Publicado

2025-04-24

Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Voices that protect the territory of Riosucio (Caldas). Community practices as care networks

Des voix qui protègent le territoire de Riosucio (Caldas). Les pratiques communautaires comme réseaux de soins

Vozes que protegem o território de Riosucio (Caldas). Práticas comunitárias como redes de cuidado

DOI:

https://doi.org/10.15446/bitacora.v35n1.117304

Palabras clave:

Hábitat, mujer rural, Paisaje Cultural, investigación participativa, diseño (es)
Habitat, rural women, cultural landscape, participatory research, desing (en)
habitat, femme rurale, paysage culturel, recherche participative, conception (fr)
habitat, mulheres rurais, paisagem cultural, investigação participativa, design (pt)

Autores/as

El artículo se centra en resaltar algunas prácticas comunitarias de la zona rural de Riosucio (Caldas), municipio ubicado sobre la vertiente oriental de la cordillera occidental en Colombia, encaminadas a defender y resguardar su territorio y sus formas de habitar. Para dar cuenta de ello, se recogen las experiencias de un proyecto de investigación creación de enfoque cualitativo realizado en el territorio entre el 2021y el 2023 en el cual se aplicaron técnicas etnográficas, trabajo participativo con grupos focales y talleres de co-creación con las comunidades de los cuatro resguardos indígenas que constituyen el municipio. Así, desde una apuesta analítica multiescalar que hace crítica al Paisaje Cultural Cafetero como ‘la manera’ de comprender este territorio, se propone que, en las prácticas comunitarias de los cuatro resguardos indígenas de Riosucio, es posible encontrar algunas claves para diversificar esta concepción y señalar la significación de las redes de cuidado como un aspecto fundamental para una cohesión comunitaria que trasciende las actuales formas de desarrollo y crecimiento económico. El texto concluye dando cuenta de que en estas maneras comunitarias de habitar se consolida una singular conciencia de la salvaguarda del territorio rural como una condición para la continuación de la vida.

The article focuses on highlighting some community practices in the rural area of ​​Riosucio (Caldas) in Colombia aimed at defending and safeguarding their territory and their unique ways of living. For this purpose, the experiences of a qualitative research-creation project carried out in the territory between 2021-2023 are collected. In this study, ethnographic techniques, participatory work with focus groups and co-creation workshops with the communities of the four indigenous reservations that make up the municipality were applied. Thus, from a multi-scale analytical approach that criticizes the Paisaje Cultural Cafetero (PCC) as "the way" to understand this territory, it is proposed that in the community practices of the four indigenous reservations of Riosucio it is possible to find some keys to diversify this conception and point out the significance of care networks as a fundamental aspect for a community cohesion that transcends the current forms of development and economic growth. The text concludes by stating that in these community ways of living, a unique awareness of the safeguarding of rural territory is consolidated as a condition for the continuation of life.

L'article met l'accent sur la mise en évidence de certaines pratiques communautaires de la zone rurale de Riosucio (Caldas) en Colombie visant à défendre et protéger leur territoire et leurs modes de vie uniques. Pour en rendre compte, sont rassemblées les expériences d'un projet de recherche-création qualitative réalisé sur le territoire entre 2021-2023, où techniques ethnographiques, travail participatif avec groupes de discussion et ateliers de co-création avec les communautés des quatre réserves autochtones qui font jusqu'à la municipalité. Ainsi, à partir d’une approche analytique multi-échelle qui critique le Paisaje Cultural Cafetero (PCC)  comme « la manière » de comprendre ce territoire, il est proposé que dans les pratiques communautaires des quatre réserves indigènes de Riosucio il soit possible de trouver quelques clés pour diversifier ce territoire. conception et soulignent l’importance des réseaux de soins en tant qu’aspect fondamental de la cohésion communautaire qui transcende les formes actuelles de développement et de croissance économique. Le texte conclut en constatant que dans ces modes de vie communautaires se consolide une conscience unique de la sauvegarde du territoire rural comme condition de la continuation de la vie.

O artigo concentra sua atenção em destacar algumas práticas comunitárias na zona rural de Riosucio (Caldas), na Colômbia, destinadas a defender e proteger seu território e suas formas únicas de viver. Para dar conta disso, são coletadas as experiências de um projeto de pesquisa-criação qualitativa realizado no território entre 2021-2023, onde técnicas etnográficas, trabalho participativo com grupos focais e oficinas de cocriação com as comunidades das quatro reservas indígenas que fazem até o município. Assim, a partir de uma abordagem analítica multiescalar que crítica a Paisaje Cultural Cafetero (PCC) como “a forma” de compreender este território, propõe-se que nas práticas comunitárias das quatro reservas indígenas do Riosucio seja possível encontrar algumas chaves para diversificar esta concepção e apontam a importância das redes de cuidados como aspecto fundamental para a coesão comunitária que transcende as formas actuais de desenvolvimento e crescimento económico. O texto conclui percebendo que nestes modos de viver comunitário se consolida uma consciência única de salvaguarda do território rural como condição para a continuação da vida.

05_117304

Fuente: Autoría propia

Recibido: 30/10/2024

Aprobado: 18/01/2025

Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas).

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Voices that protect the territory of Riosucio (Caldas).

Community practices as care networks

Vozes que protegem o território de Riosucio (Caldas).

Práticas comunitárias como redes de cuidado

Des voix qui protègent le territoire de Riosucio (Caldas).

Les pratiques communautaires comme réseaux de soins

Miguel Arango-Marín

Universidad Pontificia Bolivariana

miguel.arango@upb.edu.co

https://orcid.org/0000-0003-4012-2056

Marcela Cardona-González

Instituto Tecnológico Metropolitano

marcelacardona8213@correo.itm.edu.co

https://orcid.org/0000-0003-3460-3152

Valentina Mejía-Amézquita

Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales

vmejiaa@unal.edu.co

https://orcid.org/0000-0002-7668-5320

Luisa Fernanda Zapata-Arango

Universidad de Caldas

luisa.zapata@ucaldas.edu.co

https://orcid.org/0000-0001-6586-0659

Cómo citar este artículo:

Arango-Marín, M., Cardona-González, M., Mejía-Amézquita, V. y Zapata-Arango, L. F. (2025). Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado. BITÁCORA URBANO TERRITORIAL, 35(I): 77-88.

https://doi.org/10.15446/bitacora.v35n1.117304

ISSN electrónico 2027-145X. ISSN impreso 0124-7913. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

[1] Este artículo recoge parte de las reflexiones teóricas y apuestas metodológicas de la tesis doctoral en proceso de elaboración titulada Los tiempos de las cosas desdeñadas. Vigencia y obsolescencia en las prácticas cotidianas de las mujeres campesinas, desarrollada en el marco del Doctorado en Diseño y Creación de la Universidad de Caldas, cohorte XII.

(1) 2025: 77-88

Autores

05_117304

Resumen

El artículo se centra en resaltar algunas prácticas comunitarias de la zona rural de Riosucio (Caldas), municipio ubicado sobre la vertiente oriental de la cordillera occidental en Colombia, encaminadas a defender y resguardar su territorio y sus formas de habitar. Para dar cuenta de ello, se recogen las experiencias de un proyecto de investigación creación de enfoque cualitativo realizado en el territorio entre el 2021y el 2023 en el cual se aplicaron técnicas etnográficas, trabajo participativo con grupos focales y talleres de co-creación con las comunidades de los cuatro resguardos indígenas que constituyen el municipio. Así, desde una apuesta analítica multiescalar que hace crítica al Paisaje Cultural Cafetero como ‘la manera’ de comprender este territorio, se propone que, en las prácticas comunitarias de los cuatro resguardos indígenas de Riosucio, es posible encontrar algunas claves para diversificar esta concepción y señalar la significación de las redes de cuidado como un aspecto fundamental para una cohesión comunitaria que trasciende las actuales formas de desarrollo y crecimiento económico. El texto concluye dando cuenta de que en estas maneras comunitarias de habitar se consolida una singular conciencia de la salvaguarda del territorio rural como una condición para la continuación de la vida.

Palabras clave: hábitat, mujer rural, paisaje cultural, investigación participativa, diseño

Abstract

The article focuses on highlighting some community practices in the rural area of Riosucio (Caldas) municipality located on the eastern slope of the western mountain range in Colombia aimed at defending and safeguarding their territory and their unique ways of living. For this purpose, the experiences of a qualitative research-creation project carried out in the territory between 2021 and the 2023 are collected. In this study, ethnographic techniques, participatory work with focus groups and co-creation workshops with the communities of the four indigenous reservations that make up the municipality were applied. Thus, from a multi-scale analytical approach that criticizes the Paisaje Cultural Cafetero as ‘the way’ to understand this territory, it is proposed that in the community practices of the four indigenous reservations of Riosucio it is possible to find some keys to diversify this conception and point out the significance of care networks as a fundamental aspect for a community cohesion that transcends the current forms of development and economic growth. The text concludes by stating that in these community ways of living, a unique awareness of the safeguarding of rural territory is consolidated as a condition for the continuation of life.

Keywords: habitat, rural women, cultural landscape, participatory research, design

Resumo

O artigo concentra sua atenção em destacar algumas práticas comunitárias na zona rural de Riosucio (Caldas), município localizado na encosta leste da cordilheira ocidental da Colômbia destinadas a defender e proteger seu território e suas formas únicas de viver. Para dar conta disso, são coletadas as experiências de um projeto de pesquisa-criação qualitativa realizado no território entre 2021 e o 2023, onde técnicas etnográficas, trabalho participativo com grupos focais e oficinas de cocriação com as comunidades das quatro reservas indígenas que fazem até o município. Assim, a partir de uma abordagem analítica multiescalar que crítica a Paisaje Cultural Cafetero como ‘a forma’ de compreender este território, propõe-se que nas práticas comunitárias das quatro reservas indígenas do Riosucio seja possível encontrar algumas chaves para diversificar esta concepção e apontam a importância das redes de cuidados como aspecto fundamental para a coesão comunitária que transcende as formas actuais de desenvolvimento e crescimento económico. O texto conclui percebendo que nestes modos de viver comunitário se consolida uma consciência única de salvaguarda do território rural como condição para a continuação da vida.

Palabras-chave : habitat, mulheres rurais, paisagem cultural, investigação participativa, design

Résumé

L’article met l’accent sur la mise en évidence de certaines pratiques communautaires de la zone rurale de Riosucio (Caldas) municipalité situé sur le versant oriental de la chaîne de montagnes occidentale de Colombie visant à défendre et protéger leur territoire et leurs modes de vie uniques. Pour en rendre compte, sont rassemblées les expériences d’un projet de recherche-création qualitative réalisé sur le territoire entre 2021 et 2023, où techniques ethnographiques, travail participatif avec groupes de discussion et ateliers de co-création avec les communautés des quatre réserves autochtones qui font jusqu’à la municipalité. Ainsi, à partir d’une approche analytique multi-échelle qui critique le Paisaje Cultural Cafetero comme ‘la manière’ de comprendre ce territoire, il est proposé que dans les pratiques communautaires des quatre réserves indigènes de Riosucio il soit possible de trouver quelques clés pour diversifier ce territoire. conception et soulignent l’importance des réseaux de soins en tant qu’aspect fondamental de la cohésion communautaire qui transcende les formes actuelles de développement et de croissance économique. Le texte conclut en constatant que dans ces modes de vie communautaires se consolide une conscience unique de la sauvegarde du territoire rural comme condition de la continuation de la vie.

Mots-clés : habitat, femme rurale, paysage culturel, recherche participative, conception

Introducción

Este artículo hace parte de los resultados de un proyecto de investigación creación financiado por MinCiencias y cofinanciado por cuatro universidades y un centro cultural de reconocida trayectoria, llevado a cabo entre 2021 y 2023 en Riosucio (Caldas)[1][2]. Dicho proyecto contó con un equipo de investigadores e investigadoras de diversas disciplinas proyectuales y de la creación, tales como el diseño, la arquitectura, la comunicación y las artes visuales, así como de las ciencias humanas, como la antropología y la filosofía. Por su decidida apuesta, participativa y situada, se consolidó a partir de la vinculación de diversas comunidades pertenecientes a los cuatro resguardos indígenas que constituyen el municipio, a saber: el Resguardo Indígena Nuestra Señora Candelaria de la Montaña, el Resguardo Indígena de Origen Colonial de Cañamomo Lomaprieta, el Territorio Ancestral Resguardo Indígena San Lorenzo y el Resguardo Indígena de Escopetera y Pirza (ver Figura 1).

El propósito manifiesto de la investigación fue el re-narrar, en voz de la mujer rural, los saberes tradicionales que garantizan la producción y reproducción de la cotidianidad de las viviendas campesinas, las labores de cuidado doméstico y el resguardo del territorio. Así, en el marco de este ejercicio, fue posible dar cuenta de una serie de prácticas comunitarias que se reconocen en este trabajo como acciones estructurales para la defensa y la preservación de unas formas de habitar singulares. Estas prácticas, en apariencia disgregadas en cada uno de los resguardos, hacen de Riosucio un territorio diverso, pluriétnico y multicultural que trasciende, por mucho, las definiciones homogeneizantes del paisaje cultural cafetero, con el que se pretende cobijar, cubrir y, ciertamente, velar esta región.

El entramado conceptual para el reconocimiento de estas prácticas comunitarias, como parte de unas redes de cuidado del territorio, se sustentó en una comprensión interrelacionada de las nociones de hábitat y de paisaje cultural, así como de sus formas de manifestación multiescalares.

En el marco de esta investigación se entienden las prácticas comunitarias como acciones colectivas vinculadas a un saber con el cuerpo, un saber con otros, que se transmite y se preserva y que, en el reconocimiento de lo vital y común, trasciende la visión de las prácticas rurales asociadas únicamente al trabajo y la producción del suelo (Tinjacá, 2023). Con ello, las prácticas cotidianas que se despliegan en la ruralidad adquieren significación especial en la medida en que se las entiende como acciones encaminadas a la construcción consensuada de lo que les es común y vale la pena gestionar y cuidar colectivamente, como es el caso, por ejemplo, de fuentes hídricas esenciales para la vida o de hitos geográficos y del paisaje cultural de alto valor ecosistémico y simbólico (García et al., 2021).

En consecuencia, se entienden aquí las redes de cuidado como formas de agencia comunitarias relacionales no individualizantes que, en el contexto rural, pasan necesariamente por el agenciamiento de las mujeres, puesto en práctica no como un don o una vocación, sino como un saber ser y estar, un saber cuidar de ellas, de los otros y de otras formas de vida en el ámbito familiar y comunitario (Osorio, 2015; Kunin, 2018). Adicionalmente, se suscriben aquí aquellos planteamientos que valoran otros modos de habitar, producir y consumir, en una palabra, de cuidar, que son puestos en evidencia por unas formas de vida campesinas e indígenas latinoamericanas (Celiberti, 2023; Puelo, 2023). Estas formas se resuelven en vías alternativas a una organización social neoliberalizada y pasan por redes de solidaridad, ayuda mutua y formas de cooperativismo ante las dificultades y la precariedad (Draper, 2018).

A su vez, se entiende el hábitat como la interrelación que se establece entre las personas, los artefactos y las espacialidades, y que se concreta en las prácticas cotidianas espacializadas que hacen posible la producción y reproducción de la vida humana en el territorio (Yory, 2007; Echavarría, 2009; Gutiérrez, 2009).

Por su parte, el paisaje cultural hace alusión a la acción y performatividad de las personas sobre la geografía, esto es, a las maneras en que las personas de la zona rural de Riosucio viven, cultivan y producen su territorio, modificándolo para vivir y habitar en él, es decir, la manera en que la territorialidad se hace manifiesta. En otras palabras, es la huella que deja un grupo humano al habitar y que puede percibirse a través de los sentidos, por ello es susceptible de ser leída, para la comprensión de las prácticas que le dan forma (Fernández, 2006; Cruz y Español, 2009; Martínez, 2017).

Ahora, en cuanto a la dimensión multiescalar, esta es entendida como las múltiples escalas que se pueden tener sobre la comprensión integral de un territorio. Así, por ejemplo, los problemas de planificación estarán asociados a esos niveles escalares sobre los que se ve, se estudia y se entiende el territorio (Arboleda. 2007; Lussault, 2015; Ramírez y López, 2015). Bajo este esquema de diversos niveles o dimensiones escalares, si se asume la lectura de las problemáticas territoriales en una escala menor, es decir, en una dimensión escalar del lugar, es posible explicitar los modos en que se materializan los grandes problemas globales en escenarios locales (Santos, 1996; Massey 2004; Massey, 2013).

De este modo, grandes problemas como la ganadería extensiva de ladera, los monocultivos, principalmente de café, y los intereses mineros auríferos de grandes corporaciones internacionales (Corales-Roa, 2011; Centro Nacional de Memoria Histórica, 2022), encuentran formas de contención en pequeñas acciones, micro escalares. Las mujeres rurales constituyen pequeñas parcelas de posibilidad claves para la preservación, la conservación y la materialización de otras formas de vida posible frente a las grandes crisis contemporáneas (Cárdenas y Orozco, 2022).

Esta conjunción de aproximaciones fue precisamente la que configuró la narrativa en la investigación creación, una que posibilita relacionar pequeñas prácticas de los cuatro resguardos encaminadas a la resistencia, la defensa y el mantenimiento de sus territorios y de las formas singulares de habitar en él. Se hace referencia concretamente a prácticas comunitarias tales como: el rescate y salvaguarda de semillas autóctonas de la región, el mantenimiento de las cocinas tradicionales con fogón a leña, la consolidación de trapiches familiares y comunitarios y los procesos de asociatividad en torno a los saberes artesanales propios del territorio.

Metodología

Este trabajo se sitúa en la premisa de que los procesos creativos que son llevados a cabo por las disciplinas proyectuales y del campo de las artes son, en sí mismos, formas de generación de nuevo conocimiento que amplía las discusiones disciplinares cuyos resultados, si se indagan en compartimentos estancos, serían visiblemente reducidos, ampliando la mirada para dar cuenta de aspectos socio culturales que, de otro modo, quedarían invisibilizados (Gil y Laigelet, 2013; Ballesteros y Beltrán, 2018).

