Índices de fragmentación urbana aplicado a las nuevas centralidades de la ciudad de Culiacán
Urban Fragmentation Indices Applied to the New Centralities of the City of Culiacán
Índices de fragmentação urbana aplicados às novas centralidades da cidade de Culiacán
DOI:
https://doi.org/10.15446/rcep.v10n3.107881Palabras clave:
centralidad, ciudad intermedia, estructura urbana, policentrismo, reestructuración urbana (es)centralidade, cidade intermediária, estrutura urbana, policentrismo, reestruturação urbana (pt)
centrality, middle-size city, urban structure, polycentrism, urban restructuring (en)
La entrada del nuevo modelo económico orientado a la apertura comercial iniciada a finales de los años setenta del siglo XX propició que las ciudades latinoamericanas experimentaran intensos procesos de reestructuración debido al rápido crecimiento, el abandono de las instituciones oficiales y el protagonismo de iniciativa privada. Este proceso contribuyó a la promoción y formación de núcleos urbanos periféricos, considerados como aspectos principales en la reestructuración territorial. La estructura urbana se transformó en una fragmentada y descentralizada al disminuir la importancia del centro y por la diversificación de dichos núcleos urbanos periféricos que, si bien se complementan, también compiten entre ellos, se especializan en los servicios que ofertan y son selectivos de los grupos poblacionales a los cuales ofertan sus servicios. El objetivo de esta investigación es obtener el índice de fragmentación urbana de las centralidades intraurbanas de la ciudad intermedia de Culiacán, mediante un formato de levantamiento, para determinar el número de elementos divisorios con que cuenta cada una. Los resultados mostraron que las centralidades más consolidadas como centro principal cuentan con los índices de fragmentación urbana más bajos; mientras que las nuevas centralidades, aun débiles en concentración de centralidad, cuentan con los índices de fragmentación más altos. Lo anterior debido a que las nuevas centralidades están especializadas en los servicios que ofertan y, por lo tanto, van dirigidos a ciertos grupos poblacionales. Además de que no cuentan con todos los medios de conectividad con los que cuenta el centro principal.
The entry of the new economic model oriented towards trade liberalization, which began in the late 1970s, led Latin American cities to undergo intense processes of restructuring due to rapid growth, the neglect of official institutions, and the prominence of private initiatives. This process contributed to the promotion and formation of peripheral urban centers, considered a key aspect in territorial restructuring. The urban structure became fragmented and decentralized as the importance of the center diminished and the peripheral urban centers diversified. Although the latter complement each other, they also compete, specializing in the services they offer, and being selective in terms of the population groups they target with their services. The objective of the research is to obtain the urban fragmentation index of the intraurban centralities of the middlesize city of Culiacán, through a survey format, to determine the number of divisive elements each one has which help increase the fragmentation indexes. The results showed that the more consolidated centralities have the lowest urban fragmentation indices, while the new centralities, although weak in terms of centrality concentration, have the highest fragmentation indices. This is because the new centralities are specialized in the services they offer and, therefore, they target certain population groups. Additionally, they do not have all the means of connectivity that are available to the main center.
A entrada do novo modelo econômico orientado para a abertura comercial iniciado no final da década de setenta do século XX fez com que as cidades latino-americanas vivenciassem intensos processos de reestruturação devido ao rápido crescimento, ao abandono das instituições oficiais e ao destaque da iniciativa privada. Este processo contribuiu para a promoção e formação de centros urbanos periféricos, considerados como o principal aspecto da reestruturação territorial. A estrutura urbana tornou-se fragmentada e descentralizada pela diminuição da importância do centro e pela diversificação destes centros urbanos periféricos que, embora se complementem, também competem entre si, especializam-se nos serviços que oferecem e são selectivos das populações à qual oferecem seus serviços. O objetivo da pesquisa é obter o índice de fragmentação urbana das centralidades intraurbanas da cidade intermediária de Culiacán, através de um formato de pesquisa, para determinar a quantidade de elementos divisores que cada uma possui e que contribuem para aumentar os índices de fragmentação. Os resultados encontrados mostraram que as centralidades mais consolidadas como centro principal apresentam os menores índices de fragmentação urbana; enquanto as novas centralidades, mesmo fracas em concentração de centralidade, apresentam os maiores índices de fragmentação. Isto se deve ao fato de as novas centralidades serem especializadas nos serviços que oferecem e, portanto, destinarem-se a determinados grupos populacionais. Além disso, não possuem todos os meios de conectividade que o centro principal possui.
Índices de fragmentación urbana aplicado a las nuevas
centralidades de la ciudad de Culiacán
Belén Obdulia Pérez Peñuelas. Doctora en Ciudad Territorio y
Sustentabilidad de la Universidad de Guadalajara. Magíster en Arquitectura y
Urbanismo de la Universidad Autónoma de Sinaloa y arquitecta del Instituto
Tecnológico de Los Mochis. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-2231-5420 Correo
electrónico: arq.belenperez@gmail.com
Recibido: 19 de marzo de
2023 |
Aceptado: 31 de julio de 2023 |
Publicado: 19 de abril de 2024 |
Resumen
La entrada del nuevo modelo
económico orientado a la apertura comercial iniciada a finales de los años
setenta del siglo XX propició que las ciudades latinoamericanas experimentaran
intensos procesos de reestructuración debido al rápido crecimiento, el abandono
de las instituciones oficiales y el protagonismo de iniciativa privada. Este
proceso contribuyó a la promoción y formación de núcleos urbanos periféricos,
considerados como aspectos principales en la reestructuración territorial. La
estructura urbana se transformó en una fragmentada y descentralizada al
disminuir la importancia del centro y por la diversificación de dichos núcleos
urbanos periféricos que, si bien se complementan, también compiten entre ellos,
se especializan en los servicios que ofertan y son selectivos de los grupos
poblacionales a los cuales ofertan sus servicios. El objetivo de esta
investigación es obtener el índice de fragmentación urbana de las centralidades
intraurbanas de la ciudad intermedia de Culiacán, mediante un formato de
levantamiento, para determinar el número de elementos divisorios con que cuenta
cada una. Los resultados mostraron que las centralidades más consolidadas como
centro principal cuentan con los índices de fragmentación urbana más bajos;
mientras que las nuevas centralidades, aun débiles en concentración de
centralidad, cuentan con los índices de fragmentación más altos. Lo anterior
debido a que las nuevas centralidades están especializadas en los servicios que
ofertan y, por lo tanto, van dirigidos a ciertos grupos poblacionales. Además
de que no cuentan con todos los medios de conectividad con los que cuenta el
centro principal.
