Henri Lefebvre y el derecho a la ciudad

Exégesis desde sus “Tesis sobre la ciudad”

Henri Lefebvre and the right to the city

Exegesis from his “Theses on the city”

Henri Lefebvre e o direito para a cidade

Exegese a partir das “Teses na cidade”

Jorge Gasca-Salas

Doctor en filosofía

Instituto Politécnico Nacional, México

jogasca@ipn.mx

Resumen

El cometido de este artículo consiste en efectuar una exégesis, desciframiento y comprensión del pensamiento de Henri Lefebvre en torno a temas como la ciudad, lo urbano y el urbanismo, así como identificar críticamente el sentido de su propuesta ontológico-política del derecho a la c iudad a través de sus doce “Tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urbanismo”.

El método hermenéutico empleado sigue un camino inverso a la síntesis que significa escribir unas tesis sobre temática alguna, partiendo de la ubicación de los temas urbanos en su producción intelectual.

El derecho a la ciudad, en este artículo, es visualizado desde un estudio interpretativo del contenido de las doce Tesis sobre la ciudad de Lefebvre a manera de mónadas o ventanas que se abren como miradores de la obra de este pensador cuyo discurso aborda, desde el tema de la vida cotidiana y de manera múltiple, la realidad urbana diversa y compleja de nuestro tiempo.

Palabras-clave: derecho a la ciudad, ciudad, lo urbano, urbanismo, Henri Lefebvre.

Abstract

The assignment of this article consists of effecting an exegesis, deciphering and comprehension of Henri Lefebvre’s thought concerning his worry and study of topics as the city, the urban thing, the urbanism, as well as to identify critically the sense of his ontological-political offer of the right to the city across his “Thesis on the city, the urban thing and the urbanism”.

The hermeneutic used method follows an inverse way to the synthesis that means to write “Thesis” on some topic, departing from the location of the urban topics in his intellectual production.

The right to the city, in this article, is visualized from an interpretive study of the content of his twelve Theses on the city, like monad or “windows” that are opened, as viewing-points of this thinker work’s whose speech approaches, from the topic of the daily life and in a multiple way, the urban diverse and complex reality of our time.


Keywords: right to the city, city, the urban thing, urbanism, Henri Lefebvre.

Resumo

O a pessoa fez deste artigo consiste em fazer uma exegese, desciframiento e compreensão do pensamento de Henri Lefebvre ao redor de tópicos como a cidade, a coisa urbana e o urbanismo, como também identificar criticamente o senso das proposta ontológico-política de O direito para a cidade pelas doze “Teses sobre a cidade, a coisa urbana e o urbanismo”.

O método hermenêutico empregado, segue uma estrada inversa à síntese que pretende escrever “Tese” em teme alguns, enquanto partindo do local dos tópicos urbanos em sua produção intelectual.

O direito para a cidade, neste artigo, é visualizado de um estudo interpretativo do conteúdo das doze Teses na cidade por via de mónadas ou janelas que abrem como miradors do trabalho deste pensador cujo aproximações de fala, do tópico da vida diária e de modo múltiplo, a realidade diversa e complexa urbana de nosso tempo.


Palavras-chave: direito para a cidade, cidade, a coisa urbana, urbanismo, Henri Lefebvre.

Jorge Gasca-Salas

Doctor en filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM (tesis: Ontología de la ciudad en Marx y Heidegger) y posdoctorado en el Instituto para la Teoría, Investigación de la Cultura y del Arte (Alemania) (tema: Obra de los Pasajes de Walter Benjamin). Profesor de posgrado de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura, Campus Zacatenco y del Instituto Politécnico Nacional (México). Autor de los libros La ciudad, pensamiento crítico y teoría (2005) y Pensar la ciudad: entre ontología y hombre (2007).

Introducción

Las “Tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urbanismo”, publicadas originalmente en 1968, constituyen las últimas cinco páginas del libro El derecho a la ciudad de Henri Lefebvre (1978b) y son una reivindicación de la ciudad, al igual que una defensa de la sociedad urbana como una dirección posible de un tipo de modernidad alternativa en la que el derecho a la ciudad es, a la vez, derecho a la vida urbana y derecho a los bienes de la civilización, desde una consideración de vertiente marxista. A través de sus doce tesis es posible atisbar en aquella etapa intelectual de Lefebvre en la que piensa esta dimensión de la realidad contemporánea. Se trata de una etapa de su madurez cuya firme intención –como veremos– consiste en la comprensión de dichos fenómenos.

