histórico, con una constante pugna discursiva de la utilización de la designación de la Antigua (Anónimo1851a, 1) o la Nueva (Herrera 1851, 1) Antioquia, para hacer referencia, no sólo a la nueva estructuración político-administrativa de las provincias, sino también para mencionar las modificaciones que en materia ideológica y en las relaciones del poder se estaban dando en la región. Esta simbología que se expresó en el uso de lo antiguo y de lo nuevo para referirse a Antioquia, (Un antioqueño 1851, 1) va a ser otro referente importante de la pugna ideológica que se vivió a mediados de siglo, con la evidente influencia francesa. Esta diferenciación llegó a afectar a una región tradicionalmente conservadora como es el caso de Antioquia y sus referentes se materializaron en símbolos, que hacían presencia en la sociedad antioqueña a través del lenguaje y las prácticas políticas de aquel entonces.

Más allá de las divergencias entre liberales y conservadores frente a la división de la provincia o a la unidad de los antioqueños, lo cierto es que esta provincia siempre fue tierra fértil durante el siglo XIX para emprender el proyecto de Federación, proyecto que al parecer tuvo muchas más fuerza dentro de los antioqueños que en el resto del país.

No es tarde sin embargo: no es posible que el Gobierno consume la obra que así entraba la prosperidad de una provincia tal como la de Antioquia. Mas sea de ello lo que fuere; nada puede detener el curso necesario de las cosas: Antioquia está llamada por la naturaleza á hacer ella misma, ella sola, ella independiente, la felicidad de sus amantes i laboriosos hijos. I si para cumplir tan grande fin solo fuera necesario el estado material del país, á sus recursos pecuniarios, a su preponderancia física, hoi mismo, si hoi mismo Antioquia podría clamar altiva i poderosa: "No mas dependencia de la voluntad estraña: yo me basto para mi propia ecsistencia, i mi ecsistencia ecsije Federacion! (Anónimo 1847, 9).

La anterior publicación, difundida en un periódico liberal (El Censor 1847), nos muestra la fuerte aceptación del federalismo dentro de la dirigencia antioqueña, puesto que, es evidente la sobrevaloración que se hace de las condiciones físicas, naturales y de autosuficiencia de la provincia, con respecto al resto de la república. Es un claro llamado hacia la independencia y la autonomía absoluta de Antioquia. El llamado a la independencia, lo hacen en este caso los liberales, aduciendo la necesidad de federación, es un mensaje emitido unos años antes de la definitiva división de la provincia en 1851, en el marco del gobierno liberal, que entonces pretendía hacer escisión de la provincia de acuerdo a las percepciones que estos tenían del asunto.

Clara i patentemente ha dado a conocer el bando rojo el odio que profesa a esta provincia con la segregación de su parte mas interesante, el golfo de Urabá, para aumentar su influjo eleccionario, i con el aniquilamiento de su progreso i del bello porvenir que se le preparaba, con la división de su territorio, ruin venganza por el triunfo esplendido del partido conservador Antioqueño en las últimas elecciones, i vil condecendencia con los hijos de esta ciudad vetusa, que envidiosa a los adelantos de la capital, quiere atraviarse con degrados ajentes del poder. Si la providencia de antioquia desatiende los intereses jenerales de la Nación, i desoye los gritos de libertad agonizante en virtud de sus circustancias escepcionales, no debe ver con indiferencia los ataques dados a su ecsistencia i a su prosperidad por un Gobierno cuyos actos hóstiles la autorizan para separarse de él. Tales son mis opiniones en la cuestión que me propuse tratar; Solo resta que los Antioqueños si las encuentran fundadas, se posean de ellas, las propaguen i se preparen para el dia glorioso en que las voces de libertad i federación resuenen en medio de estas rejiones auriferas: gritos tan bellos, tan valiosos, tan fecundos, como el metal que contienen sus entrañas (Anónimo 1851e, 1).

Para los conservadores constituía una afrenta al dominio adquirido en la provincia, puesto que implicaba la separación de territorios que venían siendo dominados electoralmente por ellos, e igualmente, se convertía en una negación hacia el proceso de federación, en este caso dese la óptica conservadora.

Lo relevante del caso, es observar cómo las dos colectividades, se vieron obsesionadas por el tema de la separación de la provincia, por la autonomía administrativa, y en definitiva, por la idea de federación, idea que estuvo presente en el lenguaje político de liberales y conservadores, obviamente, desde perspectivas distintas, de acuerdo al momento histórico y las circunstancias políticas que en cada momento se estuviesen provocando.

Como lo anotan Ortiz (1985) y Melo (1988), el tema del cálculo electoral es clave para comprender las justificaciones de cada partido en torno a la aceptación o no de la división de la provincia, de tal suerte que ya se podía percibir un importante ejercicio de labor eleccionaria, a partir de la planificación y la estrategia política. Lo planteado por los dos historiadores, demuestra el fuerte influjo, que desde comienzos del siglo XIX, se ha tenido por parte de liberales y conservadores, del ejercicio electoral, situación que se puede identificar en el discurso político difundido a través de la prensa, los volantes y las hojas sueltas.

