Fuente: Autoría propia

Recibido: 03/01/2022

Aprobado: 11/04/2023

Escenarios de migración y desplazamiento.

Exclusión y marginalidad en El Recuerdo Sur

Migration and displacement scenarios.

Exclusion and marginality in El Recuerdo Sur

Cenários de migração e deslocamento.

Exclusão e marginalidade em El Recuerdo Sur

Scénarios de migration et de déplacement.

Exclusion et marginalité à El Recuerdo Sur

Alba Lucía Cruz Castillo

Docente investigadora Universidad de La Salle

alcruz@unisalle.edu.co

https://orcid.org/0000-0002-4657-6000

María Fernanda Peña Cárdenas

Trabajadora social Universidad de La Salle

mpena29@unisalle.edu.co

Alex Leandro Pérez Pérez

Docente investigador Universidad de La Salle

aleperez@unisalle.edu.co

https://orcid.org/0000-0001-5080-3168

Cómo citar este artículo:

Cruz Castillo, A. L.; Peña Cárdenas, M. F. y Pérez Pérez A. L. (2023). Escenarios de migración y desplazamiento. Exclusión y marginalidad en El Recuerdo Sur. Bitácora Urbana Territorial, 33 (II): -152.

https://doi.org/10.15446/bitacora.v33n2.106617

ISSN electrónico 2027-145X. ISSN impreso 0124-7913. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

(2) 2023: -152

10_106617

Autores

Autores

Resumen

La investigación se centra en visibilizar la configuración de los territorios urbanos a partir de los procesos de migración y desplazamiento forzado, específicamente en un barrio periférico de la ciudad de Bogotá, El Recuerdo Sur, conformado en un 90% por personas de todo el país que reconstruyen nuevos códigos de convivencia social e interacción con el medio ambiente construido. El trabajo expone una discusión teórica que permite reflexionar sobre los conceptos y dimensiones que este fenómeno implica, a partir de la exclusión y marginalidad y su relación con el postconflicto en Colombia. De igual forma, se presenta la metodología propuesta para intervenir el territorio y se hace énfasis, como principal resultado, en el desarrollo comunitario gestionado a partir de la construcción del parque El Recuerdo Sur como elemento estructurador para el mejoramiento de los territorios urbanos. Por último, se ponen en evidencia las estrategias desarrolladas mediante un mapa de actores, sus actividades y compromisos, y se muestra cómo estos se desarrollan para favorecer la integración de comunidades migrantes, mediante la satisfacción de sus necesidades y expectativas para una mejor calidad de vida.

Palabras claves: personas desplazadas, migración, conflicto social, exclusión social, marginalismo

Abstract

The research focuses on making visible the configuration of urban territories from the processes of migration and forced displacement, specifically in a peripheral neighborhood from the city of Bogotá, El Recuerdo Sur, made up of 90% of people from all over the country who reconstruct new codes of social coexistence and interaction with the built environment. The work presents a theoretical discussion that allows us to reflect on the concepts and dimensions that this phenomenon implies, based on exclusion and marginality and its relationship with the post-conflict in Colombia. In the same way, the proposed methodology to intervene in the territory is presented and emphasis is placed, as the main result, on community development managed from the construction of the El Recuerdo Sur park as a structuring element for the improvement of urban territories. Finally, the strategies developed are highlighted through a map of actors, their activities and commitments, and it is shown how these are developed to favor the integration of migrant communities, by satisfying their needs and expectations for a better quality of life.

Keywords: displaced persons, migration, social conflict, social exclusion, marginalism

Resumo

A pesquisa se concentra em tornar visível a configuração dos territórios urbanos de os processos de migração e deslocamento forçado, especificamente em um bairro periférico da cidade de Bogotá, El Recuerdo Sur, composta por 90% de pessoas de todo o país que reconstroem novos códigos de convivência social e interação com o ambiente construído. O trabalho apresenta uma discussão teórica que nos permite refletir sobre os conceitos e dimensões que este fenômeno implica, baseado na exclusão e marginalidade e sua relação com o pós-conflito na Colômbia. Da mesma forma, apresenta-se a metodologia proposta para intervir no território e destaca-se, como principal resultado, o desenvolvimento comunitário gerido a partir da construção do parque El Recuerdo Sur como elemento estruturante para a melhoria dos territórios urbanos. Por fim, destacam-se as estratégias desenvolvidas através de um mapa de atores, suas atividades e compromissos, e mostra-se como estas são desenvolvidas para favorecer a integração das comunidades migrantes, satisfazendo suas necessidades e expectativas de uma melhor qualidade de vida.

Palavras-chave: pessoas deslocadas, migração, conflito social, exclusão social, marginalismo

Résumé

La recherche s’attache à rendre visible la configuration des territoires urbains à partir les processus de migration et de déplacement forcé, notamment dans un quartier périphérique de la ville de Bogotá, El Recuerdo Sur, composée à 90% de personnes de tout le pays qui reconstruisent de nouveaux codes de coexistence sociale et d’interaction avec l’environnement bâti. Le travail présente une discussion théorique qui nous permet de réfléchir sur les concepts et les dimensions que ce phénomène implique, basé sur l’exclusion et la marginalité et sa relation avec le post-conflit en Colombie. De la même manière, la méthodologie proposée pour intervenir sur le territoire est présentée et l’accent est mis, comme résultat principal, sur le développement communautaire géré à partir de la construction du parc El Recuerdo Sur comme élément structurant pour l’amélioration des territoires urbains. Enfin, les stratégies développées sont mises en évidence à travers une carte des acteurs, leurs activités et engagements, et il est montré comment celles-ci sont développées pour favoriser l’intégration des communautés migrantes, en satisfaisant leurs besoins et attentes pour une meilleure qualité de vie.

