Ciencia Política
2389-7481
Universidad Nacional de Colombia
Colombia
https://doi.org/10.15446/cp.v17n34.105262

Guido L., Massimo M., y Pasquale V. (eds.). (2022). Diccionario gramsciano (1926 - 1937). Cagliari UNICA press.

J. García Lozano, 1

Grupo de investigación Presidencialismo y participación, Universidad Libre, BogotáColombia

Resumen

En 516 páginas del Diccionario gramsciano (1926-1937) se puede lograr sintetizar las 2848 páginas de los Cuadernos de la cárcel, que escribiera Antonio Gramsci como borradores de una larga investigación en curso sobre la historia italiana y la construcción de hegemonía civil en los grupos y las clases subalternas. Como ejercicio pedagógico para inducir a la reflexión y al pensamiento sobre Gramsci y su voluminosa obra escrita, el libro de marras editado por Liguori, Modonesi y Voza, cuya reseña redactamos, logra su cabal objetivo con preciosa filigrana, tanto para propios como para extraños. Aunque la obra en sí misma está redactada y perfilada para los neófitos en el asunto, busca hacer escuela formativa en ellos e ir más allá.

En efecto, en el Diccionario gramsciano (1926-1937) se sintetiza tanto lo escrito de forma temática y compleja por Gramsci, como lo que en la pluma del autor fue el elemento de su reflexión personal y, al tiempo, su propuesta intelectual, ética, histórica y política, afincada ella en una poderosa relectura y traducción orgánica de la filosofía de la praxis en el continente de la historia. En ese sentido, como lo referimos, el libro ofrece una propuesta pedagógica tematizada para acercarse a un autor propositivo y original, que está entre los más leídos y debatidos del pensamiento social en el mundo contemporáneo.

Este es pues un trabajo conjunto, un cerebro colectivo, cuya prueba de éxito editorial se le debe tanto a los que escribieron con tino los distintos temas gramscianos, como a los traductores de los mismos; al igual que debe destacarse la labor de los editores del texto, tanto en italiano, primero, como en castellano, después. El libro se nos presenta como una reedición del texto originalmente vertido al italiano, lengua madre de Gramsci y de la mayoría de los que son autores temáticos del diccionario en cuestión.

De ahí que las cien temáticas abordadas, las cuales resume con polifonía y rigor el Diccionario gramsciano (1926-1937), asumen el reto de la contrastación y la crítica conceptual con los textos originales de Gramsci escritos en condiciones adversas, casi imposibles para cualquier estudioso, pero no para un militante. Este esfuerzo editorial del diccionario no se agota entonces solo en los temas con respecto a los Cuadernos de la cárcel, sino que también podemos leer que se alude y explaya en algunos temas localizados en ciertos textos de juventud, precarcelarios por demás. Contando en ello la diversidad y la traducibilidad de lenguajes sociales y saberes científicos que Gramsci desarrolla.

De manera que el diccionario es de suyo inter y transdisciplinario, y puede ser leído de forma orgánica como un compendio ex novo sobre la interpretación heurística a la obra gramsciana, asaz erudita. No es por ello un diccionario sobre la subalternidad, o sobre la autonomía, sino sobre diversas temáticas gramscianas descentradas. Por lo mismo, no hay un norte definido como fundamento teórico que guíe la comprensión de los asuntos. Aunque somos del parecer que Gramsci en sus Quaderni es un escritor de la historia moderna y contemporánea de Italia, el diccionario que reseñamos tiene vida propia en el campo de las ciencias sociales.

