Impactos sociales del proceso de gentrificación en barrios de origen informal. Caso de la localidad de Chapinero, Bogotá
Social impacts of the gentrification process in neighborhoods of informal origin. Case of Chapinero location, Bogotá
Impactos sociais do processo de gentrificação em bairros de origem informal. Caso da cidade de Chapinero, Bogotá
Palabras clave:
Gentrificación, Informalidad, Hábitat, Recomposición social, Bogotá. (es)Gentrification, Informality, Habitat, Social recomposition, Bogotá. (en)
Gentrificação, Informalidade, Habitat, Recomposição social, Bogotá. (pt)
Impactos sociales del proceso de gentrificación en barrios de
origen informal. Caso de la localidad de Chapinero, Bogotá
Julián
Ricardo Ruiz Solano. Magíster en Gestión Urbana de la Universidad
Piloto de Colombia, docente e investigador del Programa de Arquitectura y
Artes, Universidad Piloto de Colombia. Bogotá. Correo electrónico:
julianruiz01@hotmail.com, orcid.org/0000-0001-5461-7143
Recibido: agosto
07, 2016. Aprobado: septiembre 27, 2017. Publicado: octubre 27,
2017.
Resumen
Mediante
un estudio de caso, se identifica la configuración de un proceso de
gentrificación, en la localidad de Chapinero, y se analizan y caracterizan los
impactos y las consecuencias sociales causadas por ese fenómeno dentro del
territorio. Las condiciones socioeconómicas disímiles de la población,
encontradas en la lo[1]calidad
de Chapinero, sobre un suelo de alta renta, propiciaron el surgimiento de un
proceso gentrificador; como respuesta a la escasez de
suelo urbanizable, en un cono de alta renta de la ciudad y por la presencia de
una amplia franja de barrios de origen informal, contiguos a dicho cono; una
situación que da inicio a una ardua labor logística, por parte de promotores
privados, para la adquisición de suelo urbanizable, hábil para densificación y
desarrollo, en aquellos asentamientos de origen informal, localizados estratégicamente,
junto a sectores de alta renta. La presión y la especulación inmobiliaria,
sobre una amplia zona de barrios populares de la localidad de Chapinero, se
gesta desde hace 20 años, causando la desaparición paulatina de múltiples
asentamientos, consolidados sin discriminar su condición legal (formal o informal);
siendo las constructoras y los promotores privados, los gestores de grandes
adquisiciones de suelo, a muy bajo costo, que posteriormente desarrollan en
condiciones de alta rentabilidad. Dicha circunstancia conlleva un análisis de
las consecuencias sociales que esta mutación urbana ha traído para las
comunidades de los barrios de origen informal del sector, con el deseo de
evidenciar las implicaciones sociales que genera el proceso de gentrificación
que vive la localidad de Chapinero, mostrando las mutaciones socio-espaciales
creadas por el mercado de suelos y, de manera consecuente, se plantean posibles
estrategias de gestión social que favorecen la mitigación de dicho fenómeno
urbano.
Palabras
clave: gentrificación, informalidad, hábitat, recomposición social,
Bogotá.
Social impacts of the
gentrification process in neighborhoods of informal origin. Case of Chapinero location, Bogotá
Abstract
Through a case study, the
configuration of a gentrification process is identified, in Chapinero
Locality, and the impacts and social con[1]sequences caused by
this phenomenon within the territory are analyzed and characterized. The
dissimilar socioeconomic conditions of the population, found in the locality of
Chapinero, on a land of high income, favored the
emergence of a gentrifying process; as a response to the scarcity of urban
land, in a high income cone of the city and by the presence of a wide strip of
neighborhoods of informal origin, contiguous to that cone; a situation that
gives rise to arduous logistical work by private developers to acquire urbanizable land suitable for densification and development
in informal settlements strategically located along high income sectors.
Pressure and real estate speculation over a wide area of popular neighborhoods
in the town of Chapinero has been raging for 20
years, causing the gradual disappearance of multiple settlements, consolidated
without discriminating their legal status (formal or informal); being the
constructors and the private promoters, the managers of great acquisitions of
soil, at very low cost, that later develop in conditions of high profitability.
This circumstance entails an analysis of the social consequences that this
urban mutation has brought to the communities of the neighborhoods of informal
origin of the sector, with the desire to demonstrate the social implications
generated by the process of gentrification that lives in the town of Chapinero, showing the socio-spatial mutations created by
the soil market and, consequently, possible strategies of social management
that favor the mitigation of this urban phenomenon.
Keywords: gentrification, informality, habitat, social recomposition, Bogotá
Impactos sociais do
processo de gentrificação em bairros de origem informal. Caso da cidade de Chapinero, Bogotá
Resumo
Através de um estudo de caso, a
criação de um processo de gentrificação é identificado, na cidade de Chapinero, e analisar e caracterizar o impacto e as
consequências sociais causados por este fenómeno no território. condições
socioeconômicas diferentes da população, encontrado na cidade de Chapinero, em um andar alto-renda, levou ao surgimento de
um processo gentrifying; como resposta à escassez de
terras urbanas, em um cone de alta renda da cidade e pela presença de uma ampla
faixa de bairros de origem informal, contíguos a esse cone; uma situação que
inicia um trabalho logístico árdua, por promotores privados, a aquisição de
terras para o desenvolvimento, capaz de densificação e desenvolvimento naqueles
origem assentamentos informais, estrategicamente localizado próximo aos setores
de alta renda. Pressão e especulação imobiliária, em uma ampla
bairros da cidade de Chapinero área, está se
formando por 20 anos, causando o desaparecimento gradual de vários
assentamentos, sem discriminar consolidou o seu estatuto legal (formal ou informal);
sendo os construtores e os promotores privados, os gerentes de grandes
aquisições de solo, a muito baixo custo, que mais tarde se desenvolvem em
condições de alta rentabilidade. Esta circunstância envolve uma análise das
consequências sociais que esta transformação urbana trouxe para comunidades de
bairros origem informal do setor, com o desejo de destacar as implicações
sociais geradas pelo processo de gentrificação viver a localidade de Chapinero, mostrando mutações socio-espaciais criadas pelo mercado do solo e,
consequentemente, possíveis estratégias de gestão social que favorecem a
mitigação desse fenômeno urbano.
Palavras-chave: gentrificação, informalidade, habitat, recomposição
social, Bogotá.
Introducción
El
presente trabajo evidencia una variedad de problemáticas y ambigüedades, en
diversos barrios de origen informal de la localidad de Chapinero, en torno con
la construcción social del espacio, la apropiación territorial y el tejido
social presente, en un proceso de renovación urbana, generando inquietudes e
interrogantes relacionados con la construcción de ciudad que actualmente se
plantea.
El
estado actual de los asentamientos populares, dentro de la localidad de Chapinero,
presenta disímiles estados de desarrollo y de estatus legal; se encuentran
barrios regularizados, otros, en proceso de regularización y algunos en
situaciones complejas por diversos motivos legales y normativos. Todo esto
impacta los procesos de ocupación, los tratamientos urbanos y la planeación del
territorio. Se encuentran barrios con entre 20 y 60 años de antigüedad,
caracterizados por distintos procesos de consolidación urbana y múltiples
niveles de calidad habitacional, lo que se presenta como un hecho directamente
determinado por su historia.
Debido
al desarrollo urbano y a los procesos de renovación presentes en diferentes
sectores de Bogotá, la transformación inmobiliaria que se ha venido gestando
sobre la localidad de Chapinero ha mostrado cómo los agentes privados y las
constructoras operan bajo un método común y repetitivo, al momento de adquirir
predios y terrenos; como indica el coordinador de proyección social del
programa de arquitectura de la Universidad Piloto de Colombia, Walter López
Borbón:
Las
empresas del sector privado o intermediarios de las mismas, han optado por la
compra directa de las viviendas y lotes de origen in[1]formal
a los propietarios o poseedores, disminuyendo el costo del predio
progresivamente, según las condiciones legales de la vivienda, como escrituras
o titulación, cumplimiento de la normativa, obediencia de norma sismo resistente;
diezmando el valor real de la propiedad con cada negativa, frente a los
documentos de soporte solicitados (Comunicación personal, 13 de octubre, 2011).
