Publicado

2016-09-01

Dulce María Granja, E. C. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.”

DOI:

https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v65n162.59715

Palabras clave:

Kant, Rousseau, paz perpetua (es)

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Autores/as

  • Juan Camilo Álvarez Universidad Nacional de Colombia
Eduardo Charpenel Elorduy y Dulce María Granja Castro. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.” Signos filosóficos 16.31 (2014): 37-62.

https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v65n162.59715

Eduardo Charpenel Elorduy y Dulce María Granja Castro. "El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant." Signos filosóficos 16.31 (2014): 37-62.

En primera instancia, me parece conveniente y oportuno señalar que soy un estudiante de filosofía en ejercicio, carezco de un conocimiento profundo acerca de la teoría moral kantiana y, desde luego, esto me ha impedido conservar la rigurosidad que un ejercicio de este tipo requiere. Por tal motivo, espero que estas indicaciones sepan explicar las limitaciones a las que me enfrento y las incorrecciones que podría llegar a cometer.

El texto presenta diferentes matices de estos dos pensadores de la Ilustración. Adicionalmente, mediante un recuento histórico y cultural de la época, manifiesta que la propuesta kantiana contiene elementos que muestran cierta influencia del filósofo ginebrino.

El hilo conductor del texto está dado por los aportes de ambos autores a la estructuración de la paz perpetua dentro de las naciones y entre ellas. Este recuento histórico pretende interpolar temáticas comunes en las obras de Kant y Rousseau, de forma que es posible, dadas las similitudes, comparar el pensamiento de ambos filósofos.

Rousseau, un pensador con enfoque estadista, plantea la noción de confederación, la cual tiene su origen en el Imperio romano. Asimismo, resalta algunas prácticas que quebrantarían tal asociación. Dicha confederación se muestra como solución a los comunes y constantes conflictos entre las naciones de Europa. Rousseau enumera algunas acciones que suscitan enemistad y desconfianza entre las naciones, tales como: robos, guerras, asesinatos, entre otras.

Un aspecto notable en la teoría del pensador ginebrino es el análisis de las relaciones provenientes de la propiedad, las cuales considera como evidentes causas de disputas entre los seres humanos; pues, antes de entrar a formar parte de una sociedad, los hombres son independientes entre sí. Estas relaciones son lacónicas y no son el precedente de grandes confrontaciones. Lo anterior muestra una diferencia entre los intereses particulares individuales y las guerras entre Estados que están en un contexto superior, dado que estas requieren organización y financiación de una colectividad política sólida. Las guerras se originan entre gobernantes. Aunque, en teoría, la tarea principal de estos dirigentes es resguardar los derechos de sus gobernados, el Estado emplea a los ciudadanos como meros instrumentos de guerra.

Del mismo modo, Rousseau expone que no existe una nación lo suficientemente superior para ser soberana de Europa (cf.Granja y Charpenel 45). Lo que lo lleva a formular que pretender el poder absoluto en Europa sería un craso error de los gobernantes. Dado que además de ser una labor titánica, su permanencia en el poder sería transitoria. Existe una heterogeneidad en el pensamiento político en Europa. Esto exige la adecuación de reglamentos entre las naciones; lo que conlleva reparos de las naciones en desventaja bélica. La tesis que sugieren los autores del artículo, de todo el proyecto de Rousseau, es que la guerra debe librarse contra enemigos externos para mantener la paz continental de Europa. Una tesis que resulta paradójica y difícilmente viable para naciones no europeas. Debido a que los europeos podrían basarse únicamente en su condición de ser originarios de Europa, para acusar y vapulear a los que no lo son.

Por su parte, Kant elaboró un postulado basado en la moral. Aunque, al margen de esta, él define en artículos preliminares –como se menciona en el texto (cf.Granja y Charpenel 52)– una serie de condiciones necesarias para alcanzar y preservar la paz. Utilizando conceptos como autonomía, voluntad y libertad, valores imprescindibles en un Estado que pretende conseguir la paz. Kant examina minuciosamente todas las consideraciones políticas y prácticas que requieren la estructuración de una confederación de paz.

Posteriormente, Kant torna de contenido moral su discurso, pues señala que para lograr la paz perpetua es preciso reestructurar los fundamentos de la sociedad política, haciendo especial énfasis en las convicciones políticas fundamentales de los ciudadanos y de los políticos en procura de la paz. A su vez, cuestiona si la ética y la política buscan el mismo propósito. La propuesta kantiana pretende resolver esta dicotomía con un discurso normativo, aunque en la aplicación de principios de este tipo se encuentre una respuesta negativa y una oposición general. Kant –dicen los autores (cf.Charpenel y Granja, 59)– se dirige a los políticos, no para desaconsejar conductas inviables, sino para cuestionar el trabajo de aquellos individuos que no cumplen sus obligaciones acordes a su puesto (cf. Hobbes 1993). Todo esto para señalar la importancia de un escenario ideal de discusión acerca del ejercicio del Estado y su constitución. De esta manera, el filósofo de Königsberg recurre a la razón práctica para analizar el accionar de los gobernantes; todo esto, dado en el marco en el cual sea posible la libre expresión de propios y extraños.

