Las universidades de Roma: recursos para repensar la ciudad
Las universidades de Roma: recursos para repensar la ciudad*
The Universities of Rome: resources for rethinking the city
Giovanni Caudo
Investigador del Departamento de Estudios Urbanos, Università degli Studi
Roma Tre, italiano.
caudo@uniroma3.it
* Artículo derivado de la investigación “Università nella Città” llevada a cabo por el Departamento de Estudios Urbanos, Università degli Studi Roma
Tre, bajo la dirección del profesor Giovanni Caudo.
Recibido: 7 de diciembre de 2010 Aprobado: 29 enero de 2011
Resumen
En la relación entre universidad y ciudad, el rol principal lo adquiere, sobre todo, la potencialidad que se manifiesta a través del sistema de funciones, de su ambigüedad y poca definición. En alguna medida el factor determinante es justamente la imprevisibilidad de las interacciones que permite tener abiertas numerosas posibilidades de relación entre universidad y ciudad, lo que permite seguir una pluralidad de objetivos. Este modelo de relación, al que llamamos la universidad en la ciudad, es el que se está consolidando en Roma. Actualmente esta ciudad puede ser considerada como dedicada a la investigación y de formación, una tendencia que está modificando su imagen de ciudad de los órganos de gobierno, y cuya idea de fondo es que el conocimiento representa el valor adjunto del desarrollo; no es un conocimiento de tipo disciplinar, sino un factor que contribuye con la base productiva mediante el impulso que el desarrollo tecnológico da al sistema empresarial, y que se combina con el tejido urbano para promover innovación en la ciudad e incrementar la riqueza y la calidad de vida. Así se puede regenerar una ciudad.
Palabras clave: urbanismo, ciudad, universidad, Roma, forma urbana.
Abstract
In the relationship between universities and cities, the potential expressed by the system of functions, their ambiguity and lack of definition, plays a principal role. To some extent, the determining factor is the very unpredictability of these interactions, which can keep open many possibilities for the relationship between universities and cities and allow a plurality of objectives to be pursued. This model of relationships, which can be called the ‘University in the city’, has been consolidated in Rome. Currently, the city can be considered to be dedicated to research and training, a tendency that is changing its image from one of government institutions. The basic idea behind this model is that knowledge assists in adding value to development. It is a factor that contributes to the business system and that combines with the city to promote innovation and increase the wealth and quality of life, so as to regenerate the city.
Keywords: urban planning, cities, university, Rome, urban design.
La relación entre la ciudad y la universidad depende, en forma directa, de distintos factores, entre ellos las reformas del sistema formativo universitario, la “política educativa” y los cambios sociales. Por lo tanto, cualquier inestabilidad en estos factores provocaría cambios en dicha relación y llevaría a las ciudades a de replantear el papel, los objetivos y la organización del sistema universitario.
Roma no fue la excepción, y en 1994 inició un proceso de reconfiguración de esa relación, que todavía está en curso. Relación que tuvo una particular importancia en la última década del siglo pasado y en los inicios del nuevo siglo y que ahora, como resultado de las políticas de reducción del gasto público, se encuentra en una fase de estancamiento, o de un real momento de reflujo.
Para poder comprender mejor nuestro razonamiento, es necesario presentar algunos datos sobre la composición del sistema universitario en la capital.
El sistema universitario de Roma está formado por:
- Cuatro universidades estatales: La Sapienza, Tor Vergata, Roma Tre e Instituto Universitario de Ciencias del Movimiento (antes I.S.E.F.), con un total de 202 mil alumnos inscritos.
- Cuatro universidades no estatales: LUISS, LUMSA, Libera Universidad S. Pio V y Campus Biomédico, Universidad Católica del S. Cuore, con un total de 13 mil alumnos inscritos.
- Siete universidades pontificias de la ciudad del Vaticano: L’Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, Pontificia Università Lateranense, Pontificia Università Gregoriana, Pontificia Università Antonianum, l’Università Europea di Roma, Pontificio Ateneo della Santa Croce y Università Pontificia Salesiana.