Según
lo observado durante el trabajo de campo, las familias buscan un nuevo lugar de
resguardo como resultado posterior a la venta de las viviendas, algo que
difícilmente puede ser adquirido con el dinero obtenido, debido al alto costo
de suelo existente en la ciudad, sumado el desconocimiento y a la falta de
información, al momento de intentar adquirir una nueva vivienda. Aquellos que
permanecen en la zona, por otro lado, empiezan a vivir una experiencia
totalmente ajena a la acostumbrada, dándose convivencia con nuevos vecinos,
cambios trascendentales en el territorio, aumento en los costos de vida, entre
otros aspectos. Finalmente, se encuentra un panorama de nuevas viviendas
multifamiliares, ubicadas en zonas de altas condiciones socioeconómicas, dentro
de un sector fragmentado por diferentes condiciones urbanas, arquitectónicas,
económicas y sociales, que modifican de manera abrupta el tejido social
existente en el territorio. En relación con esto, Saldarriaga (2002, p. 162)
menciona que no se trata solamente de la edificación física o material de la
ciudad y de sus espacios, sino de la construcción mental de los ciudadanos que,
por medio de imágenes, reconocen, identifican y encuentran su memoria. Memoria
cultural que representa un sinnúmero de imágenes, costumbres, valores, objetos
y espacios que, como efecto de su desaparición, crean fuertes impactos que
repercuten en la estructura cultural de una comunidad.
Este
estudio caracteriza los impactos sociales generados por la renovación urbana
que se gesta, hoy en día, sobre asentamientos de origen informal de la
localidad de Chapinero, demarcando un lapso determinado por la promoción
distrital para la legalización de barrios informales que se da a finales de los
años 80 e inicios de los 90, en un rango cercano a los 20 años que llega hasta
la actualidad, constituyéndose como hecho de alto impacto para el territorio
estudiado.
La
legalización de asentamientos creó múltiples efectos colaterales en el
territorio; los barrios de origen informal empezaron a recibir nuevos
beneficios, como equipamientos públicos y mejoras en infraestructura, pero
también nuevos impuestos y estándares para el cobro en los servicios públicos,
así como su integración a planes de mejoramiento integral. Sin embargo, la
formalización de unidades barriales conllevó también nuevos conflictos en la
zona: en primera instancia, la presión de las autoridades distritales por la
ocupación ilegal de tierras fue reemplazada por las grandes y pequeñas empresas
constructoras, interesadas en ocupar e intervenir el territorio; en segunda
instancia, los nuevos planteamientos por parte del Distrito, en busca del
control de crecimiento de la ciudad, el manejo de bordes y la re densificación
del centro urbano, con iniciativas como la Resolución 463, de 2005, y la
Resolución 1141, de 2006, que brinda respaldo normativo a la re[1]solución
anteriormente mencionada, impulsaron al mercado inmobiliario a colocar sus ojos
en sectores centrales y con potencial de densificación, incrementando la
especulación del suelo y la presión inmobiliaria sobre el territorio. Lo
anterior lleva al planteamiento de la pregunta: ¿Qué tipo de impactos sociales
causan la presión y la especulación inmobiliarias sobre los sectores de origen
informal, en la localidad de Chapinero?
Con
el ánimo de brindar una respuesta a la anterior pregunta, se analiza e
interpreta la percepción de los diferentes actores que intervienen en el
sector, los cuales incluyen a la comunidad, a los constructores privados y a
los entes estatales, comprendiendo la visión del habitante frente al conflicto
actual de la dinámica inmobiliaria del sector, desde la apreciación única del
sujeto que ha vivido los momentos determinantes del territorio y la presión del
mercado de finca raíz que lo rodea. Por otro lado, comprendiendo la óptica
política, lo normativa y los planes que tiene trazados el Distrito, a futuro,
sobre el área, al igual que se analiza el comportamiento de los promotores
privados, entendiendo su visión actual y futura del territorio.
De
esta manera, se estudia el comportamiento y el desarrollo inmobiliario de un
sector de origen informal, inmerso en un cono de alta renta, entendiendo la
visión de sus distintos actores sobre el territorio, deduciendo las
afectaciones sociales que el fenómeno de gentrificación ha causado en los
habitantes de barrios populares. Ello, con el deseo de brindar posibles
soluciones, desde el ámbito social, como elemento primordial en la construcción
del espacio, en la búsqueda del fortalecimiento comunal y en la consolidación
del tejido social, mitigando efectos negativos que recaen sobre la población
más vulnerable, como el desplazamiento urbano y la segregación social-espacial.
Metodología
Inmerso
en los cerros orientales de Chapinero
La
investigación se desarrolla a partir de un estudio de caso, como estrategia
metodológica, enfatizando en el estudio del fenómeno de gentrificación,
dirigido a entender las dinámicas presentes en los barrios de origen informal
de la localidad de Chapinero, describiendo, explicando y generando un juicio de
los efectos urbanos y sociales del fenómeno sobre el territorio y,
específicamente, sobre la población.
Se
utilizan, como métodos de recolección, 1) la revisión documental, utilizando
diversas fuentes de información, tales como prensa, documentos oficiales de
organismos públicos, libros, internet, entre otros; y 2) la aplicación de
entrevistas semiestructuradas a una muestra, por conveniencia, de la población
local, la cual llegó a un punto de saturación del discurso, permitiendo la
medición de evidencias, teniendo como finalidad la descripción y
caracterización de los impactos sociales generados por la gentrificación; estudiando
las comunidades del sector y estas como se ven afectadas por el fenómeno
anteriormente mencionado (Paramo, 2008a, p. 310).
La
última fase evidencia los hallazgos, proporcionando explicación y desarrollo de
la pregunta planteada al inicio del documento; para así llegar a la formulación
de una propuesta de mitigación que responda a los hallazgos expuestos (Paramo,
2008a, p. 311).
Análisis
de contenido
La
metodología aplicada se divide en dos etapas. Inicialmente, se desarrolló un
análisis de contenido, como técnica de recopilación de información que facilita
el estudio de información relevante para la investigación (Paramo, 2008b, p.
206). Esta se organizó de forma cronológica, dando comprensión e interpretación
del histórico normativo del Bosque Oriental de Bogotá, identificando los hechos
relevantes que han demarcado el proceso de desarrollo territorial en el sector
analizado, desde una perspectiva social. En segunda instancia, se examinó el
marco normativo relacionado con la protección al medio ambiente y con la
administración de las áreas de reserva forestal afines al territorio en
estudio, profundizando en las competencias del Ministerio de Ambiente, la
Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y la Alcaldía Mayor de
Bogotá; con el ánimo de analizar las condiciones de la normativa vigente, las
cuales juegan un importante papel en el presente y futuro del territorio en
estudio, siendo elemento constituyente de la denominada reserva forestal
protectora Bosque Oriental de Bogotá.
Como
resultado de esta última resolución, se realizó la interpretación de la
sustracción de 973 hectáreas del área de la Reserva Forestal Protectora “Bosque
Oriental de Bogotá”, las cuales afectan, de forma directa, al sector en estudio
(localidad de Chapinero). Se estudió la zonificación propuesta y el tratamiento
de las zonas correspondientes a vivienda, infraestructura y servicios urbanos
ubicados en el área seleccionada, para deducir los impactos legales y
económicos que puedan afectar al territorio y a su comunidad.
Esta
revisión documental permitió realizar una lectura del contexto histórico,
legal, eco[1]nómico
y ambiental de los Cerros Orientales de Bogotá, comprendiendo su proceso de
gestión y de transformación, a lo largo de los últimos 30 años; con ella, se
vislumbró la problemática base, facilitando la interpretación del
comportamiento del territorio, de tal modo que permitiera inferir los posibles
procesos económicos y ambientales que se den en el futuro; en una etapa final,
se buscó cruzar dicha información al momento de realizar la identificación y la
descripción de posibles impactos sobre la población de los barrios populares de
la localidad de Chapinero.
Entrevistas
semiestructuradas
En
segundo lugar, se realizó una serie de entrevistas semiestructuradas, con
enfoque en historia oral o biográfica, de los habitantes de los barrios de
origen informal de Chapinero; registrando la memoria y la experiencia de
diferentes individuos en relación con su vida dentro de un territorio
determinado (Paramo, 2008b, p. 131).
Por
medio de este instrumento, se buscó puntualizar determinados momentos de las
vidas de los individuos, de tal forma que se presentaran como instantes
selectivos que hayan marcado el rumbo de la familia, de la casa, del barrio y
de la comunidad, permitiendo evidenciar distintas vivencias y sentimientos que
fueron contrastados con la información recolectada en el análisis documental,
permitiendo cruces de datos congruentes y de alto valor histórico.