Palabras clave: centralidad; ciudad intermedia; estructura urbana; policentrismo; reestructuración urbana
Urban
Fragmentation Indices Applied to the New Centralities of the City of Culiacán
Abstract
The entry
of the new economic model oriented towards trade liberalization, which began in
the late 1970s, led Latin American cities to undergo intense processes of
restructuring due to rapid growth, the neglect of official institutions, and
the prominence of private initiatives. This process contributed to the
promotion and formation of peripheral urban centers, considered a key aspect in
territorial restructuring. The urban structure became fragmented and
decentralized as the importance of the center diminished and the peripheral
urban centers diversified. Although the latter complement each other, they also
compete, specializing in the services they offer, and being selective in terms
of the population groups they target with their services. The objective of the
research is to obtain the urban fragmentation index of the intraurban
centralities of the middle-size city of Culiacán,
through a survey format, to determine the number of divisive elements each one
has which help increase the fragmentation indexes. The results showed that the
more consolidated centralities have the lowest urban fragmentation indices,
while the new centralities, although weak in terms of centrality concentration,
have the highest fragmentation indices. This is because the new centralities
are specialized in the services they offer and, therefore, they target certain
population groups. Additionally, they do not have all the means of connectivity
that are available to the main center.
Keywords: centrality,
middle-size city, urban structure, polycentrism, urban restructuring.
Índices
de fragmentação urbana aplicados às novas centralidades da cidade de Culiacán
Resumo
A entrada
do novo modelo econômico orientado para a abertura comercial iniciado no final
da década de setenta do século XX fez com que as cidades latino-americanas
vivenciassem intensos processos de reestruturação devido ao rápido crescimento,
ao abandono das instituições oficiais e ao destaque da iniciativa privada. Este
processo contribuiu para a promoção e formação de centros urbanos periféricos,
considerados como o principal aspecto da reestruturação territorial. A
estrutura urbana tornou-se fragmentada e descentralizada pela diminuição da
importância do centro e pela diversificação destes centros urbanos periféricos
que, embora se complementem, também competem entre si, especializam-se nos
serviços que oferecem e são selectivos das populações
à qual oferecem seus serviços. O objetivo da pesquisa é obter o índice de
fragmentação urbana das centralidades intraurbanas da cidade intermediária de
Culiacán, através de um formato de pesquisa, para determinar a quantidade de
elementos divisores que cada uma possui e que contribuem para aumentar os
índices de fragmentação. Os resultados encontrados mostraram que as
centralidades mais consolidadas como centro principal apresentam os menores
índices de fragmentação urbana; enquanto as novas centralidades, mesmo fracas
em concentração de centralidade, apresentam os maiores índices de fragmentação.
Isto se deve ao fato de as novas centralidades serem especializadas nos
serviços que oferecem e, portanto, destinarem-se a determinados grupos
populacionais. Além disso, não possuem todos os meios de conectividade que o
centro principal possui.
Palavras-chave: centralidade,
cidade intermediária, estrutura urbana, policentrismo, reestruturação urbana.
Introducción
En el último cuarto
del siglo XX, surgió en América Latina un nuevo modelo económico, caracterizado
por una revolución científica y tecnológica, así como por la descentralización
del Estado. Al mismo tiempo, el sector privado adquirió un papel protagónico (Boisier, 1990), que impactó directamente en los sistemas de
producción, información y el transporte. Este conjunto de cambios en la
estructura productiva logró configurar el sistema urbano, el cual se fue
transformando por la reproducción, mutación y continua reconstrucción de las
ciudades debido al mejoramiento económico en los diferentes sectores (Durán,
2015).
Desde finales de
los años setenta, tanto en México como en el resto de los países de América
Latina, se dio una etapa de rápido crecimiento urbano, caracterizada por la
entrada de capital extranjero y por la privatización del espacio público, que
desembocó en segregación social (Segre, 2008). Para los años ochenta, se
observó una estructura urbana erosionada que gradualmente fue reemplazada,
marcando, así, el inicio de la decadencia del centro tradicional (Schelotto,
2008). En la década de los noventa, las actividades centrales se desplazaron
hacia la periferia, con la finalidad de brindar mejor accesibilidad (Segre,
2008).
Durante el siglo
XXI, las ciudades se encuentran en un proceso de rápido crecimiento,
abandonadas por las instituciones oficiales y tomadas por la iniciativa
privada, las cuales adquirieron gran protagonismo en el desarrollo urbano dada
la promoción y formación de núcleos urbanos periféricos, considerados como
aspecto principal en la reestructuración territorial (Becerril-Padua, 2000).
Dicha combinación transformó la estructura urbana en una fragmentada y
descentralizada (Link, 2008).
La proliferación de
núcleos urbanos periféricos llevó a una disminución de la importancia el centro
histórico (Link, 2008) y a una recomposición de la centralidad urbana. Esta
nueva organización sale del centro y se reproduce en múltiples ubicaciones, dando
lugar a nuevas centralidades con diversidad en su naturaleza y jerarquía (Beuf, 2012). Estos nuevos núcleos urbanos se complementan
entre sí, pero también compiten entre ellos, por estar dirigidos a diferentes
grupos poblacionales de acuerdo con los servicios que se ofrecen.
Las nuevas centralidades son cada vez más
selectivas, puesto que sus diseños cumplen con la función de atraer o repeler
grupos poblacionales específicos mediante el empleo de elementos, como control
de accesos, cobros en estacionamientos y carencia de rutas de transporte
público, que condicionan el acceso de determinados sectores de la población.
Esta dinámica conduce a una concentración y diversificación de las actividades
terciarias, lo cual contribuye a ampliar los límites urbanos y originar una
estructura más dispersa y fragmentada (Olivares y González, 2004).
México no ha estado exento del rápido
crecimiento urbano. Solo durante el periodo del nuevo modelo económico
orientado a la apertura comercial, comprendido entre 1980 y 2010, surgieron 157
nuevas ciudades, para alcanzar un total de 384 (SEGOB et al., 2012). Ya
para 2015 las ciudades sumaban 401, concentrando al 74.2 % de población urbana
(SEGOB et al., 2018).
