Recibido: 28 de noviembre de 2018; Aceptado: 17 de marzo de 2019
La formación del investigador social en la Universidad Nacional de Colombia (1959-1968)*
The formation of the social researcher in the Universidad Nacional de Colombia (1959-1968)
A formação do pesquisador social na Universidad Nacional de Colombia (1959-1968)
Resumen
El proyecto fundador del Departamento y la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, a mediados del siglo XX, involucró el diseño de planes curriculares y cursos de teoría social y metodología; así como la puesta en marcha de diversas investigaciones que difundieron nuevas perspectivas de análisis y reflexión sobre la realidad política, económica y social del país. Los actores sociales que formaron parte trascendental de este proyecto académico -entre los más destacados, Orlando Fals Borda, Camilo Torres Restrepo, Virginia Gutiérrez de Pineda, Eduardo Umaña Luna y Carlos Escalante Angulo- desplegaron una serie de acciones encaminadas a la unificación de prácticas, que representaron principios de visión y de afinidades por las ciencias sociales y humanas. De esa manera, se posibilitó la configuración de un lenguaje común y una forma concreta del quehacer del científico social comprometido con las problemáticas sociales de su época.
Este artículo parte de la descripción del proyecto docente -programas de los cursos, bibliografías referenciadas, guías de cátedra-, esto es, la malla curricular, a partir de la cual se estableció el perfil de la sociología impartida en este campus universitario. El énfasis recayó en líneas como sociología rural, sociología urbana y sociología de la familia, las cuales, a su vez, constituyeron los principales ejes de discusión del grupo intelectual líder en dicho proceso fundacional. En un segundo momento, se detalla el proyecto investigativo que permite entrever la agenda de trabajo y los intereses temáticos que, en consonancia con las necesidades sociopolíticas y las prescripciones de sus entes financiadores públicos y privados, se fueron destacando como los ámbitos más relevantes dentro de la investigación social. Se concluye que la multiplicidad de enfoques y marcos interpretativos difundidos por el cuerpo docente propició la diversificación de líneas teóricas que fueron afianzadas en el devenir del desarrollo de la sociología en Colombia.
Descriptores: Colombia, institucionalización de la sociología, investigación, orientación profesional, plan de estudios.
Palabras clave:
investigación social, orientaciones teóricas y metodológicas, plan de estudios, publicaciones, Universidad Nacional de Colombia.Abstract
The founding project of the Department and the School of Sociology of the Universidad Nacional de Colombia, Bogotá campus, in the mid-20th century, involved the design of curricula and courses in social theory and methodology, as well as the launching of diverse research projects that disseminated new perspectives for the analysis and reflection on the political, economic, and social reality of the country. The social actors who played an important role in this academic project-including figures such as Orlando Fals Borda, Camilo Torres Restrepo, Virginia Gutiérrez de Pineda, Eduardo Umaña Luna, and Carlos Escalante Angulo- carried out a series of actions aimed at unifying practices representing principles of vision and affinity with the social and human sciences. Thus, it was possible to configure a common language and a concrete form for the work of social scientists committed to the social issues of their period.
The article starts with the description of the teaching project -course syllabi, reference bibliographies, class guides-, that is, of the curriculum, on the basis of which it was possible to establish the profile of sociology as taught on this campus. Emphasis was placed on lines such as rural sociology, urban sociology, and sociology of the family, which, in turn, became the main lines of discussion of the leading intellectual group of that founding project. Secondly, the article provides a detailed account of the research project, which makes it possible to observe the work agenda and the thematic interests that arose as the most relevant fields in social research, in accordance with sociopolitical needs and the requirements of public and private financing entities. The paper concludes that the multiplicity of approaches and interpretive frameworks disseminated by the faculty fostered the diversification of theoretical lines that were consolidated throughout the development of sociology in Colombia.
Descriptors: Colombian sociology, curriculum, research, professional guidance.
Keywords:
curriculum, publications, social research, theoretical and methodological guidelines, Universidad Nacional de Colombia.Resumo
O projeto fundador do Departamento e da Faculdade de Sociologia da Universidad Nacional de Colombia, campus Bogotá, em meados do século XX, envolveu o desenho de planos curriculares e cursos de teoria social e metodologia, bem como a realização de diversas pesquisas que difundiram novas perspectivas de análise e reflexão sobre a realidade política, econômica e social do país. Os atores sociais que formaram uma parte transcendental desse projeto acadêmico - dentre os mais destacados, Orlando Fals Borda, Camilo Torres Restrepo, Virginia Gutiérrez de Pineda, Eduardo Umaña Luna e Carlos Escalante Ângulo - desenvolveram uma série de ações dirigida à unificação de práticas, que representaram princípios de visão e de afinidades pelas ciências sociais e humanas. Dessa maneira, foi possível configurar uma linguagem comum e uma forma concreta do fazer do cientista social comprometido com as problemáticas sociais de sua época.
Este artigo parte da descrição do projeto docente - programas dos cursos, bibliografias referenciadas, guias de disciplina -, isto é, da matriz curricular, a partir da qual foi estabelecido o perfil da sociologia ministrada nesse campus universitário. A ênfase foi dada em linhas como sociologia rural, sociologia urbana e sociologia da família, as quais, por sua vez, constituíram os principais eixos de discussão do grupo intelectual que liderou esse processo fundacional. Em um segundo momento, detalhou-se o projeto de pesquisa que permitiu entrever a agenda de trabalho e os interesses temáticos que, de acordo com as necessidades sociopolíticas e com as prescrições de seus financiadores públicos e privados, foram sendo destacados como de âmbitos mais relevantes dentro da pesquisa social. Conclui-se que a multiplicidade de abordagens e marcos interpretativos difundidos pelo corpo docente propiciou a diversificação de linhas teóricas que foram consolidadas no devir do desenvolvimento da Sociologia na Colômbia.
