Autoría propia

Publicado

2022-12-26

Balance de 45-años de un posgrado en planificación

45-year learnings from a postgraduate degree in planning

45-ans d'apprentissages d'un diplôme de troisième cycle en urbanisme

Aprendizados de 45-anos de uma pós-graduação em planejamento

DOI:

https://doi.org/10.15446/bitacora.v33n1.104444

Palabras clave:

planificación urbana, diseño urbano, programas de educación, ciencias de la educación (es)
Urban planning, urban design, education programs, pedagogy (en)
urbanisme, design urbain, Programmes d'éducation, Pédagogie (fr)
Planejamento urbano, Design urbano, Programas de educação, Pedagogia (pt)

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Autores/as

Desde hace décadas, en los países desarrollados, la planificación urbana y regional constituye un campo definido del conocimiento y una disciplina reconocida profesionalmente. En Colombia, sin embargo, epistemológicamente este campo aún está lleno de incertidumbres y entrecruzamientos con disciplinas como el diseño urbano y el campo ambiental. Este trabajo sintetiza 45 años de un programa de posgrado en Planeación Urbana y Regional en Bogotá, mostrando sus procesos de autoevaluación, cambios de plan de estudios y procesos curriculares ante las autoridades educativas del país. Esta historia muestra cómo, ante la ausencia de un gremio de planificadores y un consejo de acreditación disciplinar en el país, el programa ha estado cambiando de enfoque e intentando de diferentes maneras cumplir con los requerimientos de producción académica exigidos por estándares nacionales generalistas y poco flexibles con las particularidades de cada campo. Más retador aún ha sido que, ante la ausencia de contenidos mínimos exigidos por el gremio, en los últimos 20 años ha existido localmente un proceso de creación de varios nuevos programas con diferentes enfoques y contenidos que ponen en la incertidumbre a los profesionales interesados en el campo, y comprometen la sostenibilidad de los programas existentes.

In developed countries, urban and regional planning has been a defined field of knowledge and a discipline of professional practice for decades. In Colombia, however, epistemologically this field is still full of uncertainties and intersections with disciplines such as urban design and the environmental field. This paper compiles 45 years of a postgraduate program in Urban and Regional Planning in Bogotá through its self-assessment processes, changes in the study plan and curricular processes before the educational authorities of the country. This story shows how, in the absence of a union of planners and a disciplinary accreditation council in the country, the program has been changing its focus and trying in different ways to meet the academic production required by general and inflexible national standards, that do not consider the particularities of each field. It has been even more challenging that, in the absence of a minimum content required by a professional association, in the last 20 years there has been a process of development of several new programs with different approaches and content that let professionals that were interested in the field in uncertainty, and compromised the sustainability of the existing degrees.

Depuis des décennies, dans les pays développés, l’aménagement du territoire a constitué un champ de connaissance défini, et une discipline professionnellement reconnue. En Colombie, cependant, épistémologiquement, ce domaine est encore plein d’incertitudes et d’intersections avec des disciplines telles que le design urbain et le domaine de l’environnement. Ce travail synthétise 45 ans d’un programme de troisième cycle en planification urbaine et régionale à Bogotá montrant ses processus d’auto-évaluation, les changements dans le plan d’études et les processus curriculaires devant les autorités éducatives du pays. Cette histoire montre comment, en l’absence d’un syndicat de planificateurs et d’un conseil d’accréditation disciplinaire dans le pays, le programme a changé d’orientation et tenté de différentes manières de répondre aux exigences de production académique exigées par des normes nationales générales et inflexibles, des particularités de chaque domaine. Encore plus difficile a été qu’en l’absence de contenu minimum requis par le syndicat, au cours des 20 dernières années, il y a eu localement un processus de création de plusieurs nouveaux programmes avec des approches et des contenus différents qui ont mis les professionnels intéressés par le domaine
dans l’incertitude, et qui ont compromis la pérennité des programmes existants.

Durante décadas, nos países desenvolvidos, o planejamento urbano e regional constituiu um campo de conhecimento definido e uma disciplina profissionalmente reconhecida. Na Colômbia, porém, epistemologicamente esse campo ainda é repleto de incertezas e intersecções com disciplinas como o desenho urbano e o campo ambiental. Este trabalho sintetiza 45 anos de um programa de pós-graduação em Planejamento Urbano e Regional em Bogotá, mostrando seus processos de autoavaliação, mudanças no plano de estudos e processos curriculares perante as autoridades educacionais do país. Essa história mostra como, na ausência de uma união de planejadores e de um conselho de acreditação disciplinar no país, o programa vem mudando seu foco e tentando de diferentes formas atender às exigências de produção acadêmica exigidas por normas nacionais gerais e inflexíveis com as particularidades de cada campo. Ainda mais desafiador foi que, na ausência de conteúdo mínimo exigido pelo sindicato, localmente nos últimos 20 anos houve um processo de criação de vários novos programas com diferentes abordagens e conteúdos que colocam em incerteza os profissionais interessados na área, e comprometeram a sustentabilidade dos programas existentes.

04_104444

Balance de 45-años de un posgrado en planificación[1]

Informing about a 45-year postgraduate degree in planning

Balanço de 45 anos de pós-graduação em planejamento

Solde de 45 ans d’un diplôme de troisième cycle en planification

Juan G. Yunda

Pontificia Universidad Javeriana

yunda.j@javeriana.edu.co

https://orcid.org/0000-0002-3459-6880

Cómo citar este artículo:

Yunda, J. G. (2023). Balance de 45-años de un posgrado em planificación. Bitácora Urbana Territorial, 33 (I): 61-75. https://doi.org/10.15446/bitacora.v33n1.104444

Fuente: Autoría propia

Recibido: 24/08/2022

Aprobado: 22/10/2022

ISSN electrónico 2027-145X. ISSN impreso 0124-7913. Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

(1) 2023: -75

[1] Documento derivado de experiencia de trabajo en la Pontificia Universidad Javeriana.