Revolución Conservadora

En Medellín, capital de la provincia de la antigua Antioquia, los líderes del conservatismo comienzan a diseñar una estrategia de conformación de Guardias Locales que posteriormente les ofrecerán el apoyo necesario para desarrollar la revolución. Aunque se encontraban en un momento de inferioridad política, mayo de 1851, pues el gobierno central y el jefe político pertenecían al liberalismo, los conservadores dominaban el escenario del cabildo, y desde allí impulsaban las acciones revolucionarias, a partir de la organización de cuerpos armados y del llamamiento a la unidad antioqueña, en el marco de un ambiente adverso a la subdivisión de la provincia. La predisposición conservadora a los sucesos que sucedían en el sur del país y en la capital de la república inducía pensar a los principales líderes del partido que la misma suerte se padecería en Antioquia, situación que se puede revelar en las reuniones del cabildo medellinense, cuando un concejal conservador emite su cautela con respecto a los peligros que afrontaba la provincia antioqueña ante los sucesos citados:

El noble celo de la jefatura, i de más autoridades, es el primer fundamento en que se apoya el cabildo hará creer que en esta provincia se encontrara el vandalaje a que por desgracia se hayan sometidos las provincias del sur, i la capital de la República. La moralidad del pueblo, salubridad y su índole pacifica es otra de las garantías de orden de que Antioquia puede lisonjearse, y que hacen casi imposible en el que ella puedan germinar los principios corruptores que asolan otras provincias donde se ha enseñoreado los principios comunistas en que sus indignos maestros los ha imbuido […].2

El símbolo más relevante de todo este proceso anti-división de la Antigua Provincia, del reformismo liberal y de las influencias francesas fue la Revolución Conservadora de 1851, que además de reivindicar la federación y la unión entre los antioqueños, también se constituyó en una expresión antirrevolucionaria y de reacción frente a los postulados de cambio provenientes desde el viejo continente. Fue un proceso en procura del restablecimiento de los órdenes conservadores y la supremacía de las ideas de la iglesia católica, que en Antioquia y en Cauca tuvo su reacción más significativa, a través del planteamiento público en el cabildo3, la prensa y por último la guerra misma (Ortiz 1985, 14).

¿Que recursos quedarían para las enfermedades sociales? [...] A pesar de las muy poderosas razones que expuestas dejo i muchas otras que omite por no cansar la atención de la jefatura, el cabildo le ofrece su más eficaz cooperación para el día en que pareciese necesario, para mantener, los derechos i garantías de los ciudadanos, i espera marchar de acuerdo con la jefatura, para la consecución de tan noble fin, permitiéndole, que llegado el caso no omitir sacrifico ni medida alguna capaz de auxiliarle en su patriótica empresa […].4

Ahora bien, aun cuando Antioquia y Cauca se familiarizan en ser las provincias reaccionarias al proceso de reformismo liberal, es importante identificar la gran diferencia entre ambas en cuanto a las reales motivaciones que las arrojaron al proceso insurrecto, pues a diferencia del Cauca, los conservadores de Antioquia no le adjudicaban mayor importancia al tema de la abolición de la esclavitud, como si era el caso de los caucanos. Por el contrario, en Antioquia los asuntos relacionados con la postura ideológica conservadora, la retoma del poder ideológico de la Iglesia, la unión y el federalismo se constituyeron en los referentes principales para iniciar la revuelta en la provincia que estaba próxima a dividirse.5

Puede suceder también que el partido conservador sea precipitado por el poder en una revolución. En uno i otro caso es que esta provincia tiene misiones que llenar. En el primero, está llamada á encabezar la revolución por la posición que ocupa, por el número de patriotas con que cuenta, por la riqueza de sus habitantes, i porque la gran mayoria de sus hijos es conservadora: pudiendo levantar en poco tiempo un ejercito temible i formidable, capaz de derrocar el poder que nos oprime. Si en este caso su misión es hermosa, en el segundo. Corriendo a las armas para salvar a sus hermanos de las otras provincias victimas del furor de la tirania, se llenaria de gloria: tal acción seria magnanima, heroica. Si no lo hiciese, seguiria mas tarde la suerte de los hermanos, contribuyendo asi a quienes cimentase la tirania. La provincia de Antioquia tiene pues el deber de empezar la grande obra de la regeneración de este pais, encomendada al partido conservador, porque en el ecsisten los principios civilizados (Anónimo 1851e, 1).6

Los conservadores emitían de esta forma su visión frente a las circunstancias que se vivían en ese momento pero, a su vez, planteaban advertencias en torno a la salvación de la República y de la demanda del santo derecho de insurrección que siempre invocaron (Anónimo1851e, 1).

En Antioquia, a diferencia de lo sucedido en Cauca, los asuntos referidos a las tensiones de clases no fue un tema preponderante. Lo fue, en cambio, el tema de la modificación de valoraciones sociales, que venían introduciéndose en la sociedad antioqueña como resultado del proceso político liberal y de la influencia de ideas de la Europa revolucionaria. Para los conservadores se trataba de emprender una misión regeneradora de la Nueva Granada desde la provincia de Antioquia (Anónimo 1851a, 1).

La revolución conservadora, más que una revolución caracterizada por grandes batallas y un gran número de víctimas, se caracterizó por la relevante pugna discursiva e ideológica, que finalmente produjo una serie de circunstancias que favorecieron las lógicas discursivas de liberales y conservadores de allí en adelante (Uribe y López 2006, 197).