Esta
técnica facilitó generar una reconstrucción del entorno social y espacial, a
partir de situaciones y vivencias que experimentó el entrevistado, y desde su
percepción de hechos anteriores, teniendo como función comprender el lado
subjetivo de los procesos institucionales y económicos por los cuales han
pasado los barrios populares de la localidad de Chapinero.
Grupo
focal
Para
la aplicación de la entrevista, la población seleccionada se dio mediante
muestreo por conveniencia, donde las comunidades de los barrios de origen
informal constituyeron el grupo focal. Los instrumentos aplicados se ejecutaron
con determinados habitantes de los barrios populares, teniendo como criterio de
selección la buena disposición a colaborar, de cara al presente trabajo; y, en
segunda instancia, la antigüedad y el conocimiento sobre el territorio que
habitan. También se valoró la noción de los diversos procesos sociales y
económicos que ha sufrido el sector de estudio durante las últimas tres décadas
a la actualidad. El grupo focal fue seleccionado teniendo en cuenta su
conocimiento del territorio, además de las vivencias y experiencias acaecidas
durante décadas, siendo sus integrantes receptores de los impactos generados
por la toma de decisiones respecto al sector y otorgando una visión social a la
investigación, mediante sus experiencias y el conocimiento de lugar que habitan
hace más de 60 años1.
Procesamiento
de la información
Tras
un proceso de recolección de información gestado con base en diversas fuentes y
medios, se realizó un análisis de contenido que fue sistematizado en tres
grandes grupos: 1) grupo de documentos oficiales de organismos de control, 2)
grupo de información de prensa y 3) grupo de documentos teóricos.
Cada
grupo se organizó cronológicamente, reconociendo hechos de relevancia y de
interconexión entre sí; para realizar un compilado de información que concentra
los datos principales pertinentes para el caso de estudio.
Con
base en el primer compilado de información, se desarrollaron entrevistas
mediante un instrumento acompañado de un soporte de audio. Dentro de la
sistematización, fue necesario tamizar determinada información para incorporarla
al documento, transcribiendo, de manera puntual, los datos necesarios para la
realización de una línea de tiempo, útil para demarcar hechos que determinaron
la historia del territorio en estudio, desde la percepción social.
Finalmente,
esta información se cruzó para intentar una lectura única del territorio, con
un panorama más amplio de entendimiento, analizado desde diversas ópticas. Así,
la intención fue exponer los hallazgos encontrados en dos secciones: una de
ellas muestra el componente político y económico que evidencia los hechos que
han intervenido en el sector analizado, mientras la segunda da a conocer la
visión social del territorio, desde una perspectiva subjetiva, ligada a las
entrevistas realizadas.
Resultados
La
gentrificación en la localidad de Chapinero
La
localidad de Chapinero, ubicada entre la calle 39 y la calle 100, desde la
avenida Caracas hasta los Cerros Orientales de Bogotá, presenta en su extremo
oriental una de las zonas de mayor renta de la ciudad y es una de las áreas más
exclusivas, en temas de vivienda y de negocios, según lo expone Metro Cuadrado,
en su sección de “Ciudades y Precios de Finca Raíz” (2013). Se encuentra una
combinación de barrios con altas condiciones económicas, junto a una franja de
18 barrios populares; esto constituye un comportamiento atípico dentro de
Bogotá, en referencia a la especulación del suelo. Dicho fenómeno ha generado
fuertes cambios en la estructura social y en las condiciones de vida de los
desarrollos informales; dado que las decisiones políticas del Distrito y del
mercado formal han arrastrado un gran número de consecuencias, dentro de la
comunidad y sus habitantes, en los aspectos político, económico y social,
siendo merecedoras de estudio respecto al territorio.
La
génesis de este estudio se dio en el año 2011, mediante una investigación que buscaba
identificar las condiciones habitacionales de vivienda en barrios de origen
informal; esta investigación se desarrolló en barrios populares de la localidad
de Chapinero, creando amplias expectativas e inquietudes en
relación a la evolución y la consolidación de las comunidades en el
territorio. Aunque a simple vista las condiciones habitacionales de los barrios
informales no son las ideales, dentro del trabajo de campo la comunidad denoto
como problemática principal la existencia de fuertes conflictos y de constante
temor frente a la posible expulsión del territorio. Se identificó en los
habitantes un temor arraigado a ser desplazados de sus barrios y viviendas,
debido a los inmensos esfuerzos que han tenido que hacer para construir sus
hogares y a la constante resistencia que han soportado para no ser movilizados
de sus barrios, debido a las condiciones ilegales de origen.
El
temor a la expulsión y desposesión del territorio ocupado, presente en
múltiples comunidades de los barrios de origen informal, fue reconocida en
diversos barrios de Chapinero, los cuales exponían cómo, a pesar de su
resistencia por mantenerse en las viviendas, la renovación urbana que se viene
dando en la zona ha instaurado la descomposición social en las comunidades y,
por ende, la de su espacio, permitiendo el ingreso de nueva población a barrios
inicialmente informales que, hoy en día, presentan características socialmente
heterogéneas, con zonas residenciales de un alto nivel socioeconómico que
limitan con desarrollos urbanos de baja capacidad adquisitiva, algo que crea un
desgarro en el tejido social existente, mediante el desplazamiento urbano y la
conformación de procesos de segregación y de exclusión de la población
originaria, respecto a los nuevos habitantes del área, quienes poseen mejores
condiciones económicas. Este proceso de colonización de los niveles
socioeconómicos altos se ha venido gestando paulatinamente, mediante la adquisición
de suelo a los habitantes originarios de estos barrios, por parte de empresas
urbanizadoras y de constructoras que se encargan de obtener terrenos ocupados
por desarrollos habitacionales populares, liberando áreas y globos de suelo
edificable, mediante incentivos económicos dirigidos a las comunidades nativas.
Se
definió como objeto de estudio la localidad de Chapinero, debido a la
identificación de un fenómeno urbano constante en los barrios de origen
informal del sector. Durante la primera etapa, se reconocieron 18 barrios
populares en la localidad, bajo la premisa de que el comportamiento
inmobiliario tenía características tendentes en el territorio, ya que al
comienzo se habían identificado, consecutivamente, tres barrios bajo el mismo
proceso urbano y social. Sin embargo, durante el trabajo de campo y de
recolección de información, se evidenció que el fenómeno no se desarrollaba en
toda el área de estudio, mostrando tan solo puntos focales; reconociendo siete
(7) barrios bajo la influencia de la gentrificación, donde se identificaron las
señales propias del fenómeno urbano, entendiendo la gentrificación como:
Un
proceso de renovación urbana que denota cambios socioculturales debido a la
compra de casas (que para algunos puede resultar parte de un proceso de
especulación urbana), por parte de gente adinerada de clase media o alta, en
una comunidad no muy próspera, en donde por las mejoras realizadas en las
propiedades estas aumentan su valor, lo cual va acompañado de un proceso de
desplazamiento de las personas de menores ingresos y un mejoramiento de las
áreas circundantes (Barrera, 2013, p. 7).2
Dentro
de los barrios reconocidos bajo el proceso gentrificador,
se evidencia, durante los últimos 20 años, desintegración del tejido social del
territorio; donde sobreviven, en el ámbito físico y espacial, siete (7) barrios
de origen informal y tan solo tres (3) comunidades resilientes a la mutación
urbana latente.
Barrios
de origen informal, localidad de Chapinero
Los
barrios reconocidos bajo el fenómeno gentrificador
(Olivos, Juan XIII, Nueva Granada, Luis Alberto Vega, Santo Domingo, María
Cristina y Bosque Calderón I, II, III y IV) presentan, como característica
común, una ubicación contigua dentro de un área específica de la localidad, inmersa
en un cono de alta renta que denota constante presión inmobiliaria sobre los
asentamientos populares, como se observa en Figura 1, Así, se afectan las
condiciones sociales y espaciales de la comunidad, desintegrando hasta el día
de hoy diversos asentamientos. Dentro de las tres comunidades nativas que aún
se mantienen activas y resistentes en el territorio, se denota un alto nivel de
consolidación, donde es posible identificar Juan XXIII, Nueva Granada y Bosque
Calderón como comunidades barriales, física y socialmente consolidadas.
Figura 1. Visual del barrio Juan XXIII hacia la
ciudad, localidad de Chapinero, Bogotá
Nota: Elaboración propia, septiembre de 2011.
