Comentario de lectores y derechas 2.0. Del debate a la confrontación de lecturas sobre el gobierno de Cambiemos en Mar del Plata (2015-2019)
Reader comments and right-wing 2.0. From the debate to the confrontation of readings on the Cambiemos government in Mar del Plata (2015-2019)
DOI:
https://doi.org/10.15446/cp.v19n37.105391Palabras clave:
comentarios; sitios de noticias; esfera pública; derechas; Mar del Plata (es)comments; online news sites; public sphere; right-wing; Mar del Plata (en)
Este trabajo se propone analizar los comentarios de lectores de La Capital, uno de los sitios más populares de la ciudad de Mar del Plata, en noticias políticas vinculadas al ex intendente y candidato por la coalición Cambiemos Carlos Fernando Arroyo (2015-2019), referente local cercano a la derecha del espectro político. La construcción del corpus se realizó mediante técnicas de web scraping con el lenguaje de programación R, lo que permitió explorar su conformación general y realizar búsquedas particulares. El análisis de la sección política revela que la dinámica del comentario reactualiza la dicotomía entre peronismo y anti peronismo. Además, emergen nuevas categorías como la de troll, que se entrelazan con las de la cultura local, a los fines de interpelar a los/as usuarios/as. Este hecho devela la polarización social, pero también la relevancia del sitio como espacio de encuentro entre las diferencias políticas.
The aim of this study is to analyze readers’ comments in one of the most popular news websites of Mar del Plata (La Capital). The source analyzed are political news related to the former mayor and candidate for the coalition Cambiemos Carlos Fernando Arroyo (2015-2019). Arroyo is a political figure usually linked to right wing circles. The construction of the corpus was carried out using web scraping techniques with R programming language, which has allowed for an exploration of the general corpus and the completion specific analysis as well. The study of the political section reveals Peronism/anti-Peronism dichotomy. In addition, new categories like troll, associated with local culture, emerge in the discussion among users. This fact reveals a certain degree of social polarization. Besides, it also shows the relevance of the website as a meeting place for diverse and even opposing political ideas.
Recibido: 9 de febrero de 2023; Aceptado: 15 de abril de 2024
Resumen
Este trabajo se propone analizar los comentarios de los lectores de La Capital, uno de los sitios más populares de la ciudad de Mar del Plata, en noticias políticas vinculadas al exintendente y candidato por la coalición Cambiemos, Carlos Fernando Arroyo (2015-2019), referente local cercano a la derecha del espectro político. La construcción del corpus se rea- lizó mediante técnicas de web scraping con el lenguaje de programación R, lo que permitió explorar su conformación general y realizar búsquedas particulares. El análisis de la sección política revela que la dinámica del comentario reactualiza la dicotomía entre peronismo y antiperonismo. Además, emergen nuevas categorías, como la de troll, que se entrelazan con las de la cultura local, a los fines de interpelar a los/as usuarios/as. Este hecho devela la po- larización social, pero también la relevancia del sitio como espacio de encuentro entre las diferencias políticas.
Palabras clave: comentarios, sitios de noticias, polarización política, derechas, Mar del Plata.Abstract
The aim of this study is to analyze readers’ comments on one of the most popular news websites in Mar del Plata (La Capital). The source analyzed consists of political news relat- ed to the former mayor and candidate for the coalition Cambiemos, Carlos Fernando Arroyo (2015-2019). Arroyo is a political figure usually linked to right-wing circles. The construction of the corpus was carried out using web scraping techniques with the R programming language, which has allowed for an exploration of the general corpus and the completion of specific analyses as well. The study of the political section reveals a Peronism/anti-Peronism dichot- omy. In addition, new categories, like “troll,” associated with local culture, emerge in the dis- cussion among users. This fact reveals a certain degree of social polarization. Furthermore, it also shows the relevance of the website as a meeting place for diverse and even opposing political ideas.
Palabras clave: comments, online news sites, public sphere, right-wing, Mar del Plata.Introducción
El acceso masivo de la ciudadanía a los servicios web ha permitido el surgimiento de nuevos formatos de conversación pública en el mar- co de un ecosistema mediático definido por la convergencia entre sitios de noticias de medios tradicionales y plataformas de redes sociales. Los comentarios de los/as lectores/as, una tecnología que en sus inicios acompañó la expansión de la web como ámbito horizontal y participa- tivo, son formas breves, hipertextuales y asincrónicas de intercambios cotidianos que constituyen una fuente genuina para sondear ideas, opi- niones y sentimientos sobre cualquier tema (Reagle, 2015). Este género se construye a través de prácticas discursivas y semióticas basadas en la información transmitida sobre distintos hechos sociales.
En este trabajo, nos proponemos abordar los discursos que circulan en los comentarios de noticias relacionadas con el exintendente del partido de General Pueyrredon y candidato de la coalición Cambiemos, Carlos Fernando Arroyo (2015-2019), un referente histórico en la ciudad, alineado con la derecha del espectro político.1 El objetivo de este artículo es analizar la dinámica de sociabilidad que configuran los comentarios de los lectores de La Capital en noticias sobre la gestión del intendente Carlos Arroyo. Para ello, exploraremos los textos noticiosos de la sección “Ciudad” del diario, con el fin de conocer las peculiaridades de la partici- pación. Al mismo tiempo, indagaremos en los comentarios de lectores/as frecuentes, identificando posibles orientaciones ideológicas y la recep- ción de la comunidad de La Capital.
Nos preguntamos: ¿qué tipo de conversación se genera en estas plata- formas periodísticas? ¿Qué discursos o modalidades discursivas circulan en los comentarios? El carácter singular del caso, un candidato aliado de Cambiemos que no utiliza teléfono ni redes sociales (La Política Online, 09/08/15), abre una oportunidad para revisitar lugares comunes sobre la performance y recepción de las derechas en Internet.
En pesquisas anteriores sobre comentarios en prensa local, se han indagado los discursos en noticias policiales, donde se evidenció un formato de conversación caracterizado por una retórica hiperbólica y belicosa, así como una tendencia hacia narrativas punitivistas y, en oca- siones, una marcada derechización (Calomarde, 2019). En particular, nos interesan los comentarios en noticias de la sección política, pues cons- tituyen un prisma para comprender diversos aspectos de la cultura con- temporánea, en cuanto argumentos textuales cuyo objetivo es influir en el discurso público. Para esta tarea, debe considerarse que la inteligi- bilidad de las conversaciones está atada al sentido local que los actores otorgan en una situación determinada, es decir, al carácter indexical del comentario.
