Editorial
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Yency Contreras Ortiz. Doctora
en Estudios Urbanos y Ambientales del Colegio de México. Profesora del
Instituto de Estudios Urbanos (IEU) de la Universidad Nacional de Colombia,
Sede Bogotá. ORCID: https://orcid.org/0000-0003-1183-6826 Correo electrónico:
ycontreraso@unal.edu.co
Las transformaciones de las dinámicas urbanas y territoriales de
finales del siglo XX, junto con los procesos de transformación del modelo de
Estado en la América Latina de los años ochenta, se expresaron en nuevos
mecanismos de acceso al poder político y en nuevas instancias para la
traducción de preferencias de los pobladores a través de los sistemas
políticos; así como en las condiciones de participación del capital
financiero-inmobiliario en el desarrollo y competitividad de las ciudades. Este
último aspecto se posicionó como un objetivo en sí mismo para la consecución de
mejores condiciones de vida.
Estos cambios se materializaron en la creación de nuevas
instituciones políticas a nivel territorial, las cuales implicaron una
redistribución de las competencias para atender las necesidades urbanas.
Además, se produjo un aumento del poder del sector privado en el desarrollo y
prestación de servicios, que otrora eran exclusivamente responsabilidad del
sector público. En este contexto, y en medio del proceso de consolidación de la
urbanización en una fase de metropolización y expansión urbana, el suelo, como
componente principal de la ciudad, reveló su potencial para generar rentas,
aunque no necesariamente captadas por la colectividad.
Al
mismo tiempo, la transformación de las formas de ocupación alrededor de las
grandes ciudades y la intensificación de las relaciones funcionales con los
municipios circunvecinos mostraron procesos significativos de desarrollo
desigual, de concentración de los centros productivos y de empleo, la
especialización de centros urbanos y la segregación socioespacial de amplias
capas de la población, las cuales
quedaron
al margen de los beneficios de pertenecer a la metrópoli, entre otros aspectos.
Esta situación, sin duda, ha marcado un cambio significativo a
fines de un siglo e inicio de otro, caracterizado por la búsqueda de
explicaciones desde la academia acerca de los factores que han profundizado
estas brechas y la forma de impactar en ellos; así como por las justificaciones
frente a la necesidad de fortalecer institucionalmente los gobiernos
territoriales y mejorar las formas de interacción con los otros niveles de
gobierno y con la sociedad civil. A ello se sumaron las reflexiones sobre los
mecanismos que permitirían imponer regulaciones y control sobre los mecanismos
privados para la asignación y provisión de bienes públicos. Todo esto con el
propósito de promover sociedades más equitativas, donde se redujera la
segregación, gobiernos más legítimos y ciudadanos con mejores condiciones de
vida.
En este número de la Revista Estados, Ciudades y Política,
se presentan cuatro artículos de investigación, uno de reflexión y una revisión
bibliográfica, orientados a entender el papel del mercado inmobiliario y su
expresión en la producción de diferentes bienes públicos (espacio público,
oferta turística, vivienda, internet como servicio público esencial, entre
otros). Asimismo, se abordan las consecuencias en términos de segregación
socioespacial y digital y de fragmentación territorial, como resultados de los
modelos centrados en las leyes de oferta y demanda.
El primer artículo, titulado “El parque La Mexicana. Un nodo
para la segregación en el México neoliberal”, escrito por Deva Menéndez García,
presenta un análisis empírico de las prácticas de uso y apropiación de diversos
grupos sociales en el parque La Mexicana ubicado en el área de Santa Fe de la
Ciudad de México. Para el análisis se utilizan metodologías cualitativas, como
observación, encuestas y entrevistas. El artículo plantea la pregunta de si
este espacio público ha mejorado los patrones de desigualdad de acceso al
espacio público y si ha promovido la cohesión social, lo que efectivamente
garantiza el derecho a la ciudad. En las conclusiones se evidencia que el
parque La Mexicana se ha consolidado como un nodo que ha perpetuado y mantenido
los roles tradicionales de exclusión y segregación. A pesar de que ha promovido
el contacto entre grupos heterogéneos en un mismo espacio, necesariamente ha
conducido a una mayor permeabilidad social. El parque tampoco ha logrado
democratizar el espacio ni su disfrute y ha promovido una escasa apropiación
efectiva del espacio a los sectores de bajos ingresos. Finalmente, se
demuestra cómo el espacio público ha sido automáticamente capitalizado por
pequeños grupos de altos ingresos, lo que refuerza y reproduce patrones de
segregación característicos en esta zona de la ciudad.
El segundo trabajo, denominado “Turistificación y ordenamiento
territorial en el Noroeste cordobés (Provincia de Córdoba, Argentina)”, de la
autoría de Vanesa Crissi Aloranti y Cecilia Quevedo, lleva a cabo un análisis
de los procesos de ordenamiento territorial diferenciales dentro de las
dinámicas de turistificación implementadas en la región Noroeste, que abarca
los departamentos de Pocho, Minas y Cruz del Eje, de la Provincia de Córdoba.