Los textos del Diccionario gramsciano (1926-1937) son breves, aunque hay algunos más breves que otros. Pero todos ellos son de una relativa fácil lectura y comprensión, puesto que no se ha eliminado en estos la idea de inducir al pensamiento de Gramsci. Por ello, reafirmamos nuestra idea de que este, como todo diccionario de formación, es un libro para estudiantes y neófitos del pensamiento gramsciano: no deduce, sino que induce a la reflexión, al pensamiento. En ningún momento un diccionario, por más excelso que sea, agota el que debamos como estudiosos remitirnos a los textos originales del autor y navegar en ellos hasta lograr llegar a las piedras preciosas que descansan, afortunadamente, en las profundidades. Y como lo enseñó como crítica pertinente Estanislao Zuleta: no aprendemos la ciencia en un diccionario.

Ahora bien, entre los autores de los textos citados debemos nombrar una pléyade de estudiosos de la obra, los cuales tienen de tiempo atrás aquilatadas referencias: Guido Liguori, Fabio Frosini, Giuseppe Cospito, Massimo Modonesi, Giorgio Baratta, Pasquale Voza, Carlos Nelson Coutinho, Joseph Buttigieg, entre otros y otras. Este rosario de nombres logra advertir que la vocería en el Diccionario gramsciano (1926-1937) tiene un claro acento europeo y especialmente italiano. América Latina está casi sin referencias, salvo Modonesi que vive en México y es ciudadano italiano, tenemos a Coutinho que era un perspicaz autor brasilero. Pero, en general, América Latina en el libro que reseñamos tiene poco o nada de referencia a propósito de la lectura de Gramsci que desde allí se ha hecho, cuando menos, con un hito hace cerca de setenta años, en Argentina, por lo menos con las luces que brindaron Héctor P. Agosti, primero, y José Aricó, después.

Todo lo anterior nos lleva a pensar que habría que editar un diccionario gramsciano con acento caribeño, amazónico y andino desde América Latina, iniciando nuestro recorrido por la estratégica isla de Cuba, pasando por las costas, cordilleras y llanos de Colombia y Venezuela, hacer luego un tránsito cultural por Perú y la plurinacional Bolivia, hasta llegar a los confines de las pampas argentinas, con su río de plata, y a las cumbres nevadas de Chile. Pero, por supuesto, también habría que sumar a esta experiencia los aportes multicolores de México y Centroamérica como un todo, y el gran portento de Brasil, para así con este fresco inicial lograr tener al final el cuadro completo y hemisférico de la gran región caribeña, andina y amazónica en los estudios gramscianos. Porque en general, América Latina en los estudios sobre Gramsci está por ser descubierta. Igual situación puede ocurrir en África y Asia, en virtud de que en el Diccionario gramsciano (1926-1937) tampoco tienen vocería alguna.

Por lo pronto, celebramos lo que significa para la formación de una cultura crítica, democrática y subalterna la propuesta cualitativa del Diccionario gramsciano (1926-1937). Es pertinente entonces entrar a discutir lo que son los temas gramscianos más relevantes y polémicos; ponerlos también en situación con respecto a las realidades, los problemas y los retos del siglo XXI. Con ello se logrará acaso una maduración de los estudios gramscianos y de esta forma estudiar la autonomía, la burguesía, la crisis orgánica, la democracia, el Estado, la filosofía de la praxis, la guerra de posición, la hegemonía, los intelectuales, el jacobinismo, el lenguaje, Marx, lo nacional-popular, oriente-occidente, el pueblo-nación, la revolución pasiva, el subalterno, Maquiavelo, la traducibilidad, el sentido común, Croce y la voluntad colectiva, entre otros temas, todos ellos sean acaso reconocidos como elementos de formación e instrucción para una nueva ciudadanía crítica y participativa en el campo estratégico de los saberes y los lenguajes sociales y científicos. Una sociedad autorregulada, al decir de Gramsci.

Para lograrlos, debemos, muy seguramente, tener como propuesta pedagógica una lectura desde abajo, crítica y subalterna que nos enseñe cómo llegar a ser mejores seres humanos, seres con probada autonomía individual y colectiva. En esta faraónica labor, Gramsci puede auxiliarnos en el siglo XXI, una vez más.