Henri Lefebvre (1901-1991) es un pensador indispensable en la comprensión y crítica marxista de la modernidad que, desde la crítica al capitalismo, señala un giro teórico, epistemológico y metodológico digno de ser analizado, puesto que abordó el estudio de fenómenos surgidos en el llamado corto siglo XX (1917-1989) (Hobsbawm, 1999) y que se manifiestan en el siglo XXI, ya no desde la producción como el momento fundamental del proceso de reproducción de la riqueza capitalista, sino desde el consumo. En vista de esto y para hacer una revisión crítica del estudio lefebvriano de la ciudad, lo urbano, el urbanismo y el derecho a la ciudad, así como la explicación del complejo siglo XX y del marxismo como una teoría que lo problematiza, es de suma importancia formular un par de preguntas de las que emanarían respuestas clave tanto de su pensamiento en particular, como del pensamiento marxista en general.

¿Cuál es la motivación teórica que propició en Lefebvre el estudio de los temas sobre la vida cotidiana, lo rural y lo urbano, la sociedad urbana, la ciudad en oposición con el campo y la producción del espacio? ¿Es en estas condiciones donde radica una posibilidad nueva para la revolución social y un nuevo tipo de utopía?

Abundaríamos en ello si partimos de la idea de Karl Marx (1974), retomada de los clásicos Adam Smith y David Ricardo, según la cual el ciclo general del proceso de reproducción social de la riqueza capitalista consta de cuatro momentos fundamentales: producción, distribución, cambio y consumo: P-D-Ca-C a los que podríamos llamarles tiempos o momentos estructurales de dicho proceso.

El primer momento, el de la producción, constituye el tiempo estructural sobre el que Marx piensa y construye su discurso crítico de la realidad del siglo XIX, y de las leyes que rigen un tipo de historicidad del capitalismo industrial. Para Lefebvre se hace necesario otro tipo de consideraciones cuyo espacio-tiempo ya no es solo el productivo sino el consuntivo, es decir, el que está regido por los fenómenos del consumo, en los que se encuentran gran parte de los fenómenos de la vida cotidiana y los fenómenos del hábitat, tiempos y lugares de ubicación de los fenómenos de la ciudad, lo urbano y el urbanismo. Se trata de un giro teórico para el estudio de la realidad social como una contribución enriquecedora a la teoría marxista a través de un enfoque no ortodoxo de la ciudad y lo urbano contemporáneos, con dos temáticas generales que son de alta relevancia histórica: la crítica de la vida cotidiana en las grandes ciudades y la producción del espacio urbano capitalista1 (Lefebvre, 1978b).

Campos temáticos desarrollados por Lefebvre

Durante sus 90 años de vida, Lefebvre tuvo una producción intelectual prolífica y vasta que, de acuerdo con el registro de obras de este autor en la versión inglesa de La producción del espacio (Lefebvre, 1992), incluye la publicación de 66 libros en los que podrían distinguirse por lo menos tres grandes bloques temáticos: I) la defensa del marxismo crítico, II) las contribuciones al marxismo, y III) los escritos autobiográficos. Textos con temáticas diversas que, sin tener la intención de construir un sistema de pensamiento (Weltanschauun), abordan particularmente campos epistemológicos abiertos como redes temáticas o afluentes para el estudio de la modernidad.2 Estos temas constituyen contribuciones interconectadas a manera de vertientes temáticas en forma risomática (en red) que desembocan en la crítica de la modernidad capitalista y en los aportes intelectuales bajo la forma, por un lado, de temas como la lógica formal y la lógica dialéctica, el materialismo dialéctico, el marxismo, la metafilosofía, la sociología, la estética, el lenguaje, la presencia y la ausencia, el Estado, entre otras. Por otro lado, aparecen temas de los que él es pionero como la crítica de la modernidad y de la vida cotidiana, de los que se desprenden vertientes temáticas como lo rural, lo urbano, la revolución urbana, la producción del espacio y el derecho a la ciudad.