Mots-clés: personnes déplacées, migration, conflit social, exclusion sociale, marginalisme

Introducción

Colombia ha sido históricamente una nación desplazada, la prolongación de más de 50 años de conflicto sociopolítico interno ha decantado en cifras elevadas de delitos contra la vida y la integridad humana. Quizás una de las cosas más graves ha sido el desplazamiento forzado, que ha tenido un contínuum en la guerra como estrategia política y militar en contra de la población civil. De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas – ONU, en Colombia, durante los nueve primeros meses de 2021, se registró el desplazamiento forzado de más de 60,700 personas, “una cifra que triplica los datos recogidos durante todo 2020” (Secretaría de Integración Social, 2022, p. 5). Pese a que una de las relaciones más importantes que puede establecerse es la que se da entre el pueblo y la tierra, el desplazamiento forzado ha causado una ruptura del tejido social a partir de la fragmentación de los sujetos, su historia y el vínculo con territorio a través de distintas tensiones sociales. Como consecuencia de este proceso de movilidad humana forzada a causa del conflicto, se han visto afectados los territorios, que han sido desprotegidos históricamente por el Estado y en donde las víctimas han sido acogidas; estos lugares se convierten en territorios receptores de una suma de demandas sociales y de procesos de exclusión y marginalidad derivadas del olvido estatal y la desigualdad social.

Contextualización Ciudad Bolívar – Barrio El Recuerdo Sur

La Secretaría de Integración Social (2022) ha señalado que la localidad de Ciudad Bolívar concentra cultura y tradiciones campesinas, nacederos de agua y barreras naturales que ayudan a proteger el páramo de Sumapaz, además de los paisajes, fuentes hídricas y páramos que constituyen un enorme potencial ambiental para Bogotá. Esta localidad cuenta con 360 barrios, de los cuales un alto porcentaje ha surgido como consecuencia de la “instalación de miles de personas que han migrado desde los años cuarenta, por lo general, en la búsqueda de mejores oportunidades, en el peor de los casos, escapando de la guerra rural contemporánea” (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2010, p. 7). Resulta necesario aclarar las dos clases de expulsión rural que han predominado en este territorio: según la Alcaldía Mayor de Bogotá (2010), dichos procesos de movilidad se dieron, primero, como consecuencia de la violencia generada entre liberales y conservadores entre los años 50 y 70, y, segundo, por la violencia efectuada por grupos al margen de la ley (guerrilla, paramilitares, autodefensas, etc.) desde los años 80 hasta los 2000 (es posible afirmar que el desplazamiento ha tenido lugar hasta el presente).

En este territorio aún hay barrios que no están totalmente legalizados, entre estos se encuentra El Recuerdo Sur. Este barrio está ubicado en la parte alta de Ciudad Bolívar, presenta un alto riesgo de deslizamiento y es habitado mayoritariamente por personas en condición de desplazamiento forzado, que se han visto obligados a establecerse en asentamientos informales. Según Pérez (2015), estos habitantes enfrentan dificultades económicas, sociales y políticas; adicionalmente, esta zona no cuenta con servicios públicos, lo cual desencadena problemas de salubridad y saneamiento.

Según la Unidad de Atención y Orientación al Desplazado, citada por Ocampo (2012), en esta localidad existen aproximadamente 75,440 personas desplazadas pertenecientes a diversos grupos étnicos; de estas, aproximadamente 69,404 son afrocolombianos y 6,036 personas indígenas (p. 25). En este orden de ideas, hay un gran número de personas que se encuentran en estado de pobreza extrema ya que no logran satisfacer las necesidades básicas ni sus derechos vitales, lo cual se evidencia en un alto índice de desempleo que incrementa el desarrollo de trabajos informales.

Actualmente, Ciudad Bolívar se encuentra marcada por altos índices de pobreza, marginalidad, exclusión e inseguridad; en consecuencia, la Universidad del Rosario (s.f) manifiesta que:

En ella se concentran todas las dificultades sociales y económicas, además de una pobre representación de las entidades estatales. Es la zona de la capital con mayor cantidad de población desplazada (26% del total). Aunque la mayoría de los habitantes están clasificados en estratos socioeconómicos 1 y 2, el 17% se sitúa por debajo de la línea de miseria. (p. 4)

Sumado a esto existe una fuerte presencia de grupos “guerrilleros y paramilitares que poseen áreas de control difíciles de detectar. La violencia es una de las características primordiales y es la localidad con mayor tasa de mortalidad y menor cobertura médica” (Universidad del Rosario, s.f). Durante años, Ciudad Bolívar “ha cargado con el lastre de la violencia, informalidad y pobreza” (González, 2018, p. 4), lo cual ha invisibilizado los esfuerzos sociales y comunitarios de protección de sus formas de resistencia y medidas para acompañar a la juventud. Es así como la relación histórica entre las afectaciones socioterritoriales y espaciales, las violencias endógenas y exógenas al territorio y las experiencias que emergen desde dentro de la comunidad (Gómez, 2014) se convierten en hilos conductores que dan cuenta de los procesos de exclusión y marginalidad a los cuales pueden verse enfrentados aquellos ciudadanos que llegan desplazados a territorios periféricos como Ciudad Bolívar, especialmente al barrio El Recuerdo Sur (ver Figura 1).