Descritores: orientação profissional, pesquisa, plano de estudos.
Palavras-chave:
orientações teóricas e metodológicas, pesquisa social, plano de estudo, publicações, Universidad Nacional de Colombia.Introducción
La institucionalización de la sociología en la Universidad Nacional de Colombia significó la implementación de una empresa intelectual que propuso el desarrollo de nuevas orientaciones sociológicas, teóricas y metodológicas, desde diversos ángulos. Si bien se abrió la posibilidad para que los estudiantes escogieran entre diferentes grados de formación profesional, el objetivo de esta consistía en adquirir los rudimentos académicos y el adiestramiento científico necesarios para egresar como pensadores sociales que contribuyeran al posicionamiento de la sociología como ciencia con proyección social.
En el ambiente político y cultural de mediados de siglo XX, caracterizado por la coalición entre los dos partidos políticos tradicionales: Liberal y Conservador, a raíz de la estrategia política del Frente Nacional (1958-1974) (Pécaut, 2010; Bushnell, 2015), la sociedad colombiana vivió un proceso de creciente transformación en diversos órdenes: la pérdida de protagonismo de la Iglesia católica como institución reguladora de la vida civil (educativa y moral), un consecuente proceso de secularización y la profesionalización de la actividad académica orientada al establecimiento de un pensamiento social científico.
En este marco sociohistórico, el sociólogo Orlando Fals Borda convocó a científicos sociales, entre ellos, Camilo Torres Restrepo, Virginia Gutiérrez de Pineda, Eduardo Umaña Luna y Carlos Escalante Angulo, con el propósito de incentivar y promover una ciencia social empírica que estableciera las bases para la formación de investigadores sociales que contribuyeran en la reestructuración del campo académico universitario y en la reorientación de su relación con la sociedad y el Estado. Dada la diversidad de líneas temáticas y discursivas de estos líderes carismáticos, la fundamentación teórica y conceptual establecida durante estos años (1959-1968) no contó con una base sólida única, esto es, un marco epistemológico consolidado. Dicha profusión de esquemas interpretativos enriqueció la apuesta por la búsqueda y confrontación con un sustento empírico derivado del trabajo de campo.
La alineación de los agentes sociales congregados por Fals Borda fue posible dado el conjunto de prácticas e ideologías, definidas como el sistema de disposiciones adquiridas por la experiencia y socialmente constituidas -habitus-, que permiten engendrar un proyecto común. Representan un principio generador y unificador del conjunto de experiencias a partir de las cuales puede generarse la disposición a ocupar una posición precisa en la estructura del campo, de modo que permita su funcionamiento eficaz. En este caso, la etapa fundacional de la sociología en Colombia refiere una transmisión y construcción de saberes enfocados en la profesionalización del investigador social.
Desde este punto de vista, la noción de habitus introducida por Bourdieu (1983, 2012) contribuye a explicar la integración de un cuerpo docente nacional y extranjero, bajo un mismo proyecto educativo que orientó el diseño de una malla curricular que sirvió de sustento a las primeras generaciones de sociólogos en Colombia.
La estrategia metodológica involucró una revisión documental en la que se analizaron los programas de los cursos, las bibliografías referenciadas, las guías de cátedra, así como las primeras investigaciones promovidas desde la Facultad de Sociología. Tratándose del estudio de un proceso que comprendió la etapa fundacional de la sociología en Colombia y que logró consolidar a este campus académico como pionero en el desarrollo de una sociología científica y moderna, sustentada en una "ciencia objetiva y positiva, sometida a contrastación empírica y susceptible de formular leyes respecto a la sociedad" (Cataño, 2007, p. 34)1, fue perentorio recurrir a los vestigios del pasado que, como lo anota Bloch (1978), ofrecen un acceso llano a una inmensa masa de testimonios escritos, y también un buen número de testimonios no escritos, susceptibles de ser captados mediante el oficio de historiador.
Este conjunto de huellas documentales presentes en el Archivo Central Histórico de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, fue reunido a partir de la elaboración de una operación historiográfica, como lo denomina De Certeau (2006), en la que las tareas de separar, reunir y transformar en documentos ciertos objetos repartidos constituyen los primeros pasos hacia la epistemología del conocimiento histórico.
En esta línea, la exposición se articula en torno a dos ejes fundamentales: el proyecto docente y el investigativo. En el primero se presenta una síntesis de las diferentes perspectivas teórico-metodológicas de la carrera y los objetivos que con ellas se buscaban para brindar una educación sociológica al estudiantado. Posteriormente, se aborda el proyecto investigativo que da cuenta de las agendas de discusión de los científicos sociales de la época.
Proyecto docente
El primer plan de estudios de la carrera de sociología apostaba por una formación científica en la que existiera sincronía entre teoría e investigación empírica. El pénsum, dividido en dos años, buscaba capacitar a los estudiantes en teoría económica, teoría social, conocimientos generales en antropología cultural, humanidades, geografía humana, sociología rural, estadística social y metodología científica. La orientación de este plan de estudios constituyó la primera pauta de un acercamiento con herramientas metodológicas desconocidas en el campo académico de las ciencias sociales colombianas, y determinó lo que más adelante se conocería como la necesidad de una interacción entre el objeto de estudio, la sociedad y los investigadores sociales.
