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CARACTERIZACIÓN DE LA FLORA VASCULAR EN LA MESETA DE SAN FELIPE, PROVINCIA CAMAGÜEY (CUBA), PARA SU CONSERVACIÓN
Characterization of the vascular flora of San Felipe table-land, Camagüey province (Cuba), for conservation purposes
EDDY MARTÍNEZ-QUESADA
Centro de Investigaciones de Medio Ambiente de Camagüey (CIMAC). Cisneros
No. 105 (altos) entre Pobre y Angel. Camagüey 1. C.P. 70100. eddy@cimac.cu
RESUMEN
Se estudió la flora vascular de la Meseta de San Felipe, una localidad importante dentro del núcleo ofiolítico de la provincia Camagüey, para propósitos de conservación. Se registraron 585 taxones infragenéricos, principalmente de Magnoliophyta, de los cuales 97 son endemismos, en su mayoría de amplia distribución. Se hallaron 19 especies que constituyen los primeros registros, algunos de ellas con importancia fitogeográfica, a las que se le propone la categoría de amenaza En Peligro Crítico (CR), de interés provincial. Estas especies, así como las que se consideran en Peligro Crítico y En Peligro (EN) se identifican como objetos de conservación priorizados. Se considera que la conservación de la flora endémica y amenazada en la meseta tiene que ser in situ.
Palabras clave. Flora, vegetación, endemismo, conservación, Meseta de San Felipe, Cuba.
ABSTRACT
For conservation purposes, the vascular flora of San Felipe table-land, an important locality within ophiolitic outcrup of Camagüey province was studied. A total of 585 infrageneric taxa were recorded, mainly of Magnoliophyta, 97 of which are endemism, most of them with a large distribution range; 19 species are new records, some of them with phytogeographic significance, for which Critically endangered (CR) category of provincial interest is proposed. These species, as well as those considered Critically endangered (CR) and Endangered (EN) are identified as priority conservation objects. The conservation of endemic and threatened flora on the table-land has to be in situ.
Key words. Flora, vegetation, endemism, conservation, San Felipe table-land, Cuba.
Recibido: 07/10/2009
Aceptado: 22/04/2010
INTRODUCCIÓN
La provincia Camagüey, afectada hoy en día por la actividad agroforestal, todavía posee áreas naturales de interés para el estudio de la diversidad biológica que se reevalúan en este sentido, con vistas a incrementar los conocimientos sobre su flora y fauna; al mismo tiempo se proponen medidas que ayuden a su protección. Ejemplo reciente de ello lo constituye el Inventario Biológico Rápido, ejecutado en la Reserva Ecológica Limones-Tuabaquey (Díaz et al. 2006).
La Meseta de San Felipe, importante localidad dentro del núcleo ultramáfico de la provincia, ha sido objeto de atención para los botánicos desde la década de los años ochenta del siglo XX, los que dieron a conocer parte de sus valores naturales (Catasús 1985, Ávila et al. 1988, Méndez et al. 1989, Méndez 1994). No obstante, Méndez et al. (2003) reconocen que la flora y vegetación que se establecen sobre este lugar habían sido poco estudiadas hasta ese momento. Con posterioridad, Barreto et al. (2008) describieron la vegetación y la flora de la propuesta de un área protegida en la meseta.
Una de las principales fuentes de riquezas minerales para Cuba la constituyen los depósitos de Lateritas niquelíferas y el yacimiento San Felipe es una de las reservas más amplias distribuidas en varios yacimientos residuales de corteza de intemperismo tipo plataforma, desarrollado a partir de las rocas ultramáficas serpentinizadas (Rodríguez-Hernández et al., ined.), por lo que esta zona es susceptible de ser utilizada en minería, lo que acarrearía la pérdida de hábitat y de la diversidad biológica.
La meseta está también amenazada por los incendios forestales, ejemplo reciente de ello lo constituye los que tuvieron lugar entre marzo y abril del año 2009, por causa de los cuales se afectaron 12 193 hectáreas, de las que 2 144 eran de bosque, en su mayor parte plantaciones forestales (Colectivo de autores, ined.).
En la meseta se encuentra el macizo forestal más importante de la provincia
y el tercero en el país, por el volumen de madera acumulado, donde se
fomenta la plantación de Pinus caribaea Morelet. La explotación
de las plantaciones implica labores forestales que pueden ocasionar pérdida
de la diversidad biológica y fragmentación de hábitats,
lo que repercute de forma negativa en la estabilidad y mantenimiento in situ
de esa diversidad.
El objetivo del trabajo es estudiar la flora vascular en la meseta, con énfasis
en las especies endémicas, amenazadas y de distribución restringida,
para su conservación.
