Publicado
Problemáticas y desafíos urbano territoriales contemporáneos
Contemporary urban territorial problems and challenges
Problèmes et défis urbains territoriaux contemporains
Problemas e desafios territoriais urbanos contemporâneos
DOI:
https://doi.org/10.15446/bitacora.v33n3.112188Palabras clave:
problemáticas territoriales, problemáticas urbanas (es)territorial problems, urban problems (en)
problèmes territoriaux, problèmes urbains (fr)
problemas territoriais, problemas urbanos (pt)
Fuente: ACNUR
Problemáticas y desafíos urbano territoriales contemporáneos
Contemporary urban territorial problems and challenges
Problemas e desafios territoriais urbanos contemporâneos
Problèmes et défis urbains territoriaux contemporains
PhD. Arq. Carlos Alberto Torres-Tovar[1]
Universidad Nacional de Colombia
https://orcid.org/0000-0001-5946-1838
Scopus Author ID: 37056494900
Cómo citar este artículo:
Torres Tovar, Carlos Alberto
(2023). Problemáticas y desafíos urbano territoriales contemporáneos.
Bitácora
Urbano Territorial, 33(III): https://doi.org
/10.15446/bitacora.v33n3.112188
[1] Arquitecto, Magíster y Doctor en Urbanismo y Doctor en Arquitectura y Ciudad. Profesor Asociado de la Universidad Nacional de Colombia. Escuela de Arquitectura y Urbanismo. Investigador Senior (IS) por MinCiencias. Líder del grupo de investigación “Procesos Urbanos en Hábitat, Vivienda e Informalidad”
33
3
Editorial
ISSN electrónico 2027-145X. ISSN impreso 0124-7913. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá
33
(3) 2023: 7-12
Septiembre - Diciembre 2023
Editor
00_110081
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(3)
Ciudad Universitaria, Bogotá D.C., septiembre de 2023
EDITORIAL

En este nuevo número de la revista Bitácora Urbano-Territorial presentamos un conjunto de artículos que dan cuenta de algunas de las problemáticas y de los desafíos contemporáneos en los ámbitos urbano y territorial. Es necesario, ante todo, aclarar a qué nos referimos cuando hablamos de problemáticas contemporáneas. El término puede evocar viejas problemáticas, presentes en nuestras ciudades y territorios, que ya fueron superadas y, por lo tanto, acercarnos y enfrentarnos a nuevas necesidades y demandas. O, por el contrario, puede referirse al reconocimiento de que ha habido una transformación y una mutación en los nuevos contextos y en el desarrollo de los conflictos presentes, en el marco de una globalización cada vez más homogeneizante.
Lo cierto es que, hoy, América Latina y los países en vías de desarrollo se enfrentan a una serie de problemáticas y desafíos complejos en sus territorios urbanos y rurales. Estas problemáticas contemporáneas, en constante evolución, demandan un análisis profundo y una planificación integral para abordar sus diversas facetas. La rápida urbanización, la expansión demográfica y la dinámica económica cada vez más compleja han generado situaciones que demandan una atención inmediata y estrategias de planificación urbana y territorial adaptadas a sus contextos particulares. Para aportar a esta reflexión, se analizan brevemente algunos de los problemas más apremiantes; se destacan las particularidades de los entornos urbanos, regionales y rurales; se exploran sus implicaciones, y se proponen algunos enfoques para abordarlos de manera integral.
A nivel urbano, podemos señalar, en primer lugar, la desigualdad socioeconómica, que es una realidad palpable en América Latina y en los países en vías de desarrollo. La manifestación más evidente de esta problemática se da en la configuración fragmentada de las ciudades. En este contexto, barrios opulentos coexisten con áreas marginales, creando divisiones profundas. Estas disparidades no solo limitan el acceso a servicios básicos para la población de más bajos ingresos, sino que también perpetúan ciclos de pobreza, afectando la cohesión social y la movilidad económica. Este desafío debe abordarse mediante estrategias inclusivas, que aseguren la equidad en el acceso a oportunidades, bienes y servicios.