Justamente por estas razones, este proyecto fue concebido y desarrollado desde las apuestas teóricas y metodológicas de la investigación creación del diseño, las artes y la arquitectura. La fuente primaria reside en los saberes con el cuerpo (Bourdieu, 2007), el sentir y el pensar (Ramírez, 2023), el viaje y el trabajo de campo como aspectos esenciales de este tipo de procesos investigativos (Ferro, 2011; Careri, 2014; Arango, et al., 2019; Careri, 2014). Valga precisar que los ejercicios co-creativos dependen del trabajo colaborativo con las personas de las comunidades (Garduño, 2018), del despliegue de los talleres co-creativos con grupos focales (Patiño et al., 2023), de las conversaciones reposadas y asentadas en redes de confianza para develar la intimidad cuidada y del reconocimiento consciente de las pequeñas acciones que le dan vida y sentido al territorio, hasta constituirse en los pilares para el desarrollo del proyecto. Adicionalmente, un componente clave de la dimensión metodológica y sustrato de la lógica hibridada que permitió que esta investigación creación deviniera en la comprensión multiescalar y pluridimensional del fenómeno, fue la participación activa, sinérgica, horizontal y dialogante de una base de trece coinvestigadoras y coinvestigadores de la región, y del departamento de Antioquia, vinculados a la indagación situada, consentida y con-sentido territorial y comunitario.

Como se anunció, esta investigación creación se formalizó, tanto con las comunidades como con las entidades financiadoras, en el cierre del año 2020 y se desplegó entre enero del 2021 y junio del 2023; se buscó la comprensión de las formas de constitución de un paisaje cultural vivo y diverso, a partir de la observación participante, las conversaciones y los trabajos prácticos con unos grupos específicos de lideresas comunitarias, asociación de artesanas, familias con iniciativas productivas y gestoras culturales. En concreto, se llevaron a cabo 15 salidas de campo, cada una de ellas con una duración que osciló entre los cuatro a cinco días de trabajo, caracterizados por la realización de visitas a viviendas específicas, a centros comunitarios y a las centralidades de los resguardos. Además, se implementaron talleres participativos, recorridos territoriales guiados y espacios de conversación comunitarios consensuados y ‘con-sentidos’.

En dichos encuentros se trabajó con un equipo base de 41 mujeres de los cuatro resguardos de Riosucio, con quienes se implementaron 12 talleres co-creativos a modo de grupo focal para reconocer sus saberes relacionados con el cuerpo, con sus formas de usar los objetos, con sus modos de habitar y con sus maneras de estar a nivel comunitario y territorial. En estos encuentros se diseñaron instrumentos diversos para el levantamiento participativo y co-creativo de la información, a saber, primero, la realización de unas corpografías como estrategia para dar cuenta de los saberes cotidianos que estas mujeres ponían en práctica para hacer la casa, para cuidar de sus seres queridos, sus animales, sus plantas, sus vecinas y vecinos y su entorno cercano. Segundo, el desarrollo de unas cartografías de sus propias viviendas para poner de manifiesto cómo estos saberes corporales se despliegan en la espacialidad doméstica y en su contexto inmediato. Tercero, la construcción colectiva con cada comunidad de unas cartografías de una escala mayor a partir de recorridos territoriales que conectaban los saberes del cuerpo y de la casa con el contexto comunitario, explicitando así las redes de cuidado que establecen con su comunidad, en tanto configuración de su territorialidad. Cuarto, la realización de procesos co-creativos para la materialización de artefactos expositivos, objetos artesanales y productos audiovisuales que permitieran condensar, divulgar y re-narrar esos saberes, como unas formas de vida incorporadas, potentes, creativas y vigentes (ver Figura 2).

Resultados:
Voces y Prácticas de los Cuatro Resguardos

Para abordar este apartado se sigue la premisa de que las condiciones geográficas y espaciales de una región se hacen territorio en la medida en que se las vincula con las dinámicas del habitar, es decir, la manera en que las personas lo nombran, lo hacen propio, lo modifican, le dan sentido y lo vinculan a su vida consolidando un paisaje cultural. Con esto en mente, los resultados de este trabajo se presentan en una triple dimensión articulada desde lo testimonial, lo descriptivo y lo visual, dando cuenta de las prácticas comunitarias que, a pequeña escala, vienen resguardando el territorio rural de Riosucio a partir de la voz y las redes de cuidado de las mujeres que lo habitan.

Desde el Resguardo Indígena de Nuestra Señora Candelaria de la Montaña

Ubicado al noroccidente de la región encontramos el Resguardo Indígena de Nuestra Señora Candelaria de la Montaña, el más extenso de los cuatro, en porción de tierra. Es el límite político-administrativo entre los municipios del suroccidente antioqueño y los demás resguardos de la zona rural que pertenece actualmente al departamento de Caldas. Tiene una fuerte influencia campesina y de trabajo de la tierra, siendo ampliamente destacada la siembra del café; de ahí que la mayoría de las prácticas narradas en este lugar tuviesen que ver con el cuidado de animales y cultivos, lo cual implica el entendimiento de las prácticas del cuidado de la tierra, el saber de las semillas y el cuidado de la vida de quienes han sido domesticados.

Mi abuelo fue el que me enseñó a trabajar al ganado, todo, me mandaban a dar vuelta, me decía, mija apréndase esto […] me enseñaron a ordeñar, a hacer queso, todo, mi abuelo me enseñó hasta a alambrar, tenía yo como 9 o 10 años. (Ruth Albany Cañas de la comunidad El Salado, comunicación personal, 26 de octubre del 2021)

En este sentido, las redes de cuidado que se entretejen en esta zona están estrechamente relacionadas con las redes familiares, pues los saberes del campo se aprenden de mayores y se enseñan a las y los hijos. Esta es una apuesta por la repetición del cuidado sobre el territorio de generación en generación, fortalecido por el hecho de que la familia casi siempre vive en la misma comunidad, lo que se afianza por redes de vecindad y de compadrazgo o comadrazgo en el quehacer cotidiano: “Estamos en familia, vemos crecer y producir las plantas, imaginamos ricos platos, transformamos los productos de la huerta que cultivamos en familia con la ayuda de mi madre que es custodia de semillas” (Yulieth Morales Bañol de la comunidad El Salado, comunicación personal, noviembre 12 del 2021).

Se consolida así una primera red de cuidado gestada en la casa, que propende por expandir los saberes en el tiempo, multiplicada cuando una hija o un hijo forman su hogar propio cerca, garantizando que el paisaje cultural identitario y sus prácticas del cuidado sean heredadas y apropiadas por nuevas generaciones, en atención a la vida del día a día.

Desde el Resguardo Indígena de Origen Colonial de Cañamomo y Lomaprieta

Es uno de los resguardos con mayor antigüedad en su consolidación organizativa para la defensa del territorio y sobre el uso de la tierra. Está ubicado en la cadena montañosa de la Cordillera Occidental sobre los límites político-administrativos de los municipios de Riosucio y Supía, Caldas. Las diversas comunidades ubicadas en las laderas de los cerros tienen, entre otras actividades productivas asociadas a climas templados y cálidos, la cosecha de caña de azúcar y la producción de panela. Aquí se reconoció la capacidad de las comunidades para conformar ‘casas colectivas’, es decir, sistemas habitacionales compartidos, construidos a partir de las relaciones establecidas entre las viviendas familiares y los espacios comunitarios que garantizan el acceso físico y simbólico de las y los habitantes de la comunidad a todos los espacios de su territorio.

Si se toma como referencia el sistema productivo de la caña de azúcar, se evidencia una interrelación de los cerros, las espacialidades, las familias, los vecinos, los productos y las ventas. Esta interrelación mapea las redes generadas por las prácticas comunitarias que, buscando un sostén económico, generan redes de cuidado entre vecinos y familia. Los hitos espaciales más relevantes de este sistema son los trapiches, cuya consolidación puede ser familiar o vecinal; estos se establecen como lugares públicos/privados que le implican a las y los participantes llegar a acuerdos, organizarse y apoyarse, pues lo que les es propio es, a su vez, sustrato de lo común: “A veces molemos tres, cuatro familias, hay veces que muele una sola por día, pero es como una forma también de apoyarse mucho en los vecinos porque de eso se trata” (Sonia Cañas de la comunidad de Portachuelo, comunicación personal, enero 22 del 2022).

Estas apuestas comunitarias son complejas, traen discusiones y obstáculos en su desarrollo. Aun así, han sido y siguen siendo la apuesta elegida para relacionarse con los otros y con la producción, se reconocen como una forma amable y compartida de aprovechar los recursos del territorio y su beneficio económico. Con esto se ponen de manifiesto otras formas de entender la explotación de la tierra, una mirada que balancea con igual importancia la producción agrícola, el bienestar del territorio y el vínculo emotivo con este.

En este momento ya entendí, gracias a los saberes, gracias a tocar la tierra todos los días, gracias a tener contacto con los pueblos indígenas, gracias a esa misma espiritualidad que va llegando por el proceso […] que no es solamente para tener dinero, de pronto es para poder subsistir, para hacer productiva, con productos bonitos llenos de buena vibra, la madre tierra […] y me di cuenta que cuando empecé a hacer ese proceso, las plantas se sembraban y crecían tranquilamente” (Sandra Calvo Pinzón habitante de la comunidad de Tumbabarreto, comunicación personal, enero de 22 del 2022).

Así, las redes comunitarias expanden las casas, extrapolan las acciones de cuidado que las y los habitantes tienen sobre sus hogares al exterior de sus viviendas, permiten que lugares como los trapiches vecinales sean epicentro de colaboración y organización para el cuidado cooperativo del territorio.

Desde el Territorio Ancestral Resguardo Indígena San Lorenzo

El centro del resguardo se encuentra ubicado en una hondonada montañosa a veinte minutos en carro de la zona urbana de Riosucio. Esta centralidad, puesto que la zona está rodeada por un territorio alto y biodiverso, dinamiza las relaciones entre sus comunidades, allí se encuentran, entre otras cosas, la parroquia, el mercado que se instala cada domingo y la Casa de la Cultura Resguardo Indígena San Lorenzo. La sensación de custodia que transmiten los cerros que rodean esta ubicación no es ajena a las intenciones de sus pobladores. De esta manera, la postura de las autoridades indígenas en este resguardo se da a partir de la atención y el escrutinio sobre las miradas y acciones externas al territorio:

San Lorenzo es un territorio sagrado, en esta tierra está la memoria de nuestras madres y nuestros padres. De nuestros ancestros. Al ser sagrado lo protegemos de intereses externos que quieren venir aquí a sacar provecho de unos recursos que para extraerlos tendrían que destruirlo (Manuela Delgado Bañol de San Lorenzo, comunicación personal, 19 de febrero del 2023).

Es de resaltar que el cuidado no solo tiene que ver con generar unas condiciones posibles para que la vida siga desenvolviéndose, sino que se relaciona con condiciones de dignidad, de preservar la existencia, las memorias y a las y los ancestros. Esto constituye una red para la defensa territorial desde la concepción de lo sagrado, una red que evidencia la presencia de presiones externas que amenazan las maneras de habitar este territorio y que gesta prácticas para la resistencia. Entre las diversas formas que se encontraron, el saber artesanal y su posibilidad de producción asociativa fue característico de este resguardo.

En la Casa de la Cultura se encuentra la tienda y espacio de reunión de CISLOA (Cultura Indígena San Lorenzo Artesanal) una asociación de artesanas y artesanos que en su mayoría desarrollan productos desde la cestería y la tejeduría. Su apuesta es la de reunir y divulgar el trabajo artesanal que se viene desarrollando tradicionalmente en las comunidades distantes y dispersas del resguardo.

Aprendí la canastica, la estera. Hace 57 años […] yo le enseñé a mucha gente […] le enseñé a todos los de por acá, a todos los que me pedían el favor […] yo empecé a trabajar en la artesanía desde los 10 años […] aprendí a cultivar, cosechar y preparar la palma de ver a nuestra madre y abuela. También aprendí a tejer la artesanía viendo como la abuela trabajaba […] con la Asociación conocimos a las compañeras y vendemos nuestro trabajo […] con las canastas que hacemos mantenemos la tradición (Rosa Elena y María Belén artesanas de CISLOA de San Lorenzo, comunicación personal, 18 de febrero del 2023).

Las prácticas artesanales producen artefactos útiles y comercializables, a la vez que fomentan un valor educativo y de identidad. En este caso se encontró que son elementos y acciones concretas que se vinculan con redes de saberes para la preservación cultural, y que lo que se proponen en mayor escala es contribuir a la defensa de ese territorio sagrado a partir de contar historias en pequeña escala.

Desde el Resguardo Indígena de Escopetera y pirza

Desde el borde de Bonafont, la centralidad del resguardo, se tiene una vista privilegiada hacia el Valle de los Pirzas, una apertura entre la cadena montañosa de la Cordillera Occidental que se comparte con el departamento de Risaralda. En esas montañas que se abren al valle se asientan las comunidades del resguardo. Aquí se encontraron saberes entrelazados a la soberanía posible sobre las semillas, los cultivos y el cuidado de los animales cuyo epicentro físico es la Cocina Tradicional El Claret, un lugar dedicado a la resistencia, la transmisión de saberes, la preservación de la tradición oral y el custodio de semillas para preservar la memoria.

Soy la dueña y dinamizadora de este proyecto de cocina tradicional. Acá dentro de nuestra comunidad indígena […] en nuestra comunidad acá en nuestro territorio nos vemos amenazados por los monocultivos, ejemplo caña, plátano, café sobre todo. Y nuestra manera desde la cocina de contrarrestar esa parte la estamos haciendo desde la soberanía alimentaria y recuperando semillas nativas y tradicionales que las estamos transformando para llevarlas al público y a nuestra población como una estrategia de resistencia (Luz Mary Bartolo de la Comunidad el Claret, comunicación personal, 16 de agosto del 2022).

Desde las conversaciones, se pone en evidencia una comunidad donde las mujeres, con su apertura, han posibilitado la construcción del diálogo alrededor de las prácticas domésticas de cuidado, de la cocina tradicional y de la manera en la que un territorio se hace y se preserva para resistir y permanecer en él. Aquí, las prácticas comunitarias muestran un despliegue territorial que es capaz de entrelazar montañas, caminos, mujeres, hombres, abuelas, abuelos, jóvenes, niñas y niños y, desde la oralidad y el hacer, enseñan y aprenden caminos posibles para la soberanía y la convivencia.

Ahora bien, lo expuesto pone en evidencia que las acciones comunitarias de cada una de las comunidades de los cuatro resguardos tienen unas formas singulares de materializar los cuidados que resguardan el territorio desde el saber, el cuerpo, los artefactos, la casa y el territorio (ver Figura 3).

Discusión: hacia unas Redes de Cuidado

Una red se caracteriza por la vinculación de puntos de concentración y confluencia de material, de información e, incluso, de memorias. En estos nodos pueden concentrarse datos, discursos, simbologías y, para efectos de este trabajo, prácticas comunitarias. Estas prácticas, de forma aislada, pueden parecer inocuas y poco trascendentes a una escala de mayor calado. Sin embargo, se plantea aquí que estos nodos de prácticas comunitarias están unidas por unas redes que, en voz de las mujeres rurales de los cuatro resguardos de Riosucio, cuidan el territorio y sus formas de vida. Al hacerlo, se reconoce su potencia como acciones concretas que, interrelacionadas (entendidas como una red), se ponen cotidianamente en práctica para generar formas de contrapeso resistentes a intereses productivo-económicos convencionales que ‘des-futirizan’ (Fry, 2020), expropian y desestructuran los discursos homogeneizantes que, por su parte, invisibilizan y aplanan la realidad y sus posibilidades de constitución de otros futuros posibles.

En este contexto, este trabajo hace explícitas las relaciones entre esos nodos de prácticas comunitarias que se establecen como formas de habitar concretas que, al estar vinculadas, amplían su accionar de la microescala del lugar a la macro escala territorial.

Así, al entender las diferentes prácticas comunitarias de los cuatro resguardos a partir aquello que comparten en términos discursivos y de puesta en práctica cotidiana en las dinámicas de producción y reproducción de la vida familiar y comunitaria, se hacen explícitos los principios estructurales que hacen posible que esos modos de habitar se mantengan en el tiempo. Con ello, las reiteradas expresiones de las mujeres de los cuatro resguardos vinculadas al proyecto, al referirse a que en sus maneras de vida es indispensable estar en equilibrio con ‘la madre naturaleza’, ‘la madre tierra’ o ‘la casa común’, hacían alusión a un entendimiento de fondo de su estrecha vinculación con el ecosistema del que ellas y las demás personas de su comunidad hacen parte.

En tal sentido, bien sea que las prácticas de un resguardo se articulen con el fomento de la cocina tradicional como una manera de recuperar la memoria a través de la integración de la chagra, el comedor y el paladar, o en la generación de agrupaciones de mujeres encargadas de sembrar, educar y promover el cultivo de una heterogeneidad de semillas propias, o en la consolidación de iniciativas productivas comunitarias y familiares en donde se establecen acuerdos para la distribución de labores y ganancias económicas colectivas, o en la asociatividad en torno a un saber artesanal transmitido por generaciones, en cualquier caso son, todas ellas, prácticas que buscan reafirmar sus modos de vida y, en consecuencia, contribuyen al cuidado de sí mismas, de las otras personas, de otras formas de vida. En pocas palabras el cuidado del territorio de Riosucio.

Entendido así el asunto, es posible reconocer que esa red de nodos de sentido (léase de prácticas) que mantienen cotidianamente los lazos comunitarios de cada resguardo se caracteriza por su heterogeneidad en términos de que cada nodo es una manifestación distinta de esas formas de cuidado. Y si esto es así, el paisaje cultural de Riosucio, enmarcado por el macro relato del Eje Cafetero como aquel territorio constituido a partir de la migración de colonos blancos que hicieron suya y productiva esa geografía escarpada con el cultivo del café, se muestra, cuando menos, limitado.