- Distintos departamentos italianos de universidades extranjeras, sobre todo norteamericanas, como Cornell University y John Cabot University.
En su conjunto la población universitaria es de 220 mil estudiantes, de los cuales 202 mil, es decir, el 92%, está matriculado en universidades públicas (La Sapienza, Tor Vergata, Roma Tre y el IUSM). Esta cifra corresponde al 20% de la población universitaria del país, aunque en Roma se encuentra solo el 5% de la población italiana. No cabe duda que estamos ante datos significativos que aclaran el papel que juega la universidad en la ciudad de Roma, ya que se constituye en una de sus principales actividades económicas.
Roma puede considerarse, y con razón, como la ciudad de la investigación y de la formación, aspecto que está sustituyendo su imagen como “la ciudad de la administración pública”. Los datos revelan que el 26% del total nacional de los trabajadores en el sector de investigación científica y tecnológica reside en Roma. Esta presencia es aún más importante si se tienen en cuenta todas las actividades que los sectores formación e investigación alimentan (movilidad, viviendas/alojamientos, servicios para jóvenes, etc.), así Roma también se ha convertido en un polo de servicios innovadores de importancia nacional. La producción de software y servicios para las empresas representa hoy en día una parte significativa en la obtención de grandes capitales que contribuyen al éxito económico de la capital.
El concejo municipal en el período comprendido entre 2000 y 2006, sabía de la importancia de la relación entre ciudad y universidad, al menos según las declaraciones del concejal de urbanismo del ayuntamiento de Roma, Roberto Morassut, que dijo:
[…] estamos apostando en Roma como ciudad de la investigación y de la formación. Desde siempre nuestra actividad de planificación tiene como eje el papel y las tareas de las Universidades romanas que, para nosotros, representan uno de los recursos principales para la construcción de un futuro de calidad en nuestra ciudad. Es como si las Universidades, dejando a un lado el tradicional papel de academias de alta cultura que les encierra en una ciudad inexpugnable, entren en el juego desarrollando tres papeles fundamentales: alta formación, impulso a la investigación e innovación, apertura a la sociedad urbana, a las empresas, a las administraciones públicas a fin de difundir la actividad de innovación, experimentación, formación e investigación. Un papel central, más aún en una época histórica donde innovación y crecimiento tecnológico se hallan entre los factores más importantes del desarrollo de sistemas (económicos y urbanos).
En el marco de este razonamiento, el conocimiento representaba el valor agregado del desarrollo y no se refería a un conocimiento de tipo disciplinar sino, por el contrario, a un factor que participa tanto de la base productiva, a través del relanzamiento del tejido empresarial por medio de la innovación tecnológica, como de las relaciones con el tejido urbano, a fin de promover innovación en la ciudad y, de este modo, aumentar tanto la riqueza como la calidad de vida.
Este razonamiento se encuentra hoy en crisis debido a una política del gobierno central que penaliza fuertemente a la universidad pública al reducir la financiación estatal ordinaria a las universidades en un 10% en solo dos años.
En consecuencia, hoy en día la universidad es una entidad pública en crisis, que orienta sus decisiones hacia la reducción de la cantidad de sedes y a fusionar facultades y departamentos de investigación. El sistema universitario romano ha experimentado un período de relación intensa con la ciudad y en algunos casos de profundos cambios.
La historia de esta etapa es una descripción del pasado, y todavía no está claro qué sucederá después del actual estancamiento. Si se mira hacia el pasado se puede afirmar que la universidad ha sido un recurso para repensar la ciudad.
El núcleo de este proceso está en reconocer que la universidad ha desarrollado un potencial que contribuye con la reconfiguración de la ciudad, la recuperación de algunas de sus áreas, y conformación de nuevas centralidades. Dicho de otra manera: la universidad puede contribuir para lograr una nueva definición de la visión estratégica del futuro de la ciudad.
