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2011-07-01

La coca. palabras-hoja para cuidar el mundo

Palabras clave:

coca, mito, muinanes, religión, ritual, uitotos, yarumo. (es)

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  • Fernando Urbina Rangel Universidad Nacional
Entre los uitotos y muinanes, la Erythroxylum coca es considerada una planta sagrada. Se encuentra asociada especialmente al saber, saber que reposa en las palabras. La lengua (órgano) es, simbólicamente, una hoja de coca. En este texto se presentan unos fragmentos de un mito sobre el origen de la coca en la narración del Abuelo José García, de la nación Muinane. Las imágenes y sus leyendas nos hablan de los profundos contenidos morales que están ligados a las operaciones técnicas del cultivo y preparación de la coca, principios que han de ser interiorizados para llegar a tener un buen vivir.

LA COCA. PALABRAS-HOJA PARA CUIDAR EL MUNDO
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The Coca Leaf. Leaf-Words to Protect the World

 

FERNANDO URBINA RANGEL
Universidad Nacional de Colombia ∙ Bogotá
fernandourbinarangel@hotmail.com

Artículo de investigación recibido: 10 de abril del 2011 ∙ aprobado: 7 de junio del 2011


RESUMEN

Entre los uitotos y muinanes, la Erythroxylum coca es considerada una planta sagrada. Se encuentra asociada especialmente al saber, saber que reposa en las palabras. La lengua (órgano) es, simbólicamente, una hoja de coca. En este texto se presentan unos fragmentos de un mito sobre el origen de la coca en la narración del Abuelo José García, de la nación Muinane. Las imágenes y sus leyendas nos hablan de los profundos contenidos morales que están ligados a las operaciones técnicas del cultivo y preparación de la coca, principios que han de ser interiorizados para llegar a tener un buen vivir.

Palabras clave: coca, mito, muinanes, religión, ritual, uitotos, yarumo.


ABSTRACT

The uitotos and muinanes consider Erythroxylum coca to be a sacred plant, associated mainly with a type of knowledge expressed in words. The tongue is, symbolically, a coca leaf. The article presents a few fragments of a myth about the origin of coca, as narrated by José García, an elder of the Muinane nation. The images and their captions speak to us of the profound moral contents linked to the technical operations involved in the planting and preparation of the coca leaf, principles that must be internalized in order to have a good life.

Keywords: Coca leaf, muinanes, myth, religion, ritual, uitotos, yarumo.


El primero de febrero de 1988, me encontraba nuevamente en Leticia. Tan pronto llegué al aeropuerto, contraté un vehículo para desplazarme hacia donde el Abuelo José García, con el objeto de continuar un diálogo que ya se prolongaba desde hacía más de una década, con las intermitencias impuestas por mi docencia en la Universidad Nacional de Colombia.

Continuando con mi método de trabajo —si es que se puede llamar método—, dejé que la cotidianidad nos fuera llevando a algún tema que permitiera profundizar en algún aspecto de la cultura de los muinanes y uitotos. El Abuelo y su hijo José Octavio siempre estaban dispuestos a ello. La ocasión para profundizar en el asunto de la coca, sin forzar para nada la circunstancia, se dio cuando, esa noche en el mambeadero, se planeó, como es la tradición, la jornada siguiente. Se tenía previsto resembrar el cocal.

En la chagra, mientras fotografiaba una vez más el proceso de resiembra, cuidado y recolección, el Abuelo dijo:

Al sembrar se canta, se silba para que la coca se ponga contenta. Al cantar se pone feliz porque presiente que se va a hacer baile. Y así crece rápido. Esos cantos son las oraciones. ¡Como antiguamente todo se hacía coqueando!

Cuando el cultivo está pequeñito y apenas hermoseando, se sacan tres o cuatro hojitas de cada matica.

Hay algo que se hace cuando se da el primer repunte. Se saca una ramita y se pone encima de un tronco en medio del cocal. Esa ramita llama a las de abajo diciéndoles:

—¡Vengan, vengan! ¡Vengan a mi casa! ¡No se queden!

