Published

2020-07-01

LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR

Qualitative Research in Higher Education

Keywords:

Investigación cualitativa, Formación profesional, Humanidades, Pensamiento crítico, Conocimiento (es)
Cualitative research, Job training, Humanities education, Critical thinking, Knowledge (en)

Authors

Objetivo: con este artículo se busca reconocer la relevancia de la investigación cualitativa para los estudiantes de las ciencias humanas y sociales; ya que, desde el principio la educación debe posibilitar la construcción entre el ser y el saber. Metodología: a partir de una revisión teórica se identificaron los principios rectores de la investigación cualitativa y su aplicación a las ciencias humanas y sociales. Hallazgo: es importante señalar que la profesionalización tiene una relación directa con la investigación; es fundamental que los egresados cuenten con habilidades investigativas adquiridas desde la academia. Conclusión: la formación de la investigación en la educación superior debe propender por el desarrollo de un pensamiento crítico y reflexivo sobre las necesidades de la sociedad y principalmente de las comunidades; para ello, se deben proponer actividades académicas en cada seminario que permitan dichos análisis.  

Object: the purpose of this article is recognizing the relevance of qualitative research for students of humanities and social sciences, since principles of education must enable constructions, regarding the actions of being and knowing. Methodology: the basic principles of qualitative research were identified, starting with a theoretical review, as well as their application in social sciences and humanities. Findings: it is important to highlight that professionalization has a direct relation with research. It is fundamental for graduates to have research abilities acquired in academic environments. Conclusion: formation for research in high education must appeal to develop critical and reflexive thinking upon the needs of a society and, mostly, communities. For its accomplishment, purposing academic activities during courses and seminars allowing such analysis is a must. 

La investigación cualitativa en la educación superior

Qualitative Research in Higher Education


 

Fecha de recibido: 04 / 10 / 2019 - Fecha de aceptación: 24 / 03 / 2020


 

Ana María Abad Salgado. Magíster en Estudios de Familia y Desarrollo de la Universidad de Caldas, Psicóloga de la Universidad de Manizales. Docente e Investigadora del Programa de Psicología de la Corporación Universitaria Minuto de Dios – UNIMINUTO, Centro Regional Chinchiná. Colombia. Correo electrónico: aabadsalgad@uniminuto.edu.co ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6924-9555

 

Cómo citar este artículo

Abad-Salgado, A.M. (2020). La investigación cualitativa en la educación superior. NOVUM, 2(10), 30 - 49.

 

Resumen

Objetivo: con este artículo se busca reconocer la relevancia de la investigación cualitativa para los estudiantes de las ciencias humanas y sociales; ya que, desde el principio la educación debe posibilitar la construcción entre el ser y el saber. Metodología: a partir de una revisión teórica se identificaron los principios rectores de la investigación cualitativa y su aplicación a las ciencias humanas y sociales. Hallazgo: es importante señalar que la profesionalización tiene una relación directa con la investigación; es fundamental que los egresados cuenten con habilidades investigativas adquiridas desde la academia. Conclusión: la formación de la investigación en la educación superior debe propender por el desarrollo de un pensamiento crítico y reflexivo sobre las necesidades de la sociedad y principalmente de las comunidades; para ello, se deben proponer actividades académicas en cada seminario que permitan dichos análisis.  Palabras clave: Investigación cualitativa; Formación profesional; Humanidades; Pensamiento crítico; Conocimiento.

Abstract

Object: the purpose of this article is recognizing the relevance of qualitative research for students of humanities and social sciences, since principles of education must enable constructions, regarding the actions of being and knowing. Methodology: the basic principles of qualitative research were identified, starting with a theoretical review, as well as their application in social sciences and humanities. Findings: it is important to highlight that professionalization has a direct relation with research. It is fundamental for graduates to have research abilities acquired in academic environments. Conclusion: formation for research in high education must appeal to develop critical and reflexive thinking upon the needs of a society and, mostly, communities. For its accomplishment, purposing academic activities during courses and seminars allowing such analysis is a must. Keywords: Cualitative research; Job training; Humanities education; Critical thinking; Knowledge.


Introducción

En la actualidad vivimos en el siglo del conocimiento, lo cual se revela en los descubrimientos científicos que se anuncian a diario; sin embargo, ¿se puede afirmar, en sentido estricto, que la ciencia está creciendo?, o es sólo la aplicación de la misma al mundo fáctico, es decir, que las bases científicas siguen siendo las mismas o casi las mismas. Parece existir en los últimos tiempos un interés generalizado por el conocimiento y este ha conducido a la atomización de literatura sobre investigación, metodologías, ciencias y epistemología.

En los ejercicios disciplinares emprendidos por las ciencias humanas y sociales, se puede observar una creciente tendencia por las investigaciones cuantitativas, dado que esta desde el positivismo da cuenta de la recolección de la información de una manera objetiva y estandarizada, sumado a la obtención de resultados desde los principios de la validez y la confiabilidad por medio de herramientas estadísticas; no obstante, es importante reflexionar sobre la capacidad comprensiva, interpretativa y analítica que brinda la investigación cualitativa en tiempos donde la sociedad está atravesando por notorias crisis sociales, lo que requiere develar el mundo de la vida y la forma como los individuos representan y reproducen en sus contextos e interacciones.

La comprensión es la forma como el sujeto no solo interpreta a los otros, sino que los acepta desde el contexto mismo en donde se dan los hechos sociales, a través de realidades y tendencias, de experiencias y vivencias; el mundo es un escenario que siempre tiene cosas nuevas por descubrir y por tanto impulsa en el ser humano su curiosidad, dispositivo que ha estado presente desde el inicio de la humanidad y lo dispone a indagar y a descubrir.

Así entonces, los investigadores consideran que los fenómenos pueden depender de ciertos factores (determinantes). En este sentido, el objetivo de la ciencia es poner de manifiesto la existencia de relaciones entre un fenómeno y sus determinantes, los cuales actúan sobre ese fenómeno, es decir, el interés de conocimiento científico va desde la descripción hasta la explicación, pasando por la comprensión. La ‘descripción’ es el propósito más elemental de la ciencia, que consiste en enumerar las características de un fenómeno o de sus determinantes; por su parte, la ‘comprensión’ es un propósito intermedio de las ciencias humanas, que consiste en establecer el sentido que los actores sociales dan a sus propias conductas (Giroux y Tremblay, 2004). Por último, la ‘explicación’ consiste en enunciar una teoría capaz de dar cuenta de ciertos fenómenos observados y que permite predecir otros (Delgado, 1996).

1.     Filosofía de la educación en el marco de la investigación

La educación constituye un acto particularmente problemático, por ser esta una actividad compleja en la que intervienen distintas variables: acciones, ideas, sentimientos, personas, objetos e instituciones, entre otras. La complejidad de los fenómenos educacionales hace difícil su estudio; para esto, se ha recurrido a la creación de modelos con base en una teoría integracionista: teoría de la educación, de la pedagogía fundamental y de la filosofía de la educación. Durkeim, citado por Fullat (1987), señala que la educación es aquella acción ejercida por las descendencias adultas sobre las generaciones débilmente socializadas.