Autor

04_104444

Autor

Juan G. Yunda

Director de la Maestría en Planeación Urbana y Regional de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá. Es Doctor en Planificación Urbana y Regional de la Universidad de Texas en Austin, Arquitecto de la Universidad Nacional de Colombia y Magíster en Diseño y Planificación Urbana de la Universidad Bauhaus-Weimar, en Alemania y la Universidad Tongji en Shanghái. Su investigación se enfoca en la forma urbana, usos de suelo y equidad social. Ha realizado consultorías de diseño, política pública e investigaciones sobre urbanismo en Alemania, Estados Unidos, China y Colombia. Ha recibido honores y becas de instituciones como la Comisión Fulbright, La Comisión Europea y el Ministerio de Ciencias de Colombia.

Resumen

Desde hace décadas, en los países desarrollados, la planificación urbana y regional constituye un campo definido del conocimiento y una disciplina reconocida profesionalmente. En Colombia, sin embargo, epistemológicamente este campo aún está lleno de incertidumbres y entrecruzamientos con disciplinas como el diseño urbano y el campo ambiental. Este trabajo sintetiza 45 años de un programa de posgrado en Planeación Urbana y Regional en Bogotá, mostrando sus procesos de autoevaluación, cambios de plan de estudios y procesos curriculares ante las autoridades educativas del país. Esta historia muestra cómo, ante la ausencia de un gremio de planificadores y un consejo de acreditación disciplinar en el país, el programa ha estado cambiando de enfoque e intentando de diferentes maneras cumplir con los requerimientos de producción académica exigidos por estándares nacionales generalistas y poco flexibles con las particularidades de cada campo. Más retador aún ha sido que, ante la ausencia de contenidos mínimos exigidos por el gremio, en los últimos 20 años ha existido localmente un proceso de creación de varios nuevos programas con diferentes enfoques y contenidos que ponen en la incertidumbre a los profesionales interesados en el campo, y comprometen la sostenibilidad de los programas existentes.

Palabras clave: planificación urbana, diseño urbano, programas de educación, ciencias de la educación

Abstract

In developed countries, urban and regional planning has been a defined field of knowledge and a discipline of professional practice for decades. In Colombia, however, epistemologically this field is still full of uncertainties and intersections with disciplines such as urban design and the environmental field. This paper compiles 45 years of a postgraduate program in Urban and Regional Planning in Bogotá through its self-assessment processes, changes in the study plan and curricular processes before the educational authorities of the country. This story shows how, in the absence of a union of planners and a disciplinary accreditation council in the country, the program has been changing its focus and trying in different ways to meet the academic production required by general and inflexible national standards, that do not consider the particularities of each field. It has been even more challenging that, in the absence of a minimum content required by a professional association, in the last 20 years there has been a process of development of several new programs with different approaches and content that let professionals that were interested in the field in uncertainty, and compromised the sustainability of the existing degrees.

Keywords: urban planning, urban design, educational programmes, educational sciences

Resumo

Durante décadas, nos países desenvolvidos, o planejamento urbano e regional constituiu um campo de conhecimento definido e uma disciplina profissionalmente reconhecida. Na Colômbia, porém, epistemologicamente esse campo ainda é repleto de incertezas e intersecções com disciplinas como o desenho urbano e o campo ambiental. Este trabalho sintetiza 45 anos de um programa de pós-graduação em Planejamento Urbano e Regional em Bogotá, mostrando seus processos de autoavaliação, mudanças no plano de estudos e processos curriculares perante as autoridades educacionais do país. Essa história mostra como, na ausência de uma união de planejadores e de um conselho de acreditação disciplinar no país, o programa vem mudando seu foco e tentando de diferentes formas atender às exigências de produção acadêmica exigidas por normas nacionais gerais e inflexíveis com as particularidades de cada campo. Ainda mais desafiador foi que, na ausência de conteúdo mínimo exigido pelo sindicato, localmente nos últimos 20 anos houve um processo de criação de vários novos programas com diferentes abordagens e conteúdos que colocam em incerteza os profissionais interessados na área, e comprometeram a sustentabilidade dos programas existentes.

Palavras-chave: planejamento urbano, design urbano, programas de educação, ciências da educação

Résumé

Depuis des décennies, dans les pays développés, l’aménagement du territoire a constitué un champ de connaissance défini, et une discipline professionnellement reconnue. En Colombie, cependant, épistémologiquement, ce domaine est encore plein d’incertitudes et d’intersections avec des disciplines telles que le design urbain et le domaine de l’environnement. Ce travail synthétise 45 ans d’un programme de troisième cycle en planification urbaine et régionale à Bogotá montrant ses processus d’auto-évaluation, les changements dans le plan d’études et les processus curriculaires devant les autorités éducatives du pays. Cette histoire montre comment, en l’absence d’un syndicat de planificateurs et d’un conseil d’accréditation disciplinaire dans le pays, le programme a changé d’orientation et tenté de différentes manières de répondre aux exigences de production académique exigées par des normes nationales générales et inflexibles, des particularités de chaque domaine. Encore plus difficile a été qu’en l’absence de contenu minimum requis par le syndicat, au cours des 20 dernières années, il y a eu localement un processus de création de plusieurs nouveaux programmes avec des approches et des contenus différents qui ont mis les professionnels intéressés par le domaine dans l’incertitude, et qui ont compromis la pérennité des programmes existants.

Mots-clés: aménagement urbain, conception urbanistique, enseignement professionnel, sciences de l’éducation

Introducción

En la literatura latinoamericana existen pocas reflexiones sobre la enseñanza de la planeación. En el entorno anglosajón, es un tema de constante reflexión en revistas como Journal of Planning Education and Research (JPER) y Planning Theory & Practice. Sin embargo, la mayoría de los artículos están dedicados a la epistemología de la planeación, al currículum o a metodologías pedagógicas, más que a experiencias de programas puntuales. Es importante mencionar que en Estados Unidos existe la Planning Accreditation Board (PAB)[1][2], un consejo especializado que verifica la calidad de la enseñanza y su relación con la práctica profesional. La PAB garantiza la existencia de un núcleo de conocimiento común para todo el país, demostrado a través de las ‘especializaciones’ que existen en la mayoría de currículos (Dawkins, 2016; Miller & Westerlund, 1990). En cuanto a reflexiones específicas, se destaca la de Hemmens (1988) sobre 30 años del programa de planeación en la Universidad de Chicago. En Latinoamérica, se destaca la reflexión sobre la trayectoria de la educación en urbanismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, de Flores Peña (2011). Finalmente, se resaltan las discusiones epistemológicas anglosajonas sobre las tensiones entre planeación y diseño urbano, para lo cual es muy interesante revisar el debate de 2011 en JPER, motivado por el artículo titulado “Where Do Planners Belong? Assessing the Relationship between Planning and Design in American Universities” (Anselin et al., 2011), así como sus respuestas: “Commentary: Is urban design still urban planning? An exploration and response” (Gunder, 2011) y “Commentary: Planning and Design—Oil and Water or Bacon and Eggs?” (Steiner, 2011).