Es
necesario mencionar que el proceso de gentrificación, a pesar de generarse tan
solo en siete (7) barrios de la localidad, crea tensiones e impulsa el
desarrollo del fenómeno. En otras palabras, la localidad de Chapinero, al
caracterizarse como sector de altos ingresos per cápita, con una población que
contiene pocos habitantes en condiciones de pobreza, en relación con otras
localidades de la ciudad (Metro Cuadrado, 2013b), se muestra como un sector de
condiciones socioeconómicas altas, que busca homogeneizar dicha característica.
Barrios
de alto poder adquisitivo, como Rosales, Chicó, Chapinero Alto, La Cabrera; hoy
en día representan una de las zonas de mayor renta de la ciudad (Metro
Cuadrado, 2013a), lo que genera inversión económica continua en la zona, por
parte de promotores privados, conllevando a la constante búsqueda y adquisición
de suelo urbanizable y fomentando el desarrollo inmobiliario residencial de
alta gama en el sector. Al agotarse el recurso del suelo, los promotores optan
por la apropiación de nuevos territorios, de connotación social negativa, dada
su condición de informalidad, y se encargan de transformarlo en áreas
atractivas y de iguales condiciones socio-económicas a
las del área circundante. En este orden de ideas, los factores gentrificadores se reflejan más allá de la zona
transformada y se expresan por medio de fenómenos como la especulación, la
connotación territorial, la segregación y la exclusión. Desde este punto de
vista, aunque la investigación delimita siete barrios receptores del fenómeno,
la relación e interacción territorial con la localidad de Chapinero continúa
siendo un elemento decisivo dentro de la investigación, creando línea en la
compresión de las dinámicas del mercado y de los comportamientos sociales del
sector (Ver Figura 2). Para ello, se profundiza a continuación en la óptica de
cada uno de los agentes que intervienen el territorio y se analiza la visión
que tienen del mismo.
Figura 2. Heterogeneidad social-espacial. Cerros
Orientales de Chapinero
Nota: Elaboración propia, septiembre de 2013.
Agentes
políticos y económicos
El
comportamiento de mutación y de evolución urbana ha sido determinado, en los
últimos años, por empresas privadas de construcción, generando mayor
intervención sobre el área, en comparación con los agentes que eran auto
productores; siendo los promotores privados (urbanizadores y constructoras) los
que han guiado el desarrollo territorial. En este apartado, se analizan las
actuaciones políticas y económicas que han creado cambios en el comportamiento
urbano del sector, entendiendo como disímiles posturas administrativas que
predeterminan las acciones urbanas, influenciando directamente las diferentes
agentes que se hallan en el territorio.
Durante
décadas, diversas constructoras, urbanizadoras e inversionistas privados, han
tenido interés económico sobre el área de estudio, debido a sus condiciones
espaciales dentro de la ciudad y por su alto potencial de renta, el cual se
presenta como el mayor atractivo, dentro del desarrollo inmobiliario. La
adquisición de suelo, de manera progresiva y programada, ha evidenciado las
proyecciones privadas de transformación del territorio; encontrando predios
adquiridos en el sector, por importantes propietarios de suelo de la ciudad,
hace más de 15 años. Diversas metodologías de adquisición de terrenos,
han sido parte del proceso de consolidación de importantes bancos de suelo
sobre el sector alto de Chapinero, sin discriminación alguna por su estatus
normativo o legal, conformando amplias áreas que se encuentran a la espera de
un aval institucional para su desarrollo.
Más
allá de detallar el comportamiento y los impactos que han causado cada una de
las constructoras que han intervenidos el sector en estudio, se pretende crear
una visión macro de las consecuencias y afectaciones que generan las decisiones
políticas y económicas sobre un territorio puntual, entendiendo como la
conjugación de intereses de diversos agentes, logra confluir en un proceso de
transformación urbana a gran escala, impactando multiplicidad de redes y sistemas
urbanos construidos por los ciudadanos.
Plan
director corredor ecológico y recreativo de los cerros orientales
Dentro
de la revisión documental, es necesario contextualizar los hechos relevantes
que han afectado directamente el borde oriental de Bogotá, entendiendo los
impactos políticos y económicos que han recaído sobre la zona de estudio;
comprendiendo el surgimiento de las primeras leyes de protección ambiental,
analizando el estado actual e interpretando su futuro.
Respecto
a la normativa pasada y reciente, se realizó un paneo que abarcó desde 1970
hasta la actualidad.
En
los años 70, debido al crecimiento de la ciudad, se dio inició el proceso de
ocupación y consolidación de asentamientos de los cerros orientales, generando
incertidumbre sobre el manejo ambiental del área en mención; esto impulsaría su
normatización mediante una declaratoria que alindera
la reserva forestal de los Cerros Orientales por medio la Resolución 76 (1977),
restringiendo el desarrollo urbano en la zona de reserva, tras el cuidado y
mantenimiento del área, como elemento productor de agua para la sabana de
Bogotá. Posteriormente el Acuerdo 7 (1979) precisa el perímetro de servicios,
al cual las Empresas Distritales prestadores de Servicios Públicos se ciñen
para suministro de los mismos; creando un borde urbano
que concuerda con el límite occidental de la reserva. En los siguientes años
surgen nuevos asentamientos de vivienda informal situados fuera del perímetro
urbano, los cuales se legalizan y consideran parte de dicho perímetro, dejando
de lado la prohibición de desarrollo urbano en el área de reserva forestal
definida por la Ley nacional de 1977 (Secretaría Distrital de Planeación, 2007,
pp. 8-6).
En
1990, con el Acuerdo 6, se crean las áreas suburbanas para la ciudad, siendo
una franja de transición que envolvía el costado oriental del casco urbano de
Bogotá, y se dio como espacio donde cohabitaban los modos de vida rural y
urbano. Este acuerdo prohibía el desarrollo inmobiliario sobre las áreas
suburbanas, localizadas en zonas de reserva forestal del bosque oriental, sin
embargo, se permitió la incorporación de suelo protegido entre las cotas 2700 a
2800 al área urbana de la ciudad, para su desarrollo urbano (Secretaría
Distrital de Planeación, 2007, pp. 8-6).
En
el año 2000, con la aprobación del Plan de Ordenamiento Territorial de Bogotá,
se ratificó la existencia de la reserva y la administración de esta por parte
de la CAR, clasificando el suelo e incluyéndolo en la reserva del sistema de
áreas protegidas del Distrito. A pesar de lo anterior se incorpora de nuevo,
suelo de la reserva al suelo urbano omitiendo la administración del orden nacional
de la zona protegida (Secretaría Distrital de Planeación, 2007, pp. 8-6).
Con
la revisión del plan de ordenamiento territorial, en el año 2004, mediante el
acuerdo 190, se constituyen corredores ecológicos sobre el costado oriental,
los cuales fueron definidos mediante una franja de 50 a 100 metros de ancho
sobre el suelo rural, colindante y paralela al perímetro del casco urbano, en
concordancia a los instrumentos de gestión y planeación. Este Instrumento
pretendía proporcionar a Bogotá, una frontera que proveyera control de
desarrollo y expansión urbana informal sobre suelo rural. Este instrumento
finalmente no se reglamentó; y aunque el perímetro urbano de la ciudad se
reformó respetando la reserva forestal, y ratificó el límite occidental de la
zona de protección como límite urbano. Para ese momento, ya todos los
desarrollos urbanos legalizados en esta área, se
hallaban formalmente en zonas de reserva (Secretaría Distrital de Planeación,
2007, pp. 8-6).
Para
solucionar este escenario, el Ministerio del Medio Ambiente, Vivienda y
Desarrollo Territorial planteó la Franja de Adecuación por medio de la
Resolución 463 (2005), redelimitando la reserva y modificando el área de
conservación y protección ambiental de los Cerros Orientales, liberando 973 ha,
debido a la pérdida de condiciones medioambientales adecuadas para su
preservación, definiendo dos áreas:
·
Áreas de Ocupación Pública prioritaria, adyacente
al límite occidental de la Reserva;
·
Áreas de Consolidación del Borde Urbano.
A
la vez, al igual exigía al Departamento Administrativo de Planeación Distrital
regular esta área mediante un Plan Zonal, el cual se contrató por la entidad,
precisando los sitios de ocupación pública en los cuales se proponen corredores
ecológicos y parques. Sin embargo, esto no fue reglamentado debido a que en
2006 el decreto fue demandado mediante acción popular.