Por su lado Fullat (1987), plantea dos orientaciones principales de la razón: 1) la analítica y 2) la sintética:

Dentro de la primera aparecen la modalidad tecnológica -búsqueda de modelos operativos regionales- y la modalidad científica -indagación de modelos teóricos regionales. La sintética e integradora, en la que hay búsqueda de modelos -tanto teóricos como operativos-, ambos generales, que procuran hacerse cargo del fenómeno educativo entendido como una totalidad […] Pedagogía Fundamental, Teoría de la Educación y Filosofía de la Educación. (p. 6)

El hacer educativo problematiza en dos direcciones: en el cómo, al intervenir la conducta del individuo, a fin de obtener algo, el para qué, lo que implica pedagogía y filosofía. Tanto el sistema educador, como sus subsistemas estructurantes, psicobiológico, sociohistórico y axiofilosófico, se caracterizan por ser realidades móviles que obligan a modificar constantemente los modelos (Fullat, 1987); por ello, los modelos de la Filosofía de la Educación procuran integrar globalmente los tres subsistemas antropológicos.

A la filosofía de la educación le corresponde completar las limitaciones de las ciencias y de las tecnologías particulares de la educación; desde su saber critico esclarece enunciados y argumentos metafísicos que implican quién es el educando, qué y para qué es la educación; interrogantes que en contexto connotan el quehacer científico del educador, quien sustenta su quehacer en la pedagogía[1].

La pedagogía se sustenta en los constructos teóricos. La teoría es, en general, una descripción y una explicación de lo que sucede, ha sucedido o es inverosímil que suceda en la esfera de lo empírico (Moore, sf; citado por Fullat, 1987).

Una teoría científica pretende conocer, siendo su función principal sistematizar y aumentar los conocimientos. La tarea de la Teoría de la Educación consiste en intervenir el aprendizaje de tal modo que, además, proporcione informaciones que lo hagan más eficaz.

A su vez, a la filosofía le incumbe formular interrogantes donde la actividad científica no se cuestiona. En el Gráfico 1 se sintetiza la relación entre filosofía y educación.

Gráfico 1. Relaciones entre filosofía y educación.

Fuente: Elaboración propia.


2.    ¿Cuáles son las diferencias entre el conocimiento común y el conocimiento científico?

La comprensión del mundo que nos rodea se ha logrado buscando la forma y la metodología de aproximarse a la verdad, esto es lo que se conoce como ciencia con el fin de producir conocimiento, lo cual, a la vez, motiva al ser humano a continuar en la búsqueda de las explicaciones o interpretaciones de los fenómenos para llegar a la comprensión de los mismos por medio de la razón, lo que permite conjeturar, criticar y reflexionar frente a lo que observa. Los aportes de la filosofía de la ciencia, dan la credibilidad de los resultados obtenidos en cada una de las investigaciones, las cuales acercan al hombre a ampliar la cosmogonía de lo que le circunda.

De acuerdo con Popper citado por Gonzáles (2004), la comprensión del mundo que nos rodea ha sido un proceso mental y vivencial, en donde participa el conocimiento que se ha adquirido (familiar, cultural y social) mediante un aprendizaje empírico conducente al hacer científico; en la medida que hay mayor interés en ello, se llevan a cabo modificaciones de cierto tipo de conocimiento o de la disposición que ya se tenía previamente.

La perspectiva de Popper permite identificar al conocimiento de sentido común tanto con aquellas disposiciones y expectativas innatas cuyo origen es biológico y que se transmiten de manera genética, como con aquellos aspectos tradicionales del conocimiento que son susceptibles de ser transmitidos mediante la instrucción, pero en cualquiera de sus formas posibles, innato o aprendido, el conocimiento de sentido común funciona para fines prácticos como un conocimiento directo e inmediato, confiable aunque no indubitable. (Gonzáles, 2004, p. 142)

El conocimiento científico se caracteriza principalmente por ser ordenado, coherente, preciso y objetivo, permitiendo de esta manera comprender y explicar la realidad y los fenómenos de la naturaleza. Para Popper el ambiente en que se desarrolla el conocimiento humano y en particular el conocimiento científico es un punto de partida o marco de referencia dinámico que está determinado por sistemas teóricos, hechos descritos en nuestros lenguajes, problemas y conjeturas; al respecto, para generar nuevo conocimiento se requiere un proceso sistemático de investigación y para alcanzar el éxito de este, prevalecen unos factores que son cruciales.

En primera instancia, el interés y la pasión por el tema a indagar la temática de la investigación de la comunidad educativa bajo la modalidad virtual-distancia; la motivación para ejercer mi rol, influyó en gran medida en la intensidad y realización de mi proyecto de tesis, de esta manera me dispongo a aprender más, ponerle pasión y dedicación a todo lo que compete mi ejercicio a nivel teórico y personal.

Henry Giroux filósofo norteamericano, destaca el papel del docente en el proceso formativo en la sociedad actual, concibiendo al profesor como un intelectual crítico reflexivo y transformador, y dándole a la investigación un sentido relevante en la transformación y cambio de la sociedad. (Suárez, 2000, p. 46)

Seguidamente el rigor metodológico de un proyecto de tesis permitió establecer métodos, técnicas y herramientas para la recolección de datos que deben ser precisos, válidos y fiables, con el fin de asegurar que se identifican relaciones auténticas entre un fenómeno y sus determinantes. Al respecto, Azeredo (2003) sostiene que el rigor es un concepto transversal en el desarrollo de un proyecto de investigación y permite valorar la aplicación escrupulosa y científica de los métodos de investigación y de las técnicas de análisis para la obtención y el procesamiento de los datos, mientras que Arias y Giraldo (2011), plantean que “el rigor en los métodos está relacionado con cada una de las etapas del proceso de investigación” (p. 506).

La ruptura entre el conocimiento común y el conocimiento científico, se da en el  cuarto período, en la época contemporánea, la cual se caracterizó por la separación del espíritu mismo del investigador, dividiendo el pensamiento científico del pensamiento común. Aunque ambos, tienen como fin la búsqueda de la verdad, el conocimiento común, es aquel que deviene de la percepción, se construye por medio de la observación de los fenómenos y depende de la experiencia sensorial de quien lo examina. Mientras que el conocimiento científico, se edifica a través de la abstracción, rompiendo con la experiencia inmediata, lo que lo hace susceptible de evolucionar, contrario al conocimiento común.

La diferencia entre ambos conocimientos la demarca el nivel de especialización de un conocimiento sobre otro; de esta manera, el conocimiento común responde a preguntas de una manera sensible, dejando de lado el análisis a profundidad de procesos de carácter empírico. Por su parte el conocimiento científico se fundamenta en un método, sobre el cual se clasifica, ordena y se da mayor especificidad a las “observaciones” de los sentidos; así, el conocimiento designado como común, al recibir muchas rectificaciones, se transforma o pasa a ser designado como conocimiento científico.

