Mirada Crítica a la Vivienda. Alternativas para habitar.

Editores invitados:

Marco Ernesto Cortés Diaz (Coordinador de la Maestría en Arquitectura de la Vivienda, Facultad de Artes, UNAL, Colombia)

Alejandro Guerrero Hurtado (UNAM, México)

La crisis de la vivienda en América Latina es un fenómeno persistente cuya complejidad se ha incrementado en los últimos años. A los problemas históricos de acceso a vivienda y hábitat adecuados para amplios sectores de la población en condiciones socioeconómicas precarias, y la incapacidad de la oferta formal para producir soluciones efectivas, se han sumado una nueva capa de inquietudes. La pandemia del COVID-19 ha revelado cuestionamientos sobre la calidad arquitectónica y la habitabilidad de las viviendas de la región; y recientemente la gentrificación, la turistificación y otras dinámicas especulativas del mercado inmobiliario han motivado movilizaciones ciudadanas exigiendo garantías para el derecho a la vivienda, el hábitat y a la ciudad frente a las lógicas del mercado.

Aspectos como la normativa urbana y la legislación, el papel de los diferentes actores en la dinámica de producción de la vivienda, los tipos de tenencia, las áreas mínimas, el creciente valor del suelo, las viviendas cada vez más costosas y con áreas reducidas, las limitaciones para la vida social, el relacionamiento de las escalas de proximidad barrial-vecinal, la conexión con el exterior y el contexto, la unívoca funcionalidad de los espacios interiores, e inclusive la imagen de ensueño de las viviendas ofrecidas por el mercado son susceptibles de una crítica que, sin embargo, presenta una serie de limitaciones: en algunos casos tiende a ser inexistente; en otros se limita a abordar la vivienda como un bien de mercado, sujeto exclusivamente a unas dinámicas de oferta y demanda; y en otros a desarrollarse de manera endógena, confinada a las agremiaciones profesionales y entornos académicos especializados.

El problema de la vivienda en perspectiva histórica: tendencias urbanas contemporáneas.

La construcción masiva de vivienda ha configurado un período de intensas transformaciones en las ciudades latinoamericanas, que inició en los años 80, en medio de un acelerado proceso de desindustrialización y tercerización económica, que han consolidado a la producción del espacio urbano como un área de inversión de excedentes de capital, vehiculado por instrumentos de captación y gestión de flujos financieros (Gasca, 2019; Pradilla, 2016). En ese contexto, el desarrollo de proyectos inmobiliarios residenciales a gran escala, en conjuntos habitacionales cerrados, ha operado cambios sustanciales en los tejidos urbanos de zonas centrales, a través de iniciativas de renovación o densificación de usos terciarios, a la vez que ha impulsado desarrollos masivos de vivienda social en ciudades intermedias y en la periferia metropolitana de grandes aglomeraciones, como Sao Paulo, Rio de Janeiro (Rolnik, 2018), Ciudad de México (Salinas, 2022), Quito (Hinojosa, 2018) y Buenos Aires (Apaloaza y Venturini, 2021).

La participación del Estado en este proceso ha sido fundamental, como agente articulador y facilitador para la incorporación de grandes promotores inmobiliarios en segmentos del mercado de vivienda tradicionalmente excluidos de la oferta habitacional formal. Desde comienzos de los años 90, el Estado orientó los objetivos de su política de vivienda a combatir el déficit cuantitativo, siguiendo el modelo chileno de subsidio a la demanda, incentivos al mercado privado de crédito y gestión del suelo a gran escala (Salinas, 2021).

La política de vivienda se ha limitado a la financiación de la producción privada, estableciendo criterios de asignación de presupuesto para la vivienda social que han priorizado la construcción del mayor número unidades habitacionales al menor costo posible, agudizando las condiciones de segregación urbana y sobredensificación del suelo. Debido a esto, es frecuente que se desarrollen productos inmobiliarios que, considerados sus atributos constructivos y la precariedad de su inserción al conjunto de la estructura urbana, no sean habitables, por lo que requieren desarrollos progresivos posteriores a cargo de los usuarios, desencadenando acciones de mejora propias de procesos informales (Torres, 2012) o, en última instancia, el abandono de las viviendas dados los costos insostenibles, las condiciones de localización o la inviabilidad de las condiciones para habitar dignamente, como se observa en el caso mexicano de grandes megaproyectos de vivienda (Martínez, 2017)

Por su parte, el esquema de financiación habitacional, que focaliza los subsidios a la demanda a grupos elegibles para el crédito hipotecario, sumado al acelerado crecimiento del precio del suelo y área edificada en la mayoría de ciudades de América Latina, han sentado las bases para nuevas oleadas de urbanización periférica en asentamientos de origen informal, ubicados en áreas de alto riesgo y sin acceso a servicios básicos, deteriorando la calidad de la vivienda para los grupos de menores ingresos.  

