Las fronteras en Colombia: su origen, evolución, pérdida e importancia en las Relaciones Internacionales
Borders in Colombia: their origin, evolution, loss, and importance in international relations
Fronteiras na Colômbia: sua origem, evolução, perda e importância nas relações internacionais
DOI:
https://doi.org/10.15446/cep.v9n2.97712Palabras clave:
fronteras terrestres, fronteras marítimas, pérdidas territoriales, política exterior, relaciones internacionales, Colombia (es)land borders, maritime borders, territorial losses, foreign policy, international relations, Colombia (en)
fronteiras terrestres, fronteiras marítimas, perdas territoriais, política exterior, relações internacionais, Colômbia (pt)
La política exterior colombiana es reciente. La configuración territorial del país en 1819, su unión a Venezuela y Ecuador en la Gran Colombia y su posterior disolución en 1831 obligaron a la naciente república a constituir relaciones con los demás Estados. A partir de las primeras constituciones promulgadas desde 1810 las relaciones internacionales quedaron plasmadas en las consecutivas cartas políticas. No obstante, a pesar de haberse escrito dieciséis constituciones políticas durante cerca de doscientos años de vida republicana y de haber considerado la política exterior como un elemento fundamental dentro de la evolución y maduración del Estado colombiano, las fronteras territoriales y marítimas de Colombia estuvieron sumidas en el atraso y en el olvido estatal, y las políticas e inversiones en dichos territorios fueron deficientes.
Se estima que Colombia ha cedido gran parte de su territorio continental y marítimo a países como Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador, Panamá y en el mar Caribe con Venezuela y Nicaragua. La cesión del territorio confirma la falta de visión política, marítima y prospectiva del Estado colombiano, respecto a territorios de suma importancia para la configuración del país. Por esta y otras razones el presente artículo desarrolla el tema de los territorios fronterizos colombianos, su nacimiento con el uti possidetis iuris de 1810, su sufrida y malograda negociación con los países vecinos, su evolución y las cesiones territoriales y marítimas durante los últimos dos siglos de vida republicana[1].
[1] El presente artículo sintetiza la tesis doctoral Reconfiguración territorial en Colombia: el papel del Estado y la diplomacia en las fronteras (1830-2012), realizada en el Doctorado en Estudios Políticos de la Universidad Externado de Colombia. La investigación fue elaborada entre 2014 y 2020.
Colombian foreign policy is recent. The territorial configuration of the country in 1819, its union with Venezuela and Ecuador in Gran Colombia, and its subsequent dissolution in 1831 forced the nascent republic to establish relations with the other States. From the first constitutions promulgated in 1810, international relations were reflected in consecutive political letters. However, despite having written sixteen political constitutions during nearly two hundred years of republican life and having considered foreign policy as a fundamental element in the evolution and maturation of the Colombian State, Colombia's territorial and maritime borders were submerged in backwardness and state oblivion, and policies and investments in these territories were deficient. It is estimated that Colombia has ceded a large part of its continental and maritime territory to countries such as Venezuela, Brazil, Peru, Ecuador, Panama, and Nicaragua. The cession of the territory confirms the lack of political, maritime, and prospective vision of the Colombian State regarding territories of great importance for the country's configuration. For this and other reasons, this text develops the theme of the Colombian border territories, their birth with the uti possidetis iuris of 1810, their long-suffering and unsuccessful negotiation with neighboring countries, their evolution, and territorial and maritime cessions during the last two centuries of republican life.
A política exterior colombiana é recente. A configuração territorial do país em 1819, sua união à Venezuela e ao Equador na Grande Colômbia e sua posterior dissolução em 1831 obrigaram a nascente república a constituir relações com os demais Estados. A partir das primeiras constituições promulgadas desde 1810, as relações internacionais ficaram registradas nas consecutivas cartas políticas. Contudo, apesar de terem sido escritas 16 constituições políticas durante cerca de 200 anos de vida republicana e de ter considerado a política exterior como um elemento fundamental dentro da evolução e amadurecimento do Estado colombiano, as fronteiras territoriais e marítimas da Colômbia estiveram submersas no atraso e no esquecimento estatal, e as políticas e investimentos nesses territórios foram deficientes. Estima-se que a Colômbia tenha cedido grande parte de seu território continental e marítimo a países como a Venezuela, o Brasil, o Peru, o Equador, o Panamá e, no mar Caribe, à Venezuela e à Nicarágua. A cessão do território confirma a falta de visão política, marítima e prospectiva do Estado colombiano, a respeito de territórios de suma importância para configurar o país. Por essa e outras razões, este texto desenvolve o tema dos territórios fronteiriços colombianos, seu nascimento com o uti possidetis iuris de 1810, sua sofrida e fracassada negociação com os países vizinhos, sua evolução e as cessões territoriais e marítimas durante os últimos dois séculos de vida republicana.
Las fronteras en
Colombia: su origen, evolución, pérdida e importancia en las relaciones
internacionales
Rodolfo León Cano Blandón. Doctor en Estudios
Políticos de la Universidad Externado de Colombia, magíster en Gestión y
Políticas Públicas de la Universidad de Chile y Economista de la Universidad de
Antioquia. Actualmente está vinculado al Departamento Nacional de Planeación
(DNP) y se desempeña como docente de la Universidad Externado de Colombia.
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-1954-2139 Correo electrónico:
rodolfo.cano@uexternado.edu.co
Recibido: 8 de agosto de 2021 |
Aceptado: 3 de abril de 2022 |
Aprobado: 15 de agosto de 2022 |
Resumen
La política exterior colombiana es reciente. La
configuración territorial del país en 1819, su unión a Venezuela y Ecuador en
la Gran Colombia y su posterior disolución en 1831 obligaron a la naciente
república a constituir relaciones con los demás Estados. A partir de las
primeras constituciones promulgadas desde 1810 las relaciones internacionales
quedaron plasmadas en las consecutivas cartas políticas. No obstante, a pesar
de haberse escrito dieciséis constituciones políticas durante cerca de doscientos
años de vida republicana y de haber considerado la política exterior como un
elemento fundamental dentro de la evolución y maduración del Estado colombiano,
las fronteras territoriales y marítimas de Colombia estuvieron sumidas en el
atraso y en el olvido estatal, y las políticas e inversiones en dichos
territorios fueron deficientes.
Se estima que Colombia ha cedido gran parte de su territorio
continental y marítimo a países como Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador, Panamá y
en el mar Caribe con Venezuela y Nicaragua. La cesión del territorio confirma
la falta de visión política, marítima y prospectiva del Estado colombiano,
respecto a territorios de suma importancia para la configuración del país. Por
esta y otras razones el presente artículo desarrolla el tema de los territorios
fronterizos colombianos, su nacimiento con el uti possidetis iuris de 1810, su sufrida y
malograda negociación con los países vecinos, su evolución y las cesiones
territoriales y marítimas durante los últimos dos siglos de vida republicana[1].
Palabras clave: fronteras terrestres,
fronteras marítimas, pérdidas territoriales, política exterior, relaciones
internacionales, Colombia.
Borders in Colombia: their origin, evolution,
loss, and importance in international relations
Abstract
Colombian
foreign policy is recent. The territorial configuration of the country in 1819,
its union with Venezuela and Ecuador in Gran Colombia, and its subsequent
dissolution in 1831 forced the nascent republic to establish relations with the
other States. From the first constitutions promulgated in 1810, international
relations were reflected in consecutive political letters. However, despite
having written sixteen political constitutions during nearly two hundred years
of republican life and having considered foreign policy as a fundamental
element in the evolution and maturation of the Colombian State, Colombia's
territorial and maritime borders were submerged in backwardness and state
oblivion, and policies and investments in these territories were deficient. It
is estimated that Colombia has ceded a large part of its continental and
maritime territory to countries such as Venezuela, Brazil, Peru, Ecuador,
Panama, and Nicaragua. The cession of the territory confirms the lack of
political, maritime, and prospective vision of the Colombian State regarding
territories of great importance for the country's configuration. For this and
other reasons, this text develops the theme of the Colombian border
territories, their birth with the uti possidetis iuris of 1810,
their long-suffering and unsuccessful negotiation with neighboring countries,
their evolution, and territorial and maritime cessions during the last two
centuries of republican life.
Keywords:
land borders, maritime borders, territorial losses, foreign policy,
international relations, Colombia.
Fronteiras
na Colômbia: sua origem, evolução, perda e importância nas relações
internacionais
Resumo
A
política exterior colombiana é recente. A configuração territorial do país em
1819, sua união à Venezuela e ao Equador na Grande Colômbia e sua posterior
dissolução em 1831 obrigaram a nascente república a constituir relações com os
demais Estados. A partir das primeiras constituições promulgadas desde 1810, as
relações internacionais ficaram registradas nas consecutivas cartas políticas.
Contudo, apesar de terem sido escritas 16 constituições políticas durante cerca
de 200 anos de vida republicana e de ter considerado a política exterior como
um elemento fundamental dentro da evolução e amadurecimento do Estado
colombiano, as fronteiras territoriais e marítimas da Colômbia estiveram
submersas no atraso e no esquecimento estatal, e as políticas e investimentos
nesses territórios foram deficientes. Estima-se que a Colômbia tenha cedido
grande parte de seu território continental e marítimo a países como a
Venezuela, o Brasil, o Peru, o Equador, o Panamá e, no mar Caribe, à Venezuela
e à Nicarágua. A cessão do território confirma a falta de visão política,
marítima e prospectiva do Estado colombiano, a respeito de territórios de suma
importância para configurar o país. Por essa e outras razões, este texto
desenvolve o tema dos territórios fronteiriços colombianos, seu nascimento com
o uti possidetis iuris de 1810, sua sofrida e fracassada negociação com os
países vizinhos, sua evolução e as cessões territoriais e marítimas durante os
últimos dois séculos de vida republicana.
Palavras-chave:
fronteiras terrestres, fronteiras marítimas, perdas territoriais, política
exterior, relações internacionais, Colômbia.