Localización del área de estudio
La Meseta de San Felipe se encuentra ubicada al Norte de la provincia Camagüey. Limita al Norte con la Llanura denudativa del centro de Camagüey, al Sur con el embalse Pontezuela, al Este con la mencionada llanura y al Oeste con el embalse El Porvenir (Figura 1). Comprende parte de tres municipios provinciales: Esmeralda, Florida y el municipio homónimo.
Figura 1. Ubicación geográfica de la Meseta de San Felipe.
CARACTERÍSTICAS FÍSICO-GEOGRÁFICAS DE LA MESETA DE SAN FELIPE
Geología. Según Iturralde-Vinent et al. (1981) la geología de la meseta se caracteriza por depósitos aluviales ferroniquelíferos del Cuaternario, de edad Pleistoceno, que yacen sobre rocas ultramáficas y máficas intrusivas serpentinizadas del Jurásico pretitoniano.
Según Ariosa (1977), la composición petrográfica básica es de serpentinitas, sobre las que se encuentra la corteza de intemperismo. Dicha meseta tuvo un desarrollo hidrogeológico particular, el que trajo como consecuencia una evolución edafológica peculiar.
En toda la meseta, incluso en sus bordes, se observa un horizonte petroférrico (hardpan), generalmente subsuperficial, que se formó dentro del perfil, a la profundidad que alcanzaba el manto freático. A la altura donde se mantuvo dicho manto freático se consolidaron los perdigones (principalmente), creando un horizonte concrecionario duro, que no permite a través del mismo el paso de las raíces.
Este desarrollo se produjo con disímiles condiciones en el perfil. La parte superior, encima del horizonte petroférrico tuvo relativamente buen drenaje, por lo que se transformó en un suelo Ferrítico Rojo Oscuro (sensu Hernández et al., 1994). A su vez, en la parte inferior del horizonte expuesto (hardpan) hubo saturación hídrica, por lo que la reducción del hierro produjo el color amarillento (Cobas 2007).
La última autora clasifica la evolución del área como un modelo geológico Saprolítico y expuso que la alteración en este territorio se produjo en condiciones de limitada transferencia y lenta extracción de las aguas del sistema, lo que dio lugar a un perfil muy complejo de corteza, con participación inusual de la Sílice.
Relieve. El relieve se caracteriza por presentar algunas alturas en diferentes niveles transformados por procesos denudativos, del Neógeno-Cuaternario (N-Q), (Alfonso et al., 1989), entre las que se destacan Loma San Felipe con 176 m snm y otras en sus proximidades con cerca de 200 m snm; así como por Llanuras denudativas con laderas de tipos y formas que tienen diferentes orígenes (Alfonso et al., 1989)
Hidrología e hidrogeología. Las fuentes naturales de agua en la meseta son en lo fundamental arroyos intermitentes que nacen allí y mientras corren nutren ríos como el Pontezuela y el Jigüey. El único río en la meseta es el San Felipe, al que se unen dos arroyos intermitentes que tributan al Embalse Porvenir. También existen lagunas, sobre todo en su parte central, estacionalmente inundables.
La profundidad de yacencia media anual de las aguas subterráneas es menos de 5 m y se presentan rocas acuíferas en distinto grado de caudales específicos de hasta 1 l/s/m (Elías et al., 1989).
Clima. Las precipitaciones tienen una distribución estacional definida, el periodo lluvioso es de mayo a octubre y el menos lluvioso, de noviembre a abril, con láminas máximas al comienzo del verano (Vidaillet 1989). La temperatura media anual del aire es de 24-26 ºC (Lapinel 1989), la humedad relativa media anual a las 7 horas es de 90-95 % y a las 13 horas, de 55-60 % (Lecha, 1989); mientras que la evaporación media anual es de 1600-1800 mm (Crespo 1989).
Suelos. Según Hernández et al. (1994) en la meseta existen dos tipos de suelos. El más abundante es el Ferrítico Rojo Oscuro que ocupa casi toda su superficie y también se encuentra el Fersialítico Pardo Rojizo en la zona de las escarpas. El primero es de profundidad variable y por lo general aparece una capa de perdigones ligeramente consolidados o endurecidos en el perfil, lo que disminuye la profundidad efectiva, limita la penetración de las raíces y afecta el drenaje. El segundo, ocupa las laderas, es menos evolucionado, presenta afloramientos de serpentina y está muy erosionado, debido al efecto de pendiente.