En segundo lugar, cabe mencionar la crisis por el acceso a hábitat y vivienda adecuados en nuestras ciudades y terrirorios; esto se manifiesta de manera aguda en la proliferación de asentamientos de origen informal y en la falta de viviendas asequibles, además de la baja provisión de servicios públicos, infraestructuras y equipamientos colectivos. Este desafío está intrínsecamente vinculado a la expansión urbana, que pareciese descontrolada, impulsada por la migración y el crecimiento demográfico. Como resultado, comunidades vulnerables se ven desplazadas, lo que genera tensiones y conflictos sociales. Por ello, abordar la necesidad de hábitat y de viviendas sostenibles y asequibles, considerando la seguridad y estabilidad de las comunidades existentes, sigue siendo un reto por atender. El problema no es la adquisición y compra de la vivienda, lo que se debe solventar es el acceso a un hábitat y vivienda adecuados.
Se podría señalar, en tercer lugar, que existe una expansión urbana descontrolada, que se erige como uno de los desafíos más evidentes y preocupantes en América Latina y en los países en vías desarrollo; esto nos lleva a pensar nuevamente en si las ciudades deberían tener un crecimiento limitado y, de ser así, cómo garantizarlo. El crecimiento demográfico, la migración rural-urbana, así como la inmigración de población de países vecinos en busca de oportunidades, contribuyen a la ocupación indiscriminada de áreas periféricas, principalmente, con escasas condiciones de urbanización y fuertes procesos de precarización que afectan el territorio y dificultan la sostenibilidad en sus múltiples dimensiones. Este fenómeno no solo compromete la integridad de ecosistemas circundantes y las estructuras ecológicas principales, sino que también aumenta la vulnerabilidad frente a desastres naturales. Buscar un equilibrio entre la necesidad de urbanización y la preservación de áreas de preservación y conservación ambiental, integrando estrategias que fomenten un crecimiento urbano sostenible y resiliente, debería ser un propósito. Pero, también, hay que reconocer que esta dinámica está asociada a la baja capacidad económica de las poblaciones y a la inexistencia de claras políticas públicas en materia de ordenación y poblamiento urbano.
En cuarto lugar, el cambio climático ha elevado la vulnerabilidad de las ciudades y consecuentemente las areas ruralesen estos territorios. Eventos climáticos extremos, como inundaciones, huracanes, incendios, sequías, el aumento de la temperatura del planeta, la no disminución de las emisiones de carbono, entre otros, amenazan la infraestructura urbana y rural, la seguridad, la salud y la vida de los habitantes. La adaptación y la resiliencia urbana son imperativas. Cada día se hace más urgente incorporar estrategias que aborden la vulnerabilidad específica de estos territorios, promoviendo prácticas de construcción resilientes, una gestión sostenible del agua, la creación de espacios urbanos capaces de hacer frente a los impactos del cambio climático y la implementación de otras múltiples estrategias que nos permitan llegar al futuro y dejar un planeta habitable a las generaciones futuras.
Una quinta problemática fundamental, producto entre otros de una industrialización acelerada y una aumento del parque automotor, es la que tiene que ver con la contaminación del aire y la calidad ambiental y, como consecuencia, con el desmejoramiento de la salud de la población. Las emisiones de gases contaminantes y partículas finas provenientes de fuentes industriales y vehículos tienen consecuencias directas en la salud respiratoria y cardiovascular de la población. Poco se ha avanzado en la solución de este problema, que se debe abordar a través de la promoción de modos de transporte masivo públicos y sostenibles, de la ampliación del espacio público y las zonas verdes que actúan como sumideros de contaminantes y de la aplicación de regulaciones ambientales estrictas, entre algunas de las acciones por acometer. Además, es esencial fomentar la conciencia ambiental y la participación ciudadana en la búsqueda de soluciones para mejorar la calidad del aire y proteger el entorno.
Por otra parte, la gentrificación, el sexto punto a tratar, se ha convertido en un fenómeno común en ciudades en desarrollo, planteando desafíos significativos. Aunque puede revitalizar, regenerar, renovar o adelantar acciones con otras denominaciones en áreas urbanas, mayormente los centros urbanos, frecuentemente conlleva la expulsión de residentes de bajos ingresos y la pérdida de la diversidad social. El encarecimiento de la vivienda y de los costos de localización, la llegada de nuevos negocios y el cambio de las dinámicas urbanas excluye a las comunidades existentes, generando tensiones y desplazamientos. Abordar este fenómeno contemporáneo hoy, en las ciudades de América Latina y de los países en vías de desarrollo, mediante la implementación de políticas que equilibren el desarrollo económico con la inclusión social, y que promuevan la participación activa de la población en la toma de decisiones sobre su territorio, es fundamental. Esto incluye la adopción de medidas para proteger a las comunidades locales, como el establecimiento de programas de hábitat y vivienda asequible y la promoción de modelos de desarrollo que fomenten la diversidad, entre otras muchas acciones por adelantar.