Introducción
Colombia es un país de alta complejidad en materia
fronteriza, en la medida que comparte fronteras terrestres con cinco países
(Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador y Panamá) y fronteras marítimas en dos
océanos, con nueve (Venezuela, Ecuador, Panamá, Costa Rica, Haití, Honduras,
Jamaica, Nicaragua y República Dominicana). El país tiene 6342 km de fronteras
terrestres (con Venezuela 2219 km, Brasil 1645 km, Perú 1626 km, Ecuador 586 km
y Panamá 266 km) y 950000 km2 de límites marítimos (589560 km2 en el mar Caribe
y 339100 km2 en el océano Pacífico). No obstante, autores como Gómez (2002)
sostienen que Colombia ha perdido cerca del 50% de su territorio terrestre y
marítimo desde su conformación como país, por razones políticas, económicas,
geográficas, diplomáticas, entre otras. Desde su reconocimiento como Estado
soberano en 1830 hasta 2012, el país ha venido cediendo territorio continental
y marítimo a favor de los países vecinos y en detrimento del territorio
nacional (Patiño, 2010), una tendencia que parece estar corroborada por los más
atentos observadores del fenómeno (tabla 1). Esta reconfiguración terrestre y
marítima en Colombia durante los últimos dos siglos pone en riesgo la soberanía
y control de su territorio[2],
lo cual, entre otros, se evidencia en el fallo de la Corte Internacional de
Justicia (CIJ) de la Haya del 19 de noviembre de 2012, en la actual demanda
presentada también por la República de Nicaragua en 2013 para extender su
plataforma continental más allá de 200 millas[3] y en
la más recientemente fallada el 21 de abril de 2022, con un resultado agridulce
para el país.
Como se observa en la tabla 1, Colombia ha tenido disputas
territoriales con Brasil desde 1859, luego en 1867 y 1892; en el siglo XX en
1907 con el Tratado Cobo-Martins y finalmente en 1928 con el Tratado García Ortiz-Mangabeira.
Tabla 1. Síntesis de la pérdida
territorial en Colombia (1830-2012)
# |
País |
Año de pérdida |
1 |
Brasil |
1859 |
1867 |
||
1892 |
||
1907 |
||
1928 |
||
2 |
Perú |
1829 |
1922 |
||
1934 |
||
3 |
Venezuela |
1830 |
1892 |
||
1922 |
||
1947 |
||
1952 |
||
4 |
Ecuador |
1830 |
1916 |
||
1934 |
||
5 |
Nicaragua |
1860 |
1894 |
||
1928 |
||
2012 |
||
6 |
Panamá |
1903 |
1924 |
Fuente. elaboración propia con
base en información oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia
(MRE).
Colombia cedió territorio a Perú en 1829, también en 1922
con el Tratado Lozano-Salomón y en
1934 con el Protocolo de Río de Janeiro.
Por su parte, se comenzó a ceder territorio a Venezuela unos años después de la
división de la Gran Colombia: en 1830, luego con el Laudo Arbitral en 1891, en
1922, en 1947 y finalmente en 1952 con la entrega de Cayos de Los Monjes en el
Mar Caribe. A Ecuador le fue cedido territorio en 1830, en 1916 y en 1934.
Panamá se separó de Colombia y proclamó su independencia per se el 3 de
noviembre de 1903 y con el Tratado
Vélez-Victoria de 1924 le fue cedida otra porción terrestre.
Finalmente, Colombia cedió a Nicaragua, además de los
territorios de la costa de Mosquitia y Corn Island (archipiélago conformado por dos
islas: Great Corn
Island de 10 km² y Little Corn Island de 2.9 km², ubicadas a unos 70 km al este
de la costa Caribe de Nicaragua), otros territorios en 1860, 1894, 1928 y en
2012 con el Fallo de la Corte Internacional de Justicia de la Haya, el cual le
entregó a Nicaragua aproximadamente 75 000 km2 de mar territorial en el Caribe,
que antes pertenecía a Colombia.
Una lectura rápida del tema muestra como el siglo XIX fue el
de mayor transformación de los confines del territorio, seguido del siglo XX y
el comienzo del siglo XXI. Lo anterior coincide con la conformación de los
territorios, el acomodamiento de las fronteras terrestres y marítimas y la
estabilización política, social, económica e institucional de los países[4].
Intervención estatal
Los distintos gobiernos
nacionales han realizado intervenciones públicas en las zonas de frontera en
forma coyuntural a partir de planes y programas de corto plazo y han
implementado acciones específicas cuando las problemáticas con países vecinos
lo han ameritado[5].
Algunos ejemplos que muestran que el tema fronterizo es un asunto importante
para Colombia son: problemas de orden público y seguridad en límites con
Venezuela y Ecuador durante el 2007, ocasionados por la presencia y
enfrentamientos con las guerrillas de las Farc-EP y ELN en las zonas
fronterizas; fumigación en zona común con Ecuador en 2008; intervenciones
económicas y sociales en San Andrés luego del Fallo de la CIJ de la Haya en
contra de Colombia en 2012; cierre de la frontera con Venezuela por parte del
país vecino en 2015; y flujo de migrantes venezolanos hacia Colombia entre 2016
y 2020[6].
En este sentido, el Gobierno Nacional ha respondido durante la última década a
las problemáticas fronterizas a través de planes, programas y proyectos.
Algunos ejemplos son: Plan de Consolidación Territorial (2004-2010)[7],
Plan Fronteras para la Prosperidad (2010-2014 y 2014-2018)[8],
Política de Defensa y Seguridad Democrática (2003-2010)[9] ,
Plan Maestro para San Andrés (2012-2014)[10], Conpes 3805 de 2014, Conpes 3990
de 2020, decretos para la frontera colombo-venezolana de 2010[11]
y los decretos de 2015 para enfrentar el cierre de la frontera desde Venezuela[12],
todos los cuales apuntan a mejorar y restablecer las condiciones de bienestar
de los habitantes de frontera, pero respondiendo a situaciones particulares y
eventos específicos, y no a una política de Estado frente a los confines del
país. Lo anterior a su vez ha generado consecuencias y efectos nocivos para el
desarrollo de las fronteras, que se pueden resumir en la disminución del
territorio continental y marítimo del país; desinstitucionalización; falta de
credibilidad en el Estado; aumento de tráfico ilegal de mercancías, precursores
y personas; y el aumento de problemas geopolíticos con países vecinos como
Venezuela, Ecuador y Nicaragua. Estas situaciones muestran la importancia del
tema para pensar la reconfiguración territorial del país, por lo cual se
plantea la siguiente pregunta de análisis: ¿Cuáles son las razones históricas,
de carácter político, institucional, diplomático y económico, que han causado
la disminución del área territorial y marítima de Colombia entre 1830 y 2012?
La disminución del área territorial y marítima de Colombia entre 1830 y 2012 ha
sido el resultado del desinterés, la debilidad institucional y diplomática,
además refleja la carencia de políticas de Estado particulares para las
fronteras y la falta de inversiones públicas y privadas en los territorios
fronterizos.
Hitos temporales
Para analizar este proceso histórico de reconfiguración
territorial en Colombia, es necesario hacerlo tanto desde la concepción de
confín y su dimensión jurídica y política, como desde la concepción de
territorio fronterizo y su dimensión económica y sociocultural.
El análisis de la transformación del territorio terrestre y
marítimo de Colombia entre 1830 y 2012 evidencia las razones políticas,
diplomáticas, económicas e institucionales que las causaron. Durante el periodo
señalado se pueden identificar cuatro grandes temas: primero, las variaciones
físicas del territorio fronterizo colombiano; segundo, los cambios en la
normatividad, acuerdos, tratados bilaterales y multilaterales de Colombia con
sus países vecinos, en lo relativo a los confines terrestres y marítimos;
tercero, las escasas inversiones, así como la reducida estrategia de soberanía
y seguridad fronteriza colombiana durante los siglos XIX al XXI[13];
y cuarto las cesiones territoriales con los países fronterizos terrestres y
marítimos.
La periodización de un arco temporal tan amplio requiere el
análisis de hitos temporales historiográficos, donde se cotejen periodos con
cambios institucionales y normativos, tal y como se muestra en la figura 1.
Figura 1. Hitos temporales
Fuente: elaboración propia.
El análisis de un arco temporal amplio (1830-2012) no está
exento de dificultades, opiniones diversas y eventos particulares que bien
podrían dividirse en muchos más periodos de los propuestos. Aun con lo
anterior, puede referenciarse un primer periodo entre los años 1830 y 1886, con una
subdivisión interna en 1863. Durante este periodo las diferentes constituciones
políticas fueron fundamentales en el proceso de acogimiento del concepto
territorial fronterizo. La Constitución de 1863 fue la más federativa que tuvo
el país y, por el contrario, en 1886 se redactó la constitución más
centralista, que estuvo vigente por más de cien años en Colombia, hasta 1991.
Durante este primer periodo, las fronteras no fueron protagonistas en ningún
aspecto para el país y solo se mencionaron en las cartas políticas, muy
superficialmente, para denotar temas de límites, seguridad y servicio exterior.
El periodo entre 1886 y 1903 fue un ciclo de menos de dos
décadas que marcó al país, primero con la nueva carta política que cortó de
tajo los atisbos federalistas de una Nación incipiente, y después con los
enfrentamientos internos que provocaron una de las más arreciadas guerras
internas entre 1899 y 1902. Los efectos negativos que tuvo la Guerra de los Mil
Días para el desarrollo del territorio derivaron finalmente en el mayor
descuido de los espacios fronterizos que, posteriormente, concluyó con la separación
de Panamá y sus respectivas implicaciones políticas, institucionales y
económicas. Cabe señalar, que la separación fue un duro golpe para la
consolidación territorial del país y generó divisiones al interior de los
gobiernos subsiguientes en materia política, económica e institucional.