Como contribución a este vacío, se presenta el siguiente texto que recoge la experiencia de 45 años del programa de Maestría en Planeación Urbana y Regional (MPUR) de la Pontificia Universidad Javeriana en Bogotá (PUJ). Este texto fue realizado utilizando el archivo del programa que contiene planes de estudio, sílabos, correspondencia y fotografías que datan de 1974 a 2012 y reposan en veinte archivadores en la oficina del programa en la Facultad de Arquitectura y Diseño. Para la información reciente se revisaron los documentos digitales del repositorio institucional y el sistema de información académica. También se revisaron los documentos oficiales de renovación de registro calificado y autoevaluación, y se realizaron conversaciones no estructuradas con los participantes de los procesos. Se solicitan disculpas si se omiten individuos relevantes.

Roberto Rodríguez Silva y los Orígenes del Programa en la Facultad de Estudios Interdisciplinares (FEI), 1975-1994

El primer programa de posgrado en este campo que se ofreció en el país fue la Maestría en Estudios Urbano-Regionales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), sede Medellín, en 1967. Para esta misma época, en la PUJ se realizó un seminario de diseño urbano, dirigido por Monica Fouad de Roweis, quien trabajaba en la Boston Redevelopment Authority. Fruto de este seminario, se produjo un programa de posgrado en diseño urbano elaborado por la misma Fouad, Pedro Polo, Juan Ferroni, y Roberto Rodríguez Silva (Mendoza Laverde, 2001, p. 104). Roberto Rodríguez Silva era para la época decano de la Facultad de Arquitectura y, durante este tiempo, se graduó de un posgrado en Planeación Urbana y Regional en el Massachussets Institute of Technology. Además de su trabajo en la academia, había trabajado como arquitecto con Carlos Arbeláez Camacho en el Ministerio de Obras Públicas y había sido, en su faceta de urbanista, el diseñador del reconocido proyecto de vivienda Polo Club en Bogotá. También, como planificador, fue director del Departamento Administrativo de Planeación de Bogotá (DAPD) y fue el primer director y fundador de la oficina de planeación de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR). Esta experiencia explica su preocupación por los temas urbanos y por la falta de un programa de educación, avanzado sobre este tema, en Colombia.

Para materializar su idea, Rodríguez Silva empezó a trabajar con el Padre Alfonso Borrero Cabal S. J. en lo que sería la MPUR a través de un posgrado ofrecido por la FEI que se fundó para estudiar las necesidades de desarrollo integral del país desde un ámbito multidisciplinario, por lo cual se compuso de cuatro unidades: Salud, Educación, Planeación Urbana y Regional, y Ciencias Jurídicas (Pontificia Universidad Javeriana, 1974). Dentro de las justificaciones para este posgrado se resaltan las siguientes: no existía un programa similar en Colombia, los estudios en la disciplina dentro del país se encargaban a consultoras internacionales por falta de personal idóneo local y se necesitaba de una aproximación a la planeación propia del país y con soluciones a la medida de sus particularidades. El programa inició con seis áreas de investigación: marginalidad, transporte, vivienda, planeación urbana y sus relaciones con la planeación regional y nacional, administración, y el problema ecológico. Se iniciaron las clases en el primer semestre de 1975 (Pontificia Universidad Javeriana, 1974, p. 73) y Rodríguez Silva asumió como su primer director.

Posteriormente, hacia inicios de la década de los ochenta, Darío Galindo y Julio Burbano trabajaron en la FEI en el diseño y reglamentación de sus posgrados ante el ICFES, a través del Acuerdo 167 de 1985. Más adelante, en 1990 se creó dentro de la FEI la Unidad de Desarrollo Ambiental, a la cual fue adscrita la MPUR bajo la dirección de Carlos Fonseca. Esto reorientó el programa para tener un mayor énfasis en lo ambiental. Este cambio se formalizó con la desaparición de la FEI, debido a que su estructura no favorecía la interdependencia de sus programas con otras unidades de la universidad (Von Arcken, 2001, p. 46).

Para ese momento, el programa ya contaba con cerca de veinte egresados, dentro de los cuales se destacan el Padre Gabriel Jaime Pérez Montoya S. J., y el Padre Gilberto Cely Galindo S.J. También, Camilo Mendoza Laverde, profesor de la PUJ y escritor de varios libros, entre los cuales se destaca la historia de la Facultad de Arquitectura y Diseño (2001).

El Énfasis Ambiental del Instituto de Estudios Ambientales (IDEADE), 1994-1998

Durante aquellos años, a nivel nacional se la expidió la Ley 99 de 1993, “Por la cual se organiza el Sistema Nacional Ambiental”. Esto crea la necesidad de realizar estudios y de formular planes regionales en materia ambiental. Para responder al nuevo reto, la PUJ crea el IDEADE, al cual fueron adscritas las maestrías del disuelto FEI, en Saneamiento y Desarrollo Ambiental y la MPUR (Von Arcken, 2001, p. 65).

La MPUR duró aproximadamente cuatro años adscrita al IDEADE, y una reflexión del proceso de autoevaluación escrita por Berta Von Arcken (1997), coordinadora de la MPUR entre 1995 a 1998, permite intuir algunas características y coyunturas del programa durante los años noventa. Antes de esta transición, el programa estaba claramente enmarcado en un ámbito generalista y multidisciplinar, pero en su paso al IDEADE el perfil cambió hacia la sensibilización del aporte de otras disciplinas en la comprensión de la problemática ambiental, la cual no necesariamente coincidía con el interés de muchos estudiantes.

