Socioterritorial appropriation of the Goods of Cultural
Interest -BIC- in the municipality of Jericó, Antioquia
Fecha de recibido: 30 /
03 / 2019
Fecha de aceptación: 04 / 06 / 2019
Sandra
Bibiana Vargas G. Trabajadora social de la Universidad de
Caldas, Magíster en Desarrollo Rural de la Pontificia Universidad Javeriana,
Doctora en Estudios Territoriales de la Universidad de Caldas. Docente e
investigadora del Departamento de Ciencias Humanas de la Universidad nacional
de Colombia – sede Manizales, Integrante del Grupo de Investigación en Estudios
Regionales: Cultura y Sociedad de la Universidad Nacional de Colombia sede
Manizales. Manizales – Colombia. Correo electrónico: sbvargasg@unal.edu.co
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-4046-526X
Verónica
Mira Fernández. Trabajadora social de la Universidad de
Antioquia, Especialista en Gestión Cultural con énfasis en Planeación y
Políticas Culturales de la Universidad Nacional de Colombia sede Manizales.
Profesional universitario del Instituto Tecnológico Metropolitano - ITM. Medellín
– Colombia. Correo electrónico: vmira@unal.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5214-4159
Este artículo es producto del proyecto de aplicación práctica titulado
“Estrategias comunicativas para la valoración y apropiación social de los
Bienes de Interés cultural -BIC- que contribuyan a la conservación, protección
y divulgación de la memoria cultural e identidad del territorio del municipio
de Jericó, Antioquia” en la Especialización en Gestión Cultural con Énfasis en
Políticas Culturales de la Universidad Nacional de Colombia sede Manizales,
2018.
Cómo
citar este artículo
Vargas G, S.B., y Mira Fernández, V.
(2020). Apropiación socio
territorial de los Bienes de Interés Cultural -BIC- en el municipio de Jericó,
Antioquia, NOVUM, 1(10), 166 – 194.
Resumen
Objetivo: Con este artículo de
investigación se busca generar estrategias comunicativas para la valoración y
apropiación de los Bienes de Interés Cultural en el municipio de Jericó
Antioquia. Metodología: A partir de la
observación participante llevada a cabo en el municipio, se generaron
estrategias de valoración de bienes culturales. Hallazgo: La configuración
sociohistórica del municipio de Jericó se evidencia desde su fundación y
construcción hasta el cambio de vocación del municipio. La memoria cultural
articulada con los Bienes de Interés Cultural y la identidad territorial se
reconstruyó a partir de la cartografía social realizada con grupos de jóvenes
del museo Municipal de Jericó y con el grupo cívico Guardianes del Turismo y
Patrimonio, con los cuales se generaron estrategias comunicativas para su
valoración y apropiación. Conclusión: para la conservación de los
Bienes de Interés Cultural se deben implementar criterios de valoración
adicional a la arquitectura como: antigüedad, autenticidad, autoría,
construcción, forma, estado de conservación, contextos urbano, físico y
ambiental; representatividad y contextualización sociocultural, además de los
valores atribuidos a los Bienes de Interés Cultural que complementan lo
estético. Palabras Claves: Bien cultural; Patrimonio cultural; Memoria colectiva; Territorios.
Abstract
Objective: With the present article
of research it seeks to generate
Communication strategies for
the valuation and appropriation of Cultural Interest
Assets in the municipality of Jericó Antioquia. Methodology:
Starting with the participant observation carried out in the municipality.
it were generated
cultural property valuation
strategies. Finding:
The socio-historical configuration of the municipality of Jericó is evident from its
foundation and construction
until the change of vocation of the municipality. The cultural memory articulated with the Goods of Cultural Interest and territorial identity
was reconstructed from the social mapping carried out with youth
groups of the Municipal Museum of Jericho and with the civic
group Guardians of Tourism and Heritage. With which Communication strategies were generated for their
assessment and appropriation.
Conclusion: for
the conservation of the Goods of Cultural Interest, criteria of additional valuation to the architecture must be implemented such as: seniority, authenticity, authorship, construction, form, state of conservation, urban, physical and environmental contexts; representativeness and socio-cultural contextualization,
in addition to the values attributed to the Goods of Cultural Interest that complement
the aesthetic. Keywords: Cultural property; Cultural heritage; Collective memory; Territories.
Introducción
La configuración de los territorios, parte de las
vivencias y experiencias producto de las relaciones sociales y de poder que
muestran cómo se generan territorialidades a partir de lo que la gente es y
hace. Hacer una reflexión en el campo de lo territorial, nos lleva a conocer a
partir de las percepciones, uso y apropiación de los aspectos que conforman el
patrimonio que dan cuenta de formas de pertenencia y permanencia en el
territorio.
En tal sentido, desde
la perspectiva de la cultura y el patrimonio, la educación alrededor de estos
temas puede ser entendida como un proceso de interacción, que supone la
selección y transmisión de significaciones y su interiorización por parte de
los agentes que la reciben, que para el interés de este estudio son los integrantes de “MAJA” y el
grupo cívico Guardianes del Turismo y Patrimonio, configurándose en este proceso de apropiación de la cultura la
reproducción y la transformación de la misma.
Y es que, ante las transformaciones sociales, culturales y educativas
que configuran un modelo de sociedad en permanente cambio, y en sintonía con lo
establecido por la legislación vigente tanto a escala nacional como municipal, que
temáticas transversales
referidas a Patrimonio Cultural y Memoria Colectiva para su visualización y tratamiento son de interés
para la generación de estrategias tanto
educativas como comunicativas.
De ahí la importancia a conceptos como cultura,
porque entre otras cosas permite dar cuenta de
La conjunción de dos
dimensiones fundamentales: la dimensión espacial y la dimensión temporal. Así, la dimensión temporal de la cultura se
manifiesta en la memoria, y la dimensión espacial en el territorio.
En términos espaciales, la
cultura tiene como escenario el territorio.
Es la misma cultura la que cohesiona, articula y establece los límites
de este; el cual, a su vez, es escenario de la diversidad y lugar de encuentro de las manifestaciones culturales locales, subregionales, regionales y
nacionales. En este orden de ideas, las
expresiones de la memoria desbordan los limites administrativos o físicos, con
lo cual su territorio real rebasa tales dimensiones. La expresión directa de la cultura, entendida
esta como territorio y memoria, se puede definir como patrimonio. Es en el patrimonio donde se decanta y
concreta la dinámica de una cultura. Decantación – concreción que resulta ser,
a su vez, capital básico sobre el cual se apoya la creación continua de los
grupos humanos vinculados culturalmente (Caballero y Fonseca, 2000, p. 4).
La
dinámica cultural al relacionarse con las prácticas sociales que revisten
intencionalidades y configuran un “[...]
conjunto de procesos de influencia a los que las sociedades modernas exponen a
las nuevas generaciones” (Furlán, 1995, p. 2), con el propósito
de adquirir conocimientos, destrezas y valores los cuales son considerados en
un momento histórico determinado como valiosos para ser conservados y
promovidos.
En cuanto al concepto de patrimonio, reviste de
mucha complejidad debido a las variadas referencias que puede hacer respecto a
las dimensiones de la realidad. Por ello, el intento de definición y/o
clasificación puede ser reduccionista. No obstante, la definición de Ballart (1997), señala que, la noción de patrimonio aparece
históricamente cuando determinados
objetos son heredados de una generación a otra, aspecto que hace
relación a la existencia de vínculos con el pasado y la necesidad social de
experimentar una sensación de continuidad en el tiempo - espacio y de
identificar una tradición; ya que los bienes heredados “conectan unos seres con otros [...] y así por medio de los objetos el
pasado viaja al presente y la cultura fluye” (Ballart,
1997, p. 17); de esta manera, el patrimonio se constituye en un elemento
fundamental para la configuración y sentido
de identidad en un territorio.
Autores como Cuenca
(2004) por ejemplo, señalan que este tipo de fenómeno relacionado con la
identidad del patrimonio no solo refiere a su carácter histórico, desde una
visión simplista, sino también, a elementos patrimoniales del presente o que se
encuentran activos en la actualidad como el artístico, paisajístico o
arquitectónico, participan plenamente en la determinación simbólica de las
sociedades, constituyendo un aspecto importante en sus referentes culturales.
Ahora bien, en cuanto a la protección del
patrimonio, a escala internacional el organismo de mayor influencia es la
UNESCO, el cual manifiesta su interés en documentos emanados en convenciones y
acuerdos de carácter normativo que son aprobados en conferencias generales o
intergubernamentales. Si bien el patrimonio puede leerse en casi todas las
convenciones, las que manifiestan explícitamente el tema son: la convención
sobre la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (París, 16 de
noviembre de 1972), convención sobre la Protección del Patrimonio Cultural
Subacuático (París, 2 de noviembre de 2001), convención para la salvaguardia
del patrimonio cultural inmaterial (Paris, 17 de octubre de 2003), convención
sobre la protección y la promoción de la diversidad de las expresiones
culturales (París, 20 de octubre de 2005), siendo herramientas universales que
democratizan el acceso, cuidado y uso de los bienes patrimoniales.