Entre 1903 y 1991 también ocurrieron diferentes eventos
fundamentales y determinantes para la historia del país. El primero fue la
culminación de la Hegemonía Conservadora en 1930; el segundo, fue la guerra
entre Colombia y Perú, desde el 1 de septiembre de 1932 hasta el 24 de mayo de
1933; y el tercero fue la fuerte ola de violencia en el país desde 1948 hasta
prácticamente la declaración de una nueva Carta Política en 1991. Estos cerca
de noventa años en la historia del país estuvieron marcados por una débil
consolidación estatal, en los que autores como Patiño (2010) destacan que fue
un periodo en el cual se modernizaron las problemáticas derivadas del siglo
anterior.
En el periodo entre 1991 y 2012 el país le dio mayor
importancia al tema fronterizo, a partir de la Constituyente de 1991 y hasta el
2012 con el último gran hito de estas dos décadas: el Fallo de la CIJ de
noviembre de dicho año.
Cabe señalar que hay dos periodos adicionales que no fueron
mencionados. El primero es el comprendido desde 1808 hasta 1830, donde
ocurrieron un sinnúmero de acontecimientos fundamentales para el nacimiento y
la configuración del Estado. El segundo corresponde al periodo entre 2012 hasta
la actualidad, que permite avizorar los acontecimientos más recientes y
coyunturales para las fronteras terrestres y marítimas del país, como el fallo
de la CIJ del 21 de abril de 2022.
La reconfiguración territorial fronteriza en Colombia inició
en 1830, fecha en la cual el país comenzó su vida republicana después de las
guerras independentistas (1808-1819); continúo con la separación de la Gran
Colombia (1829-1831) que representó un duro golpe para la Nueva Granada; y
culminó en el 2012 con la última cesión territorial marítima del país ante
Nicaragua.
Durante estos cerca de 180 años ocurrieron acontecimientos
de gran importancia como las guerras de independencia, las constituciones
regionales, la conformación y disolución de la Gran Colombia, el inicio del
bipartidismo en el país, las tensiones políticas entre el centro y los poderes
regionales, los innumerables conflictos internos, la configuración del país
como un Estado federado, la centralización política y la descentralización
administrativa, la separación de Panamá como un duro golpe por la pérdida del
departamento más importante para el futuro del país, las dos confrontaciones
internacionales con Perú, las hegemonías conservadora y liberal, la llamada
época de la violencia en el país, las pérdidas territoriales y marítimas como
los cayos de Los Monjes en 1952, así como el significado de la pérdida del mar
territorial que circunda a la isla archipiélago de San Andrés, Providencia y
Santa Catalina, entre otros grandes sucesos nacionales.
Evolución teórica
El marco teórico y la evolución del concepto fronterizo
parten de una revisión bibliográfica y conceptual de las principales corrientes
de pensamiento que estudian las fronteras, es un análisis inter alia entre la historia y la
historiografía de la epistemología y la evolución fronteriza. El enfoque
teórico se desarrolló a partir de las obras de Friedrich Ratzel, Frederick
Jackson Turner, Jean Gottman y Michel Foucher, además de los conceptos más recientes que definen
el tema fronterizo[14].
Lo anterior está transversalizado por el concepto del
institucionalismo como escuela de pensamiento económico, que cuenta con una
perspectiva interdisciplinaria que define elementos teóricos para el andamiaje
conceptual del estudio de las fronteras en Colombia. Por estas, entre otras
razones, las fronteras de los territorios no son estáticas, rígidas ni
inamovibles; son dinámicas, tienen elongaciones a lo largo de su historia y se
asemejan con amebas que cambian su configuración en el transcurso del tiempo[15].
Las fronteras tienen distintas configuraciones
territoriales. En algunas ocasiones se analizan como bordes, límites,
demarcaciones e incluso muros construidos para marcar los territorios. Otros
tipos de fronteras son elementos naturales como ríos, lagos, lagunas, montañas,
que sirven para delimitar los territorios. La evolución del concepto ha
permitido diferentes matices en el mundo, que van desde la integración de
bloques continentales como Europa hasta la demarcación de nuevas fronteras
supervigiladas como en EE. UU. Frente al significado de los conceptos borders, boundary y borderlands, cabe señalar lo descrito por autores como
Turner (1893, 1987), Baud y Van Schendel
(1997) y Sander (2009), sintetizados en la tabla 2.
Tabla 2. Conceptos boundary, border, borderland
No. |
Término |
Significado |
Autor |
1 |
Boundary |
Línea divisoria entre pueblos y
culturas diferentes, revisión desde la antropología-límite. |
Sander (2009, p. 20) |
“The
American frontier is sharply distinguished from the European
frontier a fortified boundary line running through dense populations”. |
Turner (1893, p. 2) |
||
2 |
Border |
Dimensión fisiológica de la frontera
orgánica y funcional. |
Baud y Van Schendel
(1997, p. 213-214) |
“The
border is a process of social division”. |
Nail
(2016, p. 2) |
||
3 |
Borderland |
Es el ámbito de la frontera que
corresponde a las “zonas de transición”. Son las regiones contiguas a la
frontera que están expuestas de manera significativa a la influencia de la
frontera internacional. |
Baud y Van Schendel
(1997, p. 215-216) |
Áreas fronterizas, dimensión
transfronteriza, unidades espaciales cambiantes. |
Sander (2009, p. 19-21) |
||
4 |
The border
hertland |
Área colindante con la línea
divisoria que está siendo dominada por su presencia. |
Baud y Van Schendel
(1997 p. 221-223) |
5 |
The intermediate
borderland |
La región que siempre siente la
influencia (entre moderada y débil) de la frontera. |
|
6 |
The outer
bonderland |
La última región que solo bajo circunstancias específicas
siente la influencia de la frontera. |
|
7 |
Fuzzy boundaries |
Fronteras flexibles. |
Sander (2009, p. 34) |
Fuente: elaboración propia con
base en referencias citadas
De lo anterior se puede concluir que el significado de boundary, borders y borderlands
es diferente; no obstante, todos hacen alusión a los confines de los
territorios mencionados por Vangelista (1998, 2018).
Mientras que boundary
corresponde a la división cultural por la línea fronteriza, border significa el límite físico
entre los territorios y borderland
hace referencia al área o región contigua al límite territorial fronterizo.
Algunas corrientes de pensamiento señalan que la palabra
frontera se comenzó a utilizar en el siglo XI, otras lo mencionan sobre los
siglos XV y XVI, pero su desarrollo más concreto se presentó sobre el siglo XIX
con autores como Ratzel, Turner, Gottmann y Foucher, pertenecientes a escuelas de pensamiento europeas
y norteamericanas.
La frontera ha servido a lo largo de la historia para
evidenciar los límites de los territorios, los confines sobre los cuales tenían
poderes los imperios y los mismos conquistadores. Dentro de la literatura que
más contribuye al estudio de las fronteras, están las obras de las escuelas de
pensamiento historiográfico fronterizo indicadas anteriormente.
En complemento a lo anterior y frente al significado de los
conceptos fronterizos, la tabla 3 reúne lo que plantean Baud
y Van Schendel (1997), Sander (2009), Turner (1893,
1987), Foucher (1991, 2016) y Vangelista
(1998, 2018).
Tabla 3. Conceptos frontier, frontière,
frontera y confín
No. |
Término |
Significado |
Autor |
1 |
Frontier |
Expansión territorial de naciones o civilizaciones
hacia áreas “vacías”. |
Baud y Van Schendel (1997, p.
213) |
Proceso de colonización de áreas desiertas. |
Sander, (2009, p. 19-20) |
||
The frontier is the
outer edge of the wave. |
Turner (1893, p. 2) |
||
Frontier |
Les frontieres d'un È tat devaient correspondre á celles d'une Nation, ̀ d'une langue et d'une culture. |
Foucher (1991, p. 97) |
|
2 |
Frontière |
La frontera es una discontinuidad geopolítica. |
Foucher (1991, p. 12) |
3 |
Frontera |
«Dyades», expression proposee par Foucher «pour dé signer une ́frontiere commune à deux Etats contigus».̀ |
Foucher (1991, p. 15) |
Desde una perspectiva estatal expresa la
consolidación territorial del Estado. |
Sander (2009, p. 25) |
||
Áreas fronterizas, dimensión transfronteriza y
unidades espaciales cambiantes. |
Sander (2009, p. 19, 21) |
||
4 |
Confín |
“La construcción de
los confines fue un proceso dinámico en el cual tuvieron importancia por lo
menos cuatro variables: las reivindicaciones basadas en la división
administrativa colonial; la fuerza militar de las partes en causa; la
diplomacia; el principio del Uti Possidetis”. |
Vangelista (2018) |
Fuente: elaboración propia con
base en referencias citadas.
Con lo anterior, la diferencia entre boundary, border, borderland
y frontier, frontière,
frontera, confín es clara. El confín de los territorios estudia el área
desde el punto de vista geográfico, mientras que las fronteras o límites se
utilizan en un sentido geopolítico.
Según Turner (1893, 1987), para los EE. UU. la frontera fue
más un proceso de colonización, de expansión del territorio desde el Este hacia
el Oeste, que implicó la conquista de territorios otrora vírgenes y poblados
por aborígenes que fueron cediendo, o fueron extinguidos, ante la expansión
civilizatoria de los nuevos colonos.
Para comprender y profundizar la evolución del concepto
entre distintos territorios en el mundo, es necesario analizar los fundamentos
y las nociones desarrolladas por los cuatro autores mencionados: Friedrich
Ratzel (alemán), Frederick Jackson Turner (norteamericano), Jean Gottmann (francés), todos del siglo XIX, y más
recientemente Michel Foucher (francés), del siglo XX,
quienes son conocidos por conceptualizar y aportar elementos teóricos para la
construcción de la temática en la historia y la geografía[16].
La palabra frontera sirvió para delimitar los territorios
entre quienes los gobernaban. De acuerdo con información historiográfica, el
concepto fue un desarrollo de la geopolítica moderna y ha tenido diferentes
significados, a veces como línea divisoria (boundary), otras como límite
territorial (border),
como borde y más recientemente como zona o región fronteriza (borderland).
