Nicolás Espinosa. Política de vida y muerte: etnografía de la violencia diaria en la Sierra de la Macarena
NICOLÁS ESPINOSA
Política de vida y muerte:
etnografía de la violencia diaria en la Sierra de la Macarena
________________________________________________________________________________________________________
Bogotá: Instituto Colombiano de Antropología e
Historia (icanh),
2010. 168 páginas.
En varios departamentos de Colombia, grupos de guerrilla, paramilitares y fuerza pública (ejército, policía, armada) no solo han sido los responsables del desarrollo de distintos ejercicios violentos (confrontaciones armadas, hostigamientos, asesinatos, amenazas, ejecuciones extrajudiciales), sino que también han sido los responsables de la instauración de controles y dominios territoriales con los que han creado órdenes sociales concretos que corresponden a su "proyecto militar". Bajo estos contextos, la población que habita estos territorios, y que no se desplaza, ha tenido que recurrir a diversas estrategias para significar y resignificar los lugares cotidianos en los que permanece y para manejar códigos de protección que no la pongan en riesgo (Cancimance, 2012).
¿Quiénes son los que se quedan?, ¿por qué se quedan?, ¿bajo qué condiciones se habita en estos territorios?, ¿cómo negociar la vida con actores armados que, frente a algunas personas reprimen, castigan y asesinan, y frente a otras se convierten en "aliados" clave, de los cuales se "benefician"?, ¿es posible identificar resistencias o agencias en medio de un dominio armado? La etnografía sobre la Sierra de la Macarena y los Llanos del Yarí -subregiones de la Amazonia occidental colombiana- que nos ofrece Nicolás Espinosa en este libro aborda algunas posibles respuestas a estos interrogantes.
La tesis central del autor es que los distintos niveles de violencia que se configuran en la región, se incorporan y/o naturalizan en las prácticas cotidianas de la vida campesina: los negocios, los viajes, el trabajo en la finca, la organización comunitaria y, en últimas, "la configuración de la espacialidad regional y las características de la circulación tanto de pobladores como de bienes y servicios" (p. 19). Para argumentar esta tesis, Nicolás Espinosa no solo recurrió a lo que él denomina una etnografía con trabajo de campo de larga duración (diez años), sino que para hacer una "lectura de la realidad regional" trazó dos figuras metafóricas: 1. La textura: a partir de la cual definió los aspectos físicos y sociales que estructuran la región; las fuerzas sociales, agenciadas por el estado y la insurgencia; los elementos del paisaje que dan cuenta de la violencia (límites geográficos, extensiones de finca reguladas por uno o varios frentes guerrilleros); las reglas tácitas para sobrellevarla, asumirla, soportarla o superarla. 2. La textualidad: o sea, las representaciones y significados con los cuales se dota de sentido la violencia: "las distintas narrativas, posiciones y actitudes que existen entre los campesinos para referirse a la coca, al estado, a la guerrilla y a su propia situación" (p. 24).
El libro está estructurado en cinco capítulos, que aportan a la comprensión de los aspectos territoriales de la violencia y la manera en la que la presencia del estado, las dinámicas de poblamiento y los procesos de desarrollo socioeconómico en La Macarena condicionan de manera distinta la inserción de los grupos armados y las dinámicas y lógicas del conflicto armado. En el primer capítulo, "Etnografía en zona tórrida: crónica sobre la termodinámica del trabajo de campo en La Macarena", el autor da cuenta de su viaje a La Macarena. El relato resulta impactante por la forma cómo el autor logra reconstruir varios acontecimientos a partir de los cuales puede afirmarse que en esta zona del país -teatro de las más costosas, prolongadas y extensas campañas militares- aún existe un control político por parte de las FARC, y evidencia, a su vez, la ineficiencia del estado y sus políticas, no solo para superar de manera sostenible la violencia sino para cumplir con su deber de protección a la población civil, tal como se observó con la ejecución del Plan Colombia y del Plan Patriota, y se sigue observando en la actualidad con el Plan de Consolidación Nacional.
En el segundo capítulo, "Violencia y vida campesina: etnografía de la violencia en la vida diaria", Nicolás Espinosa analiza los distintos niveles de violencia y conflicto presentes en la vida diaria de los campesinos:
Aunque se trata de situaciones extremas que no suceden todos los días, no dejan de ser comunes y se reflejan en varias esferas de la vida diaria: las relaciones sociales, que establecen de quién se es amigo, a quién será mejor no volver a visitar; el tránsito por los caminos que está prohibido después de las seis de la tarde; [...] las conversaciones, de qué se habla o no; las visitas al pueblo, donde ir muy seguido puede ser sospechoso para el ejército o para la guerrilla; los planes para cultivar. (p. 79)
El propósito de esta sección es reconstruir el contexto político, social, económico y cultural de la Sierra de La Macarena. El autor emplea una perspectiva regional, y a través de ella descifra los mecanismos de la violencia en esta región desarrollados por la guerrilla y el estado. A su vez, muestra y reivindica que los campesinos no son agentes pasivos ante esta violencia:
[...] la critican, inventan estrategias para hacerle frente, levantan memoriales para dirigirse a la guerrilla, para denunciar al ejército, para escribir al presidente de la República. Desde varias instancias han pretendido marcar distancia frente a la guerrilla y ganar reconocimiento desde el estado. (p. 75)
En el tercer capítulo, "Política de vida y muerte: gramática social de la violencia", el autor explica cómo la violencia cotidiana implica para los campesinos la rutinización del sufrimiento humano como algo normal. "Por algo lo mataron" suele ser una de las afirmaciones más representativas de la naturalización de la violencia en el país, y es una afirmación muy frecuente en las experiencias relatadas por Nicolás Espinosa en este capítulo.