Colombia cuenta con el Sistema Nacional de
Patrimonio Cultural, encargado de velar por el reconocimiento, salvaguardia y protección del patrimonio, para lo cual
involucra instituciones municipales, departamentales y nacionales que coordinan
los Planes Especiales de Protección del Patrimonio.
La normatividad colombiana evidencia esfuerzos por
la salvaguardia del patrimonio desde el año 1959, con la Ley 163, en la que se
dictaron “medidas sobre la defensa y conservación del patrimonio histórico,
artístico y monumentos públicos de la nación”, entre tanto, en la Constitución
Política de Colombia, el Artículo 8 expone
que es obligación del Estado y de las personas, proteger las riquezas
culturales y naturales de la nación, mientras que, los artículos 70, 71 y 72
que corresponden a los Derechos Sociales, Económicos y Culturales, manifiesta
explícitamente que “la cultura en sus diversas manifestaciones es fundamento de la nacionalidad”, en este
sentido es deber del Estado: promover y fomentar el acceso a la cultura de
todos los colombianos en igualdad de oportunidades, proteger el patrimonio
cultural de la nación e incluir en los
planes de desarrollo económico y social el fomento a las ciencias a la cultura.
La Ley 397 de 1997, conocida como Ley general de
Cultura, desarrolla los artículos 70, 71 y 72 y otros artículos concordantes de
la Constitución Política y dicta normas sobre patrimonio cultural. El 5°
principio de esta Ley, reitera la obligación del Estado y de las personas para valorar,
proteger y difundir el Patrimonio Cultural de la Nación. La Ley 1185 de 2008,
modifica la Ley General de Cultura, y precisa asuntos relacionados con la
definición de patrimonio, Planes Especiales de Manejo y Protección y protección
de bienes. En lo referente a la definición de patrimonio para
Colombia, Ley 1185 lo precisa así:
El patrimonio cultural de la
Nación está constituido por todos los bienes materiales, las manifestaciones inmateriales, los productos y las representaciones de la
cultura que son expresión de la nacionalidad colombiana, tales como la lengua
castellana, las lenguas y dialectos de las comunidades indígenas, negras y
creoles, la tradición, el conocimiento ancestral, el paisaje cultural, las
costumbres y los hábitos, así como el conjunto de los bienes materiales de
naturaleza mueble e inmueble a los que se les atribuye, entre otros, especial
interés histórico, artístico, científico, estético o simbólico en ámbitos como
el plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico, lingüístico, sonoro,
musical, audiovisual, fílmico, testimonial, documental, literario,
bibliográfico, museológico o antropológico (Artículo 1º, Ley 1185 de 2008).
A nivel regional, en el departamento de Antioquía,
se generan condiciones para la protección y conservación del patrimonio, tanto
en planes de cultura como planes de gobierno. El Plan Departamental de Cultura:
Antioquia en sus diversas voces, 2006-2020, es un instrumento de planificación
cultural con significación preponderante para el desarrollo cultural regional.
Ahora bien, el municipio de Jericó ubicado al Suroeste
del departamento de Antioquia, cuenta con dos bienes inmuebles declarados
Bienes de Interés Cultural - BIC del ámbito nacional como son la Estación del
Ferrocarril Jericó (Estación Bernardo Gómez) ubicado en la vereda Puente
Iglesias, en el sector La Estación, carretera Bolombolo – La Pintada, declarado
BIC por Decreto 746 del 24 de abril de 1996 y la Hacienda La Botero, localizada
en la vereda Puente Iglesias, lote 5 y declarado BIC mediante Acto
Administrativo: Resolución 1584 del 5 de agosto de 2002, otro sector fue
declarado Monumento Nacional o Zona de Conservación Urbanística y/o Arquitectónica.
En cuanto a los Bienes Culturales al decir de Ballart (1997) son un “depósito de objetos heredados,
especialmente designados, que procuran satisfacciones intelectuales y
espirituales y hasta incluso físicas, porque son testimonio del conocimiento
acumulado de la humanidad o del ingenio y sensibilidad de alguna persona o
colectivo” (p. 23). Por otro lado, los Bienes Patrimoniales, según Freedman
(1992) y Mattozzi (2001) forman parte de un sistema, y la posibilidad de acceder a su
significado, su valor se incrementa cuando cada uno de los objetos se articula
con otros en un contexto temporal, espacial, social y funcional, en relación
con el valor que esos
referentes han cumplido en el pasado y cumplen en la actualidad, siendo una
fuente relevante del conocimiento sociohistórico.
Y es que, durante los últimos años, Jericó, ha
experimentado cambios urbanísticos, económicos y socioculturales, asociados a
sus características arquitectónicas, paisajísticas y a su conservación como un
pueblo tradicional; de ahí que, se promueva al municipio como destino turístico
patrimonial, hecho que ha influido para que lleguen nuevos pobladores al
pueblo, expulsando a habitantes de toda la vida y exponiendo al municipio a la
gentrificación, la cual
Hace referencia a procesos de elitización
de territorios que han sido habitados en lugares urbanos, rurales y rururbanos por poblaciones con poder adquisitivo bajo o
medio, y que han sido adquiridos por poblaciones de sectores medios y altos que
según los casos presentan distintas características sociales y culturales (Nates, 2008, p. 255).
Aspecto que amenaza la identidad construida históricamente en el municipio,
puesto que, el patrimonio adquiere
su estatus en relación a una comunidad que lo define, legitima y asume como
propio a través de una “trama de significaciones” que los mismos sujetos
van construyendo en un espacio y tiempo determinado (Geertz, 1987 en Sentana, 2007, p. 22), lo que le confiere a sí mismo como
capital simbólico para la sociedad presente.
La Administración Municipal ha canalizado esfuerzos para divulgar
edificaciones de interés religioso, cultural y turístico, construcciones
tradicionales y atractivos naturales, dejando al margen la divulgación de la
riqueza patrimonial como testimonio y fundamento de la historia. Entre tanto,
las relaciones que las nuevas generaciones tienen con el entorno en el que
habitan, se van distanciando de lo físico y se conectan desde lo virtual, para
lo cual la información que existe en redes y páginas web sobre los BIC, es fragmentada,
reiterativa e insuficiente.
Considerando lo anterior sobre los BIC en el municipio de Jericó y al
presentarse inesperadamente las transformaciones urbanísticas por el
crecimiento de construcciones, los cambios económicos impulsados por el turismo
y las evoluciones sociales y culturales: seguridad, incremento de precios,
aumento de turistas, alteración de la vida cotidiana, preocupación por la
sostenibilidad ambiental, entre otros, es innegable que se presente una
modificación en la valoración del sistema simbólico y el significado de los
BIC, que representan la identidad de un territorio dotado de historias,
sentidos e interpretaciones, por consiguiente se evidencia una falta de
apropiación social de los BIC por parte de los habitantes del municipio de
Jericó, derivada de carentes estrategias y acciones tendientes a su reconocimiento y valoración; sin embargo, es de destacar
el sentido de pertenencia de los habitantes por el municipio, la admiración de
los turistas y la conservación de las fachadas, aspectos que contribuyen a
dinamizar procesos de apropiación patrimonial.
1. Metodología
El estudio que aquí se presenta, tuvo como objetivo
diseñar estrategias comunicativas para la apropiación social de los Bienes de
Interés Cultural (BIC), del municipio de Jericó, Antioquia; para ello se
aplicaron diferentes técnicas de registro de información: revisión documental, observación participativa, entrevistas semiestructuradas, conversaciones espontaneas y
talleres de cartografía.
La información registrada fue útil para analizar y
correlacionar datos, que permitieron comprender los valores históricos y estéticos de los BIC, los cuales tienen un
significado simbólico que reviste el sentido de pertenencia de los habitantes y
alimenta la memoria cultural, además de asignarle identidad al territorio,
reconociendo que los BIC y la historia de este municipio son connaturales.
Como parte del trabajo in situ, se realizaron consultas documentales en el Centro de
Historia de Jericó (Antioquia) para conocer la historia del municipio, aspectos
relacionados con el territorio y el patrimonio y así poder identificar los BIC.
En un segundo momento, se hicieron entrevistas y
talleres para la elaboración de cartografías sociales; la primera, fue aplicada
a líderes comunitarios para determinar los criterios de valoración y valores
atribuidos a los BIC del municipio, entre tanto los talleres, se realizaron con
dos grupos específicos, uno de ellos, jóvenes que prestan la labor social en el
Museo Municipal de Jericó MAJA y el otro, el grupo cívico de Guardianes del
Turismo y Patrimonio de la Policía Nacional con el propósito de recuperar a
partir de las representaciones colectivas, la memoria cultural que se articula
con la identidad del territorio y de este modo establecer la significación
sociocultural que ellos –los jóvenes- asignan a los BIC.
En el tercer momento se organizó la información y
se generaron las estrategias comunicativas para la valoración y apropiación
social de los BIC en Jericó a partir de la triada: formación, comunidad y BIC.