El Sistema Urbano Nacional clasifica las ciudades mexicanas en seis
categorías de acuerdo con el rango poblacional. En la tabla 1 En esta se
observa que las 22 ciudades intermedias suman un total de 17 103 639
habitantes, cifra aún mayor que la población de las 64 ciudades medias.
Tabla 1. Total de ciudades por jerarquía
Jerarquía de ciudades |
Tamaño de población |
Ciudades |
Población |
a) Megaciudad |
5 000 000 o más |
2 |
26 861 070 |
b) Grandes ciudades |
1 000 000– 5 000 000 |
13 |
23 807 517 |
c) Ciudades intermedias |
500 000– 1 000 000 |
22 |
17 103 639 |
d) Ciudades
medias |
100 000- 500 000 |
64 |
15 080 328 |
e) Pequeñas ciudades |
50 000- 100 000 |
46 |
3 033 754 |
f) Centros urbanos |
15 000-50 000 |
254 |
6 722 834 |
Fuente: elaboración propia con datos de SEGOB et al. (2018)
e INEG i(2015).
La Organización de las Naciones Unidas (ONU)
(2012) establece que las ciudades grandes tienden a mantener su tamaño,
mientras que las ciudades intermedias continuarán creciendo debido a que están
en la mira de las grandes inversiones. Según De Mattos (2002), los estudios
suelen centrarse en casos de ciudades grandes. Sin embargo, es igualmente
importante prestar atención a las ciudades intermedias por cuanto presentan
ciertas particularidades como el tamaño, el tipo de infraestructura, servicios
y equipamiento adecuados para establecer nuevas intervenciones, accesibilidad a
mano de obra calificada y barata, una ubicación estratégica en el conjunto de
ciudades, con lo cual se garantiza la conectividad para el traslado de materia
prima y productos.
En la clasificación, Valle de México, con 20 890 habitantes,
constituye un ejemplo representativo de la megaciudad. Dentro de las grandes
ciudades, se destacan Guadalajara, con 4890 habitantes y Monterrey, con 4690
habitantes. De la lista de las 22 ciudades intermedias, la ciudad de Culiacán
se encuentra en primer lugar para pasar a la lista de ciudades grandes, según
la proyección del Sistema Urbano Nacional (SEGOB et al., 2018).
La ciudad de Culiacán Rosales (ciudad de
Culiacán) se encuentra en el municipio de Culiacán, del estado de Sinaloa en
México, del cual es la capital (figura 1). En el año de 1995, la ciudad
registró una población de 505 518 habitantes, con lo cual entró a formar parte
de la lista de ciudades intermedias. Para el año 2015, contaba con una
población de 858 638 habitantes dentro de su área urbana, datos con los que se
realiza la investigación debido al retraso que presentó el conteo de población
y vivienda para el año 2020 a causa de la contingencia sanitaria. Durante el
2015, la ciudad también fue clasificada como zona metropolitana con una
población de 966 609 habitantes, tal como se muestra en la tabla 2.
Figura 1. Ubicación de la ciudad de Culiacán Rosales
Fuente: elaboración propia (2022).
Tabla 2. Población, superficie y densidad de la ciudad de Culiacán
Año |
Habitantes |
Superficie |
Densidad |
|
Ciudad InegI |
Zona metropolitana |
Ciudad Pimus |
Ciudad Pimus |
|
1990 |
415 046 |
|
7318 |
56.7 |
1995 |
505 518 |
|
9464 |
53.4 |
2000 |
540 823 |
|
11 456 |
47.2 |
2005 |
605 304 |
|
12 565 |
48.2 |
2010 |
675 773 |
|
12 468 |
54.2 |
2015 |
858 638 |
966 609 |
13 044 |
55.4 |
Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2015),
(SEGOB et al., 2018), Céntrico (2018).
Las autoridades de la ciudad de Culiacán han
realizado diversas publicaciones en las que se identifican puntos estratégicos
para promover la inversión y, de esta manera, crear centros de servicios que
mejoren la accesibilidad de la población de las zonas periféricas. El objetivo
es descongestionar el centro principal, reduciendo la cantidad de viajes y el
congestionamiento desde las áreas periféricas. Sin embargo, no se ha
proporcionado una explicación detallada sobre el proceso para determinar dichas
localizaciones.
Aunque la intensión es acercar los puntos de
abastecimiento a la población, lo cual contribuye al desfogue de viajes
realizados al centro tradicional, la verdad es que existen vicios ocultos en la
planeación y ejecución de los proyectos. Generalmente, esos proyectos tienden a
favorecer en mayor medida a la población con menos necesidades, a quienes ya
están beneficiados, cuando debería ser al revés.
En este contexto, el objetivo de esta investigación es obtener el índice
de fragmentación urbana de las centralidades intraurbanas de la ciudad
intermedia de Culiacán, mediante un formato de levantamiento, para determinar
el número de elementos divisorios con que cuenta cada una y cómo estos
contribuyen a incrementar los índices de fragmentación.
La fragmentación urbana
“La fragmentación urbana es un fenómeno espacial que resulta
de la ruptura, separación o desconexión de la forma y estructura preexistente
de la ciudad” (Burgess, 2009, p. 101). Este proceso se desencadena por el
crecimiento y la reestructuración, evidenciado en el surgimiento de nuevos
desarrollos tanto en la periferia como al interior del área urbana, acompañando
por un creciente empleo de elementos divisorios, y por la anexión de
asentamientos debido al proceso de expansión. Sin embargo, estos asentamientos
van siendo alcanzados poco a poco e incluso rebasados por la expansión urbana
que, si bien, se suman al conjunto urbano, no necesariamente se integran a él.
Ángulos a líneas de la fragmentación urbana
En el contexto latinoamericano, la fragmentación urbana se suele dividir
para su análisis. Algunos autores concuerdan en que esta cuenta con dos líneas:
primera y segunda línea (Valdés, 2007); también llamadas ángulos: primer y
segundo ángulo (Vidal, 1997), escalas: gran escala y pequeña escala (Veltz, 1999, citado en Caravaca y Méndez, 2003),
dimensiones: micro y macro (Link, 2008; Bergesio y Golovanevsky, 2014), o perspectivas (Durán, 2015).
Finalmente, algunos otros hacen la diferenciación sin asignarle una denominación
(Prévôt, 2001).