En suma, se comprende el mundo que nos rodea mediante el razonamiento de las experiencias vividas, lo cual se da gracias a aspectos importantes: La percepción a través de la observación, como la forma en que llega a nosotros la información (sin descartar la importancia de los otros sentidos). La duda, o aquello que nos hace siempre querer saber la verdad o la explicación de lo que genera un fenómeno físico o social. Y la crítica racional de la información percibida como la que finalmente permite entender el fenómeno o la situación, permite la interiorización consciente del fenómeno y dar respuesta a los hechos; es decir, permite la co-construcción del conocimiento.

3.    ¿Que implica realizar una investigación?

La capacidad que tiene el ser humano de proyectarse al futuro y de recordar su pasado, hace que sea más complejo su estudio desde la ciencia. Este aspecto influye aun en el investigador mismo, quien, por su condición humana, se proyecta al futuro, recuerda el pasado, tiene esperanzas, expectativas, experiencias, cultura, y todas las cualidades que lo caracterizan, de allí, la ética imperante que debe mantenerse durante el proceso de la investigación. En suma, las ciencias humanas aportan avances significativos en la comprensión y explicación de la complejidad del ser humano y del tejido social (Coffey y Atkinson 1996).

Una investigación supone un conjunto intrincado de saberes. Saberes sobre la realidad que se interpela, la teoría “ya enunciada” por otros (especialistas, teóricos, profesores, etc.), sobre el modo más apropiado de acercarse a dicha realidad (la complejidad de la metodología) y saberes sobre sí mismo. Estos últimos invitan a iniciar y mantener un diálogo venturoso con la propia relación con el saber. Para ello, es necesario paciencia, rigurosidad, perseverancia y disciplina; además de una sólida formación epistemológica, metodológica y conceptual en investigación empírica. (Mancoksky, 2009, p. 215)

En este sentido, Gastón (2010) manifiesta que:

Cuando planteamos escenarios futuros y buscamos analizar el tipo de formación y las capacidades y competencias que un docente debería tener en los próximos 10 o 20 años, nos estamos refiriendo básicamente a la identificación de una “buena enseñanza”, mientras que muchos estudios afirman que algunos docentes contribuyen más que otros al desarrollo académico de sus estudiantes, sabemos que no es fácil identificar ni las capacidades, ni las características, ni las prácticas específicas de los docentes en el aula que tienen más probabilidades de mejorar el aprendizaje de los estudiantes. (p. 78)

Además:

Al respecto Navarro (1996) afirma que la formación de investigadores engendra dos aspectos esenciales: El primero está relacionado con la necesidad de transmitir al aspirante elementos básicos conceptuales y metodológicos que lo hagan acreedor de una cierta experticia en el área particular del conocimiento de su interés. El segundo consiste en dotarlo de las capacidades para identificar interrogantes trascendentes, preferiblemente con algún tipo de relevancia social dentro del conglomerado científico, humanístico o técnico en el que se desenvuelve; y para diseñar una estrategia capaz de ofrecer respuestas a ellas. (Angarita y Mateo, 2011, p. 153)

La investigación de Angarita y Mateo (2011) revela que:

[…] las principales motivaciones por las que los aspirantes se inscriben en un doctorado son: “especializarse como investigador científico, formarse para ser profesor universitario, formarse profesionalmente, alcanzar el grado académico más alto, obtener la formación de postgrado más económica, satisfacción personal, interés vocacional y prestigio.  (p.155)

Dentro de estas categorías, mi elección tiene que ver con la formación profesional y desarrollo de habilidades investigativas para develar las realidades de los contextos.

La ética en la investigación es otro aspecto a tener en cuenta, esta se centra principalmente en: a) el manejo que se da a la información obtenida desde las fuentes primarias hasta los resultados de la investigación. b) la devolución de los resultados a las comunidades y participantes c) el objeto de estudio - mi proyecto de tesis debe presentar un diseño claro con instrumentos validados de alta confiabilidad, enmarcados en la rigurosidad del método científico, d) reconocimiento de autorías teóricas, e) los principios de confidencialidad de los participantes que se circunscriben en el consentimiento informado, f) el comportamiento del investigador con la población.

Es de anotar que el proceso de investigación tiene como entregable la tesis, la cual es un documento que evidencia que el investigador adquirió competencias sólidas y rigurosidad científica. Al respecto, este tipo de producto académico debe cumplir con los aspectos reglamentarios de la universidad. Garcés y Santoya (2013), propone componentes que deben incluirse:

·  Aproximación al objeto de estudio: este se define desde los objetivos trazados y las preguntas de investigación. La aproximación tiene en cuenta el plano teórico - conceptual, la perspectiva de quien investiga y las experiencias y discursos existentes sobre el tema.

·  Soporte epistemológico: se construye a partir de las concepciones ontológicas de cada paradigma y el alcance de las preguntas de investigación establecidas […]

·  Contexto conceptual: Se espera un aporte reflexivo y crítico de los estudios, teorías y postulados más importantes de mi objeto de estudio, esto ayudará a fundamentar las bases teórico-conceptuales de la tesis y el estado del arte donde se ubica el tema de investigación, además de enfatizar en las perspectivas y posiciones paradigmáticas asumidas por los autores consultados […]

·  Soporte metodológico: Debe ser coherente con el paradigma de investigación seleccionado, incluye el diseño muestral y las técnicas y procedimientos para realizar la investigación […] (p.290)

4.    ¿Cuáles son las particularidades de las ciencias humanas desde los enfoques cuantitativo y cualitativo?

El paradigma de investigación de las ciencias humanas describe todos los fenómenos en los cuales están inmersas las relaciones constitutivas de la sociedad, toma al ser humano como su objeto de estudio desde los diversos campos que lo conforman y en los que se desenvuelve.

En cuanto a los tipos de investigación: pura (básica) y aplicada, la primera tiene un objetivo de conocimiento puro, en la cual está presente el saber científico, su finalidad es construir el conocimiento del fenómeno estudiado; mientras que la segunda, se propone orientar la acción, buscando un encuentro entre diálogos de saberes entre el investigador y los contextos, para intervenir y generar cambios en el objeto de estudio. En términos generales, lo que determina si se trata de una investigación básica o de una aplicada es la intención del observador, quien desde los fundamentos teóricos adquiridos orienta su objeto de estudio.

De este modo se puede exponer que, lo ontológico, lo metodológico, lo teleológico y lo explicativo, son estratos de la realidad de la ciencia, a los cuales se puede llegar por medio de la enunciación de preguntas, las que a su vez son producto de un problema que requiere comprensión, explicación y/o intervención. En consonancia, la metodología científica se sustenta en las preguntas fundamentales del ¿qué?, ¿cómo?, ¿por qué? y ¿para qué?, las cuales centran el impacto y el alcance de la investigación. Las preguntas no solo facilitan la reflexión de la problemática que rodea al fenómeno a estudiar, adicionalmente, ubican dentro del mundo de los conocimientos, la temática central a indagar.

