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2016-01-01

Editorial

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  • Javier Alejandro Corredor Aristizábal Universidad Nacional de Colombia
Editorial

Editorial

La construcción de una comunidad disciplinar fuerte puede hacerse a través de varias rutas. Dos de las más importantes son el fortalecimiento del gremio y la formación. Ambas rutas son necesarias y relevantes para lograr dinámicas de producción académica e intervención relevantes. El problema es que, en Colombia, hacemos muy bien lo primero y no tan bien lo segundo. Por ejemplo, tenemos muy pocos psicólogos estudiando o investigando en universidades de nivel mundial. Esto se hace evidente, por ejemplo, cuando elegimos como criterio que la universidad se encuentre entre las 50 mejores del mundo en algún ranking de clasificación, y encontramos 1 o 2 estudiantes doctorales por área. Esto es así, fundamentalmente, porque nuestros procesos de formación apuntan, en la gran mayoría de los casos, hacia referentes locales. Y si bien la tradición de algunas universidades en el contexto local debe ser reconocida, así como la relevancia nacional e internacional de unos pocos investigadores, también se debe reconocer que nuestras universidades, como la gran mayoría de las universidades latinoamericanas, tienen niveles de producción académica e impacto muy bajos. En ese sentido, los procesos de formación deben apuntar a proyectar jóvenes talentosos y posicionarlos en doctorados de primer nivel para que en 10 años vuelvan a enriquecer la investigación local.

Sin embargo, muy pocos parecen entender la necesidad de esta tarea. Detrás de esto hay varios supuestos. El primer supuesto es que no se requiere formación internacional o que esta puede ser adquirida tardíamente por profesores que llevan 10 o 15 años dictando clase. Sucede que la formación doctoral, como lo han mostrado múltiples investigaciones a nivel internacional (e.g., Sweitzer, 2009), es un proceso que combina el desarrollo de habilidades, la adquisición de conocimientos, y el cambio identitario. Tanto el aprendizaje a un nivel cognitivo, como la transformación de la identidad, son procesos que se hacen más difíciles con la edad. Un profesor establecido en una universidad, que lleva 15 años dictando contenidos relativamente homogéneos, tendrá más problemas para negociar esos contenidos con nuevos aprendizajes que un joven de 27 años.

El segundo supuesto es que basta con la formación local, o en universidades latinoamericanas de un nivel similar a las nuestras, para lograr el desarrollo de investigadores de nivel mundial. Ese supuesto ignora que la experticia no puede ser desarrollada solamente a través de reglas. Esto, traducido a un lenguaje cotidiano, quiere decir que, para convertirse en un experto, no basta leer o recibir instrucciones. Es necesaria la exposición a experiencia y retroalimentación variable, así como el modelamiento en un contexto ecológico, para el desarrollo del desempeño experto. En la práctica, lo que esto implica es que para tener investigadores de nivel mundial en las diferentes áreas requerimos enviar a un grupo considerable de estudiantes a laboratorios, centros y departamentos de nivel mundial. Si no, se corre el riesgo, como ha sucedido en el pasado, de que se termine reinventando la rueda, o ignorando elementos importantes de la letra menuda de la investigación. Esta necesidad, sin embargo, parece ser desconocida para una buena parte de la comunidad. Es como si en algún sentido muchos quisieran mantener el monopolio de la producción académica, al no permitir que otros accedan a buenos doctorados. Como si uno pudiera ser, o debiera ser, el único experto de su área de investigación en el país. El problema fundamental es que esto, en muchos casos, no en todos, se traduce en la no promoción e incluso en el bloqueo de jóvenes talentosos a la hora de aplicar al exterior.

Nuestros departamentos, a pesar de los avances recientes, tienen niveles de formación y publicación internacional muy bajos. Esto es una consecuencia de nuestra incapacidad (o nuestra displicencia) a la hora de enviar jóvenes talentos a estudiar afuera, y también de nuestra incapacidad para abrirles espacio a su regreso. Las evidentes dificultades de programas como "Es tiempo de volver" no son una responsabilidad exclusiva de Colciencias. Nuestros mercados laborales son, en una gran mayoría, indiferentes, cuando no hostiles, al talento formado en universidades de primer nivel. A veces uno no sabe si es que muchos profesores se sienten amenazados por los niveles de formación de los jóvenes, o si es un provincialismo insular que los hace incapaces de distinguir entre referentes mundiales de alto nivel y referentes locales. En cualquier caso, a diferencia, por ejemplo, del mercado laboral académico en el primer mundo, donde las universidades realizan intensos procesos de búsqueda, y compiten con ofertas económicas e investigativas, para atraer a los mejores a sus aulas, nuestras facultades se contentan con contratar a conocidos.

