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LA VEGETACIÓN TERRESTRE EN LA ENSENADA DE NEGUANJE, PARQUE NACIONAL NATURAL TAYRONA (MAGDALENA, COLOMBIA)
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Terrestrial vegetation at Neguanje cove, Tayrona National Natural Park (Magdalena, Colombia)
EDUINO CARBONÓ-DELAHOZ
HÉCTOR GARCÍA-Q.
Herbario UTMC, Universidad del Magdalena, Carrera 32 No 22-08, Santa Marta,
Magdalena, Colombia. eduinoc@yahoo.com,
eduinochz@gmail.com
RESUMEN
Entre los meses de julio y diciembre de 2007 se realizaron inventarios que permitieron conocer el estado actual de la riqueza y la estructura de la vegetación en la ensenada de Neguanje, Parque Nacional Natural Tayrona. Se siguió el método propuesto por el Instituto Humboldt para muestreo de plantas leñosas en tres sitios, para un total de 0.3 ha. La evaluación realizada ofrece como resultado el registro de 1310 individuos con DAP = 2.5 cm, correspondientes a 77 especies, de 28 familias de plantas con flores. Para cada uno de los tres sitios muestreados, se encontró un total de 29 especies (15 familias), 49 (21 familias) y 55 (24 familias) por 1000 m². Las familias presentes, con mayor valor ecológico, son comunes en la mayoría de los bosques secos de Colombia, sin embargo, es notoria la relativa baja diversidad específica, si se compara con evaluaciones ejecutadas en ambientes semejantes. Se destaca la acción de los vientos intensos y persistentes como un factor influyente sobre la diversidad florística en el primer sitio estudiado.
Palabras clave. Bosques secos, diversidad florística, Caribe colombiano.
ABSTRACT
Floristic inventories were made from July to December 2007 in order to know the current state of the richness and vegetation structure in Neguanje cove at Tayrona National Natural Park. The methodology proposed by the Humboldt Institute to study woody plants was followed in three localities, for a total amount of 0.3 ha. A total of 1310 individuals with = 2.5 cm DBH, belonging to 77 species in 28 families of flowering plants were found during this inventory. For each of the three sampled sites, a total of 29 species (fifteen families), 49 (21 families) and 55 (24 families) were found for each 1 000 m². The plant families found with high ecological value are also common in others dry forests of Colombia but the species diversity are low in comparison to those areas. Intense and persistent winds stood out as an influencing factor over the floristic diversity found in the first site studied.
Key words. Dry forests, Floristic diversity, Colombian Caribbean
Recibido: 03/02/2010
Aceptado: 27/10/2010
INTRODUCCIÓN
El Parque Nacional Natural Tayrona se localiza en jurisdicción del municipio
de Santa Marta, Magdalena, Colombia, entre el oriente de la localidad de Taganga
y el tramo terminal del cauce del río Piedras (11º 21' y 11º 15' 53"
Norte y 73º 54' 06" y 74º 12' 32" Oeste), con una longitud de 35 km
y un ancho máximo de 6.5 km a partir del borde del Mar Caribe (Hernández-Camacho
& Rodríguez-Guerrero 1981).
El territorio del parque corresponde a las estribaciones del flanco noroccidental
de la Sierra Nevada de Santa Marta que entran directamente al mar Caribe, dando
lugar a un paisaje accidentado de ensenadas con manglares de poca extensión,
en algunas playas, y acantilados o laderas cubiertas por bosques xerófilos.
En el mapa ecológico de Colombia, basado en el sistema de Holdridge (Espinal
& Montenegro 1963), se establece la existencia de dos formaciones vegetales
en el parque: el monte espinoso tropical y el bosque muy seco tropical. El estudio
preliminar de la vegetación del parque con el propósito de ofrecer
una caracterización de las formaciones vegetales predominantes determinó
la existencia de dos tipos principales: bosque seco tropical y bosque húmedo
tropical (Franky & Rodríguez 1967). Una caracterización florística
en el área de las bahías de Chengue y de Neguanje concluyó
con la descripción de siete comunidades vegetales presentes en esta zona
(Bastidas & Corredor 1977). Lozano (1984) en el flanco norte del cerro "El
Cielo" caracterizó seis comunidades diferentes para este sector.
