Arreglos multiescalares en la producción de la ciudad financiarizada. Estudio del megaproyecto Centralidad Sur del Valle de Aburrá
Multi-scale arrangements in the production of the financialized city. Study of the Centralidad Sur del Valle de Aburrá megaproject
Arranjos multiescalares na produção da cidade financeirizada. Estudo do megaprojeto Centralidad Sur del Valle de Aburrá
DOI:
https://doi.org/10.15446/rcep.v10n1.103229Palabras clave:
financiarización, megaproyecto urbano, planeación urbana, gobernanza, Valle de Aburrá (es)financialization, urban megaproject, urban planning, governance, Valle de Aburrá (en)
financeirização , megaprojeto urbano, planejamento urbano, governança, Valle de Aburrá (pt)
El artículo analiza el desarrollo del megaproyecto Centralidad Sur del Valle de Aburrá, en la región metropolitana de Medellín, Colombia, como una gran intervención en el marco de la financiarización de la producción urbana. Para ello, se tienen en cuenta tres aspectos: 1) los condicionantes históricos y normativos; 2) las estrategias espaciales de los agentes de la industria financiera-inmobiliaria; y 3) el esquema de gobernanza multiescalar. En ese sentido, se identifica una alta centralidad y capacidad de dirección de los agentes financieros en la industria inmobiliaria, y la formación de frentes localizados de inversión y valorización como estrategia de acumulación. La superposición de normas metropolitanas y municipales generan un esquema de gobernanza que fomenta los canales informales de negociación de estas estrategias con las administraciones locales y los propietarios del suelo. Esta dinámica explica la simultaneidad de cambios morfológicos contradictorios (dispersión y densificación) y los aparentes retrasos del megaproyecto.*
* Este artículo presenta algunos resultados de la investigación titulada ¿Hegemonía financiera? Financiarización y producción de espacios de centralidad urbana. El caso de la Centralidad Sur Metropolitana del Valle de Aburrá, desarrollada por el autor en el marco de la Maestría en Estudios Socioespaciales del Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de Antioquia.
The article analyzes the development of the megaproject “Centralidad Sur del Valle de Aburrá” in the metropolitan region of Medellín, Colombia, as a major intervention within the framework of urban production financialization. To do so, it considers three aspects: 1) historical and normative constraints; 2) spatial strategies of financialreal estate agents; and 3) the multiscalar governance scheme. En that sense, a high centrality and directing capacity of financial agents in the real estate industry is identified, as well as the formation of localized fronts of investment and valorization as an accumulation strategy. The overlap of metropolitan and municipal regulations generates a governance scheme that promotes informal channels of negotiation for these strategies with local administrations and landowners. This dynamic explains the simultaneity of contradictory morphological changes (dispersion and densification) and the apparent delays of the megaproject.**
** This article presents some results of the research titled “¿Hegemonía financiera? Financiarización y producción de espacios de centralidad urbana. El caso de la Centralidad Sur Metropolitana del Valle de Aburrá”, developed by the author within the framework of the Master's in Socio-spatial Studies at the Instituto de Estudios Regionales of Universidad de Antioquia.
O artigo analisa o desenvolvimento do megaprojeto Centralidad Sur del Valle de Aburrá, na região metropolitana de Medellín, Colômbia, como uma grande intervenção no marco da financeirização da produção urbana. Para isso, três aspectos são considerados: 1) os condicionantes históricos e normativos; 2) as estratégias espaciais dos agentes do setor financeiro-imobiliário; e 3) o esquema de governança multiescalar. Nesse sentido, identifica-se uma alta centralidade e capacidade de gestão dos agentes financeiros do setor imobiliário, e a formação de frentes localizados de investimento e valorização como estratégia de acumulação. A sobreposição de regulamentações metropolitanas e municipais gera um esquema de governança que promove canais informais para negociar essas estratégias com as administrações locais e proprietários de terras. Essa dinâmica explica a simultaneidade de mudanças morfológicas contraditórias (dispersão e adensamento) e os aparentes atrasos do megaprojeto.***
*** Este artigo apresenta alguns resultados da pesquisa intitulada “¿Hegemonía financiera? Financiarización y producción de espacios de centralidad urbana. El caso de la Centralidad Sur Metropolitana del Valle de Aburrá”, desenvolvido pelo autor no marco do Mestrado em Estudos Socioespaciais do Instituto de Estudios Regionales da Universidad de Antioquia.
Arreglos multiescalares
en la producción de la ciudad financiarizada. Estudio
del megaproyecto Centralidad Sur del Valle de Aburrá
Santiago Vélez Villegas. Magíster en Estudios Socioespaciales y
sociólogo de la Universidad de Antioquia, sede Medellín. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2459-9797N
Correo electrónico: Santiago.velez6@udea.edu.co
Recibido: 17 de junio 2022 |
Aceptado: 15 de diciembre de 2022 |
Publicado: 14 de noviembre de 2023 |
Resumen
El artículo analiza el
desarrollo del megaproyecto Centralidad Sur del Valle de Aburrá, en la región
metropolitana de Medellín, Colombia, como una gran intervención en el marco de
la financiarización de la producción urbana. Para
ello, se tienen en cuenta tres aspectos: 1) los condicionantes históricos y
normativos; 2) las estrategias espaciales de los agentes de la industria
financiera-inmobiliaria; y 3) el esquema de gobernanza multiescalar. En ese
sentido, se identifica una alta centralidad y capacidad de dirección de los
agentes financieros en la industria inmobiliaria, y la formación de frentes
localizados de inversión y valorización como estrategia de acumulación. La
superposición de normas metropolitanas y municipales generan un esquema de
gobernanza que fomenta los canales informales de negociación de estas
estrategias con las administraciones locales y los propietarios del suelo. Esta
dinámica explica la simultaneidad de cambios morfológicos contradictorios
(dispersión y densificación) y los aparentes retrasos del megaproyecto.*
Palabras-clave: financiarización,
megaproyecto urbano, planeación urbana, gobernanza, Valle de Aburrá.
