Publicado

2007-07-01

Caracterización de la situación de seguridad alimentaria de la población en condición de desplazamiento forzado: una mirada a través de las familias. Estudio de caso Bogotá.

Nutricional security characterization of some population in forced displacement: a look through the families. Case study in Bogota

Palabras clave:

seguridad alimentaria, hambre, programas de nutrición, programas de gobierno, conflictos armandos. (es)
food security, hunger, nutrition programmes, government programs, armed conflicts. (en)

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Autores/as

  • Sara Eloisa Del Castillo Matamoros Profesora Departamento de Nutrición. Facultad de Medicina. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
  • Mauricio Hernando Garzón Cortés Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
  • Ángela Marcela Gordillo Motato Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.
La seguridad alimentaria y nutricional de la población en condición de desplazamiento forzado se esta vulnerando, situación que se evidencia en inseguridad y periodos de hambre de las familias, programas asistenciales que no responden a una política estatal clara frente al problema, dificultades en el acceso a la educación, trabajo mal remunerado e inestable, acceso a servicios públicos precarios y asentamiento en lugares de alto riesgo. Las voces de los desplazados no se escuchan y lo que ellos proponen no es prioridad para las instituciones, responsables de atender esta problemática. Este trabajo intenta rescatar esas voces que buscan alternativas para la solución a un problema básico que es la subsistencia de las familias desplazadas de Bogotá, el combate a la inseguridad y la lucha cotidiana por sobrevivir al hambre a corto plazo que permanentemente los aqueja.
The population’s condition of forced displacement alimentary and nutritional security this being harmed, situation that is evidenced in insecurity and periods of hunger of the families, assistance programs that don’t respond to a clear state politics in front of the problem, difficulties in the access to education, not well remunerated and unstable work, access to precarious public services and establishment in places of high risk. The voices of those displaced are not listened and what they propose is not priority for the institutions responsible for this problem. This work tries to rescue those voices that look for alternatives for the solution to a basic problem that is the subsistence of the displaced families of Bogotá, the combat to the insecurity and the daily fight to survive the short-term hunger that permanently it suffers them.

CARACTERIZACIÓN DE LA SITUACIÓN DE SEGURIDAD ALIMENTARIA DE LA POBLACIÓN EN CONDICIÓN DE DESPLAZAMIENTO FORZADO: UNA MIRADA A TRAVÉS DE LAS FAMILIAS. ESTUDIO DE CASO BOGOTÁ

Nutricional security characterization of some population in forced displacement: a look through the families. Case study in Bogota


Resumen

La seguridad alimentaria y nutricional de la población en condición de desplazamiento forzado se esta vulnerando, situación que se evidencia en inseguridad y periodos de hambre de las familias, programas asistenciales que no responden a una política estatal clara frente al problema, dificultades en el acceso a la educación, trabajo mal remunerado e inestable, acceso a servicios públicos precarios y asentamiento en lugares de alto riesgo. Las voces de los desplazados no se escuchan y lo que ellos proponen no es prioridad para las instituciones, responsables de atender esta problemática. Este trabajo intenta rescatar esas voces que buscan alternativas para la solución a un problema básico que es la subsistencia de las familias desplazadas de Bogotá, el combate a la inseguridad y la lucha cotidiana por sobrevivir al hambre a corto plazo que permanentemente los aqueja.

Palabras clave: seguridad alimentaria, hambre, programas de nutrición, programas de gobierno, conflictos armandos.


Summary

The population’s condition of forced displacement alimentary and nutritional security this being harmed, situation that is evidenced in insecurity and periods of hunger of the families, assistance programs that don’t respond to a clear state politics in front of the problem, difficulties in the access to education, not well remunerated and unstable work, access to precarious public services and establishment in places of high risk. The voices of those displaced are not listened and what they propose is not priority for the institutions responsible for this problem. This work tries to rescue those voices that look for alternatives for the solution to a basic problem that is the subsistence of the displaced families of Bogotá, the combat to the insecurity and the daily fight to survive the short-term hunger that permanently it suffers them.

Key words: food security, hunger, nutrition programmes, government programs, armed conflicts.


Introducción

El conflicto armado Colombiano, ha generado entre otras consecuencias, el desplazamiento forzoso de un elevado número de personas, que huyen de sus lugares de residencia, como estrategia de supervivencia frente a la guerra.