En efecto, lo que se quiere señalar aquí es que en el abordaje interrelacionado de las redes de cuidado sustentadas en las prácticas más cotidianizadas de las mujeres que habitan los cuatro resguardos de Riosucio, se encuentran una pluralidad de componentes que confeccionan un paisaje cultural más robusto, dinámico y complejo que, a modo de crisol pluriétnico y multicultural, desestabiliza y subraya con énfasis las limitaciones de aquel que ha colonizado la narrativa cultural y paisajística de la región.

Y esta comprensión plural de este paisaje cultural, ya no solo cafetero, sino también indígena, feminizado, comunitario, de juntanza y de redes de cuidado colectivas, no es una cuestión autoevidente ni una claridad menor. Por el contrario, hacer evidente que dicha geografía se hace paisaje cultural, entre otros asuntos, por la vinculación de las pequeñas y diversas acciones del día a día de las mujeres de los cuatro resguardos, es reconocer que en su constitución territorial se ponen en juego unas claras apuestas por el mantenimiento de la vida de la ‘casa común’ a largo plazo.

Conclusiones

Con lo expuesto, se reconoce que en este texto se hace síntesis del proyecto de investigación creación en tres coordenadas interrelacionales que lo hicieron posible: el viaje como método, la creación conjunta como posibilidad de comprensión de los procesos comunitarios y la idea de que la conexión de las prácticas comunitarias se establece como una red de cuidado del territorio.

En relación con la primera coordenada puede decirse que el viaje fue un elemento clave para llegar a las comprensiones acá expuestas, pues no sólo hay diversos saberes y disciplinas puestas en conversación, sino también latitudes que de manera sincrónica y asincrónica se fueron entrelazando. Bien señala Careri (2014) que “En la base del viaje hay a menudo un deseo de mutación existencial. Viajar es la expiación de una culpa, una iniciación, un acrecentamiento cultural, una experiencia…” (p. 34) haciendo alusión al movimiento y a la experiencia como cimiento.

Así, esta práctica del viaje y del andar en esta experiencia permitió repensar y replantear de manera emergente cada paso metodológico que se dio durante el trabajo de campo y comprender y acoplarse a los tiempos, las lógicas cotidianas de cada comunidad y a las vías de acceso de cada territorio con sus retos y particularidades; saberes como subir montañas, montar en jeep y montar a caballo se evidenciaron durante los recorridos como otras de las formas de transitar y leer el paisaje. La experiencia del andar como lo menciona Careri, más allá de atravesar físicamente un espacio, implica también la transformación del lugar en la medida que se carga de sentido y de relatos. El viaje y el andar vinculan, transforman, atraviesan y posibilitan la creación y la re-narración de un territorio.

La segunda coordenada pone en valor la investigación creación como oportunidad para concretar diálogos desde sus claras apuestas de la co-creación y el reconocimiento de los saberes cotidianos como fuente indispensable para la comprensión de los lugares en donde se trabaja. Se generan así entornos de conversación entre diversos puntos de vista, actores y escenarios. Además de lograr una construcción de conocimiento, es natural que en su desarrollo los espacios de creación incluyan escuchas activas e interesadas en los otros puntos de vista. Con ello, este tipo de investigación se presenta como una alternativa posible por su característica para localizar y micro-escalar proyectos de gestión territorial en donde se apuesta por una participación genuina y no solo nominal de las comunidades directamente implicadas. De esta manera, los proyectos de gestión y planeación territorial que plantean apuestas de futuro para colectividades y comunidades concretas y localizadas deberían partir de lecturas territoriales desarrolladas a partir de conversaciones consensuadas y con-sentidas con esas mismas personas que ya están viviendo, haciendo y planeando, en sus propios términos, sus territorios.

Resta por decir, como tercera coordenada, que las prácticas comunitarias de los resguardos de Riosucio, entendidas como redes de cuidado, no han sido consideradas aquí como acciones de comunidades tradicionales que tienen valor por su vínculo con unos modos pasados de habitar unas geografías aisladas y sin conexión con las dinámicas nacionales y globales. Por el contrario, lo que se ha buscado es resaltar dichas prácticas como acciones concretas para la defensa y el resguardo de un territorio en disputa. Como acciones que, si bien beben de saberes pasados, se transforman para operar en el presente con decisión y claridad. Como acciones que, en todo caso, están realizando, en el ahora, otras posibilidades de futuros en clave del cuidado de lo propio y de lo otro, de la preservación de la casa común, de la pedagogía de unas formas del ser y del estar que se siembra, se mantiene, se cosecha, se cocina, se conversa, se hace voz, se pone en práctica, se transmite, se transforma y se preserva.

Referencias

ARANGO, M., CARDONA, M., & VILLA, A. (2019). Diseño en diálogo: por una valoración del pensar, el hacer y el saber construido con comunidades artesanales de Ráquira, Boyacá y Hato Corozal, Casanare. En N. Builes, & A. Builes (eds.), Creación y debate (pp. 45-58). Universidad Pontificia Bolivariana.

ARBOLEDA, E. (2007). La frontera borrosa en la construcción conceptual y fáctica del hábitat. Relaciones centro-periferia, caso San Lorenzo, Medellín. Escuela del Hábitat CEHAP.

BALLESTEROS, M., & BELTRÁN, E. M. (2018). ¿Investigar creando? Una guía para la investigación creación de la academia. Universidad del Bosque. Facultad de Creación y Comunicación.

BOURDIEU, P. (2007). El sentido práctico. Siglo XX Editores.

CÁRDENAS, M., & Y OROZCO, S. (2022). Los desafíos de la mitigación del cambio climático en América Latina y el Caribe: algunas propuestas de acción. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

CARERI, F. (2014). Walkscapes. El andar como práctica estética. Gustavo Gili.

CELIBERTI, L. (2023). Territorios de cuidado para sostener la vida. Güemes, C y Cos Montiel F. (Eds.), Cuidados y ecofeminismo. Consolidar avances y construir futuros igualitarios en Latinoamérica (págs. 39-52). Fundación Carolina.

CENTRO NACIONAL DE MEMORIA HISTÓRICA. (2022). Virrúa: territorio sagrado. Memorias de resistencia de San Lorenzo. Centro Nacional de Memoria Histórica.

CORRALES, E. (2011). Evolución de la estructura agraria y transformación socio-productiva del paisaje rural en Riosucio y Supía (Caldas, Colombia) a partir de mediados del siglo XIX. Cuadernos de Desarrollo Rural, 8(67), 153-179. https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/desarrolloRural/article/view/2008

CRUZ, L., & ESPAÑOL, I. (2009). El paisaje de la percepción a la gestión. Liteam.

DRAPER, S. (2018). Tejer cuidados a micro y macro escala entre lo público y lo común. En: Vega, C, Martínez-Buján, R y Paredes, M. (Eds.), Cuidado, comunidad y común. Experiencias cooperativas en el sostenimiento de la vida (págs. 167-186). Traficantes de Sueños.

ECHEVERRÍA, M. (2009). Hábitat: concepto, campo y trama de vida. Escuela del Hábitat CEHAP.

FERNÁNDEZ, F. (2006). Geografía cultural. En: D. Hiernaux y A. Lindon (eds.), Tratado de geografía humana (pp. 220-253). Anthropos.

FERRO, G. (2009). Guías de observación y valoración cultural. Apuntes, 22(1), 34-53. https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revApuntesArq/article/view/8946

FRY, T. (2020). Futuring design education for a future. Open Arts Journal, 9, 163-167. https://doi.org/10.5456/issn.2050-3679/2020w11

GARCÍA, S., SANZ, J., & UGENA-SANCHO, S. (2020). Discursos y prácticas en experiencias de cuidado comunitario. Una perspectiva moral entre cuidados gaseosos, líquidos y sólidos. Revista Española de Sociología, 30(2), 1-19. https://doi.org/10.22325/fes/res.2021.28

GARDUÑO, C. (2018). El diseño como libertad práctica. Aalto University.

GIL, J., & LAIGNELET, V. (2013). El arte como productor de conocimiento. Secretaría de Cultural, Recreación y Deporte y Fundación Universitaria de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.

GUTIÉRREZ, F. (2009). Entre objetos y sistemas. “Hábitat”, una propuesta disciplinar. . En: M. C. Echeverría, et al., ¿Qué es el hábitat?: las preguntas del Hábitat. Escuela del Hábitat CEHAP.

KUNIN, J. (2018). Prácticas de cuidado, mujeres y agencia en el interior rural de Buenas Aires. Perifèria, 23(2), 43-69. https://doi.org/10.5565/rev/periferia.642

LUSSAULT, M. (2015). El hombre espacial. La construcción social del espacio humano. Amorrortu.

MARTÍNEZ, E. (2017). El puesto de la cultura en el paisaje. Treballs de la Societat Catalana de Geografía, 83, 31-7-49. https://raco.cat/index.php/TreballsSCGeografia/article/view/98490/427507

MASSEY, D. (2004). Lugar, identidad y geografías de la responsabilidad en un mundo en proceso de globalización. Treballs de la Societat Catalana de Geografía, 57, 77-84. https://raco.cat/index.php/TreballsSCGeografia/article/view/10482

MASSEY, D. (2013). Espacio, lugar y política en la coyuntura actual. Urban. Tribuna, 4, 7-12. https://polired.upm.es/index.php/urban/article/view/1864

OSORIO, V. (2015). El cuidado como trabajo y como derecho. En: Osorio, V. (Coord.), De cuidados y descuidos. La economía del cuidado en Colombia y perspectivas de política pública (págs. 13-26). Escuela Nacional Sindical.

PATIÑO, E., ARANGO-MARÍN, M., & CRUZ, M. (2023). Dialogue between Craft Knowledge and Design: A Collaboration Experiencie for Comprehensive Sustaintability. The International Journal of Designed Objects, 17(2), 1-19. https://doi.org/10.18848/2325-1379/CGP/v17i02/65-83

PULEO, A. (2023). El ecofeminismo, conciencia feminista profunda de la crisis socioambiental. En Güemes, C y Cos Montiel F. (Eds.), Cuidados y ecofeminismo. Consolidar avances y construir futuros igualitarios en Latinoamérica (págs. 13-24). Fundación Carolina.

RAMÍREZ, B., & LÓPEZ, L. (2015). Espacio, paisaje, región, territorio y lugar: la diversidad en el pensamiento contemporáneo. UNAM, Instituto de Geografía: UAM, Xochimilco.

RAMÍREZ, J. (2024). Una reflexión epistemológica para la construcción del cuerpo sentipensante: la búsqueda del cuerpo perdido. Corpo-Grafías Estudios críticos de y desde los cuerpos, 11(11), 149-166. https://doi.org/10.14483/25909398.22352

SANTOS, M. (1996). De la totalidad al lugar. Oikos-Tau.

TINJACÁ, E. L. (2023). Prácticas y saberes comunitarios, una apuesta por la formación en procesos organizativos rurales: Colectivo Guardianes de Semillas, Guadas Cundinamarca. Universidad Pedagógica Nacional. Maestría en Desarrollo Educativo y Social [Tesis de maestría no publicada].

YORY, C. M. (2007). Topofilia o de la dimensión poética del habitar. Pontificia Universidad Javeriana.


  1. [1]

  2. [2] Se hace referencia al proyecto Casadentro, saberes tradicionales de la domesticidad cotidiana en narrativas de mujer. Financiado por MinCiencias y Cofinanciado por la Universidad de Caldas, Universidad Nacional de Colombia, Universidad Pontificia Bolivariana, Universidad Pedagógica Nacional y la Alianza Francesa, Manizales

Miguel Arango-Marín

Doctor en Ciencias Humanas y Sociales, Magíster en Estudios Humanísticos y Diseñador Industrial. Se interesa por la constitución de las subjetividades y las ciudadanías, los estudios urbanos y rurales, las estéticas expandidas, el patrimonio cotidiano, las aproximaciones contemporáneas de los estudios críticos de las disciplinas creativas y los diálogos posibles entre el diseño y los saberes artesanales.

Marcela Cardona-González

Magíster en Hábitat y Diseñadora Industrial. Sus principales temas de investigación han sido el carácter relacional y espacial de los artefactos como puerta de entrada para la comprensión de fenómenos sociales en el hábitat, el diseño territorializado como una apuesta por construir futuros más sostenibles y el diseño como posibilitador de puentes de diálogo.

Valentina Mejía-Amézquita

Doctora en Diseño y Creación, Magíster en Filosofía, Especialista en Gestión Inmobiliaria y Arquitecta. Sus áreas de interés son la interrelación crítica entre la estética, la arquitectura, el diseño y la creación, la domesticidad y la vida cotidiana, la vivienda y las prácticas del habitar, el hábitat rural y urbano, las identidades y las prácticas culturales.

Luisa Fernanda Zapata-Arango

Magíster en Diseño y Creación Interactiva, doctoranda en Diseño y Creación y Diseñadora Industrial. Sus investigaciones se enfocan en la dimensión estética y simbólica de los artefactos de uso cotidiano y en las prácticas del día a día ligadas al habitar, en la esfera de lo doméstico y territorial.

Autores

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas).

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Figura 1. Mapa de referenciación geográfica de los cuatro resguardos indígenas de Riosucio (Caldas)

Fuente: Elaboración del equipo de investigación creación.

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Figura 2. Esquema ilustrado del proceso co-creativo de la investigación creación

Nota: Se presentan algunos de los instrumentos, talleres y resultados de los ejercicios de diálogo con las comunidades.

Fuente: Elaboración del equipo de investigación creación.

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Figura 3. Esquema ilustrado que hace explicitas las prácticas comunitarias singulares de cada uno de los cuatro resguardes de Riosucio (Caldas).

Fuente: Elaboración del equipo de investigación creación.

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Fuente: Autoría propia

Gestión del riesgo en los márgenes urbanos.

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Disaster risk management at the urban margins.

Temporary shelters as response assemblages

Gestão de riscos nas margens urbanas.

Abrigos temporais como montagens de resposta

Gestion des risques en marge de l’urbain.

Abris temporaires comme des assemblages de réponse

Manuel Orlando Lozano

Universidad Autónoma de Guerrero

20255704@uagro.mx

https://orcid.org/0000-0002-9398-9107

Héctor Becerril

Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación

hbecerrilmi@uagro.mx

https://orcid.org/0000-0001-5794-5740

Cómo citar este artículo:

Lozano, M. O., Becerril, H. (2025). Gestión del riesgo en los márgenes urbanos. Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta. BITÁCORA URBANO TERRITORIAL, 35(I): -101.

https://doi.org/10.15446/bitacora.v35n1.117317

Recibido: 30/10/2024

Aprobado: 27/01/2025

ISSN electrónico 2027-145X. ISSN impreso 0124-7913. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

(1) 2025: -101

Autores

06_117317

Resumen

Los procesos de urbanización en las ciudades del sur, caracterizados por la desigualdad y la pobreza, se ven agravados por una creciente vulnerabilidad al cambio climático. En particular, las ciudades pequeñas y medianas representan un gran desafío, ya que tienden a tener limitadas capacidades y recursos, mientras que el conocimiento sobre estas es escaso, fragmentado y poco sistematizado. Buscando contribuir a abordar esta brecha, este artículo se centra en los procesos de respuesta ante huracanes en Acapulco localizado en la periferia de lo urbano y la academia. A través de un enfoque de ensamblajes, el artículo analiza el despliegue de refugios temporales en la colonia Llano Largo tras los huracanes Ingrid y Manuel (2013) y Otis (2023). Este artículo argumenta que los refugios se configuran como ensamblajes socio-material y afectivos con, sin y a pesar de las autoridades gubernamentales, e influenciados por la trayectoria de desarrollo de Llano Largo y las características propias de los huracanes antes mencionados. A partir de estos hallazgos, el artículo delinea posibles alternativas para la gestión del riesgo y la planeación para y desde los márgenes de lo urbano.

Palabras clave: refugio, ensamblaje, planificación urbana, suburbios, gestión de riesgos

Abstract

Urbanization processes in southern cities, characterized by inequality and poverty, are aggravated by a growing vulnerability to climate change. In particular, small and medium-sized cities represent a great challenge since they tend to have limited capacities and resources, while knowledge about them is scarce, fragmented and little systematized. Seeking to contribute to addressing this gap, this article focuses on the hurricane response processes in Acapulco located at the periphery of the urban and academia. Through an assemblage thinking approach, the article analyzes the deployment of temporary shelters in the Llano Largo neighborhood after hurricanes Ingrid and Manuel (2013) and Otis (2023). This article argues that shelters are configured as socio-material and affective assemblages with, without and despite government authorities, and influenced by the development trajectory of Llano Largo and the specific characteristics of the above-mentioned hurricanes. Based on these findings, the article outlines possible alternatives for risk management and planning for and from the urban margins.

Keywords: shelter, assemblages, urban planning, suburbs, risk management

Resumo

Os processos de urbanização nas cidades do sul, caracterizados pela desigualdade e pela pobreza, são agravados por uma vulnerabilidade crescente às alterações climáticas. Em particular, as cidades pequenas e médias representam um grande desafio, uma vez que tendem a ter capacidades e recursos limitados, enquanto o conhecimento sobre elas é escasso, fragmentado e mal sistematizado. Procurando contribuir para colmatar esta lacuna, este artigo centra-se nos processos de resposta aos furacões em Acapulco, localizado na periferia do urbano e académia. Através de uma abordagem de agenciamento, o artigo analisa a implantação de abrigos temporários no bairro Llano Largo após os furacões Ingrid e Manuel (2013) e Otis (2023). Este artigo argumenta que os abrigos se configuram como conjuntos sociomateriais e afetivos com, sem e apesar das autoridades governamentais, e influenciados pela trajetória de desenvolvimento de Llano Largo e pelas características dos furacões mencionados. Com base nestas conclusões, o artigo descreve possíveis alternativas para a gestão e planeamento de riscos para e a partir das margens do urbano.