Para armonizar los diferentes antecedentes de los estudiantes con los intereses de investigación de los profesores del IDEADE, se introdujo en 1995 a la MPUR el primer seminario formal sobre Metodología de la Investigación. Pero, a pesar de estos esfuerzos, en la MPUR, durante su paso por el IDEADE, se percibió constantemente una desconexión entre las características de los estudiantes y el diseño curricular. Los estudiantes deseaban centrarse en lo técnico y lo operativo, frente a un interés del instituto más en lo crítico y reflexivo. Esto se demuestra en los comentarios de estudiantes que sugirieron mayor aplicación de los temas a situaciones reales y salidas de campo; además de reclamar mayor articulación entre las asignaturas y más aplicaciones para el caso urbano —en contraste con el enfoque rural y ambiental del IDEADE (Von Arcken, 1997) —. A pesar de esta crítica, la MPUR tuvo una importante producción académica a través del trabajo de profesores como Alegría Fonseca, destacada ambientalista de la época, Hernando Gómez Serrano, quién sería alcalde local de Chapinero en dos oportunidades, el académico ambientalista Orlando Sáenz Zapata.

Los “Años Dorados” en la Facultad de Arquitectura y Diseño, 1998-2004

Paralelamente, Roberto Rodríguez Silva y Pedro Polo en 1991 con el marco de la Ley 9 de 1989, Ley de Reforma Urbana, intentaron crear un posgrado en Diseño Urbano en la Facultad de Arquitectura y Diseño de la PUJ que no tuvo mucha acogida. Como principal referente de esta propuesta estaba la recién creada Maestría en Urbanismo de la UNAL sede Bogotá, que data de 1990; la maestría tenía un plan de estudios de cuatro semestres que incluía clases teóricas sobre historia y teoría urbana, planificación y gestión, dos talleres de proyecto urbano y seminarios de instrumentos de investigación, para concluir con una tesis (Escuela de Planeación Urbano-Regional, 2007). Este plan de estudios en diseño urbano denotaba un enfoque del programa hacia el estudio ciudad desde su morfología, posiblemente influenciado por las teorías de la escuela italiana, ejemplificada por autores como Leonardo Benevolo (1992) y Aldo Rossi (1982).

Posiblemente, Rodríguez Silva quería contraponer a este enfoque un programa más enfocado en el pensamiento anglosajón, que combinaba lo formalista con una mirada sistémica a través de la estadística y la computación. Sin embargo, como se verá, posteriores currículos de la MPUR se acercarán nuevamente al modelo de la UNAL.

Con la expedición de la Ley 388 de 1997, que definió un nuevo instrumento que debieron formular los municipios —el Plan de Ordenamiento Territorial (POT)—, el país requirió un nuevo enfoque para la enseñanza de la planeación territorial. Por esta razón, y tras los conflictos epistemológicos en la IDEADE, la MPUR se incorporó bajo el liderazgo de Rodríguez Silva al paraguas académico de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la PUJ en 1998.

Desde esta nueva facultad, la MPUR tuvo un énfasis en ‘Desarrollo Inmobiliario’ (M.D.I.) que respondió al convenio de doble titulación con la Maestría en Dirección de Empresas Constructoras e Inmobiliarias de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), con la dirección del doctor Álvaro Monsalve Sáenz. Monsalve era arquitecto javeriano y doctor en teoría de la planeación de la RWTH en Aachen, Alemania; además, fue subdirector del Instituto Nacional de Vivienda de Interés Social y Reforma Urbana INURBE y ejerció como primer director de la MPUR en esta etapa. Sin embargo, Monsalve no pudo ejercer mucho tiempo la dirección por su retiro de la PUJ. Por lo tanto, desde el 5 de octubre de 1998 la dirección de la MPUR la asumió la doctora Patricia Rentería. Rentería era arquitecta de la Universidad de Valle y doctora en Arquitectura de la Universidad La Sapienza en Roma. Fue docente en la UNAL y fue asesora en planeación de entidades como el Departamento Nacional de Planeación, la ONU y el INURBE (ver Figura 1).

El plan de estudios de la MPUR-M.D.I. tenía ocho trimestres con una intensidad de 12 horas por semana, para un total de 1,000 horas de docencia y 46 créditos. Las clases eran dictadas los martes y jueves por la tarde y los sábados en la mañana. La M.D.I., al igual que el programa español con el que tenía convenio, tenía cinco áreas de enseñanza: planeación urbana y regional, desarrollo inmobiliario, derecho inmobiliario y de la construcción, ética inmobiliaria y metodología de la investigación, y se exigía un trabajo de tesis para culminar el programa.

Paralelamente, Rodríguez Silva planteó un segundo énfasis en ‘Diseño Urbano’ (M.D.U.), cambiando el campo de enseñanza del programa sin necesidad de cambiar el nombre. Propuso un plan de estudios de cinco trimestres con 30 horas de trabajo semanal y 42 créditos, que incluía cuatro talleres de proyectos especiales, seis seminarios sobre historia y diseño urbano y tres electivas. Se destacan un curso sobre principios de estadística aplicada al diseño y otro curso de técnicas de cómputo. Para el año 2000, cuando efectivamente inició clases el M.D.U., se modificaría el plan de estudios para pasar de módulos a asignaturas, por lo cual resultaron 38 asignaturas de uno o dos créditos en seis áreas: planeación urbana y regional, gestión urbana, medio ambiente, ética, proyecto de diseño urbano e investigación. Estas áreas buscaban que el estudiante tuviera nociones de la multiplicidad de aspectos que contempla el diseño urbano, tales como la economía urbana, la movilidad, el medio ambiente, la cultura, y los aspectos legales. Nuevamente se destaca la pionera inclusión de asignaturas sobre instrumentos de análisis y evaluación, y computación gráfica y simulación de proyectos, que incluía las primeras clases en Sistemas de Información Geográfica (SIG).

De las metodologías de docencia se destaca, primero, la importancia de los tres talleres de proyectación urbana ideados por Rodríguez Silva, que desarrollaban propuestas de diseño a escalas sucesivas, regional, urbana y local. Cada taller contaba con dos profesores directores acompañados por un ‘comité de énfasis’ integrado por entre cinco a ocho profesores asesores. También se iniciaron los ‘juegos de simulación urbana’, que se organizaban dos veces al año y en los cuales los estudiantes, sobre la base de un caso real, asumían los roles de diferentes actores de los procesos de planeamiento: como estado, propietarios del suelo, empresas inmobiliarias y arquitectos diseñadores. El resultado del rápido e intenso trabajo de estudiantes, profesores e invitados incluía una propuesta de diseño acompañada de un detallado esquema de gestión y financiación, y era entregado y presentado a un cliente.