Bogotá presenta el mayor flujo migratorio de población desplazada después de Antioquia, Bolívar y Sucre, situación que aumenta día tras día. De acuerdo con el sistema único de registro SUR de la Red de Solidaridad Social -con corte a diciembre 15 del 2003-, en el Distrito Capital existen un total de 17.275 hogares y 70.244 personas desplazadas por la violencia.

Las principales localidades en Bogotá receptoras de población en situación de desplazamiento son: Ciudad Bolívar, Kennedy, Bosa, Usme, San Cristóbal y Rafael Uribe según la Secretaría de Gobierno, el informe de gestión del 2002 de la Unidad Móvil de Atención a la Población en situación de Desplazamiento del Instituto Colombiano del Bienestar Familiar (1) y la Unidad de Atención Integral a la Población Desplazada.

Hasta el momento no hay certeza sobre los niveles de inseguridad alimentaria de las familias desplazadas por regiones, pues el estudio de PMA (2) da luces en lo fundamental de un promedio nacional, que no es representativo por regiones, tan incidentales como la de Bogotá D.C. Frente a esta problemática se hizo urgente, aproximarnos a indagar no sólo por los niveles de inseguridad o seguridad alimentaria de la población en situación de desplazamiento forzado en Bogotá, sino por la comprensión de la problemática desde las necesidades sentidas de la gente, para integrar dichas variables a la construcción de alternativas de solución, que como Nutricionistas- Dietistas estamos obligados a formular bajo criterios de igualdad, equidad, respeto, dignidad, compromiso y justicia.

Por ello, se realizó un estudio de caracterización de la situación de la seguridad alimentaria de la población en situación de desplazamiento, que permitió conocer las preferencias alimentarías, las alternativas y estrategias de subsistencia alimentaria -entendidas como esas maneras que desde la dinámica cotidiana las familias sortean las vicisitudes para la consecución de los alimentos para toda su familia, utilizadas por esta población para lograr satisfacer sus necesidades alimentarías.

Para el desarrollo del estudio se utilizó una metodología de tipo cualitativo. Con este propósito, el trabajo de campo se centró en la observación participante y la realización -por parte de cada uno de los investigadores- de un registro exhaustivo de notas de campo. Igualmente, se realizaron 39 entrevistas semiestructuradas dirigidas a jefes de hogar, y cuatro grupos focales con personas diversas de las familias entrevistadas, uno en cada localidad trabajada.

Una mirada a la seguridad alimentaria en las familias del estudio

Para las familias seleccionadas dentro del estudio antes de abandonar sus lugares de origen, el dinero no se constituía en una condición necesaria de la cotidianidad, ni tampoco como mediador para acceder a los alimentos que consumían. Esto porque en general contaban con una aceptable disponibilidad y acceso a aquellos, lo que les permitía cultivar una cierta variedad y cantidad de alimentos para autoconsumo y comercialización. De esta última actividad obtenían los ingresos para comprar no solo aquellos productos básicos que no cultivaban sino también para satisfacer sus demás necesidades (recreación, salud, vestido, vivienda y educación, entre otras).

“…y pa´ qué, bendito Dios allá no nos faltaba la comida en cuanto lo que era el pescao, el platanito, que la yuca, que el cajuche, que chigüiro, que sí, eso a uno no le falta la comida…” María Helena, Ciudad Bolívar.

Cuando las familias no tenían dinero para comprar los alimentos recurrían al consumo de lo que cultivaban o de los animales que criaban, hacían trueques e intercambios o sacaban «fiado» en tiendas mientras llegaba la cosecha para su comercialización; otro de los recursos utilizados era la ayuda entre vecinos y familiares cuyos grupos se constituían también en redes de apoyo donde se intercambiaban alimentos, prestaban dinero o recibían colaboración de cualquier índole; circunstancias similares a las reportadas por Ochoa, Millán y Del Castillo (3,4).

“Bueno cuando no teníamos pues entonces nosotros ya teníamos las partes a donde nosotros íbamos a pedir el mercado (…) cuando no teníamos plata pues se recogía uno pues de ahí mismo del campo con los vecinos así, el que tenía cachaco, se le regalaba cachaco o plátano o yuca o cambiaba uno por gallinas o si... entonces ya lo que es carne entonces ya se pelaba una gallina, se mataba un marrano, alcanzaba pa´ la semana…” Celmira. Bosa

Después del desplazamiento, en cambio, el dinero se convirtió para las familias en un mediador importante y fundamental para obtener gran parte de los alimentos necesarios en su alimentación, debido a “la pérdida de su tierra para producir alimentos, para la comercialización y autoconsumo, afectando esto negativamente la disponibilidad de alimentos” (4).