De acuerdo con investigaciones realizadas en el sector, como la de Pérez Restrepo (2015) en torno a procesos de gestión ambiental, o la de Gómez Albarracín & Bermúdez García (2019) con relación a procesos de mejoramiento de hábitat, este sector ha contado con intervenciones organizacionales que han desarrollado procesos con la intención de generar mejoras socioespaciales y reducir factores asociados a la violencia social. Un ejemplo es el de la organización Techo, que en 2009

inició sus labores de intervención, basadas en el principio de erradicación de la pobreza, con la convicción de lograr cambios sociales mediante cooperación entre voluntariado y comunidades para promover la conciencia y acción social e incidir en escenarios de toma de decisión y definición de políticas públicas. (Pérez Restrepo, 2015, p. 30)

Algunas de estas iniciativas no han logrado del todo su objetivo , debido a que la lucha por la tierra es una constante entre quienes llegan a ocupar un lugar en este territorio y una característica de las zonas al borde, que contradictoriamente hace parte de la historia de sus luchas sociales. La localidad de Ciudad Bolívar y sus barrios responden a particularidades en sus procesos sociales, como consecuencia de su nacimiento y crecimiento improvisado y desorganizado, que, según Ávila Sanches, pueden agruparse en cuatro factores:

Primero: la migración y desplazamiento constante de campesinos a Bogotá producto de la violencia bipartidista en los años de 1950; segundo: proyectos de ordenamiento territorial enmarcados en el desarrollo industrial del sur de la ciudad; tercero: el nacimiento de un complejo mercado de tierras y como último y cuarto: las luchas libradas por las comunidades por ejercer el derecho a la vivienda. (2018, p. 13)

Desplazamiento, Exclusión y Marginalidad en El Recuerdo Sur (Ciudad Bolívar): Afectaciones Socioterritoriales y Espaciales

El Centro Nacional de Memoria Histórica (2015) cita las palabras de la Corte Constitucional, proferidas cuando apenas se sospechaba el carácter desmesurado del éxodo forzado que poblaciones enteras han padecido, para decir que se trata de “una tragedia nacional, que afecta los destinos de innumerables colombianos y que marcará el futuro del país durante las próximas décadas” (p. 16). Esta afirmación contiene una gran advertencia de lo que representan para el país las ciudades como receptoras del abandono, la tragedia y el despojo. Esto lleva a afectaciones socioterritoriales ligadas a exclusiones y marginalidades, y a demandas estatales que no tienen una respuesta adecuada por la falta de capacidad fiscal de las ciudades. Como consecuencia, se presentan problemas en el medio ambiente, el urbanismo y la calidad de vida, y surge la violencia social.

De acuerdo con ACNUR:

la llegada de desplazados a una ciudad no sólo genera problemas para la ciudad, sino que también hace peligrar su capacidad para planificar su futuro. La expansión urbana descontrolada constituye un pozo sin fondo y un obstáculo para la capacidad de una ciudad. (2010, p. 4)

En El Recuerdo Sur (ver Figura 2), se puede observar la interseccionalidad de factores de exclusión y marginalidad, muchos de ellos derivados del desplazamiento forzado y los procesos migratorios, según encuesta aplicada[1] a los núcleos familiares pertenecientes al barrio. Muchos de los habitantes nacionales provienen de zonas afectadas directamente por el conflicto social y político en Colombia, como se detalla en la Tabla 1, dichos habitantes representan el 90%, el restante 10% son migrantes venezolanos.

En función de la estructura familiar, fue posible evidenciar que los entrevistados viven con sus hijos, nietos, conyugues, padres o madres. Sobre las personas que aportan a la economía del hogar, el 75% de los entrevistados señalaron que solo uno de los miembros del hogar está en capacidad de hacerlo, y, en relación con los ingresos, el 44% manifestó recibir entre el 50% y el 100% de un SMLMV [2], seguido de un 31% con ingresos menores al 50% de un SMLMV; solo el 6% cuenta con un ingreso mayor a un SMLMV. Esto demuestra que la mayoría de las familias del sector cuentan con ingresos limitados para satisfacer sus necesidades y las de las personas con quienes conviven. De los hogares encuestados, el 70% tienen jefatura femenina. En relación con los datos sobre la seguridad alimentaria, un 63% de los entrevistados manifestó que la adquieren mediante compra, 13% por donación, 13% por rebusque, 6% por trueque y 5% declaró obtener apoyos del Estado. A lo anterior se suma que el 71% de los núcleos familiares deben sostener su economía con menos de un SMLMV.