Ahora bien, una idea que no comparto es la de confrontar dos posturas con el objetivo de establecer la mejor y la más consistente, pues esencialmente son distintas. Si bien la fórmula kantiana ofrece mayores aportes a la consecución de un ideal de paz desde el punto de vista moral, la visión de Rousseau carece de este intento; su propuesta está dada más como una fórmula de estadista que como un código moral. En el texto se dice: "A la luz de lo anterior, podríamos pensar que Rousseau no es en el fondo más que un mero pragmatista que no busca proporcionar ninguna pauta moral para sostener el ideal de la paz perpetua". Esto sería, a mi parecer, un juicio precipitado. Rousseau sí procura hacer patente la importancia moral de dicha alianza. Esto se muestra, por ejemplo, en su opinión de que "la paz posee un valor intrínseco que es tan obvio y evidente que no requiere ninguna justificación adicional para las personas de buen y sano entendimiento" (Granja y Charpenel 46).

Afirmar que la paz posee ese valor intrínseco puede implicar varias interpretaciones; una de ellas es que la moral es una condición natural, y que, por ende, tratar de articularla es innecesario. La otra es que el discurso moral no ejercería una notoria influencia para ser tenido en cuenta dentro de esta propuesta. La moral sería un instrumento que facilitaría la asociación política. De este modo, la principal preocupación de Rousseau es precisamente esta alianza. Como estadista, su iniciativa está dada en términos de relación confederativa entre varias naciones; la moral no es una preocupación central. Mientras que, por su parte, para Kant la moral desempeña un papel fundamental en la constitución de una paz duradera.

Todo esto para señalar que, desde luego, la propuesta de Kant posee una solidez, en términos morales, mayor a la de Rousseau. No obstante, esto no significa que haya una teoría moral incompleta en Rousseau, lo que considero es que este tema no ocupaba su atención tanto como en el filósofo de Königsberg.

Una razón que podría explicar la postura de Rousseau es que él evaluó la diversidad de pensamientos políticos de las naciones, lo cual lo llevó a cometer imprecisiones y a entrar en contradicciones en su teoría. Kant parte de un ideal que podría no responder a las diferencias culturales y, en especial, económicas entre las naciones. La formulación kantiana descansa en unas condiciones que, como relata la historia europea, no fueron aplicadas. Las grandes revoluciones fueron originadas por sectores de la sociedad que no compartían los dictámenes gubernamentales, y que, en vista de que no fueron escuchados, recurrieron a las vías de hecho para mostrar su descontento. Por otro lado, Rousseau no expone un cuerpo ideológico que resuelva el ideal de la paz perpetua. Pero sí consideró aspectos que para Kant parecían no tener una relevancia en la estructuración de su doctrina. Nociones tales como la persecución de intereses privados por parte de los gobernantes, la búsqueda de soberanía de las naciones o que los ciudadanos son piezas en un conflicto bélico, han tenido una respuesta histórica que les ha dado validez. El nazismo de Hitler evidenció la pretensión de conseguir la soberanía en Europa partiendo de un principio étnico y racial. Guerras mundiales en las cuales hubo gran mortandad de seres humanos que defendían su patria. De modo que, si bien la doctrina de Kant ofrece herramientas más sólidas y viables en la consecución de la paz perpetua, no tuvo en consideración realidades políticas que obstaculizaban tal ideal. Rousseau, un pensador pragmático y con vocación política, tuvo desaciertos en su teoría, pero destacó la heterogeneidad de las intenciones y orientaciones políticas que son imprescindibles en la articulación de un ideal tan ambicioso como lo es el de la paz perpetua.


Bibliografía

Hobbes, T. Leviatán. Madrid: Alianza, 1993.

Juan Camilo Álvarez Ladino
Estudiante de pregrado Universidad Nacional de Colombia, Bogotá - Colombia
jucalvarezla@unal.edu.co

Referencias

Hobbes, T. Leviatán. Madrid: Alianza, 1993.

Cómo citar

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Álvarez, J. C. «Dulce María Granja, E. C. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.”». Ideas y Valores, vol. 65, n.º 162, septiembre de 2016, pp. 404-6, doi:10.15446/ideasyvalores.v65n162.59715.

ACM

[1]
Álvarez, J.C. 2016. Dulce María Granja, E. C. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.”. Ideas y Valores. 65, 162 (sep. 2016), 404–406. DOI:https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v65n162.59715.

ACS

(1)
Álvarez, J. C. Dulce María Granja, E. C. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.”. Ideas Valores 2016, 65, 404-406.

APA

Álvarez, J. C. (2016). Dulce María Granja, E. C. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.”. Ideas y Valores, 65(162), 404–406. https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v65n162.59715

ABNT

ÁLVAREZ, J. C. Dulce María Granja, E. C. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.”. Ideas y Valores, [S. l.], v. 65, n. 162, p. 404–406, 2016. DOI: 10.15446/ideasyvalores.v65n162.59715. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/59715. Acesso em: 23 abr. 2024.

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Álvarez, Juan Camilo. 2016. «Dulce María Granja, E. C. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.”». Ideas Y Valores 65 (162):404-6. https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v65n162.59715.

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Álvarez, J. C. (2016) «Dulce María Granja, E. C. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.”», Ideas y Valores, 65(162), pp. 404–406. doi: 10.15446/ideasyvalores.v65n162.59715.

IEEE

[1]
J. C. Álvarez, «Dulce María Granja, E. C. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.”», Ideas Valores, vol. 65, n.º 162, pp. 404–406, sep. 2016.

Turabian

Álvarez, Juan Camilo. «Dulce María Granja, E. C. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.”». Ideas y Valores 65, no. 162 (septiembre 1, 2016): 404–406. Accedido abril 23, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/59715.

Vancouver

1.
Álvarez JC. Dulce María Granja, E. C. “El ideal de la paz perpetua en Rousseau y Kant.”. Ideas Valores [Internet]. 1 de septiembre de 2016 [citado 23 de abril de 2024];65(162):404-6. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/59715

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