Por lo anterior, es preciso conocer la trayectoria de Carlos Arroyo en la escena local.2 Abogado y director de una reconocida escuela en Mar del Plata, Arroyo llegó al poder tras una extensa carrera política que se remonta a su nombramiento como funcionario durante el Proceso de Reorganización Nacional. Desde el retorno democrático, participó en varias elecciones, conformando listas de partidos como Alianza Federal (1983), liderada por el exmarino Francisco Manrique; Alianza Patriótica (1987) y Partido Federal (1995). Además, integró el Partido Popular de la Reconstrucción (2001-2005), dirigido por Gustavo Breide Obeid, y Unidad Federalista (2007), conducido por el excomisario Luis Patti. Sin embar- go, su salto en popularidad se produjo en 2009, cuando accedió al car- go de concejal (11,23 %) por el frente Es Posible, encabezado por Alberto Rodríguez Saá. En las elecciones a intendente de 2011, fue candidato por el Frente Popular, ocupando la cuarta posición (8,66 %) en una fórmula que, a nivel nacional, representaba a Eduardo Duhalde. Dos años más tarde, renovó su cargo como concejal a partir de la fundación del partido vecinalista Agrupación Atlántica. Finalmente, el 25 de octubre de 2015, fue elegido intendente de General Pueyrredon con más del 47 % de los votos; cuatro años después, obtendría el 3,6 % al presentarse nuevamen- te por su propio espacio político, alejado de la coalición de Juntos por el Cambio (Cambiemos).3
Para el presente estudio, se analizaron comentarios de La Capital, uno de los sitios más influyentes de Mar del Plata, debido a su trayec- toria como medio histórico (periódico fundado en 1905 y digitalizado a mediados de los años noventa), la prominencia de sus seguidores en redes sociales (casi 200.000 en Facebook) y la importancia de los flujos de intercambio entre los/as lectores/as desde 2016, cuando se incorpo- ró la sección de comentarios. La transformación en el pacto de lectura incluye, como elementos relevantes al investigar comentarios, las polí- ticas editoriales (de declarado enfrentamiento entre el propietario del medio y el exintendente), el acceso de los/as lectores/as a los contenidos (en su mayoría mediados por el algoritmo de Facebook, desde sus pan- tallas celulares) y los propios contextos noticiosos. Estos aspectos son importantes desde un enfoque socio-técnico, para el cual las tecnologías no pueden escindirse de lo social (Latour, 2008).4
La construcción del corpus de comentarios se basó en una selección inicial de noticias extraídas de la sección “Ciudad” del diario La Capital entre 2016 y 2020, de las cuales se relevaron más de 17.000 comentarios. El procesamiento de la información implicó una clasificación de noti- cias, complementada con búsquedas específicas y un análisis en profun- didad de noticias, lectores y comentarios.
En primer lugar, presentaremos una exposición teórica que nos per- mitirá conectar la historia de la esfera pública, la prensa y la partici- pación política, dado que los comentarios actualizan las discusiones sobre medios y democracia. A continuación, desarrollaremos una bre- ve genealogía que vincula los imaginarios tecnológicos con los debates actuales sobre los movimientos denominados “derechas 2.0”, seguida de un apartado metodológico en el que se describen los criterios del dise- ño de investigación. Por último, esbozaremos algunos de los principa- les hallazgos, que dividiremos en dos secciones. Primero, analizaremos las noticias que mencionan a Arroyo para comprender las dinámicas de participación y en qué medida son importantes los textos noticiosos que se refieren a las ideas políticas del exintendente. En segundo lugar, estudiaremos los comentarios de lectores/as frecuentes, dado que su pre- sencia influye directamente en las conversaciones, tratando de identifi- car posibles orientaciones ideológicas y la recepción por parte del resto de la comunidad lectora.
La participación ciudadana en tiempos de la web 2.0
En las últimas décadas del siglo pasado, con el retorno de la ideolo- gía liberal, la crisis de la representación y la comunicación política, se ampliaron los debates sobre las limitaciones del modelo y el papel de los medios. La transformación tecnológica expandió los canales de partici- pación, cuestionó la hegemonía de los medios tradicionales y cómo las clases políticas se comunican con la ciudadanía. De esta manera, el espa- cio público, entendido como una estructura intermedia entre el sistema político y el mundo de la vida (Habermas, 1989), no solo se vio alterado, sino que la opinión pública se convirtió en un dato permanente y efí- mero asociado a la fluidez de las identidades políticas. Según Cheresky (2015), las ideas que circulan en Internet producen una mixtura entre la esfera pública y la privada, con primacía de lo esporádico y fugaz, pero donde también es posible construir agencia. Esta tesis concibe a los suje- tos como partícipes activos y reactualiza los viejos debates sobre tecno- logías y participación política.
En los años noventa, algunos detractores del formato de la videopo-lítica y los medios de masas, como Sartori (1997), sostenían que la tele- visión moldeaba los ideales de la ciudadanía, pero también “empobrecía el aparato cognoscitivo”. En defensa de la cultura letrada, Sartori reivin- dicaba el imperio de la escritura por sobre los formatos visuales o de opinión en “cascada”. La pandeia del video en la era digital, dice Sartori, conducirá a la creación de analfabetos/as culturales. Como contrapar- tida, para críticos como Negroponte (1995), las “autopistas de la infor- mación” introducen modificaciones en el proceso comunicativo, pues quienes reciben los mensajes pueden codificarlos de múltiples maneras. En esta visión, se imaginaban las tecnologías como respuestas inmedia- tas a las crisis, a partir de la creación de “pantallas públicas” (DeLuca y Peeples 2002).
Estas discusiones continúan vigentes como resultado de la plétora de manifestaciones ciudadanas en todo el mundo, tanto en plataformas de redes sociales como en sitios de noticias. En el caso de estos últimos, la expansión de la World Wide Web impulsó la emergencia de ámbitos informativos, tanto por sus características técnicas como por su pronta y masiva distribución. Los periódicos tradicionales atravesaron un paula- tino proceso de digitalización y convergencia mediática (Jenkins, 2006). La Capital, por ejemplo, tiene presencia en la web desde mediados de los años noventa. En ese entonces, funcionaba de manera similar a la prensa escrita: se cargaba su versión offline y se actualizaba una vez al día. Esto representó un avance en términos de alcance, permitiendo llegar a una audiencia en constante expansión (Fernando, comunicación personal, 15 de mayo de 2018).
Los medios comenzaron a verse impelidos hacia la construcción de espacios democráticos que habilitaran la voz de los/as lectores/as. Las cartas al director se actualizaron en la sección de comentarios, un espa- cio dedicado a los/as usuarios/as en plataformas que dejaron de ofrecer una única y rígida interfaz para convertirse en verdaderos espacios de vinculación, hipertexto e interactividad. Los comentarios fueron adop- tados como una tecnología central en el ecosistema de medios, sobre todo por su valor como herramienta de intercambio ágil entre usuarios/ as.5 En sus inicios, fueron rápidamente celebrados por su carácter par- ticipativo (Dahlgren, 1996) en el anhelo de un “periodismo ciudadano” o “en red” (Bowman y Willis, 2003; Bruns, 2007; Jarvis, 2006; Hermida, 2011). La apertura de una esfera pública de límites porosos, donde las asimetrías de poder inherentes a los procesos de mediación contempo- ráneos se desdibujan, introdujo aires de optimismo (Papacharissi, 2010; Williams, Wahl-Jorgensen y Wardle, 2011). Empero, no faltaron trabajos que advirtieran sobre la persistencia del control de los/as profesionales en el acceso a la interacción y las dificultades de desarrollar una esfera pública alternativa (Carpentier, 2011).