En lo respectivo a la infraestructura habitada, el 56% de las personas del barrio vive en casas en su mayoría

construidas con láminas de zinc, plástico y madera, materiales improvisados que no garantizan un mínimo de habitabilidad para familias con un alto número de miembros y que son vulnerables al medio en el que se alzan, terrenos inestables proclives a cualquier desastre natural. (Ávila Sanchez, p. 101)

El 44% de los entrevistados afirmó que la casa es propia, aunque aún no cuenta con una escritura legalizada, y, en la mayoría de los relatos, se encontró que las casas se han adquirido mediante préstamos, algunos de los cuales todavía están siendo pagados, lo que demarca una característica de los procesos de adquisición de vivienda que es la tenencia informal y el mejoramiento de esta a cuenta de recursos propios escasos. Este dato también revela que el 44% de estos hogares vive en estructuras elaboradas con materiales reciclados y sin accesibilidad total a servicios básicos de alcantarillado y agua potable.

Adicionalmente, según Ávila Sanches (2018), el barrio también posee altos niveles de analfabetismo y alta presencia de conflicto social derivados de una disputa entre

agentes que parcelan el terreno y negocian la venta y reventa de lotes, subcontratados en muchos casos por grupos paramilitares pertenecientes al ex bloque centauros AUC, quienes además de ganar poco a poco terreno no solo territorial si no político fomentan, la distribución, el consumo y el negocio de las drogas y el fortalecimiento de grupos de seguridad privada. (2018, p. 101)

El alza en la violencia urbana es el resultado de la competencia por recursos, trabajo y bienes con otros desposeídos:

ante los ojos de los habitantes de las zonas centrales de la ciudad, de los más “acomodados”, el desplazado es equiparado con el incómodo indigente, con el desempleado o con el empleado informal callejero, quienes exponen también una realidad que no quiere ser vista (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2015. p 22) y que tiene un origen indiscutible en las tensiones socio-territoriales derivadas del conflicto social y político del país, en donde se tiende a desligar el presente del pasado.

Autores como Ocampo (2015) y Montoya Velasco (2017) afirman en sus estudios la relación entre desplazamiento y marginalidad en esta zona de la ciudad, y demuestran cómo los residentes desplazados en estas zonas marginales se encuentran en posiciones de mayor desventaja que otro tipo de residentes de la zona, en tanto existen mayores dificultades de acceso al trabajo, atención institucional y servicios básicos. Sumado a lo anterior, los habitantes se encuentran en una lucha constante por la vivienda en espacios urbanos limitados, que forma un nudo de relaciones económicas difíciles de superar frente a la alta demanda y el poco espacio urbano para construir.

Discusión Teórica. Relación entre Exclusión y Marginalidad

Para Cortés (2006), en principio debe hacerse una diferenciación entre marginación y marginalidad. La marginación hace referencia a aquellos dispositivos sociopolíticos que

intentan dar cuenta del acceso diferencial de la población al disfrute de los beneficios del desarrollo. La medición se concentra en las carencias de la población de las localidades en el acceso a los bienes y servicios básicos, captados en tres dimensiones: educación, vivienda e ingresos. (p.179)

Por su parte, en Latinoamérica, la marginalidad ha sido abordada como concepto dentro de las ciencias sociales para dar cuenta de los efectos heterogéneos y desiguales de los procesos de industrialización y desarrollo desde los años 60. La emergencia de esta noción se desarrolla en el campo de disputa de dos paradigmas en conflicto, dando lugar a dos grandes vertientes interpretativas: la idea de marginalidad social o cultural, desarrollada en el marco de la teoría de la modernización, y la noción de marginalidad económica, elaborada por la teoría de la dependencia (Delfino, 2012, )

Mientras que el concepto de marginación obedece claramente al acceso, la marginalidad (Cingolani, 2009) se refiere a las desigualdades que este acceso causa, y que se profundizan con los modelos económicos. La marginalidad está estrechamente relacionada a la territorialidad en donde se habita, y ésta a la periferia, en tanto es allí donde se concentra dicha dinámica social con mayor intensidad. Para Delfino (2012), el concepto de marginalidad contiene además diversas aristas que se asocian con la modernidad y el auge de los procesos de industrialización que desencadenaron procesos de desigualdad social después de la segunda Guerra Mundial.

La marginalidad constituye un fenómeno multidimensional o pluridimensional —algunas formas de marginalidad son la económica de producción o consumo, la política, la cultural, la educacional, etc.—; también puede hablarse de distintas intensidades o grados dentro de la misma forma. Esta concepción de multidimensionalidad le permite a Germani (1980) hablar de un perfil de marginalidad para individuos y grupos, entendido como la configuración específica que los caracteriza en cuanto tipos y grados de la participación que efectivamente ejercen.

