Publicado

2012-01-01

Homenaje a la antropóloga Alicia Dussán

Palabras clave:

antropología (es)

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Autores/as

  • Gerardo Ardila Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá
Este texto fue leído en el homenaje que hizo la Universidad Nacional de Colombia a la profesora Alicia Dussán en abril del 2009.

HOMENAJE A LA ANTROPÓLOGA ALICIA DUSSÁN*
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Gerardo Ardila
Departamento de Antropología
Universidad Nacional de Colombia

Doña Alicia Dussán:

Tengo el honor, con el permiso del señor rector, de darle la bienvenida a la Universidad Nacional de Colombia. Todos los que estamos en esta sala nos hemos reunido con la convicción de que celebrar su existencia y agradecer su vida son actos fundamentales de una sociedad que aún posee optimismo y de una comunidad que sueña con un camino abierto hacia el futuro.

Hoy no solo están aquí antropólogos, aunque los hay de todas las especies y de todas las edades. Hay viejos que vivieron de cerca su trayecto; los hay más jóvenes, quienes recibieron sus consejos y oyeron sus ideas; los hay muy jóvenes, quienes encuentran en usted un referente. Pero todos los que nos reunimos hoy en este lugar encontramos en su vida y en su obra un modelo; un modelo del oficio. Bourdieu, Chamboredon y Passeron (2002) escribieron una obra pesada sobre el oficio de sociólogo; usted, con su vida cotidiana, escribe, a lo largo de más de ochenta años, una muestra tangible del oficio de antropólogo. En la intimidad de nuestra vida profesional, decimos a veces que ser antropólogo es una forma de vida. Nadie más autorizado que usted para demostrarlo. Usted recorrió este país en serio: dejó Bogotá y sus comodidades para andar veinte años haciendo un trabajo de campo constante, preocupada por temas que no eran objeto de ninguna atención para los científicos sociales de la época. La salud y la medicina popular; el valor de la reciprocidad como mecanismo social y político, a través de la documentación minuciosa de los regalos de comida; la importancia de las relaciones entre la magia y la envidia como sistemas predilectos de control social en sociedades indígenas y campesinas; la crianza y la educación de los niños en las diferentes sociedades con las que se relacionaron; las diferencias culturales y los papeles de género. Sus descripciones e interpretaciones sobre la mochila de fique (casi una disculpa para introducir en los años cincuenta el tema de género con todas sus complejidades), su relato emocionante de los sistemas de generación y conservación de prestigio como base y fuente del poder social, su narrativa paso a paso de la formación de los papeles masculino y femenino en una sociedad de pescadores, su capacidad para presentar la vida de Taganga como una sinfonía —en la que la armonía, tocada en tiempo lento por los hombres, está compuesta por las pautas de comportamiento; mientras que la melodía, interpretada a ritmo veloz por las mujeres, responde a los cambios ocasionados por las transformaciones económicas— son temas y estilo novedosos para esa época.

Los literatos recurren a la hermosa metáfora de un tiempo lejano en el que aún las cosas no tenían nombre. Pero usted, su obra, su historia, y su presencia hoy, aquí con nosotros, nos hacen tener la certeza de que ese tiempo remoto es más reciente de lo que siempre pensamos: cuando ustedes recorrieron Colombia no había caminos, no había trenes, no existían los aeropuertos. En burro, con sus cajas verdes de madera a lado y lado de la angarilla, como los gitanos de García Márquez, llegaron hasta lugares donde aun hoy es difícil llegar. Y contribuyeron con su trabajo a descubrir los verdaderos nombres de Colombia. La podemos imaginar inventando a Aritama, creando a Puerto Hormiga, haciendo entrar los nombres de La Loma, Portacelli, Saloa, Jurubidá, Chorí y Utría en una geografía de Colombia en la que antes, simplemente, no existían, para los imaginarios de esta nación excluyente y centralista. Rogelio Salmona y Germán Samper hablaron muchas veces de su experiencia con usted en el Cinva. Recordaban su trabajo en el barrio El Carmen, modelo de antropología urbana y modelo de procesos de ordenamiento urbano y de ideal de gobernabilidad urbana: conocer los procesos sociales y culturales locales, los intersticios de la diversidad urbana para tomar decisiones acordes con esas realidades. Fue una época hermosa de su vida, a juzgar por la manera como usted misma la recuerda.

Profesora Alicia: a pesar de que usted nunca se niega a acompañarnos en nuestros cursos para hablar con los estudiantes (dice usted que para "aprender", para "entender", lo que es su verdadero combustible), usted no ha sido de manera oficial profesora de esta casa. Sin embargo, su labor en la fundación del Departamento de Antropología, en la Universidad de los Andes, estimuló la creación del nuestro en la Universidad Nacional de Colombia. Y luego, con los años, y a pesar de tener ethos diferentes, compartimos tanto, que nuestros profesores fueron un solo cuerpo. Y los departamentos de Antropología de la Universidad de Los Andes y de la Universidad Nacional fundaron y transmitieron mucho de su estilo y de su manera de concebir nuestra disciplina a los que vinieron luego: en la Universidad del Cauca estuvieron varios de los brillantes colegas que hoy están en esta sala y en la Universidad de Antioquia, colegas que partieron de este campus y se quedaron construyendo Antioquia. Así que su espíritu está con nosotros como nuestra huella genética.