¿En qué se basa esta potencialidad? Hace tiempo hubiéramos contestado que se basa en la dimensión cuantitativa, representada por los estudiantes, los profesores y los empleados de la universidad. Estos sujetos, en su conjunto, producen movimientos importantes de recursos económicos, inversiones e innovación. Sin embargo, el principal elemento capaz de desencadenar este potencial ha sido la imprevisibilidad de las interacciones que se establecen entre la universidad y la ciudad y que mantienen abiertas muchas posibilidades (fluidez) de la manera en que este diálogo se puede lograr. Quizás por esto es que en Roma, entre los modelos de mayor éxito, se hallan los caracterizados por una presencia simultánea, en tiempo y espacio, de la universidad y de la ciudad. Un modelo que más adelante explicaremos y que llamamos: la universidad en la ciudad.
Pero procedamos con orden. La universidad, por lo menos en Italia, es una institución en constante transformación. En los últimos 15 años se han hecho varias reformas, mientras que en las últimas semanas, sin que se haya terminado de experimentar la segunda de las anteriormente enunciadas, se ha aprobado la enésima ley de reforma de los estudios universitarios. Cambios como el crecimiento de la población universitaria, la movilidad estudiantil y la diversificación de la oferta de formación influyen no solo en los procesos educativos y docentes sino también en el sistema de relaciones entre universidad y territorio.
Igual importancia tienen los cambios sociales: progresiva reducción de recursos, revolución en la tecnología y en las modalidades de comunicación, la manera de trasmitir los conocimientos (de su transformación en bienes).
Tanto los cambios internos en el sistema universitario como los cambios sociales subrayan la necesidad de reconsiderar papeles, objetivos y organización del sistema de relaciones entre la universidad y el territorio (la ciudad).
Por esta razón, el proyecto de la universidad no es la simple traducción de un plan funcional sino una propuesta de lo que esperamos que sea, una proyección de nuestro futuro. Manfredo Tafuri escribió: “Fueron las ciudades universitarias las que recopilaron, en una especie de museo arquitectónico viviente, las experimentaciones formales más interesantes de las décadas de los años sesenta y setenta”. Un potencial que se ha expresado con distintas razones y que podemos sintetizar en la capacidad de construir intensidad dentro de la ciudad, más allá del sentido social que la universidad representa.
Es la potencialidad, expresada por el sistema de las funciones, por sus ambigüedades y escasa definición, la que juega un papel importante en la relación ciudad-universidad; y no solo la dimensión física del asentamiento universitario (aunque éste sea un factor importante).
Esto no siempre fue así, ya que la configuración actual del sistema universitario de la ciudad de Roma es el resultado de una evolución que ha tenido una fuerte aceleración desde el comienzo de la década de los años noventa.
Esta evolución puede describirse a través de sus tres etapas más importantes:
a. La universidad como polo terciario.
b. La universidad y el mito del regionalismo.
c. La universidad en la ciudad.
La universidad como polo terciario
Nace a partir de la elección de la ubicación de la Ciudad Universitaria en 1932. En los periódicos de aquel entonces, además de subrayar el hecho de haber realizado el complejo universitario en tan solo tres años, se destacaba el impulso que éste había dado al papel direccional del conjunto urbano que abarcaba la estación Termini, el Ministerio de Aeronáutica, el Hospital Policlínico, el Centro Nacional de Investigación –CNR–, el Genio Civil y el Instituto Superior de Sanidad1.
Un sector urbano que en los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial se fortaleció como estructura hospitalaria y centro universitario, mediante la construcción de la Biblioteca Nacional, las viviendas para estudiantes, el centro deportivo universitario y la ampliación del Hospital Policlínico
De esta manera se fue consolidando un polo terciario (universidad, ministerios, hospital, oficinas privadas) que se fue construyendo a lo largo del eje viario Muro Torto-Corso Italia, que durante los años setenta y ochenta se extendió hasta el área de Via Catania-Piazza Bologna.