2. Contexto sociocultural, criterios de valoración y valores atribuidos a
los BIC del municipio de Jericó
El municipio de Jericó, está ubicado al Suroeste de
Antioquia, en la Región Cartama, de la jurisdicción
de Corantioquia. Fue fundado el 28 de septiembre de 1850. Y hoy en día hace una
remembranza a la colonización antioqueña, conservando en su Centro Histórico
una arquitectura de apreciable valor cultural y estético que fundamenta un
especial valor sociocultural para sus habitantes, dado el arraigo que se tiene
por sus construcciones históricas en las que se manifiesta la memoria del
territorio que ha identificado al municipio por décadas.
Limita por el Norte con los municipios de Tarso y
Fredonia, por el Este con los municipios de Fredonia y Támesis, por el Sur con
los municipios de Támesis, Jardín y Andes y por el Oeste con Andes y Pueblo
Rico (Gobernación de Antioquia, 2017).
El territorio municipal de Jericó (ver Mapa 1) tiene
una extensión de 193 km2, de los cuales, 33 km2
corresponden al clima cálido, 86 km2 al clima templado y 74 km2
al clima frío. Su cabecera tiene una extensión de 144 ha, se encuentra
conformado por 31 veredas y un corregimiento (Alcaldía municipio de Jericó,
2016).
Es conocido
como la “Atenas del Suroeste”, dado el progreso y la cultura de su gente;
llamado también “El pueblo más hermoso de Antioquia”. Dada su topografía quebrada y montañosa cuenta
con alturas que alcanzan más de 2.500 m.s.n.m., lo que permite que cuente con una variedad de climas así: cálido en la zona del
Cauca, templado en la zona ocupada por la cabecera municipal y frío en las
zonas más elevadas, Al 2015[1] el municipio tenía una población de 12.103 habitantes
distribuidos para la población urbana:
8.460 y población rural: 3.643.
Los jericoanos se caracterizan por su hospitalidad y
pujanza, la cual ha demostrado a través de la historia, al impulsar el
desarrollo educativo y socio-cultural, con una conservada tradición religiosa y
arquitectónica que da cuenta del estilo republicano.
Mapa 1. Esquema territorial del municipio de Jericó.
Fuente: Alcaldía de Jericó, 2016.
La economía
del municipio se basa en la agricultura, los principales productos cultivados
son el cardamomo, el plátano y el café; la ganadería tiene también una
importancia significativa, así como la industria del cuero; en la cabecera
municipal el comercio se ha especializado con todo tipo de mercancías, siendo
la manufactura del trabajo en cuero, la más llamativa y especial por la
fabricación de los tradicionales carrieles jericoanos
12 bolsillos, así mismo las ebanisterías, carpinterías, panaderías y
confecciones, dan muestra de la dinámica
económica en el municipio.
Los servicios públicos son organizados, con
administración y presupuesto propio, cuenta con planta de acueducto,
alcantarillado y relleno sanitario, así como acueductos veredales y sistema de
tratamiento de aguas residuales, su red hidrográfica lo constituye tres
cuencas: Río Cauca, Río Frío y Río Piedras, de este último hay dos
hidroeléctricas generadoras de energía integradas al sistema energético de
Empresas Públicas de Medellín. Jericó es sede regional de Corantioquia desde el
6 de junio de 1998.
3. El patrimonio
histórico y cultural de Jericó
El proceso de colonización de Jericó, comienza en
el Siglo XIX, cuando el Suroeste de Antioquia era una región despoblada, sin
vías de comunicación, sin cultivos, desierta y malsana, así la describió Manuel Uribe Ángel en 1856; sin embargo, el establecimiento del municipio se dio en dos
formas: espontánea y dirigida, siendo esta última la que prevaleciera, debido a
que se siguieron las normas establecidas según lo indicaba en 1843 el
Gobernador de Antioquia, Juan María Gómez, el lugar debía ser “un paraje sano,
ventilado y de buenas aguas”, para luego,
iniciar el trazado en los terrenos que donó el señor Santiago
Santamaría, teniendo como referencia la
plaza y alrededor los lugares y edificios de interés político, religioso,
educativo, de salud y de seguridad; este trazado urbano, en retícula ortogonal,
calles rectas y manzanas cuadradas o rectangulares, zonificó por clases
sociales el municipio e implemento normas urbanísticas y de ornato.
Es importante resaltar en este punto, el análisis
que realiza Perfetti del Corral, al referirse al
estudio del poblamiento en la provincia de Antioquia hasta el surgimiento de la
Villa:
El modelo colonial hispano,
concebido desde instancias económicas, políticas y culturales del medievo
europeo, impuso unos ideales de ciudad territorio. Para efectos de la
colonización en América, la estructura espacial se configuró como instrumento
de control, presencia y referencia política; lo urbano configuró así el elemento
ordenador del espacio territorial que materializó la idea de núcleo poblacional
de origen europeo. (Perfetti del Corral, 1995)
Hacia la mitad del Siglo XIX, la población era
campesina dedicada a la agricultura y la ganadería, y el modelo de vivienda inicial
fue construido con techo pajizo primero y cubierta de tejas de roble después,
muros de bahareque y tapia o cancel, cocina y solar; para 1883 la élite local,
conformada por comerciantes y hacendados con poder político y económico
catapultaron a Jericó en el suroeste antioqueño, al favorecer la arquitectura
propia de la cultura cafetera que refleja prosperidad. En las Fotografías 1 y
2, se puede observar uno de los materiales de construcción:
Fotografías 1 y 2. Museo MAJA,
Jericó (Antioquia), muestra de material de construcción de las primeras
viviendas del municipio. Bareque: estructura de madera forrada en caña brava o
guadua y empañetada con tierra y boñiga.
Fuente: Fotografía propia, trabajo de campo.
Jericó y en sí el Suroeste de Antioquia, no fue
ajeno a la propagación del cultivo del café y hacía la década de 1890 el grano
se consolidaba como producto de exportación en Colombia, esto dado por la
economía mundial, en el que los cultivadores y hacendados encontraron grandes oportunidades en el mercado internacional,
igualmente, creció la industria de bienes de capital, el desarrollo de
industrias anexas como trilladoras y la industria del fique, se incrementó la
demanda de insumos necesarios para el cultivo y por consiguiente la necesidad
del transporte para el grano, ya que para la época, el Suroeste era una región
con escasas vías de comunicación.
Al analizar la historia del municipio y cómo este
se dinamiza, en tanto la sociedad y su relación con el entorno, muestra que “el
territorio no se puede entender sino desde la sociedad, de ahí que indican que
el territorio es una construcción social, es dinámico, en constante
transformación por la mano de la sociedad que interviene en el espacio”
(Rivera, 2013).
Y es que el contexto sociocultural, la capacidad
política y el fortalecimiento económico de Jericó en la región, le permitió en
el año 1902 crear el Banco de Jericó y en 1908 convertirse en Departamento, constituido por los municipios de: Amagá, Andes, Ángelópolis,
Armenia, Bolívar, Caramanta, Concordia, Fredonia, Heliconia, Jardín, Carmen de
Atrato, Salgar, Támesis, Titiribí y Valparaíso, como se muestra en la división
política en el Mapa 2. Hasta 1911 tiene vida civil y jurídica, año en el cual
se instaura la actual división político-administrativa, no siendo impedimento
para continuar su progreso, porque en 1923 el Ferrocarril de Antioquia
construye la Estación Jericó, facilitando el transporte del café hasta Puerto
Berrio.
Mapa 2. Departamento de Jericó 1908 -1911.
Fuente: Museo MAJA, Jerico (Ant.), 2018.
El Ferrocarril, “permitió abaratar
significativamente el costo de transporte de la mercancía de exportación, sobre
todo café, y de la importación de la maquinaria que se ingresaba al
departamento, en particular para café, minería e industria” (Brew 2000, en Correa, 2009, p. 66).
De 1900 a 1950, en Jericó el café no solo
sustentaba la economía, también crea una estética y unas formas de habitar. En
los primeros 35 años del Siglo XX, se configuró la estructura urbana y los detalles
estilísticos del municipio que dan cuenta de diferentes estéticas y
arquitecturas, cuya tipología se da en función del clima, de la topografía, de
los materiales a disposición y de las necesidades sociales, que llevaron a
plantear diversas soluciones constructivas y estéticas. Se aprovecha el
progreso económico para dar remate a las construcciones o mejorar, buscando la
superación estética.
La economía cafetera dio lugar a una especificidad
en la construcción; el “cielo raso” o “zarzo”, un depósito de café construido
un metro más abajo de las vigas de las casas, y los “bajos” o primeros pisos
que se utilizaban como depósitos del grano o como agencias de compraventa,
también eran lugar de trabajo y podían ser talleres, almacenes, depósitos, panaderías, cacharrerías (Instituto de Cultura y Patrimonio del municipio de Jericó, 2014).
Hoy en día, se continúa con el uso del primer piso dedicado al comercio y los
pisos superiores son para vivienda, como se muestra en las Fotografías 4 y 5.
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Fotografía 4. Fabrica de
carrieles (izquierda). Fotografía 5. Almacen
de carrieles (derecha)
Fuente:
Fotografías propias, trabajo de campo, Jericó - 5 de mayo de 2018.