“…aquí si uno no tiene la plata pues no puede comer y al otro día alguien le regala, o pide o roba, no hay de otra, lo grave es que uno no es ladrón y limosnear no es pa´ todos, entonces hay días que no ha tocado aguante con los hijos y la mujer” Efraín Localidad Kennedy

Varias de las familias después del desplazamiento, han ido adquirido y aumentado sus gastos por causa del pago de arriendo, servicios públicos, educación, salud y transporte, entre otros; situación ésta que, por una parte, genera recortes en el dinero destinado a la compra de los alimentos dentro del núcleo familiar, propiciando una disminución en la cantidad, variedad, calidad y consumo de los mismos y, por otra, obliga a recurrir al endeudamiento, a actividades informales mal remuneradas, a ayuda de familiares, parroquias, vecinos y, en última instancia, a la mendicidad como estrategia para mitigar el hambre.

Dicha mendicidad es ejercida principalmente las mujeres quienes, junto a sus hijos, son las encargadas de pedir o recoger alimentos en los diferentes centros de acopio de la ciudad, hecho similar a lo reportado en el estudio realizado en Soacha, Cundinamarca y Bello, Antioquia por Ochoa Millán y Del Castillo (3,4).

En varios casos esta actividad es la única fuente que tienen las familias desplazadas para poder obtener los alimentos o para complementar la alimentación conseguida a través del trabajo informal, generándose así en ellas, sentimientos de humillación, por no estar acostumbradas a realizar este tipo de acciones, ya que como refieren -antes del desplazamiento por lo menos podían adquirir y producir la mayor parte de los alimentos que necesitaban-.

“Sí, a Abastos, solamente vamos a pedir los restos cuando no tenemos para comprar así mercaito, así de grano entonces mi marido va po allá a sí a las parroquias, las iglesias y le dan a uno, po ahí una panela un kilo de arroz, una libra así de alverja, lenteja así ya uno va pasando toca así” María, Localidad Usme

Así mismo, los alimentos que obtienen en lugares como Abastos, plazas de mercado, supermercados, tiendas, panaderías, famas y la calle son, en su mayoría, perecederos, generalmente, verduras, frutas y tubérculos; alimentos que en la mayoría no estaba acostumbrada a consumir con frecuencia y que además suelen encontrarse deteriorados, sobre madurados o con algún grado de descomposición.

“...pues a veces le dan a uno, esa papa cortada, mejor dicho lo que se llama, lo que llaman ellos saldos, saldos... cuando el pescado ese le dan a uno un pescado y a veces que medio pasao ahí que uno medio lo lava y le saca lo malo y se come lo bueno porque así le toca a uno como pobre y como desplazado” Guillermo Localidad Usme

Como se dijo, la mendicidad se ha convertido en una estrategia muy utilizada por las familias desplazadas para mitigar el hambre. Problemática que pasa de constituirse en una alternativa de subsistencia de corto plazo para convertirse en una de mediano o incluso, largo plazo, debido a la situación de pobreza, cada vez más agudizada, en la cual se encuentran sumergidos el desplazado y su familia. Esta actividad se ha fortalecido por los habitantes de la capital quienes, ya sea por solidaridad o simplemente por “quitárselos de encima”, les regalan alimentos o dinero, porque consideran que al ser familias desplazadas por la violencia, sí lo van a invertir en artículos diferentes a droga y vicio, contrario a lo que sucede con otros habitantes de la calle.

Lo más preocupante es que esta actividad esta siendo legitimada en las familias por su alta “rentabilidad”, principalmente cuando son utilizados los menores de edad como instrumento para tal fin, según lo encontrado en el estudio.

Con relación al patrón de consumo de las familias antes del desplazamiento, se puede decir que los alimentos preferidos y considerados como los mas importantes dentro de la alimentación familiar eran los cultivados y producidos en las fincas, destacándose la yuca, el plátano, las carnes, la leche, el queso, los huevos, el fríjol y el maíz, seguidos de los alimentos que compraban en los diferentes centros de acopio de sus pueblos como es el arroz, las leguminosas, la panela y algunas frutas. Las verduras no son consumidas a menudo, debido a que no se cultivaban en las regiones donde habitaban o no hacían parte de sus hábitos alimentarios1; en algunos casos, estas eran utilizadas como alimento para los animales de cría.