Esta estrategia revela cómo la imagen de la universidad encerrada dentro de la Ciudad Universitaria (semejante al campus de modelo estadounidense), ni hoy ni ayer ha sido adecuada para describir su relación con Roma. En cambio es notoria la creciente presencia de la universidad fuera de estos muros, cualidad que la ha caracterizado desde su fundación.
El modelo de polo terciario, que fue tomado en primer lugar como una forma explícita y luego como una forma espontánea, se ha ido consolidando en ausencia de políticas gubernamentales conscientes y ha llegado a ser un modelo de gran difusión originando una proliferación de sedes universitarias en áreas y lugares siempre con más articulación con el tejido urbano de la ciudad.
La universidad y el mito del regionalismo
Lo que resalta las consecuencias negativas del modelo recién descrito es el fracaso de este segundo modelo: “El mito del regionalismo”.
La delegación de poderes a las regiones en Italia, en 1972, representó una primera articulación institucional, aunque de forma administrativa, del territorio nacional, y la puesta en marcha del proceso de descentralización del Estado nación que estaba previsto en la Carta Constitucional de 1948.
El debate sobre el papel de las regiones, que comenzó mucho antes de 1972, afecta también la relación y el significado que las instituciones culturales mantienen con el territorio, y del sistema regional con los estudios universitarios.
Durante el llamado “mito regional” se constituyen varias universidades regionales: la Universidad de Calabria en Cosenza, la Universidad de Cagliari y la Universidad de Salerno. En Roma, este modelo se configura en la propuesta del Plan General de Ordenación del Territorio de 1962, y en la elección de construir un campus universitario en Tor Vergata (ubicado al este de Roma). Un complejo que abarca una superficie de casi 600 hectáreas después del GRA (Grande Raccordo Anulare, es decir el ramal tangencial que rodea la ciudad) en relación directa con la red viaria de la zona comercial y, por lo tanto, con las principales autopistas que llegan a Roma desde el norte (Roma-Florencia) y desde el sur (Roma-Nápoles). Un modelo de asentamiento que algunos declaraban antiurbano pero que en realidad expresaba la relación con una teoría urbana famosa en esos años que veía a la ciudad proyectada en una dimensión territorial que llegaba más allá de sus límites administrativos: la ciudad territorio (la ciudad región).
Por muchos años este complejo estuvo abandonado mientras que algunos lotes fueron invadidos por particulares para la construcción de viviendas. Así los primeros edificios universitarios en el área de Tor Vergata fueron construidos a principios de los años ochenta.
El área de Tor Vergata, por cierto, proponía un modelo de relación entre la ciudad y la universidad muy diferente al de la Ciudad Universitaria. Un modelo que resultó un fracaso en los primeros veinte años de vida, pues la Universidad Tor Vergata registró poco menos de 20 mil estudiantes en ese lapso. Los dos motivos principales para este suceso fueron: la deficiencia de los sistemas de infraestructura para la comunicación con el contexto urbano (más que nada la dificultad para acceder) y el lanzamiento del proceso de descentralización del sistema universitario que llevó a la reducción de la demanda de las áreas tradicionales de afluencia a la universidad romana, es decir, los ayuntamientos y las ciudades del sur de Italia.
La Universidad Tor Vergata, por sus complejas vicisitudes, representa un paradigma de la importancia de cómo los cambios en el sistema universitario influyen tanto sobre las modalidades de asentamiento como en las relaciones complejas y articuladas que la universidad puede establecer con el territorio.
La consecuencia de este fracaso fue la difusión de ese modelo natural que describíamos al principio. Debido al crecimiento exponencial de la demanda, las universidades empezaron a dispersarse en el tejido urbano (tanto remodelando viejos edificios como construyendo nuevos) en áreas siempre más alejadas de los límites de la Ciudad Universitaria.