Esta lógica discursiva, se puede apreciar en el lenguaje del principal líder de la revuelta de 1851, el General Eusebio Borrero, en su declaratoria pública, en la cual se autoproclamaba Gobernador civil y militar del Estado de Antioquia, dice el siguiente:

Al ver el horroroso despotismo que más que tiránico ha venido a ser un verdadero vandaje en la Republica, he volado en medio de vosotros para derrocarlo con vuestro poderoso ausilio. Viejo defensor de la independencia defensor constante de los principios de órden i verdadera libertad y siempre partidario de la federacion me he creido con títulos suficientes para presentarme como caudillo de esta Dirección, la mas justa en que se haya lanzado un pueblo en el mundo, i digna por lo mismo de ser defendida por la primera provincia de la Republica en situación ventajosa, riqueza, en población, i sobre todo en modernidad. Vosotros habeis correspondido a mi llamamiento con un entusiasmo universal (Borrero 1851, 1).

Para Borrero la rebelión que lideraba no sólo significaba garantizar la unión entre los antioqueños, la consolidación de la federación y la salvaguarda de los principios cristianos, sino también la extirpación de las influencias francesas, que venían a sustituir los principios cristianos a cambio de las ideas de Proudhon, Saint Simon y otros (Borrero 1851, 1). Aunque el discurso recalcitrante que imparte Borrero y la exaltación conservadora-religiosa va a matizar la fuerza ideológica que influenció esta sublevación, también puede considerarse que los temores de los conservadores eran fundados, como consecuencia de los sucesos ocurridos en otras zonas del país (Camacho 1946, 206-207) pues para los conservadores antioqueños significaba enfrentar riesgos inminentes, no sólo con respecto a sus posibilidades políticas, sino también a la propia integridad personal de los miembros del partido:

Aunque la Provincia os ha librado de esperimentar en vuestro suelo los defectos de la barbara tiranía que nos oprime, no podiais ser indiferentes al triste espectáculo de los hororosos crímenes que han asolado algunas de las provincias del Sur i escandalizado la capital misma de la República. Allí es en delito la propiedad; el indefenso ciudadano es azotado cruelmente; centenares de casas de esposas e inocentes vírgenes han sido viola das a presencia de sus padres i de sus esposos por hombres viles de la hez del pueblo, i estúpido elevado a la primera magistratura un crimen nefando insulta a la Nación llamando a estos malvados sus consocios i los mejores apoyos del gobierno, en vez de castigarlos. Mas tarde vuestra suerte habría sido igual a la del Cauca […] (Borrero 1851, 2).

El discurso pronunciado por el caudillo de la revolución, es la evidencia más fehaciente de la fuerte carga moral y religiosa que dicha sublevación contenía en sí misma. En la proclama victoriosa que hace Borrero –por lo demás efímera– se transmite al pueblo antioqueño todo lo que significó el gobierno liberal en cuanto a los peligros que a la religión, las buenas costumbres y el corpus moral de la provincia estaban perdiendo durante la administración de López (1849-1853).

Se pueden apreciar sentencias temerarias que denunciaban los posibles ultrajes a los que se verían abocados los conservadores en el ámbito familiar si se dejaba continuar en el poder a los liberales, y por ende, el consiguiente crecimiento de la sociedades democráticas, que de acuerdo a la versión de los conservadores, utilizaban la zurriaga para ejercer su poder en el sur del país, violando a las vírgenes y apropiándose de los bienes de los conservadores. De esta manera, Borrero convence a sectores políticos y económicos de la provincia para que apoyen su rebelión, arguyendo el tema de los derechos, que en el lenguaje conservador estaban centrados en los temas del derecho de conciencia, propiedad privada y sacro de la rebelión (Uribe y López 2006, 326).

Como lo expresan María Teresa Uribe y Liliana López (2006, 264-265), a través del discurso político de aquel entonces, se puede apreciar la lógica de la reivindicación de los derechos, en este caso desde una perspectiva tradicional y religiosa. En este orden de ideas, Borrero no sólo utiliza constantemente simbologías y referencias directas al tema religioso, sino que hace una revaloración de su percepción sobre los derechos perdidos a causa del dominio liberal. En tal sentido señala lo siguiente:

Mas no son estos los únicos derechos vamos a vindicar. Persuadidos los hombres inaturales que por medio de la violencia se han desdeñado del poder, que ellos no podían generalizar en el virtuoso pueblo granadino la honorable desmoralización con que han hecho gemir algunas provincias, han atacado el mas santo de todos los derechos; el derecho de la convivencia (Borrero 1851, 1).

El discurso sobre los derechos es importante en la medida en que restablece la discusión sobre las garantías de los conservadores a mantener su aparato ideológico vivo, esto es, la religión católica. Igualmente, mantener la lógica del comunitarismo en la connotación propia del conservatismo, es decir, la convivencia.