En cuanto a los docentes durante este tercer periodo, tuvo en su mayoría conocidos arquitectos enfocados a la praxis del diseño urbano, como Roberto Rodríguez Silva, Alejandro Henao, Fernando Montenegro, Daniel Bonilla, Mario Noriega, Andres Ortiz Gómez o Francisco Jácome. Hubo otros profesores enfocados en lo multidisciplinar: en lo económico, Oscar Alfonso y Humberto Molina; en la movilidad, Jorge Matiz, Ana Luisa Flechas y Ricardo Montezuma; en hábitat con Doris Tarchópulos y Beatriz García, y, en la teoría e historia urbana, Alberto Saldarriaga y Fabio Zambrano. Durante la etapa de los dos énfasis, la colaboración con la UPM y las redes personales de los profesores de la MPUR facilitaron que se organizaran eventos con la presencia de invitados internacionales y la realización de consultorías. Entre los invitados internacionales se destacan Giorgio Lombardi de la Università Luav di Venezia, Santiago Cirugeda de España, y John Betancur de la Universidad de Illinois-Chicago. Entre las consultorías se destaca la planeación y diseño para el proyecto de reubicación de la población de Bellavista, municipio de Bojayá, Chocó (ver Figura 2).

En relación con los egresados, se destacan algunos que serían más adelante profesores de la PUJ, como Gonzalo Correal y Costanza Ordoñez -primeros egresados en esta nueva etapa-, Roberto Cuervo, Carlos Vanegas, y Ioannis Alexiou. También se destacan Ana María Henao, directiva de la CCB, Guillermo Ávila Barragán, quien sería secretario de planeación de Cartagena de Indias, y Edwing Bueno Loaiza, planificador y docente en Buenaventura, Valle del Cauca.

La Primera Revisión Curricular, 2005-2012

Bajo el esquema de dos énfasis, el programa funcionó seis años con un promedio de entre 15 a 20 estudiantes por cohorte, hasta 2004, cuando se formuló un nuevo plan de estudios, respondiendo a la necesidad de adecuar el programa a los nuevos requisitos y procedimientos para los programas de maestría y doctorado del Decreto 916 de 2001 del Ministerio de Educación Nacional (MEN), y del Decreto 808 de 2002, que reglamentó los créditos académicos. Esta propuesta tuvo que ser también desarrollada en armonía con la Misión y Proyecto Educativo y el reglamento de Unidades Académicas de la PUJ.

De acuerdo con la reforma (Rentería, 2003), las directrices del MEN llevaron reducir el número de asignaturas del programa y a establecer una rama investigativa que no existía. Esto requirió crear una serie de líneas de investigación y un grupo de investigación que le tributara a la MPUR, denominado ‘Ciudad y Territorio’. Como líneas de investigación se propusieron: cultura y vida urbana, ciudad-región, y espacio y territorio. Para la época, el grupo tenía 11 investigaciones terminadas o en curso, dos de las cuales tenían financiación de Colciencias, que resultaron en el conocido libro de investigación Patrones urbanísticos y arquitectónicos en la vivienda dirigida a sectores de bajos ingresos en Bogotá (Tarchópulos & Ceballos, 2005).

El plan de estudios fue aprobado por la Resolución 2830 del 14 de julio de 2005 del MEN, y se planteó con 58 créditos para ser cursados en cuatro semestres con 960 horas de docencia total. De esta reforma, se destaca, en primer lugar, la continuidad de los tres talleres de proyectación en tres escalas sucesivas, las asignaturas teóricas que se consolidaron en un grupo de teoría e historia del diseño urbano y otro grupo de instrumentos de análisis, incluyendo estadística y SIG —lamentablemente los temas multidisciplinares de la planeación fueron abandonados—. A pesar de que se enunciaba una mayor articulación con la investigación (Rentería, 2003) el enfoque de la mayoría de asignaturas en el diseño urbano y la inexistencia de un seminario de investigación llevó a que la MPUR continuara con un énfasis práctico (ver Figura 3).

A pesar de que Rentería fue la principal líder en el proceso de renovación de la MPUR, en 2004 se retiró para asumir como primera directora de la Empresa de Renovación Urbana de Bogotá (ERU) y, más tarde, para ser curadora urbana. El cargo de director fue asumido por el arquitecto griego Ioannis Alexiou, recientemente egresado del programa, quien había ejercido como diseñador urbano en Europa y Colombia. Alexiou dio continuidad a los talleres, pero de acuerdo con los diferentes antecedentes de los estudiantes, se configuraron dos grupos, uno enfocado en el diseño urbano con profesores como Germán Samper, Mario Noriega, Francisco Jiménez, Gabriel Leal y Carlos Vanegas, y otro enfocado en lo multidisciplinar, coordinado por Humberto Molina y Gonzalo Navarro. Alexiou también continuó iniciativas del programa como los juegos de simulación.

Otros nuevos profesores del programa del periodo 2004-2010 fueron Diana Wiesner en aspectos ecológicos; Daniel Lehoucq y Eduardo Samper en teoría e historia del diseño urbano; Gabriel Suárez en gestión; Jairo Chaparro en sociología urbana; Hernán Rodríguez en movilidad; Mario Opazo en redes e infraestructura; Maurix Suárez en SIG, y se destacan, especialmente en investigación, Jean-François Jolly y Javier Peinado, quienes han dirigido la mayor cantidad de trabajos de grado de la MPUR en toda su historia. En cuanto a egresados, se destacan Natalia López Aguilar, directiva de la Secretaría de Planeación Distrital de Bogotá (SDP), German Bernal, urbanista que sería también decano en la Universidad Santo Tomás en Tunja, Mario Mayorga, Otto Quintero y Ricardo Ramírez, quienes serían más tarde profesores del programa, y, especialmente, William Camargo Triana, quien sería director del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), secretario de Movilidad de Cali y director de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI).

Hacia finales de la década 2000-2010 había ya un gran incremento en el número de posgrados relacionados con la planificación en Colombia. Además de la MPUR, existían 19 programas de maestría y especialización. De ellos se destacan las maestrías en Urbanismo y Ordenamiento Urbano-Regional de la UNAL en Bogotá, y la Maestría en Gestión Urbana de la Universidad Piloto de Colombia, programas que empezaron a competir entre sí.