En consonancia con la necesidad de introducir una nueva orientación, de proponer un nuevo debate y, fundamentalmente, de abrir la sociología a nuevos continentes teóricos y conceptuales (Blanco, 2006), Fals Borda movilizó una serie de prácticas sociales para atraer recurso humano calificado que le permitiera fortalecer su posición en el campo académico.
Como primer embrión de lo que constituía la carrera de sociología, este proponente solicitó los aportes de docentes de la Facultad de Matemáticas, el Departamento de Lenguas Modernas, el Departamento de Humanidades y la Facultad de Ciencias Económicas, para ofrecer una instrucción más completa al estudiantado. Esta lógica operaba en la mayoría de los departamentos de la Universidad Nacional, es decir, el cuerpo docente del Departamento de Sociología también debió atender cátedras de introducción a la sociología y ciencias afines en diversas facultades: Derecho, Psicología, Economía, Medicina, Filosofía, Enfermería, Arquitectura, Agronomía, Veterinaria e Ingeniería.
Dado que la sociología era una ciencia social en proceso de consolidación en Colombia, Fals Borda instó por la monopolización de las actividades intelectuales y por la creación de una opinión central respecto al enfoque que debería tener la sociología. Fue así como consideró pertinente obtener las impresiones que las directivas de la Universidad y, de modo especial, de los miembros del Comité de Sociología de la Comisión Colombiana de la Unesco, quienes mostraron su anuencia a la fundación del Departamento de Sociología (Yocelevzky, 2014)2.
Fals Borda, como presidente del Comité, citó a los demás miembros a numerosas reuniones para someter a consideración el programa académico del Departamento de Sociología. Los miembros de este Comité eran Camilo Torres Restrepo (vicepresidente), Jorge Cárdenas García,Jaime Quijano Caballero, Rafael Bernal Jiménez, Eduardo Caballero Calderón, Cayetano Betancur, Luis Alberto Sarmiento, Gerardo Molina, Abel Naranjo Villegas, Eduardo Umaña Luna y Óscar Delgado; también participaban los sacerdotes Gustavo Pérez Ramírez y José Rafael Arboleda, el inglés Andrew Pearse y el húngaro Ferenc Vajta.
Luego de las sugerencias señaladas en estas reuniones, fueron reformados y acordados los cursos para los tres primeros años de la carrera de sociología (tabla 1).
Este primer pénsum muestra cómo la línea de especialidad de cada uno de los integrantes del cuerpo docente iba perfilando y diversificando la orientación temática y teórica de esta ciencia social: sociología de la vida urbana (Camilo Torres), sociología de la vida rural (Orlando Fals Borda), sociología de la familia (Virginia Gutiérrez de Pineda) e instituciones sociales (Eduardo Umaña Luna).
A raíz de la evaluación positiva que elaboró el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), en 1963, sobre la labor adelantada por la Facultad de Sociología en la formación de estudiantes con alto impacto en el progreso social del país, Fals Borda, en calidad de decano, propuso una reforma del plan de estudios de la carrera. Para ello, argumentó que esta era la única Facultad del país con capacidad de producir investigadores sociales adiestrados, administradores y trabajadores de extensión en diversos campos de interés, como la reforma agraria, el crecimiento económico de la comunidad, las relaciones industriales y laborales, y la educación. Así pues, la alternativa ante la escasez de personal técnico especializado en desarrollo social fue la creación de nuevos departamentos que ampliaran la perspectiva de los estudios sociales para contribuir a la solución de los problemas planteados por las realidades nacionales: Antropología, proyectado para ese mismo año (1963), Geografía para 1964 y Trabajo Social, en 19653. El primer paso en esa dirección se dio a partir de la inclusión de cursos con referencia directa a esas áreas del saber, y que allanaron el camino para su constitución independiente dentro de la Facultad.
La variación más significativa al pénsum de 1960 consistió en la introducción de las materias del primer y segundo semestre del cuarto año, la creación de tres especializaciones a cursar en el cuarto y quinto semestre, y la inclusión de un quinto año en el transcurso del cual se prepararía el trabajo de tesis (tabla 2).
Con este pénsum se esperaba que la Facultad de Sociología contribuyera por medio de sus graduados, profesores, investigaciones y publicaciones, a un mayor conocimiento de la problemática social y respondiera a las urgencias inmediatas producidas por el Programa de Desarrollo Económico y Social, tal y como se había explicitado a través del programa de cooperación internacional Alianza para el Progreso4. En consonancia con esto, la reforma aplicada a este pénsum estaba dirigida a vincular a los egresados con diferentes instancias públicas y privadas, lo que implicaba la intención de formar un personal que pudiera desempeñarse en áreas de administración y/o ejecución de proyectos sociales que finalizaran en la elaboración de políticas públicas enfocadas en la transformación social.