Multi-scale
arrangements in the production of the financialized city. Study of the Centralidad Sur del Valle de Aburrá
megaproject
Abstract
The
article analyzes the development of the megaproject “Centralidad
Sur del Valle de Aburrá” in the metropolitan region
of Medellín, Colombia, as a major intervention within the framework of urban
production financialization. To do so, it considers three aspects: 1)
historical and normative constraints; 2) spatial strategies of financial-real
estate agents; and 3) the multi-scalar governance scheme. En that sense, a high
centrality and directing capacity of financial agents in the real estate
industry is identified, as well as the formation of localized fronts of
investment and valorization as an accumulation strategy. The overlap of
metropolitan and municipal regulations generates a governance scheme that promotes
informal channels of negotiation for these strategies with local
administrations and landowners. This dynamic explains the simultaneity of
contradictory morphological changes (dispersion and densification) and the
apparent delays of the megaproject.**
Keywords:
financialization, urban megaproject, urban planning, governance, Valle de Aburrá
Arranjos
multiescalares na produção da cidade financeirizada. Estudo do megaprojeto Centralidad
Sur del Valle de Aburrá
Resumo
O
artigo analisa o desenvolvimento do megaprojeto Centralidad
Sur del Valle de Aburrá, na região metropolitana de Medellín, Colômbia, como
uma grande intervenção no marco da financeirização da produção urbana. Para
isso, três aspectos são considerados: 1) os condicionantes históricos e
normativos; 2) as estratégias espaciais dos agentes do setor
financeiro-imobiliário; e 3) o esquema de governança multiescalar.
Nesse sentido, identifica-se uma alta centralidade e capacidade de gestão dos
agentes financeiros do setor imobiliário, e a formação de frentes localizados
de investimento e valorização como estratégia de acumulação. A sobreposição de
regulamentações metropolitanas e municipais gera um esquema de governança que
promove canais informais para negociar essas estratégias com as administrações
locais e proprietários de terras. Essa dinâmica explica a simultaneidade de
mudanças morfológicas contraditórias (dispersão e adensamento) e os aparentes
atrasos do megaprojeto.***
Palavras-chave:
financeirização, megaprojeto urbano, planejamento urbano, governança, Valle de Aburrá.
Introducción
La producción del ambiente urbano en el siglo XXI está marcada por el
papel cada vez más determinante del capital financiero (Aalbers,
2020). La financiarización de la producción de la
vivienda y de la ciudad en general es un proceso determinante a escala global,
y resulta un marco de análisis valioso para entender la manera en que se está
reconfigurando las ciudades latinoamericanas (Santana et al., 2021). En ese marco, el análisis de los megaproyectos
urbanos, como un formato de producción del ambiente construido, adquiere
especial relevancia (Kennedy et al., 2014).
Estas grandes intervenciones tienen una enorme importancia en América Latina
debido a la tendencia regional hacia el redesarrollo y el “crecimiento hacia
adentro de las ciudades” (Vergara Constela, 2013), lo que ha llevado a que los
megaproyectos de este tipo sean más frecuentes y de mayor tamaño en la región.
Estudios sobre la materia han encontrado impactos
significativos de los megaproyectos en la estructura urbana y las condiciones
de vida de los habitantes de sus zonas de influencia (Rolnik,
2015). Estos efectos están condicionados por el tipo de agentes involucrados,
las estructuras de gobernanza y el papel que asumen agentes clave de la
industria financiera-inmobiliaria (Guironnet y Halbert, 2014; Theurillat et al., 2014). Este artículo utiliza
este marco conceptual para analizar críticamente un megaproyecto cuyas
características son muy apropiadas para estudiar los esquemas de gobernanza y
las dinámicas políticas multiescalares que caracterizan la producción actual de
estas grandes intervenciones urbanas.
En el 2007, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá
(AMVA), la autoridad encargada de la planeación a escala metropolitana de
Medellín y sus municipios aledaños, en Colombia, comenzó a formular un
megaproyecto de renovación urbana llamado Centralidad Sur Metropolitana, el
cual se localiza en el extremo sur de la aglomeración metropolitana (figura 1).
El objetivo era desarrollar una gran operación de renovación urbana en un
polígono de 362 hectáreas, en el que predominaban las plantas industriales y bodegas,
para orientarlo hacia ocupaciones de mayor densidad en vivienda, comercio y
servicios de alto valor. El polígono de Centralidad Sur se extiende por el
territorio de cuatro de los diez municipios que componen el AMVA: Envigado,
Itagüí, Sabaneta y La Estrella. Este megaproyecto se enmarca en el proceso de
transformación urbana de Medellín y sus municipios circundantes (en adelante,
el Valle de Aburrá), marcado por la desindustrialización de su base productiva,
los grandes proyectos de renovación urbana y una activa política de marketing de ciudad para promover la
narrativa de su transformación (Betancur y Montoya, 2014; Zapata-Cortés, 2017).
Figura 1. Localización de la Centralidad Sur en
el Valle de Aburrá
Fuente: elaboración propia (2022)
El proyecto Centralidad Sur se formuló como respuesta
a una serie de problemáticas y potencialidades percibidas por la administración
metropolitana (AMVA, 2010). Entre las primeras se encontraban: la obsolescencia
y el alto impacto ambiental de la industria asentada en la zona, el agotamiento
del suelo para la expansión urbana y el crecimiento disperso de la ciudad hacia
las laderas del Valle, lo que afectaba su estructura ambiental. Entre las
potencialidades, se destacaba la excelente dotación en redes de servicios
públicos, vías y transporte en la zona aledaña al río donde se ubica el
polígono del megaproyecto, y el alto valor potencial del suelo históricamente
dedicado a usos industriales. El objetivo era claro: frenar la expansión del
borde urbano volcando el desarrollo inmobiliario hacia la zona central del
Valle, renovando el espacio “subutilizado” por los usos industriales, y creando
una centralidad dinámica que atrajera nuevas inversiones y visitantes.
El proyecto aspiraba a una acción conjunta entre la
administración púbica y la iniciativa privada. La administración pública
modificaría las regulaciones relativas a los usos y densidades del suelo e
implementaría una serie de “proyectos impulsores” que sentarían las condiciones
para la acción del mercado inmobiliario. Esos “proyectos impulsores” incluían
un gran parque lineal en la ribera occidental del río Aburrá, una serie de
nuevos desarrollos viales, un centro cultural y un centro de formación empresarial.