En palabras de Vangelista (1979):
La frontera que se está
estableciendo en estas conexiones múltiples no es simplemente una línea de
demarcación geográfica, política o étnica, sino una zona territorialmente móvil
cuyo movimiento está dado por el progreso de los procesos de población y la
creación de un sistema relativamente productivo uniforme en toda la zona
poblada. El límite considerado en estos términos existe hasta que cumple la
función de no delimitar y cerrar el territorio, sino de acceder a un espacio
abierto y disponible. (p. 77, traducción propia)
De acuerdo con la tesis de Turner (1893, 1987), la frontera
se construyó entre los siglos XVII y XIX y evolucionó hacia la conquista por la
necesidad de nuevos territorios para el desarrollo del país. Lo anterior lo
corrobora Vangelista (1993, p. 62) a partir de tres
momentos fundamentales: la conquista del territorio, el poblamiento de los
nuevos territorios conquistados y la creación de un sistema de relaciones
productivas que impulsaron el desarrollo territorial.
Las fronteras en las antiguas colonias españolas en América
siguieron el principio del Uti Possidetis Iuris (del latín, “como poseéis de acuerdo
con el derecho, así poseeréis”); sensu
contrario Brasil, colonia del Imperio luso que tenía el principio del Uti Possidetis de
Facto, que supone la posesión material del territorio a partir de los Bandeirantes. En
Europa las fronteras se definieron exprofeso mediante guerras. Por más de mil
años el territorio europeo estuvo en constante movimiento; diferentes pueblos,
grupos y etnias se desplazaban entre los territorios y se enfrentaron casi
siempre por las tierras que dominaban unos y otros[17].
La evolución del concepto fronterizo se ha robustecido en el
tiempo: se pasó de hablar de línea geográfica y límite fronterizo a zona o
región fronteriza (borderland),
que involucra no solo la concepción política e institucional de los territorios[18],
sino que incluye la participación de los diferentes actores que hacen parte del
territorio fronterizo. Las fronteras no son territorios fijos ni estáticos, son
territorios vivos, dinámicos, permeables, que requieren el involucramiento
institucional y poblacional para mejorar las condiciones económicas y sociales
de sus pobladores.
Constitución del Estado
La configuración del Estado se puede entender a partir de
tres elementos combinados: las instituciones y las fronteras, las
constituciones políticas y los tratados diplomáticos, y la seguridad y
soberanía de los confines territoriales.
La revisión histórica de los tiempos previos a la
conformación de la República (1808-1830), así como un análisis historiográfico
sobre la disolución de la Gran Colombia (1829-1831) y sus implicaciones sobre
el país, muestran que los años previos a 1808 hasta 1819 fueron años de
altísima convulsión y desasosiego en el Nuevo Reino de Granada. Se estaba
definiendo la independencia del territorio nacional del Reino de España y, con
ello, la conformación del Estado soberano y gobernado por sus propios habitantes.
Lo anterior fue el resultado de la situación política de los
territorios y consecuencia del escenario político internacional,
particularmente el europeo, donde Napoleón Bonaparte invadió España y tomó el
control de prácticamente toda Europa, debilitando con ello al Reino de España y
su poder sobre las colonias en América[19].
Las guerras independentistas iniciaron en 1808 y concluyeron
en 1819 (Patiño, 2010); no obstante, entre 1815 y 1819 España quiso
reconquistar el territorio neogranadino con la campaña de Pablo Morillo quien,
a sangre y fuego, intentó recuperar el territorio para que siguiera bajo el
dominio español[20].
Los confines territoriales no fueron protagonistas en estos
enfrentamientos por varias razones, una de ellas era la distancia con los
centros de poder político donde se definían las grandes decisiones para todo el
territorio neogranadino. Sin embargo, estas áreas sirvieron para el tránsito de
soldados y campesinos entre los territorios adyacentes, quienes apoyaron las
independencias de la Corona española.
Durante el siglo XIX, particularmente desde 1830 y de manera
importante hacia mediados y finales del siglo, el proceso de construcción del
Estado colombiano fue determinante para la definición del territorio por
gobernar y, con ello, la determinación de las fronteras territoriales del país[21].
Constituciones políticas
Las constituciones políticas para el periodo 1831 a 1886 y
desde 1886 hasta la Carta de 1991 permiten estudiar la evolución del tema
fronterizo, encontrando que, en general, la mayoría de las cartas políticas
desconocieron las fronteras del país, tanto las terrestres como las marítimas.
Las constituciones territoriales de Socorro (1810),
Cundinamarca (1811), de la Confederación (1811), Tunja (1811) y Antioquia
(1812) fueron las primeras constituciones y se denominan como las de la
independencia. El tema fronterizo no se encuentra en ninguna de ellas.
Posteriormente, en las constituciones de la Gran Colombia, iniciando por la de
Villa del Rosario (1821); de la Gran Colombia (1830); y las constituciones de
la Nueva Granada de 1831, 1832, 1843 y 1853, aparecen los primeros
acercamientos al tema fronterizo, particularmente en temas relacionados con el
servicio y el comercio exterior, además de las fuerzas militares que
resguardaban el naciente territorio nacional.
Posteriormente surgieron las constituciones federales: la de
la Confederación granadina (1858), la del Pacto de Unión (1861) y la de los
Estados Unidos de Colombia (1863), considerada como una de las mejores cartas
políticas que tuvo el país, pero que igualmente resultó muy avanzada e
inaplicable para la época. Finalmente se instituyó la Carta Política de 1886
que centralizó al país y quitó fuerza a los incipientes poderes territoriales y
con ello a los espacios fronterizos. Dicha Carta estuvo vigente hasta la
promulgación de la actual Constitución Política de 1991.
El análisis de todas las constituciones políticas permite
concluir que la temática fronteriza nunca tuvo un lugar preponderante entre los
temas fundamentales de la norma de normas, únicamente se mencionaban temas
limítrofes y en menor medida las relaciones internacionales. Solo hasta la
Constitución de 1991 el tema fronterizo tuvo una mayor relevancia y desarrollo;
no obstante, las brechas económicas, sociales, políticas e institucionales de
las fronteras con el resto del país son tan grandes que aún es difícil lograr
convergencia hacia el desarrollo.
La definición del Estado en América Latina y en particular
en Colombia durante los siglos XIX y XX tuvo largos periodos de confrontación,
primero externa con España y luego interna entre los territorios que no
permitieron afianzar en corto tiempo la institucionalidad (Patiño, 2010). La
constitución política de un país es el instrumento legal más importante que
estructura la base gubernamental y el Estado. En este sentido y teniendo en
cuenta que uno de los insumos fundamentales para esta investigación son las
constituciones políticas de Colombia, se revisaron las dieciséis cartas
políticas correspondientes al periodo 1810-1991. En cada una se analizó la
información relacionada con el tema fronterizo, los límites territoriales, la
soberanía y la defensa.
Tratados fronterizos
La definición territorial de las fronteras terrestres y
marítimas en Colombia se realizó a partir de tratados limítrofes firmados con
los países vecinos. La diplomacia colombiana, a diferencia de la diplomacia
norteamericana y europea, jugó un papel pasivo en las relaciones
internacionales con países de otros continentes y se limitó a establecer
negociaciones con sus pares de países vecinos, sobre los límites territoriales
y la búsqueda de acuerdos bilaterales a favor del desarrollo económico, social,
ambiental, cultural e institucional (Kissinger, 2017),
Para el caso de los tratados bilaterales con las fronteras
terrestres se cuenta con la siguiente información: el primer tratado bilateral
se firmó con Perú en 1870; los siguientes países con los que se firmaron
tratados fueron Venezuela en 1881, Ecuador en 1895, Brasil en 1907 y Panamá en
1924. Los tratados firmados con los anteriores países se extienden hasta el
presente e impactan temas de seguridad, soberanía e incontables temas
relacionados con las fronteras terrestres y marítimas. Cabe resaltar que Panamá
es el último país fronterizo con el cual se firmó un tratado de límites,
principalmente porque la separación de dicho territorio no se reconoció sino
hasta abril de 1921 con la ratificación del Tratado
Thompson-Urrutia.
Hasta el 2016,
Colombia había firmado 366 tratados bilaterales con sus homólogos fronterizos
terrestres (Venezuela, Brasil, Perú, Ecuador y Panamá). Del mismo modo, se
firmaron hasta el mismo año 80 tratados bilaterales con sus países fronterizos
marítimos (Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Jamaica, Haití y República
Dominicana), además de los que tienen la doble condición de ser terrestres y
marítimos (Ecuador, Panamá y Venezuela).
Del anterior listado
y en particular para las fronteras terrestres, 30 tratados (9%) tienen relación
directa con el tema limítrofe y fronterizo y los restantes 336 (91%) con temas
varios como cooperación comercial, seguridad, salud, educación, valijas
diplomáticas, etc.[22].
Estos porcentajes reflejan el verdadero asunto de los tratados y la
sensibilidad con la que se negociaron.
También se puede observar que los países con los que
Colombia tiene mayor número de tratados relacionados con las delimitaciones
fronterizas son Venezuela (12 de 72), Ecuador (10 de 95), Panamá (3 de 27),
Brasil (3 de 106) y Perú (2 de 66). Lo anterior evidencia la importancia que
han tenido estas fronteras en términos relativos para el país. Además,
significa que la delimitación de las fronteras tanto con Venezuela como con
Ecuador, 12 y 10 tratados respectivamente, tuvieron
mayor trabajo que con los demás países.
Cesiones territoriales
fronterizas
Las pérdidas o cesiones territoriales fronterizas del país
para el lapso comprendido entre los años 1830 y 2012 confronta las tesis que
argumentan lo contrario, particularmente desde la posición gubernamental o
quienes fueron protagonistas de primera línea en la Cancillería colombiana como
Julio Londoño Paredes (1973, 1975, 2015, 2017), Diego Uribe Vargas (2001) y
Camilo Reyes Rodríguez, todos exministros de relaciones exteriores.