En síntesis, como señala Haramoto (1998), el esquema dominante de provisión de vivienda ha enfrentado el déficit cuantitativo sobre la base de la consolidación de mecanismos de segregación socio-espacial y el incremento del déficit cualitativo, no solo por la exclusión de los grupos de menores ingresos sino por el deterioro de las condiciones de habitabilidad de la vivienda nueva. Sin duda, este fenómeno abre nuevas perspectivas teórico-metodológicas para pensar problemas como la informalidad urbana, la organización de la industria de la construcción y los atributos constructivos y urbanísticos de la vivienda, con sus implicaciones sobre las formas de ocupación territorial a escala urbana y metropolitana.

Debido a esto, la crítica es una herramienta indispensable para el análisis de esta problemática, la búsqueda de alternativas y el enriquecimiento de la discusión. Por ello, desde este dossier invitamos a los autores a enviar sus contribuciones.

Las preguntas que orientan este número son: ¿qué aspectos de la dinámica actual de la vivienda son susceptibles de una crítica profunda?, ¿qué alternativas para el habitar se pueden formular a partir de la crítica a estos aspectos?, ¿cómo lograr que estas críticas y alternativas trasciendan de los espacios académicos endógenos, para tener un mayor impacto dentro de las discusiones más amplias relacionadas con la vivienda y el hábitat?, ¿de qué forma se articulan los mercados formales e informales de vivienda a escala local, urbana y metropolitana?, ¿cómo se articula el Estado con los agentes urbanizadores para la financiación, construcción y promoción de vivienda en ciudades intermedias y áreas metropolitanas? y ¿de qué forma los movimientos urbano-populares crítican los modelos dominantes de acceso a la vivienda y desarrollan alternativas para la producción y mejoramiento del hábitat?

Fechas de la convocatoria:

Apertura: 1 de agosto (6 hrs. Col)

Cierre: 1 de septiembre (18 hrs. Col)

Bibliografía:

Abalos, I. (2001). Buena Vida. Barcelona: Gustavo Gili.

Apaolaza, R. y Venturini, J. (2024). La conquista inmobiliaria de las periferias urbanas: fronteras de inversión y resistencia popular en el Área Metropolitana de Buenos Aires.

Gasca, J. (2019). Circuitos globales de la financiarización del sector inmobiliario y procesos emergentes en la producción del espacio urbano. En GASCA, J. (coordinador). Capital Inmobiliario: producción y transgresión del espacio social en la ciudad neoliberal. Ciudad de México: Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM

Haramoto, E. (1998). Conceptos básicos sobre vivienda y calidad. Santiago: Instituto de la Vivienda FAUU de Chile.

Heidegger, M. (1975). Construir, habitar, pensar. Teoría, (5-6), ág-150.

Hinojosa, J. (2022). Más allá de los datos exitosos. La materialización de la política habitacional en Ecuador del 2007 al 2017. Yeiyá, Revista de Estudios Críticos, 3(2), 197-208.

Klein, A. (1980). Vivienda mínima: 1906-1957. Barcelona: Gustavo Gili.

Madden, D. J., & Marcuse, P. (2018). En defensa de la vivienda. Capitán Swing.

Martínez, A.(2017). Vivienda en abandono. Análisis socio espacial de la vivienda abandonada en México. Territorios en formación, (12), 41-54.

Monteys, X., & Fuertes, P. (2001). Casa collage. Un ensayo sobre la arquitectura de la casa. Barcelona: Gustavo Gili.

Pallasmaa, J. (2016). Habitar. Barcelona: Gustavo Gili

Pradilla, E. (2016). Zona Metropolitana del Valle de México: cambios demográficos, económicos y territoriales. Ciudad de México: Universidad Autónoma Metropolitana

Rolnik, R. (2018). La guerra de los lugares: La colonización de la tierra y la vivienda en la era de las finanzas. Santiago de Chile: LOM ediciones.

Rybczynski, W. (1989). La casa. Historia de una idea (Vol. 3). Editorial Nerea.

Torres, C. (2012). Producción y transformación del espacio residencial de la población de bajos ingresos en Bogotá en el marco de las políticas neoliberales (1990-2010). Ciudades: Revista del Instituto Universitario de Urbanística de la Universidad de Valladolid, (15), 227-255.

Salinas, L. (2022). Financiarización subordinada. El mercado hipotecario de la vivienda social en México. Investigaciones geográficas, (107).

Salinas, L. (2021). Procesos urbanos en la Ciudad de México: en la gentrificación y la expansión de la periferia. Ciudad de México: Ediciones Monosílabo