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2009-01-01

Acosta López, María del Rosario. La tragedia como conjuro: el problema de lo sublime en Friedrich Schiller. Quintana, Laura. Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant.

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Autores/as

  • María del Rosario Acosta López
  • Laura Quintana
  • Bernardo Correa

Acosta López, María del Rosario. La tragedia como conjuro: el problema de lo sublime en Friedrich Schiller. Prólogo de José Luis Villacañas. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia — Universidad de los Andes, 2008.

Quintana, Laura. Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia — Universidad de los Andes, 2008.

Acosta López, María del Rosario. La tragedia como conjuro: el problema de lo sublime en Friedrich Schiller. Prólogo de José Luis Villacañas. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia — Universidad de los Andes, 2008. 365pp.

Quintana, Laura. Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia — Universidad de los Andes, 2008. 459pp.


Estética y construcción de ciudadanía*

Un lanzamiento puede ser tanto un impulso, un empujón, una proyección, como también puede ser una expulsión, un desahucio, un desalojo, un despido. Hoy por hoy, se "lanza" no importa qué: una candidatura política, un plan turístico, una nueva cerveza o un producto de esos que llaman multiusos. En ese sentido, un acto de "lanzamiento" va de la mano con el propósito de asegurar un mercado de consumidores. ¿Y ocurre lo mismo con los libros? Hasta cierto punto sí, pues un libro es también un objeto que se pone en circulación en el mundo del mercado. Y, sin embargo, hay en ciertos libros una fuerza, un poder que los sustrae del puro reino de los objetos. Cuando eso ocurre, cuando aparece uno de esos libros, podemos decir, creo, que su lanzamiento no es otra cosa que una reunión de amigos en torno a él, entendiendo por amigos a aquellos lectores que están dispuestos, como decía Sartre, a establecer un pacto de generosidad con el autor y su obra.

Para fortuna nuestra, hoy nos reúne no sólo uno sino dos de esos libros que no se dejan simplemente "lanzar". Se trata, como sabemos, de La tragedia como conjuro: el problema de lo sublime en Friedrich Schiller y Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant de María del Rosario Acosta y Laura Quintana, respectivamente. Antes de su conversión en libros, estos densos volúmenes fueron las tesis que sus autoras presentaron para obtener el Doctorado en Filosofía en la Universidad Nacional. Fueron sustentadas ante jurados nacionales y extranjeros y, en reconocimiento a la conjunción de notables méritos académicos que presentan, ambas fueron distinguidas por unanimidad con la mención Laureada.

Antes de referirme a los méritos académicos de estos trabajos, quisiera hacer un reconocimiento. La vida del espíritu y de la cultura recibe a veces el regalo de un venturoso azar. ¿Qué hizo posible que, más allá del hecho de ser más o menos coetáneos y de tener intereses comunes, se hubiera encontrado un grupo de personas en las que el interés teórico por el lenguaje era paralelo, en un buen número de ellas, a la creación artística? Poetas que eran también lingüistas y lingüistas que, si no escribían poemas, escribían sobre poética; novelistas que escribían eruditos ensayos críticos, y críticos que lo mismo producían un riguroso texto de lingüística que escribían un ensayo, alado y penetrante, sobre un tema cultural o social. Los historiadores y sociólogos de la cultura nos aportan, por supuesto, valiosas informaciones al respecto, pero eso no impide que subsista la pregunta sobre cómo se conjugaron todas las circunstancias que hicieron posible la conformación de lo que se conoce como el grupo o la escuela de los formalistas rusos. Pues bien, detrás de estos libros hay también un afortunado azar: el que un par de brillantes filósofas, interesadas en la estética, se hubieran encontrado con el profesor que, con ejemplar obstinación, ha mantenido vivo ese campo de reflexión en el Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia. Cuando digo esto no estoy sugiriendo que nuestras autoras no hubieran encontrado su camino sin el concurso de Lisímaco Parra (pues es a él quien está dirigido este reconocimiento). No tengo la menor duda de que por su propio impulso y por sus propias capacidades se habrían orientado solas en el pensamiento. Lo que quiero señalar es que el feliz encuentro que se dio entre ellos se ha convertido —tal es mi convicción— en un mojón, en un sólido punto de partida para la consolidación de los estudios de estética en nuestro medio. En otras palabras: de ese encuentro surgió un tejido vivo que, sin duda, habrá de multiplicarse, y eso es lo que suele llamarse la creación de una comunidad académica.