A pesar de las altas expectativas generadas por la
Centralidad Sur, han pasado más de diez años desde su formulación y sus efectos
sobre la zona de intervención son apenas perceptibles: los “proyectos
impulsores” no se han iniciado, el uso del suelo sigue siendo predominantemente
industrial y la tendencia a la expansión urbana hacia las laderas, lejos de
frenarse, se ha acentuado. Ante esta realidad, el megaproyecto ha sido
reevaluado y reformulado por el AMVA, y ha sido objeto de algunos análisis
académicos. El hecho de que no se hayan cumplido los tiempos y desarrollos
inicialmente planteados ha suscitado distintas propuestas de explicación. Esas
explicaciones se han centrado en fallas en el modelo de gestión del
megaproyecto debido a la ausencia de una entidad encargada de la gerencia y
dirección de este, citando ejemplos de otros proyectos similares como el de
Parques del Río Medellín (Vélez, 2018). También se han presentado argumentos
relacionados con la falta de información e incentivos claros o suficientes a
los inversionistas inmobiliarios que permitan agilizar los procesos de
licenciamiento para el cambio de usos del suelo.[1]
Finalmente, se ha señalado el incumplimiento de las administraciones
municipales en la implementación de las normas de usos y densidades
contempladas en el modelo de ocupación previsto (Zambrano, 2019).
Este conjunto de explicaciones resulta insuficiente
para dar cuenta de la situación del megaproyecto y de sus efectos sobre la zona
urbana circundante. Por un lado, se evidencia un gran dinamismo de la industria
inmobiliaria en el Sur del Valle de Aburrá durante los años de estancamiento de
la Centralidad Sur (Santana et al.,
2021), lo que no se vio reflejado en un avance del proyecto. Por otro lado,
ninguna de estas explicaciones contempla un análisis de los agentes vinculados
al megaproyecto y a la manera en que se vinculan con la industria inmobiliaria
y con las estructuras del gobierno urbano, dejando su valoración en un plano
muy superficial y exclusivamente en la escala local.
Es necesario valorar el caso de la Centralidad Sur en
un contexto global y regional de la producción financiarizada
de ciudad, considerando el tamaño del proyecto, sus posibles impactos y su
relación con la estrategia y el modelo de ocupación metropolitano. Esto lo
convierte en un asunto relevante de estudio y análisis profundo. Los resultados
presentados en este artículo son el producto de una investigación que busca una
visión alternativa, basada en el análisis de las estrategias espaciales de
acumulación y legitimación entre agentes con distintas escalas de actuación. En
lugar de centrarse en la demora de los resultados esperados, se propone
identificar los agentes relevantes, su marco de actuación y los resultados
espaciales de sus estrategias en un contexto más amplio.
Se parte de la premisa de que, para entender la
Centralidad Sur como proyecto, es necesario investigar la producción de espacio
de centralidad como proceso. En este artículo, se utiliza la categoría de
centralidad urbana en un sentido más amplio que admite la configuración de
diferentes centralidades urbanas, reconocidas o no de manera oficial en la
planeación del macroproyecto: centralidades como nodos (espacios de
confluencia) y como referentes (espacios de representación). El énfasis no está
en la centralidad en sí misma, sino en el proceso de producción de espacios de
centralidad.
La estrategia metodológica se describe en el siguiente apartado.
Posteriormente, se presentan los resultados divididos en tres ejes temáticos:
1) el contexto histórico y normativo de la Centralidad Sur, que incluye los
sistemas de reglas entendidos como marcos de actuación de los agentes, en los
términos de Zunino (2002); 2) las estrategias de acumulación de la industria
inmobiliaria; y 3) el esquema de gobernanza multiescalar. Finalmente, en las
conclusiones, se recapitulan los principales hallazgos y sus implicaciones,
para el presente y futuro de la ‘Centralidad Sur’, así como para futuras
investigaciones sobre megaproyectos urbanos.
Metodología
Para comprender la producción de los espacios de centralidad urbana de
manera integral, es necesario recurrir a diversas fuentes que permitan
contrastar distintos niveles de la producción del espacio urbano: la producción
material del espacio construido, la producción de los referentes simbólicos de
la centralidad y la producción de los espacios de experiencia. Esto implica
considerar la forma de identificar y sistematizar la información sobre
prácticas espaciales, instrumentos de ordenamiento y representaciones del
espacio urbano. Para ello, se optó por un diseño mixto, adaptado para
levantamiento de información desde la virtualidad debido a las limitaciones
impuestas por la pandemia de la COVID-19. En cuanto al contexto histórico y
normativo de la Centralidad Sur, se recurrió a la revisión de fuentes
secundarias, incluyendo la normativa vigente, documentos oficiales de
planeación (informes, planes de ordenamiento territorial, planes parciales),
producción académica sobre el tema, notas en medios de comunicación y
publicaciones especializadas. Entre estas últimas, destaca la revista Construyendo Noticias, medio oficial de
los gremios de la industria inmobiliaria local. Se aplicaron técnicas de
análisis de contenido y análisis crítico del discurso a la información
recopilada de estas fuentes.
La investigación de las estrategias de acumulación de
la industria inmobiliaria implicó llevar a cabo un ejercicio de análisis
cartográfico. Para identificar las tendencias y patrones espaciales de la
industria inmobiliaria en la zona de estudio, se utilizó la base de datos
Coordenada Urbana, un censo de edificaciones residenciales y no residenciales,
de todos los destinos y usos, elaborado por la Cámara Colombiana de la
Construcción (Camacol). Esta base de datos georreferencia los proyectos de
construcción y asocia a ellos datos relevantes, como la empresa constructora,
el banco que financia el proyecto, la entidad fiduciaria que administra los
recursos, el número de unidades construidas, las fechas de inicio y terminación
de la obra, entre otros (Camacol, s. f.).
Se realizó un ejercicio cartográfico para describir y
analizar la distribución de los distintos agentes y tipologías constructivas,
así como las tendencias temporales de la dinámica inmobiliaria. Para ello, se
complementó la información georreferenciada con información geográfica
proporcionada por el AMVA y por las alcaldías municipales, que incluye las
densidades de vivienda permitidas y reales, los usos del suelo predominantes,
los planes parciales implementados, así como los polígonos de planeación del macroproyecto
y la cartografía asociada al modelo de ocupación propuesto.