Así, implícitamente, esta sección da cuenta de que en la guerra no solo se producen pérdidas de las referencias básicas para mantener la identidad del individuo (territorio, familia, pertenencias, estatus), sino también se pierde la perspectiva de futuro, se instala el temor, y se produce una desestructuración de la vida cotidiana. El conflicto trae consigo la desconfianza, el silencio y el aislamiento, deteriorando la solidaridad entre los miembros de una comunidad y la confianza en sus instituciones, valores sobre los que se construye la democracia (Bello y Cancimance, 2011).
Pero en la guerra, aunque parezca paradójico, no todos los efectos son "negativos". Martín-Baró, a propósito de sus estudios sobre la violencia en El Salvador, afirmaba que en momentos de crisis social se ha constatado que algunos sectores de la población, enfrentados a "situaciones límite", desarrollan nuevos recursos o se "replantean su existencia de cara a un horizonte nuevo, más realista y humanizador" (Martín Baró, 1990, p. 5).
El capítulo cuarto de este libro, "Violencia política y prácticas de la memoria", también da cuenta de esos otros efectos de la guerra. En él, Nicolás Espinosa describe los casos de La Macarena y la comunidad Yaguara II en relación con las prácticas de la memoria emprendidas para "conjurar la historia regional con una serie de marcos y pautas para la acción política" (p. 30). El carácter reivindicador de una identidad campesina, versus una de colonizadores, sin arraigo y asociados a actividades ilícitas, está presente en todo el argumento de este capítulo. El autor nos recuerda el imperativo de transformar aquella representación de la región como una región habitada por gente desarraigada, dedicada a actividades ilegales, ya sea por relacionarse con las FARC-EP o con el narcotráfico.
El último capítulo de este libro, "La política del lugar: tensiones del territorio político en La Macarena", examina los impactos de la dominación armada -estatal y no estatal- sobre la población de La Macarena y explora las posibilidades para comprender la cultura política en la región, una cultura que "comparte una historia de la colonización, la racionalización campesina y la construcción de una sociedad con tradiciones, significados, sentidos y memorias sobre la vida allí [...] de un sentimiento regional, 'un nosotros' campesino desde el cual se define el sentido de su papel político" (p. 127). Es un capítulo que le apuesta a esa idea, señalada por Martín-Baró, de que los impactos de la violencia y la guerra no son un problema de individuos aislados, sino un problema estrictamente social. Por lo tanto, esfuerzos colectivos, institucionales y académicos, son necesarios para comprenderlos.
Valoro la sensibilidad con la que el autor se aproxima y maneja el tema, el respeto que muestra ante sus sujetos de información y su capacidad para acercarse a la problemática abordada y a los contextos de control armado que rodean su práctica académica. Resulta muy significativo el ejercicio terapéutico, por decirlo de algún un modo, que despliega el trabajo con la memoria, en la medida en que permite no solo hilvanar el sentido del pasado, con el presente y el futuro, tan golpeado por diversas modalidades de violencia en esta región (desplazamientos, amenazas, asesinatos, desaparición forzada), sino porque de él emergen, finalmente, demandas y propuestas políticas para una solución real del conflicto armado en el país. Con este estudio, Nicolás Espinosa nos ofrece otro punto de vista sobre una región que, a lo largo de varias décadas, ha sido manejada como botín de recursos que justifican el uso de la fuerza en cada coyuntura.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Bello, M. N. y Cancimance, J. A. (2011, Octubre). Reflexiones sobre el daño en contextos de violencia socio-política. Ponencia presentada en la 6ª versión de la Cátedra Internacional Ignacio Martín Baró: las víctimas; testigos históricos, sujetos de justicia. Tiempos de reflexiones urgentes. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá, Colombia.
Cancimance, J. A. (2012). Prácticas para habitar espacios de muerte: el bajo Putumayo (Propuesta de tesis doctoral sin publicar). Universidad Nacional de Colombia, Departamento de Antropología, Bogotá, Colombia.
Martín-Baró, I. (Comp.). (1990). Psicología social de la guerra: trauma y terapia. San Salvador: UCA Editores.
JORGE ANDRÉS CANCIMANCE LÓPEZ
Universidad
Nacional de Colombia
Cómo citar
APA
ACM
ACS
ABNT
Chicago
Harvard
IEEE
MLA
Turabian
Vancouver
Descargar cita
Visitas a la página del resumen del artículo
Descargas
Licencia
Derechos de autor 2012 MaguaréEsta licencia permite compartir, modificar y comercializar las obras bajo los siguientes términos:
Reconocimiento: Debe reconocer los créditos de la obra de la manera especificada por el autor o el licenciador (pero no de una manera que sugiera que tiene su apoyo o apoyan el uso que hace de su obra).
Compartir igual: Si remezcla, transforma o crea a partir del material, debe distribuir su contribución bajo la misma licencia del original.
Copyright
El autor es el titular del copyright de los contenidos publicados y retiene los derechos de publicación.