En algunos casos, los opositores de la “sabiduría de la multitud” (Surowiecki, 2005), que aprecian la crítica por la crítica misma, adu- cen que los nuevos formatos de interacción se definen por una pobre- za intelectual. Por otro lado, numerosos estudios indican que el ethos liberal-democrático entra en contradicción con la agresividad, el racismo o los “discursos de odio”, característicos de los comentarios, especial- mente en las secciones políticas de la prensa digital (Dandrea, 2010). Por ello, no son pocos los que advierten sobre su declive o denuncian explíci- tamente su inutilidad debido a las hostilidades que reciben los discursos críticos sobre asimetrías de raza, género y clase (Lasén, 2014). En relación con este salto en la escala y los formatos que ha adoptado la conversa- ción en línea, nos interesa conocer posibles orientaciones ideológicas y el protagonismo de algunos usuarios. Por su parte, el anonimato ha sido una de las características más citadas para explicar los comportamientos violentos en la web. Pero lo cierto es que el anonimato no es una parti- cularidad exclusiva de Internet; está presente en los referatos de revistas científicas, en las donaciones o en encuestas, en situaciones de persecu- ción y censura. Está mal visto en los comentarios debido a la belicosidad y la diversidad de ideologías que transportan, lo que nos enfrenta a pun- tos de vista conflictivos. Además, con la web 2.0, el anonimato empezó a interferir en el modelo de negocios de las grandes plataformas.6 Esto quiere decir que, en la medida en que las empresas se benefician de la información personal de sus usuarios, propician la utilización de perfi- les identificables por otros miembros de la red.
En este trabajo partimos de la premisa de que la multiplicidad de sen-tidos que habilita la web promueve contiendas por la legitimación de la palabra, lo que desboca la agresividad y tensiona los fundamentos libera- les de la web 2.0. Este fenómeno puede comprenderse mejor si se consi- dera que las finas sogas que atan al comentario al contexto de la noticia pueden cortarse fácilmente, lo que no implica descuidar el estudio de los contextos noticiosos. Esto explicaría que, en distintas secciones de la prensa digital (como pueden ser los policiales), los/as usuarios/as tejen notoriamente canales entre la política y la ideología (Calomarde, 2019).
A nivel local, un estudio sobre comentarios en medios nacionales en torno al COVID-19 muestra cómo, en esos casos, la polarización juega un papel importante (Rosati et al., 2020). En efecto, se reconoce la existen- cia de temas que capturan la llamada “grieta” en la discusión política argentina. El comentario siempre es político. Por lo anteriormente men- cionado, consideramos a priori que esta dinámica conversacional podría agudizarse cuando el foco de análisis está puesto en noticias vinculadas a políticos/as.
Por otro lado, los debates actuales están atravesados por la discusión sobre el modelo de negocio de la web 2.0. Las redes sociales comenzaron a posicionarse como lugares donde las audiencias pueden ver el conteni- do de los medios y socializar (van Napoli y Caplan, 2017). Facebook, por ejemplo, se convirtió en una plataforma central debido al tamaño de su base de usuarios. En efecto, los editores se volvieron dependientes para dirigir el tráfico desde las plataformas a sus sitios web (Bell y Owen, 2017). Los medios las concibieron como una oportunidad para una indus- tria con problemas económicos.
En cuanto al papel de Facebook como proveedor de contenido mediá- tico, la plataforma se interesó inicialmente en las noticias para desarro- llar un modelo comercial y desafiar la creciente importancia de Twitter como fuente de información (Meese y Hurcombe, 2020). No obstante, el hecho principal que modificó la relación entre la empresa y los medios de comunicación fue su respuesta a las elecciones estadounidenses de 2016, cuando fue criticada por difundir información errónea. En 2018, al reconocer el riesgo comercial que implicaba la distribución de noticias, Facebook ajustó el algoritmo de su News Feed para priorizar publicacio- nes de amigos, limitando el contenido de editores y empresas (Mosseri, 2018).
Estas dinámicas son relevantes, ya que sitios de noticias como La Capital utilizan un complemento de Facebook (plugin) para que las per- sonas comenten con sus cuentas. Esta tecnología también incluye una clasificación de “relevancia social” y herramientas de moderación inte- gradas. A su vez, un tercio de las visitas al sitio provienen de esa plata- forma, y más del 90 % de los comentarios se realizan desde teléfonos móviles (La Capital, 01/02/20). Esto no solo refleja que los/as usuarios/ as eligen cada vez más informarse en redes sociales, sino que también muestra cómo la conectividad entre los nuevos y los medios tradiciona- les se ha fortalecido, obligando a estos últimos a adaptarse al modelo de negocios actual. Los comentarios, lejos de ser una tecnología neutral, deben ser atendidos como parte de una compleja trama sociotécnica que involucra a programadores, ingenieros, periodistas, usuarios y artefac- tos tecnológicos. A pesar de su vasto alcance, la participación en la era digital dista mucho de ser tan transparente como se auguraba en sus comienzos.
De la promesa libertaria a la manipulación: el lado ominoso de las tecnologías
Desde su génesis, la creación de la World Wide Web renovó las espe- ranzas de convertir Internet en una verdadera “ágora electrónica”. La apa- rición de diversas comunidades de programadores/as comprometidos/as en construir una infraestructura global estandarizada auguró un espa- cio público que excedía los límites de las corporaciones. Sin embargo, las visiones optimistas sobre las tecnologías como espacios colaborativos, abiertos y libres de marcaciones sociales, se vieron contrapesadas por aquellas que avizoraban posibles técnicas de control o manipulación.
El aumento del valor económico de las compañías relacionadas con Internet a partir de 1997, fenómeno conocido como la burbuja puntocom, impulsó su privatización, a pesar de su estallido en 2001. Por esos años, poderosas empresas emergieron y un nuevo modelo de negocio se confi- guró sobre infraestructuras extractivas de datos que se beneficiaban de los mercados existentes y permitían la interacción entre grupos sociales (Srnicek, 2017). El nuevo ecosistema de medios sociales, aunque nacido bajo la promesa de una cultura colaborativa de la web 2.0, fue conquis- tado por monopólicos emporios comerciales. Según la crítica de medios José Van Dijck (2019), mientras los agentes iban ganando mayor conecti- vidad, las compañías incrementaron su poder y capital económico.
Las empresas esperan que exista una mayor participación ciudada- na al tiempo que la estimulan activamente a cambio de ganancias. Los comentarios no solo propician el intercambio entre los/as lectores/as, sino que constituyen en sí mismos una fuente inagotable de información personal. En el marco del capitalismo de plataformas, la arquitectura de las redes sociales ocluye las posibilidades de los/as agentes para repro- gramar sus espacios de comunicación. De esta manera, hemos entrado en una era hegemónica de las plataformas de redes sociales como ideo- logía. Estas aplicaciones facilitan nuestra experiencia cotidiana con sus numerosas funciones una vez completado nuestro perfil, un componen- te sin el cual la publicidad dirigida no puede operar (Lovink, 2019). Es a través del perfil que nos convertimos en sujetos/as. A continuación, las plataformas se encargan, mediante sofisticados algoritmos que se nutren de los datos aportados, de reforzar las propias ideas o creencias de las comunidades (Calvo y Aruguete, 2020).
Las lecturas neomarxistas señalan que en la “dictadura de los algorit-mos” los/as usuarios/as se convirtieron en objetos de una doble explo- tación: en tanto trabajadores/as, que producen parte del contenido, y consumidores/as obligados/as a resignar parte de su privacidad para readquirir sus propios datos procesados (Terranova, 2004 y 2018). Para Lovink (2019), los/as progresistas deberían utilizar las discusiones sobre los datos como una oportunidad para establecer su relevancia en los debates económicos actuales. En este sentido, las teorías aceleracionis- tas han comenzado a construir una agenda que podría establecer puen- tes con el marxismo histórico.