Y así las hace crecer. Y las de abajo responden:

—¡No, no nos dejen! ¡Espérenos! Pues de la misma manera nosotras nacimos. ¡Espérenos!

Y así intentan subir. Unas matas hacen caso y otras no. Por eso hay unas que crecen rápido y otras no.

Ya en la noche, luego de haber hablado durante la preparación del mambe sobre cuestiones familiares y de uno que otro acontecimiento especial en nuestras vidas, el Abuelo nos dio su versión del mito Historia de nosotros y la coca1. Es un largo relato que complementa en gran medida la variante que ya había obtenido de su hijo en 1972, durante mi primer contacto con los uitotos y muinanes de la Amazonia colombiana, dos de las muchas etnias que sufrieron especialmente unode varios holocaustos que han padecido los indígenas amazónicos por parte de la cultura dominante: el del terror cauchero.

Así habló don José (extractos):

Aprendí esta historia de mi abuelo (materno). No la he oído de ninguna otra persona; a pesar de que anduve mucho y de que he preguntado mucho, no hubo parte alguna en que la oyera nuevamente.

Esta historia cuenta la manera como apareció la coca, de dónde salimos nosotros, cómo aparecieron las frutas, cómo salió la candela y dónde salió el hacha y el machete.

Todos los hombres, todas las tribus, toda la gente sufría porque solo tenían hachas de piedra y candela de piedra. Tenían pena y Kaï Mo, nuestro Padre, hizo aparecer todo. Entonces Buinaima2hizo aparecer cristianos3 a nosotros, nos crió. Él soñaba, el Padre le hablaba en el sueño y le entregaba la candela. Él ya tenía candela. Él ya tenía hacha. El omoplato es hacha. La candela es el valor de él. Al amanecer ya estaba encendido el fuego. En el sueño la agarra (la candela), la domina. También en el sueño, le entrega el machete o las uñas; por eso, cuando no hay machete, usamos las uñas. Eso era el poder de nuestro Padre. Le decía en el sueño:

—No hay que dejar este valor: esta hacha, este machete, esta candela, porque con eso vas a dominar todo lo que estorba, los palos, los bejucos; con eso se mata culebra. Va servir mucho, porque este mundo es muy feo. Hay mucho bejucal, espina, culebra. Están, además, todos esos árboles rasquiñosos; con eso los puedes cortar. Hay animales bravos; los podrás machetear con eso. Porque adentro del bejucal hay diablo, eso es feo. Así, con eso, echarás al diablo. Todos esos bejucos son reumatismo; hacen brujería a uno. Con el machete se machetea. Todo ese palo grande del monte es brujo. Te va a envidiar. Te va a hacer daño. Porque adentro de palo está ese brujo. Con hacha hay que tumbar. No dejar ningún palo en la chagra. Todos. No deje alguno seco, entonces cae encima de alguien cuando esté podrido.

Kaï Mo avisa al sol. Ese sol, Jitoma, va a chupar, va a secar todo. Entonces prende esa candela —sequía—. Él va a arreglar todo. Porque nosotros no vivimos solo por la comida, sino por la candela. Si no hay candela vamos a vivir como animales.

El valor —poder— de Nuestro Señor arregla nuestra comida. La yuca es venenosa, él la arregla. Con candela y agua se cocina. La coca es fea si uno la mambea en hoja sin tostar, babosa. Si la tuesta con candela, es buena. Con la candela uno come. Todo eso viene de nuestro Padre creador.

Pues la primera gente era llamada para enseñarle y no se acercaba. El diluvio de agua hirviendo se hizo para escoger y arreglar personas buenas. Qué persona va a ser cristiano, diferente de los animales y obediente. El perezoso, no. Los que quieren al papá y a la mamá, a esos escoge4.

Por eso ya entregó todo a nosotros. De candela, hacha y machete vivimos nosotros. Si no hay eso, viviremos como animales.