Si, de acuerdo con la precisa formulación de Georges Canguilhem, "trabajar un concepto es hacer variar la extensión y la comprensión, generalizarlo por la incorporación de rasgos de excepción, exportarlo fuera de su región de origen, tomarlo como modelo, en resumen, conferirle de un modo progresivo, por transformaciones regladas, la función de una forma", estos dos libros son la prueba de un trabajo filosófico plenamente logrado. En efecto, en cada uno de ellos el lector asiste a la delimitación rigurosa de un tema, y a su despliegue y tratamiento en detalle, tanto si se lo considera internamente, como si se rastrean sus múltiples relaciones con otras temáticas.

En el caso del libro de María del Rosario Acosta, la autora, para "intentar comprender y rescatar la pertinencia de la propuesta estético-política" de Schiller, sigue paso a paso la evolución del pensamiento del autor de Los bandidos, mostrando qué lo condujo a pasar de lo ingenuo a lo sentimental, es decir, a abandonar una forma de existencia fundada en una nostalgia contemplativa, en la que se idealiza un pasado irrecuperable, para optar por un pensamiento y una forma de vida que asume lo trágico de la existencia escindida del hombre moderno. La nostalgia se convierte así en el impulso para hacer un análisis crítico del presente, es decir, para pensar, más allá de cualquier idealización, en una conciliación entre lo sensible y lo racional, entre el placer y el deber, o sea, para pensar en una cultura que permita la manifestación de la libertad. Como muestran muy bien los análisis del libro, son las reflexiones de Schiller sobre lo sublime y sobre la tragedia las que lo llevan a pensar en la necesidad y en la posibilidad de una educación estética que libere a los hombres de la compulsión a la dominación de lo racional sobre lo sensible.

Por lo que respecta al libro de Laura Quintana, en él la autora quiere dar cuenta de un problema crucial: el de saber si es posible y cómo, en el caso de serlo, "pensar lo común desde el reconocimiento de la pluralidad humana", es decir, cómo es posible "vincular lo individual a una perspectiva general". El hilo conductor que sigue para tratar este tema es el estudio arqueológico de la noción de gusto, tal como se presenta en el siglo XVIII, y en particular en la estética de Kant. La mediación entre los hombres se convierte en un problema decisivo precisamente en el momento en que la afirmación de la individualidad en el mundo moderno termina por separar al individuo de un orden externo que le sirva de referente y lo confina a su propia interioridad. ¿Cómo asegurar entonces la comunicación en aquellas esferas en las que, como en el gusto estético y la política, no es posible exigir e imponer la unanimidad? También aquí surge la necesidad de pensar en una cultura que asegure la existencia de una racionalidad discursiva, es decir, de una racionalidad que permita el reconocimiento de la pluralidad.

Este resumen, en exceso recortado, de cada libro no les hace, por supuesto, plena justicia. Habría todavía que decir —y esto hace parte de las razones que justi- fican la mención Laureada que recibieron en su estado de tesis, así como de su aporte a la constitución de una comunidad académica— que son trabajos que cumplirían, en cualquier universidad de primera línea del mundo, con todas las exigencias de una auténtica investigación filosófica. Utilización de las fuentes primarias y de la bibliografía en sus lenguas originales; escrupuloso análisis filológico de los textos; discusiones a fondo con los autores estudiados y con sus comentaristas más reputados. Todo ello como soporte de una estrategia argumentativa que les permite a las autoras moverse paralelamente en distintos planos sin perder el norte de la investigación. En efecto, ambos libros dejan ver en funcionamiento un movimiento expositivo y argumentativo en el que, al tiempo que se sigue internamente la constitución y la formulación de un problema, se lo mira, como quien dice, desde afuera, pero sin que, al hacerlo, caigan en la dispersión o en un abigarramiento artificioso, de esos que confunden la oscuridad con la profundidad. Siguiendo el precepto de Azorín, nuestras autoras no ponen una cosa dentro de otra, sino una después de otra. Con esto quiero decir que una de las cualidades más notables de estos libros es su escritura. En ambos es evidente lo que alguien llamó "la voluntad de estilo": precisión, claridad y preocupación por el lector. Pero, en especial, con sus tonos y diferencias particulares, son prosas en las que se siente que avanzan pensando, que no tienen por anticipado las respuestas, y que lo que saben lo pueden arriesgar en la siguiente frase.