“Lo que mas comíamos era el sancocho... pues el sancocho va de plátano yuca arracacha y papa esto carne o gallina o pescao... el sancocho el arroz, la yuca la yuca va siempre es al desayuno, la arepa de maíz blanco, fríjol, el fríjol y el mute de arroz”. Celmira, Localidad Bosa

Así mismo, las familias estaban acostumbradas a consumir, entre tres y cinco tiempos de comida en el día, los cuales se caracterizaban por la variedad tanto en alimentos como en preparaciones que permitían saciar su hambre.

“Allá… Humm desayuno, almuerzo, comida onces, medias nueves, todo eso si eso a la hora que nos diera hambre eso era maletadas de pan” Orfilia, Bosa

En cuanto a la distribución intrafamiliar de los alimentos, en general, existía preferencia hacia los niños en el momento de ofrecerlos, contrario a lo referido por Ochoa y Millán (3,4), donde se encontró que existía preferencia hacia el hombre de la casa en el momento de servir los alimentos, por ser este quien respondía por la economía familiar.

“muchas veces hasta yo no como por dejarles a ellos honestamente y ellos son testigos – ¡mami no!, coma mamita que así sea poquito- le digo no mami, coman ustedes” María, Ciudad Bolívar

De acuerdo con lo identificado en el estudio, la mujer es la principal encargada de la preparación de alimentos durante los diferentes tiempos de comida en el día, actividad que era agradable para ellas debido a que se constituía en una forma de cuidar a su familia, “propiciando la unión y diálogo entre sus miembros” (4).

Después del desplazamiento, en cambio, las familias han debido modificar su patrón de consumo. Hoy por hoy compran alimentos como la papa, el arroz, la pasta, la panela, las menudencias, el huevo y el hueso, dejando de lado no solo las carnes, pescados, lácteos, frutas y verduras, por su alto costo, sino también sus gustos y preferencias alimentarías; situación ésta que genera inconformidad dentro de los integrantes de la familia frente a sus nuevos patrones alimentarios, conllevando al permanente anhelo por recuperar lo perdido.

“Yo compro arroz, de lo más barato, arroz, papa, menudencia, guevo que es lo que más uno come acá en Bogotá acá no es como en el llano que allá uno come de la buena carne, en cambio acá no puede comprar una libra e carne porque vale como tres mil y eso uno hum, con esos tres mil pesos se compran dos libras de arroz, papa y guevo y con eso llena uno” (Luz Dary Localidad Bosa).

El consumo de alimentos está adicionalmente supeditado a la ayuda alimentaria recibida por las instituciones gubernamentales y no gubernamentales, que se centra en leguminosa y arroz, situación que ha venido hastiando a las familias desplazadas por la monotonía en el patrón de consumo que deben asumir.

“…todo la mayoría me lo da el bienestar familiar y las señoritas siempre dan lo mismo, ahí vareo a veces con lo que consigo en abastos la papa y por ahí la cebolla” Mery, Kennedy

Actualmente, consumen uno o dos tiempos de comida en el día, las cuales se caracterizan por presentar poca variedad y cantidad de alimentos, generando en el grupo familiar la sensación inevitable y permanente de hambre que puede llegar a disminuir la productividad en los integrantes del grupo familiar, quienes generalmente tienen actividades físicas intensas dadas por su trabajo en la construcción, venta ambulante, carga de bultos, o realizan grandes caminatas en su proceso de mendigar, pedir en casas de estratos altos o buscar algún trabajo, entre otras.

“...aquí no nos estamos comiendo sino una o dos comidas diarias y muchas veces los grandes aguantamos, pá que los chinitos tengan algo que echar al buche…” Celmira. Bosa

“La presencia del hambre en las familias, es resultado de su bajo poder adquisitivo el cual les impide tener en todo momento un apropiado acceso a los alimentos, debido a la inestabilidad económica en la que viven, además de la ausencia de redes sociales de apoyo que contribuyan a aminorar esta situación.

De otro lado, se observó cómo si bien las mujeres, después del desplazamiento, continúan siendo las responsables de la preparación de los alimentos, al igual que ocurría en sus lugares de origen, ahora en varias familias, el hombre es quien realiza esta labor y otras actividades domésticas, mientras su esposa trabaja.