No estoy proponiendo que se deban seguir ciegamente las tendencias internacionales. Lo que quiero decir es que las metodologías y teorías de nivel global son relevantes a la hora de orientar procesos de investigación e intervención local. Si tomamos los referentes más relevantes del pensamiento construido desde el sur global, en todos encontramos, desde muy temprano, experiencias internacionales de primer orden. Fals Borda estudió en Minnesota y la Florida, Martín Baró en Chicago, y Maritza Montero en París. Freire hacía largas estancias en Harvard, y Boaventura de Sousa Santos lo hace todavía hoy en Wisconsin. Y si bien la mayoría de ellos tomaron posición frente a lo que se podría llamar la investigación hegemónica, lo han hecho desde un conocimiento profundo de sus referentes, no desde su ignorancia. Nadie dice que no sea necesario, por ejemplo, reinventar la psicometría desde pruebas que capturen nuestra realidad, en vez de traducir mecánicamente pruebas extranjeras. Pero eso es distinto a ignorar los procedimientos básicos de validación y estandarización.

Escribo esto, porque desde la posición de editor estas deficiencias se hacen evidentes a la hora de evaluar artículos producidos en el ambiente local. La consideración subyacente es también que, como he mencionado en editoriales anteriores, la calidad de la publicación es una responsabilidad que va más allá de la tarea de las revistas, y pasa por el crecimiento de la comunidad. Lo escribo también porque para mí cada vez es más evidente que la psicología colombiana, bien organizada en términos gremiales, es más bien poco sensible a diferencias de calidad a la hora de enviar a sus estudiantes a programas internacionales, y también a la hora de recibirlos de vuelta.

JAVIER ALEJANDRO CORREDOR ARISTIZÁBAL
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia
Editor


Referencias

Sweitzer, V. B. (2009). Towards a theory of doctoral student professional identity development: A developmental networks approach. The Journal of Higher Education, 80(1), 1-33. doi: 10.1353/jhe.0.0034.

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APA

Corredor Aristizábal, J. A. (2016). Editorial. Revista Colombiana de Psicología, 25(1), 9–11. https://doi.org/10.15446/rcp.v25n1.56276

ACM

[1]
Corredor Aristizábal, J.A. 2016. Editorial. Revista Colombiana de Psicología. 25, 1 (Jan. 2016), 9–11. DOI:https://doi.org/10.15446/rcp.v25n1.56276.

ACS

(1)
Corredor Aristizábal, J. A. Editorial. Rev. colomb. psicol. 2016, 25, 9-11.

ABNT

CORREDOR ARISTIZÁBAL, J. A. Editorial. Revista Colombiana de Psicología, [S. l.], v. 25, n. 1, p. 9–11, 2016. DOI: 10.15446/rcp.v25n1.56276. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/psicologia/article/view/56276. Acesso em: 24 apr. 2024.

Chicago

Corredor Aristizábal, Javier Alejandro. 2016. “Editorial”. Revista Colombiana De Psicología 25 (1):9-11. https://doi.org/10.15446/rcp.v25n1.56276.

Harvard

Corredor Aristizábal, J. A. (2016) “Editorial”, Revista Colombiana de Psicología, 25(1), pp. 9–11. doi: 10.15446/rcp.v25n1.56276.

IEEE

[1]
J. A. Corredor Aristizábal, “Editorial”, Rev. colomb. psicol., vol. 25, no. 1, pp. 9–11, Jan. 2016.

MLA

Corredor Aristizábal, J. A. “Editorial”. Revista Colombiana de Psicología, vol. 25, no. 1, Jan. 2016, pp. 9-11, doi:10.15446/rcp.v25n1.56276.

Turabian

Corredor Aristizábal, Javier Alejandro. “Editorial”. Revista Colombiana de Psicología 25, no. 1 (January 1, 2016): 9–11. Accessed April 24, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/psicologia/article/view/56276.

Vancouver

1.
Corredor Aristizábal JA. Editorial. Rev. colomb. psicol. [Internet]. 2016 Jan. 1 [cited 2024 Apr. 24];25(1):9-11. Available from: https://revistas.unal.edu.co/index.php/psicologia/article/view/56276

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