La primera línea corresponde a un “proceso
territorial complejo, cuyas causas son diversas y fuertemente enraizadas en la
historicidad urbana, y que expresa la dinámica de los cambios físicos, sociales
y simbólicos de la ciudad” (Vidal, 1997, p. 3). “Cada fragmento es fácilmente
identificable en términos de configuración territorial y se localizan de manera
continua en la trama urbana, pero con fronteras invisibles relacionadas con la
alteridad” (Valdés, 2007, p. 6). La fragmentación “asocia componentes espaciales
(desconexión física, discontinuidades morfológicas), dimensiones sociales
(repliegue comunitario, lógicas exclusivas) y políticas (dispersión de actores
y automatización de dispositivos de gestión y regulación urbana)” (Prévôt, 2001, pp. 34-35). Esta línea se encuentra ligada a
“procesos de desigualdad social y barreras materiales y/o inmateriales”
(Valdés, 2007, p. 3).
La fragmentación también “se asocia a una ruptura, separación o
distanciamiento social en la ciudad derivado [...] del comportamiento del
mercado de tierras, los emprendimientos inmobiliarios, los nuevos estilos de
vida, la polarización social [y] la inseguridad creciente” (Bergesio
y Golovanevsky, 2014, p. 6). Asimismo, este fenómeno
“se interpreta como el resultado de un mercado desregulado en la asignación de
recursos, en la localización de las inversiones y en la infraestructura urbana”
(Rodríguez y Winchester, 2004, citado en Jiménez et al., 2016, p. 58).
Para otros autores, la fragmentación en una dimensión micro, asocia
una ruptura, separación o distanciamiento social
en la ciudad, estudiado básicamente a través de la idea de segregación. Esta
aproximación considera que la actual dinámica urbana lleva a una fractura y
separación social en el espacio, que se refleja en el surgimiento de barrios
cerrados o similares localizados allí […] donde se juntan estratos sociales
diferentes, gracias a los nuevos patrones de urbanización. (Link, 2008, pp.
17-18)
Este fenómeno es una “consecuencia de las diferencias sociales clásicas
acentuadas en la mercantilización de la vivienda y el suelo” (Fani, 2006, citado en Link, 2008, pp. 17-18). Esto remite a
un distanciamiento social reflejado en el espacio y asociado a una nueva
estructura social. La dimensión micro es una perspectiva de estudio de la
fragmentación urbana que “describe las rupturas de la estructura urbana
interna” (Durán, 2015, p. 17).
En este sentido, la fragmentación urbana puede
entenderse como un modo de organización espacial determinado por lo cercado y
los obstáculos físicos. En ella, se examinan las barreras físicas, los
obstáculos y los límites que fragmentan, aunque, como ya se mencionó, estos no
son infranqueables; existen niveles de porosidad en los bordes debido a
relaciones complejas de mutua dependencia y desconfianza establecidas entre los
diferentes estratos sociales (Kozak, 2018).
Algunos de los autores que han realizado investigaciones sobre la
primera línea la describen como un proceso territorial mayor que se construye a
través de tres subprocesos fundamentales: fragmentación social (nivel
infraestructural), fragmentación física (nivel estructural) y fragmentación
simbólica (nivel supraestructural). No es necesaria la existencia de los tres
niveles; en cualquiera de los casos, se supone la independencia de las partes.
La fragmentación urbana constituye la expresión mayor de un
proceso que en términos sociológicos podríamos llamar, desde un punto de vista
positivo, de existencia de ciudades en la ciudad y desde un punto de vista
negativo, la desaparición sociológica de la ciudad, como consecuencia de su
dislocación social, de su desagregación física, y de su desmembramiento
simbólico. (Vidal, 1997, p. 5)
La segunda línea de fragmentación es un concepto sistémico explicativo
de la organización del territorio que se compone de tres elementos
estructurales: las redes, los nodos y los tejidos territoriales (Vidal, 1997).
“Cada fragmento es fácilmente identificable en términos de configuración
territorial y se localizan [de forma] discontinua, a manera de islas en el
espacio urbano y como resultado de la expansión urbana” (Valdés, 2007, p. 6).
Esta línea “se relaciona con las discontinuidades en el proceso de expansión
urbana respecto de la trama producto de los procesos de metropolización”
(Valdés, 2007, p. 3) y “globalización, en el interior de las ciudades, [donde]
se desarrollan lógicas de separación y nuevas fronteras urbanas” (Prévôt, 2001, p. 35). Sobre la misma línea, el autor Felipe
Link (2018) menciona que esta se encuentra
asociada a un proceso amplio de relocalización.
[…] Es decir, proceso asociado a la generación de nuevos ‘distritos’ urbanos
que responden a la lógica de organización de la producción del capitalismo en
su fase actual, así como a nuevos patrones culturales y de consumo de los
ciudadanos. […] Se puede asociar claramente a los procesos de reestructuración
productiva, específicamente 1) al crecimiento del sector terciario con el
consiguiente aumento de servicios a las empresas y a las personas, y 2) a la flexibilización
de la producción industrial con la consiguiente modificación de su localización
y arquitectura de producción [y] almacenamiento. (p. 17)
Esta línea corresponde a una perspectiva de
estudio de la fragmentación urbana por discontinuidad morfológica, que “se
caracteriza por la falta de continuidad entre los fragmentos, es decir, por la
dispersión y atomización de los fragmentos edificados en el territorio” (Durán,
2015, p. 18).
Respecto a la segunda línea, la proliferación de
enclaves urbanos (shopings-malls de última generación, condominios cerrados, edificios corporativos,
etc.) ha tenido una incidencia en la estructura metropolitana, suburbanizada y policéntrica. Por consiguiente, la ciudad
compacta pasa a ser una más fragmentada.
De Mattos (2002) explica el papel de las áreas
metropolitanas en la generación de transformaciones urbanas que cambian la
estructura y funcionamiento de la ciudad. Esto resulta en una superespecialización funcional e interconectada en la
ciudad, que se manifiesta en múltiples centros especializados de comercio,
industria, servicio y residencia. Estos centros, a su vez, se relacionan con la
configuración de una trama de funciones especiales, que son complementarias,
interdependientes, conectadas y altamente discriminantes (Link, 2008). Este
proceso lleva a la creación de una ciudad que muestra una fragmentación
evidente (Jiménez et al., 2016).