Palavras-chave: abrigo, agenciamento, planejamento urbano, subúrbios, gestão de riscos

Résumé

Les processus d’urbanisation dans les villes du sud, caractérisés par les inégalités et la pauvreté, sont aggravés par une vulnérabilité croissante au changement climatique. En particulier, les villes petites et moyennes représentent un défi majeur car elles ont tendance à disposer de capacités et de ressources limitées, tandis que les connaissances à leur sujet sont rares, fragmentées et mal systématisées. Cherchant à contribuer à combler cette lacune, cet article se concentre sur les processus de réponse aux ouragans à Acapulco, située à la périphérie des zones urbaines et universitaires. A travers d’une approche d’assemblage, l’article analyse le déploiement d’abris temporaires dans le quartier de Llano Largo après les ouragans Ingrid et Manuel (2013) et Otis (2023). Cet article soutient que les abris sont configurés comme des assemblages socio-matériels et affectifs avec, sans et malgré les autorités gouvernementales, et influencés par la trajectoire de développement de Llano Largo et les caractéristiques des ouragans susmentionnés. Sur la base de ces résultats, l’article présente des alternatives possibles en matière de gestion des risques et de planification pour et à partir des marges de l’urbain.

Mots-clés : abris, assemblages, urbanisme, banlieues, gestion de risques

Introducción

La urbanización en México, como en otras ciudades de Latinoamérica se ha caracterizado por una importante expansión urbana, marcada por la segregación y la desigualdad. Esta situación se ve agravada por los riesgos de desastre, en particular en un contexto de cambio climático, del cual se espera un aumento de la frecuencia e intensidad de los fenómenos naturales, incluyendo los hidrometeorológicos (OCHA, 2023b). Por lo tanto, la gestión del riesgo de desastre emerge como crucial, especialmente para las ciudades pequeñas y medianas en el sur global, incluyendo México. Por un lado, este tipo de ciudades tienden a tener limitada capacidad humana y financiera (IPCC, 2014); por el otro, el conocimiento sobre estas está fragmentado, poco sistematizado y escasamente integrado a discusiones más amplias a nivel nacional e internacional. Esta situación resulta de varios factores, incluyendo la prevalencia de una asimetría de poder en la producción de conocimiento, mayoritariamente basada en construcciones teóricas a partir de un reducido número de casos del Norte Global (Roy, 2009), que invisibiliza muchas ciudades (Nugraha et al., 2023) y limita su capacidad para construir conocimiento y prácticas a partir de y para ellas.

Para enfrentar esta asimetría, los estudios críticos urbanos del sur (urban southern critique) han buscado generar conocimiento y teoría desde el sur y para el sur, contribuyendo a cuestionar también las categorías tradicionales y conceptos relacionados con el desarrollo urbano y la planeación (Lawhon & Truelove, 2019). Buscando contribuir a dicho esfuerzo, este artículo explora la gestión del riesgo en Acapulco de Juárez, México, una ciudad media localizada en la periferia de lo urbano y la academia (Becerril, 2024). Específicamente, este artículo se centra en el despliegue de refugios temporales tras el paso de los huracanes Ingrid y Manuel, en 2013, y Otis, en 2023, en la colonia Llano Largo. Basado en el enfoque de ensamblajes (Becerril et al., en revisión; Donovan, 2017; McGowran & Donovan, 2021), este trabajo conceptualiza los desastres y su gestión como ensamblajes socio-materiales y afectivos. Por lo tanto, se centra en analizar cómo los albergues fueron ensamblados durante los desastres antes mencionados. Lo anterior, a partir de un proceso de investigación realizado desde un enfoque de coproducción de conocimiento (Becerril, 2024) e investigación-acción participativa (IAP) (Cornish et al., 2023), que incluyó visitas y entrevistas semiestructuradas gracias al involucramiento con las autoridades locales y la Coordinación General de Protección Civil y Bomberos de Acapulco (PCM).

Este trabajo argumenta que los refugios se configuran como ensamblajes socio-material y afectivos con, sin y a pesar de las autoridades gubernamentales, e influenciados tanto por la trayectoria de desarrollo de Llano Largo y su población, así como por las características particulares de los huracanes antes mencionados y sus efectos. Esta conceptualización abre líneas alternativas para pensar la gestión del riesgo y la planeación urbana. El artículo se estructura de la siguiente manera: en el segundo apartado se realiza una revisión de la literatura sobre la gestión del riesgo, considerando los vacíos en el análisis de las respuestas, así como la importancia de las particularidades del sur global, y se presenta el enfoque de ensamblajes para entender los desastres y su gestión. El tercer apartado presenta la metodología, mientras que el cuarto introduce el caso de estudio. Posteriormente, el quinto apartado presenta los resultados y, el sexto, la discusión, considerando los aportes de este caso en la planeación y el urbanismo en ciudades del sur. El último apartado presenta las conclusiones.

Marco Conceptual

Los Desastres y su Gestión: de los Peligros a la Vulnerabilidad

Los estudios críticos sobre los desastres están marcados por un importante cambio de paradigma en las últimas décadas. De un enfoque de peligros basado en la conceptualización de los desastres como eventos limitados en el tiempo y el espacio asociados con la materialización de amenazas, se ha transitado hacia un enfoque de vulnerabilidad basado en la comprensión de los desastres como procesos ‘riesgo-desastre’ asociados con la materialización de impactos e influenciados por los contextos sociales que han resultado de las trayectorias de desarrollo económico y urbano (García-Acosta, 2020). El enfoque de vulnerabilidades está ligado a la expresión “los desastres no son naturales”.

En la intersección de la planeación urbana y la gestión del riesgo, existe una amplia literatura desarrollada a partir del enfoque de vulnerabilidad que puede ser organizada en función de las etapas de la gestión del riesgo (prevención, preparación, respuesta y recuperación) y temas clave, como vulnerabilidad, resiliencia, adaptación, mitigación y gobernanza. En general, la literatura se enfoca en las etapas de prevención y recuperación. Por ejemplo, en materia de prevención, Pontigo-Arestizábal & Inzulza-Contardo (2023) exploran la relación entre vulnerabilidad e instrumentos de planificación que regulan el uso de suelo. Con respecto a la recuperación, un ejemplo son Campos Medina et al. (2018), quienes argumentan que los procesos de reconstrucción por lo regular se definen desde una lógica economicista, perpetuando las condiciones que hacen susceptible a los grupos en recuperación posdesastre. Con respecto a los procesos de respuesta, la literatura se centra en protocolos de comando de emergencia, evaluación de daños y estudios técnicos posdesastre (Quinteros-Urquieta, 2019). No obstante, existen esfuerzos de profundizar en esta etapa de la gestión del riesgo. Por ejemplo, Villagra Islas & Felsenhardt Rosen (2015) argumentan que el paisaje urbano podría influir en la percepción y en la decisión de las personas para movilizarse (o evacuar) en caso de emergencia, por lo cual es importante considerarlo dentro de la planificación y el diseño urbano.

Aunado a este vacío en torno a los procesos de respuesta, Tironi et al. (2022) hacen un llamado a considerar las implicaciones de pensar y atender los desastres desde el sur. Basándose en investigaciones sobre Chile, Tironi et al. (2022) sostienen que los estudios de desastres desde y para el sur requieren repensar el uso de categorías como agencia de los actores, escalas locales, memoria y vulnerabilidades. Específicamente, en lo que respecta a la agencia, argumentan la existencia de una creatividad colectiva más allá de las tradicionales acciones colectivas romantizadas, que a menudo resultan en un contexto marcado por el abandono y la indiferencia del Estado: “la organización comunitaria y las acciones emancipadoras se combinan con la desigualdad y el abandono” (Tironi et al., 2022, p. 247).

Además, dichos autores argumentan que la escala espacial de los desastres ha sido poco estudiada, ya que lo local a menudo está vinculado al estado (nivel municipal, en el caso de México), lo que limita la gestión del riesgo de desastres. Para abordar esta brecha, Tironi et al. (2022) proponen ‘granularizar’ lo local, es decir, “acercarse a los entornos en los que se experimentan y gestionan los desastres, así como capturar las múltiples texturas de la experiencia en lugares divergentes, como vecindarios, aldeas, barrios marginales, hogares y cuerpos” (Tironi et al., 2022, p. 248). Además, sostienen que acercarnos nos permite prestar atención a las prácticas cotidianas asociadas con el riesgo de desastres y sus impactos, que tienden a pasarse por alto.

Los Desastres y su Gestión desde un Enfoque de Ensamblajes

Dentro de los estudios sobre la gestión del riesgo, ha emergido un enfoque de ensamblajes entorno a los desastres y su gestión (Donovan, 2017; McGowran & Donovan, 2021). Dicho enfoque está conectado a la literatura sobre los abordajes relacionales en los estudios urbanos, la planeación y la geografía humana (Anderson & McFarlane, 2011; Farías & Bender, 2009), basados principalmente en el pensamiento de ensamblajes de Gilles Deleuze y en la teoría del Actor-Red (TAR) de Bruno Latour. Si bien los trabajos desde estos enfoques son diversos, estos coinciden en que las acciones son el resultado de conexiones heterogéneas entre humanos y no-humanos; por consiguiente, se centran en y resaltan la importancia de lo socio-material, y de las relaciones más que humanas.

Los análisis sobre los desastres y su gestión desde la perspectiva relacional no representan un corpus homogéneo. Para este trabajo, consideramos el desarrollo conceptual y metodológico de McGowran & Donovan (2021) y trabajos asociados (Donovan, 2017). De manera general, estos autores consideran de gran importancia el desarrollo del enfoque de vulnerabilidad para entender mejor los desastres; no obstante, observan que la lucha por abandonar el término ‘natural’ genera un problema epistemológico, ya que este tiene que ver con un cambio interpretativo y no descriptivo (Donovan, 2017). Para ejemplificar este punto, Donovan enfatiza que “en un marco determinista, la descripción de una erupción volcánica como un problema humano sugiere que, si se eliminara la erupción, no habría desastre” (2017, p. 4). Frente a este problema, Donovan subraya que el enfoque de ensamblajes permite conceptualizar los desastres como más que naturales y más que humanos.

A partir de lo anterior, los desastres son conceptualizados como ensamblajes de “ideas complejas, procesos físicos, interacciones físico-humanas, culturas y tecnologías humanas que experimentan una distribución de poder variable en el tiempo” (Donovan, 2017, p. 8). McGowran & Donovan (2021) enfatizan que, desde el enfoque de ensamblajes, los desastres están influenciados por las trayectorias de desarrollo, pero también estos pueden influenciar dichas trayectorias a través del ‘geo-poder’ (Donovan, 2017). Por su parte, la Gestión del Riesgo de Desastre (GRD) también puede ser considerada como un ensamblaje, porque emerge de las conexiones “entre aquellos ensamblajes/aparatos de gobernanza que se ocupan de gobernar los futuros de la vida más que humana, ensamblajes de desastres y las relaciones socio-materiales entre aquellos componentes que conducen al surgimiento del riesgo de desastres en un lugar determinado” (McGowran & Donovan, 2021, p. 1609). Desde una conceptualización similar, Becerril et al. (en revisión) proponen el enfoque de ‘la vida de los eventos’ que entiende los desastres como ensamblajes de ‘efectos material-afectivos continuos’. Consecuentemente, el análisis implica rastrear cómo los eventos cambian a medida que sus efectos “son encontrados, vividos y respondidos por las partes interesadas y afectadas” (p. 6).

Estos enfoques, arriba descritos, tienen el potencial de generar un entendimiento más fino y particular de los desastres y su gestión, es decir, de ‘granularizar’ lo local (Tironi et al., 2022) al orientar la mirada a las prácticas y procesos situados para develar los procesos de ensamblaje.

Metodología

El análisis se basa en una investigación de corte cualitativa, orientada por los principios de la Investigación-Acción Participativa (IAP) (Cornish et al., 2023) y la coproducción de conocimiento (Becerril, 2024). La investigación se desarrolló gracias a la vinculación con los actores locales gubernamentales y no gubernamentales, a través de un acercamiento con la Comisaría del poblado, una estancia profesionalizante en la Coordinación General de Protección Civil y Bomberos de Acapulco (PCM), y contactos personales con redes religiosas.

Adoptando un enfoque de ensamble, el análisis se centró en la vida de los refugios, y específicamente en cómo se activaron, funcionaron, y organizaron durante Ingrid y Manuel en 2013. Se realizaron 23 entrevistas presenciales y virtuales a responsables de los refugios, así como usuarios, y otros grupos y organizaciones relacionadas directa e indirectamente. También se recabó información documental y cartográfica relacionada con los huracanes y la condición socioeconómica, urbana y de riesgos del área de estudio. La información permitió reconstruir el despliegue de los refugios en 2013. Además, entre noviembre de 2023 y junio de 2024, a causa del huracán Otis, se reactivó la vinculación, el trabajo de campo (visitas y entrevistas), y la observación participante relacionada con los procesos de recuperación. Se logró así obtener información en relación con la activación de refugios.

Llano Largo: Trayectoria de su Urbanización y Características

Localizada en las costas del Pacífico mexicano, la ciudad de Acapulco experimentó un crecimiento acelerado impulsado por el turismo de manera marcada durante la segunda mitad del siglo XX. Desde los años 70, la población de Acapulco creció rápidamente, principalmente con migrantes de diversas regiones de Guerrero que encontraban empleo en turismo o comercio, lo que generó una demanda de vivienda formal e informal (Alcaraz y Salgado, 2016). Posteriormente, a partir de los 90 la expansión se extendió a zonas de baja estabilidad geológica y zonas ribereñas a través de la construcción masiva de viviendas. En 1992, la modificación del Artículo 27 constitucional permitió que terrenos ejidales se vendieran a actores distintos del Estado. Específicamente, Acapulco atrajo a personas interesadas en adquirir segundas residencias cerca de la playa, a través de créditos hipotecarios otorgados por instituciones como el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).

El desarrollo de Llano Largo en las últimas tres décadas es claro ejemplo de dicho proceso (ver Figura 1). El cambio de uso de suelo de ejido a área habitacional ignoró las dinámicas hidrológicas del terreno aluvial, por lo que los desarrollos de vivienda construidos han alterado los humedales y la organización comunitaria (Palacios, 2013). Llano Largo tiene un historial de inundaciones producidas por el desbordamiento del río La Sabana. Cuentan las personas locales que las zonas más bajas eran utilizadas para agricultura de temporal ante las inundaciones; sin embargo, estos espacios ahora están ocupados por unidades habitacionales, que modificaron el terreno, rellenándolo y generando este problema, cosa que afectó el núcleo de poblado original, que por lo regular no se inundaba.

Si bien, Llano Largo ha sufrido inundaciones tras el paso de los principales huracanes que han azotado Acapulco, la colonia se vio grandemente afectada por los huracanes Ingrid y Manuel, que impactaron Acapulco en septiembre de 2013. En esa ocasión, el desbordamiento del río La Sabana generó inundaciones extraordinarias que afectaron principalmente las zonas bajas como La Ceiba, Miramar y Joyas del Marqués (ver Figura 2). Este desastre se dio en un contexto en el cual el riesgo se estuvo consolidando durante años mediante prácticas urbanas poco eficientes, como la canalización de arroyos y cauces a gusto de los diseños de los fraccionamientos, el deterioro de las vialidades, la falta de operación de la planta tratadora de aguas residuales y, por supuesto, la edificación cercana a las riberas (Palacios, 2013).

Con respecto a la producción de conocimiento, es de resaltar que existen importantes esfuerzos (Lopez et al., 2012; Rodríguez-Herrera et al., 2012; Ruz-Vargas, 2014); no obstante, estos no son sistemáticos, lo que limita la consolidación de un corpus. Además, el conocimiento generado tiene poca circulación a nivel nacional e internacional. Todo esto limita la posibilidad de pensar para y desde Acapulco (Becerril, 2024).

Despliegue de los Refugios en Llano Largo

Ingrid y Manuel en 2013

La activación de refugios temporales fue una de las acciones de respuesta ante el impacto de huracanes. En el contexto de Ingrid y Manuel en 2013, se activó el refugio oficial. Como parte del ‘aparatus para gobernar’ los riesgos hidrometeorológicos (McGowran & Donovan, 2021), cada temporada de lluvias, PCM designa refugios temporales oficiales, que suelen ser escuelas o lugares con condiciones de habitabilidad que permiten la recepción de grandes concentraciones de personas. El protocolo para la activación de refugios consta de cuatro pasos. Primero, el municipio evalúa si efectivamente existe un riesgo. Segundo, PCM analiza y monitorea el riesgo. Tercero, el Consejo Municipal de Protección Civil, de ser necesario, determina la activación de los refugios en las zonas afectadas. Cuarto, el personal de PCM abre el centro designado como refugio.

En 2013, la escuela primaria Miguel Hidalgo y Costilla fue designada como refugio en Llano Largo. Si bien está construida con materiales resistentes y cuenta con una gran área libre, la escuela no estaba adecuadamente preparada para ello, ya que en ese momento carecía de servicios básicos, incluyendo baños con agua potable y energía eléctrica en sus espacios. Más aún, su apertura como refugio no siguió el protocolo establecido. No fue PCM, sino la encargada de la cooperativa escolar, la cual vivía muy cerca de la escuela y tenía llaves, quien abrió la escuela.

No. Ni Protección Civil, sino que la gente empezó a salir, y decían: "¿A dónde nos vamos?" Pasaban los carros con gente, “No, pues aquí en la primaria, ahorita la voy a abrir”, les decía. Empecé a abrir los salones y “Órale. Pásenle, pásenle”, y ya el portón abierto, y gente afuera anunciaba que aquí se podían quedar. Alguien les decía en el mercado que el refugio era en la primaria. (Comunicación personal, 1 de noviembre de 2021)

Una vez adentro, los afectados, que venían principalmente de los fraccionamientos, se organizaron por género en las aulas: por un lado, hombres y, por el otro, mujeres y niños. El refugio no contó con apoyo oficial, fueron los vecinos los que proveyeron alimentos, además de otros artículos de primera necesidad, como cobijas y ropa.