De igual forma la investigación cuantitativa y cualitativa presentan diferentes técnicas de acercamiento a sus objetos de estudio, el paradigma cuantitativo, busca establecer relaciones y explicar causas en los hechos con base en la estadística, mientras que la investigación cualitativa tiene mayor interés en la comprensión e interpretación de los fenómenos sociales (McMillan, 2005).

El giro cualitativo en las ciencias sociales es una necesidad y por lo tanto, una prioridad en nuestras sociedades contemporáneas porque se requieren visiones comprensivas e interpretativas sobre problemas cruciales en los territorios; por ejemplo, las formas en que los ciudadanos están representando y habitando los espacios públicos en las ciudades, las nuevas manifestaciones de violencia en los jóvenes que han configurado las redes sociales como campo de enfrentamiento y disputa, la reflexión sobre las instituciones educativas y los retos que enfrentan hoy los docentes con una población de jóvenes que están inmersos en contextos sociales y culturales convulsionados (Stenius, Miovsky y Gabrhelik, 2008).

Estudiantes, profesores y jóvenes investigadores en su formación académica requieren que su ejercicio investigativo se nutra de la riqueza cualitativa para afianzar sus competencias en el trabajo con comunidades y así diversificar la forma como se pueden abordar los problemas sociales, enriquecer las metodologías de trabajo y permitir contrastación entre las teorías y las realidades; ejercicios posibles en las prácticas adecuadas del trabajo de campo.

[…] la experiencia constitutiva de la antropología, porque distingue a la disciplina, cualifica a sus investigadores y crea el cuerpo primario de sus datos empíricos. En este contexto, en el trabajo de campo es considerado más que una técnica y más que un conjunto de técnicas es una situación metodológica y también en sí un proceso, una secuencia de acciones, de comportamientos y de acontecimientos, no todos controlados por el investigador. (Guzmán, 2012, p. 23)

5.    Enfoques cualitativos en las Ciencias Humanas y sociales

El corte cualitativo es el que predomina para los investigadores de las ciencias humanas y sociales, que se sustenta del modelo interpretativo, lo que les implica cambiar la mirada para entender y comprender la realidad; lo cual es en última instancia, a lo que se refiere el término hermenéutica.

“El propósito de la hermenéutica es el incrementar el entendimiento para mirar otras culturas, grupos, individuos, condiciones de vida, sobre una perspectiva doble de presente y pasado” (Odman citado por Sandoval, 1996, p. 67). En la óptica de Gadamer (2000), la hermenéutica implica una serie de interpretaciones que se expresan lingüísticamente; pero a la vez, el entendimiento se apoya en las categorías de pensamiento que el lenguaje ha proporcionado. Además, plantea que la posibilidad de la interpretación válida se da en el contexto del “diálogo entre un horizonte de entendimiento y el mundo vital desde el cual está siendo visto y trasciende a los referentes de espacio y tiempo” (Gadamer citado en Sandoval, 1996, p. 67).

Por su parte, Ricoeur citado en Sandoval (1996) define la hermenéutica como “la teoría de las reglas que gobiernan una exogénesis; es decir, una interpretación de un texto particular o colección de signos susceptibles de ser considerados como un texto” (p. 67).  La hermenéutica desde estas perspectivas parte del principio que reconoce la posibilidad de interpretar un texto en dos formas: por una parte “una interpretación literal y de la otra una interpretación a partir de la reconstrucción del mundo del texto” (Sandoval, 1996, p. 68).

De acuerdo a lo anterior es válido, entonces, plantear que la hermenéutica pretende la búsqueda del diálogo entre el investigador, la realidad y la teoría, es decir, el investigador al producir un texto descriptivo muestra la forma del objeto de estudio, tarea que estará inacabada hasta que alcance aquello que permanece oculto a la inmediatez de la mirada, la esencia del objeto. Esto significa que las relaciones que le dan sentido y que consecuentemente, al articularse con lo aparente de la forma, le dan existencia. A partir de ahí, se afronta el proceso de interpretación a través del método que pone en relación la teoría con el observador – investigador, llamada triangulación interpretativa y que abre el camino a la resignificación de las categorías.

La hermenéutica desde el enfoque cualitativo interpretativo de la investigación social, se expresa en el hecho de que el acto de comprensión se funda en el “reconocimiento de la alteridad y es en este reconocimiento del otro como diferente, en donde se encuentra el significado de este enfoque investigativo” (Bautista, 2011, p. 89). Otro elemento es la forma de exponer los resultados, los cuales se manifiestan en el logro de la inteligibilidad que hace posible la comprensión y la interpretación de textos, donde la hermenéutica media el proceso de adquisición de conocimiento a través estos, como un ir y venir de lo inteligible a lo interpretado, pasando por lo comprendido. Por último, otro elemento que contribuye a la comprensión, es la relación que se establece entre el concepto de situación y el de horizonte, esta, es el ámbito de visión que abarca y encierra todo lo que es visible desde una determinada situación y que consolida el ser histórico que somos (Gadamer, 2000).

Sumado al modelo interpretativo, la búsqueda por los sentidos y significados de los sujetos, lo otorga la fenomenología[2], cuyo objetivo es el estudio de la esencia, de las cosas en sí mismas. Esto se refiere a la esencia a los fenómenos, los cuales son el contenido de las vivencias presentes en los sujetos en la medida en que ellos los hacen conscientes; es decir, la conciencia da cuenta de su existencia en el pensamiento.

En términos más sencillos, la esencia o los objetos que le interesan a la fenomenología son los elementos que habitan en el pensamiento de los sujetos, las vivencias que predominan al interior de ellos y las experiencias presentes en las expresiones de su cotidianidad. Los fenómenos, entonces, son subjetivos, como el dolor, los valores, las preferencias, las emociones, las alegrías y las tristezas.

El objeto de conocimiento en la fenomenología se da en las vivencias, pero ellas son posibles hacerlas tema de investigación si la conciencia las hace presentes al pensamiento de los sujetos. La conciencia, entonces, juega un papel fundamental porque es quien hace presente los fenómenos en el pensamiento.

El mundo de los fenómenos existe de forma previa a la existencia del mundo de los objetos en el mundo de las cosas físicas, ya que en cada enunciado sobre el mundo exterior hay una declaración del mundo del sujeto, del mundo íntimo de cada una de las personas. A este mundo, es al que se refiere la fenomenología ya que es previo el mundo de los entes espacio – temporales; sin embargo, este mundo subjetivo solo es posible en la medida en que el sujeto sea consciente de su existencia, esto es, en la medida en que el sujeto se vuelva sobre sí mismo y sobre los objetos que habitan en su intimidad.