Grandes Retos y la Segunda Revisión Curricular, 2012-2019

Con estos nuevos programas compitiendo por estudiantes, y cerca de finalizar su periodo, Alexiou y los docentes iniciaron en 2010 el proceso para la renovación del Registro Calificado, que culminaría exitosamente con la Resolución 4647 del 7 de mayo de 2012 del MEN. Para este proceso, con el fin de cumplir las cada vez más altas exigencias de producción académica estatales para posgrados, se reconfiguraron las líneas de investigación y áreas de conocimiento del programa. Entre las líneas se definieron cuatro: pensar la ciudad, calidad de vida y diseño urbano, valoración estética y planeación urbana y regional, articuladas por tres áreas del conocimiento: urbanística y planeación, diseño urbano, e investigación y simulación. En cuanto a plan de estudios, se redujo la intensidad y se reconfiguraron las clases para cursarlo con 48 créditos en 576 horas presenciales de docencia (Maestría en Planeación Urbana y Regional. Documento para la Renovación del Registro Calificado, 2011).

Consecuentemente, el número de clases también se redujo. De las 21 clases y seis electivas del plan de estudios de 2005, se consolidaron 15 clases, entre ellas dos electivas. A pesar de las presiones por la investigación, el nuevo plan de estudios mantuvo la importancia y naturaleza de los tres talleres ideados por Rodríguez Silva, con una importante intensidad horaria y seis créditos cada uno. Estos talleres fueron acompañados de tres seminarios de investigación sucesivos, los cuales deberían ayudar al estudiante a desarrollar su trabajo de grado. Las asignaturas de estadística y SIG desaparecieron, pero se propuso que su contenido fuera integrado a los seminarios de investigación y a los talleres, de manera que fuera más aplicado y menos teórico. De esta manera la MPUR buscaba lograr el ambicioso reto de suplir tanto el enfoque práctico como el académico en el mismo programa (ver Figura 4).

Otro aspecto importante en este nuevo currículo fue retomar el enfoque en planeación, puesto a un lado desde 1998. Las seis asignaturas teóricas se dividieron en dos áreas, por un lado, urbanística y planeación, y, por el otro, diseño urbano; las dos con la misma importancia. En la primera área, el estudiante aprendería de lo multidisciplinar en cuanto a ciudad, globalización y nuevos paradigmas, hábitat y vivienda, y políticas públicas. En el área de diseño urbano, aprendería sobre diseño de espacio público, financiación y gestión de proyectos, y formas de representación y percepción de la ciudad a través del arte, la literatura o la escultura. El principal sacrificio de este nuevo plan de estudios fue el componente ambiental, que fue integrado a las clases de urbanística y planeación pero que, en la práctica, poco a poco fue perdiendo importancia.

Al igual que en 2004, en 2012 continuó la presión por hacer la conexión entre el posgrado y la investigación de la Facultad de Arquitectura y Diseño. Para esto, en 2012 se plantearon diferentes estrategias, como que el componente electivo de cuatro créditos podría ser cursado como una pasantía de investigación en los proyectos de los profesores de la Facultad. También, que el trabajo de grado debería ser dirigido por profesores adscritos a grupos de investigación de la PUJ. Esto fue difícil de lograr en la práctica, ya se que los profesores de la MPUR eran en su mayoría de cátedra y con un enfoque más de consultoría que académico. Otra dificultad fue que para 2012 ya sea había extinguido el grupo de investigación Ciudad y Territorio, y la Facultad de Arquitectura y Diseño tenía ahora seis grupos de investigación con múltiples líneas diferentes, lo que dificultaba la alineación con las líneas de la MPUR.

El proceso de renovación del plan de estudios fue culminado por la nueva directora del programa, la doctora en Urbanismo Doris Tarchópulos, quien asumió en 2011. Tarchópulos realizó su doctorado en la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC) con la tesis titulada Las huellas del plan para Bogotá de Le Corbusier, Sert y Wiener[3] (Universidad de los Andes & Pontificia Universidad Javeriana, 2010). Jean-François Jolly tomó un rol de liderazgo también durante esta nueva etapa, encargándose de coordinar los seminarios y trabajos de grado. Las redes internacionales de Tarchópulos y Jolly facilitaron la internacionalización del programa con la realización de eventos como los Seminarios de Investigación en Urbanismo SIIU Barcelona-Bogotá, y con talleres internacionales, con profesores como Andreas Hofer de la Vienna University of Technology, Jérôme Monnet de la Université Paris-Est, y Clara Irazábal de Columbia University.

A pesar de estos avances los retos del programa continuaron creciendo, especialmente debido al surgimiento de nueva oferta de posgrados en el campo. Hasta 2010, existían cuatro programas de maestría en Bogotá, sin embargo, durante la década otros seis programas empezaron a competir directamente. En la UNAL ya se había ampliado la oferta con programas de maestría en Hábitat y Diseño Urbano; adicionalmente, en 2011 la Universidad La Gran Colombia abrió su maestría en Planeación y Gestión del Hábitat Sostenible; la Universidad de La Salle abrió en 2012 su programa de maestría en Planificación y Gestión del Territorio; en 2015 surgió en la Universidad Externado la maestría en Planeación Territorial y Dinámicas de Población. La mayor competencia para la PUJ fue la apertura de la Maestría en Planificación Urbana y Regional en la Universidad de los Andes en 2016. De esta manera, en 2018, solamente en Bogotá, la oferta de posgrado en el campo ya tenía diez programas de maestría compitiendo entre sí, sin contar otros a nivel de especialización. Además de su cantidad, los nuevos programas tenían un menor número de créditos, menor número de semestres requeridos y nuevas modalidades que permitieron una asistencia semipresencial, adaptaciones en las cuales la MPUR no había incursionado.

Este nuevo panorama trajo grandes retos a la MPUR, que pronto vio su demanda de estudiantes disminuida. Durante el primer semestre de 2010, tuvo 35 nuevos estudiantes y el primer semestre de 2014 esta cifra se redujo a 15; pero, para el primer semestre de 2019, la MPUR apenas tuvo siete estudiantes nuevos, poniendo en riesgo la continuidad de un programa de más de 40 años de antigüedad. El programa abrió ese año, a pesar de esta coyuntura, bajo el compromiso de ejecutar cambios que llevarían al programa a ser sostenible en el tiempo. El principal de estos cambios sería la semestralización del programa, que hasta la fecha solo tenía cohortes anuales.