La necesidad de un giro temático para la crítica de la modernidad

La respuesta a la pregunta formulada más atrás en torno a temas como la vida cotidiana, la ciudad y otras temáticas sucedáneas está vinculada con la preocupación que ya desde la década de 1930 Walter Benjamin dejó planteada en la tesis 4 de sus “Tesis sobre la historia”. A saber:

La lucha de clases, que no puede escapársele de vista a un historiador educado en Marx, es una lucha por las cosas ásperas y materiales sin las que no existen las finas y espirituales. A pesar de ello estas últimas están presentes en la lucha de clases de otra manera a como nos representaríamos un botín que le cabe en suerte a un vencedor. Están vivas en ella como confianza, como coraje, como humor, como astucia, como denuedo y actúan retroactivamente en la lejanía de los tiempos. Acaban por poner en cuestión toda nueva victoria que logren los que dominan. Igual que flores que tornan al sol su corola, así se empeña lo que ha sido, por virtud de un secreto heliotropismo, en volverse hacia el sol que se levanta en el cielo de la historia. El materialista histórico tiene que entender de esta modificación, la más imprescindible de todas (Benjamin, 1973: 179).

Mediante una interpretación de esta tesis se podría establecer, en primer lugar, la presencia de dos niveles de existencia de la realidad social, una estructural (“las cosas ásperas y materiales”) y otra supraestructural (constituida –creemos– por las cosas “finas y espirituales”) en una clara relación y distinción entre estructura y supraestructura. En segundo lugar, sería posible percibir tanto en Benjamin como en Lefebvre la referencia crítica a un cierto dogmatismo basado en la sobrevaloración de la estructura económica, como si constituyera lo estrictamente importante para una transformación social, con el menosprecio de las condiciones supraestructurales tratadas como cosas o elementos sin importancia alguna o de segundo orden. En tercer lugar, la cita nos hace pensar que los procesos revolucionarios no se encuentran en el espacio-tiempo estructural sino en un espacio-tiempo supraestructural más allá de las fábricas e industrias. Este espacio diferente –pensamos nosotros a partir de los aportes de Lefebvre– es la ciudad y lo urbano. En la presencia, distinción y relación dialéctica entre estructura y supraestructura se fundamenta la relación también dialéctica entre la base material de la civilización y su base espiritual. La relación dialéctica, que la vieja ortodoxia marxista reducía a la relación entre fuerzas productivas y relaciones de producción, cobra en Benjamin y en Lefebvre un descentramiento y un cambio de eje de rotación que sólo sería posible vincular mediante la abstracción y que pasaría de la producción (P) al consumo (C) estructural (Echeverría, 2013). En la comprensión de ese descentramiento o traslación estructural –si se nos permite la expresión–radica la motivación teórica de Lefebvre para el estudio de la vida cotidiana, la ciudad, lo urbano y el urbanismo.

De esta forma, la transformación política, y la revolución posible y deseable no radican exclusivamente en el cambio de las condiciones materiales de la vida social, sino en todas las expresiones humanas que configuran el mundo de la vida, en todas las realizaciones del espacio-tiempo estructural y vital no solo durante el tiempo de la producción, sino durante todo el ciclo de la generación de la riqueza social (P-D-Ca-C). La revolución social no constituye y envuelve sólo el cambio radical del momento de la producción (ciclo estructural productivo), sino del resto de los tiempos y espacios correspondientes: distribución, cambio y consumo. De ahí, entonces, la necesidad de dar un giro en la concepción del tiempo y del espacio de la vida social bajo la idea de una totalidad dialéctica de los momentos estructurales (P-D-Ca-C) del proceso de reproducción social de la riqueza capitalista, sin dejar de lado que, además del tiempo y de los momentos estructurales, existe el tiempo de la vida cotidiana más allá del espacio-tiempo laboral. Así, la relación entre estructura-supraestructura es, necesariamente, una relación dialéctica del espacio-tiempo extraeconómicos que traslada la teoría de la fábrica al barrio, de la industria a la ciudad, de la economía al urbanismo.