Posteriormente
la CAR como institución reguladora de la reserva, realizó el Plan de Manejo
Ambiental de la reserva forestal protectora Bosque de los Cerros Orientales
(Resolución 1141, 2006) por medio del cual se zonifica el área en las
siguientes categorías: Zona de Conservación, Zona de Rehabilitación Ecológica,
Zona de Recuperación Paisajística y Zona de Recuperación Ambiental y la Franja
de Adecuación (sustracción). Este instrumento conserva los trazados generales
de la Resolución 463 (2005) para la zona de la Franja de adecuación,
entendiendo que se encontraba a la espera de la sentencia definitiva del
Consejo de Estado.
En
2007 la Secretaria de Planeación Distrital en búsqueda
de instrumentos alternos para implementar un proyecto en defensa de la reserva
forestal, crea el Plan de manejo del borde occidental de la zona protegida, el
cual plantea formar y regular de forma específica la franja de adecuación, al
Plan de Manejo de los Cerros Orientales definido por la CAR, en la Resolución
1141 (2006). Dentro de este plan se precisa el Corredor Ecológico y Ambiental
de los Cerros, con el concerniente Plan Director, el
cual sirve de elemento paisajista contenedor de las dinámicas urbanas
provenientes de los colindantes desarrollos multifamiliares con las áreas de
protección.
El
corredor se ubica en el borde occidental de la reserva forestal y en el borde
oriental urbano de la ciudad. El corredor se da a lo largo de 42 kilómetros
entre la calle 193 al norte y la quebrada Yomasa.
Posee un ancho cambiante entre 12 y 1250 metros que cubren un área de 408.74
hectáreas. El corredor cruza las localidades de Usaquén, Chapinero, Santa fe,
San Cristóbal y Usme (Secretaría Distrital de Planeación, 2007, p. 9).
Según
la Secretaría Distrital de Planeación (2007, p. 9), el corredor ocupa áreas sin
desarrollo urbano de la Franja de Adecuación que es zonificada por el plan de
manejo de la reserva forestal (Resolución 1141, 2006). Por su ubicación, el
corredor posee importante relevancia para la estructura ecológica y funcional
de la región Bogotá; su alto valor se encuentra en cuatro (4) aspectos:
Inicialmente
su papel como elemento estructural en el crecimiento y la evolución del territorio,
dado su nivel regional. En segunda instancia, su función y valor como oferta
hídrica y ambiental de la región. En tercer orden se rescata su valor simbólico
y patrimonial para la ciudad y región. Y como cuarto y último aspecto, la
relación biofísica que integra cualidades ecológicas de conectividad ambiental
de forma transversal (Secretaría Distrital de Planeación, 2007, p. 9).
Para
generar una implantación territorial adecuada, el modelo de ordenamiento
plantea el mayor corredor ecológico y recreativo de Bogotá, mediante el
provecho público general y plantea una nueva área de Manejo Especial,
instituida dentro de la Estructura Ecológica Principal, denominada “Corredor
Ecológico y Recreativo de los Cerros Orientales” y ser constituida como suelo
de protección al hacer parte de la Franja de Adecuación, que fue aprobada por
el Consejo de Estado. El modelo concebido se forma a partir de tres
estrategias: la ambiental y biofísica, la socio cultural,
y la estrategia espacial y de infraestructura (Secretaría Distrital de
Planeación, 2007, p. 19).
Como
es notorio las diferentes entidades territoriales con injerencia sobre la
reserva (CAR y Distrito), construyeron y moldearon la planificación territorial
del Bosque Oriental de Bogotá en concordancia a la Resolución 463 (2005), de
manera anticipada la sentencia del Consejo de Estado que tardó ocho (8) años en
brindar res[1]puesta
a la apelación colocada sobre el mismo.
Hasta
el año 2013, el Consejo de Estado promulgó la sentencia en torno a la apelación
interpuesta en contra la sentencia dada por el Tribunal Administrativo de
Cundinamarca, por medio de acción popular, objetando:
Amparó
los derechos colectivos al goce de un ambiente sano, la existencia del
equilibrio ecológico, la defensa y salubridad públicas, el acceso a una
infraestructura de servicios que garanticen la salubridad pública, la seguridad
y prevención de desastres previsibles técnica[1]mente
y la realización de construcciones (Consejo de Estado, 2013, p. 1).
Lo
cual excluía 973 hectáreas de la reserva, ratificando la Resolución 463 (2005)
del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial; reconociendo la
pérdida de condiciones del suelo de reserva en un alto porcentaje del área;
reduciendo la zona protegida de 14.116 hectáreas a 13.143. Debido a los daños
causados a la zona de reserva forestal por causa del crecimiento urbano y la
escasez de suelo, encontrando más de 116.000 personas habitando la zona de
reserva; como consecuencia del limbo jurídico que se generó durante 8 años,
cuando surgen los nuevos linderos del Ministerio de Ambiente en el año 2005,
que posteriormente son demandados y suspendidos por el Tribunal Administrativo
de Cundinamarca (El Tiempo, 2013a), lo que creó vacíos normativos que
facilitaron la intervención y desarrollo habitacional en el territorio.
Se
produjo el surgimiento y consolidación de asentamientos informales, entre 2007
y 2013, dentro de las áreas de reserva forestal, registrándose 1986
construcciones ilegales, de las cuales 1533 fueron terminadas, según menciona
la Secretaria de Hábitat; identificando en su mayoría
en estrato3 1 y 2, un 57% de los asentamientos en la localidad de
Usaquén; y un 20,9%, en la localidad de Chapinero. En este periodo, enmarcado
por la incertidumbre jurisdiccional, dentro del área se construyeron además de
viviendas informales populares, edificaciones informales de alta gama, que se
alzaron sobre casas demolidas y compradas a bajo costo a sus propietarios,
principalmente de escasos recursos (El Tiempo, 2013b).
El
señor de una constructora nos dijo que vendiéramos la casa, que nos daba 120
millones y nos evitaba problemas como el pago de impuestos caros, porque el
barrio, que es estrato 2, se iba a subir a estrato 6, con los edificios que nos
están construyendo al lado. Así nos presionan para que vendamos.
Quien
cuenta estos hechos es Clara Guzmán, que vive en Los Olivos, uno de los barrios
en trámites de legalización en el cerro del sector de Chapinero, que tiene
casas antiguas de 1 y 2 pisos, cercadas hoy por edificios de 20 y más plantas.
“Ofrecen
por las casas $120 millones para hacer edificios con apartamentos hasta de $
1.200 millones, como hicieron con algunos dueños de Los Olivos, que tuvieron
que vender. Porque la constructora compró casas vecinas, las desocuparon y ahí
metieron indigentes para que fastidiaran. La gente salió así corriendo”, contó
Carlos Mayorga, fiscal de la junta comunal del barrio Juan XXIII, vecino de los
Olivos (El Tiempo, 2013b).
La
intervención sobre el territorio no se dio únicamente bajo desarrollos
informales y autoproducción, también fue gestada por promotores privados que
implementaron proyectos inmobiliarios multifamiliares, los cuales afectaron las
condiciones medioambientales de la reserva forestal de los Cerros Orientales de
Bogotá.
Denotando
como desde el surgimiento de la Resolución 463 (2005), la especulación de
suelos ha impulsado el desarrollo de vivienda en altura para la población de
alto y medio poder adquisitivo en el área; fortaleciendo el sector como uno de
los conos de alta renta de la ciudad; se ha incrementado la presencia de
terrenos baldíos a la espera de desarrollo, sirviendo como “lotes de engorde”
(llamados así, popularmente, a los predios que no son urbanizados, ya que
adquieren mayor rentabilidad con el transcurrir del tiempo). Ejerciendo una
fuerte presión inmobiliaria sobre los barrios de origen informal que se
encuentran dentro y contiguos a la franja de adecuación, mientras el sector es
urbanizado paulatinamente, posterior a la expulsión progresiva de la población
originaria de los asentamientos populares.
Por
lo cual es necesario visibilizar cómo las decisiones de carácter administrativo
y de injerencia en el ordenamiento territorial impactan en diferentes escalas
afectando de forma positiva y negativa la configuración territorial. Haciendo
notorio en el planteamiento normativo y de planeación de los instrumentos de
gestión, como la población de los asentamientos informales queda relegado sin
tener en cuenta las acciones de impacto que se pueden gestar mediante la intervención
territorial, donde la población debería ser el eje de principal interés en un
Estado Social de Derecho como el Estado Colombiano. Esto lleva a cuestionar
cómo la población percibe y vive la transformación de su espacio y de su
hábitat, sin un previo consenso o si quiera advertencia de lo que ha de suceder
tras una intervención urbana; por lo cual, a continuación, se analiza la visión
social del territorio en estudio.