El Virreinato de la Nueva Granada o Virreinato del Nuevo
Reino de Granada se erigió como entidad territorial, perteneciente al Imperio
español del rey Felipe V, mediante Orden Real o Cédula Real del 27 de mayo de
1717[23],
uniendo la Real Audiencia de Quito[24], la
Capitanía General de Venezuela y la Real Audiencia de Santa Fe (lo que hoy es
Panamá, Colombia, Ecuador y Venezuela)[25].
Adicional a este Virreinato, estaban el Virreinato de Nueva España, conformado
por México y Centro América; el Virreinato de Perú, formado por Perú y Chile; y
el Virreinato del Río de la Plata, que lo conformaban Argentina, Paraguay,
Uruguay y Bolivia.
El Virreinato del Nuevo Reino de Granada tuvo tres periodos
de vigencia: primero, entre 1717 y 1723, cuando por problemas económicos el
Imperio español decide disolverlo; luego fue reinstaurado en 1740[26],
hasta 1810 cuando comenzaron las gestas independentistas en América; y,
finalmente, fue erigido de nuevo por el rey Fernando VII en 1816, hasta 1822
cuando definitivamente las independencias en América lograron su cometido de
ser gobernados por autoridades propias.
Frontera con Venezuela
Según Julio Londoño (1975, 2017), antes de la campaña
libertadora, tanto la Nueva Granada como la Capitanía General de Venezuela
habían acordado que el fundamento legal del deslinde territorial sería el Uti Possidetis Iuris
de 1810. En efecto, así sucedió, por lo cual dividieron la frontera en seis
tramos: el sector de la Guajira, el sector de las serranías de Perijá y
Motilones y Norte de Santander, el sector de San Faustino, el sector del río
Táchira y el páramo de Tamá, el sector Arauca-Meta y
el sector del río Orinoco y río Negro[27].
El primero de los sectores delimitado fue el de la Guajira y
fue uno de los más ampliamente discutidos por las delegaciones de ambos países.
La particularidad en la Guajira era que delimitaba territorios pertenecientes
al Virreinato de La Nueva Granada y a la Capitanía General de Venezuela. Fue
entonces cuando el Laudo Español, después de más de diez años de estudio, más
de 15000 folios analizados y cerca de 300 mapas revisados, además de consultar
a las comunidades in situ, señaló que
el límite en la Guajira debía partir del mogote de Los Frailes. El mogote de
los Frailes nunca sería identificado por la comisión demarcadora aceptada por
ambos países, por lo cual acordaron que el sitio Castilletes sería el inicio de
la frontera común terrestre, razón por la cual Venezuela quedó con parte de la
península.
El segundo sector analizado en la frontera entre Colombia y
Venezuela fue el de la serranía del Perijá y Motilones y el departamento de
Norte de Santander. Esta parte fronteriza se divide en dos tramos, la serranía
del Perijá y Motilones y el nacimiento del río de Oro y la desembocadura del
río Grita en Zulia. “Finalmente, y luego de un debate de muchos años, el
tratado de 1941 señaló como límite un curso intermedio que dividía la zona en
dos sectores, el mayor de los cuales correspondió sin embargo a Venezuela”
(Londoño, 1975, p. 15). De nuevo, lo señalado muestra una segunda pérdida
territorial para Colombia, sin que ello demandara una nota diplomática de
protesta.
El siguiente tramo de trabajo de la Comisión demarcadora fue
en el sector de San Faustino, considerado por Londoño (1975) como uno de los
más arduamente discutidos. El territorio incluía al río Táchira al oeste, al
río Guarumito al este, la quebrada Don Pedro al sur y
a los ríos Zulia y Grita al norte. Su ubicación estratégica se presentaba por
la comunicación entre el río Zulia, San José de Cúcuta y San Cristóbal. “Los
expertos árbitros suizos después de analizar cuidadosamente hasta qué lugares
habían ejercido jurisdicción cada uno de los dos países en la zona, escogieron
una línea que promediaba las dos aspiraciones, aunque dejaba un territorio
mayor a Venezuela” (Londoño, 1975, p. 32).
El siguiente sector de demarcación fue el comprendido entre
el río Táchira y el Páramo de Tamá. La Sentencia Real
señalaba la frontera así: “Desde la quebrada Don Pedro en el Táchira, aguas
arriba de este río hasta su origen, y de aquí por la serranía Paramo de Tamá, hasta el curso del río Oirá”. Este sector no tuvo
ninguna diferencia para la demarcación, ni antes ni después del Laudo Arbitral
Español; sin embargo, el proceso de delimitación comprendido en el tramo Sarare-Arauca entregó un vasto territorio colombiano a
Venezuela.
El tramo siguiente de demarcación conocido como Arauca-Meta
tampoco estuvo exento de complicaciones en el proceso de delimitación. Londoño
(1975) señala que:
Venezuela reconoció desde
un principio que la frontera debía seguir por el río Oirá hasta su
desembocadura en el Sarare y por este hasta el Arauca
(por la laguna del Desparramadero), para pasar posteriormente al Meta y
continuar por él hasta el Orinoco. (p. 35)
La comisión suiza, luego
de un cuidadoso análisis de los antecedentes geográficos y jurídicos del
asunto, resolvió fijar el Apostadero del Meta en la intersección del meridiano
de la confluencia de los ríos Apure y del Masparro
con el río Meta. El sitio señalado por los suizos, aunque no se ciñó a lo
solicitado por Venezuela, sí favoreció ampliamente su pretensión. (p. 36)
En este sentido, se presentó un nuevo episodio de cesión
territorial del lado colombiano a favor del venezolano, reconfigurando el
territorio nacional en su frontera con el vecino país.
El último sector por delimitar fue en el río Orinoco y río
Negro, tramo que se dividió en dos partes: la primera entre el Meta y Maipures y la segunda desde Maipures
hasta la Piedra del Cocuy. Aunque las posiciones de ambos países fueron
diferentes, prevaleció la colombiana por estar sustentada en la Cédula Real de
1768 y en una carta de septiembre de 1743. Por el contrario, el argumento
venezolano era que había ejercido jurisdicción en la margen izquierda del río
Orinoco con una misión católica, pero prevaleció para este caso el Uti Possidetis
Iuris de 1810.
Para finalizar este breve análisis de la frontera
colombo-venezolana, se transcribe el siguiente texto de Julio Londoño Paredes
(1975):
Largo fue el proceso de
delimitación de la frontera con Venezuela. Durante su desarrollo fue necesario
acudir a dos árbitros y a un tratado. Podría decirse que Colombia “sacrificó”
en aras del entendimiento, territorios en La Guajira (hasta el río Socuy), en el río de Oro (brazo noroeste), en el Arauca
(entre el Sarare y el Arauca), en San Faustino
(divorcio Faustino Riecito), brazo Casiquiare y Yavita-Pichimín. (p. 42)
Frontera con Brasil
La frontera entre Colombia y Brasil se remonta al
descubrimiento de América por parte de los españoles en 1492. En dicha época,
se estaban definiendo los territorios que les corresponderían a España y
Portugal, que también era explorador[28].
Por esta razón, ambos países acudieron al papa Alejandro VI quien expidió la Bula Intercaetera
del 4 de mayo de 1493, solo siete meses después de haber llegado Cristóbal
Colón a las Antillas, en la que determinó el límite entre ambos reinos para su
exploración.
La Bula decía, 100 leguas (500 km) al occidente de las islas
de Cabo Verde y Azores. Sin embargo, como la realidad geográfica era diferente
de lo establecido en la orden papal, el 7 de junio de 1494 el Tratado de Tordesillas, firmado entre
los reinos de España y Portugal, reubicó la línea 270 leguas más de lo
mencionado inicialmente, es decir, 370 leguas al occidente de las islas de Cabo
Verde y Azores.
Al verificar que este nuevo límite tampoco reflejaba la
realidad territorial, el 15 de enero de 1750 se firmó un nuevo tratado en
Madrid entre España y Portugal, que señalaba la frontera específicamente desde
la desembocadura del río Yavarí en el Marañón, hasta la boca más al occidente
del río Caquetá y hasta el divorcio de aguas del Orinoco y Amazonas.
Posteriormente, se
designó una comisión delineadora de lo mencionado en el tratado; sin embargo,
en 1759, después de la muerte del rey de España Fernando VI, ambos países
estuvieron de acuerdo en suspender dichas labores así
como desconocer el tratado de 1750. No obstante, el 1 de octubre de 1777 se
firmó el Tratado de San Idelfonso que
retomó lo descrito en el tratado de 1750, con un cambio que consistía en que a
partir del Caquetá el límite no seguía por el divorcio Orinoco-Amazonas, sino
que debería dejar las fundaciones portuguesas siempre y cuando no fueran más
allá del Orinoco. El 11 de marzo de 1778 se firmó un nuevo tratado,
complementario del anterior, denominado el Tratado
de Pardo, con el fin de aclarar ciertos puntos del Tratado de San Idelfonso.
El 23 de octubre de 1851 Brasil suscribió un tratado de
límites, comercio y navegación fluvial con Perú (Tratado Herrera-Ponte Ribeiro), reconociendo como límite una línea
trazada entre Caquetá y Amazonas, y desconociendo los derechos de Colombia en
el territorio. Brasil aprovechó la crisis colombiana, guerras civiles, para no
negociar con el país. Hacia 1853 se firmó un tratado de límites y navegación
entre Colombia y Brasil, siendo delegados Lorenzo María Lleras por Colombia y
Miguel María Lisboa por Brasil, pero que el Congreso colombiano rechazó[29].
Adicional, el gobierno de los Estados Unidos había advertido que los tratados
solo serían válidos si en las negociaciones limítrofes los países quedaban con
riberas sobre el río Amazonas.