Mediante el Acuerdo 69 del 3 de septiembre de 1963, Acta n.° 33 del Consejo Académico de la Universidad Nacional, se aprobó otorgar titulación a nivel de posgrado (Maestría y Doctorado) en la Facultad de Sociología. En enero de 1964, la convocatoria se extendió a estudiantes de la región que certificaran grado de Licenciado o Máster en Sociología o Antropología. Esta sección de Estudios de Graduados, o Programa Latinoamericano de Estudios del Desarrollo (Pledes), como fue denominado, estuvo enfocada principalmente en América Latina y en el campo de la sociología del desarrollo.
En términos generales, el plan de estudios para el título de Máster en Sociología incluía conferencias y seminarios por un año con profesores de la Facultad, preparación de tesis y desarrollo del trabajo de campo. Mientras que el plan de estudios para adquirir el título de Doctor en Sociología comprendía, en el primer año, conferencias, seminarios, lecturas dirigidas, cursos de perfeccionamiento en idiomas extranjeros y prácticas de investigación sociológica; y el segundo año concernía a la preparación de la disertación doctoral.
Para 1964, la Escuela de Graduados recibió cerca de setenta hojas de vida (currículum) de estudiantes que deseaban continuar sus estudios de posgrado en sociología. La documentación que se conserva no discrimina entre quienes postularon a la Maestría y al Doctorado, pero, lo que sí permite confirmar es que entre ellos se encontraban personas de diversas nacionalidades: México (2), Brasil (2), Bolivia (2), Chile (1), Ecuador (1). Aunque la muestra no es muy significativa, teniendo en cuenta el número total, representa el paso que estaba dando la Facultad de Sociología, en su apuesta por el reconocimiento y el prestigio internacional.
Ahora bien, la lista general de graduados de la Facultad de Sociología, a nivel de asistente de investigación social, licenciatura, maestría y doctorado, entre 1963 -año en que se otorgaron los primeros certificados académicos- y 1970, puede aportar al conocimiento del impacto de este centro educativo en la formación de científicos y profesionales en sociología (tabla 3).
Durante los años comprendidos entre 1964 y 1966, el certificado de Asistente de Investigación Social fue común entre los estudiantes, algunos de los cuales continuaron su proceso académico y obtuvieron el título de Licenciados/as. A pesar del entusiasmo con que se creó la sección de Estudios de Graduados, solo cinco estudiantes obtuvieron el título de Magíster en Sociología y solo uno logró culminar satisfactoriamente los años de preparación para hacerse acreedor al grado de Doctor en Sociología: Aaron Lipman.
Aunque los títulos de Licenciados/as en Sociología otorgados entre 1963 y 1970 fueron constantes desde el primer año en que se otorgaron, su número fluctuó en un rango de 1 a 20. Cantidad mínima si se tiene en cuenta, por ejemplo, que el número de estudiantes inscritos en 1964 fue de 48.
Guías de cátedra
Los documentos denominados "guías de cátedra" son textos elaborados por los docentes que dictaron cursos teóricos y/o metodológicos en la Facultad de Sociología. En ellos, el contenido del curso denotaba la especialidad del docente y el enfoque puesto en su respectiva materia, asuntos relevantes para reflexionar acerca de los marcos generales y específicos en que se apoyaron para promover el desarrollo de la sociología científica.
Estos documentos permiten relacionar los cursos dictados en la sección teórica, la sección metodológica-práctica, las líneas de especialización -que ya se consolidaban en la Facultad (sociología de la vida urbana, sociología del trabajo, sociología de la familia, sociología rural, sociología médica)- y los conocimientos generales en antropología, psicología, geografía y derecho.
Entre 1960 y 1964 fueron diseñadas 74 guías de cátedra, para los cursos ofrecidos por la Facultad de Sociología en los distintos años de dedicación escolar. Estas guías tenían un formato similar: nombre de la asignatura y del profesor que la elaboraba, seguido de la división de los temas a trabajar y la bibliografía necesaria; solo en algunos casos se incluía la forma de evaluación que aplicaba el docente (tabla 4).
Una muestra del contenido de los cursos permite conocer los enfoques teóricos y/o metodológicos difundidos por los docentes a cargo. En relación con los cursos teóricos, por ejemplo, Tomás Ducay estuvo encargado de los cursos: Humanidades, Introducción a la teoría científica social, Filosofía política, Introducción a la teoría social y Teoría social en sus fuentes. De modo particular, desde este último curso propuso poner en contacto a los estudiantes con grandes pensadores que habían desarrollado temas de carácter sociológico desde un punto de vista contrapuesto: Comte y Marx, bajo la premisa de "evitar cualquier dogmatismo a fin de investigar el origen y evolución del pensamiento de los dos autores en una perspectiva objetiva lo más rigurosa posible" (Facultad de Sociología, 1960-1964). Por su parte, Darío Mesa, docente del curso de Sociología general, se comprometió con el estudio de la obra y el legado de Max Weber, desde una perspectiva teórica opuesta al curso de sociología planteado por Camilo Torres en 1960, que relacionaba a este autor con la obra de Parsons, Economy and society (1958). Para Camilo Torres era relevante vincular y aplicar al estudio de la realidad colombiana conceptos como acción social, orden legítimo, poder y dominación, y racionalidad formal y material de la economía.