A partir de la base de datos Coordenada Urbana, se
estableció una matriz de relaciones entre agentes clave de la industria
inmobiliaria: bancos, fiduciarias y empresas promotoras-constructoras. Tomando
como referencia el número de unidades de vivienda construidas, se esquematizó
el flujo de recursos entre los distintos agentes de la industria inmobiliaria a
través de un conjunto de diagramas de flujo de Sankey.
Adicionalmente, se elaboró una red de relaciones entre los agentes mencionados
para identificar el nivel de centralidad y la estructura general de la red,
mediante la herramienta Onodo. Se complementó esta
red con información sobre relaciones de propiedad accionaria entre los
distintos agentes, obtenida a partir de información de acceso público de las
empresas involucradas. El valor analítico de esta herramienta se presentará en
el apartado de resultados.
Para la revisión de la estructura de gobernanza multiescalar en torno al
megaproyecto se acudió a fuentes primarias y secundarias. Entre las fuentes
primarias se incluyen seis entrevistas realizadas a dos dirigentes gremiales
del sector empresarial asentado en la zona, dos funcionarios del AMVA y dos
profesionales de planeación que participaron en el proceso de formulación de la
Centralidad Sur. Las fuentes secundarias, por su parte, comprenden las normas
de planeación y los documentos de diagnóstico, formulación y ajuste del
megaproyecto, así como los medios de comunicación ya mencionados.
Resultados
Condicionantes históricos
y normativos del megaproyecto
La formulación de la Centralidad Sur se enmarca en un contexto de
terciarización de la economía urbana regional, en el que los sectores
financieros y de construcción han experimentado el mayor crecimiento en las
últimas décadas en el Valle de Aburrá (Cámara de Comercio de Medellín para
Antioquia, 2011). Este proceso se suma a la desindustrialización del Valle, que
fue uno de los centros industriales más importantes de Colombia en la segunda
mitad del siglo XX. Con la apertura económica de corte neoliberal en 1990, se
aceleró la reubicación de las plantas industriales de mayor escala, las cuales
se trasladaron hacia los ejes de conectividad nacional e internacional del
Valle de Aburrá. Algunas se relocalizaron en los extremos norte (en la vía
hacia el puerto de Cartagena) y sur (en la vía al puerto de Buenaventura),
mientras que otras se ubicaron en el eje oriente-occidente, en las autopistas
Medellín-Bogotá (oriente antioqueño) y en la Vía al Mar que conecta hacia el
occidente con el golfo de Urabá y los puertos en construcción. Estos cambios
han dejado terrenos urbanos disponibles para el desarrollo de proyectos
inmobiliarios.
En respuesta a las transformaciones de la matriz
productiva de la región metropolitana, y en cumplimiento del nuevo marco
normativo establecido en la Constitución Política de Colombia de 1991 y las
leyes que la desarrollan, el AMVA elaboró un conjunto de planes estratégicos
desde finales de los años noventa y de manera periódica para el ordenamiento de
la economía y del desarrollo urbano. Estos planes pueden considerarse
respuestas espaciales a las crisis económicas, políticas y sociales de la
ciudad y la región en las últimas tres décadas. La combinación de estas normas
de planeación y la reconfiguración del capital regional ha creado las
condiciones normativas, políticas y económicas necesarias para un nuevo
“arreglo espacial” (Harvey, 2001).
En cuanto a la visión del espacio urbano, los planes
se centran en contener la expansión hacia las laderas y redesarrollar
el corredor central del río Aburrá, así como conectar con los valles aledaños
del Cauca y San Nicolás. El modelo de “ciudad compacta” y el “urbanismo de
proximidad” son referentes simbólicos importantes que justifican grandes
inversiones públicas en la habilitación de suelos aledaños al río para
proyectos inmobiliarios privados y espacio público (AMVA, 2019). Los planes
metropolitanos más recientes hacen un mayor énfasis en los macroproyectos,
incluidas las centralidades, como intervenciones estratégicas para la
consolidación de este modelo de ciudad. La Centralidad Sur es solo una parte de
la serie de intervenciones planificadas en el corredor del río Aburrá. La de
mayor avance, Parques del Río Medellín, se ha convertido en un referente del marketing internacional de la ciudad.
La Centralidad Sur Metropolitana fue propuesta
inicialmente en el 2007 y formulada por el AMVA en el 2010. En el año 2017, en
vista del lento e insuficiente avance en su aplicación, se inició un proceso de
revisión y ajuste. El Acuerdo 18 de 2010 define tres componentes definidos como
norma metropolitana: 1) un sistema de redes; 2) una política de localización de
actividades; y 3) un modelo compacto de ciudad. En conjunto, estos componentes
orientan la transformación de la ocupación actual mediante el cambio de usos de
suelo, de industria a vivienda y comercio-servicios, y la densificación e
integración predial para configurar unidades de actuación atractivas y
rentables para inversionistas inmobiliarios, lo que resulta en un conjunto de
planes parciales propuestos. Además, se complementa con un grupo de proyectos
inductores: un megaparque, conexiones viales,
extensión de la línea del Metro y un centro de desarrollo empresarial. A la
fecha sólo se ha avanzado en la extensión del Metro y las conexiones viales,
mientras que la reformulación del año 2017 redujo significativamente los demás
proyectos inductores.
En este punto, se hace importante aclarar la
naturaleza jurídica del macroproyecto y la manera en que condiciona a los
agentes al definir reglas de posición, autoridad y alcance. Es necesario saber
quiénes participan en la toma de decisiones, qué acciones desarrollan los
agentes en cada posición y qué resultados del proceso pueden afectar (Zunino,
2002, p. 111). El AMVA es una autoridad administrativa supra-municipal con jurisdicción en temas de
ambiente, transporte y planeación. Actúa como agente aglutinador de las
administraciones municipales, quienes conservan autonomía para definir sus
normas de ordenamiento territorial. En este esquema, ha sido clara la
preeminencia de Medellín, el municipio núcleo, en la agenda de desarrollo y en
el contenido de la planeación metropolitana. La Alcaldía de Medellín, a través
del AMVA, ha sido un agente clave en la difusión del modelo de ordenamiento
funcional y en esa reconfiguración por su relación con los capitales
hegemónicos de la región (Franz, 2018) y por la facultad del alcalde de
Medellín de nombrar al director del AMVA.