Borsdorf (2003) simplifica en cuatro procesos la evolución de la estructura de
las ciudades latinoamericanas: 1) la época colonial; 2) la primera fase de
urbanización, la cual contaba con un principio estructural lineal ligado a las
líneas del ferrocarril; 3) la segunda fase de urbanización con un principio
estructural polarizado, generado por la aparición de autopistas urbanas y
suburbanas, y 4) la fase de reestructuración caracterizada por un principio
estructural fragmentado, esta última surgida a principios de los setenta.
La unión de las tendencias lineal y celular de
forma evolucionada forman el principio de estructuración denominado como
fragmentación, el cual consiste en una “forma de separación de funciones y
elementos socioespaciales, ya no —como antes— en una dimensión grande (ciudad
rica-ciudad pobre, zona habitacional-zona industrial), sino en una dimensión
pequeña” (Borsdorf, 2003, p. 7).
Metodologías que miden el índice de fragmentación urbana a escala macro
En la revisión bibliográfica se encontraron algunas investigaciones que
miden el índice de fragmentación urbana, como la de Gurrutxaga
(2003). En su investigación Índice de fragmentación y conectividad para el
indicador de biodiversidad y paisaje de la Comunidad Autónoma del País Vasco,
el indicador propuesto es una medida cartográfica del grado de agregación
espacial de las manchas de hábitat objeto de estudio. El autor obtiene el
índice de fragmentación para los diferentes ambientes de fauna y flora silvestre,
de forma individual para cada uno de los ambientes, con el fin de determinar el
grado de fragmentación del ambiente respecto al área de estudio.
La fórmula empleada para la obtención del índice de fragmentación de los
ambientes es la siguiente:
F = Superficie total del hábitat (número de manchas * dispersión de las
manchas)
Donde, dispersión de las manchas (Rc) = 2 dc (λ/π),
dc = distancia media desde una mancha (su centro o centroide) hasta la
mancha más cercana.
Λ =
densidad media de mancha = (número de manchas / superficie total del área de
estudio en ha) * 100 = número de manchas por cada 100 ha
A =
Superficie total del área de estudio
El resultado utiliza una escala inversamente
proporcional al grado de fragmentación del paisaje; es decir que un aumento del
valor del índice indica que la fragmentación disminuye. El valor máximo del
índice de fragmentación tiende a infinito, lo cual indica menor fragmentación;
a su vez, su valor mínimo tiende a cero, lo cual sugiere una mayor
fragmentación, en este caso, el grado máximo de fragmentación.
Un hábitat se
compone por varios ambientes (flora, fauna, suelo) que se distribuyen en
pequeñas áreas dispersas a lo largo de este. En este contexto, el elemento que
delimita o fragmenta un ambiente es otro ambiente; no existen barreras que
impidan un aislamiento total. El índice de fragmentación que se obtiene indica
el grado de fragmentación en que se encuentra el ambiente respecto a él mismo;
es decir, la dispersión de un mismo ambiente en todo el hábitat, de modo que no
se puede saber el índice de fragmentación de un ambiente respecto a otro, o en
relación con el hábitat, debido a que los índices de fragmentación de cada
ambiente no son compatibles, porque cada ambiente es diferente.
Esta metodología puede ser viable solo para
situaciones en donde lo que se pretende es obtener el índice de fragmentación
de algún ambiente urbano en específico, pero no sirve para determinar cómo ese
ambiente contribuye en la fragmentación de la ciudad. Por tanto, no sería
aplicable para esta investigación, ya que lo que se pretende es saber en qué
medida las centralidades fragmentan la ciudad o el territorio delimitado por la
zona intraurbana de la ciudad, lo que arrojaría esta metodología seria en qué
medida se encuentran fragmentadas las centralidades entre ellas.
En su artículo titulado “Descripción y cálculo
de índices de fragmentación urbana: Herramienta IndiFrag”,
Sapena y Ruiz (2015) presentan IndiFrag,
una herramienta utilizada con el programa ArcGIS para calcular índices y
variables que describen de forma cuantitativa el nivel de fragmentación y la
distribución espacial de los usos de suelo de mapas en formato vectorial. La
herramienta compila un gran número de índices de fragmentación y permite su
cálculo para objetos cartográficos en varios niveles de jerarquía como objeto,
clase y superobjeto. Los índices se dividen en cinco
funciones: área y perímetro, forma, agregación, diversidad y contraste.
Adicionalmente,
esta es una herramienta que permite medir la fragmentación del paisaje que,
adaptada a situaciones urbanas, ayuda a cuantificar la evolución de las zonas
urbanas a lo largo del tiempo, al igual que muchas otras herramientas y
programas similares, como Fragstats v4 (McGarigal et al., 2012) y lftv2.0 (CLEAR, 2009). El
primero, considerado el programa referente actual (MacLean
y Congalton, 2013), permite el cálculo automático de
índices de fragmentación mediante información de los usos del suelo en formato
ráster, mientras que la segunda muestra visualmente los niveles de
fragmentación, sin ofrecer valores numéricos (Sapena
y Ruiz, 2015).
Todos los programas anteriores quedan limitados
para la obtención de índices de fragmentación urbana que señalen cómo algún
elemento urbano de interés fragmenta la ciudad o algún territorio. Es decir,
que la medición de la fragmentación urbana empleando los índices de
fragmentación del paisaje es apropiada solo si se trata de una fragmentación
urbana analizada por discontinuidad morfológica sin la presencia de elementos
divisorios físicos.
También se cuenta con investigaciones como la de
Sapena y Ruiz (2017), Aplicaciones de los índices
de fragmentación de los usos del suelo para caracterizar la expansión urbana,
y Sapena et al. (2017), Modelos de
simulación de expansión urbana a partir de imágenes de satélite: adecuación al
análisis temporal de la fragmentación de los usos del suelo. Ambas
investigaciones retoman casos de estudio de ciudades europeas, incluso en sus
títulos se puede apreciar el tema de expansión urbana y uso de suelo, aspectos
relevantes para el abordaje de la fragmentación urbana a partir de la línea de
análisis cuando puede ser considerada como sinónimo de expansión, dispersión,
etc.
Mas recientemente, Garcés y Bartorilla
(2021) publicaron una investigación sobre la incidencia monocéntrica
y policéntrica del urbanismo residencial en la fragmentación de Tampico,
México, donde obtienen el índice de fragmentación basada en la metodología de
fragmentación del paisaje como instrumento de medición. En ninguno de los casos
se consideran los elementos divisorios como indicadores de fragmentación
urbana.
