Borges y la última gota de la clepsidra

Borges and the last drop of the clepsydra

La clepsidra marca, con cada gota que cae y se pierde, el tiempo que es sucesión y fugacidad. En esa invención del hombre que es la medida del tiempo para ordenar su mundo, Borges intercala otra lógica: el tiempo de la experiencia humana, el tiempo cíclico, los tiempos simultáneos, el tiempo de Dios y la idea panteísta según la cual, un minuto puede cifrar el destino, o la eternidad. Esta lógica paradojal que también rige al palimpsesto, le permite a Borges, como un rapsoda moderno, volver a contar a Homero, a Virgilio, a Shakespeare, a Cervantes, a Whitman, a Stevenson, a Lugones... En la creación literaria coexisten los clásicos y su transformación; la eternidad y la última gota de la clepsidra, que es la muerte.

The clepsydra, with every drop that falls and is lost, measures time that is succesion and transience. In man’s invention of the measure of time for the ordering of his world, Borges introduces another logic: the time of human experience, cyclical time, simultaneous times, the time of God and the pantheistic idea according to which a minute may be the key to destiny or eternity. This paradoxical logic, which also governs the palimpsest, allows Borges, like a modern rhapsodist, to recount Homer, Virgil, Shakespeare, Cervantes, Whitman, Stevenson, Lugones... In literary creation the classics and their transformation coexist; eternity and the last drop of the clepsydra that is death.