La Centralidad Sur es un proyecto que desarrolla unas directrices
metropolitanas de obligatorio cumplimiento para los municipios, consignadas en
una norma superior que al momento de la escritura es el Plan Estratégico
Metropolitano de Ordenamiento Territorial (Pemot)
(AMVA, 2019). Sin embargo, debido a que la ley colombiana contempla la
autonomía municipal en el ordenamiento territorial, el proyecto de Centralidad
Sur no define directamente asuntos relativos a usos del suelo o densidades,
sino que establece lineamientos generales para las normas municipales.[2]
Finalmente, es en los Planes de Ordenamiento Territorial (POT) a nivel
municipal donde se establece la normativa detallada y de obligatorio
cumplimiento para los promotores inmobiliarios. Como resultado, si bien las
normas locales son aprobadas por los concejos municipales elegidos por los
ciudadanos, los lineamientos metropolitanos que condicionan esas normas locales
son definidos por una autoridad administrativa ajena a todo control de la
ciudadanía. Queda claro, entonces, que el sentido que determina el megaproyecto
es amplio y multiescalar, tanto en su dimensión normativa como en su contexto
sociopolítico. Es ese marco normativo el que informa la toma de decisiones de
la industria inmobiliaria, cuya dinámica se presenta a continuación.
Estrategias espaciales de
los agentes de la industria financiera-inmobiliaria
Este análisis se enfoca en tres grupos de agentes: las empresas
constructoras, las fiduciarias y los bancos. En cuanto a las primeras, el
mercado inmobiliario del Valle de Aburrá sigue siendo operado casi en su
totalidad por empresas originarias de la región metropolitana, sin
participación de constructoras internacionales en la producción de
edificaciones. En los cuatro municipios de influencia de la Centralidad Sur,
las empresas con más proyectos y unidades construidas son originarias de la
región metropolitana, en su mayoría fundadas por familias de la burguesía
regional. El análisis del censo de obras indica que las formas de actuación de
todas las empresas constructoras no son idénticas, sino que responden a
decisiones de inversión que en su conjunto configuran patrones espaciales en la
distribución y los formatos de las edificaciones que producen. Las empresas
constructoras más grandes tienden a construir proyectos de más de 150 viviendas
y a especializarse en las zonas de clase media-alta consolidadas y las de
expansión urbana. En contraste, las empresas más pequeñas y los constructores
particulares tienden a edificar proyectos de pocas unidades, generalmente en
los cascos urbanos consolidados de los cuatro municipios. Las fronteras
municipales actúan como categorizaciones del espacio urbano, mientras que las
zonas diferenciadas para la construcción suelen concentrarse dentro del mismo
municipio.
Por ejemplo, ha habido una concentración importante de
la actividad edificadora en las últimas dos décadas en el municipio de
Sabaneta, así como en las zonas de expansión urbana de Envigado, Itagüí y La
Estrella, además de los cascos urbanos consolidados de los cuatro municipios.
Los volúmenes de construcción de viviendas han sido mayores en Sabaneta y
Envigado que en Itagüí, con evidencias de diferenciación en los formatos de
producción de vivienda. Es clara la tendencia a concentrar las inversiones en
las zonas de mayor consolidación y prestigio, con un patrón de concentración
sobre los principales ejes viales en sentido oriente-occidente y sur-norte. En
todo caso, son muy pocos los proyectos de vivienda dentro del polígono del
megaproyecto.
Después de examinar los patrones de localización y los
formatos constructivos de las 15 mayores constructoras, que reportan más de la
mitad del total de unidades construidas, es posible clasificarlas atendiendo a
tres factores señalados por Santana et
al. (2021): 1) las escalas de la producción habitacional (volúmenes
edificados), 2) las escalas sociales de actuación (segmentos del mercado de
vivienda) y 3) las escalas espaciales de acción (extensión territorial). De
esta manera, se definen los tres grupos de empresas, representados en la figura
2, con la distribución de los proyectos de cada grupo y el polígono de la
Centralidad Sur:
·
Grupo A: Grandes empresas con alcance
nacional y posición destacada en el mercado metropolitano. Se caracterizan por
proyectos de gran volumen concentrados en pocas zonas de alto valor del suelo
(Constructora Capital, Arquitectura y Concreto, Coninsa
Ramón H y Conaltura).
·
Grupo B: Grandes empresas de alcance y
relevancia regional. Se caracterizan por proyectos de gran volumen distribuidos
en frentes consolidados de desarrollo inmobiliario y en zonas de nuevos
desarrollos de expansión del perímetro urbano (Acierto Inmobiliario, Bienes y
Bienes, Ménsula, Soluciones Civiles).
·
Grupo C: Empresas con alcance y
destacada presencia local. Se caracterizan por proyectos de mediano y pequeño
volumen distribuidos en frentes consolidados de desarrollo inmobiliario y en
zonas de nuevos desarrollos de expansión del perímetro urbano (Centro Sur,
Vértice, Monarca, Arconsa, Erraga,
Villa Paula).
Figura 2. Mapa de los proyectos de vivienda por
grupos de empresa
Fuente: elaboración propia con datos de
Coordenada Urbana (2022).
Existe una desigualdad importante en el número de
unidades edificadas por las distintas empresas constructoras, con la mayor de
ellas concentrando el 9 % de las unidades en el período analizado. Las fases de
financiación bancaria e intermediación fiduciaria están aún más concentradas,
la mayor fiduciaria intermedia en el 32.2 % de las unidades, y el mayor banco
financia el 37.8 % de estas. En estas fases hay menos agentes, que en general
tienen un mayor tamaño, como se evidencia en el flujo de recursos, medido a
partir del número de unidades financiadas/construidas (figura 3). Son también
estos agentes financieros quienes tienen mayores conexiones con los mercados y
flujos globales de capital, tema que se desarrollará más adelante.
Figura 3. Flujo de recursos entre
bancos, constructoras y fiduciarias
Fuente: elaboración propia con
datos de Coordenada Urbana (2022).