En contrapartida, las tecnologías han sido utilizadas de manera más efectiva por sectores extremistas, aunque también por sectores de cen- tro derecha. El (re)surgir de estos movimientos en la cultura digital ha llevado a denominarlos “extremas derechas 2.0” (Forti, 2020). A pesar de las dificultades que supone establecer un criterio de definición, dada su evidente heterogeneidad, se reconocen estrategias que tienden a la pola- rización social, intentando orientar la opinión pública hacia la derecha. Hace unos años, por ejemplo, se develaron las imbricaciones entre los militares que llevaron a cabo el genocidio rohingya en Myanmar y el uso de Facebook (Stevenson, 2018).
En 2018, salió a la luz la utilización de datos privados de millones de usuarios por parte de la compañía Cambridge Analytica durante la campaña de Donald Trump en las elecciones de 2016.7 Para esta última, se destaca el papel de participantes de foros como 4chan, quienes, en un festejo irónico de lo “políticamente incorrecto” y en su lucha contra la izquierda cultural, apoyaron abiertamente a Trump.8 En América Latina, la plataforma WhatsApp fue uno de los medios más utilizados para la difusión de información (y la propagación de bots y fake news) en la campaña de Iván Duque en Colombia y en la de Jair Bolsonaro en Brasil, esta última bajo el asesoramiento de Steve Bannon, jefe de la campaña de Trump (Abdin, 2019).
Estas experiencias tuvieron su réplica en el escenario nacional. En el marco de una profunda polarización, la campaña de la coalición Cambiemos en las elecciones presidenciales de 2015 y legislativas de 2017 estuvo dominada por una visión de marketing político que buscaba apro- vechar las posibilidades tecnológicas para conocer los gustos e intereses de los electores. En esos casos, Facebook jugó un papel importante al ofrecer herramientas como la publicidad segmentada, lo que le permitió a Cambiemos garantizar un medio de difusión y de organización de sus actividades (los “timbreos”). En las elecciones de 2019, el partido apostó por grupos y mensajes masivos por WhatsApp (Perfil, 28/06/19). Además, el propio presidente Mauricio Macri desmintió la utilización de trolls o bots cuando el hashtag #YoVotoMM fue tendencia a nivel mundial en Twitter (Clarín, 09/08/19).
Si bien en ningún caso las victorias electorales son atribuibles de manera unívoca a las tecnologías, existen ciertos sectores políticos que han aprovechado mejor las oportunidades que ofrecen los nuevos medios. Estas transformaciones en la esfera pública y la política moti- van el análisis de los discursos que circulan en los comentarios, en tan- to signos que comunican ideas que pretenden insertarse en el debate. En el caso de los sitios locales como La Capital, se ha demostrado que su dinámica es propensa a la discusión o a las contiendas ideológicas (Calomarde, 2019). Este hecho nos interpela a interrogarnos sobre la naturaleza de los espacios en los que estas conversaciones tienen lugar.
Metodología
El análisis de la prensa digital permite comprender las maneras en que los medios se pronuncian sobre acontecimientos o actores relevan- tes en la arena política, pero también las repercusiones que las noticias suscitan en los lectores. La elección de La Capital alude a la participación masiva de lectores en el ámbito local, contando con millones de visitas mensuales en su sitio. Además, el caso se justifica por la amplia interven- ción de ciudadanos en la sección “ciudad”, donde predominan noticias sobre la intendencia de Carlos Arroyo (La Capital, 02/01/19).
En este trabajo se combinaron técnicas de extracción, procesamien- to y análisis para el abordaje de los comentarios de los lectores. La construcción del corpus se realizó mediante web scraping de noticias y comentarios a través de programas en lenguaje R.9 A diferencia de lo que sucede con el estudio de plataformas como Twitter, el uso de esta técnica es menos frecuente en los comentarios de los lectores, lo que no invalida su capacidad heurística (Rosati et ál., 2020; Zunino, 2021).
A partir de estos métodos, se obtuvo un conjunto exhaustivo de noti- cias y comentarios extraídos del sitio de La Capital en el período com- prendido entre 2016, comienzo de la gestión de Carlos Arroyo, y 2020, debido a que las repercusiones de los cuatro años del exintendente se extendieron en el tiempo. De un primer grupo compuesto por 86 897 noticias, se filtraron por dos palabras clave (intendente y Arroyo) y por sección (ciudad). Finalmente, se relevaron 17 296 comentarios de un total de 1033 noticias que poseen intervenciones.
El posterior procesamiento de la información implicó una clasifica- ción de noticias por comentarios y la identificación de lectores/as fre- cuentes, así como las cantidades de “likes” o palabras clave. Esto supuso una aproximación a la conformación y contornos generales del corpus de noticias y comentarios. No obstante, el trabajo fue complementado con búsquedas particulares y un análisis en profundidad de noticias, lec- tores/as y comentarios. Esta combinación de enfoques nos permitió no descuidar la relación entre el discurso y la sociedad en su faceta “repre- sentativa” o “indexical”, en el sentido de que las estructuras del discur- so hablan sobre, denotan o representan partes de la sociedad (van Dijk, 2000).
Primera escala: las noticias políticas de La Capital en la gestión de Carlos Arroyo
En esta sección, nos proponemos analizar las características de los textos noticiosos, considerando las diversas maneras en que el medio se expresó en relación con el exintendente Carlos Arroyo, lo que constituye uno de los caminos posibles para el posterior abordaje de los comenta- rios. Una aclaración preliminar alude a la desconexión de estos últimos con el contenido de las notas, pues, si bien es cierto que las publicaciones de los/as lectores/as pueden no estar necesariamente vinculadas con esa información (Pano Alamán, 2012), revisar la popularidad de una noticia, medida por la participación de las comunidades lectoras, permite com- plejizar la mirada sobre nuestro objeto. Por otro lado, el comentario es intertextual, en el sentido dado por Kristeva (1980), en tanto texto que no existe como una unidad o sistema autónomo. En una relación intertex- tual, el discurso se configura como una práctica ideológica construida sobre la base de distintas elecciones semióticas deliberadas.
Las notas con comentarios relacionadas con el exintendente Carlos Arroyo tienen una distribución temporal relativamente estable entre los años 2016 y 2019, disminuyendo considerablemente, como es de espe- rarse, en 2020, tras su derrota electoral (Figura 1). No obstante, si se pro- fundiza en la popularidad de las noticias, se puede observar que más de cuatro de cada diez de las que superaron los 100 comentarios (43,5 %) pertenecen al último año de gestión (2019), coincidente a nivel político con el cambio de autoridades municipales y, en el plano mediático, con la expansión del sitio de La Capital, que tuvo récord de visitas ese año (La Capital, 03/08/19).10
Figura 1.: Noticias con menciones a Carlos Arroyo que poseen comentarios según año de publicación. La Capital (2016-2020)
La afirmación anterior puede ser matizada si se tiene en considera- ción que el grupo de noticias que superó el centenar de comentarios constituye una porción menor del corpus (2,2 %), mientras que un uni- verso compuesto por más del 75 % no superó los 20 comentarios (Figura 2). De este hecho se desprenden al menos dos observaciones: por un lado, que de la extensa producción de noticias solo una mínima parte promue- ve una participación masiva de los/as lectores/as y, por el otro, que es menester indagar en los textos noticiosos para echar luz sobre algunos de los patrones —como los que aluden a la ideología de Arroyo— que pueden indicarnos los motivos de su trascendencia o intrascendencia para las comunidades de comentaristas.