Kaï Mo hizo reunión para enseñar todo eso, pero algunos no hacían caso, no arrimaban cuando se los llamaba. Esos van a quedar como animales. Ellos fueron rechazados. ... Después, nuestro Padre dice de ellos:

—Esos no son gente. ... Todos esos fueron malditos. Todo eso quedó en el monte como duende, como diablo, como animal, oso palmero.

Viene luego un largo parlamento en el que se habla del mal uso que hicieron los animales de la candela, que es identificada como candela de piedra y que, según parece, sería aquella que se obtiene de frotar cierto tipo de piedras. Esta técnica, hoy en desuso, se viene asociando con el tiempo de la "indiferenciación", estadio mítico anterior al de la cotidianidad, donde había un dominio mayor del fuego mediante la utilización de los mecheros y fósforos que fueron introducidos a la par que el hacha de acero.

El espíritu les dice a las primeras gentes:

—Yo voy a apagar esa candela con caldo de yuca dulce.

Esa candela de nosotros, ya soplada, conjurada, va a ser el comienzo de nuestras frutas. Es cuando aparece nuestra Madre Buinaiño. Ella preparó olla de barro, para tostar coca, para cocinar tabaco, para hacer ají y madurar yuca, para asar casabe. Ella, luego, manda al marido a hacer canasto y le dice:

—Es para que cuando nazcan nuestras hijas, tengan en qué traer.

Ahí ya nació la hija. Sin nada más, con solo pensar. En tiempo de antes brotamos por el poder de dios. Nacíamos así, por sueño, pensando. Esa niña es la coca. ... Pues resulta que la niña salía con su canastico, acompañando a la mamá en la chagra. La mamá sacaba yuca. Ella, mientras tanto, andaba debajo del yucal con su canastico, en él había puesto el peine y el espejo. Peine de almendra. El espejo se hace con breo, goteando. Se hace una lámina. Con ese espejo de poder nos ve a nosotros. Con ese espejo se mira el cuerpo. Los curanderos lo hacen para ver.

El relato continúa contando cómo la niña, al peinar sus cabellos, deja caer una pepita, "como una liendre". Este fue el origen de la mata de coca.

Y ya llegaba el aroma donde Buinaima. Le llegaba inteligencia, pensamiento, sabiduría. Lo que hay en ese canasto, que es nuestro costillar, que es nuestro corazón, sube a nuestra cabeza -se acuerda-.

Al otro día ya sabía todo eso. Ya va a aparecer la matica. La niña se fue con su canastico, acompañando a la mamá. Había nacido. Tenía la primera hojita, larguita. Entonces, es hoja de sabiduría, hoja de poder, hoja de pensamiento, hoja de inteligencia. Era la primera hojita. Eso es nuestra lengua. Y puso esa hojita dentro del canasto. Ahí da de comer al mundo. Esa muchacha se llama Komuyarigno porque a todo hace nacer y crecer.

Entonces Buinaiño puso la olla de barro, se la dio al hombre y le dijo que ahora sí pusiera candela para tostar coca. Ella ya atizó la candela, abrió la olla (la puso bocarriba). Esa olla es la nalga de la mujer, equivale a la olla de barro. Él puso la hoja bien derecha y la muchacha le dijo:

—No, hombre. Así eso va a perjudicar. Póngala de lado, porque va a salir luna nueva. Solamente aparecen las puntas.

De la misma manera, nosotros nos formamos dentro de nuestra mamá, en la barriga, no derechos, sino de lado.

El hombre pregunta entonces dónde está la coca y ella le dice que está ahí en el canasto. Él fue a mirar. Estaba vacío, solo había una hojita. Sucede igual con nosotros cuando nos formamos en el vientre de nuestra Madre: ahí estamos, igual que una hojita. Así nos vamos formando, casi sin notarse. Entonces la muchacha le dice al papá que ponga el canasto bocabajo y le dé un golpe con la mano. Eso es para que salga hasta la última hoja y no se vaya a perder ninguna palabra.

Al fin salió la hojita. Entonces él preguntó:

—¿Cuánta va a salir?