El flujo de recursos y las posiciones relativas de los
agentes financieros demuestran que existe un predominio del principal
conglomerado financiero regional. La mayoría de las constructoras,
especialmente las más grandes, se financian mayoritariamente a través de
Bancolombia, mientras que su vinculación con las fiduciarias está menos
concentrada. La mayor parte de los recursos manejados por fiduciarias de los
grandes conglomerados financieros provienen de la financiación otorgada a las
constructoras por sus bancos asociados.
En el Aburrá Sur operan seis conglomerados financieros: gea, Aval,
Bolívar, Itaú-Corpbanca, Colpatria-Scotiabank y BBVA.
De los siete mayores conglomerados de Colombia, medidos por activos, el único
ausente es GNB Sudameris, controlado por la familia Gilinsky,
quienes mantienen una marcada rivalidad con el GEA (Suárez, 2021). A través de
las estructuras de propiedad de estos conglomerados, se verifica una importante
presencia de capitales internacionales, ya sea bajo la forma de fondos de
inversión que controlan parte de las acciones de los bancos y fiduciarias, o
bajo el control directo de sus subsidiarias, como sucede con Itaú-Corpbanca, BBVA y Colpatria-Scotiabank. También hay una
participación significativa de los fondos de pensiones privados, especialmente
Porvenir y Protección, en la estructura de propiedad del conjunto de las
empresas revisadas.
En síntesis, puede observase que los distintos agentes
de la industria inmobiliaria tienen escalas y estrategias de actuación
diferenciadas según la fase de la cadena en la que participan y su nivel de
participación y control del mercado. Los bancos y fiduciarias determinan sus
actuaciones según el tamaño, trayectoria y propiedad de las empresas
constructoras a las que financiaron, pero los proyectos financiados o
administrados por ellos no presentan patrones de concentración espacial
evidentes. Las constructoras, en cambio, tienden a crear focos de inversión
concentrados en secciones de la ciudad. Esta concentración refuerza el carácter
de centralidad de esos lugares, pero también se deriva de la estructura urbana
precedente y de las decisiones de ordenamiento como la construcción de
infraestructuras de transporte, la habilitación de suelos periféricos para la
expansión urbana o la renovación de otras zonas.
En las últimas dos décadas, la actividad constructiva en los municipios de
influencia del macroproyecto presentó una tendencia creciente hasta el 2016,
seguida de una caída importante y sostenida en los años siguientes, como se
muestra en la figura 4. Uno de los factores que influyen en esa tendencia puede
ser un ciclo de expansión y agotamiento de los frentes o focos de inversión
inmobiliaria mencionados. Esta hipótesis se apoya en la manera en que las
administraciones municipales han adoptado de manera selectiva las directrices
metropolitanas, permitiendo el crecimiento de vivienda en altura en las laderas
y la permanencia de la industria en el centro del Valle. Estas decisiones han
sido motivo de disputas legales entre el AMVA y municipios como Sabaneta, cuyo
POT fue demandado por el AMVA debido a que no incorporó plenamente los
porcentajes de ocupación residencial orientados por las Directrices
Metropolitanas Ordenamiento Territorial (Zambrano, 2019). Las normas locales se
han acoplado con las estrategias de focalización de la inversión inmobiliaria,
como se evidencia en la autorización de numerosos planes de expansión en las
laderas oriental y occidental del Valle para vivienda de estratos altos,
incluso después de la aprobación del macroproyecto (figura 5). Estas tensiones
fueron documentadas en el proceso de revisión de la Centralidad Sur (AMVA,
2018, p. 101).
Figura 4. Número de unidades de vivienda
construidas por año en los municipios de influencia de la Centralidad Sur
Fuente: elaboración propia con datos de
Coordenada Urbana (2022).
Figura 5. Planes parciales aprobados por los
municipios entre 2004 y 2021
Fuente: elaboración propia (2022).
Como se mencionó
anteriormente, la implementación específica del macroproyecto (norma
metropolitana) es responsabilidad de las administraciones municipales. Las
diferencias entre lo establecido en el macroproyecto y lo ejecutado en la
realidad se recogen en el análisis de los POT y los planes parciales. En los
cuatro municipios, la mayoría de los planes parciales son de expansión urbana,
es decir, orientan los grandes proyectos hacia la periferia. Este no es un
patrón previo a la normativa sobre ciudad compacta y crecimiento hacia adentro,
sino un proceso que ocurre simultáneamente y va en contra del modelo de
ocupación propuesto por el macroproyecto. Además, estos planes parciales se
alinean con los frentes de inversión de las empresas constructoras, como se
puede ver en la figura 5. Esta discrepancia indica la existencia de agendas de
desarrollo paralelas y en tensión en distintas escalas: metropolitana y
municipal. Existen vasos comunicantes entre los agentes políticos y económicos,
y estas interacciones tienen a su vez una dinámica escalar.
Con respecto a la implementación del macroproyecto, se
ha avanzado muy poco en los años siguientes a su adopción, a pesar de algunos
proyectos de infraestructura de transporte como las conexiones viales y la
ampliación de la línea del Metro. Esta situación ha llevado a una revisión y
ajuste del proyecto en 2017, que se realizó en el marco de la formulación del
Plan Estratégico Metropolitano (AMVA, 2019), cuyos resultados aún no han sido
adoptados por el Área Metropolitana ni se han traducido en la modificación de
la normativa que regula el macroproyecto.
Gran parte de la responsabilidad se ha atribuido a las alcaldías. En
efecto, el compromiso de las administraciones municipales con el contenido del
macroproyecto ha sido muy variable, tanto si se comparan unos municipios con
otros, como unas administraciones con otras posteriores, teniendo en cuenta que
los períodos de las alcaldías en Colombia son de 4 años. Los dos principales
puntos de conflicto han sido el desplazamiento de las industrias asentadas en
el polígono de la Centralidad para dar espacio a los nuevos usos de vivienda,
comercio y servicios, y la tendencia a la expansión de vivienda hacia las
laderas, cuya limitación por parte de los lineamientos metropolitanos no ha
sido efectiva. Estos conflictos, como se mostrará más adelante, se han tratado
a través de estructuras de gobernanza con agentes que actúan en distintas
escalas para implementar sus estrategias. El último apartado se tratará sobre
esta estructura o esquema de gobernanza en torno al macroproyecto.