Dentro del análisis documental en torno del concepto de marginalidad se encuentra el recuento que Cortés (2006) realiza, en donde el autor resalta algunas dimensiones de la marginalidad, que también Delfino (2012) señala, para hacer énfasis en su multiplicidad. Se asumen en este análisis diversas dimensiones: la ecológica, relacionada con círculos de pobreza; la sociopsicológica, que implica que los marginales no tienen capacidad para actuar, lo que conlleva una falta de participación en los beneficios y recursos sociales; la sociocultural, que pone en evidencia los bajos niveles de vida, de salud y de vivienda, y los bajos niveles educacionales y culturales de los marginales; la dimensión económica, dentro de la cual los marginales son considerados subproletarios, porque tienen ingresos de subsistencia y empleos inestables, y la dimensión política, que muestra la no participación y la falta de organizaciones políticas que representen a los marginales (Cortés, 2006).

Para Germani (1980), estas dimensiones se pueden resumir en tres puntos. Primero, la marginalidad obedece a procesos que representan una disputa de los seres humanos frente a la garantía de sus derechos; segundo, en la marginalidad hay coexistencias culturales o de grupos culturales que ocupan un mismo espacio o territorio, y, tercero, la marginalidad es una expresión de asentamiento de procesos de la modernidad que acentúan desigualdades y que se concretan en efectos sociales culturales y políticos que caben en la categoría de exclusión social. De acuerdo con Granda et al. (1997) “las élites socioeconómicas y políticas de la ciudad [generaron] un proyecto en el que de manera calculada la marginalidad se transforma poco a poco en exclusión o forma activa de negación para las grandes mayorías” (p. 78).

La exclusión social es por lo tanto comprendida como:

Los procesos que más se vinculan con la ciudadanía social, es decir, con aquellos derechos y libertades básicas de las personas que tienen que ver con su bienestar (trabajo, salud, educación, formación, vivienda, calidad de vida...). Además, el concepto de exclusión social debemos entenderlo por oposición al concepto de integración social. (Jiménez Ramírez, 2008, p. 179)

La marginalidad, como proceso social derivado de la época moderna, tiene como consecuencia las vulnerabilidades, asociadas a su vez con condiciones de acceso, desigualdad, crecimiento de las periferias y exclusión social, como acciones que ponen a algunos sujetos menos favorecidos o históricamente subalternizados al margen de la integración social de sistemas económicos de derechos e incluso de ciudadanía. Este es el caso de las personas desplazadas por el conflicto armado que llegan a la ciudad, o de las personas que han huido de la guerra; se podría afirmar que su condición inicial es una condición de desigualdad que es acogida por la periferia de la ciudad como un lugar donde se representa la posibilidad de habitar. De acuerdo con Alape,

así como la palabra escrita ha intentado encontrar las huellas de Bogotá, huellas en su diversidad arquitectónica, huellas en la vida urbana, Bogotá tendrá que ser redescubierta en las huellas de la gente que fue capaz de hacer de su periferia, una ciudad posible de vivir. (2003, p. 19)

Ciudades del Posconflicto, Marginalidades y Exclusiones en las Periferias

Para Pérgolis y Ramírez Cely (2016) las ciudades se conforman a partir de colectividades de seres humanos, que constituyen a su vez lugares de segregación y negación del otro. Con ello, se refiere a la ciudad como campo de disputa por reconocimientos e identidades en donde se desarrollan relaciones sociales y de poder. Ambas cosas, el poder y la disputa por las identidades se da en un lugar en donde el conflicto se presenta como dispositivo constante para ello.

Este conflicto es trasladado, no siempre de manera violenta, a las calles en donde se viven estas cotidianidades, que a la vez son estetizadas, narradas y significadas espacialmente. Particularmente, en la localidad de Ciudad Bolívar, un espacio de acogida de migrantes y personas víctimas del conflicto armado interno, estas disputas por la tierra se hacen presentes por las exclusiones históricas vividas por quienes llegan a ocupar estos espacios, donde se reproducen situaciones de marginalidad que ocurrían en sus territorios de origen. La localidad de Ciudad Bolívar es, entonces, un collage de experiencias regionales marcadas históricamente por la violencia, el olvido del Estado y la precariedad de bienestar; casi todo tipo de actos violentos se reproducen como hechos victimizantes de toda índole, que hablan de luchas pasadas y que ahora se revisten nuevamente de supervivencia. Se trata de una situación “de victimización en dos contextos diferentes, donde las personas no pueden escapar de la guerra y del control territorial. Pero esto no sucede en toda la ‘ciudad dual’, ocurre en la periferia, en el aislamiento y en la ciudad excluyente” (Borja & Castells, 2004, p. 34).

Las ciudades reflejan conflictos y dinámicas de guerra vividas en sus regiones, siendo el resultado de exclusiones y marginalidades estructurales que se localizan en la periferia debido a las condiciones de vida y económicas allí presentes. La periferia en constante movimiento conforma la identidad de los excluidos. La ciudad como muestra de exclusiones y marginalidades derivadas el conflicto se debate en ocasiones entre atender la seguridad como efecto de la convivencia en los territorios y ahondar en los asuntos más estructurales del conflicto sociopolítico, de donde derivan las exclusiones y las marginalidades. En ese sentido, para Perea Restrepo (2012), resituar la ciudad implica conectar las prácticas colectivas identitarias de las regiones de donde provienen las personas que se asientan en las periferias, realizar espacios de reconocimiento político de sus reclamos históricos y, ante todo, gestionar la ciudad como campo de integración social a las ciudadanías.