Aunado a la falta de servicios básicos, el refugio no contaba con atención médica. En condiciones de inundación y falta de agua potable emergen enfermedades producidas por hongos, virus y bacterias. En el caso de Ingrid y Manuel, infecciones gastrointestinales, así como problemas en la piel y los pies fueron las enfermedades más comunes. Más aún, la atención medica se vuelve "crítica" considerando el riego de herirse:

Hay personas que pisaron donde había vidrios, porque en el agua sucia no se puede ver, y al momento de pisar, no tienes botas, no tienes nada para cubrir tus pies, tienes que pasar descalzo, ya que, si te pones unas sandalias o tenis, es imposible caminar por el agua. (Comunicación personal, 15 de enero de 2022)

Otro elemento no considerado fue atender a los animales domésticos. Un porcentaje importante de familias cohabitan con diversos animales, principalmente perros y gatos; no obstante, estos no eran considerados en la organización de los albergues, generando tensión entre las personas:

Muchas veces las personas que prestan los lugares como para hacer refugios, no quieren que se metan mascotas, porque en ocasiones, al no tener cuidado, pues los perros defecan donde sea y la gente no limpia. (Comunicación personal, 11 de noviembre de 2021)

El rastreo de la vida de este refugio da cuenta de la compleja relación entre estado y sociedad. Aunque la escuela se designó como refugio oficial, su activación no se realizó según los protocolos oficiales y su gestión corrió a cargo de afectados y vecinos. La activación inmediata de la escuela como refugio mostró una reacción rápida de la comunidad ante la emergencia, contrastando con el protocolo oficial de Protección Civil que incluye evaluación, análisis, decisión y activación. También demuestra las limitaciones del criterio que considera los elementos para la selección de los refugios, basada en cuestiones físico-estructurales y de localización, dejando de lado la garantía del acceso a servicios e infraestructura básica durante la etapa de emergencia, y privilengiando una perspectiva antropocéntrica, que no permite considerar formas de recibir a las familias más que humanas.

Además de este refugio oficial, se activaron otros. Cabe destacar el refugio abierto en la cancha del Centro de Desarrollo Comunitario en Llano Largo. Durante Ingrid y Manuel, la cancha se utilizó como albergue, aunque solo por un día, por la falta de condiciones adecuadas para una estancia prolongada. Sirvió principalmente para remitir a las personas rescatadas a otros refugios. Aunque la cancha fue activada oportunamente y es un lugar conocido por la comunidad, este refugio careció de organización, servicios, redes de ayuda y financiamiento. Otro espacio deportivo utilizado fue el gimnasio Fitness and Club, localizado en el segundo piso de la casa del dueño, que era el comisario de Llano Largo en ese entonces. Este refugio contaba con servicio de agua mediante bombeo con gasolina (importante, porque no había electricidad para bombear). El comisario organizó un equipo conformado principalmente por jóvenes para realizar acciones de rescate y comprar víveres como arroz y frijoles para alimentar a las personas que fueron albergadas. Él recuerda que se servían dos comidas durante el día, porque no había para más. Además, ordenó que los alimentos preparados para la celebración del 15 de septiembre (Día de la Independencia de México) fueran ofrecidos a los refugiados en el gimnasio y los centros religiosos (ver abajo). Los recursos para mantener funcionando este refugio eran del comisario y no recibió ningún tipo de apoyo gubernamental. Para la organización del día a día, el comisario solicitó a los refugiados organizarse en equipos para preparar los alimentos y limpiar. Las actividades se repartieron de acuerdo con una división sexual del trabajo tradicional: las mujeres se encargaron de los alimentos y del cuidado de adultos y niños, mientras que los hombres se enfocaron en las tareas de seguridad y compra de víveres.

Por otro lado, se activaron refugios en espacios religiosos de Llano Largo. Este fue el caso de la iglesia cristiana Casa de Dios y Puerta al Cielo. Conocida como La Cúpula, esta iglesia se encuentra en un edificio que también posee locales para la venta de pollo, y cuya propietaria es la pastora de la iglesia. Tras el impacto de Ingrid y Manuel en 2013, los afectados, principalmente de los fraccionamientos, buscaron refugio en la iglesia ya que esta se encuentra en una parte alta de Llano Largo, lo que la hace segura durante las inundaciones. Frente a esta situación, la pastora y su equipo de voluntarios decidieron abrir las puertas para refugiar a las personas que llegaban empapadas y asustadas. Al principio eran unos cuantos, pero al pasar el tiempo fueron llegando más. Al igual que en el caso del Gimnasio, los voluntarios en La Cúpula apoyaron en las acciones de rescate.

La Cúpula ofreció alojamiento y comida, utilizando pollos almacenados en los congeladores de la pollería. Cuando estos insumos se agotaron, los vecinos ayudaron con suministros, incluyendo ropa, cobijas y alimentos:

Y la gente comenzó a traerme despensas, sin pedirles nada. Me empezó a llegar la comida, no sé de dónde; pero… ¡Eran cazuelas, eran ollas! Cuando a mí se me terminó el recurso, que ya no había pollo, empezamos a guisar huevos, huevos en el desayuno, al mediodía huevo con chile. Y cuando me llegaba la ayuda, yo decía: “Señor, gracias”. Yo les preguntaba: “¿Quién los mandó?”, y decían: “No sé. Nos dijeron: Lleven esto a La Cúpula”. Y llegaban personas así, familias, que ellos hacían comida y la traían... Toda la gente traía ropa, traía despensa […] la gente también comenzó a traer ropa, porque venía la gente bien mojada [...]. Era algo muy bonito. Yo aquí lo que vi, lo que percibí, fue como una unidad en amor (Comunicación personal, 13 de noviembre de 2021).

Es de resaltar que, a partir de esta experiencia, se puede identificar cómo la configuración de los refugios estuvo asociada no solo a una cuestión socio-material, sino también afectiva, en tanto que involucró un impulso de solidaridad. La organización en el refugio quedó bajo la responsabilidad de las personas afectadas. Estas iban encontrando sus propios espacios para acomodarse:

Pero la gente, como no había espacio, cada uno agarraba [el suyo]; de uno, de dos o por familia, iban agarrando su espacio. Se llenó todo esto, entonces empezaron a subirse acá [refiriéndose al escenario], y yo se los permitía; y yo: “Adelante, adelante. Búsquense un espacio donde se puedan acomodar”. Yo no los acomodaba, ellos solitos. Y venían: “¿Podemos pasar?” Y yo: “Adelante, adelante” (Comunicación personal, 13 de noviembre de 2021).

Las autoridades gubernamentales no brindaron apoyo para el refugio, a pesar de haberse comprometido. Sin embargo, dirigían a las personas rescatadas hacia La Cúpula. Por su parte, la parroquia San Martín de Porres, sede de las misas locales, también sirvió como refugio. Administrada por la diócesis estatal, durante Ingrid y Manuel, el presbiterio acogió a personas afectadas por las inundaciones. Como en el caso anterior, este refugio operó gracias a las redes de ayuda y el apoyo del gimnasio.

Finalmente, varias casas que no se inundaron también sirvieron como refugios. A diferencia de los refugios antes mencionados que acogieron principalmente a turistas y residentes foráneos, en las casas se refugiaron habitantes locales. Las personas propietarias de estas viviendas refugiaron principalmente a familiares, amigos, y conocidos.

Otis, Diez años después

Diez años después, el huracán Otis impactó Acapulco en octubre de 2023. Ante todo, Otis se caracterizó por fuertes vientos sostenidos de 270 km/hora y rachas de 330 km/hora, generando una gran cantidad de desprendimiento de materiales, principalmente techos, que dejaba a las personas a la intemperie y expuestas a impactos por objetos en el viento. Esta vez, entre los refugios oficiales se designó y activó el Campus Llano Largo de la Universidad Autónoma de Guerrero. No obstante, este fue poco utilizado, ya que es conocido que, cuando el río La Sabana se desborda, la única vía disponible de acceso al Campus se inunda. Además, los vientos huracanados de Otis destruyeron cientos de ventanas de los edificios donde estaban refugiadas decenas de personas. Por si fuera poco, no había servicios médicos, ni posibilidad para preparar alimentos, debido a que los representantes de las autoridades (como PCM) también habían sido afectados en sus propios hogares y centros de trabajo. Consecuentemente, los afectados abandonaron el refugio. Es de resaltar que, desde las entrevistas sobre Ingrid y Manuel realizadas antes de Otis, los participantes ya avisaban que esta asignación oficial como refugio temporal no era viable.

Con respecto a los refugios no oficiales activados en 2013, estos no reabrieron en 2023. En esta ocasión las personas se dieron refugio mutuamente, dado que los daños generados por Otis estaban más relacionados con vientos que con inundaciones. Las viviendas de la población fueron los principales espacios de seguridad temporal, para los miembros del hogar, familiares y vecinos. En esta ocasión, no fueron las casas no inundadas las que sirvieron como refugio, sino aquellas cuyo techo o cubierta resistió a los vientos del huracán. Al ver los techos deprenderse, parte importante de las personas afectadas buscaron refugio en las casas vecinas más resistentes. Buscar refugio más lejos implicaba hacerlo en total penumbra y con el peligro de ser arrebatados por las ráfagas de viento o colisionados por objetos contenidos en los torbellinos del huracán.

En contraste con Ingrid y Manuel, tras el paso de Otis, se instaló en el municipio una gran incertidumbre, ya que no se sabía de dónde y cuándo la ayuda iba a llegar, dado que poco a poco las personas se iban dando cuenta que esta vez los daños eran generalizados a nivel de toda la ciudad: no había acceso por ningún lado, eran miles de postes de todo tipo y árboles caídos, vidrios rotos y edificios ‘destripados’. Considerando que casi toda la ciudad había sido impactada, el apoyo del gobierno era crucial; sin embargo, este tardó en llegar, según testimonios, hasta el cuarto o quinto día.

En este contexto, la prioridad era buscar alimento y mantenerse seguros. Si bien en el caso de Ingrid y Manuel hubo algunos saqueos, en esta ocasión estos fueron sistemáticos y presentes en toda la ciudad, lo que generó un temor e inseguridad. Consecuentemente, las personas afectadas no se dirigieron a los refugios, porque temían saqueos en sus hogares o ataques en el espacio público. Al contrario, fue común que entre familiares y vecinos en las diferentes colonias se armaran con machetes, armas de fuego, y construyeran barricadas con los escombros, para cuidar sus casas y colonias. Las personas afectadas también optaron por quedarse en casa, ya que Otis generó gran cantidad de escombros y basura que era crucial retirar para restablecer los accesos y la comunicación. Finalmente, otra razón por la cual las personas afectadas trataron de permanecer en sus viviendas, a pesar de no contar con agua potable ni energía eléctrica, fue estar presentes para ser censadas por el gobierno y así recibir apoyos económicos para limpiar y reconstruir sus viviendas.

Discusión

El análisis del despliegue de los refugios temporales en Acapulco tras el paso de Ingrid y Manuel en 2013 y Otis en 2023, desde la perspectiva de los ensamblajes y más precisamente desde el enfoque de ‘la vida de los eventos’, permite visibilizar cómo los refugios se configuran como ensamblajes socio-material y afectivos (Becerril et al., revisión). Más que espacios o construcciones seguras y hechas con materiales resistentes, los refugios se configuran y funcionan articulando elementos heterogéneos, tales como espacios y edificaciones (casas, escuelas, espacios religiosos, deportivos), personas, organizaciones, recursos (alimentos, ropa, cobija), y afectos como impulsos de solidaridad o miedo. Es de resaltar la importancia de la proximidad, de los diferentes elementos en la configuración de los refugios como ensamblajes y su funcionamiento.

Además, el análisis muestra que el despliegue de los refugios se gestó con, sin y a pesar de las autoridades gubernamentales; en este sentido, los resultados están en línea con la idea de ‘creatividad colectiva’ que identifican Tironi et al. (2022), ya que este estudio muestra la complejidad de las relaciones entre diversos sectores, actores y organizaciones para implementar acciones de respuesta.

Finalmente, el análisis visibiliza cómo el despliegue de los refugios como respuesta ante Ingrid y Manuel, en 2013, y Otis, diez años después, estuvo influenciado tanto por las características y trayectoria de desarrollo de Llano Largo y su población, como por las características particulares de los huracanes antes mencionados y sus efectos; es decir, los refugios están influenciados por el ‘geo-poder’ (Donovan, 2017). En 2013, los huracanes Ingrid y Manuel generaron importantes inundaciones de manera localizada. Esto permitió que organizaciones y habitantes no afectados participaran en las acciones de respuesta con comida, ropa y cobijas. Sin embargo, en 2023 Otis y sus fuertes vientos impactaron toda la ciudad. Si bien los mapeos han mostrado que ciertas zonas fueron particularmente dañadas —sobre todo aquellas de más bajos recursos con casa de lámina o de sistemas constructivos poco resistentes—, se estima que aproximadamente 850 mil personas, es decir, casi la totalidad de la población de Acapulco fue afectada (OCHA, 2023a). Consecuentemente, un despliegue amplio de refugios no ocurrió. En esta ocasión, las personas optaron por quedarse en casa o buscar refugio en casas vecinas.

Estos elementos muestran el potencial de ‘granular lo local’ (Tironi et al., 2022), es decir, mirar de cerca prácticas y procesos que pueden ayudar a comprender mejor los desafíos y servir de insumo para imaginar otros futuros. En este sentido, identificamos tres consideraciones clave para la activación de refugios temporales en la etapa de respuesta de la gestión del riesgo: concebir los refugios como redes de espacios, personas y organizaciones, ser flexibles ante la diversidad de eventos que se representa, permitiendo cambios en los protocolos, e integrar a las personas y organizaciones no gubernamentales que de facto gestionan los procesos de respuesta o están en capacidad para hacerlo.

Conclusiones

Este artículo analizó la gestión de riesgo de desastres tras el paso de Ingrid y Manuel en 2013 y Otis en 2023 en la colonia Llano Largo, en Acapulco. Específicamente, se enfocó en analizar la activación de refugios temporales desde el enfoque de ensamblajes. Consecuentemente, a partir de una investigación de corte cualitativa, que incluyó visitas de campo y entrevistas, el artículo rastreó el despliegue de los refugios en Llano Largo. Con base en lo anterior, en este artículo argumentamos que los refugios se configuran como ensamblajes socio-material y afectivos con, sin y a pesar de las autoridades gubernamentales, e influenciados tanto por la trayectoria de desarrollo de Llano Largo y su población, así como por las características particulares de los huracanes antes mencionados y sus efectos.

Más allá de la gestión del riesgo, identificamos los siguientes elementos para imaginar otras formas de planear y gestionar la ciudad, considerando que en México prevalecen los enfoques técnicos y racionalistas (Peña, 2023). Primero, la importancia de ir más allá de categorías sociedad-gobierno que no dan cuenta de las conexiones híbridas y fluctuantes entre actores en el tiempo. Segundo, la necesidad de ir más allá de la elaboración de planes rígidos que no dan cabida a los ensamblajes socio-materiales y afectivos que configuran la ciudad y su gestión, y de enfoques físicos que dejan de lado aspectos cruciales de la vida en las ciudades como la salud y otros seres como los animales con los que cohabitamos. Tercero, la importancia del rol de la vivienda, que emerge como espacio de refugio temporal por excelencia animado por redes familiares y comunitarias. En este sentido, es esencial considerar que, a través del acceso a la vivienda con servicios básicos y materiales de calidad, se contribuye directamente a la gestión del riesgo en las ciudades. Estos elementos son cruciales en los márgenes de lo urbano donde el déficit cualitativo de vivienda tiende a ser importante y donde los procesos de gestión del riesgo y en última instancia de planeación tienden a excluir a las personas.

Con respecto a los enfoques adoptados y la discusión más amplia en torno al sur global, el pensamiento de ensamblajes permite ‘granular lo local’ (Tironi et al., 2022) y, así, ‘desaprender’ (Lawhon & Truelove, 2019), con el fin de generar tanto información más relevante, como marcos cognitivos y normativos para imaginar nuevas formas de planear y enfrentar la crisis climática en y desde las ciudades del sur.

Referencias

ALCARAZ, O, Y SALGADO A. (2016). Segregación urbana en la ciudad turística de Acapulco, Guerrero. En C. Alvarado Rosas, R. Gómez Maturano y R. Hidalgo Dattwyler (eds) Expresión territorial de la fragmentación y segregación. Universidad Autonoma del Estado de Morelos. http://investigación.uaem.mx/archivos/epub/diferentes_miradas_fragmentacion/fragmentacion.pdf

ANDERSON, B., & MCFARLANE, C. (2011). Assemblage and geography. Area, 43(2), 124–127. https://doi.org/10.1111/j.1475-4762.2011.01004.x

BECERRIL, H. (2024). Knowledge coproduction at the periphery of the urban and academia: Insights from Acapulco’s metropolitan area. Planning Theory, 23(4), 377–399. https://doi.org/10.1177/14730952231187611

BECERRIL, H., ANDERSON, B., & COSS-CORSO, A. DE. (EN REVISIÓN). The Life of Events: Exception and Everyday Life in Acapulco, Mexico. Transactions of the Institute of British Geographers.