Figura 2.: Noticias según cantidad de comentarios, La Capital
La búsqueda en las noticias más comentadas arroja que los tópicos a los que se refieren son acotados, entre los que se destacan entradas en las que el medio publicó el salario del ex edil (información que en ocasiones se incluyó en el título de la noticia) y de los funcionarios municipales. A modo de ilustración, se encuentra una noticia en la cual La Capital publi- có que Arroyo había expresado que “por menos (de $196.100 netos) no trabajaría” (La Capital, 16/04/19). Además, agregó que “maneja la empresa más grande de la ciudad”, dado que Mar del Plata tiene “11 mil emplea- dos”.11 Por otro lado, se observan noticias vinculadas a las diferencias entre Arroyo y el gobierno de la provincia de Buenos Aires, reflejadas en los dichos de la entonces gobernadora María Eugenia Vidal, quien, pese a representar a la misma alianza política, se había referido a Arroyo como un intendente con el que “tienen diferencias” y que “no acompañó el cambio” en la ciudad (La Capital, 28/07/19). El resto de los textos noticio- sos se refieren a conflictos locales (como la plataforma de Uber en Mar del Plata, el nombramiento de cargos de familiares de Arroyo o sucesos de índole personal).
De lo anteriormente mencionado, puede señalarse que los/as lecto- res/as han sido atraídos mayoritariamente por sucesos de orden econó- mico o rencillas políticas, por encima de aquellas noticias que aludían a la ideología del ex intendente. Sin embargo, como podrá evidenciarse en las próximas líneas, esto no quiere decir que en esas noticias los/as comentaristas no se refieran en sus discursos a las ideas políticas de los/ as gobernantes/as. En efecto, al carácter breve y reactivo del comentario (Reagle, 2015) se le añade su evidente naturaleza política, que convierte la sección de comentarios de las noticias en campos donde se libran ver- daderas contiendas ideológicas. Además, lejos de ser nula la presencia de comentarios en noticias que señalan las definiciones político-ideoló- gicas de Arroyo, muchas de ellas constituyen un segundo subconjunto (aquellas que superan las 50 intervenciones).
Un caso es el pronunciamiento del ex edil a favor de la restitución del servicio militar obligatorio, quien aseveró que “(dejar de serlo) fue una locura total de una manga de dementes... ahora tenemos las consecuen- cias” (La Capital, 17/07/19). Además de esto, sostuvo que “hay una enorme juventud que no tiene nada que hacer, no tiene un oficio... Lo digo para todo el mundo, hasta para las mujeres. Y además lo haría también para los discapacitados, pero no para ponerles un arma en la mano. Cambiaría el sentido. Lo haría como una escuela de oficios, de capacitación de vida, que es otra cosa totalmente distinta, porque aprenderían a tener orden, a tener disciplina, en muchos casos a ser higiénicos”.
En esta línea, podemos mencionar la aprobación por parte de Arroyo del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que benefició con la aplicación del “dos por uno” a represores condenados por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico-mili- tar. Para el intendente, la respuesta de la ley fue la correcta, “aunque no sea la que quiere la población... o la ideología política” (La Capital, 04/05/17). Entre otras noticias en las que se dejan entrever las ideas polí- ticas de Arroyo, y que tuvieron una amplia recepción por parte de los/as lectores/as, hallamos la que narra el encuentro entre Carlos Arroyo y el diputado Alfredo Olmedo, antes de las elecciones presidenciales de 2019 (La Capital, 09/01/19). El medio lo describe como un candidato ultraderechista, en “sintonía con Arroyo”, cuyas propuestas son el retor- no del “servicio militar obligatorio” y la “castración a violadores”, entre otras. Finalmente, encontramos dentro de este bloque de noticias una en la que se relata la participación de Arroyo en un acto por el Día de la Lealtad, en el que se definió doctrinaria e ideológicamente como pero- nista (La Capital, 18/10/16). La Capital pone en cuestión la pertenencia partidaria de Arroyo, al escribir entre comillas que el intendente llegó al poder “representando a Cambiemos”. Unos años más tarde, el intendente aclararía que su adhesión era hacia el “peronismo de la Constitución de 1949”,” aquel que reivindicaba los valores católicos y nacionalistas (La Capital, 10/05/18).
La indagación en el conjunto de noticias con menos participación de lectores/as devela que existe un número considerable que hace hincapié en los ideales de Arroyo, pero que no ha incentivado la conversación pública en el sitio. Por citar una noticia que tuvo solo dos comentarios, el Día Internacional de la Mujer, y en vísperas del debate por la sanción de la despenalización del aborto en 2018, el exintendente se autodefinía como “católico” y, por lo tanto, “en contra del aborto”. Sin embargo, sos- tuvo que le parecía bien que el tema “sea debatido con responsabilidad” (La Capital, 08/03/18).
Este caso es asimilable a otros en los que la oposición local comparó públicamente la ideología y las políticas de Carlos Arroyo con las del presidente brasileño Jair Bolsonaro, agregando que con el gobierno de Cambiemos estaban “cayendo los valores de la democracia” (La Capital, 01/11/18). Por último, encontramos cuatro comentarios en una publica- ción en la que el medio recordaba el trabajo del edil en tránsito y su frase sobre un “nuevo orden de mano dura”, en el marco del gobierno de Mario Russak, a principios de los años noventa. Al mismo tiempo, relataron su pasado como funcionario de la dictadura y la acusación en los operati- vos sobre el supuesto uso de simbología nazi, como una esvástica en su uniforme. Arroyo aclaró que jamás la había utilizado, además de que su apodo (Zorro Uno) se refería a que era el líder de los oficiales de tránsito (La Capital, 06/03/17).
En relación con la asincronía con la que se ha definido el comentario (Reagle, 2015), observamos que las intervenciones se encuentran relativa- mente atadas al momento de producción de las noticias. Los lectores no suelen compartir sus opiniones mucho tiempo después de que se publi- can las notas. Lo usual es que se realicen durante los primeros cuatro días, con un promedio de 3.8 (Figura 3).
Figura 3.: Primeros diez días de distancia entre fecha de la noticia y fecha del comentario
La práctica de comentar transcurrido ese plazo es poco recurrente. Si analizamos aquellas notas cuyos comentarios tuvieron una distribución temporal más extensa (superior a 150 días), sobresalen unos pocos casos que superaron las 30 intervenciones. Los contenidos de las mismas refie- ren nuevamente a disputas políticas (La Capital, 28/07/19) y al sueldo del ex edil (La Capital, 23/07/20). A pesar de la predominancia de este tipo de noticias, encontramos un solo artículo en el que Arroyo se refirió a las políticas de género como una moda en la que “invierten algunos políti- cos” (La Capital, 07/11/16). De estos datos se resalta que las noticias suelen perderse en el historial del diario digital, puesto que no se actualizan sobre la base de la interacción, como puede suceder en plataformas de redes sociales como Facebook.