Esquema de gobernanza
multiescalar
La Centralidad Sur es un proyecto estratégico derivado de normativas
superiores a nivel metropolitano que a su vez está condicionado por normas
nacionales y locales. Este proyecto establece lineamientos generales para las
normas municipales, lo que lo convierte en norma obligatoria de carácter
general decidida por el Consejo Metropolitano, sin necesidad de ser discutida
en los concejos municipales, por lo que se encuentra por fuera del control y la
discusión democrática en la escala local. Esta estructura normativa genera una
división de facultades y condicionamientos entre el nivel metropolitano y el
municipal, lo que influye en el esquema de gobernanza en torno al
macroproyecto.
Para analizar el esquema de gobernanza de la
Centralidad Sur, se identificaron los principales actores políticos y
económicos vinculados o afectados por su desarrollo. Entre los actores
económicos se destacan cuatro gremios importantes en la discusión sobre el
proyecto:
1.
Camacol, que agremia a empresas de la
cadena de la construcción, incluyendo constructoras pero también fabricantes de
insumos, bancos y fiduciarias.
2.
La Lonja Propiedad Raíz, que agrupa
profesionales y organizaciones vinculadas a la promoción y construcción de
proyectos inmobiliarios, corretaje, administración y arrendamiento de bienes
inmuebles, avalúos, administración de propiedad horizontal y consultoría
inmobiliaria.
3.
La Cámara de Comercio del Aburrá Sur,
que agremia a las empresas industriales y comerciales asentadas en los cuatro
municipios de influencia del macroproyecto.
4.
La Corporación Empresarial Prosur, una agrupación de 52 empresas y organizaciones,
incluidas universidades, que actúa como un think tank local enfocado al desarrollo
empresarial y territorial.
Aunque estas cuatro entidades tienen solapamientos en
cuanto a sus bases de afiliados, cada una cuenta con una identidad propia.
Todas ellas pertenecen al Comité Intergremial, una instancia de interlocución y
coordinación del sector empresarial en la que se tramitan posiciones comunes y
se intermedia con la administración pública.
En cuanto a centros de decisión política, se destacan
las alcaldías y concejos municipales a nivel local, así como el Concejo
Metropolitano y la dirección del AMVA a nivel metropolitano. La implementación
de la Centralidad Sur no está gestionada por una entidad o una gerencia propia,
sino que depende de la aplicación que hagan los municipios de las normas
generales de escala metropolitana, y de la iniciativa privada en la
estructuración de los proyectos. Este hecho es de gran importancia, ya que
permite intervenir sobre las decisiones públicas en dos niveles: el
metropolitano y el municipal.
Como consecuencia de lo anterior, los agentes
interesados han recurrido al cabildeo con las administraciones municipales para
promover o retrasar las disposiciones del macroproyecto según sus intereses, a
través de la modificación de los planes de ordenamiento o de la expedición de
planes parciales para proyectos concretos. Por ejemplo, en el caso de Sabaneta
la industria local logró incidir sobre las normas municipales para evitar el
cambio de usos orientado por el macroproyecto, lo que desencadenó un pleito
legal con la administración metropolitana (Zambrano, 2019). Las empresas
constructoras también han hecho lo mismo para lograr la aprobación de proyectos
de expansión hacia las laderas. A nivel metropolitano, las presiones provienen
de los gremios inmobiliarios: Camacol y La Lonja. En el medio escrito Construyendo Noticias, se anunció en
varias ocasiones la inclusión de sus lineamientos para la revisión del POT de
Medellín, que sirve de base para los lineamientos metropolitanos, y el
reconocimiento explícito de su coincidencia con el modelo de ocupación que
ellos promueven (Camacol, 2014). El esquema resultante de esta relación de
actores en el marco normativo descrito se representa en la figura 6.
Figura 6. Esquema de gobernanza en torno al
macroproyecto
Fuente: Elaboración propia (2022).
Es así, como en torno a este macroproyecto se ha
configurado una estructura de gobernanza multiescalar con relaciones formales e
informales entre los agentes políticos y económicos. A nivel formal, existen
instancias creadas por las normas existentes cuyas relaciones y atribuciones
están regladas. Sin embargo, a nivel informal, los agentes políticos y,
principalmente, los económicos desarrollan sus agendas de canales de
comunicación e influencia no oficiales, derivados de la cercanía con ciertos
sujetos clave y por su prestigio e influencia, que además se hace posible por
las escalas en las que actúan.
Además, esta multiescalaridad se refleja entre
los agentes de la industria inmobiliaria de la zona estudiada. La figura 7
muestra una red de actores que ilustra los vínculos entre bancos, fiduciarias y
empresas constructoras en el Aburra Sur. Cada empresa se define como un nodo y
se representa por un color (amarillo para las fiduciarias, azul para las
constructoras, verde para los bancos). Se estableció una relación entre nodos
en cada caso que un banco prestara dinero a una constructora o que una
constructora contratara una fiduciaria para un proyecto de construcción,
partiendo de la base de datos Coordenada Urbana. La posición relativa de cada
nodo depende del conjunto de relaciones con las demás. El tamaño de cada nodo
es proporcional a su número de relaciones totales. Al analizar la 3 red, queda
claro que los agentes articuladores son los financieros, es decir, los bancos y
las fiduciarias son los nodos de mayor centralidad[3]y
conectividad. La estructura de doble núcleo está condicionada por la tensión
entre los principales Bancos, Bancolombia y Colpatria. Se puede observar que
bancos como Bancolombia, Colpatria y Davivienda, y las fiduciarias como
Alianza, Acción y Corficolombiana, tienen una mayor centralidad en la red.
Figura 7. Red de agentes de la industria
inmobiliaria
Fuente: elaboración propia con datos de
Coordenada Urbana (2022).
A través de la propiedad
accionaria de las empresas presentes en la zona, se establecen relaciones con
procesos globales. En la sección anterior, se mencionaron los vínculos de las
entidades financieras y las constructoras con los principales conglomerados
financieros del país, que a su vez están vinculados a circuitos globales de
inversión. Adicionalmente, muchas de las principales empresas industriales que
actúan como grandes propietarias del suelo en el polígono del macroproyecto son
subsidiarias de compañías multinacionales. En general, estas multinacionales
han entrado en el mercado mediante la compra de empresas de origen regional
durante las últimas décadas. Al estar vinculadas a circuitos globales por
control accionario, tienen mayores posibilidades frente a ofertas de
operaciones inmobiliarias con el suelo de su propiedad, ya que los mercados
vinculados a una planta en particular pueden atenderse no solo con la
posibilidad de relocalizarla, sino también con modificaciones en otras plantas
existentes en otros lugares del país o del mundo.