Ayuda no oficial

La ayuda no oficial se convirtió en la principal fuente de apoyo para las familias desde el momento de su llegada a la capital, sin embargo es de resaltar que aunque se generaron nuevas redes de apoyo entre vecinos y familiares, estas se han debilitado con el paso del tiempo debido a que la falta de un empleo u ocupación de lo integrantes de la familia hace que sean concebidos como “perezosos, holgazanes y vividores” cuando en realidad utilizan gran parte de su día en deambular por la ciudad buscando empleo o algo que llevar a la casa (5).

Ayuda oficial

De acuerdo con la información arrojada por las entrevistas realizadas dentro del estudio, parece ser que La Red de Solidaridad Social, no brindo a algunas de las familias, la ayuda durante la etapa de urgencia “correspondiente a las primeras 72 horas posteriores a la ocurrencia del desplazamiento, donde se debe brindar socorro, asistencia y apoyo a la población para mitigar las necesidades básicas de alimentación, salud, alojamiento y salubridad pública” (7); pues cuando la ayuda llegó ya habían pasado varios días sin casi que comer. Adicional a ello está la angustia y el temor que les genera la ciudad, la total incertidumbre, la ausencia de información que inclusive impide que las familias logren realizar las acciones correspondientes, para acceder a lo que tienen legítimo derecho.

Así mismo, durante la etapa de atención humanitaria de emergencia, donde se debe “socorrer, asistir y proteger a la población desplazada, atender sus necesidades de alimentación, aseo personal, manejo de abastecimientos, utensilios de cocina, atención médica y psicológica, transporte de emergencia y alojamiento transitorio en condiciones dignas, en un período de tres meses prorrogables a tres mas” (8), varias familias declararon no haber recibido ninguna clase de ayuda por parte de esta institución a pesar de haber presentado la documentación exigida.

“A mi que me ayuden con lo que sea yo me siento contenta porque hasta el momento no me han ayudado con nada…” Ana Beyba Localidad Kennedy.

Las pocas familias que refirieron haber recibido alguna clase de ayuda por parte de esta institución afirman estar inconformes con la atención prestada, debido a la demora u omisión en la entrega de los paquetes alimentarios, carta de salud y ayuda económica para el pago de arriendo durante los tres primeros meses.

“Eso toca retacar… toca uno irse a amanecer pa que lo atiendan allá, amanecer en la calle...pues estuvimos dos días y con hambre y de todo, porque si desayunábamos no almorzábamos” María Localidad Usme

Algunas familias recibieron paquetes alimentarios por parte del Instituto Colombiano de Bienestar familiar2 sin embargo consideran que las cantidades de alimentos no están acordes al número de integrantes del grupo familiar y los periodos de entrega, La Cruz Roja también ha entregado ayudas alimentarías, elementos de aseo y equipamiento durante los tres primeros meses después del desplazamiento, las cuales según las familias, están acorde al número de integrantes, sin embargo en lo concerniente al paquete alimentario refieren que existe poca variedad en los alimentos incluidos. La RSS ha delegado sus funciones de asistencia alimentaria a instituciones como parroquias o la Cruz Roja, es decir, que no hacen entrega de las ayudas y envían a las personas y familias a diferentes instituciones, dilatando los tiempos entre la solicitud de ayuda, la entrega y la satisfacción de las necesidades de alimentos en los momentos críticos de las familias.

De acuerdo con los resultados arrojados por el estudio, parece ser que un gran número de familias desconocen los derechos que tienen como población desplazada y las funciones de las diferentes instituciones del estado en pro de contribuir a su estabilización socioeconómica y mejora de la calidad de vida; sin embargo, es frecuente que las familias omitan información en lo referente a las ayudas recibidas por miedo a represalias por parte de los funcionarios que administran las ayudas dentro de los programas que desarrollan las diferentes instituciones.

Con el paso del tiempo se han venido observando fallas en los programas de entidades oficiales que brindan la atención integral a esta población, entre las cuales se destacan la brecha entre las ayudas que reciben las familias frente a las necesidades que apremian a esta población a lo largo de la dinámica del desplazamiento; incoherencia que en varios casos afecta notablemente la esperanza y la confianza que tienen éstas en lograr mejorar su calidad de vida, generando el no reconocimiento, resentimiento, rechazo y enfrentamiento con funcionarios de las instituciones gubernamentales, pero mientras las brechas entre lo que se requiere y lo que se brinda persista, lo que se ha evidenciado en el desarrollo de este trabajo, es el desperdicio de energía y recursos en los procesos de atención.

Es necesario replantear el modelo de atención a la familia desplazada donde se escuche sus voces, entienda su especificidad y con respeto, se asuma que el desplazado colombiano está lejos de ser el refugiado transitorio, y se le brinde opciones reales para reconstruir su vida.