El 6 de mayo de 1904 la cancillería brasilera firmó un
tratado con Ecuador (Tratado Tobar-Río
Branco), para que se reconociera la línea Apaporis-Tabatinga como límite,
al igual que en el tratado con Perú de 1851. Con este tratado Brasil logró
desconocer a Colombia los territorios al oriente de la línea Apaporis-Tabating y la diplomacia colombiana no protestó. En 1907
acordó el límite entre la Piedra del Cocuy y la boca del Apaporis en el
Caquetá, como lo había sugerido en 1869 su representante en Bogotá. Posteriormente,
el 3 de septiembre de 1907, vino el Protocolo
Eneas Martins-Alfredo Vázquez Cobo, en el cual se
separó el arreglo de límites de la línea Tabatinga-Apaporis de la ApaporisPiedra del Cocuy (República de Colombia, 1914, p.
155; Londoño, 2017, p. 133).
La definición de la frontera entre Colombia y Brasil
presentó dificultades de carácter geográfico y político. La distancia entre
Bogotá y la Amazonía era grande y los problemas internos en Colombia terminaron
por debilitar la negociación y, con ello, el Gobierno cedió en las pretensiones
y defensa del territorio. En consecuencia, los brasileros no ganaban el
territorio con guerras, sino con invasiones a través de los Bandeirantes. Así culminó la
delimitación con Brasil, cediendo vastos territorios al oriente de la línea
Apaporis-Tabatinga que otrora fueron de Colombia.
Frontera con Perú
La base legal de la frontera inició el 20 de agosto de 1739
al erigirse de nuevo el Virreinato de la Nueva Granada y al asignarle
jurisdicción hasta la Audiencia de Quito. Adicionalmente, en 1802 el Soberano
expidió una disposición regia en la cual segregaba del Virreinato de Santa Fe y
agregaba a la del Perú la Comandancia General de Maynas[30], la
cual configuraba el territorio entre la margen izquierda del río Yavarí hasta
el río Caquetá o Yapurá.
El tratado entre Perú y Brasil de 1851 delimitaba sus
territorios por la línea Apaporis-Tabatinga, disponiendo de territorios que
correspondían a Colombia. “Sin embargo de nada valieron estos recursos
diplomáticos (colombianos) […]. Estos hechos significaron la ocupación física
por el Brasil de la zona y la irremediable pérdida para Colombia de estos
territorios” (Londoño, 1975, p. 44). Esto ratificó inquebrantablemente la
pérdida de territorio colombiano en el Amazonas.
El 6 de julio de 1904 se firmó el Tratado Tovar-Río Branco entre Ecuador y Brasil, poniendo como
límite la línea Apaporis-Tabatinga. De esta forma, el Imperio de Brasil ya
tenía el reconocimiento de sus territorios por parte de Perú y Ecuador. El Tratado Lozano-Salomón logró su
aprobación por parte de Perú y Brasil cuando Colombia retiró sus reservas al
tratado de 1851. El tratado entre Ecuador y Brasil no fue ratificado. En 1890
el Tratado Herrera-García entre Perú
y Ecuador reconoció como su frontera el río Putumayo hasta la desembocadura del
río Cabuya. Esta vez Colombia protestó porque estaban reconociéndose límites en
territorios colombianos.
A raíz del tratado entre Perú y Brasil de 1851, Colombia
decidió tener más presencia en la zona y estableció una intendencia y una
aduana en la región. En la zona del Putumayo operaba una firma colombiana de un
señor de apellido Larrañaga que habitaba en La Chorrera. En 1903 esta persona
murió y entró en la región Julio Cesar Arana a establecer su negocio del
caucho. El 6 de mayo de 1904 se estableció entre los dos países un documento
sobre el “modus vivendi” en la zona
de status-quo entre los ríos Napo y Caquetá[31].
El 9 de octubre de 1907 Colombia denunció el último “modus vivendi” por considerar que la Casa Arana estaba usurpando la
región, el territorio y sus habitantes (indígenas de la región). En 1911 una
aduana colombiana localizada en la margen derecha del río Caquetá fue atacada
por una cuadrilla militar peruana, al mando del teniente coronel Óscar
Benavides. Dicho incidente, conocido como el de “La Pedrera”, concluyó con la
detención de los 47 soldados peruanos en Iquitos.
Entre 1911 y 1922 hubo varios intentos diplomáticos por
parte de ambos países para definir los límites, pero ninguno de ellos dio
frutos. Entre tanto, en 1916 Colombia firmó el Tratado Suárez–Muñoz Vernaza con Ecuador. Lo anterior generó
protestas de Perú, que argumentó que Ecuador estaba reconociendo a Colombia
territorios que no le correspondían. En 1922 se firmó el Tratado Salomón–Lozano, fruto de las gestiones entre Alberto
Salomón, ministro de Relaciones Exteriores de Perú y Fabio Lozano Torrijos,
diplomático colombiano en Lima, el cual generó grandes disgustos en ambos
países. El descontento en Lima fue por considerar que el presidente Augusto
Leguía había entregado parte de los territorios peruanos a Colombia y en Bogotá
la inconformidad fue por razones similares, que tenían más argumentos ciertos.
A partir de este momento comenzó una serie de incidentes que
trajeron grandes y graves consecuencias para los involucrados. El 1 de
septiembre de 1932 un grupo de 35 uniformados peruanos se tomó Leticia. La toma
generó una guerra entre Colombia y Perú que duró cerca de un año y tuvo
consecuencias económicas y pérdida de vidas para ambos países.
La definición de la frontera entre Colombia y Perú tuvo
serias implicaciones para ambos países, como una guerra internacional entre los
dos. Además, involucró a Brasil y Ecuador y podría decirse que, tanto Colombia
como Perú, tuvieron sentimientos de pérdida territorial. No obstante, Colombia
fue quien cedió los territorios entre los ríos Putumayo y Amazonas.
Frontera con Ecuador
La definición de la frontera entre Colombia y Ecuador fue
otra de las negociaciones complejas que involucró territorios amazónicos donde
tenían intereses Perú, Ecuador y Colombia. En esta zona Brasil también había
tenido influencia por sus negociaciones otrora con Perú y Ecuador, perjudicando
y desconociendo los territorios colombianos en el Amazonas.
El caso de la frontera con Ecuador fue particular por tres
razones: primero, ambos países aspiraban a los mismos territorios; segundo,
Ecuador en 1810 hizo parte del Virreinato de la Nueva Granada, por lo cual el Uti Possidetis de
1810 no se podía aplicar; y, tercero, Ecuador perteneció a la Gran Colombia
entre 1819 y 1830. En 1890 Ecuador y Perú suscribieron un tratado de límites
por medio del cual reconocieron como frontera común el río Putumayo hasta la
frontera con Brasil. Esto sin tener en cuenta a Colombia. Perú no ratificó
dicho documento en su congreso.
Los acuerdos entre Colombia y Ecuador, Betancourt-Andrade de 1908 y Uribe-Peralta
de 1910, no fueron ratificados por Ecuador por considerarlos lesivos a sus
intereses. Durante la presidencia en Colombia de José Vicente Concha, cuyo
canciller fue Marco Fidel Suárez, se integró un equipo con Antonio José Uribe,
Nicolás Esguerra, José María González Valencia, Hernando Holguín y Caro y
Carlos Urueta quienes negociaron en 1915 las bases de un tratado definitivo con
Alberto Muñoz Vernaza, ministro plenipotenciario de Ecuador.
Dicho tratado fue
blanco de críticas por parte de la sociedad en ambos países. En Colombia se
dijo que el canciller Marco Fidel Suárez había “feriado” toda la margen
septentrional del Marañón y en Ecuador que habían regalado 180000 km2 entre
Caquetá y la frontera, sin conservar la integridad del territorio (Londoño,
1975, p. 64; 2017, p. 74). Ecuador reconoció unos territorios a Colombia en
1916 en el Tratado Suárez-Muñoz Vernaza,
los cuales posteriormente Colombia entregó a Perú mediante el Tratado Salomón-Lozano de 1922 (Londoño,
2017, p. 73).
La negociación en la frontera sur de Colombia fue un
rompecabezas que implicó las negociaciones con los tres países involucrados:
Ecuador, Perú y Brasil. En dicha negociación infortunadamente Colombia terminó
cediendo grandes y valiosos territorios.
Frontera con Panamá
Panamá se independizó de España el 10 de noviembre de 1821 e
hizo parte de la Gran Colombia desde ese año y hasta 1830. En 1826 ya había
intentado separarse, pero su propósito no tuvo frutos. Una vez disuelta la Gran
Colombia en 1831, se conformó la Nueva Granada y Panamá se unió en 1832. El 18
de noviembre de 1840 Panamá se separó por segunda vez de la Nueva Granada; sin
embargo, hacia 1841 ya había retornado de nuevo a ser parte del país. Este
episodio se repitió en 1850 y tampoco tuvo éxito.
Con la promulgación de la Carta Política de Rionegro de 1863
se constituyeron los Estados Unidos de Colombia, y Panamá fue uno de los
Estados federados del país. Con la Constitución de 1886 Panamá pasó a ser un
territorio más, denominado como departamento Istmo. Las políticas centralistas
de la Constitución de 1886 y la devastación en la que quedó el país luego de la
guerra de los Mil Días, entre 1899 y 1902, fueron el detonante para la
separación definitiva de Panamá el 3 de noviembre de 1903, para lo cual contó
con el apoyo de los Estados Unidos de América, en pleno fulgor de su
imperialismo. Cabe recordar que países como EE. UU y Francia reconocieron al
nuevo país solo a diez días de la separación, mientras que Colombia tardó casi
veinte años en hacerlo.
En 1914 se firmó el Tratado
Urrutia-Thompson que concluyó la penosa delimitación con Panamá. El tratado
definió que la línea fronteriza entre ambos países sería la dispuesta en la Ley
del 9 de junio de 1855 como lo había sostenido Colombia: desde el Cabo Tiburón
hasta el punto equidistante entre Cocalito y Ardita, pasando por los Altos de Aspavé. El Tratado
Vélez-Victoria del 20 de agosto de 1924 acordó la línea mencionada en 1914.