Un grupo de artesanos, provenientes de los municipios
de El Retiro, Rionegro, Fredonia y Medellín, realizaron ostentosos trabajos de
la talla en madera: puertas, ventanas, balcones, entre otros; ellos, fueron los
encargados de construir paulatinamente el pueblo, dándole a la arquitectura un
toque excepcional de decoración en su calidad estética, siendo ostentación de
lujo.
En los primeros 50 años del Siglo XX, la iglesia
funda colegios, crea la biblioteca del Corazón de María y los periódicos
"La Verdad" y “Rosa de Jericó", instaura las comunidades
religiosas: La Visitación, las Franciscanas de Santa Clara, los Padres
Eudistas, Las Mercedarias, Las Capuchinas, las Hijas de la Sagrada Familia, Las
Hijas de la Iglesia y las Misioneras de la Madre Laura. El espíritu religioso
de los jericoanos se fortalece, con la construcción
de la Casa Misión, el Santuario y capilla del Corazón de María, la Catedral, el
Hospital (demolido en 1983 por “viejo”), el Seminario, el Templo La Visitación
y la Iglesia San Francisco “La Pollita”.
Es de tener presente que la religión católica ha
tenido una alta influencia en el progreso del municipio, de tal manera que fue
la responsable en 1906, de llevar la energía eléctrica, siendo el segundo municipio
del departamento, después de Medellín de tener este servicio, asignándole mayor
jerarquía y protagonismo al municipio, hecho que permitió la creación de
industrias textiles;
de maquinaria agrícola: despulpadoras y trilladoras; talabarterías, curtimbres;
imprentas; fábricas de bebidas: gaseosas y cerveza, entre otros.
Para los años 1900 - 1950, puede decirse que Jericó
estaba construido, su arquitectura típica, sus casas
representativas y su
plaza. Su estructura urbana data de estos años de fortalecimiento político por
su paso como capital de Departamento y su consolidación económica, así lo
expresa un estudio del patrimonio cultural de Antioquia y el Viejo Caldas
La armonía lograda con base en
la utilización de elementos y materiales “simples” y enriquecida por el sentido
humano que se da a cada detalle, crean un lenguaje sin paralelos donde el gran
valor ambiental es consecuencia de la calidad expresiva lograda con dichos
materiales y la incorporación del color, bajo una libre interpretación popular.
(Estudios, Universidad Nacional de Colombia sede Medellín, Facultad de Arquitectura – Centro de Investigaciones. Medellín, 1979, en
Instituto de Cultura y Patrimonio del municipio de Jericó, 2014, p. 188)
La construcción de referentes simbólicos, como el
Parque Fundadores y la Casa Consistorial, actual Teatro Santa María y
educativos: 10 planteles de educación secundaria, cinco para varones y cinco
para señoritas, dan cuenta de la importancia de los asuntos educativos y
culturales para el bienestar de los habitantes del municipio.
Después de la década de 1950, comienza el declive
del progreso económico y frenó el desarrollo de Jericó, la política se centra
en Medellín, sobreviene la crisis económica del café, base de la economía en
Jericó; se dio el cierre del Ferrocarril Estación Jericó, decae la industria,
sobreviviendo la guarnicionería o talabartería (cuero); la élite jericoana se recompone, entran a conformarla comerciantes,
cafeteros e intermediaros: "Esta nueva élite tiene vínculos con el
campesinado rico que adquiere movilidad social; ocupan el sector de la plaza y
del barrio alto desalojada por la vieja aristocracia fundadora"2 (Instituto de Cultura y
Patrimonio del municipio de Jericó, 2014).
Viéndose afectada toda la subregión por la
fragilidad del precio del café y la crisis cafetera, se emprende la búsqueda de
nuevos caminos para mejorar la economía, y esté gira hacia el turismo, se “echa
mano” de lo que se construyó durante las últimas ocho décadas, las
particularidades estéticas y arquitectónicas de Jericó, llevaron a la propuesta
de declararlo Monumento Nacional. Estas formas de territorialidad, se enmarcan
en formas de interacción continua entre los habitantes del pueblo, ya que
dichos espacios comienzan a tener no solo un valor estético sino también
paisajístico, aspecto muy atractivo para el turismo. En este sentido, vale
decir que las sociedades:
Hasta cierto punto
cohesionadas y ricas en cultura material, en expansión constante y creciente,
han tendido a valorar positivamente el legado histórico material de las
generaciones precedentes. Gradualmente, la conciencia de que los vínculos
culturales objetivados en determinadas reliquias materiales se prolongaban
hacia atrás en el tiempo y daban testimonio acerca de la continuidad de la
colectividad, obró en favor de esta tendencia. Así, comenzaron a preocuparse
por proteger y conservar este patrimonio del pasado y a hacer del mismo un uso
restrictivo, reservado a los mejores, pero muy significativo (Ballart 1997, p. 23).
Es así que, para asumir la apuesta declarada al
turismo, se tuvo a favor la infraestructura: en la cabecera urbana una
arquitectura de apreciables valores estéticos, viviendas coloniales y un orden del
territorio diferenciado de los pueblos que se construyeron espontáneamente, y fincas cafeteras
en el entorno rural. El turismo cultural
y religioso incrementó los fines de semana, hasta el punto de ser uno de los
renglones económicos más importantes de Jericó en la actualidad.
Estas interacciones sociales y espaciales traen
consigo cambios que implican, por ejemplo, que la gente de la ciudad quiera
venir a vivir al pueblo. Según el antropólogo Guldin
(2001) “dicha dinámica, ahora representada por un cúmulo de intercambios espaciales
de hibridación, en las que la ciudad y el campo se yuxtaponen se facilita
entonces la posibilidad de encontrar la reproducción de territorios que
promueven una intensa interacción”
4. Turismo y
arquitectura
Mediante la Resolución 005 del 6 de abril de 1981
del Ministerio de Educación, se hizo posible que un importante sector de la
cabecera municipal de Jericó, fuera declarado Monumento Nacional por representar de manera típica
las poblaciones que
surgieron del proceso de la colonización antioqueña del Siglo XIX; además, fue
declarado en la Resolución del Ministerio de Agricultura 421 de 1990 como municipio
verde (Plan de Ordenamiento Territorial del municipio
de Jericó).
Actualmente Jericó cumple con una serie de valores
estéticos, simbólicos e históricos que lo hicieron entrar en la lista de los
pueblos patrimonio del país el 21 de agosto de 2013. Por Antioquia también
están los municipios de Abejorral, Concepción, Jardín, Marinilla, Río Negro y
Santa Fe de Antioquia. En el 2016, se incluye el Centro Histórico en la lista
indicativa de candidatos a Bienes de Interés Cultural del ámbito nacional; ya
que, alrededor de este se encuentra la zona de influencia, como área requerida para la
conservación, recuperación, sostenibilidad de los valores de este espacio que hacen parte de la
historia de Jericó.
A propósito del Centro Histórico, la Ley 1185 de
2008, en el Artículo 4°, define como Bien de Interés Cultural – BIC a un
Conjunto de bienes
inmateriales y materiales, muebles e inmuebles, que poseen un especial interés
histórico, artístico, estético, plástico, arquitectónico, urbano, arqueológico, ambiental, ecológico, lingüístico, sonoro, musical, audiovisual,
fílmico, científico, testimonial, documental, literario, bibliográfico
museológico, antropológico, las manifestaciones, los productos y las
representaciones de la cultura popular.
Por lo aquí referenciado fue que el Ministerio de
Cultura avaló al Centro Histórico de Jericó para que estuviera en la
declaratoria como parte de los Bienes de Interés Cultural del ámbito nacional;
además, se encuentra en el área urbana destinada a suelo de protección, de
acuerdo con el Esquema de Ordenamiento Territorial - EOT del municipio de Jericó
(2010), por contener inmuebles de patrimonio arquitectónico y cultural:
En lo que refiere al sector
declarado Monumento Nacional o Zona de Conservación Urbanística y/o Arquitectónica, está conformado por las ocho manzanas aledañas al
parque principal (cuatro que lo enmarcan y cuatro diagonales); las casas y
predios que dan a la carrera quinta, desde la calle cuarta hasta “El Caño”; las
casas que dan a la carrera cuarta desde
la calle cuarta hasta la novena; las casas, predios edificaciones de la carrera
tercera desde el Morro del Salvador hasta la calle novena; las casas de la
calle cuarta entre las carreras cuarta y quinta; las casas y edificaciones de
la calle séptima desde el parque principal hasta la carrera primera; las casas
de la calle novena desde el frente de la iglesia de San Francisco hasta la
carrera quinta; el Santuario del Corazón de María y la Casa de los Misioneros
Claretianos; la iglesia de San Francisco, denominada comúnmente "La
Pollita"; la Escuela Normal Superior y la Casa de la Cultura. (Esquema de
Ordenamiento Territorial, EOT, del municipio de Jericó (2010)
En este sentido, el Centro Histórico y los BIC que
se encuentran en él, preservan la historia, es decir son la memoria que otorga
diversos sentidos y significados para los grupos sociales, como se aprecia en
el Mapa 3.
Mapa 3. Centro Histórico de Jericó.
Fuente.
Elaboración propia a partir del EOT de 2010 - Google Maps.