En este sentido, el mundo de la vida es el horizonte siempre abierto a posibilidades infinitas de ser y de hacer del hombre, es el fundamento mismo de las vivencias de cada sujeto y de las comunidades en general. También es la dinámica que hace de la subjetividad una objetividad fenomenológica, el lugar que representa el mundo de la vida está en todas partes donde habita la subjetividad, puesto que ella es la base de toda la existencia pensante.

Del mundo de la vida es de donde el fenomenólogo debe extraer las vivencias o fenómenos; pero, es susceptible a múltiples preguntas, por ejemplo, ¿cómo hacer para entender los fenómenos o las vivencias que siente un sujeto si no son visibles a los sentidos del investigador? y ¿cómo hace el investigador para no involucrarse en las vivencias del sujeto de estudio si él mismo hace parte del mundo?, a la primera pregunta se responde desde la fenomenología con el ego trascendental, esto es con la capacidad que tienen los sujetos de ser conscientes de la existencia de sus propios sentimientos y de transferirlos a los otros de acuerdo con las expresiones que ellos manifiestan en sus juicios o gestos. En otras palabras, el sujeto puede salir de la actitud natural para instalarse en el mundo reflexivo y comprender lo que los otros viven, porque él también lo vive o lo puede vivir, los seres racionales pueden hacer del mundo de la vida un tema, un elemento de reflexión. El ego trascendental pone entre paréntesis el mundo inicial y lo hace tema de reflexión para el investigador; por tanto, la mirada del fenomenólogo debe despojarse de todos elementos que intervengan en su objetividad. Elementos como la ideología y la cultura se convierten en obstáculos para la contemplación de las cosas, la facultad está en lograr neutralidad para que estos no afecten el proceso de investigación.

En suma, la investigación fenomenológica debe empezar como todo proyecto por la selección del problema, el cual debe traducirse en una pregunta que conduzca al investigador a la realidad subjetiva, esto es, a las unidades de pensamiento que revelen una situación en particular, las preguntas, entonces, serán de tal forma que indaguen por los significados que predominan en un grupo de personas, pero que se puede amplificar a cualquier persona con las mismas características. Las preguntas más corrientes en la investigación fenomenológica se realizan con relación a las vivencias o a los significados que predominan en un conjunto de personas con las mismas características.       

Otro de los enfoques de investigación que más desarrollan los investigadores de las ciencias humanas y sociales es el etnográfico; este, consiste en observar los comportamientos o conductas de los sujetos en un contexto determinado para interpretar las creencias o los hábitos, con el fin de encontrar regularidades en el comportamiento de los integrantes de una comunidad.

La etnografía pretende adentrarse las vivencias colectivas de una cultura para comprenderla y así prever comportamientos futuros,

[…] el ethos[3] que sería la unidad de análisis para el investigador, no solo podría ser un grupo lingüístico, una región o una comunidad, sino también cualquier grupo humano que constituya una entidad cuyas relaciones estén reguladas por la costumbre o por ciertos derechos y obligaciones recíprocos. (Martínez, 2004, p. 14)

Bajo este panorama, la etnografía exige de los investigadores como mínimo dos elementos fundamentales: la observación y la apertura a la participación. En cuanto al primer punto, el etnógrafo determina la captura de las realidades en registros fotográficos, grabaciones en campo, audio y transcripciones escritas en diarios de campo; por ello, si bien la información parte de la realidad social, lo que queda como unidad de análisis es el documento que debe contener la descripción de esta, de tal forma que la observación del etnógrafo es fundamental en el éxito de la investigación en cuestión.

En cuanto a la apertura a la participación, el investigador debe hacer parte de la realidad que pretende indagar, de tal manera que la información que le expresen las personas del contexto sea lo más objetiva posible. Por tanto, el éxito de este enfoque depende del nivel de participación al cual se comprometen los sujetos involucrados en el trabajo (García, 1996).

La etnografía, entonces, tiene la pretensión de interpretar la cultura, lo cual implica un fraccionamiento de las costumbres con el fin de analizarlas y comprenderlas, “se apoya en la convicción de que las tradiciones, roles, valores y normas del ambiente en que se vive se van internalizando poco a poco” (Martínez, 2004, p. 14) para develar los modus vivendi; esto significa que los miembros de un grupo étnico “comparten una estructura lógica o de razonamiento que, por lo general no es explícita, pero que se manifiesta en diferentes aspectos de su vida” (Martínez, 2004, p. 14).

Dentro de las diferencias del enfoque etnográfico con otras propuestas cualitativas (como las historias de vida) se encuentran que, su dimensión temporal está ligada a lo actual, presente o cotidiano. En cuanto a las fuentes y medios de recolección de la información, la etnografía tiene como concepto fundamental el de informante clave y observación participante. Y en la validación de los hallazgos acude a la alternativa del consenso.

En cuanto al diseño de la investigación etnográfica, no se puede afirmar con validez absoluta una fórmula como se hace en las investigaciones cuantitativas ya que el problema de investigación, generalmente, se descubre en la medida en que se va desarrollando el trabajo; sin embargo, asumir que el investigador llega totalmente neutro al campo de investigación es pretencioso; siempre hay un interrogante de fondo, así sea tácito. Algunos estudiosos de esta metodología proponen los siguientes puntos: 1) planteamiento del problema, 2) diseño de análisis, (aquí puede ser el enfoque hermenéutico o el fenomenológico), 3) proceso de investigación, 4) análisis de la información.

En el primer momento el investigador debe tener claro un tema, esto es, la idea por la que pretende indagar; si bien es cierto que en este método investigativo es preferible no partir de una pregunta cerrada, si es necesario que existan como mínimo unas ideas conectadas en el pensamiento de quien va ejecutar el trabajo. Estas ideas son las que iluminan el camino que ha de recorrer el especialista en etnografía.

En cuanto al segundo momento, el investigador debe decidir de manera coherente según la realidad que va a desocultar. Es esta donde se manifiestan los fenómenos y se expresan al investigador, lo cual ocurre, generalmente, como una estructura, pero no de cosas, sino de vivencias. Por tal razón, el diseño del análisis debe estar apoyado generalmente en la hermenéutica o en la fenomenología, estas dos teorías le posibilitan al investigador, por un lado, describir las experiencias que los sujetos de una comunidad expresan, y por otro, analizarlas desde su totalidad sin desconocer sus particularidades.

En el tercer punto, es fundamental la determinación de los pasos que el etnógrafo debe transitar, lo primero que se debe plantear es cómo va a ser su participación en la comunidad, ya que él, con su participación, no puede variar el contexto; es decir, no puede convertirse en un protagonista, sino en un contemplador que debe familiarizarse con ella, para poder observar con objetividad los datos que necesita.

El otro elemento que se debe tener en cuenta es la información que se ha de recoger, esta puede ser de tipo verbal (las palabras que son más usadas en la comunidad) o gestual (analizables a través de sus significados, registros o archivos). Adicionalmente, es necesario tener en cuenta la muestra, ya que su grado de objetividad no depende de la cantidad sino de la representatividad de los informantes de la comunidad y del contenido entregado por estos para el desarrollo de la investigación.