Lamentablemente, entre estos cambios también estuvo la disminución de la planta docente. Atrás quedaron los años en que los talleres tenían varios directores y asesores, quedó solamente un profesor encargado de la clase. Se empezaron a vincular mayormente profesores de planta de la PUJ para hacer más eficiente el programa y estimular la producción académica. De esta manera entraron profesores como David Burbano, Natalie Rodríguez, Ana María Osorio y Jaime Hernández. Como cátedra se destaca la vinculación del doctor de la UPC, Julio Gómez Sandoval a los talleres, consolidando el enfoque de esta escuela de Barcelona a los procesos de planeación y diseño urbano. También se vinculó Mario Mayorga, egresado del programa, como líder de la enseñanza de SIG. Para mejorar y fortalecer los procesos de investigación en el trabajo de grado se decidió incluir en los seminarios al sociólogo Gilberto Bello, como profesor par de lectura.

A pesar de esto, los estudiantes continuaban con problemas para formular sus problemas de investigación; llegaban a cuarto semestre con grandes incertidumbres que les impedían desarrollar a fondo su trabajo. Para esto, se decidió en el seno del Comité de Posgrado incluir desde segundo semestre la figura del ‘asesor’, que tendría unas horas en segundo y tercero para asesorar individualmente a cada estudiante, con la expectativa que este asesor se convirtiera en el director de trabajo de grado.

Finalmente, en cuanto a egresados del periodo se destacan Adriana Zambrano, consultora del Banco Interamericano de Desarrollo para gestión de desastres; José Alexander Gómez, docente y consultor en planificación en Nueva Zelanda; Juan Manuel Patiño, director de gestión en el Metro de Medellín; Giovanna Spera, subgerente en la ERU, y Ronal Serrano, profesor de la Universidad Piloto de Colombia.

La Tercera Revisión Curricular y la Pandemia COVID-19, 2019-Actualidad

El proceso de dirección de Tarchópulos culminó a finales de la década de 2010-2020 con dos procesos muy importantes para el programa. El primero fue la renovación del Registro Calificado del programa, a través de la Resolución 3591 del 4 de abril de 2019 del MEN. Este proceso propuso menos cambios en el plan de estudios que los anteriores. Los créditos exigidos se mantuvieron en 48 con las mismas 576 horas de docencia presencial, dictadas los viernes en las tardes-noches y los sábados en la mañana. En cuanto al plan de estudios se eliminaron las tres áreas de conocimiento de 2012, debido al nuevo marco del MEN para ajustarse a una modalidad de Profundización. Esta modalidad se enmarcó mejor en la naturaleza tradicional de la MPUR que era de estudiantes que trabajaban tiempo completo y buscaban profundizar en sus conocimientos técnicos. Esta modalidad también debería bajar la presión por la producción académica, que era bastante difícil por las características de los estudiantes y profesores mencionada anteriormente.

La renovación llevó a dos cambios menores en las asignaturas. Primero, el reemplazo de la clase de diseño de espacio público por la asignatura planeación del territorio, enfocada en historia y marco legal del ordenamiento territorial colombiano, lo que fortaleció la rama de planeación. Segundo, se movieron las electivas al último semestre, para ser cursadas en paralelo y complementarias con el trabajo de grado. Se sacrificaba multidisciplinariedad, pero se ganaban horas de retroalimentación, especialmente en escritura. Consecuentemente, la MPUR empezó a ofrecer dos electivas llamadas ‘Redacción y Métodos’ y ‘Mentefactos’. No obstante, la articulación con la investigación siguió replanteándose debido a los cambios en los grupos de investigación al interior de la Facultad de Arquitectura y Diseño. Para 2018, hubo un nuevo cambio y en la MPUR solo participaban dos grupos de investigación: ‘Políticas Urbanas’, liderado por Jolly, y ‘Transiciones Territoriales’, liderado por David Burbano.

El segundo proceso que lideró Tarchópulos fue la Autoevaluación para la Acreditación de Alta Calidad, desarrollada durante 2016. De los resultados de este proceso se destacan las recomendaciones del Consejo Nacional de Acreditación: la vinculación de más estudiantes a los procesos de investigación de la Facultad; el incremento del índice de producción académica de los docentes; la mejora de la clasificación de los grupos de investigación y de profesores, y el aumento la movilidad e internacionalización del programa. De estos aspectos, sobre todo los que tienen que ver con investigación fueron un reto, ya que sus estudiantes buscan, antes que producción académica, profundizar en aspectos prácticos de su trabajo. Igualmente, respondiendo a esta necesidad, los profesores en su mayoría eran consultores con una vinculación de cátedra con la MPUR, sin interés ni incentivos en la investigación y producción académica.

En 2020, el mundo experimentó la pandemia COVID-19, que transformó las metodologías de enseñanza a todos los niveles y llevó a todas las universidades y programas a experimentar con las modalidades de enseñanza remotas e híbridas. En marzo de 2020 la MPUR pasó, de acuerdo con las directrices institucionales y nacionales, todas sus clases a modalidad remota. Con esta transición e incertidumbres, llegó también un nuevo director al programa. A pesar de este difícil contexto, en pandemia se consolidó la semestralización del programa y, paradójicamente, las cifras de nuevos estudiantes se incrementaron gracias a la virtualidad y se estabilizaron en alrededor de 10 a 12 por cohorte semestral.

La pandemia COVID-19 dejó grandes transformaciones en el programa, no tanto en contenidos, pero sí en modalidades de enseñanza y procedencia de los estudiantes. Antes de la pandemia, la MPUR era uno de los últimos posgrados en el campo que dictaba clases presenciales semanales, la mayoría migrando a un formato de clases intensivas de tres o cuatro días cada mes, lo que permitía el acceso a profesionales que vivían fuera de Bogotá. Las posibilidades de cambios de modalidad que el MEN abrió en el marco de la pandemia han sido utilizadas por la MPUR para abrirse también a profesionales de las regiones a través de las modalidades alternadas remotas/presenciales. Como resultado de este proceso, estudiantes de regiones como Cundinamarca, los Llanos Orientales, Boyacá y Tolima han energizado el programa y permitido llevar las reflexiones de la planeación a los lugares que hoy más lo necesitan. Sin embargo, es incierto el panorama una vez el entorno de pandemia global sea definitivamente superado (ver Figura 5).