Metodología
La presente
investigación se dividió en tres fases. Como primer paso, se procedió a
identificar las áreas geoestadísticas básicas (AGEB) con concentración de
centralidad. Posteriormente, de acuerdo con el rango de concentración de
centralidad, se delimitaron las centralidades. Finalmente, una vez
identificadas las AGEB, se les aplicó el formato de levantamiento de índice o
porcentaje de fragmentación urbana a cada una de ellas.
Fase 1. Identificación de las AGEB con concentración de centralidad
Para la identificación de las AGEB con concentración de centralidad, se
empleó la técnica de análisis de centralidad, la cual consiste en identificar
las AGEB urbanas que concentran mayor número de personas ocupadas en relación
con el número de habitantes por AGEB (Berry y Parr,
1988, citado en Sánchez et al., 1992, citado en Venegas, 2011). La
centralidad se define como la:
Distribución espacial en la jerarquía de
actividades de comercio, industria y servicios cuyas áreas de mercado o
influencia se extienden más allá del territorio de las AGEBS que las contienen.
Se refiere a la importancia relativa de un lugar respecto a su región
circundante, es decir, a la cantidad de bienes y servicios que la AGEB provee a
esa localidad. Si la AGEB es de mayor rango, significa que dada su importancia
ofrece todos los bienes y servicios a otros lugares centrales de nivel inferior
y reforzará su centralidad. La centralidad se caracteriza por la capacidad que
tiene un espacio de la ciudad para concentrar en su interior determinadas
funciones que por su importancia y trascendencia definen la estructura urbana.
(Venegas, 2011, p. 70)
En la tabla 3 se presenta la operacionalización de la variable de
centralidad con sus indicadores correspondientes.
Tabla 3. Operacionalización de conceptos, variables e indicadores
Conceptos o categorías |
Variables |
Indicadores |
Policentrismo |
Centralidad |
-Población (total, por AGEB) -Establecimientos
(total, por AGEB, por actividad) -Personas ocupadas (total, por AGEB, por
actividad) |
Fuente: elaboración propia (2022).
Para identificar la concentración de centralidad en las AGEB
se empleó la siguiente fórmula:
Donde:
Cij =
centralidad de la actividad i en la AGEB j
Tij =
personas ocupadas de la actividad i en la AGEB j
Pj =
población total de la AGEB j
Ti =
total de personas ocupadas de la actividad i en la ciudad
P =
población total de la ciudad
C =
centralidad
i =
actividad (manufactura, comercio y servicios)
j =
número o clave de AGEB
T =
total
P =
población total de la ciudad
Una vez obtenida la concentración de centralidad
en las AGEB, se procedió a agrupar los valores en rangos. Este consiste en
obtener un valor, que será la base para hacer los niveles (concentración alta,
media, baja y no existente) de concentración de centralidad. Para esto se
empleó la siguiente fórmula:
R=ΣC/Ta
Donde:
R=
rango
ΣC=
sumatoria de los valores de centralidad de las AGEBS
Ta=total
de AGEB
Los resultados se exportan al programa Qgis para proceder a un análisis visual, permitiendo
visualizar la distribución de las AGEB con los diferentes grados de
concentración de centralidad.
Fase 2. Delimitación de centralidades
Una vez identificada la concentración de centralidad de las AGEB, se
procedió a identificar y delimitar las centralidades o subcentros intraurbanos,
considerando tres aspectos:
1.
El rango de
concentración de centralidad general (alto y medio).
2.
El rango de
concentración de centralidad por actividad predominante (manufactura, comercio
y servicio).
3.
El plano de
estructura vial, considerando solo las vialidades primarias, secundarias, los
ejes troncales, circuito interior y exterior. Información proporcionada por el
Instituto Municipal de Planeación Urbana (Implan).
Fase 3. Obtención del índice de fragmentación por centralidad
Para el caso particular que corresponde a esta investigación, donde el
interés radica en determinar si en efecto las centralidades intraurbanas
contribuyen o generan índices de fragmentación urbana en el análisis de la
primera línea, o escala micro, específicamente enfocada en las barreras u
obstáculos que rompen y limitan la continuidad del conjunto urbano. Estas
barreras pueden ser elementos divisorios tanto naturales como artificiales.
Para llevar a cabo este análisis, se elaboró un
formato de levantamiento de indicadores de fragmentación que se aplicó a cada
centralidad identificada. El objetivo era determinar con cuáles elementos
divisorios cuenta cada una de ellas de acuerdo con los considerados en las
diferentes variables: discontinuidad, accesibilidad, exclusividad e
inseguridad.
Discontinuidad
La discontinuidad hace referencia a las barreras
u obstáculos que rompen o limitan la continuidad de la estructura urbana
(Durán, 2015). Esta se da por la presencia de elementos divisorios, ya sean de
tipo natural o artificial. Los elementos naturales pueden ser cuerpos de agua
(ríos, lagos, diques, etc.), áreas verdes (bosques, reservas, etc.) o terrenos
accidentados (elevaciones, cañadas). Los elementos artificiales pueden ser
infraestructura vial, intersticios urbanos, nuevos y viejos desarrollos,
equipamiento, muros; así como también pueden ser algunos tipos de cuerpos de
agua (canales, lagos) y áreas verdes (campos deportivos, parques privados,
etc.).
Inaccesibilidad
Contrario a la accesibilidad, donde la fragmentación urbana produjo un
cambio en la relación de proximidad (Burgess, 2009); vivir cerca de un centro
no implica mayor accesibilidad. Esta paradoja se manifiesta en la existencia de
conexiones intensas con lugares distantes y desconexión entre lugares
adyacentes (Kozak, 2018). La accesibilidad se
incrementa para algunos con el uso de automóvil y la intensa red de
infraestructura vial, lo que permite la integración de diversos subcentros
periféricos (Serrano y Durán, 2020).
Por lo tanto, la inaccesibilidad es la
dificultad de una población para obtener los servicios que requiere (Unal et al., 2007) o para alcanzar una oportunidad
(Talavera y Valenzuela, 2012); así como para acceder a sitios de actividades
deseables (Derek et al., 2009) en el modo y el tiempo que se desee (Bhat et al., 2002). La inaccesibilidad se
caracteriza por dificultar los medios para alcanzar los fines deseados
(Álvarez, 2016).