En el último punto, es necesario como en los otros tipos de investigación, recurrir a teorías en el caso las fenomenológicas o las hermenéuticas para analizar la información que se recogió con el fin de otorgarle objetividad a los hallazgos; sin embargo, puede ser posible que los resultados no remitan a otras teorías, caso en que el investigar deberá platear sus resultados como únicos.

6.    La investigación cualitativa en la educación superior

“Es preciso reconocer que en la medida en la que las sociedades se hacen más complejas aumenta la necesidad de formar individuos más competentes para desempeñarse con mayor eficiencia en espacios cada vez más especializados” (Castro, 2014, p. 19); por tanto, la educación superior esta llamada al desarrollo de procesos y prácticas educativas acordes con las necesidades de la sociedad actual y que respondan a las necesidades de los contextos. De este modo, las instituciones de educación superior deben brindar las herramientas necesarias para que el estudiante pueda abordar la educación que requiere la sociedad actual.

La educación superior como ciencia productiva en el marco de la responsabilidad social, el alcance y cualificación del perfil del docente universitario, requiere de procesos intensos de trabajos investigativos basados en las necesidades de las comunidades, determinadas por motivos que originan la conducta de los actores y del tipo de relaciones que entre ellos se establecen; de esta manera, al gestionar el conocimiento se trazan nuevos lineamientos para brindar alternativas de solución a las problemáticas de los contextos.

Para lograrlo, no solo se requiere de procesos educativos soportados desde la ciencia, sino que debe alinearse a las necesidades de la sociedad; dicho criterio debe direccionar a que los procesos administrativos y los proyectos educativos de las instituciones involucren la aprehensión de la realidad de las comunidades; y que así, desde la experiencia de investigación como vivencia sustantiva de aprendizaje, se logre la generación y difusión del conocimiento, como la razón de ser de las universidades (UNESCO, 2014).

En Colombia, el Ministerio de Educación Nacional (MEN) le otorga lineamientos normativos, teóricos y metodológicos a las instituciones educativas, con el fin de  consolidar un sistema educativo de calidad que promueva la equidad, la democratización del conocimiento, la amplitud de oportunidades formativas, donde sus actores principales: estudiantes y profesores, tengan la oportunidad de desarrollar competencias y habilidades que respondan a los retos que demanda la sociedad del siglo actual (MEN, 2014). En concordancia, para reconocer categorías como calidad, innovación, inclusión y diversidad, temáticas que se transversalizan desde la investigación y el trabajo conjunto de la academia, el Estado, las organizaciones y la comunidad (MEN, 2014).

Al respecto, el proceso investigativo como función sustantiva implica aspectos pedagógicos, didácticos, psicológicos, que aportan a desarrollar las asignaturas de modo que cada una debe estar alineada a la investigación formativa para que el estudiante adquiera habilidades para llevar a la práctica los conocimientos adquiridos en el aula; para ello,  los docentes deben tener conocimientos en investigación, comprender la importancia de promover la competencia investigativa desde cada una de las asignaturas del currículo y preparar al futuro profesional para su formación postgradual (Vera, 2014).

Es evidente entonces la responsabilidad  que adquiere el docente en el contexto del aula y en las zonas de influencia,  además en las diversas instancias donde  planifica, organiza, ejecuta y evalúa el proceso educativo como son el currículo, los modelos, los enfoques pedagógicos, didácticas, procedimientos de planeación, evaluación dada en momentos histórico-cultural, institucional y social que sirven de marco para la formación integral y para así reflexionar desde una perspectiva ontológica, epistemológica y teórica sobre la relación de ese proceso complejo entre el saber y el hacer (Vera, 2014).

Las realidades de los contextos que connotan la necesidad de transformación social, atañen a la investigación cualitativa, enfoque que permite el reconocimiento de los contextos, implicando para ello un conjunto de interrelaciones entre actores e instituciones, en cuya interacción se construyen significados y significantes que identifican los territorios, generando procesos identitarios permeados por la construcción social. En el aula, el contexto involucra las actividades que organiza el docente, las relaciones entre los estudiantes y la devolución de los aprendizajes. Por tanto, los docentes deben formar a los estudiantes con un pensamiento crítico y reflexivo sobre las necesidades de la sociedad, principalmente de las comunidades, por esto se deben proponer actividades académicas en cada materia que permitan dichos análisis, se debe iniciar por la capacidad de asombro y por la comprensión de lecturas que faciliten la capacidad de hacer preguntas que conlleven a plantear propuestas de investigación; la academia no se puede quedar solo en la adquisición de conocimiento, sino que debe enfocarse en la gestión de este mediante dicha función sustantiva (Rojas, 2016).

Considerando la anterior afirmación, se puede decir que, las universidades demandan profesores que cambien sus estilos de enseñanza, se adapten a los nuevos tiempos y a las demandas actuales de los estudiantes, los cuales buscan un facilitador más que un profesor, un orientador que sirva de vínculo hacia la construcción social del conocimiento a través de un proceso educativo conjunto. Autores como Cabrero (2016) identifican algunos factores que se deben prever y planificar para el desarrollo de competencias investigativas; las que para Arévalo (2016) son:

·  La selección y tratamiento de contenidos y actividades significativas para los estudiantes, donde se integre la realidad en la que viven y sean aplicados a la vida diaria.

·  La participación de los estudiantes en el desarrollo de los contenidos y actividades para activar su motivación y responsabilidad.

·  Planear y ejecutar actividades cognitivas que requieran el pensamiento complejo desde un desarrollo progresivo y por niveles.

·  Promover el trabajo colaborativo de los estudiantes para lograr la interacción entre ellos, la reflexión, el reconocimiento de diferentes opiniones y la participación social.

·  Fomentar el autoaprendizaje para que los estudiantes se concienticen sobre su formación permanente, para toda la vida y generen aprendizajes autónomos.

·  Trasmitir una disciplina de la perseverancia, resolución de problemas y superación de las dificultades.

·  Promover el pensamiento divergente a partir del pensamiento creativo.

·  Desarrollar una evaluación continua y permanente de todo el proceso de enseñanza y aprendizaje.

·  Facilitar espacios para que los estudiantes puedan acceder a consultas, orientaciones, retroalimentación, aclaración de dudas sobre los contenidos y actividades desarrolladas.

·  Utilizar una variedad de recursos didácticos y tecnológicos. (p. 117)

Desde estas nuevas apuestas, la educación superior debe propender por la creación artística en espacios de co-creación desde lo inter y transdisciplinario, donde estrategias como el psicoteatro, el performance, la fotografía etnográfica, los blogs, el tejido con lanas y diferentes fibras, la elaboración de manualidades; entre otros, deben ser estrategias propositivas del docente investigador, como representaciones sociales de las comunidades para generar en sus estudiantes un pensamiento crítico y creativo, con capacidad de construir y poner en marcha alternativas transformadoras a problemas locales, regionales y globales, a partir de los resultados de la investigación que otorga el conocimiento como herramienta de desarrollo.