CAMPOS MEDINA, L., SUAZO PEREDA, V., & CÁRDENAS PIÑERO, A. (2018). Aceleración, desplazamiento, relegación. Aportes para comprender el capitalismo chileno posdesastre. Bitácora Urbano Territorial, 28(2 SE-Dossier Central), 45–52. https://doi.org/10.15446/bitacora.v28n2.70102

COORDINACIÓN GENERAL DE PROTECCIÓN CIVIL Y BOMBEROS DE ACAPULCO [CGPCBA]. (S.F.). Atlas de Riesgos Digital Interactivo de Acapulco. https://acapulco.gob.mx/proteccioncivil/mapa_atlasdigital.html

CORNISH, F., BRETON, N., MORENO-TABAREZ, U., DELGADO, J., RUA, M., DE-GRAFT AIKINS, A., & HODGETTS, D. (2023). Participatory action research. Nature Reviews Methods Primers, 3(1), 34. https://doi.org/10.1038/s43586-023-00214-1

DONOVAN, A. (2017). Geopower: Reflections on the critical geography of disasters. Progress in Human Geography, 41(1), 44–67. https://doi.org/10.1177/0309132515627020

FARÍAS, I., & BENDER, T. (2009). Urban Assemblages: How Actor-Network-Theory changes urban studies. Routledge. http://www.routledge.com/books/details/9780415486620/

GARCÍA-ACOSTA, V. (ED.). (2020). The Anthropology of Disasters in Latin America: State of the Art. Routledge. https://doi.org/10.4324/9780429506727

INTERGOVERNMENTAL PANEL ON CLIMATE CHANGE [IPCC]. (2014). Climate Change 2014: Impacts, Adaptation, and Vulnerability. Part A: Global and Sectoral Aspects. https://www.ipcc.ch/report/ar5/wg2/

LAWHON, M., & TRUELOVE, Y. (2019). Disambiguating the southern urban critique: Propositions, pathways and possibilities for a more global urban study. Urban Studies, 57(1), 3-20 https://doi.org/10.1177/0042098019829412

LOPEZ, R., RODRIGUEZ, A., BARRAGÁN, M. DEL C., CASTELLANOS, C., PALACIOS, R., & MARTÍNEZ, M. (2012). Turismo y contaminación ambiental en la periferia urbana de Acapulco: Ciudad Renacimiento. El Periplo Sustentable, 23, 113–141. http://rperiplo.uaemex.mx/index.php/elperiplo/article/view/777

MCGOWRAN, P., & DONOVAN, A. (2021). Assemblage theory and disaster risk management. Progress in Human Geography, 45(6), 1601–1624. https://doi.org/10.1177/03091325211003328

NUGRAHA, E., WESELY, J., RUSZCZYK, H. A., DE VILLIERS, I., & ZHAO, Y. (2023). Overlooked cities: Shifting the gaze in research and practice in global urban studies. Cities, 133, 104044. https://doi.org/10.1016/j.cities.2022.104044

OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA COORDINACIÓN DE ASUNTOS HUMANITARIOS [OCHA]. (2023A). MEXICO: Huracán Otis Informe de Situación No. 2. https://www.unocha.org/publications/report/mexico/mexico-huracan-otis-informe-de-situacion-no-02-al-15-de-noviembre-de-2023

OFICINA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA COORDINACIÓN DE ASUNTOS HUMANITARIOS [OCHA]. (2023B). Panorama De Los Desastres Latina Y El Caribe 2000-2022. https://www.unocha.org/publications/report/world/panorama-de-los-desastres-en-america-latina-y-el-caribe-2000-2022

PALACIOS ORTEGA, R. (2013). Transformaciones socioespaciales y formas de organización social en Llano Largo. En Palacios Ortega, R. (Ed.), Dinámica territorial en el espacio periurbano de Acapulco. El caso de Llano Largo (pp. 113-148). Geniux Press.

PEÑA, S. (2023). Planning practice and the planning profession in Mexico. Planning Practice & Research, 39(2), 187–206. https://doi.org/10.1080/02697459.2023.2287289

PONTIGO-ARESTIZÁBAL, E., & INZULZA-CONTARDO, J. (2023). Factores incidentes en la vulnerabilidad sísmica y planificación urbana: recomendaciones de modificación del Plan Regulador Comunal de Puente Alto ante el riesgo de la falla San Ramón. Revista de Urbanismo, 49, 42–65. https://doi.org/10.5354/0717-5051.2023.71433

QUINTEROS-URQUIETA, C. (2019). Transformaciones urbanas post desastre en Valparaíso. Estado y planes de reconstrucción. Bitácora Urbano Territorial, 29(2), 151–158. https://doi.org/10.15446/bitacora.v29n2.70070

RODRÍGUEZ-HERRERA, A., RUZ-VARGAS, M., & HERNÁNDEZ-RODRÍGUEZ, B. (2012). Riesgo y vulnerabilidad en Llano Largo, Acapulco: la tormenta Henriette. Economía Sociedad y Territorio, 12(39), 425–447. https://doi.org/10.22136/est00201277

ROY, A. (2009). The 21st-Century Metropolis: New Geographies of Theory. Regional Studies, 43(6), 819–830. https://doi.org/10.1080/00343400701809665

RUZ-VARGAS, M. (2014). La vulnerabilidad del paraíso [Tesis de doctorado, Universidad Autónoma de Guerrero]. Repositorio Institucional Universidad Autónoma de Guerrero. http://ri.uagro.mx/handle/uagro/2242

TIRONI, M., CAMPOS-KNOTHE, K., ACUÑA, V., ISOLA, E., BONELLI, C., GONZALEZ GALVEZ, M., KELLY, S., JUZAM, L., MOLINA, F., PEREIRA COVARRUBIAS, A., RIVAS, R., UNDURRAGA, B., & VALDIVIESO, S. (2022). Interruptions: imagining an analytical otherwise for disaster studies in Latin America. Disaster Prevention and Management: An International Journal, 31(3), 243–259. https://doi.org/10.1108/DPM-03-2021-0102

VILLAGRA ISLAS, P. A., & FELSENHARDT ROSEN, S. C. (2015). El paisaje urbano de emergencia en Valdivia, Chile: contribuciones a la planificación y diseño urbano post-desastre para la restauración. Revista INVI, 30(83), 19–76. https://revistainvi.uchile.cl/index.php/INVI/article/view/62629

ABREVIATURAS, ACRÓNIMOS, SIGLAS

OCHA: Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas

IPCC: Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático

PCM: Coordinación General de Protección Civil y Bomberos de Acapulco

TAR: Teoría del Actor-Red

GRD: Gestión del Riesgo de Desastre

IAP: Investigación-Acción Participativa

Manuel Orlando Lozano

Arquitecto especializado en peri-urbanización y gestión de riesgos de desastre. Maestro en Gestión para el Desarrollo Sustentable por la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) y doctorando en Ciencias Ambientales por la misma institución. Su tesis doctoral explora la reconstrucción tras el huracán Otis desde los márgenes de lo urbano en Acapulco. Actualmente, también es profesor en la División de Estudios de Posgrado e Investigación del Tecnológico Nacional de México campus Acapulco.

Héctor Becerril

Investigador de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación en México (SECIHTI). Cuenta con un doctorado en Planeación del Desarrollo por The Bartlett, University College London (UCL), una maestría en Urbanismo por el Instituto Francés de Urbanismo (Universidad de París), y estudios en arquitectura a nivel licenciatura y maestría por la Escuela Nacional de Arquitectura de Lyon, Francia (ENSAL). Actualmente, su investigación se centra en la planeación urbana en el contexto de crecientes desigualdades, cambio climático y nuevas tecnologías, con especial atención en asentamientos precarios. Ello, desde abordajes relacionales y la coproducción de conocimiento.

Autores

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Gestión del riesgo en los márgenes urbanos:

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Figura 1. Ubicación y división de Llano Largo

Fuente: Instituto Nacional de Estadística y Geografía, 2020; elaboración propia con base en trabajo de campo.

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Figura 2. Inundación y refugios temporales activados en Ingrid y Manuel en 2013

Fuente: Elaboración propia con base en Atlas Digital de Riesgos de Acapulco (CGPCBA, s.f) y trabajo de campo.

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

Los refugios temporales como ensamblajes de respuesta

05_117304_E

Fuente: Autoría propia

Recibido: 30/10/2024

Aprobado: 18/01/2025

Voices that protect the territory of Riosucio (Caldas).

Community practices as care networks

Voces que resguardan al

territorio de Riosucio (Caldas).

Prácticas comunitarias como redes de cuidado

Vozes que protegem o território de Riosucio (Caldas).

Práticas comunitárias como redes de cuidado

Des voix qui protègent le territoire de Riosucio (Caldas).

Les pratiques communautaires comme réseaux de soins

Miguel Arango-Marín

Universidad Pontificia Bolivariana

miguel.arango@upb.edu.co

https://orcid.org/0000-0003-4012-2056

Marcela Cardona-González

Instituto Tecnológico Metropolitano

marcelacardona8213@correo.itm.edu.co

https://orcid.org/0000-0003-3460-3152

Valentina Mejía-Amézquita

Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales

vmejiaa@unal.edu.co

https://orcid.org/0000-0002-7668-5320

Luisa Fernanda Zapata-Arango

Universidad de Caldas

luisa.zapata@ucaldas.edu.co

https://orcid.org/0000-0001-6586-0659

Cómo citar este artículo:

Arango-Marín, M., Cardona-González, M., Mejía-Amézquita, V. y Zapata-Arango, L. F. (2025). Voices that protect the territory of Riosucio (Caldas). Community practices as care networks. BITÁCORA URBANO TERRITORIAL, 35(I): 197-208.

https://doi.org/10.15446/bitacora.v35n1.117304

ISSN electrónico 2027-145X. ISSN impreso 0124-7913. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

[1] This article presents some of the theoretical reflections and methodological approaches from the ongoing doctoral thesis entitled The Times of Disdained Things: Validity and Obsolescence in the Everyday Practices of Rural Women, developed within the framework of the PhD in Design and Creation at the University of Caldas, cohort XII.

(1) 2025: 197-208

Autores

05_117304_E

Abstract

The article focuses on highlighting some community practices in the rural area of Riosucio (Caldas) municipality located on the eastern slope of the western mountain range in Colombia aimed at defending and safeguarding their territory and their unique ways of living. For this purpose, the experiences of a qualitative research-creation project carried out in the territory between 2021 and the 2023 are collected. In this study, ethnographic techniques, participatory work with focus groups and co-creation workshops with the communities of the four indigenous reservations that make up the municipality were applied. Thus, from a multi-scale analytical approach that criticizes the Paisaje Cultural Cafetero as ‘the way’ to understand this territory, it is proposed that in the community practices of the four indigenous reservations of Riosucio it is possible to find some keys to diversify this conception and point out the significance of care networks as a fundamental aspect for a community cohesion that transcends the current forms of development and economic growth. The text concludes by stating that in these community ways of living, a unique awareness of the safeguarding of rural territory is consolidated as a condition for the continuation of life.

Keywords: habitat, rural women, cultural landscape, participatory research, design

Resumen

El artículo se centra en resaltar algunas prácticas comunitarias de la zona rural de Riosucio (Caldas), municipio ubicado sobre la vertiente oriental de la cordillera occidental en Colombia, encaminadas a defender y resguardar su territorio y sus formas de habitar. Para dar cuenta de ello, se recogen las experiencias de un proyecto de investigación creación de enfoque cualitativo realizado en el territorio entre el 2021y el 2023 en el cual se aplicaron técnicas etnográficas, trabajo participativo con grupos focales y talleres de co-creación con las comunidades de los cuatro resguardos indígenas que constituyen el municipio. Así, desde una apuesta analítica multiescalar que hace crítica al Paisaje Cultural Cafetero como ‘la manera’ de comprender este territorio, se propone que, en las prácticas comunitarias de los cuatro resguardos indígenas de Riosucio, es posible encontrar algunas claves para diversificar esta concepción y señalar la significación de las redes de cuidado como un aspecto fundamental para una cohesión comunitaria que trasciende las actuales formas de desarrollo y crecimiento económico. El texto concluye dando cuenta de que en estas maneras comunitarias de habitar se consolida una singular conciencia de la salvaguarda del territorio rural como una condición para la continuación de la vida.

Palabras clave: hábitat, mujer rural, paisaje cultural, investigación participativa, diseño

Resumo

O artigo concentra sua atenção em destacar algumas práticas comunitárias na zona rural de Riosucio (Caldas), município localizado na encosta leste da cordilheira ocidental da Colômbia destinadas a defender e proteger seu território e suas formas únicas de viver. Para dar conta disso, são coletadas as experiências de um projeto de pesquisa-criação qualitativa realizado no território entre 2021 e o 2023, onde técnicas etnográficas, trabalho participativo com grupos focais e oficinas de cocriação com as comunidades das quatro reservas indígenas que fazem até o município. Assim, a partir de uma abordagem analítica multiescalar que crítica a Paisaje Cultural Cafetero como ‘a forma’ de compreender este território, propõe-se que nas práticas comunitárias das quatro reservas indígenas do Riosucio seja possível encontrar algumas chaves para diversificar esta concepção e apontam a importância das redes de cuidados como aspecto fundamental para a coesão comunitária que transcende as formas actuais de desenvolvimento e crescimento económico. O texto conclui percebendo que nestes modos de viver comunitário se consolida uma consciência única de salvaguarda do território rural como condição para a continuação da vida.

Palabras-chave : habitat, mulheres rurais, paisagem cultural, investigação participativa, design

Résumé

L’article met l’accent sur la mise en évidence de certaines pratiques communautaires de la zone rurale de Riosucio (Caldas) municipalité situé sur le versant oriental de la chaîne de montagnes occidentale de Colombie visant à défendre et protéger leur territoire et leurs modes de vie uniques. Pour en rendre compte, sont rassemblées les expériences d’un projet de recherche-création qualitative réalisé sur le territoire entre 2021 et 2023, où techniques ethnographiques, travail participatif avec groupes de discussion et ateliers de co-création avec les communautés des quatre réserves autochtones qui font jusqu’à la municipalité. Ainsi, à partir d’une approche analytique multi-échelle qui critique le Paisaje Cultural Cafetero comme ‘la manière’ de comprendre ce territoire, il est proposé que dans les pratiques communautaires des quatre réserves indigènes de Riosucio il soit possible de trouver quelques clés pour diversifier ce territoire. conception et soulignent l’importance des réseaux de soins en tant qu’aspect fondamental de la cohésion communautaire qui transcende les formes actuelles de développement et de croissance économique. Le texte conclut en constatant que dans ces modes de vie communautaires se consolide une conscience unique de la sauvegarde du territoire rural comme condition de la continuation de la vie.

Mots-clés : habitat, femme rurale, paysage culturel, recherche participative, conception

Introduction

This article is part of the outcomes of a research-creation project funded by MinCiencias and co-financed by four universities and a well-established cultural center. The project was carried out between 2021 and 2023 in Riosucio (Caldas). It involved a team of researchers from various creative and project-based disciplines such as design, architecture, communication, and visual arts, as well as from the humanities, including anthropology and philosophy. Due to its committed, participatory, and situated approach, the project was consolidated through the involvement of multiple communities belonging to the four Indigenous reserves that make up the municipality, namely: the Nuestra Señora Candelaria de la Montaña Indigenous Reserve, the Colonial-Origin Indigenous Reserve of Cañamomo Lomaprieta, the Ancestral Territory of the San Lorenzo Indigenous Reserve, and the Escopetera and Pirza Indigenous Reserve (see Figure 1).

The stated purpose of the research was to re-narrate, through the voice of rural women, the traditional knowledge that ensures the production and reproduction of everyday life in peasant households, domestic care work, and the safeguarding of the territory. Within the framework of this initiative, it became possible to identify a series of community practices, which this study recognizes as structural actions for the defense and preservation of unique ways of inhabiting. These practices, although seemingly fragmented across the different Indigenous reserves, contribute to making Riosucio a diverse, pluriethnic, and multicultural territory that far exceeds the homogenizing definitions of the Cultural Coffee Landscape, which often seeks to encompass, generalize, and indeed obscure this region.

The conceptual framework for recognizing these community practices as part of territorial care networks was based on an interrelated understanding of the notions of habitat and cultural landscape, as well as their multiscalar forms of expression.

In this research, community practices are understood as collective actions rooted in embodied knowledge and shared experience—knowledge with others—that is transmitted and preserved. By recognizing what is vital and communal, these practices transcend the view of rural activity as merely related to labor and land productivity (Tinjacá, 2023). Accordingly, everyday practices in rural life gain particular significance when understood as actions aimed at the consensual construction of that which is held in common and considered worthy of collective management and care. Examples include essential water sources or significant geographic features and cultural landscape elements with high ecological and symbolic value (García et al., 2021).

Consequently, care networks are understood here as relational, non-individualizing forms of community agency that, in rural contexts, necessarily involve the agency of women. This agency is not exercised as a gift or vocation, but rather as a way of being and existing—a form of knowledge to care for themselves, others, and other forms of life within the family and the broader community (Osorio, 2015; Kunin, 2018). Additionally, this study aligns with perspectives that value alternative ways of inhabiting, producing, and consuming—in short, of caring—which are evidenced in Latin American peasant and Indigenous ways of life (Celiberti, 2023; Puelo, 2023). These alternatives challenge neoliberal social organization and are shaped through networks of solidarity, mutual aid, and cooperative practices in the face of hardship and precariousness (Draper, 2018).

Habitat, in turn, is understood as the interrelation established between people, artifacts, and spatialities, materialized through everyday spatialized practices that make possible the production and reproduction of human life within the territory (Yory, 2007; Echavarría, 2009; Gutiérrez, 2009).

The notion of cultural landscape refers to the performative actions of people upon geography—that is, the ways in which rural communities in Riosucio live, cultivate, and transform their territory in order to inhabit it. In other words, it is the trace left by a human group through inhabitation, which can be perceived through the senses and therefore interpreted to understand the practices that shape it (Fernández, 2006; Cruz & Español, 2009; Martínez, 2017).

With regard to the multiscalar dimension, this refers to the multiple scales through which a comprehensive understanding of a territory can be approached. For instance, planning issues are associated with the scalar levels from which a territory is viewed, studied, and understood (Arboleda, 2007; Lussault, 2015; Ramírez & López, 2015). According to this framework of scalar levels or dimensions, if territorial issues are approached at a smaller scale—that is, from the scalar dimension of place—it becomes possible to make explicit how large global problems materialize in local settings (Santos, 1996; Massey, 2004; Massey, 2013).