El Mejoramiento del Hábitat Urbano como Estrategia para Mitigar los Conflictos Socioespaciales

Para comprender las exclusiones y marginalidades producto de la movilidad humana, así como sus expresiones en el territorio objeto de estudio, se propone registrar las características físico-espaciales y las diferentes formas de actuación e intervención en el espacio urbano y habitacional, tanto en las lógicas de la informalidad como de formalidad presentes en el barrio. Se reconoce, así, el papel del medio ambiente construido como dispositivo sociopolítico que permite aportar al acceso y disfrute de beneficios para el desarrollo colectivo en sus dimensiones ecológica, sociopsicológica, sociocultural, económica, y política, estrechamente ligadas a las características funcionales y espaciales del territorio.

El Reconocimiento del Espacio Físico Territorial

Para Sebastia Linares (1989), el fenómeno que se da en torno de la lucha socioespacial en las zonas periféricas obedece a una urbanización marginal, definida como una forma de crecimiento del uso residencial permanente, donde la escasa relevancia numérica de esas construcciones obliga a que se destinen en su mayor parte a uso habitacional, reduciéndose la dotación de locales comerciales a unos niveles mínimos. En términos de bienestar social, la prioridad inicial es la vivienda, lo que lleva a la población a ocupar terrenos de forma irregular.

Históricamente los procesos de urbanización popular han traído o consigo varias problemáticas sociales, económicas y territoriales; una de ellas es la concentración geográfica desproporcionada de la población urbana. Las periferias son los lugares en donde con mayor intensidad se lucha por la tierra, donde la población se masifica en torno a luchas sociales por el reconocimiento social, por estar en una condición de olvido estatal.

De acuerdo con Quiroz y Acántar (2017) otra problemática se refiere concretamente a los actores sociales que participan en su construcción y conformación, como la población con recursos escasos, que es la principal protagonista de la urbanización con un matiz popular.

Los actores privados y agentes externos no intervienen en esas primeras etapas de lucha popular por la tierra, sino que aparecen en etapas de maduración en donde los pobladores han apropiado formas de organización espontáneas que brindan acciones de regulación sobre dicha tenencia. Es allí en donde los actores locales han realizado una expresión de resistencia popular por el derecho a la ciudad que, de acuerdo con Lefebvre (citado en Delgadillo, 2012), se fundamenta en la posibilidad de apropiación de un espacio que se imagina y se construye mediante la intervención directa de sus habitantes. Además, se afirma que el derecho a la ciudad y la vida urbana son esenciales para un humanismo y democracia renovados, incluyendo el acceso a lugares de encuentro y de intercambio social y cultural gracias a la revolución que la ‘sociedad urbana’ trae consigo.

En relación con la configuración urbana del barrio El Recuerdo Sur, sus espacios llenos y vacíos, así como sus interacciones en un contexto de exclusión y marginalidad, resaltan su ubicación en una zona periférica que, hasta mediados de los años 80, se configuraba como una zona de borde urbano rural de una de las fincas y haciendas que conformaban el cordón rural de la ciudad. A finales de 1990, inició el proceso de ocupación y urbanización; en 1999 se realizó el reconocimiento del barrio como un asentamiento legal, lo que permitió el auge de su ocupación, y, entre el 2005 y el 2010, con la participación de promotores privados, se adquirieron lotes para su futuro desarrollo, en los cuales se proyectaron construcciones de infraestructura recreacional (ver Figura 3).

A partir de 2015, la urbanización del barrio creció de manera exponencial hasta la actualidad, alcanzando aproximadamente 394 familias, según el último censo realizado por la Junta de Acción Comunal. Las condiciones actuales dan cuenta de la inexistencia de espacio público de calidad o de zonas de parque para el disfrute de la comunidad. Además, todas las vías que conforman el barrio son peatonales, sin ningún tipo de adecuación, lo que restringe la accesibilidad.

Luego de la legalización del barrio se configuraron cuatro asentamientos informales en su entorno, lo que generó constantes tensiones con los terreros, quienes delimitan y venden de forma ilegal los espacios vacíos que aún no demuestran actividad constructiva. Este hecho ha afectado las áreas libres propuestas en el proceso de legalización, como áreas verdes o parques, lo que a la fecha deja como único remanente una zona de cesión de apenas 1,938 m2, esto es, el 50% del área de la propuesta urbana original. En dicho espacio se han identificado las principales oportunidades para la configuración de estrategias ecológicas, sociopsicológicas, socioculturales, políticas y económicas para la integración y el desarrollo comunitario.

En relación con la producción habitacional del barrio, desde su creación en 1994 hasta 2020, predominaron las soluciones unifamiliares informales, tipologías evolutivas que luego de tres años de implantación evidencian soluciones estables para su futura consolidación y crecimiento. Durante los últimos tres años se han evidenciado soluciones multifamiliares producidas por promotores privados, como fundaciones de viviendas que satisfacen las necesidades habitacionales mediante la gestión de subsidios (ver Figura 4).