Si a lo anterior sumamos los desafíos tecnológicos y la búsqueda de las llamadas ciudades inteligentes, nos vemos obligados a reconocer como una séptima problemática la acelerada adopción de tecnologías en el tejido urbano, que plantea desafíos éticos y de infraestructura importantes. Las ciudades inteligentes, impulsadas por la inteligencia artificial -IA- y el internet de las cosas, prometen mejorar la eficiencia y calidad de vida, pero también pueden ampliar las brechas digitales y comprometer la privacidad de los ciudadanos. En este contexto, la planificación urbana debe ser proactiva en la incorporación de tecnologías, considerando cuidadosamente los aspectos éticos y de privacidad. La participación ciudadana en la toma de decisiones sobre la implementación de estas tecnologías es fundamental para garantizar una adopción equitativa, responsable e incluyente.
En octavo lugar, la rápida modernización y urbanización a menudo resultan en la pérdida de identidad cultural y patrimonial. En nuestras ciudades y territorios, la demolición de estructuras históricas y la transformación de barrios tradicionales, entre otros muchos asuntos, plantean desafíos a la preservación de la riqueza cultural y a la memoria histórica de nuestros pueblos. Incorporar estrategias que permitan la coexistencia del desarrollo urbano, la preservación del patrimonio material e inmaterial, así como la memoria, son urgentes. La adaptación de estructuras históricas para nuevos usos, la creación de distritos históricos y la promoción de actividades culturales son algunos de los enfoques clave para garantizar la conservación del legado cultural y patrimonial de nuestros territorios.
Nos encontramos con una infraestructura obsoleta, como noveno punto, que se convierte en una barrera para el desarrollo sostenible de América Latina y de los países en vías de desarrollo. Las antiguas redes de suministro de agua potable, sistemas de alcantarillado y estructuras de transporte a menudo no cumplen con los estándares actuales y son vulnerables a fallas, especialmente en el contexto de eventos climáticos extremos y la condición sísmica de un número significativos de ciudades. La falta de inversión en infraestructuras modernas afecta la resiliencia urbana y la calidad de vida de los habitantes. Priorizar la actualización y la expansión de la infraestructura, incorporando tecnologías modernas y estrategias de gestión eficientes, para garantizar la continuidad de los servicios esenciales y reducir los riesgos asociados con la obsolescencia, es absolutamente necesario.
A todo lo anterior debemos sumar la degradación del espacio público. La falta de mantenimiento, el diseño inadecuado y la falta de seguridad contribuyen a la disminución de la calidad de vida urbana y la cohesión social, erigiéndose como una décima problemática actual. Los espacios públicos desatendidos suelen convertirse en focos de conflicto y contribuir a la percepción de inseguridad. Abordar este asunto mediante la promoción de diseños urbanos que prioricen la accesibilidad, la seguridad y la funcionalidad de los espacios públicos, así como la inclusión, resulta fundamental. La participación ciudadana es clave para la identificación de necesidades específicas de la comunidad y para la creación de soluciones adaptadas a sus contextos locales; sin ella, las soluciones suelen degradarse rápidamente por la falta de apropiación y pertinencia.
Se puede señalar que la interconexión de estos desafíos en el ámbito urbano y territorial subraya la necesidad de un enfoque integral y colaborativo para la planificación y gestión del desarrollo. La complejidad de estos problemas requiere soluciones interdisciplinarias y la participación activa de la comunidad. Desde la expansión urbana hasta los desafíos éticos de las ciudades inteligentes, la planificación territorial y ciudadana emerge como una herramienta esencial para dar forma a entornos urbanos y territoriales que sean sostenibles, equitativos y resilientes a los desafíos emergentes del siglo XXI.
La situación en América Latina y otros países en vías de desarrollo agrega capas específicas a estos desafíos. La desigualdad socioeconómica se intensifica como consecuencia del pasado colonial y de los sistemas económicos que han exacerbado las brechas sociales. La crisis del hábitat y la vivienda, junto al desplazamiento, es amplificada por la falta de políticas efectivas y por el rápido crecimiento demográfico. La expansión urbana descontrolada se ve agravada por la falta de regulaciones y la presión constante de migrantes en busca de oportunidades.