Conclusiones

La trayectoria de 45 años de la MPUR ha llevado a varios aprendizajes y reflexiones, tanto sobre el currículo de los programas del campo de la planeación en Colombia como sobre los grandes retos que tienen estos en el entorno local. En primer lugar, los programas como el de la PUJ que se alojan en escuelas de arquitectura sufren las tensiones disciplinares entre la planeación como campo multidisciplinar y el diseño urbano, que es mayoritariamente ejercido por arquitectos y que, aun a nivel internacional, tiene un debate sobre su naturaleza del diseño urbano como campo o especialización de la arquitectura o la planificación. Esta tensión también se refleja en la producción académica, la cual es diferente para el diseño urbano, que sería más afín con productos de creación. Estos conflictos podrían explicar las dificultades para enlazar este tipo de posgrados con la investigación académica en las universidades. Este aspecto es agravado por las características de los estudiantes, que en su mayoría trabajan a tiempo completo y cursan estos programas en su reducido tiempo libre.

Por otro lado, la inexistencia en Colombia de un gremio organizado de planificadores y de un consejo de acreditación propio de la disciplina, como el PAB de Estados Unidos, dificulta la consolidación de estos programas. Directivos, docentes y planificadores se encuentran constantemente en la incertidumbre acerca de cuáles deberían ser los contenidos mínimos y la naturaleza de un programa de posgrado en el campo. Esto ha conducido a la sobreoferta de programas y a las dificultades de sostenibilidad de los programas existentes, lo que a su vez ha llevado a reducir las horas de docencia y el aprendizaje de los estudiantes. A la fecha de redacción de este artículo habían surgido aún más programas en temas afines, como en Ciudades Inteligentes, temas que aún no se han consolidado como campos de estudio o disciplina de ejercicio profesional. Para resolver estos dilemas es necesario que las partes involucradas se reúnan con las autoridades nacionales y los cuerpos académicos locales y latinoamericanos para definir el campo en la región y evitar la perpetuación de estos conflictos.

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[1]

[2] Para más información se puede revisar: https://www.planningaccreditationboard.org/

[3] Tesis dirigida por Joaquim Sabaté Bel y codirigida por José María Ezquiaga. https://tdx.cat/handle/10803/78032#page=1

Balance de 45-años de un posgrado en planificación

En primer lugar, los programas como el de la PUJ que se alojan en escuelas de arquitectura sufren las tensiones disciplinares entre la planeación como campo multidisciplinar y el diseño urbano,que es mayoritariamente ejercido por arquitectos y que, aun a nivel internacional, tiene un debate sobre su naturaleza del diseño urbano como campo o especialización de la arquitectura o la planificación.

Figura 1. Ceremonia de graduación primera cohorte MPUR en la Facultad de Arquitectura y Diseño. En el centro Roberto Rodríguez Silva y a su izquierda Patricia Rentería.

Fuente: Archivo Facultad de Arquitectura y Diseño, Pontificia Universidad Javeriana

Figura 2. Algunos resultados de la consultoría de la MPUR para la Planeación y Diseño Urbano para la reubicación de Bellavista, Bojayá, Chocó

Fuente: Archivo Facultad de Arquitectura y Diseño, Pontificia Universidad Javeriana

Figura 3. Plan de estudios primera revisión curricular de la MPUR en 2005

Fuente: Archivo Facultad de Arquitectura y Diseño, Pontificia Universidad Javeriana

Figura 4. Plan de estudios segunda revisión curricular de la MPUR en 2012

Fuente: Archivo Facultad de Arquitectura y Diseño, Pontificia Universidad Javeriana

Figura 5. Piezas publicitarias de la MPUR del periodo 1998-2019

Fuente: Archivo Facultad de Arquitectura y Diseño, Pontificia Universidad Javeriana

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Cómo citar

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Yunda, J. G. (2023). Balance de 45-años de un posgrado en planificación. Bitácora Urbano Territorial, 33(1), 61–75. https://doi.org/10.15446/bitacora.v33n1.104444

ACM

[1]
Yunda, J.G. 2023. Balance de 45-años de un posgrado en planificación. Bitácora Urbano Territorial. 33, 1 (ene. 2023), 61–75. DOI:https://doi.org/10.15446/bitacora.v33n1.104444.

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(1)
Yunda, J. G. Balance de 45-años de un posgrado en planificación. Bitácora Urbano Territorial 2023, 33, 61-75.

ABNT

YUNDA, J. G. Balance de 45-años de un posgrado en planificación. Bitácora Urbano Territorial, [S. l.], v. 33, n. 1, p. 61–75, 2023. DOI: 10.15446/bitacora.v33n1.104444. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/104444. Acesso em: 17 nov. 2025.

Chicago

Yunda, Juan G. 2023. «Balance de 45-años de un posgrado en planificación». Bitácora Urbano Territorial 33 (1):61-75. https://doi.org/10.15446/bitacora.v33n1.104444.

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Yunda, J. G. (2023) «Balance de 45-años de un posgrado en planificación», Bitácora Urbano Territorial, 33(1), pp. 61–75. doi: 10.15446/bitacora.v33n1.104444.

IEEE

[1]
J. G. Yunda, «Balance de 45-años de un posgrado en planificación», Bitácora Urbano Territorial, vol. 33, n.º 1, pp. 61–75, ene. 2023.

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Yunda, J. G. «Balance de 45-años de un posgrado en planificación». Bitácora Urbano Territorial, vol. 33, n.º 1, enero de 2023, pp. 61-75, doi:10.15446/bitacora.v33n1.104444.

Turabian

Yunda, Juan G. «Balance de 45-años de un posgrado en planificación». Bitácora Urbano Territorial 33, no. 1 (enero 1, 2023): 61–75. Accedido noviembre 17, 2025. https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/104444.

Vancouver

1.
Yunda JG. Balance de 45-años de un posgrado en planificación. Bitácora Urbano Territorial [Internet]. 1 de enero de 2023 [citado 17 de noviembre de 2025];33(1):61-75. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/bitacora/article/view/104444

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