Agentes
sociales: la comunidad originaria
La
identificación del fenómeno de gentrificación como objeto de estudio, en el
sector, se identificó por medio del sentir de la comunidad, denotando fuertes
tensiones debido al actual proceso inmobiliario que se gesta en la zona, y por
el cual se sienten intimidados. Diferentes habitantes de barrios de origen informal, comunicaron el temor y preocupación por ser
expulsados de sus hogares, debido al desplazamiento masivo de familias fuera
del sector.
Acá
viene a ofrecer cada nada, a ofrecer por las casas, la ventaja es que acá
estamos más consolidados, no falta el que se le abre la boca con plata y no
sabe el valor de donde está, pero acá sabemos cómo es la vuelta, a diferencia
de otros barrios como los olivos que están todos divididos… unos quieren vender
u otros quedarse ahí en el barrio. Nos toca es seguir fortaleciéndonos, con
obras, con escuelas, con diferentes cosas. Doña Nereida4 , 2012.
Al
identificar que este discurso se presentaba reiteradamente en las comunidades,
fue necesario indagar, en profundidad, cómo iniciar un proceso de entrevistas a
los habitantes de diferentes barrios de la localidad, y entender si esta visión
de la problemática del territorio era similar o no. El instrumento aplicado
recolectó información correspondiente a la consolidación histórica del barrio
en el que habita el entrevistado, desde lo expresado en su historia de vida, el
proceso de construcción y edificación de su vivienda, el sentimiento de
pertenencia que tiene con respecto a su barrio y, finalmente, cómo ha percibido
el desarrollo inmobiliario de su barrio y del sector circundante en los últimos
años. Esto con la intención de comprender la visión de los habitantes e
identificar los principales conflictos que se han gestado alrededor del
desarrollo y renovación urbana.
Para
contextualizar dichos hallazgos, es necesario mencionar como, durante la década
de 1950, posterior al Bogotazo, la consolidación urbana del sector oriental de
la ciudad se da de forma acelerada, y el desarrollo inmobiliario adquiere un
auge importante; sin embargo, al momento de presentarse escasez de suelo en
esta zona, la atención del mercado inmobiliario da un vuelco al costado
occidental de la Bogotá, mercado que mostraría prosperidad por varias décadas.
A partir del proceso de legalización de barrios informales en la ciudad, el mercado
de suelos toma un nuevo giro, colocando de nuevo los ojos de las grandes
empresas constructoras y urbanizadoras sobre el oriente bogotano, reavivando su
dinámica y convirtiéndose en un foco de crecimiento financiero, donde los
conceptos como Renovación urbana se presentaron como tratamiento urbano
económicamente atractivo.
El
primer hecho que proporcionó soporte a la hipótesis mencionada, fue la
identificación de uno de los desplazamientos y la apropiación de suelo más
grandes efectuados en la zona, que surge a mediados de los años 80 y finaliza a
inicios de la década del 2000, evidenciando la desaparición de dos barrios:
Luis Alberto Vega y Bosque Calderón II, asentamientos que registraban alrededor
de 140 viviendas, según testimonios locales, los cuales fueron adquiridos
secuencialmente en el trascurso varios años, desalojando el área.
Un habitante del sector mencionaba:
Hace 25
años empezaron a comprar allá (haciendo referencia al barrio Luis Alberto
Vega), unos salieron con 40, con 36 y 32 (millones); y los que quedaban nomas…
esa familia que fueron los últimos, con 48…De esa casa salieron con 16 cada
uno, más o menos. Con eso el hombre compró por allá en las colas de suba, por
abajo… y el hombre se localizó por allá… es que eso hace 20, 25 años era
platica. Don Heberto, 2012.
A ellos
si los sacaron legalmente, con engaños de que les iban a dar casa por allá en
el sur, se fue la gente de ahí y mentiras nunca le dieron casa y nunca le
dieron nada… y hay unos de los del Luis Alberto Vega que salieron desalojados,
los sacaron de ahí… eso fue como en el 86 – 87. Don Casimiro, 2013.
El
desplazamiento de 140 familias, sin cuantificar los hogares polinucleares,
representó un movimiento poblacional significativo, generando fuertes impactos
sobre el territorio y su estructura social. La descomposición de asentamientos
acarreó numerosos efectos sociales, tales como el desplazamiento urbano y el
detrimento de la calidad de vida de la población.
Aquellas
personas que se vieron obligadas a trasladarse del territorio, inicialmente
quedaron sin un lugar que habitar, y dadas sus condiciones económicas, las
posibilidades de acceder a una vivienda pasaron a ser limitadas en determinados
sectores de la ciudad, los cuales se hallan en los bordes de la urbe, afectando
su calidad de vida e impactando su economía familiar. En cuanto a la población
que se conservó en el territorio, su condición de vida también se vio afectada,
dado que la nueva población de clase media y alta transformó las condiciones
socioeconómicas del sector, impulsando el surgimiento de nuevos comercios de
alta gama, algunos cambios en el valor de servicios públicos, entre otros;
aumentando los costos de vida en el área que fue renovada y revitalizada,
consecuente al mejoramiento de las condiciones espaciales.
Según
nos comenta Don Heberto, la desaparición de estos dos barrios se dio mediante
un proceso influenciado por diversos intereses de orden económico.
Todos
se fueron… unos cogieron pa Pereira otros pa otros lados, yo tuve un vecino que eso fanfarroneaba, le
dieron 40 y eso andaba todo borracho por Los Olivos y voto la plata. Bueno,
después que paso eso con el Luis Alberto Vega, siguieron con Bosque II, allá
llegaron y empezaron a envenenarle la cabeza al presidente de la junta… eso era
del muro para allá (El entrevistado señala con su mano), inclusive eso no lo
llamaban Bosque II, lo llamaban “El compresor”; por eso dieron 15.000 millones
de pesos, dicen las malas lenguas, no…y que la fiduciaria le consigno 15.000
millones para que el empezaran a negociar…a más de uno le dieron en la cabeza,
les daban lo que querían … por eso fue que los sacaron de aquí (señala el
barrio donde se encontraba–Bosque Calderón 1)… ustedes no nos va a hacer los
que hicieron en el barrio siguiente, se llenaron de plata y les dieron a los
otros lo que a ustedes les dio la gana…y los sacaron, porque a ellos lo
amenazaron en el Bosque Calderón…dicen que él negocio eso por 5.800 millones,
más la tierra, y quedó en manos de la fiduciaria… cuando llegó este alcalde
¿Cómo es que se llama? ¿El que estaba antes de Samuel Moreno?... Entrevistador:
Lucho…eso Lucho, ese fue el que de una vez paro eso… él dijo que acá no podían
construir, porque esto son reservas forestales, él fue el que paro esa vaina
hay, paró a la fiduciaria porque ya estaban las vallas puestas, las vallas de
la curaduría. Don Heberto, 2012.
La
comunidad nativa al verse inmersa en estas trasformaciones de su en torno inmediato, mostró desconfianza, creando
especulaciones del futuro de sus barrios y casas, conllevando una fuerte
connotación negativa, debido a los desplazamientos masivos observados en la
Figura 3.
Figura 3. Transformación y desaparición, barrios Luis
Alberto Vega y Bosque Calderón 2
Nota: Adaptado de Google Earth,
octubre, 2013.
Sin
embargo, las dudas e inquietudes en torno a la proyección de estos terrenos
fueron evidentes en el año 2014 con la promoción del proyecto inmobiliario
“Cerro Verde” en los terrenos antiguamente ocupados por los barrios Luis
Alberto Vega, Bosque Calderón II y Santo Domingo.
Un
proyecto de vivienda de la Fiduciaria Tequendama, compuesto por 16 torres de
apartamentos de cinco pisos de altura, con apartamentos que no serían
inferiores de 200 metros cuadrados y con un valor aproximado de 10 a 15
millones de pesos por metro cuadrado, según mencionaba una publicación de
prensa semanal (Revista Semana, 2015, 19 de febrero).