Ese proceso de expansión sucedió bajo el impulso de una necesidad de mayores espacios. Fue así que en los primeros años de la década de los años noventa los lugares de investigación y enseñanza se habían desplazado a más de 50 sitios distintos, entre sedes principales y sucursales. Esta fragmentación tiene niveles de complejidad funcional e índices de hacinamiento que proyectan en la ciudad una falta de eficiencia y en poco tiempo llega a ser insostenible, lo que deriva en atención en la relación ciudad-universidad y aún más en la calidad de la oferta formativa, y aumenta la necesidad de tomar medidas estructurales para equilibrar la relación entre la universidad y la ciudad de Roma.
Bajo las circunstancias descritas se toma conciencia de una situación insostenible. Un dato relevante: la Universidad La Sapienza tenía casi 190 mil estudiantes, una ciudad dentro de la ciudad; por lo que fue y sigue siendo la universidad más grande de Europa.
Fue a principios de los años noventa que nuevamente se comenzó el proceso de acercamiento entre la ciudad y la universidad, un camino todavía en marcha.
La universidad en la ciudad
Como decíamos, podemos dividir el lanzamiento de este nuevo proceso en dos etapas: la primera a principio de los noventa, y la segunda, más intensa y todavía en marcha, a partir de los últimos años del siglo pasado. Este proceso surge de la necesidad de restablecer el equilibrio en La Sapienza, es decir, de la reducción de la población estudiantil. Dicho proceso, en su primera etapa, se concreta con la fundación de la tercera Universidad de Roma (en realidad la segunda universidad urbana) que abre sus puertas en 1992 y en pocos años alcanza los casi 20 mil estudiantes. Asimismo, Tor Vergata, que para aquel entonces llevaba más de diez años de actividad, en 1998 no alcanzaba los 15 mil estudiantes. La Università degli Studi Roma Tre nace en parte por necesidad y en parte por elección como universidad dislocada en la ciudad. Mayoritariamente se asienta en la que fue un área industrial de Roma, donde se utilizó el suelo y se remodelaron los edificios abandonados. El proceso de instalación de la Universidad condujo a una fuerte revitalización de un sector urbano que tenía características de periferia interna de la ciudad.
La segunda etapa comenzó en 1997 y sigue desarrollándose hoy en día gracias a la Ley 662/1996 que descongestiona las mega-universidades. Está caracterizada por un proceso de articulación de la universidad única de La Sapienza con una red de universidades federadas, y por la consecuente desarticulación de las sedes dentro de la ciudad gracias a la constitución de una estructura multipolar.
Università degli Studi La Sapienza. La Sapienza es un polo científico y cultural gigante: 4.900 profesores e investigadores, 21 facultades, 171 bibliotecas, 77 de ellas con más de 10 mil volúmenes, para un total de más de 4 millones y medio de volúmenes y 50 mil periódicos. A esto debemos sumarle su relación con 19 museos2, un recurso fundamental para la vida cultural y el desarrollo de la ciudad. Pero es una estructura que tiene niveles de congestión que producen un impacto urbano negativo: tráfico, estacionamientos, el nivel de la calidad de vida tanto para los habitantes de las áreas interesadas como para los trabajadores de la Universidad.
Con las medidas de la Ley 662/1996 se sancionaba el principio de la descentralización por medio de una red de universidades federadas, lo que dio lugar al repensamiento de las estrategias de localización según el modelo que hacía corresponder a esta red una zona territorial siguiendo un proyecto urbanístico diferente al modelo casual del pasado.
En este modelo no se abandona la histórica Ciudad Universitaria, que se transforma en el polo de referencia y representatividad, sino que se añaden a la estructura histórica dos directrices de desarrollo: una hacia el norte de Roma y la otra hacia la Via Tiburtina. A estos polos urbanos se flanquean otros, metropolitanos (Civitavecchia-Maccarese, Tevere Aniene) y regionales (Latina, Rieti).