El suelo urbano se convierte así, en un activo más en los esquemas de
valoración y decisión de corporaciones globales. De esta manera ya ha sucedido
con los dos mayores proyectos de vivienda en ejecución dentro del polígono, que
fueron construidos en las antiguas plantas de Coltejer, una gran empresa textilera, propiedad de Kaltex,
empresa mexicana de tejidos que además participa en la industria inmobiliaria
en ese país, y Peldar, una subsidiaria de Owens Illinois, empresa
estadounidense y mayor productor mundial de envases de vidrio.
Conclusiones
En las secciones anteriores se ha presentado una perspectiva de análisis
sobre el estado y desarrollo de la Centralidad Sur, que brinda alternativas
frente a la interpretación oficial. Al considerarse el megaproyecto en el
contexto de las dinámicas más amplias del mercado inmobiliario local y de las
políticas de planeación locales y metropolitanas, se puede argumentar que la
Centralidad Sur es solo una estrategia parcial en la transformación de esta
zona de la ciudad. Paralelamente, se han consolidado espacios de acumulación
que se afirman en los márgenes del proyecto y en equilibrio con sus vacíos y
zonas grises.
Estos espacios de acumulación se han consolidado
mediante las estrategias de concentración de inversiones y producción de
frentes de valorización por parte de las empresas promotoras-constructoras, en
una dinámica ambigua frente a los lineamientos del megaproyecto. Las decisiones
de inversión y el cambio de uso del suelo resultan de una negociación de
agendas entre la industria inmobiliaria, las administraciones locales y los
propietarios del suelo, que en el polígono de planeación de la Centralidad Sur
son principalmente empresas industriales. Lo anterior se debe a que la
superposición de normas metropolitanas y municipales generan un esquema de
gobernanza que fomenta los canales informales de negociación. La escala de
actuación de los agentes es determinante en este proceso: aquellos más
vinculados a los circuitos globales de inversión tienden a ser los primeros en
vincularse a las transformaciones propuestas en el macroproyecto con grandes
inversiones inmobiliarias.
La vinculación con cadenas globales de producción,
inversión y toma de decisiones condiciona las estrategias de agentes clave más
conectados con escala global como las industrias, los bancos y los fondos de
inversión. En este sentido, se observa una alta centralidad y capacidad de
dirección de los agentes financieros en la industria inmobiliaria en la zona de
estudio, con presencia determinante de los principales conglomerados
financieros del país y vínculos con los circuitos financieros internacionales
por vía de la propiedad accionaria. En términos de la producción del espacio
urbano, la dinámica descrita explica la simultaneidad de la expansión hacia las
periferias, la renovación urbana, la integración y la diferenciación
morfológica, todo en función de las tensiones y negociaciones de agentes
inmobiliarios, terratenientes y administraciones locales.
Lo anterior invita a la reflexión sobre el uso de conceptos como financiarización y gobernanza. Es necesario reconocer las
múltiples relaciones y complejidades constitutivas de estos procesos,
especialmente en los arreglos espaciales multiescalares y dinámicos como el
descrito en este artículo. Lejos de ser categorías que explican todo de forma
abstracta, sirven para arrojar luz sobre las dinámicas concretas de distintos
contextos. Por ejemplo, lo presentado en este artículo muestra que la financiarización, como predominio de la lógica financiera
en la acumulación, está presente más allá de los mercados financieros y las
transacciones con títulos inmobiliarios. Su expresión en la representación del
espacio urbano como activo financiero es clave en la configuración de las
agendas, estrategias y arreglos de los agentes estudiados, así como en las
representaciones del espacio urbano. Grandes intervenciones como la Centralidad
Sur seguirán transformando el paisaje urbano de nuestras ciudades y la forma en
que sus habitantes conciben el espacio que habitan. Este último aspecto resulta
de gran importancia para profundizar en futuras investigaciones.
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* Este artículo presenta
algunos resultados de la investigación titulada ¿Hegemonía financiera? Financiarización y producción de espacios de
centralidad urbana. El caso de la Centralidad Sur Metropolitana del Valle de
Aburrá, desarrollada por el autor en el marco de la Maestría en Estudios
Socioespaciales del Instituto de Estudios Regionales de la Universidad de
Antioquia.
** This article
presents some results of the research titled “¿Hegemonía financiera? Financiarización y producción de
espacios de centralidad urbana. El caso de la Centralidad Sur Metropolitana del
Valle de Aburrá”, developed by the author within the framework of the Master's
in Socio-spatial Studies at the Instituto de Estudios Regionales of Universidad
de Antioquia.
*** Este artigo apresenta
alguns resultados da pesquisa intitulada “¿Hegemonía financiera?
Financiarización y producción de espacios de centralidad urbana. El caso de la
Centralidad Sur Metropolitana del Valle de Aburrá”, desenvolvido pelo autor no
marco do Mestrado em Estudos Socioespaciais do Instituto de Estudios Regionales
da Universidad de Antioquia
[1] Opinión expresada en
comunicaciones personales por varios de los funcionarios y profesionales de
planeación que participaron en la formulación original y en la reformulación
del macroproyecto.
[2] Los lineamientos
metropolitanos son normas obligatoriamente generales, es decir, que definen
“los objetivos y criterios a los que deben sujetarse los municipios al adoptar
sus planes de ordenamiento territorial en relación con las materias referidas a
los hechos metropolitanos, de acuerdo con lo previsto en la Ley 128 de 1994 y
sus reglamentos” (art. 7, lit. e de la Ley 388 de 1997 del Congreso de
Colombia)
[3] El término centralidad utilizado en el análisis de
la red se refiere a la posición relativa de cada agente en relación con los
demás en la red, basada en el número de conexiones que tienen. Este concepto no
debe confundirse con el de centralidad
urbana utilizado en el análisis espacial del megaproyecto
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