Eugene Havens, uno de los docentes avalados por la Fundación Full-bright para el Departamento de Sociología, dictó los siguientes cursos: Fundamentos de derecho y Teorías sociales contemporáneas. Por lo que se conoce de este último curso, su plan de estudios contemplaba: a) base intelectual de la sociología idealista alemana: Kant, Hobbes, Locke, Spinoza y Weber; b) fundamentos de la sociología norteamericana: Ross, Giddings, Sumner y Thomas; c) sociología científica: la Escuela de Chicago, Barnes y Becker; d) fundamentos metodológicos de la teoría de la acción social: Pareto, Durkheim, Dilthey y Parsons; y, e) teorías de rango medio: C. Wright Mills y Merton5. Este plan deja entrever una aproximación al conocimiento social desde una perspectiva amplia y diversificada, que centra la atención en teorizaciones de alcance medio que replantearon el estructural funcionalismo parsoniano.
Carlos Escalante Angulo optó por relacionar la sociología y la antropología a partir del método científico y la ciencia social. Para ello, incluyó las lecturas de John Bennet y Kurt H. Wolff, La sociología y la antropología; George Simpson, El hombre en la sociedad; Gino Germani, La sociología en la América Latina; y Ely Chinoy, Introducción a la sociología.
Jaime Jaramillo Uribe direccionó su curso Relaciones entre la historia y la sociología con base en dos líneas de trabajo: una parte introductoria al conocimiento histórico: Bauer, Introducción al estudio de la historia; Dilthey, Introducción a las ciencias del espíritu; Collingwood, Idea de la historia; Meinecke, El historicismo y su génesis; y una sección que incluyó la relación entre la historia y la sociología desde diferentes enfoques: el estudio de lo social como fenómeno histórico a partir de la obra de H. Freyer, La sociología, ciencia de la realidad; el análisis desde la sociología de la cultura y la sociología del conocimiento en la obra de Karl Mannheim, Ideología y utopía; y el aporte de W. Mills en Imaginación sociológica, que abre la discusión respecto a las controversias entre funcionalistas e historicistas6.
Los cursos de Fals Borda reforzaron y fundamentaron la parte teórica del pénsum, mediante dos cursos: Introducción a la sociología (hombre [ser humano] y sociedad) y Estructura y organización social. En el primero hubo referencias recurrentes tanto a sus propias investigaciones, Campesinos de los Andes, como a las elaboradas por T. Lynn Smith, Sociología de la vida rural (traducido por Nina de Kalada, Buenos Aires, 1960). En la bibliografía de sus cursos era común encontrar diálogos entre autores de la categoría de Emilio Durkheim7, Max Weber, Pitirim A. Sorokin, Huntington Cairns y Vidart, con personalidades nacionales que desde diferentes áreas habían abordado problemáticas sociales: Luis Ospina Vásquez, Luis Eduardo Nieto Arteta, Gerardo Reichel Dolmatoff, Gustavo Pérez Ramírez, Alfonso López Michelsen, Jorge Eliécer Gaitán, Luis López de Mesa, Salvador Camacho Roldán, Alejandro López y Roberto Pineda Giraldo.
Desde esta misma perspectiva, Fals Borda diseñó el curso Estructura y organización social, en el que propuso el estudio del concepto de estructura social: sociedad y cultura, diferencias y relaciones estructurales, niveles de integración, elementos interactivos de la estructura social, retomando nuevamente a Pitirim A. Sorokin, Sociedad, culturaypersonalidad (1960); Robert K. Merton, Teoría socialy estructura social (1960); Lewis Coser, Las funciones del conflicto social (1960); Max Weber "Tipos de dominación" en Sociología del poder editado por Peter Heintz; y C. Wright Mills, La élite del poder (1959). Estas lecturas estuvieron acompañadas por otras de corte histórico descriptivo, como las de Manuel Ancízar, Partidos políticos (s.f.); Roberto Urdaneta Arbeláez, El materialismo contra la dignidad del hombre (1960); Luis López de Mesa, Escrutinio sociológico de la historia colombiana (1956); Rafael Uribe Uribe, El pensamiento social de Uribe Uribe (1960); entre otros.
Respecto a los cursos de carácter metodológico, Arthur Vidich, a partir de Sociología de la comunidad, impartió una sección de métodos de estudio de los investigadores de la comunidad, dividida en tres aspectos: a) las relaciones entre el investigador y su personalidad; b) las relaciones entre el desarrollo intelectual del investigador y su trabajo; y c) las relaciones entre las teorías del investigador y la forma de su trabajo. Del texto de cabecera Reflections on comunity studies (1964), se reseñó en The University of Chicago Press Journals:
Los compiladores [Vidich, Bensmars and Stien] han puesto la atención en lo que ellos han considerado un destacado pero descuidado aspecto de la metodología de la ciencia social, a saber: el rol del investigador en el proceso de investigación. Ellos han recordado que el investigador es un animal social con roles que jugar, necesidades personales que satisfacer, valores personales que realizar. El libro, entonces, trata esencialmente de metodología, pero se enfoca más en consideraciones intelectuales personales que en reflexiones lógicas. (Revista de Servicio Social, 1965, s. p.)
Este curso complementó la propuesta de la clase de metodología, presentada y diseñada por Camilo Torres Restrepo y Andrew Pearse en los primeros años de estudios del sociólogo profesional. Su texto guía fue Elementos de investigación (1958) de Frederick Lamson Whitney. La primera parte del curso estuvo orientada hacia la introducción al método científico: definición de ciencia, pensamiento reflexivo, carácter científico de las ciencias sociales; el problema de investigación: origen del problema, elección y definición del problema; valoración de la investigación: bibliografía activa, la lectura investigadora, la bibliografía pertinente, escogida y comentada; las agendas de procedimiento: el objetivo último y el título, procedimientos, métodos y lecturas, títulos de los capítulos y encabezamiento de los párrafos. La segunda parte comprendió el estudio de los métodos de investigación: a) descriptivo, b) histórico y c) experimental.