Sin embargo, en el centro de la meseta donde se desarrollan las sabanas temporalmente inundables y las comunidades herbáceas dulceacuícolas, así como hacia el Noreste, en una pequeña área en la que se localizan las lagunas, existe un tipo de suelo Pardo Oscuro, limo-arcilloso, algo depresional y de drenaje imperfecto, que puede clasificarse como Pardo Mullido sin Carbonatos (Colectivo de autores, ined.).
MATERIALES Y MÉTODOS
Durante el estudio se efectuaron muestreos sistemáticos de forma extensiva, o sea en la mayor parte de la meseta, sobre todo hacia el Norte y el centro de la misma. Estos tuvieron lugar más allá de sus propios límites, ya que el polígono de trabajo corresponde al área de la concesión minera (área que puede ser explotada para la extracción de minerales). Al inicio de la investigación, además del área de la concesión, ya se conocía la de exclusión; que corresponde a una parte dentro de la meseta que por ley no se puede explotar para la extracción de minerales y que de acuerdo a estudios precedentes, contiene valores naturales de importancia. En ella también se realizaron muestreos (Figura 2).
Se realizaron inventarios florísticos en parcelas de 50 X 20 metros (1000 m2) en varios puntos de la meseta y al ubicarlas, se tuvo en cuenta la diversidad de comunidades vegetales. En este caso se utilizó la metodología de Gentry (1993), la cual tiene como unidad de muestreo un área mínima de 1000 m2. Los sitios estudiados no incluyeron el Sureste de dicha meseta porque esta parte ya había sido evaluada con anterioridad para la propuesta de un área protegida (Barreto et al. 2008); mientras que casi la totalidad del área restante estaba sin estudiar o parte de ésta había sido estudiada, pero no se tuvo acceso a los resultados.
La identificación de las especies conocidas se efectuó en el
campo y las que ofrecieron dudas o desconocidas se determinaron mediante la
utilización de la literatura especializada (León 1946, León
& Alain1951, Alain 1953, 1957, 1964, 1974, Barreto 1998, Bässler 1998,
Gutiérrez, 2000, 2002, Beyra et al. 2002, Thiv 2002, Méndez 2003,
Rankin, 2003). Además, cuando fue necesario, se consultaron los ejemplares
de los herbarios HAC, HACC y HAJB, así como también a los taxónomos
especialistas en familias botánicas. Todos los ejemplares recolectados
de las especies registradas se introdujeron en el herbario provincial HACC,
que pertenece al Centro de Investigaciones de Medio Ambiente de Camagüey.
A partir de los inventarios ejecutados se conformó la lista florística
y también se incorporaron aquellas especies citadas por Méndez
et al. (1989) y Barreto et al., (2008) para la meseta.
Los hábitats en los que se localizaron las especies se identificaron como comunidades vegetales, esto fue para captar la mayor parte de unidades florísticas, sobre la base de las especies dominantes y sus especies acompañantes, de acuerdo con los criterios de Scamoni & Passarge (1963), Mueller-Dombois & Ellemberg (1974) y Barbour et al. (1980). La descripción de las mismas no se incluye en este trabajo. Las comunidades son las siguientes: Sabana temporalmente inundable, Sabana arbustiva, Sabana con palmas, Comunidades herbáceas dulceacuícolas, Matorral temporalmente inundable, Complejo de matorrales y sabanas antrópicos, Bosque con Curatella americana y Byrsonima crassifolia, Bosque semideciduo antropizado, Bosque arbustoso de galería, Plantación de Eucalyptus y Plantación de Pinus caribaea.
A partir de los resultados obtenidos en los inventarios, se determinó el Indice de valor de importancia para familias, mediante la diversidad relativa, cuya fórmula es la siguiente:
Diversidad relativa =
No. especies de una familia X 100
No. total de especies
Este índice se aplicó sólo en las comunidades seleccionadas
para ello (Sabana temporalmente inundable, Sabana con palmas, Sabana arbustiva,
Complejo de matorrales y sabanas antrópicos, Bosque semideciduo, antropizado
al Sureste de la meseta y Bosque arbustoso de galería) y además
en tres plantaciones forestales (Plantación de Eucalyptus sp.,
Plantación de Pinus caribaea con sotosbosque mixto y Plantación
de Pinus caribaea con predominio de Byrsonima crassifolia en el
sotobosque). La selección de las comunidades y de las plantaciones responde
a la extensión que ocupan en la meseta o a la mayor riqueza de especies
acumuladas, de allí su mayor importancia.
La identificación de las especies endémicas se efectuó
mediante la revisión de la bibliografía utilizada en la determinación
de todas las inventariadas, ya citada anteriormente.