In this way, large-scale issues such as hillside cattle ranching, monocultures—especially coffee—and the gold mining interests of major international corporations (Corales-Roa, 2011; Centro Nacional de Memoria Histórica, 2022) encounter forms of resistance in small-scale, micro-level actions. Rural women represent key plots of possibility for the preservation, conservation, and realization of alternative ways of life in the face of today’s major crises (Cárdenas & Orozco, 2022).

This convergence of approaches shaped the narrative of the research-creation project—one that enables the connection of small-scale practices from the four Indigenous reserves aimed at resistance, defense, and the maintenance of their territories and their unique ways of inhabiting them. Specifically, reference is made to community practices such as: the recovery and safeguarding of native seeds from the region, the maintenance of traditional wood-fired kitchens, the consolidation of family and community-run sugarcane mills (trapiches), and processes of associativity around local artisanal knowledge rooted in the territory.

Methodology

This work is grounded in the premise that creative processes carried out within the design disciplines and the arts are, in themselves, forms of knowledge production that broaden disciplinary discussions. If such processes were explored in isolated disciplinary compartments, the resulting insights would be visibly limited, narrowing the scope of understanding and rendering socio-cultural aspects invisible (Gil & Laigelet, 2013; Ballesteros & Beltrán, 2018).

Precisely for these reasons, this project was conceived and developed through the theoretical and methodological frameworks of research-creation in design, the arts, and architecture. Its primary source lies in embodied knowledge (Bourdieu, 2007), in the integration of feeling and thinking (Ramírez, 2023), and in the journey and fieldwork as essential aspects of this type of inquiry (Ferro, 2011; Careri, 2014; Arango et al., 2019; Careri, 2014). It is important to highlight that co-creative exercises depend on collaborative work with community members (Garduño, 2018), on the implementation of co-creative workshops with focus groups (Patiño et al., 2023), on deliberate conversations grounded in networks of trust that allow for the unveiling of intimate, cared-for knowledge, and on the conscious recognition of the small, everyday actions that bring meaning and vitality to the territory—elements that ultimately became foundational to the project’s development. Additionally, a key component of the methodological dimension—and the underlying hybrid logic that enabled this research-creation process to evolve into a multiscalar and multidimensional understanding of the phenomenon—was the active, synergistic, horizontal, and dialogical participation of a core group of thirteen co-researchers from the region and from the department of Antioquia. Their involvement was rooted in a form of inquiry that was situated, consensual, and imbued with territorial and community-based meaning.

As previously noted, this research-creation project was formalized with both the communities and the funding entities at the end of 2020 and was implemented between January 2021 and June 2023. It aimed to understand how a living and diverse cultural landscape is constituted, through participant observation, dialogue, and hands-on work with specific groups of community leaders, artisan associations, families with productive initiatives, and cultural managers. In total, 15 field visits were conducted, each lasting between four and five days. These were characterized by visits to selected households, community centers, and central areas within the Indigenous reserves. In addition, participatory workshops, guided territorial tours, and community conversation spaces—designed through consensus and with con-sentido (shared meaning and intention)—were implemented.

These encounters involved a core group of 41 women from the four Indigenous reserves of Riosucio, with whom 12 co-creative workshops were carried out in the form of focus groups. The aim was to identify their embodied knowledge, their use of everyday objects, their modes of inhabiting, and their ways of being at both the community and territorial levels. Various tools were designed for the participatory and co-creative collection of information, including Corpographies: A strategy to account for the everyday knowledge these women practice in making the home, caring for loved ones, animals, plants, neighbors, and their immediate surroundings. Second, Home Cartographies: Maps of their own homes were created to illustrate how embodied knowledge unfolds within domestic spaces and their immediate context. Third, Community Cartographies: Larger-scale cartographies were collectively constructed with each community through territorial walks that connected body and home knowledge to the broader community context, thus making visible the networks of care they establish as a configuration of their territoriality. Fourth, Co-creative Processes: The development of co-creative processes for the production of exhibition artifacts, artisanal objects, and audiovisual materials that would allow for the condensation, dissemination, and re-narration of this knowledge as powerful, creative, and enduring ways of life (see Figure 2).

Results: Voices and Practices from the Four Indigenous Reserves

This section is guided by the premise that the geographic and spatial conditions of a region become territory insofar as they are linked to the dynamics of inhabiting—that is, to the ways in which people name, appropriate, modify, make sense of, and integrate these spaces into their lives, thus consolidating a cultural landscape. With this in mind, the results of this study are presented through a threefold structure articulated around testimonial, descriptive, and visual dimensions. This approach highlights the community practices that, on a small scale, have been safeguarding the rural territory of Riosucio through the voices and care networks of the women who inhabit it.

From the Indigenous Reserve of Nuestra Señora Candelaria de la Montaña

Located in the northwest of the region, the Indigenous Reserve of Nuestra Señora Candelaria de la Montaña is the largest of the four reserves in terms of land area. It marks the political-administrative boundary between the municipalities of southwestern Antioquia and the other reserves in the rural area currently belonging to the department of Caldas. The reserve has a strong peasant influence and agricultural work, with coffee cultivation being especially prominent. Thus, most of the practices narrated in this area relate to the care of animals and crops, implying an understanding of land stewardship, seed knowledge, and the care of domesticated life.

“My grandfather was the one who taught me to work with cattle, everything; they sent me around to learn. He used to say, ‘daughter, learn this’ [...] They taught me to milk, to make cheese, everything. My grandfather even taught me to wire fences when I was about 9 or 10 years old.” (Ruth Albany Cañas from the El Salado community, personal communication, October 26, 2021)

In this sense, the care networks woven in this area are closely linked to family networks, as agricultural knowledge is learned from elders and taught to children. This represents a commitment to the intergenerational transmission of care for the territory, reinforced by the fact that families usually live in the same community, solidified by neighborhood and godparenting ties in daily life: “We are family, we see the plants grow and produce, imagine delicious dishes, transform the products from the garden we cultivate as a family with the help of my mother, who is a seed custodian.” (Yulieth Morales Bañol from the El Salado community, personal communication, November 12, 2021)

Thus, a first care network is consolidated within the home, aimed at expanding knowledge over time and multiplied when a daughter or son establishes their own household nearby, ensuring that the identity-bearing cultural landscape and its care practices are inherited and appropriated by new generations in daily life.

From the Colonial-Origin Indigenous Reserve of Cañamomo and Lomaprieta

This is one of the oldest reserves in terms of organizational consolidation for territorial defense and land use. It is located in the mountain range of the Western Cordillera along the political-administrative boundaries of the municipalities of Riosucio and Supía, Caldas. The various communities situated on the hillsides engage in diverse productive activities associated with temperate and warm climates, including sugarcane harvesting and panela (unrefined cane sugar) production. Here, the communities’ capacity to establish ‘collective houses’ was recognized—shared housing systems built based on the relationships between family homes and communal spaces that guarantee both physical and symbolic access to all community members across the territory.

Using the sugarcane production system as a reference, there is an evident interrelation between the hills, spaces, families, neighbors, products, and sales. This interrelation maps networks generated by community practices which, seeking economic support, generate care networks among neighbors and family. The most relevant spatial landmarks in this system are the trapiches (sugar mills), which may be family-run or neighborhood-run; these become semi-public/private places requiring participants to reach agreements, organize, and support each other, since what is individually owned simultaneously becomes a foundation of the common good: “Sometimes three or four families grind together, sometimes just one family grinds per day, but it’s also a way of greatly supporting neighbors because that’s what it’s about.” (Sonia Cañas from the Portachuelo community, personal communication, January 22, 2022)

These community initiatives are complex, involving discussions and obstacles in their development. Nevertheless, they have been and remain the chosen strategy to relate with others and production, recognized as a kind and shared way to make use of territorial resources and their economic benefits. This highlights alternative ways of understanding land exploitation—a perspective that balances agricultural production, territorial wellbeing, and an emotional connection to the land with equal importance. “Now I understood, thanks to knowledge, thanks to touching the earth every day, thanks to having contact with indigenous peoples, thanks to the spirituality that comes through the process [...] it’s not just about making money; maybe it’s to subsist, to make productive, with beautiful products full of good vibes, Mother Earth [...] and I realized that when I began this process, the plants were sown and grew calmly.” (Sandra Calvo Pinzón, inhabitant of the Tumbabarreto community, personal communication, January 22, 2022)

Thus, community networks extend beyond homes, extrapolating care actions from inside houses to the outside, allowing places like neighborhood trapiches to become epicenters of collaboration and cooperative territorial care.

From the Ancestral Territory Indigenous Reserve of San Lorenzo

The center of the reserve is located in a mountain hollow about twenty minutes by car from the urban area of Riosucio. This central area, surrounded by high and biodiverse territory, energizes relations between its communities; here can be found the parish, the weekly Sunday market, and the San Lorenzo Indigenous Reserve Cultural Center. The sense of custodianship conveyed by the surrounding hills is closely aligned with the intentions of the inhabitants. Thus, the stance of indigenous authorities in this reserve is based on vigilance and scrutiny of external views and actions toward the territory:

“San Lorenzo is a sacred territory; in this land lies the memory of our mothers and fathers. Of our ancestors. Because it is sacred, we protect it from external interests that want to come here and exploit resources which, to extract, would destroy it.” (Manuela Delgado Bañol from San Lorenzo, personal communication, February 19, 2023)

It is important to highlight that care here not only involves creating conditions for life to continue but also relates to dignity, preserving existence, memories, and ancestors. This constitutes a network for territorial defense grounded in the sacred conception, a network that reveals external pressures threatening ways of inhabiting this territory and that fosters practices of resistance. Among the various practices found, artisanal knowledge and its potential for associative production were characteristic of this reserve.

At the Cultural Center is the CISLOA (San Lorenzo Indigenous Culture and Handicrafts) store and meeting space—an association of artisans, mostly producing basketry and weaving crafts. Their goal is to gather and disseminate traditional artisanal work carried out in the distant and dispersed communities of the reserve. “I learned basket weaving and mat making. It’s been 57 years [...] I taught many people [...] I taught everyone who asked me [...] I started working with crafts when I was 10 years old [...] I learned to cultivate, harvest, and prepare the palm from our mother and grandmother. I also learned to weave by watching my grandmother work [...] with the association, we met colleagues and sell our work [...] with the baskets we make, we maintain the tradition.” (Rosa Elena and María Belén, artisans of CISLOA from San Lorenzo, personal communication, February 18, 2023)

Artisanal practices produce useful and marketable artifacts while fostering educational and identity values. These are concrete elements and actions linked to knowledge networks for cultural preservation, with a broader goal of contributing to the defense of this sacred territory by telling small-scale stories.

From the Indigenous Reserve of Escopetera and Pirza

From the edge of Bonafont, the reserve’s central area, there is a privileged view toward the Pirzas Valley, an opening in the mountain range of the Western Cordillera shared with the department of Risaralda. Within those mountains settling the communities of the reserve, intertwined knowledge related to seed sovereignty, crop cultivation, and animal care was found, centered physically around the Traditional Kitchen El Claret—a place dedicated to resistance, knowledge transmission, oral tradition preservation, and seed custodianship to preserve memory.

“I am the owner and coordinator of this traditional kitchen project. Within our indigenous community [...] here in our territory, we feel threatened by monocultures, such as sugarcane, plantain, and especially coffee. Our way, from the kitchen, to counteract this is through food sovereignty, recovering native and traditional seeds which we are transforming to bring to the public and our population as a strategy of resistance.” (Luz Mary Bartolo from the El Claret community, personal communication, August 16, 2022)

The conversations reveal a community where women, through openness, have enabled dialogue around domestic care practices, traditional cooking, and the ways in which territory is made and preserved to resist and remain within it. Here, community practices exhibit territorial deployment capable of connecting mountains, paths, women, men, elders, youth, girls, and boys—through orality and action, teaching and learning possible paths toward sovereignty and coexistence.

The above illustrates that community actions in each of the four reserves have unique ways of materializing care that safeguard the territory through knowledge, the body, artifacts, the home, and the territory itself (see Figure 3).

Discussion: Toward Care Networks

A network is characterized by the linking of points of concentration and confluence of material, information, and even memories. In these nodes, data, discourses, symbolisms, and, for the purposes of this work, community practices can concentrate. These practices, in isolation, might seem innocuous and insignificant at a broader scale. However, it is proposed here that these nodes of community practices are connected through networks which, according to the rural women of the four reserves of Riosucio, care for the territory and its ways of life. By doing so, their power is recognized as concrete actions that, when interrelated (understood as a network), are practiced daily to generate forms of resistance that counterbalance conventional productive-economic interests that ‘de-futurize’ (Fry, 2020), expropriate, and dismantle homogenizing discourses that, in turn, invisibilize and flatten reality and its possibilities for constituting other possible futures.

In this context, this work makes explicit the relationships between these nodes of community practices established as concrete ways of inhabiting that, when linked, expand their scope from the micro-scale of the place to the macro-scale territorial level.

Thus, by understanding the different community practices of the four reserves through what they share in terms of discourse and everyday enactment in the dynamics of production and reproduction of family and community life, the structural principles that make these modes of inhabiting possible over time become explicit. With this, the repeated expressions of women from the four reserves linked to the project, referring to the indispensability of living in balance with ‘Mother Nature,’ ‘Mother Earth,’ or the ‘common home,’ allude to a deep understanding of their close connection with the ecosystem of which they and other members of their community are part.

In this sense, whether the practices of one reserve are articulated with the promotion of traditional cooking as a way to recover memory through the integration of the chagra (shifting cultivation garden), the dining table, and the palate; or in the formation of women’s groups dedicated to sowing, educating, and promoting the cultivation of a heterogeneity of native seeds; or in the consolidation of community and family productive initiatives where agreements are established regarding the distribution of labor and collective economic gains; or in the associativity around artisanal knowledge transmitted across generations— in all cases, these practices seek to reaffirm their ways of life and, consequently, contribute to the care of themselves, others, and other forms of life. In short, the care of the territory of Riosucio.

Understood in this way, it is possible to recognize that this network of meaningful nodes (read as practices) that daily maintain the community bonds of each reserve is characterized by its heterogeneity, in the sense that each node is a distinct manifestation of those forms of care. If this is so, the cultural landscape of Riosucio, framed by the grand narrative of the Coffee Axis as a territory constituted by the migration of white settlers who claimed and made productive this rugged geography through coffee cultivation, is at least limited.

Indeed, what is intended to be highlighted here is that, in the interconnected approach to the care networks supported by the most routinized practices of the women inhabiting the four reserves of Riosucio, there exists a plurality of components that craft a more robust, dynamic, and complex cultural landscape—a sort of pluriethnic and multicultural melting pot—that destabilizes and strongly emphasizes the limitations of the narrative that has colonized the cultural and landscape discourse of the region.

This plural understanding of the cultural landscape—no longer only coffee-related but also indigenous, feminized, communal, of gathering, and collective care networks—is neither self-evident nor a minor clarity. On the contrary, making it evident that such geography becomes cultural landscape, among other matters, through the linking of the small and diverse everyday actions of women from the four reserves, is to recognize that their territorial constitution involves clear commitments to the long-term maintenance of life in the ‘common home.’

Conclusions

With the foregoing, it is recognized that this text synthesizes the research-creation project through three interrelated coordinates that made it possible: the journey as method, joint creation as a means to understand community processes, and the idea that the connection of community practices establishes a network of care for the territory.

Regarding the first coordinate, it can be said that the journey was a key element for reaching the understandings presented here, since not only were diverse knowledges and disciplines brought into conversation, but also latitudes that synchronously and asynchronously intertwined. As Careri (2014) aptly notes, “At the base of travel there is often a desire for existential mutation. Traveling is the expiation of guilt, an initiation, a cultural enrichment, an experience…” (p. 34), alluding to movement and experience as a foundation.

Thus, the practice of traveling and wandering in this experience allowed an emergent rethinking and reconfiguration of each methodological step taken during fieldwork, enabling understanding and adaptation to the times, daily logics of each community, and the access routes to each territory with its challenges and particularities; knowledges such as climbing mountains, riding jeeps, and horseback riding became evident during the journeys as other ways of traversing and reading the landscape. The experience of wandering, as Careri mentions, goes beyond physically crossing a space; it also implies the transformation of place as it is charged with meaning and stories. Travel and wandering connect, transform, traverse, and enable the creation and re-narration of a territory.

The second coordinate values research-creation as an opportunity to realize dialogues based on its clear commitments to co-creation and recognition of everyday knowledges as an indispensable source for understanding the places where work is carried out. This generates environments of conversation among diverse viewpoints, actors, and settings. Beyond knowledge construction, it is natural that during its development the creative spaces include active and interested listening to other perspectives. Thus, this type of research presents itself as a viable alternative given its characteristic ability to localize and micro-scale territorial management projects where genuine, not merely nominal, participation of directly involved communities is sought. In this way, territorial management and planning projects that propose futures for concrete and localized collectives and communities should start from territorial readings developed through consensual and consenting conversations with those very people who are already living, acting, and planning—in their own terms—their territories.

Lastly, as the third coordinate, it remains to say that the community practices of the Riosucio reserves, understood as networks of care, have not been considered here as actions of traditional communities valuable solely due to their connection to past ways of inhabiting isolated geographies disconnected from national and global dynamics. On the contrary, what has been sought is to highlight these practices as concrete actions for the defense and safeguarding of a territory in dispute. As actions that, while drawing on past knowledges, transform to operate decisively and clearly in the present. Actions that, in any case, are enacting now other possibilities for futures centered on the care of what is one’s own and of the other, on the preservation of the common home, on the pedagogy of ways of being and existing that are planted, maintained, harvested, cooked, conversed, vocalized, practiced, transmitted, transformed, and preserved.