Fabio Hernández Díaz colaboró como ayudante de este curso. Ambientado en una discusión más amplia, Hernández incluyó temáticas que abarcaron lecturas de autores como Ernest Cassirer, Ludovico Geymonat, Charles Singer y Salustiano del Campo Urbano. Aunque dedicó parte de su cátedra al estudio de la investigación científica y sus principales modalidades -las mismas trabajadas por Torres y Pearse-, introdujo la investigación de tipo bibliográfico, basado en la obra Técnica de la nota científica de Félix Miranda, a partir de la cual dio apertura al aprendizaje de la elaboración de fichas, ficheros, ordenamiento y catalogación.
Con el profesor Silvio Henao, los alumnos recibieron cursos más específicos de estadística sociológica: el papel de la estadística en la ciencia, la naturaleza de la investigación cuantitativa en sociología, la clasificación de los métodos estadísticos según su función, la presentación de resultados, las tablas estadísticas y la representación gráfica. Por su parte, Everett M. Rogers enfocó el curso de metodología en el diseño experimental mediante modelos de control con diversos tipos de análisis: una variable, dos variables (dependiente e independiente), tres variables (dependiente e independiente con variable de control); y el estudio de aspectos estadísticos de diseños: análisis de varianza (clasificación singular y múltiple), análisis de covarianza y correlación múltiple y parcial.
La anterior descripción de docentes y cursos a cargo da lugar a algunas reflexiones. En primer lugar, de la lista de referencias bibliográficas y de autores citados se observa el deseo de ubicar a la sociología colombiana en la vanguardia de las corrientes teóricas y metodológicas internacionales, desarrolladas durante la posguerra, sobre todo en Estados Unidos. En cuanto al perfil teórico por el que se optó en el Departamento y en la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional, como se sabe, el funcionalismo de Talcott Parsons dominó el escenario teórico hasta entrados los años sesenta y esta institución no fue ajena a su influencia. No obstante, otras fuentes empezaron a tomar fuerza y se posicionaron en un marco conceptual distinto al que ofrecía este sociólogo; por ejemplo la obra de C. W. Mills y sus críticas al sistema parsoniano, por considerarlo estático y conservador. Esta postura coincidió con la teoría del conflicto que se venía desarrollando en Europa, de manos de Darhendorf, aunado al renacer del pensamiento marxista y sus categorías de análisis: desigualdad, conflicto, cambio, poder, disenso, etc. Desde otra esquina, Robert Merton señaló la importancia de abordar procesos empíricos específicos, de alcance medio, que permitieran el conocimiento de temas sustantivos concretos (Picó, 2003).
En segundo lugar, una de las técnicas metodológicas que promocio-naron los docentes fue el survey, que se impuso frente a la observación participante o el estudio de caso, propios de la Escuela de Chicago. Esta herramienta pretendió establecerse como un análisis empírico-analítico cuyo presupuesto teórico era que:
en los comportamientos y las actitudes humanas, se podían encontrar regularidades y concatenaciones causales por debajo de la imprevisible singularidad con la que se desarrollan los acontecimientos individuales y colectivos, y, por otra, un método hipo-tético-deductivo, puesto que su finalidad metodológica no es solo descriptiva sino explicativa y trata de asimilarse a las ciencias de la naturaleza. (Picó, 2003, p. 29)
Este instrumento de trabajo trató de reconstruir objetivamente el comportamiento de los grupos humanos, instituciones, colectivos o dinámicas socioculturales con base en las actitudes de los actores sociales. Su sustento teórico se encuentra en la teoría de la acción social, sin embargo, su intención de formular leyes científicas se limitó a la producción de explicaciones de carácter probabilístico.
Proyecto investigativo y publicaciones
Además de ofrecer formación académica y otorgar títulos profesionales a sus egresados, la Facultad de Sociología tuvo como objetivo la investigación sociológica de fenómenos sociales, que comprendían zonas geográficas rurales y urbanas, bajo el precepto de combinar el análisis de las realidades sociales con una teoría social orientada y cimentada. Para ello, en 1961, se creó la Sección de Investigación Social que posibilitaba la contratación y prestación de asistencia técnica a entidades o personas naturales por fuera de la Universidad y permitía que los estudiantes se vincularan a las investigaciones desarrolladas por sus profesores en la ejecución de trabajo de campo.
A través de esta Sección se facilitó la publicación de los resultados de investigaciones, monografías, boletines de la Facultad y demás escritos científicos, pues dentro de sus objetivos estaba la divulgación nacional e internacional de los valores científicos colombianos dentro de las ciencias sociales.
Bajo esa premisa se buscó satisfacer varios frentes. En primer lugar, llevar la sociología por la senda equilibrada entre la teoría y la investigación empírica, para encontrar los hechos y las evidencias, construir hipótesis de trabajo y desarrollar planteamientos sugerentes para su explicación y comprensión. En segundo lugar, se proveía al estudiante las herramientas metodológicas necesarias para la investigación y se suministraban conceptos que promovieran el análisis a partir de la estimulación de un nuevo lenguaje. Y, en tercer lugar, sus productos investigativos podrían ser el suministro necesario para el desarrollo de una "política nacional realista" que condujera a la solución de los problemas sociales.