La clasificación de dichas especies, según su distribución fitogeográfica en Cuba, se hizo de acuerdo con el criterio de López et al. (1994a), pero la nomenclatura se adaptó al Sector Cuba Central, que es donde se encuentra el área de estudio. Se definen como sigue:
Endemismos totales o cubanos: el total de endemismos cubanos que está
presente en el área de estudio.
Endemismos sectoriales: aquella parte de los endemismos totales que sólo
viven en el Sector Cuba Central (sectoriales centrales).
Endemismos estrictos o distritales: aquellos conocidos sólo de un distrito
del Sector Cuba Central.
Endemismos multisectoriales: aquellos que viven en más de un sector,
o sea en Cuba Central y cualquier otro sector fitogeográfico del país
(Cuba Occidental o Cuba Oriental).
Por otra parte, para conocer la distribución de estas especies en los distritos de la provincia, se consultó la obra de León (2004).
De acuerdo con López et al. (1992), la provincia Camagüey posee tres distritos fitogeográficos: Camagüey, Llanura Centro-Oriental y Costa Centro-Oriental (Figura 3). El área de estudio se encuentra en el primero de los citados.
CUBA OCCIDENTAL. Los nombres entre paréntesis son los de Samek (1973): 1. Guanahacabibes (Península de Guanahacabibes), 2. Guane (Arenas blancas), 3. Pinar del Río (Centro Meridional de Pinar del Río), 4. Pizarras (Alturas de Pizarra), 5. Mogotes, 6. Sierra del Rosario, 7. Cajálbana (Sierra de Cajálbana), 8. Bahía Honda-Cabañas (Colinas de Bahía Honda-Cabañas), 9. Anafe (Sierra de Anafe), 10. Sur de Pinos (Meridional de Isla de Pinos), 11. Los Indios (Los Indios-Siguanea), 12. Centro de Pinos (Central de la Isla de Pinos). CUBA CENTRAL: 13. Habana-Matanzas (Costa Norte de Habana-Matanzas), 14. Habana-Limonar (Colinas de Habana-Limonar), 15. Llanura Centro-Occidental. 16. Motembo, 17. Zapata, 18. Cayería Sur, 19. Guamuhaya (Escambray), 20. Cienfuegos (Costero de Trinidad), 21. Santa Clara, 22. Camagüey (Serpentinitas de Camagüey). 23. Holguín (Serpentinitas de Holguín). 24. Llanura Centro Oriental (Llanuras y Colinas de Cuba Centro-Oriental). 25. Costa Centro-Oriental (Costa Norte Centro-Oriental). CUBA ORIENTAL: 26. Cabo Cruz-Baconao (Media Luna-Cabo Cruz-Baconao), 27. Promontorios de la Sierra Maestra, 28. Cordillera del Turquino, 29. Gran Piedra, 30. Valle Central (Valle Central de Oriente), 31. Sierra de Nipe, 32. Sierra de Cristal, 33. Baracoa (Serpetinitas de Moa-Toa-Baracoa), 34. Bahía de Nipe (Bahía de Nipe-Bahía de Cebollas), 35. Baracoa, 36. Maisí-Guantánamo (Costa Meridional de Maisí-Guantánamo), 37. Sierra de Imías, 38. Colinas de Oriente, 39. Santa Catalina.
Las especies amenazadas de extinción se definieron a partir de los criterios de Rankin & Areces (2003) y Berazaín et al. (2005). También se tuvieron en cuenta aquellas de este tipo propuestas por Méndez et al. (ined.) que son de interés provincial, aunque no se hayan analizado en los Talleres Nacionales para la Conservación, Análisis y Manejo Planificado de plantas silvestres cubanas (CAMP). En el caso de que los criterios fueran diferentes, se asumió la categoría que tiene el taxon para toda Cuba por ser la aprobada en los talleres CAMP.
Se utilizó la metodología de Gerhartz et al. (2007) para las elaboración de los planes de manejo de las áreas protegidas cubanas, mediante la cual se identifican los objetos de conservación y se realiza un análisis de las amenazas a éstos. A su vez, se determinan las presiones, las fuentes o causas y la severidad.
RESULTADOS
Riqueza de especies
La flora vascular conocida de la meseta está compuesta por cuatro divisiones de plantas y la integran 117 familias, 355 géneros y 585 taxones infragenéricos (tabla 1 y tabla 2).
De ellas la mejor representada por el número de taxones infragenéricos
es Magnoliophyta, principalmente Magnoliopsida que representa el 74% de todas
las Angiospermas registradas (tabla 1).
Las familias más importantes por el número de especies son, en
orden decreciente, Poaceae (74), Fabaceae s.l. (55), Rubiaceae (30), Cyperaceae
(26), Euphorbiaceae (24), Convolvulaceae (23) y Asteraceae (19), (tabla
2).