Mediante estudios e inventarios de campo Hernández & Rodríguez
(1981), concluyen que se presentaban cinco formaciones vegetales principales:
bosques isomegatérmicos submontanos frecuentemente nublados, bosques
isomegatérmicos subhigrofíticos perennifolios, bosques isomegatérmicos
caducifolios, bosques isomegatérmicos subxerófilos caducifolios
y bosques isomegatérmicos bajos y fruticetos xerófilos. Observaciones
más recientes señalan la existencia de variaciones en la vegetación
presente relacionadas con diferencias en las precipitaciones. En consecuencia,
se definen tres zonas de condiciones ecológicas reconocibles: Bosques
y matorrales subxerófilos, bosques higrotropofíticos y bosques
subhigrófilos (Carbonó et al. 1995; UAESPNN 1998).
La flora también ha sido descrita por diferentes autores. En la actualidad se tienen registros de 1381 especies pertenecientes a 662 géneros y 189 familias vegetales existentes en jurisdicción del Parque Tayrona (Lozano-Contreras 1986, Rangel-Churio 1995, Carbonó et al. 2004).
La ensenada de Neguanje está ubicada en la zona costera centro-occidental del Parque (Fig. 1).
Está limitada al occidente y al oriente por dos líneas de colinas
orientadas sobre un eje con dirección sur-norte, que alcanzan hasta 150
metros de altitud y la separan de las bahías de Gairaca y de Cinto, respectivamente;
las pendientes de estas colinas pueden alcanzar hasta 50% de inclinación
y caen directamente al mar. El límite sur lo constituyen cerros altos
y colinas bajas que descienden gradualmente hasta el mar formando parte del
sistema de drenaje marítimo del complejo hidrográfico del Parque,
integrado por quebradas pequeñas y arroyos de cauce reducido que permanecen
secas durante gran parte del año. No se tienen datos climatológicos
circunscritos a esta localidad en particular; las estaciones de registro más
próximas están ubicadas en Cañaveral, al extremo oriental
del Parque y en Punta de Betín, al occidente, en la ciudad de Santa Marta.
Para esta zona específica (Mendoza-C 1999) se tiene una precipitación
anual de 1420 mm y un clima general definido como cálido seco, con la
mayor cantidad de lluvias concentrada entre los meses de septiembre y noviembre
y temperatura media anual de 27.9º C. El bosque presente en los alrededores
de la ensenada de Neguanje ha sido caracterizado como bosque seco tropical (IAvH
1998); esta cobertura vegetal hace parte de los llamados bosques relictuales,
con condiciones estructurales semejantes a la de los bosques secos originales
de la región Caribe (Mendoza-C. 1999).
En cumplimiento de trabajo de campo para el proyecto "Modelo de ocupación
del Parque Nacional Natural Tayrona ensenadas de Neguanje y Cinto para el desarrollo
de actividades ecoturísticas", liderado por el Instituto de Investigaciones
Marinas y Costeras "José Benito Vives de Andréis", INVEMAR,
se ejecutaron actividades con el objetivo de valorar el estado actual de la
riqueza y la estructura de la vegetación de la ensenada de Neguanje,
cuyos resultados constituyen una contribución al conocimiento más
aproximado de las condiciones naturales del parque.
MATERIALES Y MÉTODOS
El trabajo de campo se realizó entre julio y diciembre de 2007, siguiendo el método propuesto por el Instituto Humboldt para muestreo de plantas leñosas (Villareal et al. 2004). Se ejecutaron levantamientos en tres sitios alrededor de la ensenada de Neguanje. El primero se ubicó al occidente, sobre las laderas de los cerros que rematan en la playa "Placelito", con una pendiente de 40%, a partir de 11º 19' 39" Norte & 74º 05' 57" Oeste y a 70 msnm, sitio nominado "Placelito" para este trabajo; el segundo sobre la ladera de colinas bajas que descienden al sur de la playa "Neguanje", 11º 18' 47.9" Norte & 74º 05' 11.9" Oeste y a 120 msnm, denominado "Neguanje", con una pendiente de 18%, mientras que el tercero fue establecido hacia el oriente, en el camino a la ensenada de Cinto, 11º 19' 45" Norte & 74º 04' 3.9" Oeste y a 125 msnm, denominado "Camino a Cinto", con una pendiente de 24%.
En cada sitio se eligieron zonas homogéneas en su fisonomía, en las que se trazaron diez parcelas de 50 × 2 metros (100 m²) cada una, distribuidas al azar y separadas entre sí, para un total de 1 000 m², (0.1 ha). En los levantamientos de los tres sitios (0.3 ha), se registraron todos los individuos leñosos de diámetro = 2.5 cm a la altura del pecho (DAP = 1.3 m de la base), tomada como medida de área basal.