Exclusividad
Según la Real
Academia Española (RAE), el concepto de exclusividad hace referencia a algo
único o singular que logra diferenciarse de otras opciones a las que logra
restarles importancia, lo que resulta en una forma de exclusión. Aplicada a un
lugar, la exclusividad hace referencia a un conjunto de requisitos que ese
lugar establece para permitir el acceso y se manifiesta en la falta de acceso
libre o abierto para todos; es lo que le otorga el sentido de exclusivo. El
grado de exclusividad de un lugar depende de la cantidad de requerimientos que
este exige a las personas. Quienes cumplan con estos requisitos pueden
disfrutar de los beneficios que ofrece el lugar, mientras que quienes no,
quedan excluidos. Asimismo, la exclusividad es el privilegio que tienen algunas
personas de acceder a algún medio por la posición en que se encuentra,
otorgándoles ventajas sobre los demás. En algunos casos, no es suficiente
contar con todas las características para acceder, sino que también se debe
formar parte de un grupo selecto.
Inseguridad
La rae define seguridad como aquello que está exento de peligro, daño o
riesgo cierto, firme o ineludible. El prefijo in es equivalente a
negación. Por tanto, inseguridad implica la existencia de un peligro o de un
riesgo, aunque también refleja una cierta duda sobre un asunto determinado. La
inseguridad es la falta de seguridad. Esta puede afectar a la sociedad o la
persona, creando un ambiente marcado por miedo, vulnerabilidad, ansiedad y
sensación de desamparo grupal o individual.
En la tabla 4 se muestra la operacionalización del concepto o categoría
de fragmentación urbana con sus respectivas variables e indicadores, a partir
de la cual se construyó el formato de levantamiento de índice de fragmentación.
Tabla 4. Operacionalización de conceptos, variables e indicadores
Conceptos o categorías |
Variables |
Indicadores |
Fragmentación
urbana |
Discontinuidad |
Fronteras urbanas artificiales Fronteras urbanas naturales Estructura vial Ruptura del tejido edificado Infraestructura Servicios |
Inaccesibilidad |
Accesos (peatonal, vehicular, otros) - Medios
de transporte (público, privado, otros) Personas con discapacidad Privatización |
|
Exclusividad |
Insularidades, enclaves Usos de suelo Equipamiento (privatización) Actividades exclusivas Pobreza y marginación Enmarcación de accesos |
|
Inseguridad |
Control de accesos Personal de vigilancia Elementos de seguridad |
Fuente: elaboración propia (2022).
En el formato de levantamiento se agruparon los indicadores de acuerdo
con cada variable, para luego aplicarlo al lugar. Para esto se realizaron
visitas de campo a cada una de las centralidades identificadas con el fin de
localizar, mediante la observación, cuáles elementos divisorios se encuentran
presentes. A los indicadores de fragmentación presentes en el lugar se les
asignó el número 1, y si no estaban presentes quedaban en cero. Todos los
indicadores se sumaron (Si); y se obtuvo el porcentaje correspondiente (% Si).
Resultados: las nuevas centralidades fragmentadas
Los resultados obtenidos en la concentración de centralidad en las AGEB
indican que la ciudad no responde a una estructura completamente policéntrica
debido a que el centro principal fundacional aún mantiene gran influencia sobre
el resto de la ciudad, pero se identificaron otros puntos con concentración de
centralidad que, si bien aún cuentan con una concentración de centralidad débil
en comparación con el centro principal, ya ejercen cierta influencia. Estos se
encuentran conectados al centro principal como extensiones a modo de corredores
e indican que la estructura urbana se encuentra en las primeras fases de
transformación hacia el policentrismo.
Los resultados de las fases 1 y 2 se muestran en la figura 2. En esta se
logra apreciar la ubicación y delimitación de las nueve centralidades
identificadas, así como la concentración de centralidad general en cada una de
las AGEB que conforman la centralidad.
Figura 2. Identificación y delimitación de centralidades intraurbanas
Fuente: elaboración propia (2022).
A cada una de las nueve centralidades se le aplicó un formato de
levantamiento del índice de fragmentación. En el mapa de la figura 3 se logra
apreciar que el centro principal (C1) es el que cuenta con menor porcentaje de
fragmentación por reunir menor cantidad de elementos que fragmentan. En segundo
lugar, se encuentra la centralidad 2, ambas no sobrepasan el 50 %. Por su
parte, las centralidades 3, 4, 5, 6 y 7 se encuentran en un rango del 50 % al
60 %. Las centralidades más fragmentadas son la 8 y la 9, justo las que cuentan
con menor rango de concentración de centralidad.
Figura 3. Índice de fragmentación urbana general
Fuente: elaboración propia (2022).
En el mapa se muestran los valores del índice de fragmentación agrupados
en cuatro categorías, representados con diferentes intensidades de grises. Los
tonos de gris más claros representan los valores menores, y las tonalidades más
oscuras de gris representan los valores más altos.
Al observar las cuatro variables analizadas para definir el
porcentaje de fragmentación (discontinuidad, inaccesibilidad, exclusividad e
inseguridad) de forma separada, por cada una de las centralidades se obtuvo lo
siguiente: con respecto a la discontinuidad, las centralidades 1 y 2 son las
que cuentan con menor porcentaje, lo que indica que son las más continuas, con
un valor que apenas supera el 40 %. La centralidad 4 también se encuentra
dentro del rango de 40 % a 50 %; sin embargo, se menciona de forma separada,
debido a que se encuentra en los límites superiores, casi alcanzando el 50 %.
Las centralidades 3, 5, 7 y 8 se encuentran en el mismo grupo debido a que el
porcentaje de elementos que fragmentan en el aspecto de discontinuidad no
difiere mucho; se encuentra por arriba del 60 %. Las centralidades 6 y 9 son
las que cuentan con el porcentaje más alto en elementos que fragmentan, ya que
superan el 70 %. En el caso de la centralidad 6, se aprecia a simple vista la
discontinuidad, ya que es una centralidad periférica. En la figura 4 se
representan los valores de discontinuidad mediante una gráfica de barras y un
mapa en tonalidades azules. Los tonos azules más claros corresponden a los
valores más bajos.
Figura 4. Índice de fragmentación en aspectos de discontinuidad
Fuente: elaboración propia (2022).