En la tabla 3 se muestra la diversidad relativa de todas las familias por hábitats. La mayoría de las consideradas más importantes se hallan en la Sabana temporalmente inundable y en la Sabana arbustiva. Poaceae también es particularmente diversa en la Sabana con palmas. Otros hábitats significativos en este sentido son el Bosque arbustoso de galería y el Bosque semideciduo antropizado; así como el Complejo de matorrales y sabanas antrópicos, la plantación de Pinus caribaea y la de Eucalyptus sp., esta última sobre todo para Poaceae y Cyperaceae.
Se detectaron 19 especies que no se conocían para la meseta; 11 de ellas con sus géneros y familias tampoco se habían registrado en la provincia, por lo que constituyen nuevos registros (tabla 4, figura 4).
Se localizan principalmente en el Noroeste y en su centro meridional, donde forman parte de distintos hábitats (figura 5).
1. Cyathea aspera, 2. Thelypteris reticulata, 3. Clidemia hirta, 4. Savia cuneifolia, 5. Leucocroton stenophyllus, 6. Pilocarpus racemosus, 7. Zanthoxylon cubense, 8. Gymnosiphon niveus, 9. Polygala glochidiata, 10. Cheilophyllum sphaerocarpum, 11. Rhynchospora contracta, 12. Thelypteris angustifolia, 13. Burmannia capitata, 14. Utricularia subulata, 15. Utricularia fimbriata, 16. Utricularia gibba, 17. Nymphoides grayanum, 18. Isachne polygonoides, 19. Odontosoria aculeata.
Se encontraron 97 especies endémicas (tabla 2), lo que representa el 16 % del total de plantas inventariadas y el 30 % del endemismo provincial. Pertenecen a nueve familias (Asteraceae, Cleomaceae, Cyperaceae, Eriocaulaceae, Euphorbiaceae, Poaceae, Portulaceae, Scrophulariaceae y Zamiaceae); sin embargo, éstas no son numerosas (tabla 2) y ninguna está restringida a un distrito.
Respecto a la distribución fitogeográfica, se obtuvo que la mayoría son Multisectoriales (50 %) y Totales (36 %). Sólo el 7 % son distritales (restringidas al distrito Camagüey, sensu López et al. 1992): Coccothrinax pseudorrigida León, Copernicia cowellii Britton & P. Wilson, Malpighia nummulariifolia Niedz ssp. camagueyense F.K. Meyer, Eugenia shaferi Urb., Karwinskia orbiculata (Britton & Wilson) Urb. Coccoloba cowellii Britton y Guettarda camagueyensis Britton (tabla 5). Todas ellas están distribuidas en varias localidades del territorio provincial (León et al., 2004). En este estudio se reconoce la presencia de Coccoloba cowellii únicamente en el distrito Camagüey, de acuerdo con Méndez et al. (2003) y Rankin & Areces (2003).
Especies amenazadas de extinción
El 5 % de las plantas inventariadas está amenazado de extinción (30 especies). Los casos más preocupantes son las especies que se catalogan En Peligro Crítico (cuatro) y En Peligro (15), (tabla 2), aunque también se hallan otras catalogadas como Vulnerable (siete) y Bajo riesgo (cuatro).
Es importante destacar que los nuevos registros en la meseta y al mismo tiempo en la provincia ameritan también una categorización para Camagüey, lo que incrementará la lista de las especies amenazadas de interés provincial y contribuirá a la que se lleva a cabo en toda Cuba. La distribución de las poblaciones de estas especies en la meseta es irregular y discontinua, además éstas por lo general no son grandes. Aunque no se han realizado censos poblacionales, cualesquiera de estas especies cumple bien los criterios expuestos por UICN (2001), relacionados con la distribución geográfica en la forma B 1 (extensión de presencia) y B 2 (área de ocupación), en sus respectivos acápites 1 (extensión de la presencia estimada menor de 100 km²) y 2 (área de ocupación estimada en menos de 10 km²), inciso a (severamente fragmentadas o se conoce sólo en una localidad), para ser consideradas En Peligro Crítico (CR), de interés para la provincia.
Se proponen como objetos de conservación priorizados las especies En Peligro Crítico (Isoëtes cubana, Cheilophyllum sphaerocarpum y Encopella tenuifolia), En Peligro (Acacia daemon, Elytraria cubana, Coccothrinax pseudorrigida, Tillandsia pruinosa, Cleome procumbes ssp. obtusa, Evolvulus minimus, Croton camagueyanus, Utricularia gibba, Coccoloba cowellii, Karwinskia orbiculata, Guettarda camagueyensis y Xyris jupicai) y Vulnerable (Drosera capillaris, Fimbristylis dichotoma, Rhynchospora grisebachii, Stylosanthes humilis, Mayaca fluviatilis, Tripogon spicatus, Machaonia minutifolia, Ravenia leonis, Manilkara jaimiqui ssp. jaimiqui y Brunfelsia sinuata).