Fue por medio de la Sección de Investigación Social que se concluyeron los tres primeros estudios y se redactaron los primeros informes de investigación. El primero de ellos, denominado Subachoque, liderado por Andrew Pearse y Eugene Havens y contratado por la Corporación Autónoma Regional de la Sabana de Bogotá, consistió en la elaboración de un plan de irrigación y de conservación de la tierra en este municipio. Además, se ocupó del análisis de la tecnología agrícola en proceso de cambio, las relaciones de trabajo, los problemas de mercadeo, la estructura y la organización social, la urbanización y la migración. El segundo proyecto, nombrado Empresarios, contó con la colaboración de Aaron Lipman y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Este trabajo se enfocó en el conocimiento de los empresarios de la ciudad, sus actividades, orígenes sociales, nivel de estudio, movilidad social y sus actitudes respecto al progreso, a las relaciones laborales y al gobierno, en general. Y, el tercero, denominado Ferrocarriles, estuvo bajo la dirección de la Facultad de Sociología y los Ferrocarriles Nacionales de Colombia, y consistió en la aplicación de formularios al personal que transitaba la vía Paipa-Bogotá-El Espinal, a quienes se les preguntó por las condiciones de trabajo, la seguridad social, el presupuesto familiar, la vivienda, la recreación, las necesidades y las aspiraciones, las relaciones con la empresa y los sindicatos, las actitudes y los valores.
El tema de la tenencia de la tierra y de la relación entre patrones y obreros, así como de sus características y condiciones laborales peculiares, constituyeron los focos de estudio de los primeros contratos de la Facultad de Sociología. La necesidad de adquirir conocimientos sobre determinados grupos sociales por parte de las entidades públicas y privadas se relaciona con la concepción de desarrollo y modernización que calaba en los líderes políticos y económicos de la época, instados a abrigar modelos de planeación nacional.
Otro de los principales entes de financiación de investigaciones adelantadas por la Facultad de Sociología fueron el Estado colombiano y la Fundación Rockefeller. Esta última contribuyó con la creación de una biblioteca especializada, becas para los graduados, donación de máquinas computadoras IBM y un fondo de investigación para los profesores (Facultad de Sociología, 1959-1961).
Los objetos de estudio que privilegiaron estas instituciones correspondieron, igualmente, con problemáticas sociales contemporáneas, cuyos intereses se vincularon con las áreas de trabajo de los docentes involucrados. En este sentido, pueden destacarse temáticas como: cambios socioculturales en comunidades rurales (Orlando Fals Borda); sistemas educacionales y desarrollo socioeconómico en zonas rurales (Andrew Pearse); estructura y organización de la familia colombiana (Virginia Gutiérrez de Pineda); nivel de vida de la población obrera de Bogotá (Camilo Torres Restrepo); aspectos sociológicos de la investigación universitaria en Bogotá (Robert Williamson); el problema de la violencia en Colombia (Eduardo Umaña Luna y Orlando Fals Borda); e, investigación sobre fuentes bibliográficas en sociología médica, como parte de un manual para la enseñanza de esta materia, así como sobre la definición del rol en enfermería entre estudiantes mujeres de las escuelas y facultades de enfermería de Bogotá, Cartagena, Cali y Medellín (Carlos Escalante Angulo).
Algunos de los docentes de procedencia extranjera que se vincularon a la Facultad de Sociología adelantaron investigaciones en convenio con el Centro de Tenencia de la Tierra de la Universidad de Wisconsin, bajo la contratación de la Agencia Internacional de Desarrollo de los Estados Unidos y en asociación con el Centro de Tenencia de la Tierra en Colombia. Ejemplo de ello fue la investigación desarrollada por D. W. Adams y Eugene Havens, en 1964, titulada "The place of socio-economic research in developing a strategy of change for rural communities: a colombian example". Este trabajo contribuyó a delimitar las funciones de los investigadores y la forma de abordar una problemática social. Para estos autores, el científico social debería: a) agrupar una unidad significativa de análisis; b) ensamblar y clasificar los datos necesarios; c) identificar las áreas problemáticas relevantes, teniendo en cuenta el marco de las metas de la sociedad; d) formular soluciones alternativas para los problemas; e) presentar un criterio válido para seleccionar un problema así como las posibles soluciones; y f) formular una estrategia viable para efectuar la estrategia de cambio seleccionada.
El análisis de datos, la evaluación y el planteamiento de soluciones a la problemática identificada fueron, grosso modo, los pilares que sustentaron las investigaciones de esta época. La pretensión de los nuevos científicos sociales consistía en encontrarse cara a cara con su objeto de estudio, de modo que las reflexiones, explicaciones y propuestas estarían sustentadas en un arduo trabajo de campo metódico y sistemático.
Otro de los frentes en los que la Facultad de Sociología actuó como medio para la puesta en marcha de estudios sociales aplicados y capacitación de un numeroso público fue la participación en proyectos de desarrollo comunitario, en un momento en que la promoción de la acción comunal, enfocada en el fortalecimiento del liderazgo local y del trabajo colectivo, constituyó el eje de trabajo de la política nacional.
