Ciencia Política

Akal ha publicado en castellano el libro de Giuseppe Vacca, Vida y pensamiento de Antonio Gramsci, 1926-1937 (2020), el cual fue inicialmente publicado en italiano en el año 2012 gracias a la editorial Einaudi. Traducido por Antonio J. Antón Fernández, el libro presenta la propuesta del historiador Giuseppe Vacca sobre los años carcelarios de Antonio Gramsci desde su punto de vista personal y familiar. El autor lo hace a partir de decenas de cartas, ciertos textos anteriores a la cárcel, referencias bibliográficas y algunas citas precisas de los Cuadernos de la cárcel.

Lo que tenemos como propuesta intelectual en la pluma de Giuseppe Vacca es una disertación que se construye a partir de la descripción ascendente de los once años que purgó Gramsci en las cárceles italianas. En esos once años se desgranan y se consumen distintos dramas de Gramsci, de sus familiares y sus amigos, así como su proyecto político. Igualmente, se plantea una lectura del contexto histórico-político en el cual se despliega la crisis del marxismo como proceso político en curso, en un tiempo entreguerras y del estalinismo como régimen político excepcional, con una lógica expansiva y dominante en Europa y especialmente en Italia.

Los dramas de Gramsci se inician no con su sorpresivo apresamiento en el año 1926, sino que este drama fundamental es antecedido por la propuesta política original de Gramsci. Ligado este drama al tema de la famosa “cuestión meridional”, el cual fue distanciándolo de varios de sus camaradas, en un primer momento, el problema de la alianza se afirmó, para luego pasar a transformarse este tópico en los Cuadernos de la cárcel, a partir del descubrimiento original de la hegemonía como dirección intelectual y moral.

Al final de sus años carcelarios se despliegan en paralelo los intensos dramas de Gramsci, entre la alianza de obreros y campesinos, en 1926, y la hegemonía de los grupos y las clases subalternas. Estos dramas no fueron solo teóricos, con respecto a la definición conceptual de pensar de nuevo una alternativa a la derrota de la revolución obrera, sino que también son familiares: los silencios amplios de su esposa Julia Schucht, así como sus enfermedades y las crisis nerviosas padecidas a miles de kilómetros de distancia en Moscú con sus dos hijos; y la presencia constante de Tatiana Schutch, su cuñada, que no solo demuestra su afecto fiel, sino que es también una suerte de agente especial de la Unión Soviética para favorecer la liberación del prisionero.

Todo lo anterior se suma a los intensos dramas políticos: los intereses partidistas de Palmiro Togliatti para evitar la liberación de Gramsci, (el cual, antes de ser apresado, hizo públicas sus divergencias con respecto a las directrices del estalinismo en la crisis con Trotsky); y el proceso penal, que condenó a Gramsci a más de veinte años de cárcel, y que produjo repercusiones no solo en Italia, sino especialmente en la Unión Soviética, cuando en algún momento de la historia el drama del prisio-nero con sus enfermedades se hizo noticia.

Giuseppe Vacca nos va describiendo todo lo anterior en una relación in crescendo, que no termina con la muerte de Gramsci, sino que va más allá, pues se articula con los Cuadernos de la cárcel. Como lo referimos, el banco de prueba de toda la argumentación descansa en las cartas de Gramsci a sus familiares y amigos, así como las cartas por parte de los últimos. Con sus familiares el vínculo se organiza entre la familia Gramsci en Italia y la familia Schucht en la Unión Soviética; más en estos últimos, cuando estaba en cuestión la liberación de Gramsci por presión diplomática desde Moscú sobre el gobierno presidido por Benito Mussolini.

La relación con sus amigos llega a ser especialmente bien tratada por Giuseppe Vacca, porque se desconocía lo que pasó con su amigo más cercano, el profesor de economía de Cambridge, Piero Sraffa, y también lo que significó la distancia, la dilación y el silencio de un extraño Palmiro Togliatti en la lejana Unión Soviética. En efecto, Gramsci está solo casi incomunicado. Salvo por Piero Sraffa, quien nunca se distanció y le proveyó lo indispensable para sobrevivir: libros, revistas, recursos económicos, entre otros. Todo lo demás con sus camaradas se silenció porque Gramsci en la cárcel no tuvo amigos.

Leyendo el libro de Giuseppe Vacca se prueba, por un lado, la intensa soledad de Gramsci, así como las depresiones, las melancolías, los enojos, las distintas enfermedades que padeció: un ser sufriente golpeado por el pesimismo. De otro lado, se explora poco a poco ese laboratorio central que, pese a todo lo demás, fue la escritura intensa y constante de Gramsci en la cárcel. Sin embargo, subrayamos que no es este un libro sobre los Cuadernos de la cárcel, sino sobre la vida personal, familiar y la amistad de Gramsci en los años difíciles, en esa última década que lo condenó a la soledad y luego a la muerte de 1926 a 1937.

Es en ese sentido que el libro está inscrito en una propuesta integral que es novedosa: la vida privada e íntima de un líder político italiano, de un pensador solitario y de un intelectual orgánico de los grupos y las clases subalternas en la derrota entreguerras. En esta vida privada, íntima y solitaria, casi desengañada, se rescata particularmente la voz, la inteligencia y la presencia de una persona de la que poco conocíamos, Tatiana Schucht, cuñada de Gramsci y profesora de ciencias naturales de bachillerato.

Siguiendo el rastro de Tatiana Schucht, una mujer olvidada por la historia y de la cual el libro da pruebas de su rol fundamental en la última parte de la vida de Gramsci, en esos más de diez años, nosotros lectores podemos considerar la relevancia que ha tenido en la conformación de los Cuadernos de la cárcel. Tanto es así que bien podemos afirmar que la escritura de estos 33 cuadernos se debe en buena medida a la labor de acompañamiento físico, moral y afectivo que Tatiana Schutch le proveyó a un Gramsci abandonado por todos, salvo por dos grandes personas: por ella, primero, y por Piero Sraffa, después.

Los dieciocho capítulos del libro rescatan la historia de una amistad compartida entre Gramsci, Piero Sraffa y Tatiana Schutch. Mucho de lo que Gramsci consignó en sus Cuadernos de la cárcel nació de los comentarios, de las cartas y las confesiones que el preso compartió con Piero Sraffa en sus ocasionales visitas. Igualmente, cómo el afecto, la compañía y la dedicación permanente de su cuñada Tatiana Schutch le permitió a Gramsci retomar la escritura muchas veces, en momentos de desfallecimiento e indiferencia. Incluso a costa de la propia vida privada y de la juventud de ella, quien se entregó por entero a acompañar a su cuñado y a cuidar sus Cuadernos hasta su remisión a Moscú.

El libro de Giuseppe Vacca tiene una valía particular: la presencia constante y la lealtad probada hasta el final de Tatiana, una camarada y una amiga íntegra en la vida carcelaria de un ser solitario y melancólico. Sin el concurso generoso e interesado de Tatiana Schucht los Cuadernos de la cárcel seguramente no hubieran existido.