Università degli Studi Roma Tre. La Tercera Universidad de Roma fue instituida en 1991 y su ubicación, en 1992, fue objeto de acuerdo con el ayuntamiento de Roma en el ámbito de la ley extraordinaria de Roma capital. Su asentamiento tuvo lugar en la zona de Ostiense, que se encuentra afuera de las antiguas murallas de la ciudad a lo largo del camino que lleva al mar, llamado Via Ostiense. A partir de 1883, cuando Roma es elegida como capital del Reino, el Estado Unitario destina esta zona como área industrial de la ciudad. En este lugar se ubican también los servicios para la ciudad: el gasómetro, la central eléctrica Montemartini, los mercados de interés nacional (mercati generali), el matadero.
A principios de los años cuarenta del siglo pasado empieza el proceso de traslado de las actividades industriales y sigue en la segunda fase de la posguerra. Así, a principios de los años noventa, toda la zona de Ostiense se encuentra vaciada de sus antiguas funciones y los edificios industriales aparecen como esqueletos desocupados dentro del tejido de la ciudad, que ya estaba consolidada.
Es en 1993 que la Universidad Roma Tre abre su primera facultad, la de Economía, reutilizando el edificio de una escuela primaria, la Nicoló Tommaseo. Empieza así un proceso de asentamiento, todavía en marcha, en construcciones que tuvieron otros usos y que tiene esta secuencia cronológica: (1996) la Facultad de Ciencias Matemáticas, Físicas y Naturales en la fábrica de la Óptica Mecánica Italiana (OMI); los departamentos de Ingeniería y Física en la Vasca Navale (edificio destinado a las experimentaciones del movimiento y del flujo del agua); la Facultad de Ingeniería en el galpón de la Sociedad Aerostática Avorio. (2000) la construcción de un nuevo edificio para la Facultad de Economía y para las oficinas del Rectorado en las áreas de las Vidrierías Bordoni. (2001) la Facultad de Letras en el establecimiento de la Alfa Romeo. (2002) reutilización de una parte del matadero del barrio Testaccio para las aulas de la Facultad de Arquitectura.
De esta manera, ocupando edificios industriales en desuso, se configura un modelo de asentamiento de tipo difuso dentro de un marco ya urbanizado cuya superficie total es, hoy en día, de aproximadamente 22 hectáreas, con una cubicación de casi 900 mil metros cúbicos, el 60% obtenidos gracias al reciclaje de antiguos edificios o asentamientos.
Hoy la universidad tiene cerca de 38 mil estudiantes y ocho facultades. La gestión de este proceso no se desarrolló con un proyecto urbanístico definitivo, sino por medio de la definición de un Master Plan (Proyecto Urbano Ostiense) redactado por el ayuntamiento y por medio de un acuerdo de programa (AdP)3 entre la universidad, el ayuntamiento, la región y la provincia. En los acuerdos se aclara el tipo de compromiso que cada ente habría de tomar, por ejemplo, en lo concerniente a la transferencia de la propiedad de los inmuebles. Pero también se definen las normas que hay que adoptar en la proyección del detalle, de las intervenciones y, siguiendo, el ajuste de la reglamentación urbanística general para la transformación funcional y física de los inmuebles. Entonces es un procedimiento en el que la construcción del escenario de referencia y su realización avanzan juntos.
No faltan críticas a este modelo que siempre aparece más como un proceso administrado por lógicas edilicias; es decir, que avanza por puntos y siguiendo las oportunidades ofrecidas por lógicas ajenas a éstas (disponibilidad o no de inmuebles o la propiedad de éstos) más que por el interesante principio de la fertilización cruzada4; seguido, al menos en las intenciones, por el ayuntamiento.
Algunos piensan que ésta fue una oportunidad perdida para elaborar un plan urbanístico completo y definido que incluyera la oportunidad de modelamiento urbano ofrecida por el asentamiento de la nueva universidad. Este proyecto de modelamiento tenía que extenderse a las áreas residenciales de los alrededores y definir una estrategia más amplia con polos contiguos: el eje Via Cristoforo Colombo-Eur, Appia Antica y parque del Tevere Sur.