“pero como dice una señora... dijo... le dan a uno un mercado y los mercados se acaban mientras que a usted le brindan un empleo entonces a usted no se le va a acabar el empleo, usted tiene las posibilidades de salir adelante con un empleo” Daly, Kennedy

Reflexiones finales

A lo largo de este recorrido se puede evidenciar como la seguridad alimentaria de la población en condición de desplazamiento forzado, esta lejos de ser un derecho, pues la situación que se evidencia es de inseguridad alimentaria y periodos cada vez mas prolongados de hambre de las familias, programas asistenciales que no responden a la problemática, dificultades en el acceso a la educación, la alimentación y la salud, trabajo mal remunerado e inestable, acceso a servicios públicos precarios y asentamiento en lugares de altísimo riesgo.

Todo esto hace necesario que las diferentes instituciones que brindan atención a la población desplazada replanteen la temporalidad y tipo de ayuda ofrecida, teniendo en cuenta sus necesidades mas apremiantes, durante el transcurso del desplazamiento, es decir al llegar a la ciudad el alimento se constituye en la principal carencia y necesidad, sin embargo con el paso del tiempo, la consecución de vivienda y un empleo estable bien remunerado representan para la familia la posibilidad de mejorar su alimentación y acceder a los servicios de salud y educación.

Para el caso de las unidades móviles de atención a víctimas de la violencia, del ICBF, es necesario que dentro de los paquetes alimentarios entregados a las familias, tengan en cuenta el número de integrantes de cada grupo familiar, además de gestionar recursos en otras instituciones, que permitan fortalecer la creación de proyectos productivos que estén acorde con los conocimientos y capacidades de las personas, puesto que esta actividad es la que presenta mayor adherencia y expectativa en la comunidad, por permitirles la posibilidad de generar ingresos para lograr satisfacer sus necesidades.

Se debe evitar la utilización de los menores de edad como herramienta para la mendicidad vinculándolos ya sea al sector educativo o en los diferentes programas brindados por las instituciones que trabajan con la población en condición de desplazamiento, además de concienciar a los padres o personas encargadas de ellos sobre las repercusiones que puede tener a corto, mediano o largo plazo en su desarrollo integral, las instituciones le han venido dando la espalda al problema, contestando así con el trabajo infantil, que las familias desplazadas promueven por falta de otras oportunidades, para los adultos integrantes de la familia.

Es necesario fortalecer las redes sociales de apoyo comunitario, vecinal, familiar, institucional y barrial en las familias desplazadas por la violencia con el fin de unir fuerzas para exigir sus derechos y contribuir a mejorar la búsqueda de soluciones encaminadas a superar su condición. Dentro del proceso de análisis de los resultados del estudio, fue explorado un instrumento cuali - cuantitativo utilizado por P. Lorenzana (Universidad Simón Bolívar de Venezuela) como herramienta para medir la seguridad alimentaria en la población pobre de zonas urbanas, el cual podría ser validado y adaptado para aplicar en la población en situación de desplazamiento, con el fin de facilitar y agilizar el proceso de focalización de las familias con mayor grado de inseguridad alimentaria (10).

Es importante complementar este trabajo con un estudio de carácter cuantitativo, específico para la población desplazada de Bogotá, que permita conocer la brecha alimentaria de calorías, proteínas y demás nutrientes de esta población y cuantificar el consumo de alimentos en esta población, como complemento del estudio del PMA (11) que aunque es un referente para este y otros trabajos, reporta una información nacional muy general, útil para la cooperación internacional, pero poco específico para contribuir en la construcción de un modelo de atención integral de la población desplazada para Bogotá, que es la verdadera emergencia que detecta el presente estudio.


Notas al Pie

1Se define como hábitos alimentarios a las pautas susceptibles de ser repetidas y aprendidas a través del tiempo y del espacio y se manifiesta en la elección y preferencias de los alimentos (Tomado de OCHOA y MILLAN, 2003).

2 En respuesta a la solicitud formulada por el Gobierno Nacional al Programa Mundial de Alimentos-PMA, para prestar asistencia a personas desplazadas por la violencia en Colombia, se firmo La carta de Entendimiento «Operación Prolongada de socorro y recuperación No 6139 Asistencia a Personas Desplazadas por la violencia en Colombia» entre el gobierno de Colombia, representado por la Red de Solidaridad Social RSS, el Instituto colombiano de Bienestar Familiar ICBF, la Agencia Colombiana de Cooperación Internacional ACCI y el programa Mundial de Alimentos PMA, con la ayuda alimentaria. Esta carta de entendimiento fue firmada nuevamente en junio del 2003 bajo el nombre de OPSR No 10158, la cual tiene vigencia hasta el 2006 (9).