En suma, las notas que más intercambios han tenido en el sitio de La Capital no se refieren a aquellas que recuperan la dimensión ideoló- gica, sino más bien a conflictos políticos o económicos coyunturales. Empero, en el caso de las primeras, las encontramos tanto conformando un subgrupo de textos noticiosos con mediano alcance como también uno con noticias de escasa trascendencia. Esta dinámica se itera cuando analizamos los casos en que la distancia entre los comentarios y la publi- cación de las notas es mayor al promedio (concentrado en los primeros días). A pesar de que no es posible determinar las razones por las que una noticia interpela a los/as lectores/as a comentar, las respuestas a este interrogante pueden comprender decisiones ajenas a las comunidades lectoras, desde decisiones editoriales particulares, como la ubicación de la noticia dentro del sitio (central o marginal), hasta la difusión y publi- cidad en plataformas como Facebook, desde donde muchos lectores/as (más de un tercio) acceden a La Capital.
Segunda escala: los sitios de noticias como ámbitos de contiendas ideológicas
Una de las posibles entradas al estudio de comentarios es la que se interroga sobre los comentaristas destacados que, en general, confor- man un pequeño grupo dentro de la extensa lista de participantes del sitio. Esto es notorio en el conjunto de noticias analizadas, donde 18 de los 4143 autores superan el centenar de publicaciones (Figura 4). En las próximas líneas, teniendo en cuenta que la presencia de estos usuarios tiene una influencia directa sobre las conversaciones, nos preguntamos acerca de sus producciones discursivas, intentando identificar sus orien- taciones ideológicas, la plausible manipulación de perfiles en Facebook y su recepción por parte del resto de la comunidad de lectores.
Figura 4.: Lectores que superan el centenar de comentarios. La Capital
En primer lugar, tomaremos como ejemplo los comentarios de dos lectores recurrentes, cuyos sentidos expresados podrían ubicarse en polos opuestos del espectro político. Uno de ellos, Carlos M., representa un discurso crítico hacia las políticas implementadas por el gobierno de PRO y su alianza establecida con la Unión Cívica Radical. En una noti- cia que relata la solicitud de renuncia de Arroyo a la funcionaria Vilma Baragiola, sostiene que la “Unión Cínica Residual fue un partido popu- lar... al que una banda de traidores a sus postulados, delincuentes vendi- dos y asociados a los enemigos del pueblo argentino” lo convirtieron en un espacio funcional al “neoliberalismo apátrida” (La Capital, 26/06/17).
En este sentido, en una noticia sobre la visita del ex intendente a una escuela de la ciudad que fue denunciada como un “apriete” por par- te de sus directivos/as (La Capital, 24/02/17), el lector denuncia lo que considera una pésima intendencia del “general Arroyo”, a quien califica con diversos agravios, tales como “facho asqueroso, colaborador de la tiranía sangrienta”. Esta intervención hace alusión a la designación de Arroyo como director de Transporte y Tránsito en tiempos del comisio- nado Mario Russak, quien había sido elegido por el gobernador de fac- to Ibérico Manuel Saint Jean (Página 12, 26/10/15). Además, en reiteradas ocasiones, ante el rechazo hacia el ex intendente por parte de comenta- ristas que defienden la propuesta del gobierno de Cambiemos (a nivel nacional y provincial), el usuario propone “no olvidar” que Arroyo forma parte de ese gobierno (Figura 5):
Figura 5.: Comentarista destacado
Por otro lado, una reacción habitual por parte del lector (y de otros) es la utilización de la etiqueta “troll”, pero no en alusión al posible anoni- mato de los perfiles o al uso de un lenguaje racista o sexista, sino como una manera de desacreditar los discursos que, según sus palabras, son encubridores de las “gestiones de derecha”. Sobre la base de una defini- ción amplia de las derechas por parte de estos usuarios, que cavilan des- de lo que califican como “los fachos marplatenses, votantes de Arroyo”,” hasta los “defensores del neoliberalismo”, se tornan recurrentes comen- tarios tales como “silencio troll”, “troll detectado” o “solo escribe lo que le mandan” (La Capital, 04/06/16). Esta representación del troll se encuentra desapegada de su definición tradicional, pero puede ser leída como una re significación local, atento a la asociación que existe entre la utiliza- ción de trolls y el gobierno de Cambiemos (Slimovich, 2018).
Por contrapartida, un usuario con más de trescientos comentarios en las noticias, Ricardo R, centraliza su discurso en el rechazo hacia el peronismo y representa un tipo de narrativa presente en esta sección de La Capital. En una frecuente discusión entre lectores, en el marco de una noticia sobre la transición entre el mandato de Carlos Arroyo y Guillermo Montenegro, candidato de Juntos por el Cambio (La Capital, 28/10/19), un participante sostiene que “Mar del Plata es la capital nacio- nal de la eutanasia”, mientras que otro le contesta que “lo preferimos (a Guillermo Montenegro) antes que a los zurdos”. En este hilo, el primer usuario no solo se expresa en contra de los gobiernos locales, sino tam- bién de los votos de los marplatenses (Figura 6).
Figura 6.: Respuesta a comentarista destacado
Es la reacción a este comentario por parte del usuario Ricardo R lo que devela una posible orientación ideológica: “vas a seguir cagado de ham- bre porque este país ya lo dejó fundido tu jefa (por Cristina Fernández de Kirchner)”.” Por otro lado, recupera un segmento de un discurso de Perón en el que sostuvo que “todo argentino debe producir por lo menos lo que consume, solo que muchos peronistas creen que eso es solo para los demás”.
La ubicuidad de este tipo de intercambios en las noticias devela que la dicotomía peronismo-antiperonismo es un eje insoslayable en las conversaciones.12 Los comentarios no solo se vinculan de manera más o menos directa con los artículos del sitio, sino que tampoco pueden escindirse de la cultura política que les da sentido. Así como sucede con el apelativo de troll, la histórica etiqueta “gorila” es un ejemplo que se itera en múltiples hilos de la sección de comentarios, en tanto nomina posiciones vinculadas a un proyecto político de los sectores dominantes o aliados al capital transnacional (Retamozo y Schuttenberg, 2016).13 El carácter breve, belicoso e hiperbólico, que puede derivar en un formato descortés, se reafirma en este tipo de expresiones. Es esta particularidad del comentario la que promueve una contestación. En el caso del signifi- cante “gorila”, en su heterogeneidad de tradiciones, las derechas han sido aludidas por este término. En efecto, tratar de impugnarlo constituye una estrategia de reivindicación a partir de la desacreditación de discur- sos que defienden a los gobiernos peronistas (Figura 7).
Figura 7.: Hilo de respuesta
Del análisis anterior sobresale que los comentarios en noticias que refieren al exintendente Carlos Arroyo derivan en una multiplicidad de tópicos, muchos de los cuales exceden las opiniones sobre el edil. No obs- tante, se reconocen hilos de comentarios que aluden a estas ideas, como una crítica que introduce el lector Ricardo R al señalar que Arroyo “dijo ser peronista de la primera hora, y es otro que está gagá como vos”. Esta última aseveración no solo es habitual por parte de este usuario, sino que consolida una opinión compartida con otros/as comentaristas, que desvincula políticamente al exintendente Arroyo de la coalición gober- nante. Las críticas hacia Arroyo están centradas en su supuesta adhesión ideológica al primer peronismo, pero también en sus acercamientos his- tóricos a ciertos sectores disidentes del justicialismo oficialista, como Alberto Rodríguez Saá en 2009 o Eduardo Duhalde en 2011.