Como lo plantea Salvador Camacho Roldán, quienes lideraban la revuelta estaban imbuidos en un radicalismo puro, que como él mismo lo afirma, tenía Tres cabezas: "a) el espíritu de partido excitado hasta la demencia; b) el interés de los dueños de esclavos; c) la exaltación del clero católico contra las reformas; es decir, el fanatismo religioso de un pueblo ignorante a quien se quería hacer creer que iba a ser destruida la religión" (Camacho 1946, 208).

Como bien lo afirma Camacho Roldan, hombre de estirpe liberal y contemporáneo de los sucesos neogranadinos de mediados de siglo, la exaltación partidista y el sentimiento religioso fueron dos elementos fundamentales en la Guerra del 1851, que traían también la demanda del restablecimiento de derechos para la comunidad conservadora, de tal suerte que a partir del discurso religioso se pretendía convencer a la población de luchar por estas demandas (Camacho 1946, 209). La segunda cabeza que expone Camacho Roldán, si deja sus dudas, por lo menos para el caso antioqueño, en donde no fue un asunto de gran trascendencia. Los conservadores, a partir de la religión, sustentaron su idea de República constituida por una "ciudadanía sacra", en el marco de un lenguaje político de la tradición que contradecía la perspectiva liberal de la República, enfocada en el tema de los derechos liberales (Camacho 1946, 209-210; Uribe y López 2006, 226). Y aunque los conservadores aludieron a la reivindicación de sus derechos, esta visión de los mismos, estaba matizada por la necesidad de justificar el proceso revolucionario.

Pero lo que reviste mayor importancia dentro de este discurso, que se materializó en un práctica política concreta, como lo fue la rebelión, es la enunciación de referentes revolucionarios franceses como elementos de destrucción de la civilización y sostenimiento de la barbarie y la tiranía en la Nueva Granada, en detrimento de la religión que para los conservadores fue sinónimo de civilización y progreso.7 Este último aspecto es fundamental para comprender la fuerte carga ideológica que el discurso inherente a la Revolución Conservadora tuvo como reacción a los procesos reformistas influenciados desde Francia.

[…] pueblos civilizados del mundo: por su situacion i su riqueza, su laboriosidad, su poblacion, i sobre todo por la moralidad de sus habitantes. Hemos proclamado la federacion porque esta es la forma de gobierno que anhelan ver establecida en este dichoso país todos los antioqueños sin distinción de colores políticos; i era preciso no dejar escapar la preciosa ocasión que se presentaba pª restituir al pueblo la soberanía que el Gobno central le había arrebatado para tiranizarlo […]. Era preciso que la poderosa provª de Antioquia despertase de su profundo sueño de esa aparente indiferencia en que parecía sumergida con mengua de su pujante opinión conservadora tan espléndidamente manifestada en las pasadas elecciones. Era preciso que Antioqª se apresurase a ofrecer un asilo jeneroso a la libertad […].8

La reacción conservadora siempre tuvo como referente la Revolución Francesa del 1848, en sus dos sentidos posibles, esto es la revolución social y la retoma conservadora de Bonaparte, pero a su vez, el discurso conservador se influenció notablemente de la experiencia americana, no sólo por la ausencia de procesos de revuelta popular, sino también y quizás es lo más importante, por la aplicación del federalismo en la nación del norte. Los líderes de la sublevación conservadora siempre mantuvieron referentes desde otras latitudes que utilizaron para justificar el proceso de revolución-reacción.

Ahora bien, independiente de cualquier experiencia extranjera, el sustento revolucionario se fundó en la manifestación de principios religiosos, que dotaban de significación los fines mismos de la acción conservadora: el federalismo, la democracia, la libertad, la república y la provincia de Antioquia, tal y como se deduce del siguiente texto:

Para conseguir tan deseados e inmensos bienes fue que gritamos Dios i Federacion, cuyo grito sonó como por encanto en todos los ángulos del Estado de Antioqª conmoviendo los corazones de todos los verdaderos republicanos que llenos de entuciasmo corrieron en masa a sostener tan justa causa contra los pocos ilusos que quisieron trocar el glorioso timbre de Republicanos verdaderos por el de sostenedores de la mas infame tiranía. Pero no fue necesario derramar ni una sola gota de sangre para vencerlos. El entuciasmo popular, que en pocos dias fue jeneral bastó para desconcertarlos completamente trayendolos a un avenimiento fraternal para que el triunfo fuese mas esplendido i glorioso, triunfo que hará epoca en la historia del mundo entero, i que el antioqueño recordará siempre con relijioso i patriotico entuciasmo al contemplar que para conquistar su libertad no fue necesario derramar la sangre de ninguno de sus hermanos […].9

La fuerza ideológica de conservadores y clérigos se reducía a los cánones promulgados desde la doctrina religiosa, de forma que la campaña revolucionaria no podía ser vista sino como la sacrosanta causa de los feligreses de la provincia de Antioquia. De esta manera, la fusión conservatismo-iglesia fue cada vez más evidente. Y en el desarrollo de la Revolución del 1851, la participación de los curas en el desenvolvimiento dogmático fue sobresaliente.