De esta manera, la memoria da cuenta de un hecho y
de un proceso colectivo relacionado con la presencia del patrimonio cultural,
los cuales pueden hacer referencia a la gastronomía y espacios que se
configuran como parte de la historia y que se encuentran en el centro de la
ciudad o pueblos en lo que se denomina como Centros Históricos, los cuales
constituyen
Espacios habitados por las
comunidades, condicionados por una estructura física proveniente del pasado,
reconocibles como representativos de la evolución de un pueblo. Son sectores
que además de ser considerados los lugares más simbólicos de una ciudad, juegan
un importante rol en la estructura urbana, ya que generalmente se constituyen
en el “centro urbano”, entendido como el lugar donde se concentran las
funciones institucionales, comerciales,
administrativas, financieras y de
gobierno. Para declarar un Centro Histórico este debe contar con un Plan
Especial de Manejo y protección. (ABC Patrimonio Cultural, Ministerio de
Cultura, Colombia, 2018)
Estos espacios que se configuran en los Centros
Históricos como la memoria de un lugar, evidencian sentidos y significados
comunes a un grupo social, como una manera de volver al disfrute del pasado en
tanto es múltiple y se transforma a medida que se va actualizando por los
diversos grupos que poseen un sentido compartido, así lo expresa Halbawachs (1950) al decir que
Los marcos espaciales de la
memoria colectiva consisten en los lugares, las construcciones y los objetos,
donde, por vivir en y con ellos, se ha ido depositando la memoria de los
grupos, de modo que tal esquina, tal bar, tal objeto, en fin, evocan el
recuerdo de la vida social que fue vivida ahí y su
ausencia, pérdida o destrucción
impide la reconstrucción de la memoria; con cada
edificio que se derrumba, un trocito de pensamiento colectivo se rompe, queda
inconcluso (p. 166).
Para Halbawachs (1950) el
espacio se considera fundamental, en tanto puede considerarse como el asidero
de la memoria colectiva, este puede ser estable y duradero, y de esta manera,
lograr mantener la memoria por más tiempo; esto ocurre en tanto la permanencia
de edificios, por ejemplo, que significan la permanencia de recuerdos; para el
caso del municipio de Jericó se identifican los siguientes espacios y
equipamientos:
·
Culturales: Museo MAJA (1906), Teatro Santamaría (1929), Museo de
Arte Religioso, Centro de Historia (1973), Casa de la Cultura Monseñor Pompilio
Gallego (1930)
·
Religiosos: Catedral Nuestra Señora de las Mercedes (1949), Capilla
La Visitación (1918), Capilla de San Francisco “La Pollita” (1920), Santuario
Inmaculado Corazón de María (1943), Casa de la Madre Laura y capilla (1914),
Monasterio y capilla Santa Clara (1964), Seminario consular San Juan Eudes
(1915), Palacio Episcopal (Diócesis de Jericó)
·
Espacios públicos: Plaza de Bolívar y parque Reyes, Parque Francisco
Cristóbal Toro y Parque de los Fundadores (1922)
·
Edificios públicos: Palacio Municipal “Santiago Santamaría” (Alcaldía)
·
Educativos: Institución Educativa Normal Superior
·
Viviendas: Ubicadas en las ocho manzanas aledañas al Parque
Principal, perímetro donde se ubican los Bienes de Interés Cultural -BIC- del
Centro Histórico de Jericó
Los espacios aquí referenciados, se asumen como
espacios de la memoria colectiva,
No es exacto que para poder recordar haya que
transportarse con el pensamiento afuera del espacio, puesto que, por el
contrario, es la sola imagen del espacio la que, en razón
de su estabilidad, nos da la ilusión de no cambiar a
través del tiempo, y de encontrar el pasado dentro
del presente, que es precisamente la forma en que puede definirse a la memoria;
solo el espacio es tan estable que puede durar sin envejecer ni perder alguna
de sus partes (Halbwachs, 1950, p.
167).
En el Centro Histórico y algunos bienes inmuebles que se encuentran en
la zona de influencia, acreditan los criterios de valoración para la
significación cultural de acuerdo con el Decreto 763 de 2009 del Ministerio de
Cultura,
Un bien o el conjunto pueden reunir todos o algunos de
los valores o basarse en uno o varios de los criterios de valoración señalados
en el artículo 6°, para ser declarado por la instancia competente como BIC del
ámbito nacional o territorial, según su representatividad para el ámbito de que
se trate.
Los BIC de Jericó son del ámbito nacional. Es importante explicar que
sobre los BIC Estación del Ferrocarril Jericó (Estación Bernardo Gómez) y
Hacienda La Botero, no se encontró información documental; por tanto, en los
criterios de valoración para ellos no se hace referencia.
Antigüedad: Los BIC del Centro Histórico de Jericó, corresponden a los años de la
colonización antioqueña, siendo este un hecho cultural, económico y social que
influyó en el desarrollo de la industrialización de la región y del país.
Autenticidad: La conservación de las características arquitectónicas fue una de las
razones para que el Centro Histórico del municipio fuera declarado Bien de
Interés Cultural de Ámbito Nacional por el Consejo Nacional de Patrimonio
Cultural, además de la significación histórica, simbólica y estética, se
constituyen en rasgos de la memoria cultural y la identidad del territorio.
Constitución del bien: En la zona central predomina el lenguaje representativo,
denominado así, puesto que, representa la arquitectura de la colonización
antioqueña. En el Plan de Manejo y
Protección Centro Histórico de Jericó, describen los materiales de las casas y
edificaciones así:
En general fueron construidas
en bahareque o tapia con cubierta de teja de barro y carpintería de madera,
adaptadas a las altas pendientes de la topografía jericoana,
y con materiales de la región, comino, macana, nogal, etc., características de
la arquitectura de la colonización antioqueña. La armonía lograda con base en
la utilización de elementos y materiales “simples”, enriquecida por el sentido
humano que se da a cada detalle, crean un lenguaje sin paralelos donde el gran
valor ambiental es consecuencia de la calidad expresiva lograda con dichos
materiales y la incorporación del color, bajo una libre interpretación popular.
(Instituto de Cultura y Patrimonio
del Municipio de Jericó, 2014, p. 188)
Forma: El
Plan de Manejo y Protección Centro Histórico de Jericó (2014), describe la
forma de los BIC, que hacen parte del Centro Histórico, de la siguiente manera:
Su estructura urbana adaptada
a las altas pendientes de la topografía jericoana y
sus detalles estilísticos que se plasman en la maestría de ventanas, portones, contraportones y balcones. […] todas estas, características
de la arquitectura de colonización antioqueña que se manifiesta con todo su
esplendor en el periodo de 1900 y 1935. […] En la década de 1940 comenzó la
reconstrucción del templo, en un eclecticismo historicista que se expresa en
los elementos neogóticos que hoy lo caracterizan. En este mismo sector, en
1906, se había construido el Hospital San Rafael, que funcionaba desde 1874 en
una casa situada en la carrera 7ª con calle 8. Esta edificación que fuera un
bello ejemplo de los nuevos parámetros de un estilo republicano adaptado a las
construcciones tradicionales, fue demolida en 1983 por “viejo”, y se construyó
la edificación que hoy existe.
Estado de conservación: La calidad artística y arquitectónica con la que fueron
construidos los BIC, es un hecho para que se evidencie actualmente la
arquitectura tradicional del Centro Histórico de Jericó y su Zona de
Influencia, conservando la riqueza espacial y ornamental de los BIC
independientes de los usos actuales: vivienda, comercio, turismo cultural o
educativo, manteniendo un equilibrio entre uso y conservación. Además de la
conservación arquitectónica es la conservación de la memoria colectiva, que no
es un pretexto del pasado sino una curiosidad para continuar con proyección
como lo fue este territorio en las décadas de 1900 – 1950.
Contexto ambiental: La armonía entre el paisaje natural y el paisaje urbano, fue un desafío para
la fundación de este municipio, puesto que, las condiciones del terreno en sí
mismas lo impusieron. Alrededor del municipio
se pueden observar una extensión de parques naturales, cascadas, miradores
naturales y senderos ecológicos, que hacen parte de la zona de influencia a los
BIC, zona de mitigación de los impactos naturales y necesaria para la
conservación, recuperación, sostenibilidad de los valores del Centro
Histórico.
Contexto urbano: Los conjuntos de Bienes de
Interés Cultural en su mayoría hacen parte del casco urbano desde la fundación
del municipio configurado de manera ordenada su espacio territorial, de modo
que, la arquitectura se encuentra en armonía con la naturaleza: Morro El
Salvador, el Jardín Botánico y parque natural del bosque de niebla Las Nubes.
Representatividad y
contextualización sociocultural: Los lazos emocionales que
tienen los habitantes de Jericó con los BIC, se revelan en el sentido de
pertenencia por el territorio y la conservación, procurando la línea estética,
siendo la referencia de memoria e identidad.