El cambio climático afecta de manera desproporcionada a comunidades ya vulnerables, exacerbando la brecha entre aquellos que pueden adaptarse y aquellos que luchan por sobrevivir. La contaminación del aire y la calidad ambiental se ven agravadas por la industrialización acelerada, a menudo sin las salvaguardias ambientales necesarias. Por su parte, la gentrificación y la exclusión social encuentran terreno fértil en contextos donde las regulaciones son laxas y los derechos de los propietarios de viviendas sociales, arrendatarios e inquilinos no están debidamente protegidos. Los desafíos tecnológicos y la implementación de ciudades inteligentes a menudo chocan con barreras infraestructurales y de alfabetización digital.
La pérdida de la identidad cultural y del patrimonio se convierte en una lucha contra el tiempo en regiones donde la modernización puede borrar rápidamente siglos de historia. La infraestructura obsoleta refleja décadas de desarrollo desigual y falta de inversión en servicios públicos básicos y equipamientos colectivos. La degradación del espacio público, aunque universal, puede estar más acentuada en entornos donde los recursos son escasos.
En última instancia, para planificar y/o ordenar el territorio de las ciudades y las regiones de América Latina y de los países en vías de desarrollo se deben tener en cuenta estas complejidades específicas. La participación ciudadana incidente debe ser un pilar fundamental, para asegurar que las soluciones sean contextualmente relevantes y aborden las necesidades específicas de las comunidades locales. La equidad debe ser el principio rector, buscando reducir las disparidades socioeconómicas y garantizar que el desarrollo sea sostenible y accesible para todos.
En el corazón de esta planificación territorial debería estar la visión de construir comunidades resilientes, donde la infraestructura sea moderna y sostenible, donde el hábitat y la vivienda sean asequibles y seguras, donde la cultura y el patrimonio se preserven, y donde la tecnología se utilice para mejorar la calidad de vida, sin excluir a ninguna parte de la población. Tenemos la oportunidad de aprender de los desafíos globales y diseñar soluciones que reflejen nuestras identidades y aspiraciones únicas. La visión de un futuro urbano y territorial próspero implica el compromiso continuo con la innovación, la equidad, la sostenibilidad en todos los niveles de la sociedad y la toma de decisiones gubernamentales.
Por tanto, reconocer las múltiples problemáticas y desafíos urbano territoriales contemporáneos demanda actuar sobre sus soluciones a mediano y largo plazo. Tenemos la oportunidad de establecer un nuevo paradigma de desarrollo que integre la complejidad de los territorios urbanos, regionales y rurales. Una planificación territorial cuidadosa, basada en la inclusión, la sostenibilidad y la equidad, puede allanar el camino hacia un futuro donde la prosperidad y el bienestar se compartan en todos los rincones de la sociedad.
A partir de las reflexiones anteriores, la revista BITÁCORA Urbano-Territorial tiene el gusto de presentarles para esta edición el número 3 del volumen 33, el cual contiene un conjunto de artículos, con diversas temáticas, que suplieron todo el proceso de evaluación y cuya importancia destacamos con la publicación de este número.
En ese sentido, el lector se encontrará con diversas producciones académicas que buscan comprender o dar respuesta a diversos fenómenos que se inscriben en las denominadas problemáticas y desafíos urbano territoriales contemporáneos. Los textos reunidos en este número están relacionados con el suelo vacío en urbanizaciones cerradas; los precios de la vivienda como indicador de una crisis urbana coyuntural o estructural; el uso de modelos de predicción de la expansión urbana; las innovaciones inmobiliarias residenciales que resignifican los centros tradicionales; la autovía metropolitana como concepto; la casa como mercancía en contextos de financiarización; los prediseños en el proceso de intervención post-catástrofe; las evaluaciones de la sostenibilidad urbana; la infraestructura ecológica a partir de los espacios verdes y su adaptación urbana al cambio climático; los desafíos que plantea el cambio climático para la calidad de vida; la medición efectiva de la participación como un instrumento para la gobernanza ambiental; la sustentabilidad urbana en ciudades intermedias latinoamericanas; las trayectorias segregadas de los migrantes venezolanos en las ciudades; la discapacidad visual y multisensorialidad en las ciudades, y asuntos territoriales, como el papel del petróleo en la norma ambiental y el ordenamiento territorial.
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