El campesino cundi-boyacense: Conceptos sobre su pasividad
Palabras clave:
Campesinos, idiosincrasia, pasividad (es)Descargas
Corría el año de 1.789 cuando el arzobispo-Virrey Antonio Caballero y Gongora, al tomar la pluma para escribir su Relación de Mando, dejo estampada una triste descripción de las gentes del Nuevo Reino de Granada. Observe Caballero que «los domésticos rurales... hacen una población vaga y volante... Lo mismo tienen donde nacieron y en cualquier parte hallan lo mismo que dejaron... Sus hijos, criados en esta escuela, van imitando fielmente a sus padres; se van propagando siempre unos mismos pensamientos y el mismo porte de rusticidad... y a largos pasos se van precipitando en la misma barbarie de sus primeros habitantes... ».
No poca parte de este fenómeno se debía a fallas en la enseñanza religiosa, pues los indios se veían «condenados por cuatro o seis horas al día a repetir en su preciso orden un número infinito de palabras en que les dan a entender que aprenden la doctrina... Son proporcionados para ser simulados a hipócritas que fieles súbditos... cuyas fatales consecuencias, como por eco, pasan de padres a hijos, sin debilitarse en muchas generaciones».
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