Sara Eloisa Del Castillo Matamoros,
Nutricionista-Dietista
MSc en Desarrollo Educativo y Social
Candidata a PhD en Ciencias Sociales Niñez y Juventud,
Profesora Departamento de Nutrición
Facultad de Medicina
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.

Mauricio Hernando Garzón Cortés,
Nutricionista-Dietista
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.

Ángela Marcela Gordillo Motato,
Nutricionista-Dietista
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá.

Referencias

1. ICBF. Informe de gestión a diciembre del 2002 de la Unidad Móvil de atención a víctimas de la violencia de la Regional Bogotá, 2002.

2. PMA. Evaluación de las necesidades de alimentos en la población desplazada de Colombia. Junio 2003

3. Ochoa LA, Millán N, Del Castillo SE. No solo de pan vive el hombre. Una aproximación a la caracterización de la ayuda alimentaria a la población en situación de desplazamiento. Estudio de casos: Soacha, Cundinamarca y Bello, Antioquia Universidad Nacional de Colombia. 2003.

4. Ochoa LA, Millán N. Papel de la ayuda alimentaria en la garantía de la seguridad alimentaria en situación de desplazamiento forzoso: Una mirada a través de las familias y las instituciones. Estudios de casos: Soacha, Cundinamarca y Bello, Antioquia. Universidad Nacional de Colombia. 2003.

5. Bello M. Desplazamiento forzado y reconstrucción de identidades. Premio nacional de ensayo académico Alberto Lleras Camargo IV convocatoria. ICFES. Colombia. 2001.

6. ICBF, WFP, Red de Solidaridad Social. Manual de procedimientos. Operación prolongada de Socorro y Recuperación. OPSR - 6139. 2002.

7. RSS, PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Atención a población desplazada por el conflicto armado. Compendio de políticas y normas. Bogotá 1999.

8. RED DE SOLIDARIDAD SOCIAL. Índice de vulnerabilidad familiar de la población desplazada en Colombia. Bogotá, 2001.

9. RED DE SOLIDARIDAD SOCIAL. INSTITUTO COLOMBIANO DE BIENESTAR FAMILIAR, PROGRAMA MUNDIAL DE ALIMENTOS. Asistencia a personas desplazadas por la violencia en Colombia OPSR/6139. Bogotá, 2002

10. Lorenzana P, Sanjur D. La adaptación y validación de una escala de seguridad alimentaria en una comunidad de Caracas, Venezuela. Archivos Latinoamericanos De Nutrición. Vol. 50 Nº 4, 2000.

11. PMA. Estudio de caso de las necesidades alimentarias de la población desplazada de Colombia. 2001.

12. PMA. Vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria de la población desplazada por la violencia en Colombia. Marzo. 2003.

Recibido:03/10/06/ Enviado a pares: 03/10/06/ Aceptado publicación: 19/07/07

Referencias

ICBF. Informe de gestión a diciembre del 2002 de la Unidad Móvil de atención a víctimas de la violencia de la Regional Bogotá, 2002.

PMA. Evaluación de las necesidades de alimentos en la población desplazada de Colombia. Junio 2003

Ochoa LA, Millán N, Del Castillo SE. No solo de pan vive el hombre. Una aproximación a la caracterización de la ayuda alimentaria a la población en situación de desplazamiento. Estudio de casos: Soacha, Cundinamarca y Bello, Antioquia Universidad Nacional de Colombia. 2003.

Ochoa LA, Millán N. Papel de la ayuda alimentaria en la garantía de la seguridad alimentaria en situación de desplazamiento forzoso: Una mirada a través de las familias y las instituciones. Estudios de casos: Soacha, Cundinamarca y Bello, Antioquia. Universidad Nacional de Colombia. 2003.

Bello M. Desplazamiento forzado y reconstrucción de identidades. Premio nacional de ensayo académico Alberto Lleras Camargo IV convocatoria. ICFES. Colombia. 2001.

ICBF, WFP, Red de Solidaridad Social. Manual de procedimientos. Operación prolongada de Socorro y Recuperación. OPSR - 6139. 2002.