Además las especies que son nuevos registros para la provincia: Cyathea aspera, Odontosoria aculeata, Thelypteris reticulata, Thelypteris angustifolia, Burmannia capitata, Clidemia hirta, Gymnosiphon niveus, Isachne polygonoides, Leucocroton stenophyllus, Rhynchospora contracta, Savia cuneifolia, Utricularia subulata, Utricularia fimbriata y Zanthoxylon cubense que no han sido categorizadas, por las razones siguientes:
- Estas especies en Camagüey hasta ahora sólo se conocen en la
Meseta de San Felipe y lo más probable es que no estén en ningún
otro sitio del territorio provincial, debido a las condiciones geológicas
y edáficas imperantes.
- Forman parte de comunidades vegetales muy frágiles, por estar en condiciones
ecológicas muy particulares (suelos extraordinariamente pobres y superficiales,
dependen del drenaje y la pérdida de agua),
- Tienen importancia regional y todas se localizan en un área que no
sobrepasa los 29 km²,
- Se encuentran en una parte de la provincia con grandes potencialidades para
la explotación minera.
Las principales amenazas (Fuente de Presión) para estas especies son:
Construcción de caminos, que a su vez conlleva a la contaminación
de las aguas por suelo (causa histórica, severidad Muy Baja, afectación
local). Esto produce deterioro de las comunidades vegetales donde ellas viven,
de forma parcial o total.
Modificación del drenaje. Esta amenaza afectará a todas las especies
propuestas como Objetos de Conservación Priorizados, porque forman parte
de comunidades vegetales muy vulnerables a una fuerte acción antrópica
y que serían afectadas en su conjunto, por las razones siguientes:
- Disminución del nivel del agua (causa potencial, severidad Muy Alta,
afectación a todo el ecosistema y por lo tanto a las especies que lo
integran),
- Modificación de las condiciones del hábitat (causa potencial,
severidad Muy Alta, afectación a todo el ecosistema y por lo tanto a
las especies que lo integran),
- Pérdida de las comunidades (causa potencial, severidad Muy Alta, afectación
a todo el ecosistema y por lo tanto a las especies que lo integran).
Fuego. Principalmente durante las sequías prolongadas pueden afectarse todas las especies, sobre todo las que forman parte de la Sabana temporalmente inundable y del Bosque semideciduo antropizado, lo que traería como consecuencia:
- Alteración de las comunidades y por lo tanto de las especies que la
integran (causa histórica, severidad Media, afectación total),
- Modificación del ciclo de nutrientes (causa histórica, severidad
Media, afectación total).
Posible explotación minera. Si la meseta se explota para la extracción
de minerales pueden desaparecer todas las comunidades vegetales propuestas como
Objetos de Conservación Priorizados, que constituyen esencialmente el
hábitat de estas especies, por las razones siguientes:
- Contaminación por suelo ferrítico de la Sabana temporalmente
inundable y de las comunidades herbáceas dulceacuícolas y por
tanto con los elementos tóxicos del mismo, principalmente Níquel
(causa potencial, severidad Muy Alta, afectación total),
- Contaminación con combustibles y lubricantes (causa potencial, severidad
Muy Alta, afectación total),
- Alteración del ciclo de nutrientes (causa potencial, severidad Muy
Alta, afectación total).
Aunque la Meseta de San Felipe no constituye un área protegida de la provincia Camagüey y la propuesta de conservar una parte de la misma, elevada al Consejo de Ministros de la República de Cuba, no se ha aprobado oficialmente; a partir del estudio realizado se puede hacer recomendaciones de manejo que pudieran compatibilizarse con la Empresa Forestal, del Ministerio de la Agricultura (tenente de la tierra). Estas se exponen a continuación:
- Reconocer el área de la Sabana temporalmente inundable y el grupo
de comunidades acuáticas interrelacionadas, ubicadas hacia el centro
de la meseta, como un conjunto de ecosistemas únicos y sumamente frágiles,
ya que de afectarse de forma irreversible la pérdida sería universal.
- Categorizar los ecosistemas (tipos), investigando y planificando su manejo
de acuerdo a su composición biótica, resiliencia del ecótopo
y la vegetación, interrelaciones internas y con el paisaje.