Esa hoja es como un libro. De una hoja sale un libro, sale mucho conocimiento. Esa iba aumentando a medida que iba tostando; de la misma manera que nosotros vamos creciendo, aumentando. La hojita se aumenta igual que se aumenta la parentela: papá, mamá, hijos, abuelos, tíos.

Luego viene la enseñanza de la hija al padre en lo referente al elemento que se le ha de agregar al polvo de coca una vez que ha terminado la tuesta y el pilado. Ese elemento consiste en las cenizas de hojas secas de yarumo o de uva caimarona. Finalmente el dios dice:

—¡Coquee! No vas a olvidar. También lame ambil, miel de tabaco, y acuérdate de mí. ¡Avísame! ¡Pregúntame!

Entonces esa coca buena no hace daño. Es coca de sabiduría, es coca de inteligencia. Coqueando se piensa y se trabaja. Se busca comida y carne. Se hace trampa para dar de comer carne al hijo y a la hija y a la mujer. Y dice el dios:

—Entonces yo con eso los hice aparecer, mediante ese poder. Ya son humanos. Así mismo, con eso, coqueando, hay que cuidarse y también se usa para cuidar a su hijo, a su mujer y a toda su familia y su propio cuerpo. Y servirá para hacer oración si está enfermo. Con ese poder yo sanaba y hacía crecer todo. ... Con eso se puede ayudar para no estar triste y tener frutas, todo, tabaco, frutas. Con todo eso tienes que hacer diversión para estar contento: hacer baile. Contentos para comer casabe, frutas, ambil, coca, cauana.


1 Don José utiliza terminología uitota y no la de su lengua propia, el muinane. El relato lo hizo en castellano.

2 Héroe cultural asociado al agua, paradigma del sabedor.

3 Fórmula del sincretismo que en materia religiosa manejan muchos sabedores. Ser cristiano equivale a ser un humano plenamente diferenciado de los animales por virtud del manejo de unos instrumentos y operaciones tecnológicas que conllevan palabras sustentadoras plenas de enseñanzas morales.

4 Se trata de un mundo original indiferenciado donde "los animales eran como gente y la gente como animal". Los animales quedan configurados con los supuestos defectos de los hombres, que además los aventajarán, al utilizar instrumentos, sobre todo el fuego.


FIGURA 1

La palabra y el concepto original de religión proviene —según Cicerón— del término religiens, opuesto a negligens: negligente. Las fuerzas son terribles: crean o destruyen, con ellas hay que andarse con sumo cuidado.

FIGURA 2

Al final de la tarde, se traen del huerto las hojas de coca, para su conversión en mambe; operación que se efectúa en el interior de la maloca, lugar por excelencia para las transmutaciones.

FIGURA 3

Al remover con las manos para lograr un tostado uniforme, simbólicamente se pasan las "hojas de un libro". Cada hoja se considera una palabra que ha de tener un puesto exacto en la vida.

FIGURA 4 y 5

Pilar es desmenuzar problemas con el golpe seguro y rítmico del pilón de madera. Cada operación utilitaria conlleva una significación moral que ha de ser interiorizada para poder tener un buen vivir.

FIGURA 6

La fuerza de lo silvestre —las hojas de yarumo— se ha de ligar con el polvo de la hoja cultivada y procesada. En la simbología del mito, la hoja del yarumo es la garra del gavilán. Gavilán y planta significan respectivamente el arriba y el abajo. La síntesis de esas fuerzas es el mambe.

FIGURA 7

La fuerza excesiva de lo salvaje se ha de morigerar mediante el fuego, elemento transmutador por excelencia.

FIGURA 8 y 9

La coca, sembrada, desyerbada, desparasitada, "mimada como si fuera una hija", tostada, pilada —procedimiento cultural complejo— se ha de mezclar con las cenizas del yarumo, planta no cultivada.

FIGURA 10 y 11

La tarea de cernir tiene unas significaciones muy profundas. Tamizar es la operación esencial de la mente que capta el asunto, lo desmenuza, lo criba para obtener lo fundamental. Los abuelos preceptores les exigen a sus discípulos meditar durante los procesos a que es sometida la coca. Eso equivale a "leer en el libro de la sabiduría".