En realidad, el proceso de asentamiento produjo una transformación, radical en algunos casos, de la antigua zona industrial, incluidos los concurridos barrios residenciales de los alrededores. Hoy en día, ante la apertura al público de las construcciones que fueron fábricas, se debate cada vez más sobre las antiguas particiones y divisiones perimetrales.
Durante estos últimos diez años se ha consolidado un proceso de asentamiento bajo lógicas particulares, más que generales. Lógicas que si por un lado han permitido un ajuste o equilibrio entre la ciudad y la universidad, por el otro han puesto en evidencia las faltas infraestructurales del acceso y ubicación de los servicios: instalaciones deportivas, comedores y bibliotecas.
Por todo esto, hoy en día necesitamos una visión general de este proceso de asentamiento para poder garantizar el fortalecimiento y la mejor eficacia entre las relaciones que se desarrollan dentro de la universidad.
El asentamiento de Roma Tre es un ejemplo de cómo un modelo difuso dentro de la ciudad puede constituir un ejemplo para la recuperación de zonas urbanas degradadas. Lo que alentó ese proceso fue, sin duda alguna, una política de universidad activa con la que ha recuperado espacios no utilizados para destinarlos a la cultura. Es el caso del Teatro Palladio y otros espacios que han sido recuperados y abiertos al público y la universidad se ha encargado de sostener los costos de gestión y programación cultural. La universidad también promocionó un plan específico con distintas acciones, aparentemente marginales pero significativas, de la relación que se pretende establecer por medio de la inserción de la universidad en la ciudad. En muchas de esas iniciativas han participado también los residentes y las asociaciones barriales.
Conclusión
Pasados 16 años desde que en 1994 en Roma se comenzaron las nuevas bases para la búsqueda de una relación distinta entre la ciudad y la universidad, se ha construido una según el modelo que hemos definido “universidad en la ciudad” y que llama la atención sobre asentamientos abandonados en la ciudad y en los modelos de tipo difuso que persiguen la tercerización de partes de ciudad. Tanto la Universidad La Sapienza, con el proceso de articulación en universidades federadas, como Roma Tre, han buscado, en colaboración con el ayuntamiento, desarrollar un proceso de asentamiento que mira a una mayor integración con la metrópoli. Este modelo corresponde al potencial atribuido a la universidad como factor de revitalización urbana pero también a la necesidad de remodelamiento de los edificios y de las áreas no utilizadas que se hallan en el tejido de la ciudad edificada en el siglo pasado.
Entregar a la Universidad este objetivo tan grande significa confiar en las potencialidades del sistema de las funciones, en sus ambigüedades y en su escasa definibilidad. Nos confiamos en la incertidumbre de las interacciones que el Sistema-Universidad determina ayudando al mantenimiento de distintos niveles de interacción en la relación ciudad-universidad.
De hecho nos confiamos en el contenido implícito del proyecto de transformación del existente, en las aporías que tiene. No hemos renunciado a configurar un dibujo de esta relación eligiendo un ajuste recíproco a lo largo del tiempo y del espacio.
Este proceso parcializado, además de favorecer lógicas puntuales y edilicias, muestra los malos funcionamientos del sistema de relaciones dentro del sistema de funciones y de servicios de la universidad. Es como si este ajuste recíproco hubiera favorecido relaciones con la ciudad pero con desventaja para una clara articulación de los lugares y de las relaciones internas de la misma universidad. Las inercias, las dificultades, los agotamientos, los malos funcionamientos típicos de la ciudad se reproducen hoy dentro de la Ciudad Universitaria que, en cierto sentido, está vencida al igual que la ciudad.
Las reformas recientes, especialmente la de 2010 sobre la reducción de la financiación pública del gobierno central y la consecuente política de restricción de los presupuestos de las universidades públicas, han cambiado el escenario de la relación entre las universidades y la ciudad. En particular se vislumbra la necesidad de una mayor concentración edilicia y una relación más estrecha entre las diversas sedes, como resultado de una política más eficaz del gasto relacionado con la gestión y mantenimiento de edificios. Si antes el desafío fue estructurar el sistema de relaciones, más que nada la accesibilidad a los servicios, para recomponer en parte la Ciudad Universitaria y con el objetivo de evitar que se descompusiera y debilitara el modelo formativo, hoy en día esta condición es en parte impuesta por la falta de recursos económicos.