Los lazos entre el discurso conservador que legitimó su revolución y los referentes franceses no se pueden omitir, pues reelaboraron un lenguaje que les sirvió para manifestar su visión de las cosas a través de la percepción religiosa que los dominaba. Referentes franceses puramente revolucionarios en el sentido liberal, fueron acondicionados al discurso conservador-religioso en procura de instaurar una idea sociopolítica al respecto y acorde a los principios de esta colectividad política:

Conocimiento de todos i cada uno de sus feligreses la sacrosanta causa que hemos proclamado pª qe todos cooperen decididamte a la consolidación del E.F. de Antioqª unico medio de afianzar para siempre en este dichoso suelo el imperio de la verdadera libertad, igualdad i fraternidad que constituyen el hermoso tema de la verdadera democracia.10

Igualmente, el discurso conservador que sustenta la rebelión es la negación de las posibilidades de cambio y progreso que la perspectiva liberal pretendía introducir en el país. Las ideas de lo nuevo y lo viejo fueron referentes simbólicos de gran importancia en el debate político a raíz de lo que significó la separación de la provincia para cada partido. Esta discusión se reflejó en los principios que justificaron la Revolución Conservadora de 1851, en donde el tema de la división de Antioquia fue clave en el lenguaje político para visualizar las bondades del federalismo de la Antigua Antioquia y de la crítica al gobierno liberal (Anónimo 1850, 5).

La antigua provincia de Antioquia goza de completa paz bajo los auspicios del principio proclamado –FEDERACION–. Este grito ha resonado por todos los ángulos del territorio Antioqueño i por doquiera ha sido bien acojido por nuestros hermanos […]. Quince días han bastado para que los Antioqueños se hayan uniformado en opiniones i para que todos se decidan á abrazar con teson, i con el entusiasmo propio de un pueblo moral, industrioso i conocedor de sus verdaderos intereses, la causa de la federacion; único sistema que puede salvarnos de la anarquía, i conducirnos paulatinamente al grado de prosperidad con que la Providencia sin duda coronará los esfuerzos de un pueblo que ama la industria, i que respeta la moral […]. Todo queda concluido en la antigua provincia de Antioquia (Anónimo 1850,6).11

Por su parte, el gobierno se encargó de reconocer el valor de la retoma liberal y la preponderancia de la Nueva Antioquia (Herrera 1851, 1) como expresión misma del progreso y la llegada de la modernidad política. Para los liberales, la división de Antioquia y la retoma del poder en la provincia, va a constituir no sólo un logro político sino también una confirmación ideológica y social en la región: "Sea para los Antioqueños un completo ejemplar el rompimiento de la guerra entre tres pueblos hermanos, Medellín, Rionegro i Marinilla […]. Abre Medellín sus puertas al jeneral Herrera; i al instante vemos respetar las casas i los templos, no se ha oído el estrépito de los edificios, que se nos decía iban a desplomarse […]" (Un antioqueño 1851, 1).

La Revolución Conservadora se puede entender como un gran símbolo de la reacción conservadora que se produjo a mitad de siglo frente a los procesos revolucionarios de febrero de 1848. La llegada al poder de Luis Napoleón Bonaparte, se constituyó en el fortalecimiento de su ideología y de los preceptos del orden político, que en el entorno latinoamericano tuvieron su mayor esplendor durante los procesos expansionistas de Napoleón III en México y en Ecuador (Aguilera y Vega 1998, 142).

Si México y Ecuador se constituyeron en los principales exponentes de la reacción conservadora en la región latinoamericana, Antioquia fue por su parte la expresión de la reacción en la Nueva Granada, no sólo por ser el epicentro de sublevación conservadora, sino también por la negación de muchos de los referentes revolucionarios provenientes desde Europa, que el liberalismo utilizaba en su proyecto modernizador.

Si examinamos con atencion la manera de opinar que ha tenido Antioquia, en todos los acontecimientos políticos que han ajitado a los granadinos observamos al primer análisis que su mayoría simple se ha decidido en contra de los principios liberales; i no solamente se ha decidido en contra de ellos, sino que tambien los ha combatido con la prepotencia de sus grandes capitales i con el fanatismo relijioso […]. Quizá una de las provincias que mas males heredó de los Españoles fué la de Antioquia: en la imprenta todas las rancias costumbres de la metrópoli […]. Miéntras que otras provincias han sido idólatras i entusiastas por la libertad, la de Antioquia ha fluctuado siempre entre esta i la esclavitud. Miéntras que todas partes se han hecho esfuerzos por conseguir la emancipacion política i relijiosa, en Antioquia no se han hecho ni por una ni por otra. Aferradas las medias notabilidades antioqueñas en seguir siempre en un todo el antiguo réjimen colonial, han hecho caminar la provincia de error en error hasta venir la colocarla en una posicion mui inferior (Anónimo 1851d, 2).