Las plantas dentro de las parcelas se identificaron en el campo, pero para comprobación se recolectaron muestras de aquellas en que hubiese duda sobre su identidad exacta. A partir de las muestras recolectadas se prepararon ejemplares de herbario, los cuales reposan en la colección del herbario UTMC, de la Universidad del Magdalena.
RESULTADOS
Se registraron 1310 individuos con DAP = 2.5 cm, correspondientes a 77 especies, de 28 familias de plantas con flores en 0.3 ha (Anexo 1). En los 1000 m² inventariados en el sitio "Placelito" se encontraron 29 especies pertenecientes a quince familias; en "Neguanje" se registraron 49 especies de 21 familias y en "Camino a Cinto" 55 especies de 24 familias.
Placelito
En el sitio "Placelito", sobre la ladera occidental de la ensenada (Figura 2), las familias más diversificadas, en cuanto al número de especies, fueron Cactaceae y Leguminosae, con cinco especies cada una, y Burseraceae y Capparaceae con tres. Entre los géneros, Capparis fue el de mayor diversidad con tres especies.
Estructura. De las 29 especies presentes en esta localidad, diez son árboles (34.48%), diecisiete son arbustos leñosos (58.62%) y dos son lianas (6.89%). En la estratificación vertical se pueden distinguir: el dosel superior integrado por la copa de los árboles dominantes, debajo de los cuales crecen arbustos leñosos, varios de ellos reclinados o apoyados sobre la vegetación circundante, y el estrato inferior donde la vegetación es escasa. El promedio de altura general de la vegetación es 4.3 m; la mayoría de individuos alcanzan entre tres y seis metros. Las copas de los árboles no son muy amplias y sobre algunas se encuentran lianas leñosas como Matelea maritima (Asclepiadaceae) y Arrabidaea pleei (Bignoniaceae); la luz solar puede llegar directamente al suelo por los espacios abiertos en el dosel superior. Sobre el piso del bosque se encuentra una capa delgada de hojarasca y crecen escasas especies herbáceas, aunque pueden distinguirse rosetas de "piñuela", Bromelia pinguin (Bromeliaceae) y algunas gramíneas tolerantes a la sombra como Lasiacis ruscifolia (Poaceae). Otras lianas comunes son Marsdenia altissima, Metastelma atrovirens (Asclepiadaceae), Hippocratea volubilis, Pristimera verrucosa (Hippocrateaceae) y Cissus verticillata (Vitaceae) que ascienden sobre los troncos y ramas de los árboles y arbustos. En zonas más abiertas son frecuentes Justicia carthagenensis (Acanthaceae), Weddelia symmetrica (Asteraceae), Ibervillea tenela (Solanacaee), Panicum maximum, Urochloa fasciculata, Leptothrium rigidum (Poaceae), algunas plantas crasas como Euphorbia tythimaloides (Euphorbiaceae), Pilosocereus lanuginosus, Melocactus curvispinus (Cactaceae), rosetas de Agave cocui (Agavaceae) y arbustos armados con tricomas urticantes o espinas como Cnidosculus urens (Euphorbiaceae) y Jacquinia aristata (Theophrastaceae).
Densidad. Las especies con mayor número de individuos en 0.1 ha fueron: Platymiscium pinnatum (Leguminosae), con 103 individuos; Guapira uberrima (Nyctaginaceae), con 47, Tabebuia billbergii (Bignoniaceae), con 42, y Croton niveus (Euphorbiaceae), 35; con excepción de esta última que tiene porte arbustivo, las demás son árboles de porte mediano, todas características de bosques secos del Caribe colombiano. Dentro de este bosque es posible tener visibilidad hasta una distancia aproximada de 30 metros, sin embargo, en algunos lugares la distancia puede ser menor por el crecimiento abundante de lianas y de arbustos.
Cobertura. El valor acumulado de área basal para este tipo de vegetación es de 7.37 m² (73747.57 cm²). La mayor cobertura relativa la tuvo Tabebuia billbergii (30.48), especie de porte arbóreo, mientras Pithecellobium roseum, tiene el segundo mayor valor (16.19); otros dos árboles siguen en importancia Platymiscium pinnatum (12.34) y Bursera graveolens (8.8). Las demás especies presentan valores bajos de cobertura relativa. La mayoría de los árboles tuvo un grosor menor a 40 cm, en su tronco principal.
Índice de Valor de Importancia por especie (IVI). Entre las cinco especies que presentan los mayores valores de importancia, cuatro son árboles Tabebuia billbergii (48.3), Platymiscium pinnatum (45.04), Pithecellobium roseum (26.88) y Guapira uberrima (23.69), mientras una tiene porte arbustivo, Croton niveus (16.22) (Tabla 1).