Las crisis sociales agudizan las problemáticas psicosociales de las comunidades generando la llamada desesperanza aprendida, donde el mundo de la vida connota la vida cotidiana. El concepto de la vida cotidiana es considerado fundamental para abordar fenómenos de importancia para la investigación cualitativa, escenarios como la familia, diversidad/inclusión, tradiciones, vínculos y manifestación emocional, en la cual se entretejen procesos culturales, ambientes de aprendizaje, creencias religiosas, entre otros, permiten develar, comprender e interpretar dichos escenarios, para establecer la esencia primaria del hombre como ser individual en interacción permanente con otros y con todo lo que le rodea. En dicha interacción se crean realidades y la investigación cualitativa se pregunta por aquellas estructuras invisibles de la realidad dadas en co-construcción compleja en escenarios de interrelación.

La investigación cualitativa da cuenta de la manera de cincelar el conocimiento a partir de la sustantividad, es decir, toma como base la existencia real y concreta del mundo de la vida en cada una de sus individualidades, sin desconocer las microhistorias del pasado que le da sentido al presente y al futuro, prospectivas que requieren de una construcción conjunta de actores inmersos en los contextos en los cuales el investigador convoca a la participación activa para propender por procesos disciplinarios y transdisciplinarios, compendios epistemológicos y principios éticos fundamentados desde la hermenéutica, las ontologías sociales y sus consecuentes fenomenológicos, la etnografía. A partir de estrategias como la cartografía social, la narrativa y los estudios de casos se podrán establecer disertaciones y tendencias teóricas que respondan a los contextos actuales y a la consistencia epistémica, asuntos que atañen al método y a las metodologías utilizadas el mejoramiento de las realidades sociales.

Es preciso anotar que, cuando se habla de realidad social en concreto prevalece un vacío epistémico en torno a qué se entiende por cotidiano y cómo se diferencia de aquello "no cotidiano", al igual que distinguir lo “ordinario” de lo "extraordinario" y del sentido común; ya que el conocimiento menciona la noción de lo cotidiano como si fuese general para todos; pero las investigaciones en ciencias sociales evidencian que es un concepto heterogéneo que cuenta con múltiples perspectivas de análisis, que requieren una distinción y comprensión más profunda para su utilización en los marcos teóricos que sustenten las investigaciones sobre de la vida cotidiana.

La cotidianidad entonces, inmersa en los contextos comunitarios donde se entreteje el mundo social, demanda nuevas lecturas, miradas dadas a sus agentes (acciones), niveles de interacción en tiempo - espacio, lecturas frente a conceptos de rol (fachada) individual y social, escenarios (ambientes), procesos de idealización y de tergiversación, pautas habituales que evidencian las negociaciones en la vida privada y la vinculación del ser humano en el tejido social; procesos que permiten la producción de formas sociales, la construcción identitaria, que marcan la tendencia comportamental de los individuos como actores  políticos y sociales.

Las reglas establecen los aspectos normativos y los códices de significación; por tanto, la cotidianidad evidencia una realidad situada socialmente, mediada entre las vinculaciones como interacciones, que se construyen en el flujo rutinario, desde las prácticas y rituales diarios que se suscitan en espacios tanto públicos (ambientes laborales y educativos) como privados al interior de la familia; estas, a su vez expresan los movimientos de la vida social, que es develada por el enfoque cualitativo.

 

Conclusiones

El mundo de hoy se debate entre lo objetivo y lo subjetivo, entre el sistema y los actores en la configuración de sus propias identidades; por tanto, se hace necesario nuevas lecturas hacia la comprensión de los fenómenos sociales que se suscitan, haciendo uso de estrategias y métodos reflexivos o analíticos que demarcan la investigación cualitativa en las ciencias sociales.

Por consiguiente, la educación superior que ofrece programas en ciencias sociales está llamada a ser promotora de constructos teóricos y metodológicos a través de profesionales que aporten al engranaje del tejido social por medio de estrategias de intervención con impacto social en pro de la construcción colectiva de país desde los principios de cultura ciudadana, justicia y equidad. Para, con ello comprender los nuevos síntomas individuales y sociales, incluyendo las nuevas políticas nacionales e internacionales que le apuntan al crecimiento económico, el cual, sin desarrollo humano, no es posible.

La investigación cualitativa, más que un conjunto de estrategias metodológicas es una alternativa de aproximación a la comprensión y acceso al sentido de lo humano, objetivos que son limitados para la tradición de la epistemología positivista, dada la complejidad que connota. Por otro lado, si bien remite a un tipo particular de datos, no alude en sí misma a una postura epistemológica, a razón de que la difusión de los datos de las investigaciones cualitativas se ven limitadas por la dificultad de sistematizar la información obtenida en forma de documentos científicos. Esto se da porque, por un lado, a la hora de escribir artículos científicos se cuenta con una multiplicidad de formas de difundir los resultados derivados de este tipo de investigación, y por otro, porque la discusión y análisis se muestran en un aspecto disgregado y poco uniforme.

En consonancia, a inicios del siglo XX, la antropología y la sociología, le apostaron al trabajo con métodos cualitativos, como la etnografía y la etnometodología; los cuales fueron fortaleciendo sus diseños y métodos para entregar resultados confiables y objetivos, principalmente aquellos que involucran la cultura, dado que, el componente cultural de los pueblos evidencia las características de identidad que confirman la estructura social, siendo los mitos narraciones idealizadas en las que lo real y lo imaginario dan lugar a relatos que se transmiten por medio de tradición oral. Por su parte, las creencias se hallan unidas a la cultura, a la economía y a la política, fortaleciendo ideas que se sitúan en paradigmas que demarcan la cosmovisión, en concordancia con la emisión de comportamientos que responden a dicha concepción del mundo y que denotan la evocación de la memoria histórica.

Ahora bien, el asunto de la comprensión de lo humano desde una perspectiva investigativa que visibilice sus prácticas, sustenta representaciones simbólicas que están inmersas en el mundo del lenguaje, desde donde se construyen modos de pensar, sentir y actuar. En ello, la investigación cualitativa de corte hermenéutico es la que conjuga el tema del lenguaje, temática que abarca la narrativa y la discursividad, esta alude a la dinámica de la construcción del mundo simbólico, en cuanto el intercambio comunicativo con otros, inmersión en las prácticas y representaciones que constituyen el aspecto cultural (Goffman, 1959).

De este modo se puede exponer que, lo ontológico y lo colectivo, delimitados en lo metodológico y lo teleológico propio de la investigación cualitativa, son estratos de la realidad de la ciencia a los cuales se puede llegar por medio de la enunciación de preguntas, las cuales, a su vez, son producto de un problema que requiere comprensión, explicación y/o intervención, temas de interesante desarrollo para la investigación cualitativa que se enfoca en la comprensión e interpretación de los fenómenos sociales (McMillan, 2005).