Lefebvre señala con nitidez la necesidad de abordar un campo problemático propio de una nueva época del capitalismo del siglo XX:

Lentamente, dos verdades nuevas y solidarias emergen. Primeramente Marx elaboró sobre todo la teoría de la producción, afirmando la primacía y el carácter determinante de las relaciones de producción y de propiedad así como el carácter subordinado del reparto (de bienes producidos, es decir, de mercancías, y también de la plusvalía global extraída de la explotación del proletariado) en la sociedad que analizó, la del capitalismo competitivo. Dejó de lado un conjunto de fenómenos relativos a las necesidades, la demanda y el imperativo social, el consumo y su organización eventual–. Pero estos fenómenos (y esto constituye la segunda certeza) toman hoy una importancia creciente. [...]

Nos encontramos, pues, ante una nueva situación a elucidar, si queremos comprender qué ha pasado en el siglo XX, qué resta del pensamiento marxista. ¿Cómo elucidarla? Estudiando la vida cotidiana, lugar de este cambio [...].

Pero, en tanto, la sociedad en su conjunto se transforma y de industrial pasa a ser urbana. La vida cotidiana,3 en el marco urbano en que se establece bajo presión de las relaciones sociales y del orden existente, puede metamorfosearse y servir a la aparición de una vida distinta. ¡Pero en ese marco, y sólo en ese marco, del que no puede separarse! (Lefebvre, 1978a: 9-10. Las cursivas son nuestras).

Si nos referimos a los momentos estructurales (P-D-Ca-C: lugar de la producción, principio distributivo, lugar de cambio, uso y cierre del ciclo respectivamente) y sintetizamos su alusión mediante la asociación producción-industria / distribución-Estado / cambio-mercado / consumo-hábitat sería posible ganar cierta claridad para comprender que existe lo que podríamos denominar sesgo estructural: un desplazamiento del eje de rotación P, del ciclo de generación de la riqueza social, hacia el resto de los ejes (D-Ca-C). Lefebvre hace referencia a esto con pleno convencimiento de que en el siglo XX existe una nueva situación a elucidar: la sociedad en su conjunto se transforma y de industrial pasa a ser urbana. Y “¿cómo elucidarla? Estudiando la vida cotidiana, lugar de este cambio” (Lefebvre, 1978a: 9). El sesgo hacia el consumo radica en la vida cotidiana y esta “sirve para el despliegue del mundo de la mercancía y del mundo del Estado”. (Lefebvre, 1978a: 10). Transitamos del mundo de la mercancía hacia el mundo del hábitat: nos movemos en la esfera de los fenómenos de la subsunción (subordinación/enajenación) real y formal de la vida cotidiana al tiempo estructural del consumo y viceversa. Los nuevos fenómenos sociales se han desplazado de los centros industriales a las zonas urbanas y a las ciudades. Los nuevos escenarios del capitalismo moderno han pasado a ser las ciudades.

El punto de partida para el estudio de las nuevas realidades es, para Lefebvre, la filosofía y la crítica de la filosofía. Se trata de un tipo de discurso no especulativo, desarrollado en buena parte con temas no incluidos tradicionalmente en los problemas tratados por la filosofía (la vida cotidiana, la ciudad, entre otros). En este giro se pone en juego el destino del siglo XX, su sociedad, su crítica social, su tendencia histórica por construir y por transformar. La modernidad adquiere, en todo ello, un tiempo y un espacio histórico, social, político, económico, sincrónico, diacrónico, simbólico y estético. La modernidad se vive todos los días y en todo los lugar. Su temporalidad está allí, en la vida cotidiana y su existencia espacial tiene un lugar y un sitio específico predilecto: la ciudad. Su expresión es lo urbano, la vida urbana.