Bibliographic references

ARANGO, M., CARDONA, M., & VILLA, A. (2019). Diseño en diálogo: por una valoración del pensar, el hacer y el saber construido con comunidades artesanales de Ráquira, Boyacá y Hato Corozal, Casanare. En N. Builes, & A. Builes (eds.), Creación y debate (pp. 45-58). Universidad Pontificia Bolivariana.

ARBOLEDA, E. (2007). La frontera borrosa en la construcción conceptual y fáctica del hábitat. Relaciones centro-periferia, caso San Lorenzo, Medellín. Escuela del Hábitat CEHAP.

BALLESTEROS, M., & BELTRÁN, E. M. (2018). ¿Investigar creando? Una guía para la investigación creación de la academia. Universidad del Bosque. Facultad de Creación y Comunicación.

BOURDIEU, P. (2007). El sentido práctico. Siglo XX Editores.

CÁRDENAS, M., & Y OROZCO, S. (2022). Los desafíos de la mitigación del cambio climático en América Latina y el Caribe: algunas propuestas de acción. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

CARERI, F. (2014). Walkscapes. El andar como práctica estética. Gustavo Gili.

CELIBERTI, L. (2023). Territorios de cuidado para sostener la vida. Güemes, C y Cos Montiel F. (Eds.), Cuidados y ecofeminismo. Consolidar avances y construir futuros igualitarios en Latinoamérica (págs. 39-52). Fundación Carolina.

CENTRO NACIONAL DE MEMORIA HISTÓRICA. (2022). Virrúa: territorio sagrado. Memorias de resistencia de San Lorenzo. Centro Nacional de Memoria Histórica.

CORRALES, E. (2011). Evolución de la estructura agraria y transformación socio-productiva del paisaje rural en Riosucio y Supía (Caldas, Colombia) a partir de mediados del siglo XIX. Cuadernos de Desarrollo Rural, 8(67), 153-179. https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/desarrolloRural/article/view/2008

CRUZ, L., & ESPAÑOL, I. (2009). El paisaje de la percepción a la gestión. Liteam.

DRAPER, S. (2018). Tejer cuidados a micro y macro escala entre lo público y lo común. En: Vega, C, Martínez-Buján, R y Paredes, M. (Eds.), Cuidado, comunidad y común. Experiencias cooperativas en el sostenimiento de la vida (págs. 167-186). Traficantes de Sueños.

ECHEVERRÍA, M. (2009). Hábitat: concepto, campo y trama de vida. Escuela del Hábitat CEHAP.

FERNÁNDEZ, F. (2006). Geografía cultural. En: D. Hiernaux y A. Lindon (eds.), Tratado de geografía humana (pp. 220-253). Anthropos.

FERRO, G. (2009). Guías de observación y valoración cultural. Apuntes, 22(1), 34-53. https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revApuntesArq/article/view/8946

FRY, T. (2020). Futuring design education for a future. Open Arts Journal, 9, 163-167. https://doi.org/10.5456/issn.2050-3679/2020w11

GARCÍA, S., SANZ, J., & UGENA-SANCHO, S. (2020). Discursos y prácticas en experiencias de cuidado comunitario. Una perspectiva moral entre cuidados gaseosos, líquidos y sólidos. Revista Española de Sociología, 30(2), 1-19. https://doi.org/10.22325/fes/res.2021.28

GARDUÑO, C. (2018). El diseño como libertad práctica. Aalto University.

GIL, J., & LAIGNELET, V. (2013). El arte como productor de conocimiento. Secretaría de Cultural, Recreación y Deporte y Fundación Universitaria de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.

GUTIÉRREZ, F. (2009). Entre objetos y sistemas. “Hábitat”, una propuesta disciplinar. . En: M. C. Echeverría, et al., ¿Qué es el hábitat?: las preguntas del Hábitat. Escuela del Hábitat CEHAP.

KUNIN, J. (2018). Prácticas de cuidado, mujeres y agencia en el interior rural de Buenas Aires. Perifèria, 23(2), 43-69. https://doi.org/10.5565/rev/periferia.642

LUSSAULT, M. (2015). El hombre espacial. La construcción social del espacio humano. Amorrortu.

MARTÍNEZ, E. (2017). El puesto de la cultura en el paisaje. Treballs de la Societat Catalana de Geografía, 83, 31-7-49. https://raco.cat/index.php/TreballsSCGeografia/article/view/98490/427507

MASSEY, D. (2004). Lugar, identidad y geografías de la responsabilidad en un mundo en proceso de globalización. Treballs de la Societat Catalana de Geografía, 57, 77-84. https://raco.cat/index.php/TreballsSCGeografia/article/view/10482

MASSEY, D. (2013). Espacio, lugar y política en la coyuntura actual. Urban. Tribuna, 4, 7-12. https://polired.upm.es/index.php/urban/article/view/1864

OSORIO, V. (2015). El cuidado como trabajo y como derecho. En: Osorio, V. (Coord.), De cuidados y descuidos. La economía del cuidado en Colombia y perspectivas de política pública (págs. 13-26). Escuela Nacional Sindical.

PATIÑO, E., ARANGO-MARÍN, M., & CRUZ, M. (2023). Dialogue between Craft Knowledge and Design: A Collaboration Experiencie for Comprehensive Sustaintability. The International Journal of Designed Objects, 17(2), 1-19. https://doi.org/10.18848/2325-1379/CGP/v17i02/65-83

PULEO, A. (2023). El ecofeminismo, conciencia feminista profunda de la crisis socioambiental. En Güemes, C y Cos Montiel F. (Eds.), Cuidados y ecofeminismo. Consolidar avances y construir futuros igualitarios en Latinoamérica (págs. 13-24). Fundación Carolina.

RAMÍREZ, B., & LÓPEZ, L. (2015). Espacio, paisaje, región, territorio y lugar: la diversidad en el pensamiento contemporáneo. UNAM, Instituto de Geografía: UAM, Xochimilco.

RAMÍREZ, J. (2024). Una reflexión epistemológica para la construcción del cuerpo sentipensante: la búsqueda del cuerpo perdido. Corpo-Grafías Estudios críticos de y desde los cuerpos, 11(11), 149-166. https://doi.org/10.14483/25909398.22352

SANTOS, M. (1996). De la totalidad al lugar. Oikos-Tau.

TINJACÁ, E. L. (2023). Prácticas y saberes comunitarios, una apuesta por la formación en procesos organizativos rurales: Colectivo Guardianes de Semillas, Guadas Cundinamarca. Universidad Pedagógica Nacional. Maestría en Desarrollo Educativo y Social [Tesis de maestría no publicada].

YORY, C. M. (2007). Topofilia o de la dimensión poética del habitar. Pontificia Universidad Javeriana.

Miguel Arango-Marín

Master's degree in Habitat and Industrial Design. Her main research interests have included the relational and spatial nature of artifacts as a gateway to understanding social phenomena in the habitat, territorialized design as a commitment to building more sustainable futures, and design as an enabler of bridges of dialogue.

Marcela Cardona-González

PhD in Design and Creation, Master's in Philosophy, Specialist in Real Estate Management, and Architect. Her areas of interest include the critical interrelationship between aesthetics, architecture, design and creation, domesticity and everyday life, housing and living practices, rural and urban habitat, identities, and cultural practices.

Valentina Mejía-Amézquita

Master's degree in Interactive Design and Creation, PhD candidate in Design and Creation, and Industrial Designer. Her research focuses on the aesthetic and symbolic dimension of everyday artifacts and on daily practices related to dwelling, in the domestic and territorial sphere.

Luisa Fernanda Zapata-Arango

Master in Interactive Design and Creation, PhD candidate in Design and Creation and Industrial Designer. Her research focuses on the aesthetic and symbolic dimension of everyday artifacts and on the daily practices linked to living, in the domestic and territorial spheres.

Autors

Community practices as care networks

Voices that protect the territory of Riosucio (Caldas).

Community practices as care networks

Community practices as care networks

Figure 1. Geographic reference map of the four Indigenous reserves of Riosucio (Caldas)

Source: Prepared by the research-creation team.

Community practices as care networks

Community practices as care networks

Figure 2. Illustrated diagram of the co-creative research-creation process

Note: This diagram presents selected tools, workshops, and outcomes from the dialogue exercises with the communities.

Source: Prepared by the research-creation team.

Community practices as care networks

Community practices as care networks

Community practices as care networks

Figure 3. Illustrated scheme making explicit the singular community practices of each of the four reserves of Riosucio (Caldas).

Source: Produced by the research-creation team.

Community practices as care networks

Community practices as care networks

Community practices as care networks

Community practices as care networks

Referencias

Arango, M., Cardona, M., & Villa, A. (2019). Diseño en diálogo: por una valoración del pensar, el hacer y el saber construido con comunidades artesanales de Ráquira, Boyacá y Hato Corozal, Casanare. En N. Builes, & A. Builes (eds.), Creación y debate (pp. 45-58). Universidad Pontificia Bolivariana.

Arboleda, E. (2007). La frontera borrosa en la construcción conceptual y fáctica del hábitat. Relaciones centro-periferia, caso San Lorenzo, Medellín. Escuela del Hábitat CEHAP.

Ballesteros, M., & Beltrán, E. M. (2018). ¿Investigar creando? Una guía para la investigación creación de la academia. Universidad del Bosque. Facultad de Creación y Comunicación.

Bourdieu, P. (2007). El sentido práctico. Siglo XX Editores.

Cárdenas, M., & y Orozco, S. (2022). Los desafíos de la mitigación del cambio climático en América Latina y el Caribe: algunas propuestas de acción. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Careri, F. (2014). Walkscapes. El andar como práctica estética. Gustavo Gili.

Celiberti, L. (2023). Territorios de cuidado para sostener la vida. Güemes, C y Cos Montiel F. (Eds.), Cuidados y ecofeminismo. Consolidar avances y construir futuros igualitarios en Latinoamérica (págs. 39-52). Fundación Carolina. DOI: https://doi.org/10.33960/AC_18.2022

Centro Nacional de Memoria Histórica. (2022). Virrúa: territorio sagrado. Memorias de resistencia de San Lorenzo. Centro Nacional de Memoria Histórica.

Corrales, E. (2011). Evolución de la estructura agraria y transformación socio-productiva del paisaje rural en Riosucio y Supía (Caldas, Colombia) a partir de mediados del siglo XIX. Cuadernos de Desarrollo Rural, 8(67), 153-179. https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/desarrolloRural/article/view/2008

Cruz, L., & Español, I. (2009). El paisaje de la percepción a la gestión. Liteam.

Draper, S. (2018). Tejer cuidados a micro y macro escala entre lo público y lo común. En: Vega, C, Martínez-Buján, R y Paredes, M. (Eds.), Cuidado, comunidad y común. Experiencias cooperativas en el sostenimiento de la vida (págs. 167-186). Traficantes de Sueños.

Echeverría, M. (2009). Hábitat: concepto, campo y trama de vida. Escuela del Hábitat CEHAP.

Fernández, F. (2006). Geografía cultural. En: D. Hiernaux y A. Lindon (eds.), Tratado de geografía humana (pp. 220-253). Anthropos.

Ferro, G. (2009). Guías de observación y valoración cultural. Apuntes, 22(1), 34-53. https://revistas.javeriana.edu.co/index.php/revApuntesArq/article/view/8946

Fry, T. (2020). Futuring design education for a future. Open Arts Journal, 9, 163-167. http://dx.doi.org/10.5456/issn.2050-3679/2020w11

García, S., Sanz, J., & Ugena-Sancho, S. (2020). Discursos y prácticas en experiencias de cuidado comunitario. Una perspectiva moral entre cuidados gaseosos, líquidos y sólidos. Revista Española de Sociología, 30(2), 1-19. https://doi.org/10.22325/fes/res.2021.28

Garduño, C. (2018). El diseño como libertad práctica. Aalto University.

Gil, J., & Laignelet, V. (2013). El arte como productor de conocimiento. Secretaría de Cultural, Recreación y Deporte y Fundación Universitaria de Bogotá Jorge Tadeo Lozano.

Gutiérrez, F. (2009). Entre objetos y sistemas. "Hábitat", una propuesta disciplinar. . En: M. C. Echeverría, et al., ¿Qué es el hábitat?: las preguntas del Hábitat. Escuela del Hábitat CEHAP.

Kunin, J. (2018). Prácticas de cuidado, mujeres y agencia en el interior rural de Buenas Aires. Perifèria, 23(2), 43-69. http://dx.doi.org/10.5565/rev/periferia.642

Lussault, M. (2015). El hombre espacial. La construcción social del espacio humano. Amorrortu.

Martínez, E. (2017). El puesto de la cultura en el paisaje. Treballs de la Societat Catalana de Geografía, 83, 31-7-49. https://raco.cat/index.php/TreballsSCGeografia/article/view/98490/427507

Massey, D. (2004). Lugar, identidad y geografías de la responsabilidad en un mundo en proceso de globalización. Treballs de la Societat Catalana de Geografía, 57, 77-84. https://raco.cat/index.php/TreballsSCGeografia/article/view/10482

Massey, D. (2013). Espacio, lugar y política en la coyuntura actual. Urban. Tribuna, 4, 7-12. https://polired.upm.es/index.php/urban/article/view/1864

Osorio, V. (2015). El cuidado como trabajo y como derecho. En: Osorio, V. (Coord.), De cuidados y descuidos. La economía del cuidado en Colombia y perspectivas de política pública (págs. 13-26). Escuela Nacional Sindical.

Patiño, E., Arango-Marín, M., & Cruz, M. (2023). Dialogue between Craft Knowledge and Design: A Collaboration Experiencie for Comprehensive Sustaintability. The International Journal of Designed Objects, 17(2), 1-19. https://doi.org/10.18848/2325-1379/CGP/v17i02/65-83

Puleo, A. (2023). El ecofeminismo, conciencia feminista profunda de la crisis socioambiental. En Güemes, C y Cos Montiel F. (Eds.), Cuidados y ecofeminismo. Consolidar avances y construir futuros igualitarios en Latinoamérica (págs. 13-24). Fundación Carolina. DOI: https://doi.org/10.33960/AC_23.2022

Ramírez, B., & López, L. (2015). Espacio, paisaje, región, territorio y lugar: la diversidad en el pensamiento contemporáneo. UNAM, Instituto de Geografía: UAM, Xochimilco.

Ramírez, J. (2024). Una reflexión epistemológica para la construcción del cuerpo sentipensante: la búsqueda del cuerpo perdido. Corpo-Grafías Estudios críticos de y desde los cuerpos, 11(11), 149-166. https://doi.org/10.14483/25909398.22352

Santos, M. (1996). De la totalidad al lugar. Oikos-Tau.

Tinjacá, E. L. (2023). Prácticas y saberes comunitarios, una apuesta por la formación en procesos organizativos rurales: Colectivo Guardianes de Semillas, Guadas Cundinamarca. Universidad Pedagógica Nacional. Maestría en Desarrollo Educativo y Social [Tesis de maestría no publicada].

Yory, C. M. (2007). Topofilia o de la dimensión poética del habitar. Pontificia Universidad Javeriana.

Cómo citar

APA

Arango Marín, M., Cardona González, M., Mejía Amézquita, V. & Zapata Arango, L. F. (2025). Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado . Bitácora Urbano Territorial, 35(1), 77–88. https://doi.org/10.15446/bitacora.v35n1.117304

ACM

[1]
Arango Marín, M., Cardona González, M., Mejía Amézquita, V. y Zapata Arango, L.F. 2025. Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado . Bitácora Urbano Territorial. 35, 1 (abr. 2025), 77–88. DOI:https://doi.org/10.15446/bitacora.v35n1.117304.

ACS

(1)
Arango Marín, M.; Cardona González, M.; Mejía Amézquita, V.; Zapata Arango, L. F. Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado . Bitácora Urbano Territorial 2025, 35, 77-88.

ABNT

ARANGO MARÍN, M.; CARDONA GONZÁLEZ, M.; MEJÍA AMÉZQUITA, V.; ZAPATA ARANGO, L. F. Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado . Bitácora Urbano Territorial, [S. l.], v. 35, n. 1, p. 77–88, 2025. DOI: 10.15446/bitacora.v35n1.117304. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/117304. Acesso em: 27 dic. 2025.

Chicago

Arango Marín, Miguel, Marcela Cardona González, Valentina Mejía Amézquita, y Luisa Fernanda Zapata Arango. 2025. « Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado ». Bitácora Urbano Territorial 35 (1):77-88. https://doi.org/10.15446/bitacora.v35n1.117304.

Harvard

Arango Marín, M., Cardona González, M., Mejía Amézquita, V. y Zapata Arango, L. F. (2025) « Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado », Bitácora Urbano Territorial, 35(1), pp. 77–88. doi: 10.15446/bitacora.v35n1.117304.

IEEE

[1]
M. Arango Marín, M. Cardona González, V. Mejía Amézquita, y L. F. Zapata Arango, « Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado », Bitácora Urbano Territorial, vol. 35, n.º 1, pp. 77–88, abr. 2025.

MLA

Arango Marín, M., M. Cardona González, V. Mejía Amézquita, y L. F. Zapata Arango. « Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado ». Bitácora Urbano Territorial, vol. 35, n.º 1, abril de 2025, pp. 77-88, doi:10.15446/bitacora.v35n1.117304.

Turabian

Arango Marín, Miguel, Marcela Cardona González, Valentina Mejía Amézquita, y Luisa Fernanda Zapata Arango. « Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado ». Bitácora Urbano Territorial 35, no. 1 (abril 24, 2025): 77–88. Accedido diciembre 27, 2025. https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/117304.

Vancouver

1.
Arango Marín M, Cardona González M, Mejía Amézquita V, Zapata Arango LF. Voces que resguardan al territorio de Riosucio (Caldas). Prácticas comunitarias como redes de cuidado . Bitácora Urbano Territorial [Internet]. 24 de abril de 2025 [citado 27 de diciembre de 2025];35(1):77-88. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/117304

Descargar cita

CrossRef Cited-by

CrossRef citations0

Dimensions

PlumX

Visitas a la página del resumen del artículo

388

Descargas

Los datos de descargas todavía no están disponibles.