Los criterios
de valoración aquí señalados, permiten atribuir valores a los bienes:
histórico, estético y simbólico. La
arquitectura del municipio de Jericó es un testimonio de la historia de la
colonización antioqueña, asocia las épocas de auge comercial, político,
religioso, social y cultural, a la vez que enmarca los grupos sociales: élite
social y política, clases sociales, grupos económicos: comerciantes,
hacendados, artesanos. En cuanto el valor estético, se exalta desde el
significado de identidad que tiene para los habitantes, esta cohesión forma
símbolos y referencias de reconocimiento: histórico, antropológico, estético,
ambiental y arquitectónico, aquí es necesario plantear que adicional se
encuentran los significados sociales, educativos y culturales.
Si bien, actualmente, el Morro El Salvador y el
Jardín Botánico Los Balsos, se incorporan en la estructura paisajística y
cultural del Centro Histórico y reúnen características geográficas,
paisajísticas y ambientales para la protección de los BIC, no hacen parte de
los BIC, para lo cual, el equipo que elaboró el PEMP del Centro Histórico,
recomienda:
Tres aspectos técnicos
permiten aseverar que el Morro el Salvador puede ser considerado parte
integrante del Centro Histórico del municipio de Jericó, en tanto sus características culturales y ambientales, permiten afirmar que es parte integrante y no
existe solución de continuidad entre lo histórico, arquitectónico y cultural
con lo natural asociado al Centro Histórico. (Instituto de Cultura y Patrimonio del Municipio de Jericó,
2014)
Dichos aspectos tienen que ver con lo siguiente:
[…] Las
determinantes ambientales asociadas al Morro El Salvador.
Las
riquezas arqueológicas existentes, estudiadas y el vínculo cultural de la
comunidad entre el Morro el Salvador y el Centro Histórico.
Las
especies de flora vinculadas al Jardín Botánico y que merecen una protección
especial, como patrimonio natural […]. (Instituto de cultura y patrimonio de
Antioquia, municipio de Jericó, 2014, p. 144)
El “Jardín Botánico Los Balsos”, creado en 1993,
tiene alrededor de 100 especies entre árboles y arbustos, sin contar la riqueza
florística del remanente boscoso, con jardines y especies de conservación
debido al estado de amenaza que posee, como: el Comino (Aniba
perutilis), Roble (Quercus humboldtii), Chaquiro
(Podocarpus oleifolius), Pino Romeron
(Retrophyllum rospigliossii),
éste último declarado como árbol insignia de Jericó (Instituto de Cultura y Patrimonio del municipio de Jericó, 2014).
En este punto, es importante retomar que Jericó es
un municipio verde, posee variedad de recursos naturales y ambientales teniendo
una significación ecológica y paisajística, por lo cual es representativo
retomar el paisaje natural, debido a que hace parte de la identidad territorial,
al decir de Hernández (2009)
El paisaje es, por tanto, un
concepto complejo, resultado de la combinación de aspectos diversos como son
los naturales, los históricos y los funcionales, pero adquiere también valor
simbólico y subjetivo al ser considerado reflejo de la herencia cultural de un
pueblo, de su identidad y resultado de unas prácticas históricas ejercidas por
un grupo humano sobre el territorio. (p. 170)
Vemos como la belleza del paisaje, se convierte en
un atractivo natural que armoniza con el entorno urbano, destacándose como zonas de interés ecológico y reservas
naturales del municipio:
Parques naturales: Parque natural del Bosque de
Niebla Las Nubes, Parque Natural Barcelona, Parque Natural La Pascua, Parque
Natural Las Dantas, Parque Natural El Chagualo, Parque Natural El Borrachero,
Parque Natural Las Brisas, Parque Requintadero y
Manzanero, Bosque de La Cascada
Miradores - balcones naturales:
Puerto
Arturo, Buena Vista (Las Olas), Miami, La Soledad, La Hermosa, Patio Bonito, La
Traviesa, La Tranquila, Miradores de La Fe.
5. La memoria cultural
y territorial, significación sociocultural con los grupos de jóvenes del Museo
Municipal de Jericó “MAJA” y Guardianes del Turismo y Patrimonio
Los talleres de cartografía social como
representación del territorio en la que los actores sociales comparten el
conocimiento que tienen de sus territorios a partir de la interpretación de los
mismos, permitieron que jóvenes
voluntarios auxiliares del Museo Municipal de Jericó “MAJA”, y grupos juveniles
de la Policía Nacional: Guardianes del
turismo y patrimonio e Infancia y adolescencia, para recuperar la memoria
cultural relacionada con la identidad del territorio y así poder establecer la
significación sociocultural de los BIC, al tener principios del trabajo
colectivo como: imagen colectiva, motivación, reflexión, redescubrimiento del
territorio, conciencia y actitud participativa, que favoreciera el trabajo
colectivo.
Los talleres se dividieron en tres partes: la
primera fue la aplicación de un cuestionario en el que los jóvenes escribieron
sobre la identidad del territorio: condición
biofísica del municipio, prácticas
culturales, lugares de historia en el municipio y conocimiento, conservación y
divulgación de los BIC.
En la segunda parte, dibujaron de forma colectiva
las relaciones que ellos tienen con el territorio donde viven y habitan, para
concebir la memoria cultural y así establecer la significación sociocultural
que le otorgan a los BIC a partir de sus experiencias y sus vivencias del día a
día (ver fotografías de los Mapas 4 – 5 – 6 – 7), memoria histórica y cultural
representada en mapas. Al final se hizo una intervención explicando qué es
patrimonio, qué son los BIC y cuáles son los BIC del municipio de Jericó.
Dichas variables permitieron, a partir de los
consensos de los grupos, reconocer la apropiación que tienen los jóvenes -de
estos grupos- con los Bienes de Interés cultural del municipio de Jericó:
Identidad del
territorio: El
conocimiento desde el entorno cultural, para marcar la identidad del
territorio, los jóvenes tienen una referencia clara en la vocación de la
economía del municipio, la cual, se basa en la agricultura con el cultivo y
distribución de: café, gulupa, aguacate, cardamomo y
tomate de árbol; el turismo religioso a partir de la devoción a la Madre Laura,
la gastronomía por la elaboración y venta del postre jericoano y la guarnicionería con la
confección y el comercio del carriel, este último declarado patrimonio
municipal.
Coinciden los grupos en resaltar que, los lugares
que dan cuenta de la historia del municipio son el sector conocido como Rincón
Santo, describiéndolo como “la primera calle construida en Jericó para que
pasaran las procesiones y los desfiles”3,
la Calle de los poetas y la calle de la Casa de la Madre Laura.
Aunque el turismo es fundamental en la economía del
municipio, para los jóvenes causa efectos nocivos para el pueblo, sienten que
el turismo los afecta negativamente: “Hay congestión en las calles, aumento
de basuras”4, “A ratos, mucho ruido, mucho tráfico automovilístico,
contaminación, mala señal”5, “El turismo afecta la economía de los
habitantes Jericoanos, la mayoría de los turistas no
cuidan el entorno arrojando basuras, son portadores de enfermedades”6, “La inseguridad con los robos y
personas con mal vocabulario” (Grupo 4).
Desde lo planteado por los jóvenes en el taller, se
logra percibir las relaciones y vínculos con los BIC y con el entorno natural,
el conocimiento del espacio y su apropiación, las relaciones procedentes de
foráneos implican cambios culturales que se integran a los espacios, así lo
referencia Llanos Hernández (2010)
A través de las acciones
sociales, los actores entrecruzan de manera simultánea varios tipos de procesos
sociales: los que se originan en el territorio, que son los que en primera
instancia le dan identidad a este espacio, con aquellos que provienen de
cualquier ámbito de la dimensión nacional, a ellos se suman los que surgen más
allá de las fronteras nacionales. (p. 215)
Memoria cultural: Las prácticas culturales que
se reconocen en el municipio están asociadas a eventos: celebraciones
religiosas, ferias del libro, festival de la cometa, semana de la danza, obras
de teatro, conciertos en el MAJA y en el Teatro Santa María.
Con este ejercicio se manifiesta la percepción que
tienen los jóvenes sobre el territorio, las características estéticas las
asocian al turismo, reconocen algunos Bienes de Interés Cultural a partir de su
uso, es de resaltar que conocen la historia de su municipio; sin embargo, se
presentan confusiones entre el Centro Histórico y el Centro de Historia, lo que
da a entender que no reconocen a Jericó como pueblo patrimonio.
Los Bienes de Interés Cultural que se conocen en el
municipio de Jericó, coinciden con el Centro de Historia así: Teatro Santa
María, Museo MAJA, Museo de Arte Religioso, Museo José Thomas, Catedral y
capillas - Jericó, es un municipio construido con un fuerte lazo en la religión
católica, tiene construido: una catedral, un santuario, tres iglesias, 11
capillas, tres oratorios y un templete - Casa de la Cultura, Casa de la Madre
Laura. De estos BIC, manifiestan conocer
la historia de la Casa de la Madre Laura: “Porque fue la primera Santa
Colombiana” (Grupo 2) y del MUSEO MAJA, al ser una construcción cuya “arquitectura
es patrimonio cultural de Jericó, fue construida en 1906, empleada para ser
colegio, más tarde casa de la cultura y ahora Museo Arqueológico, hasta hoy se
sigue manteniendo su material de bareque y tabla” (Grupo 4).
Mapas 4 – 5 – 6 - 7. Memoria histórica y cultural representada en las
cartografías.
