Las anemias, sin anemia

Estudiando las anemias idiopáticas, encontramos dos tipos: la anemia hipócroma megalocítica u enfermedad de Biermer y la anemia hipócroma microcítica o clorosis; en la mayoría de los casos estos dos tipos, se oponen por su figura hematológica, sus manifestaciones clínicas, su evolución y su terapéutica. La anemia de Biermer, tiene por remedio heroico el hígado a altas dosis; la segunda, el hierro en forma química. Pero debemos reconocer que ciertos síntomas son comunes a las anemias idiopáticas y que ciertas familias de anémicos arrojan un puente entre las dos enfermedades. La una como la otra pueden presentar formas atenuadas y llegar a formas frustras.

Hemos podido observar que en ciertos enfermos, falta la anemia de aquí partimos para presentar la concepción nueva de las anemias sin anemia. Es decir, que puede existir una o varias enfermedades, de apariencia primitivas, de origen avitaminosico o parasitario, capaces de realizar alteraciones y lesiones en todos los órganos y sistemas, sin que lleven su predilección sobre la sangre y los órganos hemato poyéticos.