Maestra Alicia: hoy nos hemos reunido para decirle "gracias". Gracias por ser una mujer aguerrida y por tener la fuerza y la convicción suficientes para enfrentar su tiempo, su gente, sus propias costumbres y valores. Eso nos ahorró muchos años de trabajos a quienes vinimos luego y facilitó el camino de renovación y democratización de esta sociedad, que avanza lento, se devuelve, pero que insiste en transformarse. Nos cuesta trabajo imaginar que en los primeros días de su trabajo de campo era algo inconcebible que una mujer de la elite bogotana abandonara su papel de esposa resignada y doméstica para imponer el ritmo del viaje a su marido (como lo contaba Perfecto Alarcón en la Guajira). Se nos dificulta entender el enorme esfuerzo que implicaba viajar en contravía de las formas establecidas de comportamiento social y de poder. Gracias por contribuir a que Colombia cambiara su propia visión y reconociera su carácter pluricultural. Gracias por mostrarnos, sin concesiones, su odio al racismo y su molestia con el clasismo.

Gracias por su interés en trasformar la manera de presentar los museos y por tratar de hacer conscientes a los funcionarios de esas instituciones del papel político y educativo que ellos cumplen. Mucho se puede encontrar en sus escritos sobre el tema, que nos haría bien leer en estos días. Gracias por asumir su identidad de mujer científica y por preocuparse por que las ciencias sociales tuvieran el respeto que merecen en el concierto universal del conocimiento. Gracias por representar a América Latina en la academia de Ciencias del Tercer Mundo, demostrando que una dama puede hacer diferencias radicales en la manera patriarcal de pensar el universo.

Y para terminar, por ahora, gracias por demostrarnos que la juventud y la vejez son relativas: aún nos falta tanto por conocer y por experimentar en este mundo. Solo usted puede tomar la decisión de volar en un parapente para celebrar sus 84 años. ¿Qué estará tramando para celebrar los 90? Solo usted puede tomar la decisión, como lo hizo en los años cuarenta, de trasladar su residencia a un lugar en el que hubiera mucho trabajo antropológico por hacer, cuando ya tenía 83 años de edad. Y que en un año de estadía en Bucaramanga publicara dos libros nuevos, para luego volver a Bogotá. Gracias por el ejemplo, gracias por su enseñanza del oficio, por su enseñanza de la integralidad de la vida y por su enseñanza de la antropología.

Los miembros de esta comunidad universitaria, con el señor rector a la cabeza, a través del Departamento de Antropología y de su maestría, del Centro de Estudios Sociales —CES—, del Instituto de Estudios Urbanos y de la Facultad de Ciencias Humanas, convocamos a esta fiesta para agradecer la suerte de tenerla con nosotros. Toda esta gente —y muchos que no pudieron llegar— no solo aceptaron gustosos sino que nos ofrecieron todo su apoyo. La señora ministra de Cultura, los colegas de Popayán, de Medellín, de Manizales, de Santa Marta, amigos de Cartagena y de la Guajira enviaron notas de saludo. Gracias, doña Alicia Dussán, por ser la razón de nuestra comunión de hoy, por permitirnos encontrarnos en torno suyo para demostrar que, a pesar de la realidad que nos agobia, tenemos esperanza en el futuro. Usted sigue siendo un faro encendido en esta noche.


* Este texto fue leído en el homenaje que hizo la Universidad Nacional de Colombia a la profesora Alicia Dussán en abril del 2009.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bourdieu, P., Chamboredon, J. C. y Passeron, J. C. ([1973] 2002). El oficio del sociólogo. (F. H. Azcurra y J. Szabón, trads). Buenos Aires: Siglo XXI.

Cómo citar

APA

Ardila, G. (2012). Homenaje a la antropóloga Alicia Dussán. Maguaré, 26(1), 327–330. https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/35302

ACM

[1]
Ardila, G. 2012. Homenaje a la antropóloga Alicia Dussán. Maguaré. 26, 1 (ene. 2012), 327–330.

ACS

(1)
Ardila, G. Homenaje a la antropóloga Alicia Dussán. Maguaré 2012, 26, 327-330.

ABNT

ARDILA, G. Homenaje a la antropóloga Alicia Dussán. Maguaré, [S. l.], v. 26, n. 1, p. 327–330, 2012. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/35302. Acesso em: 29 mar. 2024.

Chicago

Ardila, Gerardo. 2012. «Homenaje a la antropóloga Alicia Dussán». Maguaré 26 (1):327-30. https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/35302.

Harvard

Ardila, G. (2012) «Homenaje a la antropóloga Alicia Dussán», Maguaré, 26(1), pp. 327–330. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/35302 (Accedido: 29 marzo 2024).

IEEE

[1]
G. Ardila, «Homenaje a la antropóloga Alicia Dussán», Maguaré, vol. 26, n.º 1, pp. 327–330, ene. 2012.

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Ardila, G. «Homenaje a la antropóloga Alicia Dussán». Maguaré, vol. 26, n.º 1, enero de 2012, pp. 327-30, https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/35302.

Turabian

Ardila, Gerardo. «Homenaje a la antropóloga Alicia Dussán». Maguaré 26, no. 1 (enero 1, 2012): 327–330. Accedido marzo 29, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/35302.

Vancouver

1.
Ardila G. Homenaje a la antropóloga Alicia Dussán. Maguaré [Internet]. 1 de enero de 2012 [citado 29 de marzo de 2024];26(1):327-30. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/35302

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