Fuente:
Realizado por los jóvenes voluntarios auxiliares del Museo Municipal de Jericó
“MAJA”, y grupos juveniles de la Policía Nacional: Guardianes del turismo y patrimonio e
Infancia y adolescencia, trabajo de campo, Jericó - 5 de mayo de 2018.
Los valores históricos, estéticos y simbólicos
atribuidos a los BIC, los jóvenes lo asocian con los criterios de valoración:
Valores Históricos: Antigüedad: “Sus casas son estilo colonial y
republicano” (Grupo 4).
Valor estético: Forma: “Capilla estilo gótico y románico”
(Grupo 2).
Valor simbólico: Representatividad y contextualización
sociocultural: “Escultura de la Madre Laura” (Grupo 4).
Contexto ambiental: “Parque natural las Nubes, Jardín botánico Los
Balsos, Mirador de Puerto Arturo” (Grupo 4).
En los dos talleres se conformaron cuatro grupos
(G1, G2, G3, G4), a partir de instrucciones los jóvenes señalaron en el mapa
que dibujaron, los lugares que para ellos son: importante, interesantes y
familiares, lugares proximidad con ellos, entre tanto, las categorías
religiosos, naturales, culturales y turísticos se asocian a los BIC, en ambos
el reconocimiento y la memoria que se tiene sobre el territorio fue fundamental.
Con los resultados evidenciados en los mapas se construyó una matriz
de visibilizaciones e invisibilizaciones,
jerarquizaciones y homogenizaciones.
En la Tabla 1, se muestran los lugares más visibles
y comunes para ellos; además, se pudo establecer lugares que no se encuentran
en el casco urbano y que son invisibles para estos grupos; quienes los ubicaron,
lo hicieron con la ayuda de información consultada en Internet.
Tabla 1. Matriz
de jerarquizaciones, homogenizaciones, visibilizaciones
e invisibilizaciones.
Lugares de interés cultural |
Importantes |
Interesantes |
Familiares |
Religiosos |
Naturales |
Culturales |
Turísticos |
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G1 |
G2 |
G3 |
G4 |
G1 |
G2 |
G3 |
G4 |
G1 |
G2 |
G3 |
G4 |
G1 |
G2 |
G3 |
G4 |
G1 |
G2 |
G3 |
G4 |
G1 |
G2 |
G3 |
G4 |
G1 |
G2 |
G3 |
G4 |
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Catedral Nuestra Señora de
Las Mercedes |
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Jardín Botánico Los Balsos |
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Casa de la Madre Laura |
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Museo de Arte Religioso |
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Museo MAJA |
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Parque Natural Las Nubes |
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Cerro El Salvador |
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Centro de Historia |
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Santuario Inmaculado corazón
de María, (Santuario Santa Laura Montoya) |
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Parque Principal |
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Seminario Mayor San Juan
Eudes - Diócesis de Jericó |
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Casa José Tomas Uribe Abad –
Colección de Artes Decorativas, Museo MAJA |
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Calle del Comercio |
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Mirador Puerto Arturo |
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Normal Superior |
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La terraza, Paseo comercial |
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Parque Los Fundadores |
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80 escalas |
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Capilla San Francisco “La
Pollita” |
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Cementerio |
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Teatro Santa María |
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Parque de los enamorados |
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100 escalas |
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Alcaldía de Jericó |
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Monasterio Santa Clara
(Convento de Las Clarisas) |
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La Curia |
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Parque Educativo Atenea,
Jericó |
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El Carriel (Fabrica) |
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Fuente. Elaboración propia.
Las referencias turísticas aunque ubicadas al
ingreso de los BIC de mayor relevancia en el municipio, son poco conocidas
entre los jóvenes y no se hace la relación con los BIC y las que se conocen se
asocian puntualmente con el turismo; de los 20 jóvenes participantes del
taller: nueve expresan abiertamente que no conocen dichas referencias, cinco
las ubican en direcciones, siendo un equivocación y seis restantes escriben el
nombre del BIC: 100 escalas, Capilla San Francisco, La Catedral, Museo de Arte
Religioso, Museo MAJA, Jardín Botánico y El Morro, Teleférico, Casa de la Madre
Laura, Teatro Santa María y Centro de Historia.
La conservación
del legado cultural, para la mayoría de los jóvenes pertenece al patrimonio
inmueble arquitectónico; debido a que el mantenimiento permite preservar la
belleza y la historia. Sin embargo, llama la atención la inclusión de la
oralidad en el legado cultural: “El legado cultural del municipio se
conserva por los relatos que nos cuentan los abuelos” así lo escribió el
Grupo 1 en el cuestionario.
Al explicarles los interrogantes ¿Qué es un Bien de
Interés Cultural? ¿Cómo está conformado el Centro Histórico de Jericó? y
¿Cuáles son algunos de los Bienes de Interés Cultural del municipio? se observa
el gran sentido de pertenencia por el municipio como sentimiento que les genera
los BIC: “Amor por el municipio” (Grupo 1), “Nos genera entusiasmo,
ya que podemos aprender mucho y conservar la historia a pesar del tiempo”
(Grupo 2), “Maravilloso, nos sentimos orgullosos ya que su historia ha sido
única y nos hace reflexionar” (Grupo 4).
En este punto, se reitera la importancia de
proponer estrategias de apropiación social del patrimonio, al ser la
apreciación social tanto individual como colectiva, procedente de prácticas
socioculturales en relación con el territorio y vinculadas en las dimensiones
tiempo y espacio, origen de un sentimiento afectivo que hace posible
desarrollar proyectos de apropiación social de los BIC, puesto que, existe un
reconocimiento por parte de los habitantes hacia la conservación, comprendida
como el valor estético; por lo que se hace necesario determinar la apropiación
social, como parte del proceso de reconocimiento del patrimonio, admitiendo la
inclusión y el dialogo en virtud de generar vínculos con los BIC, para su
valoración, divulgación, conservación y sostenibilidad, ya que estos son la
memoria social “que está ligada a la pertenencia a grupos sociales y por ello
se comparte, esta contextualizada y dialécticamente vincula el presente y el
pasado” (Arévalo, 2010); además de los
BIC ser la “expresión de la cultura de las comunidades que los habitan”
(Ministerio de Cultura, 2005).
Conclusiones - Estrategias
de apropiación social del patrimonio
Más que hacer una propuesta desde la gestión
cultural para la apropiación social del patrimonio, es apostarle a la relación
directa y vinculadora entre los habitantes y turistas de Jericó con los Bienes
de Interés Cultural, es proponer una articulación entre la triada -educación -
divulgación – apropiación- con el propósito de potenciar los valores -histórico
- estético – simbólico- de los BIC, posibilitando una efectiva relación entre
objeto – contexto - sujeto.
Grafico 1. Articulación de triadas
para la apropiación social de los BIC.
Fuente: Elaboración propia.
Acercar a los habitantes y turistas a los BIC, es
legitimar la identidad en razón del patrimonio, porque son las comunidades las
que lo usan, lo crean, lo transforman, lo heredan y le otorgan valor; además,
tienen la responsabilidad de velar por su gestión, salvaguardia y protección. Crear
acciones para conocer, valorar y proteger el patrimonio es generar: arraigo por
los propios valores culturales y patrimoniales, sentido de pertenencia,
identidad, bienestar y desarrollo, aun más cuando el
patrimonio es un recurso que está integrado a las dinámicas económicas del municipio,
en este caso el turismo, que beneficia las comunidades para que estas a su vez
le den un uso sostenible.
Divulgar los BIC como el patrimonio que es historia
de todos, es despertar curiosidad por la historia y los valores
socioculturales, es reiterar el conocimiento de su identidad y reconocimiento del entorno geosociohistórico, es establecer vínculos con el territorio que ha
sido testimonio de la cultura que conoce y comprende el pasado para las
posibilidades de desarrollo.
Las estrategias de apropiación social del
patrimonio que se proponen para Jericó, son para la identidad colectiva que
representa un tiempo en un espacio con características urbanas,
arquitectónicas, paisajísticas, sociales, culturales y con memoria social, para
evitar la acción del olvido. En definitiva, las estrategias impulsan: la
promoción, el reconocimiento y la preservación de los BIC, es despertar el
interés hacia la dotación simbólica del territorio, divulgar los BIC, para
incidir positivamente en actitudes y evitar indiferencia por estos.
Antes de proponer las estrategias de apropiación
social, es interesante referir los recursos efectivos que propone Lípu (1984) y que retoma Ballart
(1997) para explicar el patrimonio como un bien y su valor como recurso de un
objeto de la historia; sustenta que
Los restos del pasado
configuran un depósito de recursos potenciales a nuestro alcance para ser
utilizados en el presente y en el futuro para el desarrollo cultural de nuestra
sociedad. […] Evidentemente el potencial de los bienes patrimoniales como
recurso cultural debe ser considerado a la luz de contextos específicos, porque
la atribución de valor sólo puede producirse en función de situaciones reales,
históricas y socialmente determinadas. […] Hay un contexto de atribución de
valor determinado por los criterios de gusto dominantes, por las tradiciones
estéticas y aun por factores relacionados con la psicología de los individuos.