Un aspecto no menor en este tipo de comentarios son las escasas alu-siones a la derecha, así como las definiciones de Arroyo como “facho”, “neonazi” o “milico de alma”, que sí son pronunciadas por otros secto- res de lectores/as, algunos/as de los cuales se autodefinen como peronis- tas (La Capital, 10/05/18). Esta asociación puede remitirse al período en que Arroyo, apodado “Zorro Uno”, ocupó un cargo como director general de Transporte y Tránsito. La victoria de Mario Russak de la mano de la UCEDE en 1991 puso fin a la hegemonía del radicalismo que había gober- nado durante dos períodos consecutivos desde el retorno democrático. El flamante intendente reorganizó su gabinete incorporando a sus filas funcionarios/as de extracción liberal-conservadora (Ferreras y Molinari, 1999). En esa época, Arroyo fue acusado de antisemitismo al tener sim- bología nazi en su despacho por la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) (Infobae, 13/09/15). Si bien desmintió estas acusacio- nes, reconoció tener una estatuilla del mariscal alemán Erwin Rommel, conocido como “zorro del desierto” (La Capital, 06/03/17). Los comenta- rios vinculados a este suceso constituyen una estrategia frecuentemente utilizada por los/as lectores para criticar a Arroyo.
En un segundo plano, el estudio de la circulación de discursos produ- cidos por usuarios/as destacados/as requiere considerar la recepción de los mismos por parte de las comunidades lectoras, lo cual es posible al indagar en los/as comentaristas más “likeados” o en los hilos de contes- taciones que han suscitado. En el caso de los dos lectores con más reac- ciones favorables, encontramos discursos críticos del gobierno nacional y local, como revela un comentario en una noticia en la que el jefe comu- nal celebraba la victoria de Vilma Baragiola en las primarias de 2017. En la misma, negaba que Cambiemos lo “haya ocultado” durante la campa- ña electoral, porque la gobernadora Vidal había decidido que él se “dedi- cara a gestionar y Baragiola hiciera campaña” (La Capital, 14/08/17). Uno de los/as usuarios/as sostuvo que “las elecciones se ganan o se pierden” y que “Nestor Kirchner perdió una elección nacional de diputados con- tra la lista encabezada por el empresario macrista de Narváez... e inme- diatamente salió a reconocerlo”. En cambio, según el lector, la derecha “acostumbrada a llegar al gobierno de cualquier manera —en la mayoría a través de sangrientas dictaduras— no les gusta perder y mucho menos cuando detentan el gobierno, ya que el poder siempre lo detentan y recu- rren al fraude”.
Sin embargo, es menester considerar que en esa noticia existe una variedad de comentarios que se manifestaron en favor del resultado elec- toral, como el de un usuario que señaló: “me parece que hay un pequeño grupo de opinólogos (los impresentables de siempre) y por el otro lado el pueblo que vota”. Además, otro planteó que “si está tan mal la gestión del actual intendente, ¿para qué lo votan masivamente?”, a lo que un lector le contestó que “el odio y la tv basura son malos consejeros para la demo- cracia y la felicidad del pueblo”. Este hilo de conversaciones se replica por decenas; mientras que algunos reconocen apoyar y haber votado a Arroyo, otros ponen en duda la veracidad de los resultados electorales.
Figura 8.: Ejemplo de comentario en una noticia sobre las elecciones a intendente
Por otro lado, estos/as agentes comparten una serie de menciones con connotaciones negativas hacia el exintendente Arroyo, tales como “nunca conocí a un facho que le gusta la educación y cultura... Dr. Inútil Arroyo” o “Vidal lo enchufó al führer en la ciudad infeliz” (La Capital, 23/03/19). Estas menciones se repiten en otro conjunto de noticias en las cuales los/as lectores/as asocian al gobierno nacional, particularmente a la familia Macri, con la última dictadura militar y la figura de Carlos Arroyo por su participación como funcionario (La Capital, 30/08/18 y 29/03/19). En una noticia en la que se trataba el desconocimiento de Arroyo sobre la aprobación de la emergencia en infraestructura escolar por parte del Consejo Deliberante, un usuario sostiene que “[Arroyo] se piensa que aún sigue siendo el Zorro 1 y gobierna Videla... (bueno, tanto no le erra en las dos cosas)”. No obstante, si analizamos los comentarios con mejor recepción, encontramos que uno de ellos (que obtuvo más de 20 “likes”) pertenece a un lector con una orientación completamente diferente (Figura 9).
Figura 9.: Comentario destacado por sus “likes”
Este tipo de comentarios son también los que habilitan la mayor can- tidad de respuestas, como el que se desarrolla en una noticia en la que el sucesor de Arroyo, Guillermo Montenegro, sostuvo que el exedil estaba incumpliendo con la ley de responsabilidad fiscal (La Capital, 05/11/19). En tanto, uno de los/as usuarios/as planteó que “Arroyo asumió e hizo exactamente lo mismo que este señor... mismo partido político, mismos globitos... tenemos lo que merecemos”;” uno de los/as lectores/as fre- cuentes señaló que “siempre podés mudarte a La Matanza y allá disfrutar de las ventajas de un municipio peronista”. Al mismo tiempo, un tercer comentarista le contestó: “múdate vos y todos los gorilas de la ciudad. Ya hicieron mucho daño”.
Para complejizar el abordaje, resulta pertinente hacer una breve mención de aquellos perfiles de Facebook de usuarios/as recurrentes que no poseen nombres propios, como “Helicóptero pindonga radical” o “La pesada herencia en Mar del Plata”. En ambos casos, se trata de per- files que producen discursos con formatos reactivos, agresivos y breves que rechazan la gestión de Arroyo y Cambiemos. Un ejemplo de ello está presente en una noticia en la que se hizo mención a la ausencia (histó- rica) de Carlos Arroyo en la sesión realizada por el Concejo Deliberante para conmemorar el “Día de la Memoria, por la Verdad y la Justicia” (Figura 10).
Figura 10.: Perfiles
Por las características de estos perfiles, resulta paradójico que, a pesar de su cercanía a la definición de troll, no sean considerados de esta manera por el resto de los usuarios. Por el contrario, son estos comen- taristas quienes etiquetan a los lectores con pensamientos contrarios (o de derecha) bajo ese término. En este caso, uno de los tópicos frecuentes es el que vincula al gobierno con las políticas neoliberales. Los debates sobre el neoliberalismo parecen recorrer dos andariveles distintos: por un lado, el que refiere a las discusiones entre modelos económicos, y por el otro, el que cristaliza las maneras en que los lectores reconocen o dis- cuten las ideas de los votantes marplatenses.