En el anterior pronunciamiento se puede evidenciar la crítica del liberalismo frente al accionar conservador dentro de la rebelión del 51, no sólo porque representaba un amotinamiento en contra del establecimiento liberal, sino también porque expresaba un movimiento ciertamente fuerte, que se erigía en contra de los principios del republicanismo de corte liberal. Dicha crítica liberal no se limitó a los líderes laicos de la revolución, sino que trascendió, de manera enfática y mordaz hacia los representantes del clero que jugaron un rol preponderante en la guerra. Desde el liberalismo se emitió un discurso vehemente en procura de exigir al clero la concentración de sus deberes en lo que respecta a los asuntos espirituales y abstenerse de intervenir en los temas políticos; fueron diversas las publicaciones en donde el liberalismo se pronunció al respecto, a continuación se puede apreciar una que se destaca por su fuerte lenguaje hacia el clero:

Afortunadamente en la provincia de Antioquia hemos disfrutado de una completa paz, porque sus habitantes que conocen los horrores de la guerra estan interesados en sostener aquella; pero esa paz envidiable pretende hoi turbarla un clerigo ridiculo i afeminado, que irrespetando al ser supremo i a la sociedad, sube a la cátedra del espiritu santo, no a colmar las pasiones sino a exacerbarlas; no a predicar el evanjelio sino a blasfemar contra el gobierno, no con la humildad i compostura de un ministro del altar, sino con la insultante altaneria de un soldado. Persuadase ese sacerdote impio, que ya pasaron para no volver jamas, los tiempos en que un clérigo rabioso podia parapetarse con la relijion i lanzar entre los pueblos la tea de la discordia: i que ya esos eso pueblos saben atacar i respetar el verdadero sacerdote de Jesucristo, i maldecir i abominar al impostor, al infame que hace traicion a su ministerio. Ahora, dinos, sacerdote de Satanás. ¿Con que derecho vienes a predicar moralidad i relijion? No recuerdas hipócritas, que ha poco meses te hizo salir profugo de Aguadas un honrado i vecino padre de familia que le sorprendio profanando su lecho conyugal? ¡Impudente! Corrijete si quieres correjir la sociedad (Anónimo 1851c, 1).

Los procesos de reacción que se evidenciaron plantean una serie de cuestionamientos hacia la aceptación de las ideas liberales y revolucionaras en la provincia. Además del simbolismo que trajo consigo dicho suceso histórico, representó la supremacía de lo viejo sobre lo nuevo y la perspectiva del republicanismo tradicional sobre el individual. Igualmente representaba la postura antirrevolucionaria que en la mayor parte de la provincia se expresaba políticamente, a diferencia de lo que sucedía en buena parte de la Nueva Granada, en donde los procesos de cambio iban siendo bien recibidos.

La sola figura del caudillo de la revuelta da indicios del carácter tradicionalista y reaccionario del suceso. Borrero era un hombre de avanzada edad, superaba los setenta años, mantenía un discurso extremadamente tradicionalista y era uno de los últimos representantes de la Independencia que se mantenía en la contienda política.

Lo que significó Borrero y sus acciones fanáticas desde la percepción del liberalismo, puede apreciarse en diversas alusiones que hacen éstos en algunas de sus publicaciones (Anónimo 1851b, 17). Inclusive, la figura de Borrero fue duramente ridiculizada en Antioquia durante el proceso electoral para la presidencia de la república en 1848, es decir, tres años antes de convertirse en el caudillo de la revolución en la provincia:

EL JENERAL BORRERO – si hemos de hablar con franqueza, este jeneral no es candidato, i creemos que por una burla mas bien que por otro motivo lo colocan algunos en la galería eleccionaria- Jóven de 72 años el general Borrero i sin mas provenir que el fallo de los hombres venideros es hoy dia una planta exótica i cortada de raíz, sus vetustos hombros se agoviarían bajo el enorme peso de la Presidencia de la República. Su biblioteca se reduce a algunos volúmenes de Montesquieu, Madame Stael i la Casandra (L.M.R 1848).

Si bien la crítica mordaz frente a la figura de Borrero es proveniente de sectores radicales del liberalismo y proclives a la candidatura de López, también es cierto que es una descripción bastante acertada de la figura del caudillo de la revuelta de 1851. Ahora bien, no se pueden desconocer las expresiones de apoyo a Borrero y, por supuesto, la evidente influencia que tuvo en la provincia durante el 51 (Anónimo 1848, 1).

Lo que resulta impactante es comprender cómo un hombre de las características de Borrero, y de buena parte de los que lo acompañaron —Canuto Restrepo, Braulio Henao y Pedro Antonio Escobar— en la "odisea revolucionaria", pudieron haber tenido apoyo en Antioquia. Esta situación, demuestra por sí misma el carácter antirrevolucionario de la provincia, en cuanto su rechazo ideológico a los influjos provenientes desde Francia.

La Revolución Conservadora, y quizás más precisamente la proclama de Borrero, se convirtió en el gran símbolo de la reacción conservadora que se emprendió en Antioquia, pero que representaba a todo el movimiento reaccionario de las ideas republicanas al estilo liberal, y que siempre se asociaron con los influjos ideológicos de la revolución social de febrero en Francia. En este sentido puede pensarse que el conservatismo criollo estuvo siempre reacio a los referentes franceses, ante la fuerte carga de elementos románticos, socialistas, anarquistas e incluso comunistas que las ideas provenientes desde allí pudieron contener. Sin embargo, el proceso de revolución en Europa, sufrió un cambio radical en cuanto a los vencedores, puesto que se pasó del triunfo del obrerismo durante el periodo de febrero, a la victoria del autoritarismo con Luis Bonaparte, con el auspicio del partido del orden. Esta nueva situación de la revolución en Francia, que fue más bien una contrarrevolución, inspiró a los sectores conservadores en la Nueva Granada.