FIGURA 12

Esta operación encierra una loable enseñanza: los alimentos —la coca lo es— han de ser utilizados al máximo, sin permitir el más mínimo desperdicio.

FIGURA 13 y 14

Un perito mambeador es capaz de embocar tres o cuatro cucharadas de coca que deposita en sus carrillos. Ensalivando lentamente el polvo, lo va ingiriendo. El factor cocaína, uno de los muchos componentes de la hoja de coca, es asimilado por el organismo a través de las mucosas bucales, de modo que genera un suave y continuado estímulo. Al ser un alimento superior a cuantos se conocen de origen vegetal, unida a su capacidad estimulante, no es raro que las inteligentes culturas tradicionales, hayan considerado a la coca "el mayor don de los dioses".

FIGURA 15

El mambeadero es el lugar privilegiado de la palabra. El estímulo cerebral que produce el mambe permite superar la modorra, agiliza el recuerdo "para que vengan las palabras de antigua que sirven para el buen vivir" y hace fluir el discurso. Pero el mambe también es el compañero inseparable de las duras tareas cotidianas. La provisión ha de alcanzar hasta la noche siguiente.

FIGURA 16

Le pregunté al Abuelo Aurelio en qué pensaba durante su meditación solitaria. Palabras más, palabras menos, me dijo: Yo, primero, visualizo mi corazón; luego, visualizo todo mi cuerpo; después, me concentro en el mínimo espacio que ilumina el mechero, para luego fijar mi atención en todos los rincones de la maloca y ascender por las paredes y los postes hasta la cumbrera, ella es mi cuerpo. Luego me extiendo por el gran patio, para encaminar más tarde mi mente al bañadero y a las chagras, y, después, a nuestros territorios de caza y pesca. Como maloca, soy una antena, un radar para captar todas las señas. Así, porque estoy atento a todo, cuido de mi gente y de mi territorio. Yo sé que a las mismas horas los otros abuelos de toda la Amazonía hacen lo mismo. Creamos la gran red de araña para cuidar; por eso somos jefes.

Cómo citar

APA

Urbina Rangel, F. (2011). La coca. palabras-hoja para cuidar el mundo. Maguaré, 25(2), 199–225. https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/29895

ACM

[1]
Urbina Rangel, F. 2011. La coca. palabras-hoja para cuidar el mundo. Maguaré. 25, 2 (jul. 2011), 199–225.

ACS

(1)
Urbina Rangel, F. La coca. palabras-hoja para cuidar el mundo. Maguaré 2011, 25, 199-225.

ABNT

URBINA RANGEL, F. La coca. palabras-hoja para cuidar el mundo. Maguaré, [S. l.], v. 25, n. 2, p. 199–225, 2011. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/29895. Acesso em: 15 feb. 2025.

Chicago

Urbina Rangel, Fernando. 2011. «La coca. palabras-hoja para cuidar el mundo». Maguaré 25 (2):199-225. https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/29895.

Harvard

Urbina Rangel, F. (2011) «La coca. palabras-hoja para cuidar el mundo», Maguaré, 25(2), pp. 199–225. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/29895 (Accedido: 15 febrero 2025).

IEEE

[1]
F. Urbina Rangel, «La coca. palabras-hoja para cuidar el mundo», Maguaré, vol. 25, n.º 2, pp. 199–225, jul. 2011.

MLA

Urbina Rangel, F. «La coca. palabras-hoja para cuidar el mundo». Maguaré, vol. 25, n.º 2, julio de 2011, pp. 199-25, https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/29895.

Turabian

Urbina Rangel, Fernando. «La coca. palabras-hoja para cuidar el mundo». Maguaré 25, no. 2 (julio 1, 2011): 199–225. Accedido febrero 15, 2025. https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/29895.

Vancouver

1.
Urbina Rangel F. La coca. palabras-hoja para cuidar el mundo. Maguaré [Internet]. 1 de julio de 2011 [citado 15 de febrero de 2025];25(2):199-225. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/29895

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