Estos libros tienen un rasgo en común que quisiera resaltar: a partir del tema abordado en cada uno de ellos, pero, al mismo tiempo, más allá de él, las autoras se proponen pensar críticamente nuestro presente. En ambos casos hay la declaración explícita y reiterada de que, a partir de sus respectivas investigaciones, lo que se proponen es ver hasta qué punto las problemáticas que han dilucidado aportan herramientas conceptuales para dar cuenta del mundo en que vivimos. En esta decisión se revela una actitud con respecto a la cultura. Es como si partieran del presupuesto de que una auténtica relación con la cultura (y no solamente con la filosofía) nos debe ayudar a vivir, es decir, a descifrar el momento en el que estamos inmersos. María del Rosario Acosta dice abiertamente que su trabajo es, "de cierta manera", "una autobiografía". Laura Quintana, por su parte, señala que su trabajo no se limita a analizar el problema de la comunicabilidad del gusto desde la perspectiva kantiana, sino que se propone entender el problema en términos generales, "que no lo restringen al ámbito estético, y lo tratan como una cuestión que se relaciona con una serie de rasgos característicos de la modernidad".

Como ya se ha indicado, el punto de partida de los análisis de ambas autoras es la situación del hombre en la modernidad. Schiller y Kant nos interpelan directamente, son nuestros contemporáneos, porque enfrentaron los mismos problemas con los que nos seguimos debatiendo. "Escisión", "existencia en exilio", dispersión, atomización, predominio de lo particular y lo contingente, son expresiones con las que nuestras autoras caracterizan la modernidad, y es a partir de esas caracterizaciones que cada una modula sus preguntas y sus respuestas. En el caso de los análisis que desarrolla María del Rosario Acosta, la pregunta, siguiendo a Schiller, es la de saber cómo asumir como destino una situación de exilio y extrañamiento, sin abandonarse a la añoranza y a la mistificación. En otras palabras: ¿cómo dotar de sentido a un mundo y a unas existencias que quedaron a la deriva? Si el reto es escapar tanto al nihilismo como a un optimismo ingenuo, ¿cómo conseguir, se pregunta Laura Quintana, que la interacción dialógica juegue en nuestras vidas un papel determinante? O, en otras palabras, ¿cómo concebir una racionalidad que no reclame un fundamento y que, sin sentirse en condiciones de exigir un asentimiento total, confíe sin embargo en los efectos liberadores que tendría en la vida social el reconocer y preservar unos ámbitos que no existen sino gracias a la confrontación permanente de diversos puntos de vista?

Como se ve, ambas autoras desembocan, a partir de sus respectivas investigaciones, en uno de los problemas que siguen estando en el centro de las discusiones contemporáneas: el de las relaciones entre estética y política. La lección de Schiller, de acuerdo con los análisis de María del Rosario Acosta, sería la de mostrarnos que, sin negar o anular el conflicto, es posible pensar la existencia en términos estéticos, entendiendo esta afirmación en el sentido de que es posible transformar la vida si se apunta a que las experiencias humanas puedan ser expresadas tanto en conceptos como en imágenes, es decir, si se busca una conciliación, como ya se indicó, entre sensibilidad y razón. Así concebida, la educación estética se revela como un proyecto de formación moral y política, es decir, como una apertura hacia los otros que no se funda en ningún modelo de dominación. Para Laura Quintana, la lección que nos deja la forma como Kant trató el problema del gusto es que, si se asume una concepción enfática de la razón (la que resulta de adoptar el punto de vista trascendental), se termina por aplicar a todos los objetos el mismo criterio de verdad y racionalidad que se aplica a los juicios de saber. De esta forma se termina por desconocer la especificidad de áreas centrales en la vida humana, como son el arte y la política. Para la autora, Kant incurrió en una "inconsecuencia": la de que, después de haber reconocido el carácter sui generis de los juicios de gusto, quiso, no obstante, ajustarlos al modelo de los juicios de saber, lo cual lleva a justificar la exigencia de asentimiento total allí donde no es posible que se alcance la unanimidad plena, precisamente porque se trata de esferas abiertas a una permanente discusión.