Un lector sostuvo que son “setenta años gobernando el peronismo”, mientras que otro le contestó que la ciudad no “elige intendentes pero- nistas”. Por su parte, son comunes los discursos que rechazan los resulta- dos electorales en la ciudad por su tendencia a elegir “gobiernos gorilas” o “de derecha”. Un comentarista planteó que “la ciudadanía marplatense ha sido históricamente gorila y no tendría ningún problema en votar a Olmedo”. En contraposición, una lectora agregó que “los peronistas son como la mugre... carroña total”. A este comentario, un usuario contestó que “tiene que seguir Arroyo... sino de qué van a hablar los peronchos, los k y el zurdaje...”” (La Capital, 09/01/19). En ese mismo hilo, un comen- tarista escribió que “los gorilas siempre fueron ignorantes”, mientras que otra contestó que “los peronchos no tienen lugar en mi Mardel...”.” Es en esos momentos en los que el sitio de noticias, en el plano político local, se constituye como un espacio de deliberación sobre las orientaciones políticas históricas y actuales de los/as electores/as marplatenses.
Conclusiones
Los comentarios de los lectores se ubican en el centro de las discusio- nes actuales sobre medios, participación y democracias, en el marco de la configuración de un ecosistema mediático definido por la convergencia entre sitios de noticias y plataformas. Las lecturas sobre la irrupción de la web 2.0 a principios del siglo pasado se caracterizaron por una valo- ración de su función en la superación de la crisis de comunicación del modelo liberal, en tanto que se auguró como un espacio colaborativo y de apertura de la esfera pública. En este proceso, la sección de comenta- rios se convirtió en un elemento ineludible en las interfaces de la prensa digital, como ámbito de vinculación, hipertexto e interactividad dedica- da al usuario/a.
A pesar de reconocerse un aumento en términos de participación ciu- dadana, en los últimos años ha surgido una literatura que pone en duda la productividad de los intercambios en las redes, al tiempo que alerta sobre los peligros de la manipulación algorítmica y la venta de datos privados con fines políticos. En este escenario socio-técnico, suele decir- se que existe una tendencia a la derechización de la web, producto del avance creciente de movimientos con discursos extremistas que, en su rechazo hacia la izquierda cultural, reivindican lo “políticamente inco- rrecto”. Los comentarios, lejos de ser una cuestión baladí, nos ofrecen una puerta de entrada a la comprensión de la cultura contemporánea.
En este artículo se reafirma nuestra consideración inicial de que los comentarios de lectores/as, dado su carácter hiperbólico, breve y belico- so, promueven un tipo de discusión que, en ocasiones, convierte a los sitios de noticias en espacios donde se libran contiendas ideológicas. La investigación sobre comentarios en noticias con menciones al exinten- dente Carlos Fernando Arroyo (2015-2019) implicó un abordaje dual de noticias y lectores/as frecuentes, así como la recepción por parte del res- to de las comunidades lectoras. El recorte del corpus no fue antojadizo, puesto que partimos de un interrogante legítimo sobre las conversacio- nes que se dieron en el marco de un gobierno liderado por un referente con ideas políticas cercanas a las derechas, que supo cosechar más del 45 % de los votos en una alianza temporal con Cambiemos.
En primer término, se analizaron las características de las noticias, teniendo en cuenta que, si bien las finas sogas que atan el comentario al contexto de la noticia pueden cortarse fácilmente, el comentario es intertextual. La medición de la popularidad de las noticias, según la can- tidad de comentarios, reveló que, de la extensa producción de La Capital, solo una ínfima parte promueve una participación activa de los/as lec- tores/as. Además, la trascendencia o intrascendencia de las noticias, al considerar su contenido, arroja resultados dispares. Por un lado, los/as lectores/as han sido atraídos mayoritariamente por sucesos de orden económico o rencillas políticas, por sobre aquellas noticias que aludían a la ideología del ex intendente. Sin embargo, dada la naturaleza ubicua, asíncrona y política del comentario, en esas noticias existe una fuerte presencia de discursos con menciones a las ideas políticas, aunque esto se hace más evidente en aquellos textos noticiosos que refieren de mane- ra explícita a la ideología del ex intendente.
En segundo lugar, se analizaron los comentarios de lectores/as fre- cuentes o destacados/as, lo que demostró que, de la extensa lista de parti- cipantes del sitio, existe un pequeño grupo de asiduos/as comentaristas y uno mayoritario que comenta poco. El estudio de este subconjunto es relevante, ya que una de las finalidades de los comentarios es imponer una postura política, por lo que estos/as lectores/as tienden a ejercer una influencia sobre las conversaciones. En relación con la identificación de posibles orientaciones ideológicas, se reveló que, tal como sucede con los comentarios en la prensa nacional, la dicotomía peronismo-anti pero- nismo es un eje insoslayable en la sección política. Los comentarios, por su carácter indexical, no pueden escindirse de una cultura política más amplia que les da sentido. La histórica etiqueta “gorila” es un ejemplo que se itera en múltiples hilos de la sección comentarios para designar posiciones vinculadas a un proyecto político de los sectores dominantes.
Sin embargo, si ‘gorila’ ha sido históricamente utilizado para desig- nar un tipo de posición ideológica, el significante ‘troll’ emerge como una asociación directa con esas posturas por parte de sectores “anti derechas”, sin importar si el perfil cumple con la definición clásica: ser apócrifo o expandir cierto tipo de discursos violentos. En contraste, la contestación más común a este tipo de nominaciones es el rechazo hacia el peronismo, considerado por dichos usuarios como el origen de la “decadencia nacional”. Estas oposiciones no opacan el hecho de que los lectores críticos hacia Cambiemos se refieren al ex intendente como “facho”, “milico” o “neo nazi”, considerando que la ideología de Arroyo es altamente compatible con la de la coalición gobernante. En cambio, del otro lado del campo político, las menciones a Arroyo tienen una menor intensidad. Las escasas manifestaciones tienden a la distinción entre el gobierno local y nacional, con críticas hacia el primero, sobre todo luego de los reiterados enfrentamientos entre Arroyo y funcionarios de Cambiemos. En general, las conversaciones que comienzan con una alu-sión hacia el ex edil se derivan hacia la polarización.
Por su parte, existen usuarios recurrentes que no poseen nombres pro- pios en sus perfiles de Facebook y que presentan discursos hiperbólicos o agresivos de rechazo a la gestión de Arroyo, los cuales no son tratados como “trolls” por parte del resto de los lectores. Los debates que se deri- van de los argumentos textuales aportados por los usuarios son varia- dos, aunque sobresalen, en el plano nacional, las discusiones en torno al neoliberalismo y, en lo local, las que se vinculan con una supuesta ideo- logía de derecha que domina en la ciudad. El sitio de noticias se consti- tuye como un terreno de deliberación sobre las orientaciones políticas de los electores marplatenses.
En síntesis, se identifica un movimiento que podríamos considerar afín al peronismo, el cual se expresó fuertemente en los comentarios durante el período analizado y que denuncia lo que entiende como una ideología (de derecha) predominante en la ciudad. Por contrapartida, también se pronunció un grupo de lectores/as que defiende las políti- cas aperturistas, oponiéndose férreamente al peronismo, pero que no necesariamente apoya al ex intendente Arroyo. En la sección política de La Capital, este binomio es preponderante, lo que refleja, por un lado, la polarización social y, por el otro, la relevancia del sitio como espacio de encuentro entre las diferencias políticas. Por último, puede señalarse que, mientras Cambiemos se ha caracterizado como un partido que hace un uso efectivo de las tecnologías de Internet, los/as candidatos/as que emergen de alianzas locales con actores tradicionales no tienen la mis- ma recepción en los comentarios.
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