- Revalorar la propuesta de área protegida, ya que coincide en su mayor
parte con la zona de máxima concentración de Níquel y que
probablemente se explotaría en primer lugar y porque no contiene todos
los valores florísticos encontrados en otras partes de la meseta.
- Realizar una red de alerta temprana para la protección de la naturaleza.
A la misma pueden ser integrados los médicos de la familia, educadores,
estudiantes y trabajadores forestales avanzados.
DISCUSIÓN
La cantidad de especies registradas en este estudio es muy significativa, debido a que en sólo 60.5 km² (área de la meseta) existe un 34 % de la flora provincial y un 9 % de la flora vascular cubana.
La presencia de los representantes de las familias más importantes en hábitats como las plantaciones forestales y el Complejo de matorrales y sabanas antrópicos, que en la meseta ocupan grandes extensiones, denota que las especies que conformaban la vegetación natural persisten y se integran bastante bien a los nuevos hábitats, lo que corrobora la idea de que éstas no desaparecen por las plantaciones, incluso los endemismos persisten (Romeo, com. pers.). En este sentido Barreto et al. (2008) señalaron que en el sotobosque de las plantaciones de Pinus caribaea se desarrollan comunidades secundarias con especies propias de serpentina, o sea de la vegetación original, lo que coincide con el resultado obtenido.
Por otra parte, la existencia de gran cantidad de gramíneas y ciperáceas en hábitats como la Sabana temporalmente inundable y la Plantación de Eucalytus sp., así como en la Sabana con palmas en el caso de Poaceae, está relacionado con la evolución hidrogeológica que tuvo la meseta, lo que propició condiciones muy particulares para el desarrollo de las especies adaptadas a éstas. También las plantaciones de Eucalyptus sp. estudiadas se establecieron sobre el mismo tipo de suelo donde se desarrolla la Sabana temporalmente inundable, por lo que es de esperar que muchas especies que antes ocupaban este último hábitat tiendan a hacerlo en otro nuevo, que tiene el mismo tipo de suelo.
La distribución de los endemismos en varias familias y al mismo tiempo en múltiples distritos de Cuba Central se debe a la ausencia de los mecanismos de especiación que tuvieron lugar en esta parte del territorio nacional, que a su vez se relaciona con la falta de refugios necesarios en épocas geológicas pasadas, donde la flora endémica pudo haber sobrevivido a periodos adversos, y de la combinación de varios factores (altos regímenes de precipitaciones, relieve montañoso y grandes alturas) que otros autores han señalado como necesarios para la acumulación de gran cantidad de endemismos en Cuba (López et al. 1994b, Areces et al. 2003), independientemente de la edad geológica de la región.
Si la cifra de especies endémicas obtenida aquí se compara con la de otras áreas del núcleo ofiolítico de la provincia, como la de la Reserva Florística Manejada de Maraguán (46 especies, según Martínez et al. 2007) se aprecia que es muy superior, incluso el porcentaje de endemismo en la meseta cuando se compara con el de toda la provincia (30%) es casi el doble del provincial (18%, según Martínez 1997). La causa de ello es que en el distrito Serpentinitas de Camagüey hay una zona (en este caso donde se encuentra la meseta) tan vieja como la ocupada por los distritos ultramáficos de Cuba Oriental, en la que existe de manera exclusiva el suelo Ferrítico Púrpura (Iturralde-Vinent 1982), (Ferrítico Rojo Oscuro, sensu Hernández et al. 1994) y aunque no se caracteriza por una alta riqueza florística regional (Areces et al. 2003), sí lo es desde el punto de vista provincial. La edad geológica de una región es un factor importante en la especiación, pero ésta se relaciona con el tiempo que lleva emergida de forma estable, más que con la edad de la roca (Borhidi 1991). En este sentido las rocas del área estudiada podrán ser muy antiguas, pero el tiempo que ésta lleva emergida de forma estable es mucho más reciente (Borhidi 1991), lo que sería una de las causas de la pobreza de endemismos desde el punto de vista regional.
Las especies Cheilophyllum sphaerocarpum, Isachne polygonoides y Rhynchospora contracta se distribuyen en los sectores Cuba Occidental y Cuba Central, las que conjuntamente con Drosera capillaris, Xyris jupicai, Eriocaulon fulliginosum, Mayaca fluviatilis e Isoëtes cubana; registradas desde la década de los años 80 y 90 del siglo XX (Ávila et al. 1988, Méndez 1994), constituyen una evidencia de que en la provincia, la Meseta de San Felipe fue el sitio donde ellas se establecieron fuera de Cuba Occidental. Otro caso interesante es el de Utricularia fimbriata, con distribución limitada a Cuba Central, antes sólo en Cienfuegos (Panfet, com. pers.).