De este contexto emana un valor estético. Hay también un contexto de atribución
de valor determinado por el tipo de conocimiento tradicional y fundamentalmente
por el imaginario colectivo, asociado a tradiciones orales escritas y a
determinadas elaboraciones mitológicas.
Y también por el hecho de reconocer en los objetos del pasado, el
carácter de legítimos documentos de la historia que expresan cosas sobre las
personas que los crearon y utilizaron. De este contexto nace un valor
asociativo (p. 64).
Inventario de los BIC:
Elaborar
un inventario exclusivamente de los Bienes de Interés Cultural, con acceso
público, donde se detallen y describan las condiciones de: memoria, identidad,
historia, valor, legado, uso y tradición, teniendo presente que, los BIC son la
memoria sociocultural del territorio. Si
bien es una estrategia para habitantes y turistas, ayudará al fortalecimiento
de los organismos públicos dedicados a la preservación y valoración del
patrimonio.
Un cuaderno, treinta
historias: Motivar
en el aula de clase la elaboración de una bitácora colectiva, donde se escriba
por estudiante y familia una historia relacionada con los BIC: personajes,
habitantes, anécdotas, etc. La idea es que el cuaderno rote y semanalmente un
estudiante lo lleve a su casa, lea lo escrito por otras familias y luego haga
lectura pública de lo escrito. Esta estrategia es un reto para consultar y
acercarse a algún BIC, fortalece la integración familiar, además de que es una
forma de extender al núcleo familiar la apropiación social.
Adoptar un BIC para
estudiarlo: En
unión con la idea anterior, el llamado es a los adultos que pertenecen a los
diferentes grupos comunitarios, para que en las tertulias que desarrollan, se
adopte un BIC, se estudie y luego se comparta la información, es en doble vía,
ya que puede ser el insumo para contar la historia a los hijos, nietos,
sobrinos, que se encuentran en la escuela y están escribiendo las historias.
Generación de espacios
interculturales y generacionales (Escuelas – grupos de tercera edad): La comunicación
intergeneracional es memoria viva, se propone como un mecanismo importante de
cohesión social en procura del intercambio de conocimiento de los BIC desde
distintas formas de comprender la cultura y los valores. Exige el reconocimiento explícito bidireccional
de beneficio mutuo: niños – jóvenes y adultos.
La
historia oral y el estudio de la tradición oral tiene muchos objetivos, pero
uno importante ha sido siempre la reconstrucción (o, para los más sofisticados,
la construcción) del pasado mediante fuentes orales, bien de forma directa o
tras un cuidadoso tratamiento y análisis. (Fentress
& Wickham, 2003)
Medios de comunicación
estratégicos: Establecer
una comunicación oportuna articulada que apoye el posicionamiento de los BIC,
desde la memoria cultural e identidad del territorio del municipio, alineada
con los atributos y valores, logrando que los diferentes públicos reciban
información clara y contundente, una comunicación clave para innovar. La mayor
característica de esta estrategia, está en la interactividad acomodada a la
necesidad de respuesta del usuario, para este caso concreto, la creación de un
sitio Web, será de gran utilidad, un sitio que reúna la información de los BIC,
con las particularidades
mencionadas anteriormente, también es conveniente adicionar a las referencias turísticas un
código QR para ampliar la información.
Las redes sociales cada vez tienen mejores
herramientas y recursos audiovisuales para despertar el interés de los
usuarios, son un medio ágil y eficaz de interacción.
Campaña de apropiación
social de los BIC: Concebir una campaña de apropiación social de los BIC, basada en la
estrategia de cultura ciudadana, entendida como el conjunto de valores,
actitudes, comportamientos y reglas mínimas compartidas que generan sentido de
pertenencia, impulsan el progreso, facilitan la convivencia y conducen al
respeto del patrimonio común y al reconocimiento de los derechos y deberes
ciudadanos
La campaña se desarrollará a través de estrategias
persuasivas para la apropiación social de los BIC, que contribuyan a la
divulgación de la memoria cultural e identidad del territorio, además de la
conservación y protección, como:
-
Festival - El patrimonio en una imagen.
A través de las artes plásticas y audiovisuales promover concursos de
pintura y fotografía, que tengan como referencia el patrimonio inmueble y
natural.
-
Día de Fiesta del patrimonio - Celebración de esta fecha conmemorativa
en todo el país con actividades representativas y de impacto que convoque a
todos los habitantes del municipio y turistas, además de que cada BIC, cuente
con un elemento que lo reconozca como BIC, vinculando directamente a los
propietarios, administradores de los BIC. Es importante para esta fecha
evidenciar todos los elementos del patrimonio que tiene el municipio como el
carriel, dentro de la gastronomía se encuentra el postre jericoano,
patrimonio natural y patrimonio arquitectónico, entre otros-
-
Circuitos culturales – recorridos comentados
Para concluir, es claro que las políticas culturales se encuentran articuladas en
los diferentes ámbitos territoriales, por lo que, para la apropiación social de
los bienes patrimoniales, se requiere plantear estrategias socioculturales que
respondan adecuadamente a la gestión, protección, al sentido de pertenencia, a
la identidad y a la memoria para el bienestar y desarrollo de las comunidades
desde dos vías: una desde la institucionalidad y la otra desde la comunidad,
para lo cual debe continuarse con el trabajo de apropiación crítica de las
políticas culturales que tienen influencia en los BIC.
Aunque, podría generarse una política que incluya
la apropiación social de los BIC, la apropiación social del patrimonio, debe
partir de la base, o sea de las comunidades, siendo garantía de la apropiación,
las comunidades y sus líderes generan el dialogo intercultural, es comenzar por
la sensibilización basados en la educación y la comunicación dado que ellas (las
comunidades) son conscientes del legado y valor patrimonial, estimulando las
dinámicas sociales. Respecto al patrimonio natural solo es posible conservarlo
si somos capaces de cuidarlo siendo responsables en su uso.
La protección y conservación de los BIC del municipio
de Jericó, debe extenderse a criterios de valoración adicionales a lo
arquitectónico como son la antigüedad, autenticidad, autoría, construcción,
forma, estado de conservación, contextos urbano, físico y ambiental;
representatividad y contextualización sociocultural, además de los valores
atribuidos a los BIC que complementan lo estético, como son lo simbólico y lo
histórico, como lo explica el Decreto 763 de 2009
Los criterios de valoración
son pautas generales que orientan y contribuyen a la atribución y definición de
la significación cultural de un bien mueble o inmueble. La significación
cultural es la definición del valor cultural del bien a partir del análisis
integral de los criterios de valoración y de los valores atribuidos.
Si bien, es contundente la apreciación social tanto
individual como colectiva, procedente de prácticas socioculturales en relación
con el territorio y vinculadas en las dimensiones tiempo y espacio, que
originan un sentimiento afectivo y permiten desarrollar proyectos de apropiación
social de los BIC, puesto que existe un reconocimiento por parte de los
habitantes hacia la conservación, comprendida como el valor estético, es
necesaria determinar la apropiación social, como parte del proceso de
reconocimiento del patrimonio, admitiendo la inclusión y el dialogo en virtud
de generar vínculos con los BIC, para su valoración, divulgación, conservación
y sostenibilidad por parte de quienes los cuidan y los disfrutan.
Referencias
Alcaldía municipal de Jericó.
(2016)
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Ley 397 de 1997. Ley general de
cultura. Por la cual se desarrollan los artículos 70, 71 y 72 y demás artículos
concordantes de la Constitución Política y se dictan normas sobre patrimonio
cultural, fomentos y estímulos a la cultura, se crea el Ministerio de la
Cultura y se trasladan algunas dependencias. Congreso de la República de
Colombia.
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se modifica y adiciona la Ley 397 de 1997 –Ley General de Cultura– y se dictan
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[1] Para ampliar información revisar el CENSO del DANE año 2005 Resultados y
proyecciones (2005-2020).
2 Para ampliar información revisar PEMP Jericó Centro
Histórico. Formulación. Instituto de cultura y patrimonio de Antioquia,
municipio de Jericó (Instituto de Cultura y
Patrimonio del municipio de Jericó, 2014).
3 Grupo 4: Vanessa González, Juan Esteban Bedoya, María Antonia Álvarez,
Emanuel Chica, Santiago Peláez, Yaqueline Zapata, Voluntarios Museo MAJA.
05/05/2018.
4 Grupo 1: Juliana Pulgarin Gómez, Tatiana Vélez Osorno, Ana María Vélez,
Voluntarios Policía de Infancia y Adolescencia de Jericó y Gloria María Osorio,
Guardianes del Turismo y Patrimonio de la Policía Nacional, Jericó. 05/05/2018.
5 Grupo 2: Andrés Felipe Urrego, Santiago Molina, Daniela Marín, Jessica
Chaverra, Ana Cristina Arboleda. Guardianes del Turismo y Patrimonio de la
Policía Nacional, Jericó. 05/05/2018.
6 Grupo 3: Karina Ramírez, Susana Suárez, María del Mar López, Leidy
Johana Diez Ospina, Susana Londoño Suárez. Guardianes del Turismo y Patrimonio
de la Policía Nacional, Jericó. 05/05/20.