RSS, PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA. Atención a población desplazada por el conflicto armado. Compendio de políticas y normas. Bogotá 1999.

RED DE SOLIDARIDAD SOCIAL. Índice de vulnerabilidad familiar de la población desplazada en Colombia. Bogotá, 2001.

RED DE SOLIDARIDAD SOCIAL. INSTITUTO COLOMBIANO DE BIENESTAR FAMILIAR, PROGRAMA MUNDIAL DE ALIMENTOS. Asistencia a personas desplazadas por la violencia en Colombia OPSR/6139. Bogotá, 2002

Lorenzana P, Sanjur D. La adaptación y validación de una escala de seguridad alimentaria en una comunidad de Caracas, Venezuela. Archivos Latinoamericanos De Nutrición. Vol. 50 Nº 4, 2000.

PMA. Estudio de caso de las necesidades alimentarias de la población desplazada de Colombia. 2001.

PMA. Vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria de la población desplazada por la violencia en Colombia. Marzo. 2003.

Cómo citar

APA

Del Castillo Matamoros, S. E., Garzón Cortés, M. H. y Gordillo Motato, Ángela M. (2007). Caracterización de la situación de seguridad alimentaria de la población en condición de desplazamiento forzado: una mirada a través de las familias. Estudio de caso Bogotá. Revista de la Facultad de Medicina, 55(3), 181–190. https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/23079

ACM

[1]
Del Castillo Matamoros, S.E., Garzón Cortés, M.H. y Gordillo Motato, Ángela M. 2007. Caracterización de la situación de seguridad alimentaria de la población en condición de desplazamiento forzado: una mirada a través de las familias. Estudio de caso Bogotá. Revista de la Facultad de Medicina. 55, 3 (jul. 2007), 181–190.

ACS

(1)
Del Castillo Matamoros, S. E.; Garzón Cortés, M. H.; Gordillo Motato, Ángela M. Caracterización de la situación de seguridad alimentaria de la población en condición de desplazamiento forzado: una mirada a través de las familias. Estudio de caso Bogotá. Rev. Fac. Med. 2007, 55, 181-190.

ABNT

DEL CASTILLO MATAMOROS, S. E.; GARZÓN CORTÉS, M. H.; GORDILLO MOTATO, Ángela M. Caracterización de la situación de seguridad alimentaria de la población en condición de desplazamiento forzado: una mirada a través de las familias. Estudio de caso Bogotá. Revista de la Facultad de Medicina, [S. l.], v. 55, n. 3, p. 181–190, 2007. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/23079. Acesso em: 20 abr. 2024.

Chicago

Del Castillo Matamoros, Sara Eloisa, Mauricio Hernando Garzón Cortés, y Ángela Marcela Gordillo Motato. 2007. « Estudio de caso Bogotá». Revista De La Facultad De Medicina 55 (3):181-90. https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/23079.

Harvard

Del Castillo Matamoros, S. E., Garzón Cortés, M. H. y Gordillo Motato, Ángela M. (2007) « Estudio de caso Bogotá»., Revista de la Facultad de Medicina, 55(3), pp. 181–190. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/23079 (Accedido: 20 abril 2024).

IEEE

[1]
S. E. Del Castillo Matamoros, M. H. Garzón Cortés, y Ángela M. Gordillo Motato, « Estudio de caso Bogotá»., Rev. Fac. Med., vol. 55, n.º 3, pp. 181–190, jul. 2007.

MLA

Del Castillo Matamoros, S. E., M. H. Garzón Cortés, y Ángela M. Gordillo Motato. « Estudio de caso Bogotá». Revista de la Facultad de Medicina, vol. 55, n.º 3, julio de 2007, pp. 181-90, https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/23079.

Turabian

Del Castillo Matamoros, Sara Eloisa, Mauricio Hernando Garzón Cortés, y Ángela Marcela Gordillo Motato. « Estudio de caso Bogotá». Revista de la Facultad de Medicina 55, no. 3 (julio 1, 2007): 181–190. Accedido abril 20, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/23079.

Vancouver

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Del Castillo Matamoros SE, Garzón Cortés MH, Gordillo Motato Ángela M. Caracterización de la situación de seguridad alimentaria de la población en condición de desplazamiento forzado: una mirada a través de las familias. Estudio de caso Bogotá. Rev. Fac. Med. [Internet]. 1 de julio de 2007 [citado 20 de abril de 2024];55(3):181-90. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/article/view/23079

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