En la variable de inaccesibilidad, la centralidad 1 es la más accesible
por contar con menos elementos que fragmentan en este ámbito; presenta un valor
de 36 %. Las centralidades 2, 3, 4 y 5 se encuentran en un rango de 30 % a 40
%. La centralidad 9, con 44 %, obtiene un valor bajo debido a que en este
sector se ubica la central principal de la ciudad, adonde arriban todos los
medios de transporte terrestre, como los camiones de transporte público urbano,
foráneos, diferentes líneas de autotransporte que viajan a toda la república y
al extranjero y servicio de taxis. La centralidad 8 se encuentra en un rango de
60 % a 70 %, de los valores más altos, a pesar de no tener una gran
concentración de centralidad, al igual que las centralidades 6 y 7. Estas
últimas son las más inaccesibles en la ciudad. La ubicación periférica, la
carencia de infraestructura y medios de comunicación elevan el porcentaje de
elementos que la fragmentan. En la figura 5, compuesta por un diagrama de
barras y un mapa, se logran apreciar los valores correspondientes a cada
centralidad en aspectos de inaccesibilidad. Se emplean diferentes tonalidades
de rojos; los más claros corresponden a los valores más bajos y los más
intensos a los valores más altos.
Figura 5. Índice de fragmentación en aspectos de inaccesibilidad
Fuente: elaboración propia (2022).
En aspectos de exclusividad, las centralidades 6
y 7 cuentan con los valores más bajos, lo cual las convierte en las menos
exclusivas. Curiosamente, estas son las centralidades más inaccesibles y
discontinuas. Las centralidades 1, 2 y 3 se encuentran en un rango de 50 % al
60 %, valor promedio dentro de los resultados. Por su parte, las centralidades
4 y 8 se encuentran en un rango de 60 % al 70 %; es un porcentaje considerable,
por lo que tienen cierta exclusividad, aunque haya porcentajes más altos en otras
centralidades, como las centralidades 5 y 9, lo que las presenta como las
centralidades más exclusivas. En la figura 6, compuesta por un diagrama de
barras y un mapa, se muestran los resultados de la variable de exclusividad. En
el diagrama, las barras más bajas de las centralidades 6 y 7 corresponden
también a la tonalidad de verde más clara en el mapa.
Figura 6. Índice de fragmentación en aspectos de exclusividad
Fuente: elaboración propia (2022).
Los resultados de la variable de inseguridad arrojaron que la
centralidad 6 es la que cuenta con el porcentaje más bajo (38.10 %), debido a
que reúne menos elementos de seguridad. Este hecho, sin embargo, no permite
afirmar si el espacio es seguro o inseguro. Las centralidades 4 y 7 están dentro del rango de 40 % a 50 %; el número de
elementos de seguridad no sobrepasa el 50 %. Las centralidades 2, 5, 8 y 9 se
encuentran dentro de un rango de 50 % a 60 %. Las centralidades 1 y 3 son las
que cuentan con más elementos de seguridad al superar el 60 %, sin rebasar el
70 %. Esto pudiera deberse a que son las centralidades más inseguras; por ello,
fue necesario el empleo de elementos de inseguridad para contrarrestar un poco
la inseguridad. La figura 7, compuesta por un diagrama y un mapa, muestra los
resultados de la variable de inseguridad en tonalidades violetas; los tonos más
claros corresponden a los valores más bajos en el mapa.
Figura 7. Índice de fragmentación en aspectos de inseguridad
Fuente: elaboración propia (2022).
Conclusiones
El centro
tradicional o fundacional de la ciudad, debido al tiempo que lleva funcionando
como punto de concentración, la diversidad de productos y servicios que ofrece
y el alto número de atracción de viajes, presenta índices de fragmentación
bajos. Sucede lo contrario con las nuevas centralidades; es decir, que entre
más recientes o nuevas sean estas, los índices de fragmentación tienden a ser
más elevados. Esto se debe a que las nuevas centralidades son de menor tamaño
en comparación con el centro principal y suelen especializarse en productos y
servicios específicos y en costos adquisitivos, lo que influye en el tipo de
consumidores. Además, al no estar en una localización central dentro del
conjunto urbano de la ciudad, la accesibilidad se ve condicionada para algunos.
Otro factor que contribuye a una mayor fragmentación se encuentra en los nuevos
diseños de los emprendimientos que van acompañados de elementos divisorios,
medidas selectivas y condicionantes para los posibles consumidores, lo que hace
que las nuevas centralidades reúnan más elementos divisorios que elevan los
índices de fragmentación. Por lo tanto, las centralidades con mayor índice de
concentración de centralidad son las que cuentan con menor índice de
fragmentación urbana general. Es decir, que la concentración de centralidad y
fragmentación urbana es inversamente proporcional.
Por su parte, al
momento de analizar los resultados del índice de fragmentación por variable
(discontinuidad, accesibilidad, exclusividad y seguridad), los resultados son
diversos. Se observó una tendencia en la que las centralidades con índices
bajos en discontinuidad también responden a índices bajos en inaccesibilidad,
es decir, las centralidades más continuas sueles ser las más accesibles. Por
otro lado, respecto a las otras dos variables analizadas, se encontró que las
centralidades con índices altos en exclusividad cuentan con índices altos en el
empleo de elementos de seguridad. Por tanto, las centralidades más exclusivas
tienden a ser las más seguras.
Conforme pasa el tiempo, las nuevas
centralidades tienden a consolidarse. Gradualmente, se amplían las funciones y
servicios disponibles en esas áreas, lo cual incrementa el número de
consumidores y los viajes hacia esos lugares. Esto, a su vez, propicia mejoras
en los medios de accesibilidad y, por tanto, una reducción en los índices de
fragmentación. Sin embargo, esta tendencia no es general para todas las
centralidades de reciente creación. Algunas de ellas tienen implícita la
categorización en sus ofertas, que mantienen a lo largo del tiempo debido a su
carácter exclusivo. En lugar de reducirse, los elementos que contribuyen a la
fragmentación tienden a reforzarse.
El hecho de que las nuevas centralidades cuenten
con un alto índice de fragmentación ocasiona que, a pesar de tener áreas
cercanas donde se podrían satisfacer las diferentes necesidades, estas son
inaccesibles. Como resultado, los individuos se ven obligados a realizar
traslados a otras áreas de la ciudad, lo que implica un mayor gasto tanto de
recursos como de tiempo. Esto, a su vez, repercute en aspectos de movilidad y
contaminación ambiental, lo que afecta directamente la economía de las
familias.
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