La investigación cualitativa, entonces permite construir datos que, al ser procesados, habrán de articularse en nuevas narrativas, discursos y textos sobre un objeto de estudio. De allí que la pregunta por la subjetividad, la representación, lo simbólico, el sentido-significante y la resignificación de experiencias, atiendan a la intención de reconstruir los atributos del concepto asociados a tres criterios. Cardoso (2009), propone los siguientes: 1) significatividad de los datos, contextualización social y cultural de los mismos, 2) suficiencia de los datos y alcance del análisis y 3) transparencia y replicabilidad del análisis.

Para las ciencias humanas y sociales, el hombre es un elemento dentro de un sistema donde su movimiento altera a toda la organización y la reestructuración de la organización lo afecta en lo ontológico. Lo anterior porque la conducta se concibe como fruto del proceso dinámico que surge entre el individuo y su contexto, implicando transformaciones de la subjetividad contemporánea (Arias y Giraldo, 2011).

En suma, la sociedad actual enmarcada en la globalización ha transmutado al sujeto social, dotándolo de nuevos significados y símbolos e incursionándolo en un proceso tecnológico que incide en la configuración de la interacción, el vínculo y la ética social; aumentando el aislamiento de los sujetos, que además enfrentan nuevos conflictos singulares y colectivos que demarcan nuevas formas de interacción y de interpretación de la realidad. En este sentido, el ejercicio investigativo es una práctica seria, con rigurosidad y aval de la comunidad científica, con fines pertinentes al desarrollo humano. El cual, principalmente, se debe sustentar como eje transversal de todo proceso académico bajo parámetros éticos, con alcances claros, intervenciones y análisis de los datos.

El conocimiento científico soporta la construcción de nuevo conocimiento a través de un proceso metódico y sistémico, denominado método científico, por tanto, reflexionar sobre las leyes, teorías y paradigmas que emergen de la ciencia en sus diferentes épocas, permite identificar los avances teóricos hacia la comprensión de realidades sociales, políticas, económicas, culturales e históricas actuales, que han aportado a fenómenos de transformación social en aras del desarrollo humano. En suma, las ciencias humanas aportan avances significativos en la comprensión y explicación de la complejidad del ser humano y del tejido social.

Por otro lado, el conocimiento por sentido común surge de lo espontáneo, de las vivencias, de la experiencia y es un complemento ideal para el conocimiento científico, el cual lleva la criticidad que permite develar lo positivo y lo negativo de ciertos postulados, así como el verdadero o falso conocimiento. Es de anotar que, el conocimiento científico siempre tendrá en su afán probatorio explicaciones de por qué los hechos o fenómenos son como se presentan, mientras que el conocimiento por sentido común puede ser muy exacto o poco exacto, pero no se acompaña en muchas ocasiones de las razones pertinentes.

Es importante resaltar que las investigaciones tienen inmerso el conocimiento del sentido común, para comprender los fenómenos de estudio, tal como lo dice Berger y Luckman (2003), la realidad se construye socialmente; es decir, a partir de la interacción social, el lenguaje, la comunicación y el conocimiento. Con este postulado, el conocimiento común para el tema de investigación se construye a partir de las realidades que se observan en el campo a nivel empírico.

En concordancia, Contreras (2010), expresa que la experiencia es la presencia de otro, el reconocimiento de ese otro y la sorpresa de ese otro. Vuelve a destacar la importancia del sentido común desde el punto de vista de la experiencia, ya que en los procesos formativos hay una interrelación permanente entre docente-estudiante para desarrollar temáticas y contenidos que se conjugan en los espacios de enseñanza- aprendizaje; espacios que evidencia el encuentro de diálogos de saberes, tanto científicos, como del sentido común y de saber lego.

Ambos paradigmas de investigación: cuantitativo y cualitativo son de hecho complementarios, tienen como único objetivo explicar el mundo. El enfoque cualitativo se suele utilizar en las primeras etapas de una investigación, y con mayor razón, cuando se trata de explorar un fenómeno poco estudiado, para dar paso al enfoque cuantitativo, con el fin de analizar, describir, explicar e inferir el comportamiento del fenómeno. En caso de decidir el uso de un enfoque en particular, el investigador debe dar preferencia al enfoque más idóneo para proporcionar las respuestas a las preguntas de la investigación.

Para finalizar, el enfoque cualitativo es el preferido de los estudiantes y profesionales de las ciencias humanas y sociales dado los desafíos que se presentan en torno al sujeto desde sus especificidades y en relación con el contexto, enmarcados en la innovación tecnológica, la cual sujeta en las telecomunicaciones, establece nuevas relaciones de lenguaje que modifican al sujeto y el lazo social contemporáneo (Vasco,1994); esto, impone reformular algunos presupuestos teóricos mediante la investigación de dichas transformaciones y, particularmente, estudiar la nueva estructura que determina las articulaciones entre estas disciplinas, las especificidades de las interacciones y vínculos sociales regidos a su vez por patrones socioculturales.

Para ello, el proceso investigativo como función sustantiva implica aspectos pedagógicos, didácticos, psicológicos, que aportan a desarrollar las asignaturas de modo que, cada una de ellas, esté alineada a la investigación formativa. De esta manera, el estudiante podrá adquirir habilidades para llevar a la práctica los conocimientos adquiridos en el aula.

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[1] Es importante resaltar que toda pedagogía es teoría conductora y normativa.

[2] Corriente de pensamiento que fundó Edmund Husserl en 1901.

[3] Costumbres

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Abad Salgado, A. M. LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR. Novum 2020, 2, 30-49.

ABNT

ABAD SALGADO, A. M. LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR. NOVUM, [S. l.], v. 2, n. 10, p. 30–49, 2020. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/novum/article/view/82670. Acesso em: 19 jul. 2024.

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Abad Salgado, Ana María. 2020. “LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR”. NOVUM 2 (10):30-49. https://revistas.unal.edu.co/index.php/novum/article/view/82670.

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Abad Salgado, A. M. (2020) “LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR”, NOVUM, 2(10), pp. 30–49. Available at: https://revistas.unal.edu.co/index.php/novum/article/view/82670 (Accessed: 19 July 2024).

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[1]
A. M. Abad Salgado, “LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR”, Novum, vol. 2, no. 10, pp. 30–49, Jul. 2020.

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Abad Salgado, A. M. “LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR”. NOVUM, vol. 2, no. 10, July 2020, pp. 30-49, https://revistas.unal.edu.co/index.php/novum/article/view/82670.

Turabian

Abad Salgado, Ana María. “LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR”. NOVUM 2, no. 10 (July 1, 2020): 30–49. Accessed July 19, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/novum/article/view/82670.

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1.
Abad Salgado AM. LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR. Novum [Internet]. 2020 Jul. 1 [cited 2024 Jul. 19];2(10):30-49. Available from: https://revistas.unal.edu.co/index.php/novum/article/view/82670

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