La revolución de Borrero, pero sobre todo su proclama, son las fuentes principales que permiten identificar los elementos ideológicos que se plantearon en su momento para rechazar la instauración de ideas provenientes desde la Francia de la Primavera de los Pueblos, pero a su vez, para aceptar la nueva conciencia ideológica enmarcada en el retorno a los gobiernos autoritarios, sin asumir formas de gobiernos monárquicos, conservando el discurso del republicanismo, pero en este caso, de un republicanismo tradicionalista y demandante de los derechos de conciencia y religión.

Aunque la Revolución Conservadora fue contenida rápidamente y proclamada la victoria liberal, las consecuencias ideológicas en la Provincia fueron evidentes: reacomodamiento ideológico, supremacía de la Iglesia católica y retoma del poder local por parte del partido conservador a partir de la vía electoral, paradójicamente, a través del sufragio universal.

La provincia aunque se dividió finalmente, acatándose el proyecto liberal, mantuvo una tendencia a favor del conservatismo y se continuó con la tendencia hacia la exaltación de la religiosidad, a excepción del cantón de Rionegro, que siempre fue la expresión particularísima del liberalismo en Antioquia. Todo este fuerte influjo ideológico de carácter conservador, guardián del orden y de la religión, va a ser el sustento para presentar una postura férrea en buena parte de las tres provincias, a excepción de las localidades de Rionegro, Santa Fe y Sopetrán, en contra del golpe de José María Melo.

Conclusiones

Antioquia se convirtió en el caso emblemático del proyecto de reacción conservadora, no sólo porque fue el epicentro de la revolución de 1851 liderada por esta colectividad política, sino también, porque en esta provincia, unificada mientras trascurría la guerra conservadora y dividida luego por el gobierno liberal, se fortalecieron los referentes ideológicos que hicieron posible presentar una propuesta sociopolítica diferente a la propuesta liberal, que hasta 1851 había logrado consolidar el proyecto modernizador y republicano en la Nueva Granada. El conservatismo neogranadino tuvo su centro de operaciones en la provincia de Antioquia, erigida en Estado federal durante el efímero gobierno de Eusebio Borrero. Aunque el proyecto conservador de unidad, federalismo y religiosidad antioqueña no alcanzó mantenerse formalmente, es decir, como Estado federal independiente de la Nueva Granada y del gobierno liberal, si logró consolidar unos referentes de carácter religioso-conservador, que definieron elementos distintivos de la sociedad antioqueña, en el marco de unas prácticas políticas articuladas a referentes tradicionales y comunitarios que rechazaban los influjos modernizantes que se iban instaurando en la Nueva Granada, todo esto expresado en los discursos que exaltaban los valores de la Iglesia católica, la familia y los principios domésticos que se habían perdido a causa de la acción política de los liberales. Dentro de esta amalgama de lenguajes sociopolíticos, la política adquirió carácter privado cuando se le consideró como actividad propia del mundo doméstico. Desde esta perspectiva, el discurso conservador, dominante en buena parte del territorio antioqueño, acudió a un lenguaje común y religioso para cooptar la mentalidad política de diversos sectores sociales, al punto de involucrar a las mujeres, los sacerdotes y el escenario familiar dentro del debate público de la política. A la par de este discurso religiosoconservador, Antioquia continuó con su proceso de pragmatismo económico, en donde los sucesos revolucionarios que involucraban sectores populares del país, causaban gran animadversión entre las elites sociopolíticas de Antioquia, pues, los excesos ocurridos en otras regiones del país podían trasladarse hasta el territorio antioqueño y de esta forma desestabilizar la institucionalidad política, económica y social que se mantenía en la provincia. Para reducir los riesgos de sublevación y desarticulación de las clases sociales, en Antioquia se enfatizó en el proceso de la configuración de las redes parentales como medio de identificación y de unión entre los diferentes sectores sociales, en razón de la creación de una especie de familia antioqueña o proto-región que unificara criterios alrededor de unos valores propios. De esta forma, pragmatismo económico y radicalismo ideológico, logran combinarse para defender una apuesta política que aunque no consigue mantener la idea de federación, si obtiene la aprobación ideológica de la sociedad antioqueña.

La reacción conservadora en Antioquia fue también una forma de contrariar las ideas francesas insertadas en el discurso liberal, encaminadas hacia la irradiación de procesos de transformación y modernización sociopolítica en la Nueva Granada.

Para los conservadores, las reformas liberales no eran otra cosa más que anarquía, desorden, desinstitucionalización y tiranía, puesto que, los referentes ideológicos del catolicismo y la implementación de procesos de laicización provocaban terror en las huestes conservadoras. Paradójicamente, los influjos franceses, primeramente revolucionarios, fueron transformándose en referentes conservadores provenientes del proceso de reacción de Luis Napoleón Bonaparte, quien con su ascensión al poder influenció a diversos sectores del conservatismo en América, incluido entre éstos, a los conservadores neogranadinos. De esta forma el conservatismo pasó de ser crítico del influjo revolucionario francés, a defensor de las experiencias autocráticas del poder de Luis Bonaparte como referente de la contrarreforma neogranadina.

