Un grupo de profesores y estudiantes de la Escuela Nacional de Minas publica en mayo de 1933 el primer número de una revista institucional con el nombre de DYNA. En su fundación y orientación estuvo presente el liderazgo del estudiante de tercer año Joaquín Vallejo Arbeláez, quien sería su primer director, orientaría la publicación durante cuatro años y escribiría para ella casi 20 artículos sobre muy diversos temas. En una columna de prensa del periódico El Mundo en 2012, titulada “Un renacentista de nuestro tiempo”, el autor del presente escrito se refirió a quien sería con posterioridad un intelectual, estadista e industrial de importancia nacional:

Múltiples vínculos tuvo con su querida Escuela de Minas. Egresado de la misma como ingeniero civil y de minas, fue su profesor de tiempo completo, creador de una cátedra sobre problemas colombianos y, con gran visión anticipatoria, proponente de una carrera de ingeniería industrial durante la Gran Depresión.

En su primer número la Revista incluye en la portada una presentación titulada “Nuestras tendencias”, en cuyas pocas líneas sorprende por la claridad de los conceptos, su auténtico sentido universitario y su crítica a tendencias del momento. En efecto, podemos destacar:

“Se ha formado así entre los estudiantes el criterio de la aplicación inmediata de los conocimientos recibidos y a grandes pasos marchamos hacia el Tecnicismo y la Especialización.” Recordemos que pocos años antes, en 1930, Ortega y Gasset se refiere en su libro Misión de la Universidad al nuevo bárbaro, un profesional muy preparado pero inculto.

Con anterioridad, la presentación de DYNA considera que el sentido práctico que orienta las múltiples aplicaciones de la técnica ignora los fundamentos filosóficos y el avance de la ciencia pura. A continuación, el texto complementa lo anterior al referirse a la importancia del conocimiento de las causas y se refiere a la necesidad de unificar las ciencias, concepto este último de amplia discusión en años muy posteriores. Está escrito así: “Pero la inteligencia humana es de más vastos alcances y no se satisface con conocer las cosas, quiere remontarse a sus causas, quiere unificar las ciencias, en resumen, quiere SABER.” Resulta entonces claro para los fundadores de la Revista la necesidad de la investigación en el seno de la institución, cuando solo en los últimos años las grandes universidades colombianas consideran que la investigación debe ser el centro de su actividad, pero no a costa de la docencia como a veces se cree, sino para enriquecerla.

Conviene señalar que, en el mismo número de la revista, un estudiante escribe: “En nuestro medio las ideas de Teoría y Práctica pasan como antagónicas e incompatibles. A demostrar que esas dos tendencias no son ni lo uno ni lo otro, sino que se complementan como partes integrantes de un todo, pues que son dos aspectos de un problema único, va encaminado este artículo.” Es admirable esta relación dialéctica entre teoría y práctica que bien complementa lo antes especificado sobre la necesidad de ir más allá de la técnica o aplicación práctica al interesarse por el conocimiento de las causas.

Volviendo a los aspectos fundacionales de DYNA, hay también un sentido humanista cuando antes se criticó el abandono de la filosofía y luego se señala lo siguiente:

“Nuestra labor es de avivar la llama que debe arder en el alma de todo estudiante, de dispersar la atmósfera carbonada del utilitarismo y formar una ideología general que rija las aspiraciones de todos los hombres y del ingeniero en particular".

La presentación tantas veces citada termina con un nuevo llamado a la investigación, así: “Si esta Revista despierta en algunos la curiosidad por la investigación científica, nuestro objeto será cumplido.”

Para terminar este corto ensayo, indiquemos que las sólidas bases que fundamentaron el surgimiento de la revista DYNA fueron confirmadas por un artículo de la distinguida historiadora de las matemáticas en Colombia, Clara Helena Sánchez, cuando en su artículo titulado “Anotaciones para la historia de las matemáticas en Antioquia”, publicado en el volumen 26 de Lecturas Matemáticas correspondiente a 2005, escribe cómo la publicación se anticipó a la capital en el interés por salir del atraso matemático:

La revista, en sus comienzos, quería estimular el estudio de las matemáticas. Para ello proponía problemas para ser resueltos por los alumnos y contenía interesantes artículos de matemáticas entre los cuales voy a destacar algunos, ya que en ellos se muestra cómo en Medellín, en la Escuela de Minas, comenzaron antes que en Bogotá a salir del atraso matemático en que nos encontrábamos. Me refiero esencialmente al trabajo de Joaquín Vallejo titulado Geometría Axiomática, a las notas de Rodríguez Lalinde sobre Números relativos y a las reflexiones de Juan Zapata sobre filosofía de las matemáticas.