Es destacable el señalamiento del sentido doble de su crítica: por un lado, el anticapitalismo que mantuvo siempre a lo largo de sus obras sobre temas urbanos y, por otro, la crítica al dogmatismo marxista (Lefebvre, 1978a: 5-18), esto último en dos flancos, primero contra la institucionalización stalinista del marxismo a lo que hemos llamado defensa del marxismo y, después, contra la ideología estructuralista, especialmente de L. Althusser a la que él denominó la ideología estructuralista (Lefebvre, 1973b: 119-241). En la construcción de la teoría sobre lo urbano sus recursos fueron la crítica de la filosofía mediante lo que llamó metafilosofía tomando como método la transducción, consistente en pensar un objeto o realidad virtual pero posible (Lefebvre, 1978b: 128). De igual modo, realizó la crítica de la modernidad a través del desocultamiento de ella, desembozando la máscara de los problemas urbanos y la enajenación de la vida cotidiana, posibilitada sólo por una ciencia del espacio y una planificación para las necesidades sociales (Lefebvre, 1978b).

Crítica del espacio urbano

El paso de una construcción argumental a su crítica del espacio urbano es claro y las obras en las que dirige su atención a este objeto es también transparente. En seis libros vuelve explícito el problema de la ciudad y lo urbano a través de lo que se podría denominar su contribución a la crítica del espacio social. Estos textos fueron publicados entre 1968 y 1974, período que va de la publicación de El derecho a la ciudad (Lefebvre, 1978b) a La producción del espacio (Lefebvre, 1992). La crítica del espacio urbano es, en verdad, la decantación de su Crítica de la vida cotidiana de 1947 (tomo I) y 1961 (tomo II), y La vida cotidiana en el mundo moderno (Lefebvre, 1984).

Comentarios a las “Tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urbanismo”

De las Tesis, en general, debe destacarse que un rasgo común a todas ellas es el de ser hitos aforístico discursivos en y de la elaboración del pensamiento humano, con una temática particular y un propósito muy claro: ser puntos de llegada y de partida, destacándose su cualidad de síntesis, que contiene implicaciones simultáneas y concomitantes, las cuales consisten en la congregación de fundamentos de carácter filosófico (ontológico, gnoseológico), científico (por cuanto suscriben campos del saber particulares), político (establecen peculiaridades de la praxis humana), artístico técnico (marcan pautas de vínculos estéticos y tecnológicos) o pragmático bajo la condición de ser siempre referentes conclusivos y a la vez fundantes. Son puntos de llegada porque decantan la experiencia de períodos o épocas enteras del pensamiento humano. Así mismo, son puntos de partida porque desde ellas se puede iniciar un nuevo comienzo o prefigurar las tendencias de él, por lo que representan marcas o hitos en el camino (Wegmarken) del pensamiento, señalando su rumbo intermitentemente.

Ubicación de las Tesis en la obra de Henri Lefebvre

Las doce Tesis forman parte de las últimas cinco páginas de su libro El derecho a la ciudad de 1968 (Lefebvre, 1978b). Constituyen una reivindicación de la ciudad y una defensa de la sociedad urbana, y son un atisbo de la etapa militante de Lefebvre en el movimiento situacionista, así como de su papel activo en el mayo francés. En ellas también es posible vislumbrar su militancia comunista (1928-1958) y su crítica de la modernidad.

Caracterización de las Tesis

Caracterización temática

En un intento por caracterizar las Tesis podrían asignársele algunos campos temáticos que reflejan su contenido (Lefebvre, 1978b: 165-169):

Tesis 1. Máscara de la modernidad: estallido de la morfología tradicional de las ciudades. Tesis 2. Ideología de la modernidad y del progreso social.

Tesis 3. Relación fin-medio: sociedad urbana-industrialización.

Tesis 4. Organización empresarial y planificación global: insuficiencia necesaria.

Tesis 5. Planificación de las necesidades sociales y necesidad de una ciencia de la ciudad.

Tesis 6. Nueva miseria: miseria del hábitat.

Tesis 7. El derecho a la ciudad.

Tesis 8. Representatividad civilizatoria de la ideología de la clase obrera.

Tesis 9. Aplicación de una planificación de interés proletario.

Tesis 10. Utopía 1: nuevo humanismo. El hombre urbano bajo el dominio del arte, la ciencia y el valor de uso de la naturaleza.

Tesis 11. Utopía 2: producción de la realidad como obra [de arte].