El Reconocimiento de los Conflictos y Liderazgos Sociales

Las particularidades del barrio, derivadas del proceso de urbanización popular de carácter marginal, han hecho presente conflictos sociales asociados a la lucha popular por el derecho a la ciudad. Al respecto, Franco (2020) señala cuatro características inherentes a la marginalidad urbana que permiten enfatizar en la injusticia social: segregación étnico-racial, informalidad, hiperdesempleo y violencia. La segregación étnico-racial se refiere a una estrecha relación entre disociación residencial, pobreza y raza, que confina a las minorías poblacionales en la periferia de la ciudad. La informalidad es la expresión de la incapacidad del estado “para ofrecer empleo e ingreso estable, así como dotar de vivienda y servicios sociales esenciales a toda la población” (Pradilla, 2014, en Franco, 2020, p. 45). El hiperdesempleo hace referencia al deterioro de las condiciones laborales, a la perdida de oportunidades de trabajo y a la disminución de ingresos, es decir, a una segregación del mercado laboral. La violencia no puede ser abordada sin asumir el conflicto armado y el narcotráfico, que han intensificado las estructuras de inequidad y agudizado los cinturones de pobreza.

En ese sentido, Franco (2020) afirma que la marginalidad no es simplemente una consecuencia de la manera en que un territorio es ocupado, sino que es el resultado de una variedad de factores asociados a formas de dominación y traducidos en políticas, programas y acciones del gobierno. Esto ocurre así porque se ha buscado consolidar un modelo de desarrollo que excluye a los habitantes de la periferia, disminuyendo las posibilidades para superar la marginalidad, aún más cuando las soluciones están enfocadas en dimensiones físico-espaciales y no en ofrecer oportunidades para generar un cambio en los factores que inciden en las condiciones de vida de estas personas.

Todos estos conflictos fueron abordados en este ejercicio investigativo de forma participativa, a través de encuentros con los habitantes y la Junta de Acción Comunal centrados en las preguntas “¿Qué queremos? ¿Qué soñamos?”. A partir de ahí, se configuraron espacios de reflexión y diálogo donde los habitantes del barrio compartieron sus propuestas y apuestas sobre los procesos de mejoramiento y calidad del entorno urbano. Además, estos espacios contaron con la participación de adultos, niños y adolescentes, y dieron como resultado la construcción de un equipamiento recreativo y de uso comunitario concretado en un parque; con ello, la comunidad priorizó su opción por el mejoramiento del hábitat y el desarrollo de estrategias de apropiación del territorio.

En los espacios participativos (ver Figura 5), la comunidad consolidó la propuesta para el proceso de diseño y la construcción de un parque que apostara constructivamente por una infraestructura ligada al mejoramiento de la calidad de vida de los habitantes del barrio. En ese marco, los participantes evidenciaron las siguientes necesidades: espacio de comercio ligado a zonas de permanencia, delimitación o linderos del predio definidos mediante vegetación (30% destinado a zonas verdes), cancha múltiple como elemento de congregación y articulación; espacio para la comunidad, espacio para integrar los distintos subsectores del barrio y zonas de recreación para diversas edades.

Adicionalmente, el proceso participativo evidenció, a través del espac nidad, que representan la percepción de factores centrales en la lucha social por el territorio y el derecho a la ciudad en sus procesos de desarrollo social. Así, se hizo énfasis en la integración de soluciones constructivas con procesos de mejoramiento de calidad de vida.

Dichos procesos fueron la memoria, mediante la contextualización histórica de los últimos 40 años del barrio, los primeros migrantes y las características de su movilidad e inserción en un nuevo contexto urbano; los acuerdos comunitarios, mediante la socialización de las necesidades, expectativas, conclusiones y compromisos sugeridos por la comunidad, y el mejoramiento urbano, mediante la conceptualización, presentación de las principales determinantes de diseño, sus estrategias, programa y referentes, para el desarrollo del parque y su entorno (ver Figura 6).

La Gestión entre Actores para el Mejoramiento del Hábitat Urbano

El proceso permitió el desarrollo de estrategias de diálogo con actores externos que aportaron a la visión de desarrollo que se desea en el barrio. Esto, adicionalmente, visibiliza acciones de gestión mancomunada que involucran no solo acciones constructivas, sino también roles participativos de relevancia para validar el derecho a la ciudad y para transformar la realidad. La propuesta conceptual y proyectual del parque se estructura como un plan integrador que involucra tres actores: el equipo científico-académico multidisciplinar, liderado por la Universidad de La Salle; la comunidad y sus lideres, y, finalmente, los promotores inmobiliarios privados que desarrollan su actividad económica en el barrio. Se pactan actividades para cada uno y se planifica como objetivo principal configurar estrategias ecológicas, sociopsicológicas, socioculturales, políticas y económicas para la integración y el desarrollo comunitario, focalizado en la población migrante en las diferentes etapas de consolidación urbana (ver Figura 7).

Conclusiones

Los espacios periféricos se han convertido en escenarios de acogida para sujetos y comunidades que poblaron y construyeron desde los cimientos una unidad socioespacial, donde les ha sido posible desarrollar buena parte de sus vidas a través del tejido de solidaridades. En el proceso de ocupación informal del barrio y su entorno —un gran porcentaje de la población proviene de otras partes del país con historias de vida ligadas al conflicto armado y al desplazamiento rural— se pueden identificar los conceptos de memoria, recuerdos e historia, como elementos fundamentales del proceso de vida de los habitantes. Por esta razón, el parque y el espacio público se han convertido en una infraestructura que oculta los reclamos y luchas propias de la movilidad humana.