Y ese es el punto, me parece, en el que confluyen ambas investigaciones: el de preguntarse cómo se construye "lo común", cómo asegurar unas relaciones humanas que hagan posible el ejercicio de una racionalidad que no sólo tolera, sino que necesita, para poder desplegarse, de la pluralidad. Como quien dice que, después de haber cumplido plenamente sus compromisos académicos, las autoras, a través de sus libros, nos interpelan, nos invitan a pensar en una democracia posible, a trabajar en la construcción de ciudadanía.

Bernardo Correa

Universidad Nacional de Colombia bcorrea@gmail.com.


* Palabras pronunciadas con motivo del lanzamiento de ambos libros.


 

Cómo citar

MODERN-LANGUAGE-ASSOCIATION

Acosta López, M. del R., L. Quintana, y B. Correa. « Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant». Ideas y Valores, vol. 58, n.º 139, enero de 2009, pp. 210-3, https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/36455.

ACM

[1]
Acosta López, M. del R., Quintana, L. y Correa, B. 2009. Acosta López, María del Rosario. La tragedia como conjuro: el problema de lo sublime en Friedrich Schiller. Quintana, Laura. Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant. Ideas y Valores. 58, 139 (ene. 2009), 210–213.

ACS

(1)
Acosta López, M. del R.; Quintana, L.; Correa, B. Acosta López, María del Rosario. La tragedia como conjuro: el problema de lo sublime en Friedrich Schiller. Quintana, Laura. Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant. Ideas Valores 2009, 58, 210-213.

APA

Acosta López, M. del R., Quintana, L. y Correa, B. (2009). Acosta López, María del Rosario. La tragedia como conjuro: el problema de lo sublime en Friedrich Schiller. Quintana, Laura. Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant. Ideas y Valores, 58(139), 210–213. https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/36455

ABNT

ACOSTA LÓPEZ, M. del R.; QUINTANA, L.; CORREA, B. Acosta López, María del Rosario. La tragedia como conjuro: el problema de lo sublime en Friedrich Schiller. Quintana, Laura. Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant. Ideas y Valores, [S. l.], v. 58, n. 139, p. 210–213, 2009. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/36455. Acesso em: 19 abr. 2024.

Chicago

Acosta López, María del Rosario, Laura Quintana, y Bernardo Correa. 2009. « Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant». Ideas Y Valores 58 (139):210-13. https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/36455.

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Acosta López, M. del R., Quintana, L. y Correa, B. (2009) « Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant»., Ideas y Valores, 58(139), pp. 210–213. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/36455 (Accedido: 19 abril 2024).

IEEE

[1]
M. del R. Acosta López, L. Quintana, y B. Correa, « Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant»., Ideas Valores, vol. 58, n.º 139, pp. 210–213, ene. 2009.

Turabian

Acosta López, María del Rosario, Laura Quintana, y Bernardo Correa. « Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant». Ideas y Valores 58, no. 139 (enero 1, 2009): 210–213. Accedido abril 19, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/36455.

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1.
Acosta López M del R, Quintana L, Correa B. Acosta López, María del Rosario. La tragedia como conjuro: el problema de lo sublime en Friedrich Schiller. Quintana, Laura. Gusto y comunicabilidad en la estética de Kant. Ideas Valores [Internet]. 1 de enero de 2009 [citado 19 de abril de 2024];58(139):210-3. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/36455

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