A
pesar de la iniciativa de construir el proyecto Cerro Verde, las condiciones
normativas y posturas institucionales del Distrito, han colocado freno temporal
al desarrollo y construcción del proyecto habitacional de lujo, por ocupación
en áreas de reserva e inconsistencias en la licencia de construcción.
Congelando temporalmente cualquier tipo de intervención sobre el territorio, a
la espera del plan de manejo de los Cerros Orientales de Bogotá, que le fue
exigido por el Consejo de Estado al Distrito Capital, que tiene como tarea su
construcción y legitimación, según expone El Tiempo (2015).
Este
caso es un claro ejemplo de los fuertes procesos territoriales de
transformación, en el sector de estudio, siendo el caso más renombrado dentro
de la población originaria y que ha traído mayor impacto en las comunidades del
sector. Sin embargo, este es tan solo uno de los tantos cambios físicos,
sociales y económicos, que se están gestando en los asentamientos de origen
informal de la localidad de Chapinero.
Estos
procesos de transformación territorial comienzan mediante disímiles métodos
para la adquisición de suelo, por parte de los promotores privados, impulsando
el desalojo y posterior desplazamiento. Inicialmente, en busca de la apropiación
de los terrenos, surgen llamativas propuestas económicas que, fácilmente, son
aceptadas por los propietarios o poseedores del suelo, sirviendo a su vez como
elemento de atracción y enganche para entrar a negociar con la comunidad ávida
de recursos económicos. Proporcionalmente, aumentan las ventas en un
asentamiento, disminuye el precio de compra de los predios, debido a la
evidente necesidad económica de estas comunidades. Finalmente, al momento de
adquirir la mayoría de los predios, los habitantes entran en un proceso de
constante presión, hasta llegar al punto de quiebre y ser sacados de sus
hogares, según mencionan en sus testimonios.
Esa
es la estrategia que utilizan…algunos pocos que los utilizan como gancho ciego,
les dan una buena platica; entonces la gente dice…”no mire a fulano le pagaron
bien y tal”… y resulta que a la mayoría se van. Don Casimiro, 2013.
Otro
de los métodos utilizados por los promotores inmobiliarios, al momento de
negociar y adquirir suelo, es crear un canal de comunicación directo con los
líderes comunales, siendo una opción de fácil acceso a los barrios. El hecho de
entablar amigables relaciones con los líderes, permite
generar una relación cercana con los habitantes y obtener acceso a la voz guía
de las comunidades. Creando rápidamente procesos de transformación interna
direccionados en beneficio de aquellos interesados en el suelo.
Entrevistado:
En la junta ahí están montando a más de uno, porque están pagando disque bien…unos
dicen que a 2.500.000 otros que a 2.000.000…
Entrevistador:
¿el metro?
Entrevistado:
sí, el metro, la casa no sé... Entonces le dice tumbe esa casa, llévesela,
llévese las rejas todo lo que le sirva… pa pasar un
buldócer… yo necesito es el terreno. Don Heberto, 2013.
Estas
son algunas de las principales técnicas usadas por promotores e intermediarios
inmobiliarios, los cuales utilizan disímiles tácticas para la negociación y
compra de predios. Lamentablemente, los propietarios o poseedores del suelo,
que carecen de conocimiento y asesoría en relación al
tema, resultan afectados en el proceso de negociación, entrado en detrimento el
valor de venta. Las condiciones de ilegalidad de los asentamientos afectan
considerablemente las condiciones de transacción y arreglo económico entre
comprador y vendedor.
¿Por
qué no se pudo hacer la legalización en algunos barrios?, porque ya llevaban un
proceso legal fallado. ¿Por qué no se pudo legalizar?, como esta gente no
estaba interesada en legalizar, porque llevan un proceso como de 6–7 años, en
negociación de sus casas; entonces la gente no le puso interés a la cuestión de
legalizar eso… como les dijeron …” les compro sin legalizar, les pagó impuestos
y le pagó al titular las escrituras, entonces yo les pago las escrituras”…
entonces a la gente les pareció una buena opción … “me compran a mí en mi
posición, me dan buena plata y me voy, me ahorro todos los problemas”…el
propósito de él (Intermediario inmobiliario reconocido en la zona) es decirle a
usted… “le doy a usted 200 millones de pesos, va usted y se compra una casa y
yo miro que la casa esté en perfectas condiciones que no tenga hipotecas ni
nada de esas vainas, le doy a usted un título CDT, por 200 millones por 150,
por lo que le dio a cada uno, ustedes no tiene que hacer escrituración ni nada,
hagamos un plazo de que después de que yo les de la plata, en 2 meses 3 meses
ustedes se van y listo”…ahora vale 3, 4 millones el metro cuadrado. Don
Casimiro, 2013.
En
este punto, se hace visible cómo las condiciones de vida entran en deterioro,
respecto a los derechos y bienes adquiridos. Es evidente como el dinero
obtenido por esta población vulnerable, en relación a
la venta de sus predios, no era consecuente al valor comercial real; afectando
directamente su futura decisión de localización, dado que el monto económico
adquirido delimita la oferta inmobiliaria a la que pueden acceder.
En
consecuencia, el precio ofrecido no es suficiente para compensar y adquirir
vivienda en otro lugar de la ciudad, con las mismas condiciones urbanas,
perdiendo calidad ambiental, conectividad y movilidad, así como acceso a
equipamientos, y adecuado aprovechamiento de los demás bienes que la ciudad
puede brindar a la población -por lo menos en este sector de Bogotá. Precepto
teórico que es soportado con los postulados de Abramo
(2001) y Jaramillo (1994), en relación a la teoría de Localización, que supone
que, en todo lugar o sitio central, el costo del suelo es más alto y posee
mejores condiciones, a nivel general (acceso, distancia, redes, renta, etc.) y
a medida que se aleja del centro, el precio y las condiciones del suelo
disminuyen, siendo tangible el detrimento de las condiciones de vida de la
población nativa, como consecuencia de la inadecuada intervención del mercado.
Esto
permite inferir como la descomposición del tejido social se hace presente día a
día en la localidad, especialmente en los siete barrios identificados, que
están bajo el proceso de gentrificación, la estructura social y urbana se ha
transformado tan vertiginosamente durante los últimos años que es difícil
llevar un control detallado de cada cambio. Este proceso de desintegración del
tejido social en el territorio se ha hecho evidente en diversos procesos de
convivencia, encontrando polarización de comunidades en
relación a la venta o no de sus casas; ruptura de los lazos comunales
por la dispersión poblacional como efecto del desplazamiento urbano;
fragmentación familiar posterior la venta de sus viviendas; y conflictos de
segregación y exclusión social, por parte de la población originaria hacia la
población colona.
Esto,
directamente relacionado con la abrupta mutación espacial del sector, donde se
observa, de un mes a otro, la demolición de viviendas y el inicio de obra en el
mismo predio, haciendo tangible el proceso de desintegración de las comunidades
originarias de los barrios populares y la desaparición de su hábitat, como se
muestra en la Figura 4. Aunque es inevitable detener el desarrollo urbano y el
mercado inmobiliario, es de considerar que la ciudad debe procurarle a su
población, de forma equitativa e igualitaria, buscando equilibrio en el
disfrute de la ciudad.
Figura 4. Transformación territorial como efecto de la
gentrificación barrio Olivos, localidad de Chapinero, Bogotá
Nota: Elaboración propia, 2013-2014.
Sin
ir tras un pensamiento utópico de igualdad, en las condiciones urbanas para
toda la sociedad, sí debe rescatarse el ideal de no colocar en detrimento las
condiciones urbanas ya adquiridas por la población. Siendo, en este caso, las
comunidades de los barrios populares de Chapinero, receptoras del deterioro
habitacional, perdiendo las condiciones urbanas logradas durante años, como
calidad ambiental y conectividad urbana, que son arrebatadas al momento de ser
sustraídos del territorio y que difícilmente vuelven a ser obtenidas.
Por
lo cual se considera que el tratamiento social y urbano que actualmente se
aplica en el sector por parte de promotores privados, no es adecuado debido al
manejo y gestión territorial; dado el alto número de efectos e impactos causados
a la población, lo cual ha conllevado a la ruptura del tejido social del sector
y por ende a la pérdida de condiciones de vida a la población. Mostrando la
necesidad de un plan de recomposición social para el territorio, mediante un
manejo socio-espacial equitativo del territorio, que
mejore la calidad de vida de la población originaria, y permita el desarrollo
inmobiliario y la renovación urbana del sector.