Para el desarrollo progresivo del barrio, a partir del proceso de intervención participativa, se resaltan algunas estrategias. Primero, procurar la apropiación colectiva de espacios verdes y públicos para prevenir su apropiación y comercialización ilegal, promoviendo relaciones de liderazgo y diversidad en el barrio. Segundo, tener en cuenta la importancia de reconstruir un territorio seguro y de satisfacer necesidades culturales a través de iniciativas organizadas y voluntarias, como linderos escalonados, plazoletas, huertas y jardines. En tercer lugar, es fundamental la colaboración entre actores externos e internos para integrar a las poblaciones migrantes y superar la exclusión y marginalidad.

Finalmente, es necesario señalar que, en medio de estas condiciones de carencia, la única solución puede darse a través de la construcción de un tejido social robusto, por medio de la unión, los acumulados sociohistóricos y las trayectorias de vida y lucha que enriquecen las estrategias de acción y organización en medio de estos territorios. La vida en comunidad se convierte en un escenario fundamental para volver a entablar un vínculo entre saberes y raíces, entre palabras y territorios, de manera que sea posible crear un espacio dotado de valores, sentires y prácticas de humanidad, donde los habitantes puedan ser actores con nombre propio y no víctimas (a secas) de la historia nacional.

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ABREVIATURAS, ACRÓNIMOS O SIGLAS

SMLMV: Salario mínimo legal mensual vigente.


[1][1] Dicha herramienta fue aplicada con el objetivo de identificar las características socioeconómicas de habitantes y familias del sector como parte del proyecto “Diseño experimental y apropiación social para la calidad del hábitat urbano en la comunidad del Recuerdo Sur IDEAS” del Laboratorio Lasallista para la Construcción del Hábitat Colombiano, el Semillero de Investigación Paz S.O.S y el Semillero de Investigación Vivienda, Territorio y Sostenibilidad, de la Universidad de La Salle

[2][2] Salario mínimo legal mensual vigente.

Alba Lucía cruz Castillo

Trabajadora social; Especialista en política social, Magíster en estudios de familia y desarrollo, Doctora en Educación y Sociedad.

Alex Leandro Pérez Pérez

Arquitecto, Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría. Máster en Vivienda Social, Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría” Doctor en Arquitectura, Universidad Tecnológica de La Habana José Antonio Echeverría.

María Fernanda Peña Cárdenas

Trabajadora Social, Universidad de La Salle, miembro del Semillero de Investigación PAZ S.O.S

Exclusión y marginalidad en El Recuerdo Sur

Escenarios de migración y desplazamiento.

Exclusión y marginalidad en El Recuerdo Sur

En el proceso de ocupación informal del barrio y su entorno —un gran porcentaje de la población proviene de otras partes del país con historias de vida ligadas al conflicto armado y al desplazamiento rural— se pueden identificar los conceptos de memoria, recuerdos e historia, como elementos fundamentales del proceso de vida de los habitantes.

Exclusión y marginalidad en El Recuerdo Sur

Figura 1. Ubicación del Barrio El Recuerdo Sur en la ciudad de Bogotá

Fuente: Pérez & Sabogal, 2022.

Vista de una ciudad desde lo alto de una montaña

Descripción generada automáticamente

Figura 2. Imagen desde el Barrio El Recuerdo Sur hacia el sur occidente de la ciudad

Fuente: Elaboración propia.

Exclusión y marginalidad en El Recuerdo Sur

Departamento

Municipio

Caquetá

El Paujil

Puerto Rico

Tolima

Ortega

Ibagué

San Antonio

Herrera

Boyacá

Chitaraque

Topagá

Antioquia

Medellín

Tarazá

Caldas

La Dorada

Nariño

Barbacoas

Cocal

Valle Del Cauca

Cartago

Tabla 1. Procedencia de los habitantes del barrio El Recuerdo Sur

Fuente: Elaboración propia.

Exclusión y marginalidad en El Recuerdo Sur

Figura 3. Evolución y transformaciones del Barrio El Recuerdo Sur desde 1980 hasta la actualidad

Fuente: Pérez & Sabogal, ٢٠٢٢

Exclusión y marginalidad en El Recuerdo Sur

Figura 4. Condiciones actuales de la situación habitacional en el Barrio El Recuerdo

Sur Fuente: Elaboración propia.

Figura 5. Talleres “¿Qué queremos? ¿Qué soñamos?” con la comunidad

Fuente: Elaboración propia.

Exclusión y marginalidad en El Recuerdo Sur

Figura 6. Diseño preliminar para el desarrollo de las dimensiones ecológica y sociocultural comunitarias en el parque El Recuerdo Sur

Fuente: Pérez & Sabogal, 2022.

Figura 7. Mapa de actores, actividades y objetivo general para el mejoramiento del hábitat urbano

Fuente: Elaboración propia.

Exclusión y marginalidad en El Recuerdo Sur

Mayo - Agosto 2023

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