A su vez, dicha meseta funcionó como un puente en la migración de algunas de ellas hasta Cuba Oriental, como por ejemplo Burmannia capitata, Utricularia subulata, Utricularia gibba y las ya conocidas Xyris jupicai, Drosera capillaris, Mayaca fluviatilis y Eriocaulon fulliginosum. Las poblaciones de estas especies en Cuba Occidental se desarrollan sobre suelos arenosos cuarcíticos; conocido como arenas blancas (Panfet 1998, González 2003, Méndez et al. 2003), mientras que en la meseta lo hacen sobre un tipo de suelo Pardo Mullido sin Carbonatos. La presencia de Eriocaulon fulliginosum en este tipo de suelo sugiere que contiene un ph ácido y el Ca está presente, ya que son requisitos para su desarrollo, aunque no la Sílice (González 2003).
Por otra parte, existe otro grupo de especies como Thelypteris angustifolia, Gymnosiphon niveus, Leucocroton stenophyllus y Savia cuneifolia que estaban restringidas a Cuba Oriental y el hecho de encontrarlas en la meseta demuestra que su área de distribución es mucho mayor y que hasta este estudio Camagüey es el límite Oeste conocido para ellas. Estas tres últimas viven sobre suelo Ferrítico Rojo Oscuro, en formaciones boscosas relativamente húmedas (Bosque arbustoso de galería y Bosque semideciduo mesófilo); condiciones similares a las que tienen las poblaciones de la Región Oriental, donde habitan en pluvisilvas del complejo ofiolítico (Gymnosiphon niveus y Savia cuneifolia), así como en las del complejo metamórfico (Gymnosiphon niveus), (Martínez 2005).
Aunque Méndez et al. (2003) y Barreto et al. (2008) registraron a Utricularia fimbriata Kunt para la meseta (según Alain 1957), esta especie es Utricularia simulans Pilger (Panfet, com. pers.) que hasta ahora no se ha encontrado allí. Sin embargo, una reciente revisión taxonómica del género, permite afirmar que Utricularia fimbriata Kunth también está en Cuba y el material colectado en la meseta corresponde a esta especie (Panfet, com. pers.). Por esa razón se informa como un nuevo registro.
Los resultados obtenidos en este estudio, en particular los relacionados con las especies de la flora que son nuevos registros para la meseta y la provincia corroboran la propuesta de un área protegida en San Felipe, con la categoría Reserva Florística Manejada, incluso le confieren una mayor importancia, por tratarse de valores nuevos que no se habían tenido en cuenta, quizás por falta de búsquedas extensivas.
Por otro lado, los resultados de las exploraciones niquelíferas en la meseta reflejan que una gran parte del Sur y Sureste de la misma corresponde a un área con grandes concentraciones de ese mineral y que sería explotada en los primeros años (Chang, com. pers.), la que al mismo tiempo coincide con una porción de la propuesta de área protegida.
Con los resultados obtenidos en este estudio es necesario reevaluar los límites
de esa propuesta de área protegida, sobre la base de los sitios que contienen
la mayor riqueza de especies y de endemismos, fundamentalmente de la flora;
así como también las comunidades vegetales consideradas endémicas
locales, los que se encuentran en una parte de la meseta que posee bajas concentraciones
de Níquel.
Se considera que la conservación de las especies endémicas y amenazadas
de la flora tiene que ser in situ, debido a lo difícil que sería
reproducir en otros sitios las condiciones ambientales en las que las comunidades
vegetales y las especies que las integran se desarrollan, ligadas a la evolución
hidrogeológica y edáfica que tuvo lugar en la meseta. Por eso,
la nueva área que se ha delimitado para su protección, a partir
de los resultados obtenidos, es de suma importancia para la preservación
de esos recursos naturales.
CONCLUSIONES
La flora vascular de la Meseta de San Felipe está compuesta por 585 especies, de éstas 19 constituyen registros nuevos para la localidad y 11 también lo son para la provincia Camagüey.
Las especies endémicas suman 97, lo que representa el 16% del total en la meseta y el 30% de toda la provincia; de éstas sólo siete pertenecen a un distrito, pero se distribuyen también fuera de la meseta.
Se proponen como objetos de conservación priorizados las especies En Peligro Crítico y En Peligro, así como también los registros nuevos a los que se le asigna la categoría En Peligro Crítico, de interés provincial.
Las principales amenazas para las especies objetos de conservación priorizados son la construcción de caminos, la modificación del drenaje, los fuegos y la posible explotación minera
La conservación de las especies en la meseta tiene que ser in situ y la misma se lograría mediante la delimitación de un área que tendría que ser protegida.
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