Tesis 12. Utopía 3: revolución total. Revolución cultural permanente, revolución económica y la revolución política.

Caracterización programática

Los campos programáticos y la subdivisión de la plataforma construida por Lefebvre en sus Tesis se organiza –desde nuestra perspectiva– en por lo menos seis campos o grupos, en los cuales pueden ser ubicadas claramente las tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urbanismo:

Tabla 1. Campos programáticos

Campos

Caracterización programática

No. de Tesis

I

Rostro de la modernidad

Tesis 1 y 2

II

La relación fin-medio sociales

Tesis 3, 4 y 5

III

Papel de la clase obrera

Tesis 6, 8 y 9

IV

Consigna histórica: derecho a la ciudad - derecho a la vida urbana

Tesis 7

V

Función desfetichizadora de la filosofía y del arte

Tesis 11

VI

Utopías: nuevo humanismo y revolución total

Tesis 10 y 12

Fuente: elaboración propia.

Estos seis campos programáticos son ventanas a través de las cuales puede observarse el problema que la modernidad plantea, ilustrando retrospectivamente su crítica, al mismo tiempo que sitúa el punto de llegada al que Lefebvre arribó hacia la década de 1960, en el tiempo inicial del tratamiento de los temas urbanos.

Problemática destacable de las Tesis

Los campos programáticos abiertos por las doce Tesis fueron identificados en la sección anterior y en ellos nos detendremos brevemente.

Conclusión

En el conjunto de las “Tesis sobre la ciudad, lo urbano y el urbanismo”, parte final del libro de El derecho a la ciudad (Lefebvre, 1978b), se encuentran sintetizadas, condensadas y codificadas ideas clave del pensamiento lefebvriano sobre la ciudad, lo urbano, el urbanismo y el derecho a la ciudad. Se trata de la manifestación fenoménica detectada por Lefebvre ya desde la década de 1940 bajo la figura de rostro de la modernidad como la expresión del desplazamiento en el predominio de la enajenación económico estructural (el momento de la producción: el taller, la fábrica, la industria y la gran industria del siglo XIX), hacia la enajenación extraeconómica de la producción del espacio social bajo el influjo capitalista (conjunto de fenómenos y dimensiones subordinadas o subsumidas al momento del proceso de reproducción social del consumo). Dicho de otro modo, el rostro de la modernidad bajo la máscara de la subsunción o subordinación real y formal del consumo al capital, según la cual las formas de enajenación no se dan sólo en los procesos productivos, sino en los fenómenos de consumo: en el uso-consumo de los medios colectivo (en el nivel de lo público: calles, equipamientos, públicos, entre otros) y en el uso-consumo privado (en el nivel privado o nivel del habitar). En este contexto, y a pesar del dominio capitalista del espacio social, es clave la determinación del derecho a la ciudad puesto que se trata, a la vez, del derecho a la vida urbana pero, primaria y fundamentalmente, del derecho a los bienes materiales y culturales de la civilización, y de que un tipo de modernidad no-capitalista se encuentra, potencialmente, por debajo de la existente. El derecho a la ciudad es más que una consigna, es una dirección ontológico política porque se trata de una dirección posible en la edificación de mundo.

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1 Véase el desarrollo de esta idea en la introducción de De lo rural a lo urbano (Lefe vre, 1978a).

2 I) La conciencia mistificada de 1933, Lógica formal, lógica dialéctica de 1947 y Los problemas actuales del marxismo de 1958. II) Traducciones de 1933, Manuscritos económico–filosóficos de 1844, Metafilosofía de 1965, Crítica de la modernidad de 1962 y Crítica de la vida cotidiana de 1947-1968 (tomos I-III). III) La suma y la resta de 1959 y Tiempos equívocos de 1976.

3 Del tema de la vida cotidiana surgen sus estudios sobre la ciudad y lo urbano: El derecho a la ciudad en 1968, Espacio y política en 1970, De lo rural a lo urbano y La revolución urbana en 1970, El pensamiento marxista y la ciudad en 1972 y La producción del espacio en 1974.

Recibido: 2 de marzo de 2017

Aprobado: 14 de abril de 2017

https://doi.org/10.15446/bitacora.v27n2.63039

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