Igualmente, la reacción conservadora producida en Antioquia, constituyó un hito en materia de diferenciación ideológica entre los partidos tradicionales, puesto que, aunque previamente instituidas ambas colectividades en 1848 y 1849, los procesos revolucionarios de 1851, la consolidación del discurso conservador-religioso y el tono dogmático a favor del orden y la jerarquización social se convirtieron en grandes referentes para la definitiva diferenciación ideológica entre los partidos, sin desconocerse los primeros acercamientos bipartidistas que se produjeron a raíz del golpe de Melo.

Los conservadores logran recomponer su condición de partido dominante en Antioquia y configurar a ésta como escenario propicio para el desarrollo económico, sin abandonar su fidelidad a dicha colectividad política. En este caso, las tres provincias divididas, Medellín, Antioquia (Santa Fe) y Córdova, se convirtieron en los grandes referentes territoriales del poder conservador neogranadino, en cabeza de la primera y con escasas referencias de oposición liberal, como consecuencia del debilitamiento que sufrió este partido a raíz de la división de la colectividad a nivel nacional y particularmente, el efecto nocivo que trajo el golpe de Melo en Antioquia, producto de la extracción liberal del dictador.

El conservatismo antioqueño asumió una férrea postura regenerativa en procura de restablecer el orden, que según ellos, se había perdido a raíz de la tiranía liberal, primero durante los gobiernos de López y Obando, y posteriormente, durante el gobierno de facto de José María Melo. En ambos momentos de la historia, los conservadores antioqueños se sintieron salvadores de la Nueva Granada: con López y Obando, se había desmoralizado el país a partir de las leyes promulgadas en dichos gobiernos, principalmente en lo concerniente a todo lo que atentaban contra los intereses sociales y políticos del clero; en el caso del golpe de Melo significó para el conservatismo antioqueño la posibilidad de padecer los excesos del populacho que habían logrado adquirir un papel protagónico en la capital de la república, como también, el siempre vivo temor con respecto a la desinstitucionalización del país.


1. El reformismo liberal hace referencia al proceso de implementación de medidas que estaban orientadas hacia la modernización sociopolítica y económica del país. Dichas reformas estuvieron influenciadas por los procesos revolucionarios franceses de 1848.

2. Archivo Histórico de Medellín (AHM), Fondo Concejo de Medellín (FCM), 1851, t. 183, doc. 2, f. 139r.

3. Cf. AHM, FCM, 1851, t. 183, doc., 2, f. 139r.

4. AHM, FCM, 1851, t. 183, doc., 2, f. 139r.

5. La revolución conservadora comienza un día antes de implementarse la subdivisión de la provincia el 1 de julio de 1851.

6. La cursiva es del autor.

7. Archivo Histórico de Antioquia, (AHA), Sección Republica (SR), Copiadores, 1852, t. 1134, doc. 16241.

8. AHA, SR, Fondo Copiadores (FC), 1852, t. 1134, doc. 16241.

9. AHA, SR, FC, 1852, t. 1134, doc. 16241.

10. AHA, SR, FC, 1851, t. 1134, doc. 16241.

11. La cursiva es del autor.


Referencias

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Zapata Avila, J. G. (2011). La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, 3(6), 97–126. https://doi.org/10.15446/historelo.v3n6.25140

ACM

[1]
Zapata Avila, J.G. 2011. La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local. 3, 6 (jul. 2011), 97–126. DOI:https://doi.org/10.15446/historelo.v3n6.25140.

ACS

(1)
Zapata Avila, J. G. La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal. Historelo.rev.hist.reg.local 2011, 3, 97-126.

ABNT

ZAPATA AVILA, J. G. La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, [S. l.], v. 3, n. 6, p. 97–126, 2011. DOI: 10.15446/historelo.v3n6.25140. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/historelo/article/view/25140. Acesso em: 23 abr. 2024.

Chicago

Zapata Avila, Juan Guillermo. 2011. «La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal». HiSTOReLo. Revista De Historia Regional Y Local 3 (6):97-126. https://doi.org/10.15446/historelo.v3n6.25140.

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Zapata Avila, J. G. (2011) «La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal», HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, 3(6), pp. 97–126. doi: 10.15446/historelo.v3n6.25140.

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J. G. Zapata Avila, «La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal», Historelo.rev.hist.reg.local, vol. 3, n.º 6, pp. 97–126, jul. 2011.

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Zapata Avila, J. G. «La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal». HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, vol. 3, n.º 6, julio de 2011, pp. 97-126, doi:10.15446/historelo.v3n6.25140.

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Zapata Avila, Juan Guillermo. «La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal». HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local 3, no. 6 (julio 1, 2011): 97–126. Accedido abril 23, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/historelo/article/view/25140.

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Zapata Avila JG. La reacción conservadora: procesos y referentes ideológicos de la oposición conservadora al reformismo liberal. Historelo.rev.hist.reg.local [Internet]. 1 de julio de 2011 [citado 23 de abril de 2024];3(6):97-126. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/historelo/article/view/25140

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1. Martha Cecilia Ospina Echeverri, Juan Felipe Marín Suarez. (2018). Ciudadanía y elecciones en la Nueva Granada. Las definiciones y su reglamentación, 1821 – 1853. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, 10(20), p.100. https://doi.org/10.15446/historelo.v10n20.67722.

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