El estudio se centra específicamente en las localidades de Chancaní y
Salsacate. La investigación, sustentada en estrategias de triangulación
cualitativa-cuantitativa para el periodo 2019 al 2022, muestra cómo en las
últimas décadas el turismo ha sido promovido en regiones turísticas no
tradicionales de la Provincia de Córdoba, Argentina. Dicha promoción ha llevado
a una jerarquización de esta actividad económica como política de Estado del
gobierno provincial, generando lógicas de valor y atractivos singulares a nivel
local. El artículo examina la producción de valor asociada al turismo y sus
impactos territoriales en los ámbitos locales y regionales. Esto se logra a
través de estudiar cómo se configuran los lugares asociados al turismo, cómo
estos destinos se transforman y cómo surgen nuevos territorios, escalas y ordenamientos
turísticos. Como conclusión, se muestra cómo el impulso de estas lógicas
socioeconómicas vinculadas al turismo también ha tenido un impacto en espacios
rurales y zonas periféricas, lo cual plantea nuevos interrogantes sobre el
alcance y características de la injerencia de las agencias estatales y
sociales, así como las del mercado.
El tercer artículo, titulado “Capital financiero-inmobiliario y
urbanización periférica: formación de rentas especulativas en el macroproyecto
Ciudad Verde”, escrito por Óscar Alejandro Guerrero Hurtado, analiza una de las
modalidades de urbanización periférica agenciadas por el capital
financiero-inmobiliario en la sabana de Bogotá, Colombia, específicamente en el
municipio de Soacha (Ciudad Verde). El objetivo del estudio es demostrar la
paulatina consolidación de un esquema de especulación inductiva para la
formación de rentas urbanas de magnitud creciente entre 2010 y 2020. Para ello,
se examina el proceso de formación del capital financiero-inmobiliario en el
país y se analiza la evolución urbanística de Ciudad Verde por etapas y a gran
escala, con la participación del Estado en los procesos de desregulación. Esta
dinámica ha contribuido al aumento del valor de las viviendas y a la
configuración de rentas urbanas derivadas del proyecto, que con el tiempo han
sido capitalizadas por el sector inmobiliario.
El último artículo de esta sección, titulado “Índices de
fragmentación urbana aplicado a las nuevas centralidades de la ciudad de
Culiacán” y elaborado por Belén Obdulia Pérez Peñuelas, se centra en el
análisis de los procesos de transformación de los territorios resultantes del
modelo económico de apertura comercial iniciada a finales de los años setenta
del siglo XX. Este modelo generó intensos procesos de reestructuración en las
ciudades latinoamericanas y contribuyó a la promoción y formación de núcleos
urbanos periféricos y estructuras urbanas fragmentadas. El objetivo de la
investigación es explorar las características de las nuevas centralidades de la
ciudad de Culiacán, a partir de las rupturas de la estructura urbana interna,
variables de fragmentación urbana, discontinuidad e inaccesibilidad. Con ello
se pretende obtener el índice de fragmentación urbana de dichas centralidades
intraurbanas. Los resultados muestran que las centralidades más consolidadas,
como el centro principal, cuentan con los índices de fragmentación urbana más
bajos, mientras que las nuevas centralidades aun débiles en concentración de
centralidad cuentan con los índices de fragmentación más altos.
El artículo de reflexión, “Segregación Digital en Bogotá: una
revisión a la infraestructura de las TIC para el acceso a Internet”, elaborado
por Daniel Felipe Duarte Hernández y Edward Camilo Garnica Bermúdez, ofrece una
interesante visión sobre las dimensiones de la segregación en la ciudad. En
este caso, se aborda el concepto de segregación digital territorial y se
presentan evidencias sobre la manifestación de este fenómeno en Bogotá,
relacionándolo con las condiciones de segregación socioeconómica y territorial
preexistentes. A través de replicar una metodología de análisis cartográfico,
se identifican los elementos constitutivos de la infraestructura de las
Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) y se describen las
actividades para las que los ciudadanos hacen uso del internet. El estudio
revela la concentración de esta infraestructura de forma inversa a los hogares
con mayores privaciones socioeconómicas, ubicados principalmente en las zonas
de periferia de la ciudad. También destaca la distribución desigual de esta
infraestructura, relacionada directamente con la segregación socioespacial de
la ciudad. El análisis demuestra cómo la disposición espacial desigual de la
infraestructura de las TIC ha intensificado las condiciones de segregación
digital en Bogotá.
Finalmente, en este número se presenta una revisión
bibliográfica titulada “Integración y asociatividad territorial colombiana:
perspectiva comparada desde el contexto internacional”. Este trabajo, realizado
por July Alejandra López Marín y Clarivel Rodríguez Bonilla, presenta el
recorrido de la estructura de la asociatividad territorial en Colombia, con
algunos ejemplos del funcionamiento de este tipo de esquemas en América Latina
y en otros contextos del continente europeo. La revisión documental y normativa
identifica algunas formas asociativas territoriales en diferentes entornos
internacionales, con el fin de explicar algunos rasgos y características del
modelo colombiano. Se plantea que, en Colombia, los diseños institucionales
formales no han logrado trascender la participación sujeta a la voluntad
política de los gobiernos de turno. El análisis identifica dificultades
relacionadas con la construcción de confianza y el ejercicio de liderazgo entre
los diversos actores colaborativos, incluyendo los partidos políticos. Además,
se evidencian restricciones, limitaciones y barreras en el diseño e
implementación de los instrumentos de coordinación con visión estratégica. En
última instancia, se concluye que la asociatividad territorial es un
instrumento con alto potencial para la gestión del desarrollo, aunque se
requiere precisar su alcance y redefinir fuentes de financiación e incentivos.
En suma, esta colección de artículos representa una contribución
significativa a la investigación y reflexión sobre las consecuencias del modelo
de urbanización capitalista en los territorios, en escenarios de desregulación
y falta de intervención por parte del Estado, lo cual produce limitaciones en
el cumplimiento de sus principales fines, como lo son la provisión y
distribución equitativa de bienes y servicios públicos.
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