Aunque con Panamá no se cedieron vastos territorios, se perdió el país entero.
Perdidas marítimas
fronterizas[32]
De acuerdo con Diego
Uribe Vargas (1999, 2003, 2001, p. 1), la acción diplomática realizada en las
delimitaciones de las fronteras marítimas permitió duplicar el territorio
nacional[33].
Esta es la versión de quien fuera ministro de Relaciones Exteriores entre 1978
y 1981, empero, la situación es diferente si se analiza la nota diplomática de
Juan Uribe Holguín, canciller entre 1951 y 1953, en la cual se señala que el
Gobierno de Colombia no objetó la soberanía de los Estados Unidos de Venezuela
sobre el archipiélago de Los Monjes[34], o
si se recuerda el Fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya del 19
de noviembre de 2012[35],
donde Colombia perdió el control de cerca de 75000 km2 de mar en el
Caribe.
Fronteras sin delimitar
Venezuela
A la fecha (2022), la
frontera marítima entre Colombia y Venezuela no se ha delimitado. Después del Tratado sobre Demarcación de Fronteras y
Navegación de los Ríos Comunes entre Colombia y Venezuela (López de
Mesa-Gil Borges) del 5 de abril de 1941, los dos países procuraron un par de
veces delimitar las áreas marinas y submarinas sin llegar a un acuerdo sobre el
tema[36].
Empero, como se vio anteriormente, con la entrega de Los Monjes a Venezuela en
1952 se comenzó a ceder territorio marítimo en el mar Caribe con dicho país.
Gran Caimán
Las Islas Caimán son un territorio de ultramar gobernado por
el Reino Unido que, después de la independencia de Jamaica de Inglaterra en
1962, pasó a su control. En 1978, el gobierno colombiano inició negociaciones
en Londres para delimitar el territorio marítimo entre las islas Caimán y
Serranilla, ante lo cual la oficina de relaciones exteriores inglesa accedió,
pero puso como condición para iniciar la negociación que existiera una
comunicación escrita formal de los países del Caribe, en la que manifestaran
que no había reclamación sobre Serranilla (Londoño, 2015, p. 288).
Lo anterior no sucedió y, además, Honduras incluyó a
Serranilla en su Constitución Política de 1982:
Artículo 10. Pertenecen a
Honduras los territorios situados en tierra firme dentro de sus límites
territoriales, aguas interiores y las islas, islotes y cayos en el Golfo de
Fonseca que histórica, geográfica y jurídicamente le corresponden, así como las
Islas de la Bahía, las Islas del Cisne (Swan Islands) llamadas también Santanilla o Santillana, Virillos, Seal o foca (o
Becerro), Caratasca, Cajones o Hobbies, Mayores de
Cabo Falso, Cocorocuma, Palo de Campeche, Los Bajos
Pichones, Media Luna, Gorda y los Bancos Salmedina,
providencia, De Coral, Cabo Falso, Rosalinda y Serranilla, y los demás
situados en el Atlántico que histórica, geográfica y jurídicamente le
corresponden. (Constitución Política de Honduras, Decreto No. 131, 11 de enero
1982, subrayado propio).
Con esta situación, la delimitación entre Colombia, a través
de Serranilla, y Reino Unido, con las Islas Caimán, quedó pendiente, al menos
por ahora.
La evolución, la formación del Estado y el análisis
histórico e historiográfico del fenómeno fronterizo muestran cómo el papel del
Estado colombiano y la acción de la diplomacia en las fronteras, para el
periodo 1830-2012, permiten identificar no solo las cesiones hechas de
territorio, sino la falta de interés de los mandatarios nacionales, de la
institucionalidad y de la diplomacia por los confines en Colombia, lo cual
explica en buena parte las consecuencias de pérdida territorial fronteriza,
terrestre y marítima, que derivan en la reconfiguración territorial en
Colombia. Lo anterior, demuestra las razones históricas, políticas, institucionales,
diplomáticas y económicas que causaron la disminución del área territorial y
marítima de Colombia entre 1830 y 2012.
Conclusiones
El concepto fronterizo ha evolucionado a lo largo de la
historia, además el tratamiento del tema depende del lugar geográfico donde se
analice. Los europeos tienen una concepción de frontera diferente de los
norteamericanos y los latinoamericanos asumieron una noción distinta a ambos.
En realidad, no existe una teoría especial de fronteras para América Latina y
las lecturas que se realizan sobre ella han sido interpretaciones de las
teorías existentes.
Resulta importante diferenciar entre los conceptos que
involucran el tema: limes, boundary, border, borderland, frontier, frontière, frontera y confín. Los anteriores son
significados que tienen relación directa con el fenómeno fronterizo; sin
embargo, encierran contenidos diferentes.
El Uti Possidetis Juris fue un principio que, para el caso colombiano,
evitó guerras con los nuevos Estados por conflictos territoriales. A pesar de
haber diferencias de interpretación de las normas (órdenes reales, cédulas,
etc.) y en algunas ocasiones enfrentamientos, no fueron guerras.
La diplomacia colombiana ha carecido de una visión
estratégica para las fronteras territoriales y marítimas, lo cual ha afectado
los intereses nacionales en dichos territorios.
Existe una larga controversia histórica sobre la pérdida o
no de territorios fronterizos por parte del país. Después de haber estudiado
los tratados bilaterales, investigado en diferentes fuentes las demarcaciones
limítrofes y corroborado con entrevistas a quienes hicieron parte de la
institucionalidad se puede concluir que el país sí perdió territorio, tanto
continental como marítimo, lo cual reconfiguró su territorio nacional. Dichas
pérdidas no se extraen de la revisión de mapas, se evidencian en las gestiones
diplomáticas que tomaron quienes fueron los responsables de la política por
parte de Colombia, así como en las decisiones que tomaron los negociadores del
país que, sumado al poco interés nacional por las fronteras, reconfiguraron el
territorio nacional.
La delimitación de las fronteras territoriales fue un largo
proceso que duró 110 años (entre 1830[37] y
1940[38]).
La delimitación de las zonas marítimas comenzó sobre la década de 1970 y
concluyó cerca de 25 años después[39].
Hubo presidentes y cancilleres que, frente a las delimitaciones marítimas,
hablaron de duplicación del territorio nacional[40].
Nada más falso que esto. Algunas fronteras marítimas se delimitaron y otras
están sin delimitar o quedaron mal hechas y podrían ser objeto de demandas ante
la justicia internacional.
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[1] El presente artículo
sintetiza la tesis doctoral Reconfiguración territorial en Colombia: el papel
del Estado y la diplomacia en las fronteras (1830-2012), realizada en el
Doctorado en Estudios Políticos de la Universidad Externado de Colombia. La
investigación fue elaborada entre 2014 y 2020.
[2] El 2 de febrero de 2018,
la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de la Haya falló a favor de Nicaragua
en la demanda interpuesta por este país ante Costa Rica por la frontera
marítima en el mar Caribe. Dicho fallo puso en evidencia la pérdida territorial
de Colombia desde 2012 (International
Court of Justice, 2 de febrero de 2018, art. 134).
[3] “Nicaragua inició una
demanda contra Colombia para determinar la delimitación de las fronteras entre
la plataforma continental de Nicaragua más allá de las 200 millas náuticas y la
plataforma continental de Colombia”, dijo la CIJ en un comunicado. Esta nueva
demanda se presentó el 16 de septiembre del 2013. Tomado de: https://www.
icj-cij.org/en/case/124
[4] Se encuentra información
complementaria al respecto en: http://www.cancilleria.gov.co (recuperado en
enero de 2020).
[5] Tal es el caso de la
aprobación de documentos Conpes como el 3155 de 2002, el 3805 de 2014 y el 3990
de 2020, coordinados y formulados por el Departamento Nacional de Planeación
(DNP), y decretos presidenciales para afrontar coyunturas económicas y sociales
con efectos en los territorios fronterizos y para tener una nueva visión del
mar.
[6] El 21 de agosto de 2015
el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, ordenó
el estado de excepción en la frontera con Colombia por sesenta días
prorrogables a otros sesenta y la deportación de ciudadanos colombianos. A
junio de 2019, Migración Colombia estimó la migración masiva a Colombia en
cerca de 1.4 millones de venezolanos. Desde junio de 2020, la pandemia del
COVID-19 revirtió en menor escala el fenómeno y varios miles de venezolanos
retornaron a su país. A noviembre del mismo año, comenzaron a regresar de nuevo
miles de venezolanos a Colombia por pasos ilegales.
[7] Actualmente es la
denominada Unidad Administrativa para la Consolidación Territorial. Las
regiones fronterizas de consolidación son: Cesar, Arauca, Putumayo y Nariño. A
febrero de 2018, se estimó que el éxodo de venezolanos hacia Colombia superaba
las 550000 personas; sin embargo, según información de Migración Colombia y
varias ONG el fenómeno se estima en más de un millón de personas.
[8] El Plan Fronteras para la
Prosperidad brindó apoyo en algunas zonas fronterizas, a través de
intervenciones directas sectoriales (educación, salud, desarrollo económico,
etc.) hasta agosto de 2018, pero en forma incipiente.
[9] La Política de Defensa y
Seguridad Democrática tuvo vigencia solo durante los dos periodos del
presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2006 y 2006-2010).
[10] El Gobierno Nacional
entregó un balance de las acciones realizadas a favor de San Andrés, luego del
Fallo de la Haya de noviembre de 2012.
[11] Decreto 2694 de julio 27
de 2010, por el cual se adoptan medidas tributarias transitorias para estimular
la actividad económica en los municipios que limitan con la República
Bolivariana de Venezuela.
[12] Decretos 1768, 1770,
1771, 1772, 1814, 1818, 1819, 1820 y 1821 de septiembre de 2015.
[13] A partir de las décadas
de 1980 y 1990 se comenzó a acuñar el término securitización para ampliar el
concepto de seguridad en el territorio, Wæver (1989, 1995).