Conclusiones
y recomendaciones
Modo
de vida y relación comunal
Las
condiciones de vida en el sector, han generado
inseguridad en la población desde las primeras ocupaciones, por el hecho de no
ser dueños del territorio y la posibilidad de ser desalojados de sus casas;
dentro de la memoria de los habitantes, están anclados los recuerdos y
experiencias de desalojos forzosos que se han realizado en el pasado, por parte
de organismos de control como la Policía, en compañía de delegados de la rama
judicial.
A
pesar de esto, las viviendas autoconstruidas ofrecen una serie de beneficios
únicos e inigualables. El arraigo comunal, por habitar el mismo lugar durante
décadas, donde han habitado en muchos casos cuatro generaciones, ha creado un
afincamiento en la ocupación del territorio. Las personas conocen y reconocen a
su barrio y saben qué les brinda su entorno inmediato. El modo de vida y
morfología urbana edificada durante años crea un espacio seguro, sin necesidad
de atenerse a las condiciones dadas por una puerta o cerramiento, sino por el
nivel de confianza y familiaridad que se ha creado entre los habitantes;
identificando con facilidad aquel que es foráneo.
A
pesar de la cercanía y la existencia de un tejido social que entrelaza los
asentamientos, el nivel de organización y movilización es relativamente bajo.
Generalmente, los brotes de movilización en los barrios han surgido en
situaciones de amenaza de desalojo; bajo una cabeza líder en escenarios
crónicos de desigualdad. La mayoría de los líderes son habitantes que toman
empoderamiento y decisión de ayudar a la comunidad, y se encargan de realizar
las gestiones necesarias para fines comunes; fortalecen los lazos de
comunicación con los líderes de otros barrios, lo cual impulsa el apoyo mutuo
de vecinos; a pesar de ello, no siempre son seguidos por la totalidad de la población
barrial y su poder de movilización se ve diezmado. Esta carencia de capacidad
organizativa contribuye a las dificultades enfrentadas por el proceso de
gentrificación.
Gestión
y organización social
La
construcción y consolidación del hábitat debe proveerse mediante procesos
sociales, por medio de acciones individuales y colectivas, por medio de
diversos mecanismos de producción espacial, dando respuesta a las necesidades
habitacionales de la población; fomentando la solidaridad y la equidad.
Retomando
la postura de Echeverría, Munera y Sánchez (2012, p. 5), el concebir de la construcción
social del hábitat, debe procurarse mediante procesos de organización
colectiva, enfocados por metas e intenciones expuestas por los mismos
habitantes, claramente orientadas en el beneficio del hábitat. Enfocándose en
este caso de estudio, a satisfacer las necesidades socio-espaciales
de las comunidades afectadas, respetando el concebir del hábitat.
El
hábitat debe ser entendido desde el principio del reconocimiento y protección
de las personas, y sus derechos; ya que un espacio carece de propiedades
habitables al momento en que el ser humano no es tomado en cuenta. Entender el
actuar desde el hábitat requiere examinar cuáles son los habitantes, como pobladores
con valores, formas de ver, sueños, aspiraciones e imaginarios, necesidades,
experiencia y prácticas individuales y sociales, conflictos y afinidades; con
hábitos, costumbres y memorias; con patrimonios tangibles e intangibles, usos
en el provecho de su espacio y realización de sus vidas con este; es necesario
comprender la conexión y relación con sus espacialidades físicas, formas,
objetos, ambientes, estéticas, usos y funciones; y así interpretar con respecto
a lo anterior, las condiciones y necesidades en relación de la habitabilidad, seguridad,
salubridad acceso, y conectividad; para alcanzar un hábitat social, como
refiere Echeverría et al., (2012. p. 5).
El
sinnúmero de variables que constituyen el hábitat de las comunidades, a partir
de las relaciones sociales, económicas y políticas, son las determinantes que
dan forma al espacio, como sucede en el caso puntual de esta investigación.
Condiciones tanto endógenas como exógenas de los barrios de origen informal de
la localidad de Chapinero, conllevaron al surgimiento de un fenómeno urbano que
concluiría en la desintegración social de múltiples unidades barriales.
Se
hace visible la necesidad de crear, al interior de las comunidades, relaciones
basadas en la democracia y procesos participativos de toma de decisiones, entre
la población y las organizaciones y/o actores transformadores del territorio;
de tal forma que se aborden y trabajen por intereses comunes, en busca de un
entorno saludable, seguro, con calidad espacial y ambiental de la población;
dando solución a los conflictos relacionados a su hábitat, fortaleciendo las
capacidades locales de gestión; siendo pertinente la presencia de los agentes
estatales como la Alcaldía Local, Secretaria de Hábitat y Secretaria de
Planeación, acompañando el desarrollo de procesos territoriales.
Es
ideal tener procesos organizativos dinámicos y efectivos, que impulsen procesos
sociales, culturales, económicos, y de conexión con la ciudad, al interior de
la comunidad y con las poblaciones vecinas en igualdad de condiciones.
Construyendo una identidad por medio del reconocimiento y valoración del
territorio y sus capacidades como comunidad, rescatando su historia y memoria.
De esta forma reconocer y dar uso a las potencialidades presentes en el
territorio, como sus condiciones ambientales, espaciales, recurso y potencial
humano, bajo criterios de orden social, en condiciones de equidad y
solidaridad. Construyendo un territorio bajo pautas de ocupación y uso del
suelo incluyente, en términos de densidad, disposición espacial y ambiental.
Protegiendo siempre los derechos a la permanencia de los habitantes en su
barrio respetando las prácticas de su habitar (Ruiz, 2016, pp. 58-59).
Para
crear conciencia y comprender que el desarrollo de los
proyectos de renovación urbana deben ser gestados bajo la integración de
empresas privadas y comunidades propietarias y poseedoras del suelo, donde se
centren en la ejecución de mecanismos que susciten el fortalecimiento del
capital social, económico, y ambiental de las poblaciones nativas, donde
impulsen los procesos de desarrollo por medio del empoderamiento y el apoyo.
Estos procesos deben estar orientados por organizaciones especializadas en
responsabilidad social, financiadas por las empresas privadas que entran a
intervenir el territorio (urbanizadoras y constructoras), promoviendo el
compromiso de la comunidad en las diferentes etapas de mutación y ocupación del
territorio, por medio de espacios y procesos de consulta, participación y
seguimiento, debidamente planteados y legitimados.
De
esta manera, se obtiene como resultado la configuración socio-espacial del
territorio bajo parámetros de ocupación acordes a las necesidades de las
comunidades de los barrios de origen informal del sector, a favor de los
procesos de construcción social del hábitat, logrando una mejor ocupación y
aprovechamiento del suelo, al igual que realizando una redistribución de la
densidad habitacional (Vivienda Multifamiliar), la cual permita una mejor
articulación espacial interna y con el entorno, optimizando el espacio público,
la conectividad y movilidad del área; procurando que el territorio que se forma
este compuesto de diversos grupos poblacionales (multiestrato)
que promuevan dinámicas socioeconómicas y socioculturales favorables; mejorando
la habitabilidad, y conservando la estructura y tejido social del territorio.
Notas
1.
Se
determinó un muestreo por conveniencia, ya que toda la población no era de
fácil acceso para la aplicación de entrevistas y no todos los habitantes del
sector, conocedores del cambio social, económico y urbano que, actualmente,
cursa el territorio; por lo cual se resalta la gratitud a las personas que
prestaron su tiempo y actitud para la aplicación del instrumento, siendo una
valiosa fuente de conocimiento para esta investigación. Cabe aclarar que a las
entrevistas presentadas en el siguiente capítulo se les ha modificado el nombre
del entrevistado, por seguridad del mismo, y en algunos
casos, por petición de los individuos.
2.
Para
proporcionar, de manera profunda, un soporte conceptual del termino
gentrificación y una reconstrucción del estado del arte sobre esta temática, se
recomienda consultar a Ruiz (2016).
3.
Estrato:
La estratificación socioeconómica es una clasificación en estratos de los
inmuebles residenciales que deben recibir servicios públicos. Se realiza principalmente
para cobrar de manera diferencial por estratos los servicios públicos
domiciliarios permitiendo asignar subsidios y cobrar contribuciones en esta
área. De esta manera, quienes tienen más capacidad económica pagan más por los
servicios públicos y contribuyen para que los estratos bajos puedan pagar sus
facturas (DANE, 2017).
4.
Los
nombres reales de todos los entrevistados fueron modificado por seguridad.
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