1 “A poca distancia de la estación Termini en 1931 se inauguraba el Ministerio de la Aeronáutica en el territorio destinado a la Universidad, que será realizada en el cercano territorio demanial. La realización de la ciudad universitaria llevada a cabo en tres años fue financiada por la Ley 607/1932 y conducida por un consorcio de entes públicos y privados instituido por la ocasión. La realización de la universidad contribuye al relanzamiento del papel direccional del conjunto del sector urbano. A poca distancia se hallaban el Policlinico, el CNR, el Genio Civil y el Instituto Superior de Sanidad” (Cuccia, 1991: 121-122).
2 Los datos se refieren al PAG (Plan de Ordenación General) redactado por el Departamento de Arquitectura y análisis de la ciudad de la Universidad de los Estudios La Sapienza, comité técnico: Raffaele Panella, Stefano Guarano, Elio Piroddi.
3 Hasta hoy, los acuerdos de programa (AdP) estipulados son cuatro: 1993, 1998, 1999 y el último en 2004. El AdP es un proceso especial que permite realizar proyectos de transformación urbana con derogación al plan urbanístico vigente. Estos acuerdos tienen que ser aprobados por el ayuntamiento y por la región.
4 Este concepto fue formulado por Domenico Cecchini, concejal de urbanismo del ayuntamiento de aquel entonces: “En lugar de la mega Universidad tendrán que ser instituidos asentamientos distribuidos en todo el territorio metropolitano romano según un principio de fertilización cruzada: por un lado tendrán que apoyarse en estructuras territoriales fuertes, capaces de sostener el impacto de las nuevas funciones universitarias, por el otro tendrán que favorecer el proceso de remodelamiento de las áreas en las que se asienten” (Cecchini, 1997).
Bibliografía
CAUDO, Giovanni (1996). “La università di Roma: risorse per ripensare la città”. En: Archivio di Studi urbani e Regionali, n. 60-61. Milán: Franco Angeli Edizione.
CECCHINI, Domenico (1997). “Università e area Metropolitana”. En: Groma, año 2n, n. 1-2. Roma: Enero.
CUCCIA, Giuseppe (1991). Urbanistica, edilizia. Infrastrutture di Roma Capitale 1870-1990. Bari: Laterza.
PANELLA, Raffaele; GARANO, Stefano; PIRODDI, Elio (1998). PAG, Piano di Assetto Generale. Roma: Dipartimento di Architettura e Analisi della Città.
Cómo citar
APA
ACM
ACS
ABNT
Chicago
Harvard
IEEE
MLA
Turabian
Vancouver
Descargar cita
Visitas a la página del resumen del artículo
Descargas
Licencia
Derechos de autor 2011 Bitácora Urbano Territorial

Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución 4.0.
El contenido y las opiniones incluidas en los trabajos publicados por Bitácora Urbano\Territorialson de responsabilidad exclusiva de sus autores para todos los efectos, y no comprometen necesariamente el punto de vista de la Revista. Cualquier restricción legal que afecte los trabajos y su contenido (escrito y/o gráfico) es responsabilidad exclusiva de quienes los firman.Bitácora Urbano\Territorial se reserva el derecho de realizar modificaciones al contenido escrito y/o gráfico de los trabajos que se van a publicar, a fin de adaptarlos específicamente a requerimientos de edición.
Bitácora Urbano\Territorial está publicada bajo Licencia de Atribución de Bienes Comunes Creativos (CC) 4.0 de Creative Commons. El envío de colaboraciones a Bitácora Urbano\Territorial implica que los autores conocen y adhieren a las condiciones establecidas en esa licencia.