[14] La historiadora italiana
Chiara Vangelista, catedrática y experta en la temática en América Latina,
particularmente en Brasil, define los territorios limítrofes como los confines
del Estado (Vangelista, 1979, 1993).
[15] De acuerdo con Vangelista
(1979), el concepto es utilizado por Sergio Boisier del Ilpes, Chile y
referenciado igualmente otrora por Friedrich Ratzel.
[16] Además de los autores
seleccionados, se revisaron corrientes historiográficas y autores como Harlan
Koff, Hilleel David Soifer, Thomas Nail, Douglass North, Leslie Bethell,
Magdalena Naum, entre otros.
[17] Tal es el caso de
bárbaros, galos, sajones, anglos, ostrogodos, celtas, visigodos, vándalos,
francos, germanos, romanos, hunos, etc
[18] A lo largo de la
historia, cientos de teóricos han conceptuado sobre el tema. Por ejemplo, en
1885 Ratzel introdujo el concepto fronterizo al análisis geopolítico; en 1893
Turner innovó la visión fronteriza, particularmente para EE. UU; Gottmann
introdujo temas culturales, sociales, poblacionales y fenómenos que circundan
los territorios fronterizos; y Michel Foucher aportó un excelso análisis a
finales del siglo XX y principios del XXI.
[19] Al respecto, véase la
investigación de Leslie Bethell , Historia de América Latina, (1990, p. 40).
[20] Una excelente narración
sobre el tema se encuentra en Vela Orbegozo (2010, 2015)
[21] Un importante aporte en
este sentido se encuentra en Vela Orbegozo (2010, 2015).
[22] Acuerdos sede, asuntos electorales,
cooperación internacional, derecho mar, adhesión a organismos internacionales,
asuntos migratorios, cooperación judicial internacional, derecho internacional
humanitario, aduanas, asuntos militares y de policía, corrupción, control
fiscal, derecho internacional privado, agricultura y pesca, comercio
internacional para el desarrollo, cortes y tribunales internacionales de
justicia, derecho penal, extradición, amistad, convenciones de Viena, derecho
de los tratados, derechos humanos, desarmes, armas, materiales nucleares,
nacionalidad, salud pública, tecnologías de la información y comunicaciones,
discapacidad, privilegios e inmunidades, seguridad social, trabajo, educación,
cultura, arte, propiedad intelectual, seguridad y terrorismo internacional,
tráfico de drogas, medio ambiente, refugio y asilo político, tráfico de
personas, minorías, repatriación, soluciones pacíficas de controversias,
transporte, traslado de presos, tributos, impuestos, tasas y contribuciones,
turismo y visas.
[23] La Cédula Real era una
orden emitida por el rey de España, y fue característica del periodo entre los
siglos XV al XIX, mediante la cual el monarca dictaba su orden para ser
cumplida por los territorios gobernados.
[24] “La Capitanía General de
Quito se organizó en 1563 como parte del Virreinato del Perú y desde aquel
entonces abarcó importantes territorios, los cuales comprendían, entre otros,
la ciudad de Popayán en la parte sur de la actual Colombia. Desde 1739, la Capitanía
General de Quito pasó a formar parte del recién creado Virreinato de la Nueva
Granada” (Olano, 2017).
[25] El ordenamiento
territorial que el Imperio español había definido para los nuevos territorios
tenía tres categorías: los virreinatos, las audiencias y las capitanías
generales.
[26] “La suspensión del
Virreinato generó gravísimos problemas […]. La penetración de los portugueses
al sureste y el incremento del contrabando en el norte por holandeses e
ingleses alarmaron a la población” (Londoño, 2017, p. 3).
[27] Al respecto puede
revisarse: Venezuela. Límites. Proyecto presentado por el Plenipotenciario de
Venezuela (República de Colombia, 1914, p. 336).
[28] El Tratado de Alcáçova, también llamado
Paz de Alcázovas, fue un acuerdo
firmado en Portugal, en la Villa de Alcáçovas el 4 de septiembre de 1479, entre
los representantes de los reyes Isabel y Fernando de Castilla y Aragón y el rey
Alfonso V de Portugal y su hijo Juan, y fue ratificado posteriormente por el rey
de Portugal, el 8 de septiembre de 1479, y por los reyes de Castilla y Aragón
en Toledo, España, el 6 de marzo de 1480. En dicho tratado se repartieron la
exploración del océano Atlántico entre los dos reinos. Posteriormente, firmaron
el Tratado de Tordesillas el 7 de junio de 1494, que igualmente siguió
dividiendo el mundo entre estos dos reinos.
[29] Como sucedió en la
negociación con Venezuela, Colombia siguió cediendo territorio nacional. Por
fortuna, en esta ocasión el Congreso lo evitó:
Se establece una línea desde la desembocadura del Apaporis
en el Caquetá, que continúa por el divorcio de aguas entre los ríos Vaupés y
Negro, cediendo Colombia parte de los territorios a los que pretendía al
occidente de la línea Apaporis-Tabatinga. En uno de los artículos se reconocía
además la validez de las líneas pactadas por Brasil con Perú en 1851 y con
Venezuela en 1852. El tratado fue rechazado por unanimidad por el Congreso
colombiano. (Londoño, 2017, p. 131)
[30] “Si usted lee la Real
Orden, la Real Cédula (de 1802), se da cuenta que es una segregación
territorial. Perú tenía razón […]. A mi juicio, objetivamente, la discusión que
hubo entre Ecuador, Perú y Colombia se debía a la interpretación de la Real
Cédula de 1802, sobre la Provincia de Maynas” (Londoño, 2017, p. 131).
[31] El modus vivendi fueron
unos acuerdos concertados entre Colombia y Perú en los que estipulaban retirar
a sus autoridades de las zonas donde ambos países tenían interés con el fin de
evitar conflictos e incidentes que complejizaran la situación (Londoño, 2017,
p. 83).
[32] En 2015, el excanciller
Julio Londoño Paredes publicó un libro sobre la negociación de Colombia en el
mar Caribe: Colombia en el laberinto del Caribe. En dicha publicación, el
excanciller Londoño analiza detenidamente las diferentes controversias entre Colombia
y Nicaragua. También incluye una explicación sobre las delimitaciones marítimas
con Ecuador, Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Haití, Honduras, las
negociaciones con Venezuela y el intento de delimitación con Gran Caimán,
territorio de ultramar del Reino Unido.
[33] En 2001 el excanciller
Diego Uribe Vargas publicó un libro con el título: Mares de Colombia. La acción
diplomática que duplicó el territorio nacional. En dicho libro, no se menciona
la nota diplomática de 1952 que entregó Los Monjes a Venezuela, y se reconoce
que “Nicaragua ejerce dominio sobre esta costa (Mosquitia) precisamente en
razón de lo dispuesto en el Tratado Esguerra-Bárcenas” (Uribe, 2001, p. 24). Es
decir, en el canje que hizo Colombia de su territorio en Mosquitia para que
Nicaragua no solicitara más soberanía al oriente del meridiano 82.
[34] “El gobierno de Colombia
declara que no objeta la soberanía de los Estados Unidos de Venezuela sobre el
Archipiélago de Los Monjes y que, en consecuencia, no se opone ni tiene
reclamación alguna que formular respecto al ejercicio de la misma o de cualquier
acto de dominio por parte de ese país sobre el archipiélago en referencia”
(Uribe, 1952).
[35] Para consultar el fallo:
https://www.icj-cij.org/en/case/124 (acceso junio de 2018).
[36] Hipótesis de Caraballeda
(Londoño, 2015, p. 233; 2017, p. 54), entre otras.
[37] El 14 diciembre 1833 se
había negociado con Venezuela el Tratado Pombo-Michelena; sin embargo, este no
fue ratificado en el vecino país por lo cual no fue un tratado de límites.
[38] Sin embargo, el primer tratado de límites de
Colombia con sus vecinos se dio en 1881 con Venezuela, es decir, cincuenta años
después de disuelta la Gran Colombia y precisamente con este mismo país en el
año 2022 sigue sin definirse la frontera marítima en el mar Caribe. Las
fronteras terrestres se definieron entre 1881 y el último tratado se firmó con
Venezuela en 1941, es decir, casi sesenta años para la definición de los
límites territoriales fronterizos con los cinco países con los que Colombia
tiene fronteras terrestres.
[39] Las fronteras marítimas
se definieron solo al final del siglo XX, más específicamente entre 1975 y
1993, lo cual muestra no solo la falta de interés estratégico de las fronteras
terrestres, sino la invisibilización de las fronteras marítimas en el océano
Pacífico y en el mar Caribe por cerca de 150 años.
[40] Las pérdidas marítimas
fronterizas no están en la mente de los colombianos y contrario sensu se han
escrito libros y se han pronunciado frases como la del presidente López:
“recibimos un país y entregamos dos”, refiriéndose a la acción diplomática que
logró delimitar las zonas marítimas con los países vecinos. No obstante, en la
mente de los colombianos no está el canje con Nicaragua en 1928 de la costa
Mosquitia para que no reclamara las islas al oriente del meridiano 82; la
entrega física de las islas de Los Monjes en 1952 por parte del canciller de la
época, Juan Uribe Holguín; la pérdida marítima en el mar Caribe y en el océano
Pacífico, como consecuencia de la separación de Panamá en 1903; ni tampoco la
pérdida de soberanía sobre el golfo de Maracaibo, más conocido como golfo de
Venezuela, por la pérdida en la negociación con el vecino país de la franja
territorial que le dio una porción territorial en el actual departamento de La
Guajira que no le correspondía. Quizá en la mente de los colombianos solo esté
la más reciente pérdida de cerca de 75000 km2 con el fallo de la CIJ
a favor de Nicaragua en noviembre de 2012 y algo del fallo de la CIJ de abril
21 de 2022.
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1. Harold Bustamante Matoma, Jairo Agudelo-Ruiz. (2024). Perspectivas locales y análisis del impacto de la migración china en el territorio nacional colombiano. Universitas, (40), p.15. https://doi.org/10.17163/uni.n40.2024.01.
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