La División de Acción Comunal creada dentro del Ministerio de Educación, en 1958, fue trasladada al Ministerio de Gobierno mediante el Decreto n.° 1634 de julio de 1960, sustentada en los siguientes términos: mejorar las condiciones de infraestructura de los establecimientos de enseñanza primaria y secundaria y de asistencia pública, así como construir viviendas populares, carreteras, puentes y caminos veredales que facilitaran la apertura de vías de comunicación ágiles y eficaces; difundir entre la población prácticas de higiene y prevención de enfermedades, así como actividades lúdicas y recreativas que incentivaran una buena convivencia y el desarrollo integral de las personas (Facultad de Sociología, 1963a).
El sistema de la Acción Comunal pretendió unificar los recursos de la comunidad en ambiciosos programas de mejoramiento de las condiciones de vida, bajo la percepción de Colombia como un país subdesarrollado, cuyo principal desequilibrio social era el ritmo del progreso entre los diferentes grupos sociales. En este sentido, se buscó impactar diversos sectores de la población: campesinos, obreros, sacerdotes, maestros, agentes de extensión agropecuaria, alcaldes, agentes de policía, concejales, estudiantes de primaria, secundaria y normalistas, universitarios, supervisores escolares, enfermeras, miembros del ejército, inspectores de policía y corregidores.
La Facultad de Sociología actuó como garante de este tipo de proyectos: organizó cursos de entrenamiento en cooperativismo, cursos para dirigentes sindicales y para auxiliares de jueces menores, además de gestionar el primer seminario interuniversitario de desarrollo de la comunidad, que se llevó a cabo en Bogotá, entre el 27 y 29 de septiembre de 1960. Veinte fueron las delegaciones universitarias que asistieron a este seminario, la mayoría de ellas de la ciudad de Bogotá (doce) y las demás de regiones descentralizadas del país: Medellín, Valle del Cauca, Tolima y Santander. La Universidad, entendida como centro de enseñanza superior de alto impacto en la sociedad, buscó colaborar en los programas de Acción Comunal, pues como definieron los coordinadores de este evento, Orlando Fals Borda, Camilo Torres Restrepo, Jaime Quijano Caballero y Andrew Pearse:
la universidad debe preocuparse por el entrenamiento de sus alumnos, por la investigación científica y por la práctica experimental; y no de cualquier manera sino en conexión directa con la realidad nacional [...]. La Acción Comunal ha sido considerada como uno de los medios técnicos más eficaces para solucionar los problemas inherentes al subdesarrollo. (Facultad de Sociología, 1960b, p. 2)
Implícita o no, la apuesta por la configuración de profesionales calificados, con capacidad de ejecutar investigación social y adquirir el hábito de la experimentación en campo fue el mensaje que se difundió en las reuniones con representantes de otros centros universitarios.
Además de esta vinculación con el programa de Acción Comunal, la Facultad de Sociología se integró a la política de la reforma agraria, a partir de un contrato celebrado entre el Departamento de Investigaciones de la Facultad y el Instituto Colombiano de Reforma Agraria (Incora)8. Con este convenio, estudiantes de la carrera de sociología tuvieron la posibilidad de participar en la aplicación de 400 formularios que serían diligenciados con los campesinos de la región de Cunday (en el departamento del Tolima), como parte del plan piloto n.° 1 del Incora sobre reparto de parcelas.
Para esta investigación se aplicaron dos tipos de formularios. Uno dirigido a líderes o individuos conocedores de datos generales sobre precios de determinados artículos en los mercados de la región, costo de los diferentes cultivos y precio aproximado de la tierra. El otro estuvo enfocado en la totalidad de los campesinos, indagaba sobre el nivel general de vida (salario), la tenencia de la tierra (propiedad, contratos de trabajo), el nivel técnico en la agricultura (instrumentos y herramientas usadas, cantidad, clase) y formas de cultivos (clase y cantidad sembrada en cada uno de ellos). Aunado a esto, se indagaba sobre algunos aspectos culturales como el nivel educativo y la vivienda, así como la vinculación con instituciones crediticias como la Caja Agraria.
Consideraciones finales
Se ha presentado una exposición detallada de los contenidos teóricos y metodológicos bajo los cuales se formaron las primeras generaciones de sociólogos egresados de la Universidad Nacional de Colombia, sede Bogotá, lo que permite señalar que la perspectiva sobre la que se fundamentó dicho habitus partió de diversos puntos de vista conceptuales y temáticos. De acuerdo con Carlos Escalante Angulo,
En Colombia, inclusive el análisis funcionalista propiamente dicho no existió, no hubo una aplicación de los conceptos básicos del funcionalismo a la comprensión de fenómenos colombianos. Más bien hubo críticas al funcionalismo en la Facultad de Sociología. Al funcionalismo lo criticaron mucho, sin una comprensión del alcance y los límites de la concepción funcionalista de la sociedad. Fíjate que Merton no se estudió a fondo en sus raíces conceptuales y sistemáticas. Parsons, tampoco. Y muchos otros sociólogos tampoco fueron cultivados con profundidad, porque había una cierta reticencia respecto a esto. (Angulo, 2011, s. p.)
Fue tan variado y disperso el énfasis que se pretendió imponer desde la Facultad de Sociología, que cada docente contratado dictaba el tema de su especialidad sin preocuparse si estaba en consonancia, o no, con lo enseñado por sus colegas. La diversidad del grupo de académicos e intelectuales que vino a reforzar la formación del sociólogo colombiano conllevó una ramificación de marcos epistemológicos que no se pudieron consolidar en los años que determinan su proceso fundacional. Sin embargo, sí constituyeron el paso hacia el afianzamiento de futuras líneas de investigación.
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