Esta condición define el carácter de un matorral arbolado semicaducifolio,
con una composición de especies características de los bosques
secos del Caribe de Colombia. Las especies de árboles referenciadas son
típicas de sectores muy secos; en este sentido, su importancia biológica
destaca en forma precisa su adecuación a las condiciones climáticas
y edáficas de la subxerofitia (Dugand 1973).
Valor de Importancia por Familia (VIF). Las familias con mayor importancia ecológica fueron: Leguminosae, (95.86), Bignoniaceae, (48.12), Cactaceae, (31.74) Burseraceae, (26.07) y Euphorbiaceae (23) (Tabla 2).
Puede anotarse que las familias presentes y con mayor valor ecológico son comunes en la mayoría de los bosques secos de Colombia donde la familia con mayor número de especies es Leguminosae y otras familias diversificadas son Bignoniaceae, Capparaceae y Sapindaceae de acuerdo con lo encontrado en levantamientos realizados en otras áreas secas del Caribe colombiano (Phillips & Miller 2002).
Neguanje
En el sitio "Neguanje" (Figura 3), las familias más diversificadas, en cuanto al número de especies fueron Leguminosae con trece, Rubiaceae con seis, Cactaceae y Capparaceae con cuatro cada una. Entre los géneros, Capparis fue el de mayor diversidad, en este caso con cuatro especies.
Figura 3. Vegetación de la zona sur de la ensenada de Neguanje. En primer plano un fuste de "resbalamono", Bursera simaruba. Al fondo la orilla occidental de la ensenada (Foto: E. Carbonó).
Estructura. De las 49 especies encontradas en esta localidad, 28 tienen porte arbóreo (57.14%), 18 son arbustos leñosos (36.73%) y tres son lianas (6.12%). En la estratificación vertical se pueden distinguir: el dosel superior integrado por las copas de los árboles dominantes; un segundo estrato de menor densidad y cobertura de individuos leñosos y el estrato inferior con herbáceas y lianas. Una epífita que se destaca es Tillandsia flexuosa (Bromeliaceae). El promedio de altura general de la vegetación es de 5.85 m; la mayoría de individuos tienen alturas entre cuatro y nueve metros. Las copas de los árboles son amplias y forman un dosel casi cerrado, en especial durante la época de lluvias, cuando el bosque seco reverdece; en las áreas abiertas se encuentran lianas leñosas como Arrabidaea corallina, Callichlamys latifolia, Clytostoma pterocalyx (Bignoniaceae).
Sobre el suelo se observa hojarasca y es posible distinguir rosetas de "piñuela",
Bromelia pinguin (Bromeliaceae). Otras lianas comunes son Mikania
cordifolia (Asteraceae), Amphilophium paniculatum, Cydista diversifolia,
Macfadyena ungis-cati (Bignoniaceae), Hippocratea volubilis (Hippocrateaceae)
y Cissus verticillata (Vitaceae), las cuales son mas frecuentes en donde
el bosque deja aperturas en el dosel. En aquellos sitios donde el bosque ha
sido mas intervenido crecen especies heliófilas como Ruellia macrophylla,
Justicia carthagenensis (Acanthaceae), Weddelia symmmetrica (Asteraceae),
Acanthocereus tetragonus, Pilosocereus lanuginosus (Cactaceae),
Canavalia brasiliensis (Leguminosae), Rivinia humilis (Phytolaccaceae),
Panicum maximum, Urochloa fasciculata (Poaceae), Paullinia
macrophylla, Serjania mexicana (Sapindaceae), Solanum bicolor
y S. hirtum (Solanaceae).
Densidad. Las especies con mayor número de individuos en 0.1 ha fueron: Erythroxylum hondense (Erythroxylaceae), de la cual se contaron 66; Casearia arborea (Flacourtiaceae), 30; Calliandra magdalenae (Leguminosae), 25; Randia obcordata (Rubiaceae), 22; Pilosocereus lanuginosus (Cactaceae), 21; con excepción de esta última que es un cactus con aspecto de candelabro, las demás son especies leñosas de porte bajo, que se hacen abundantes en cantidad de individuos en el dosel medio. En este bosque es posible tener visibilidad hasta una distancia aproximada de 25 m, aunque en algunos sitios esta distancia puede ser menor debido a abundancia de lianas y arbustos.
Cobertura. El valor acumulado de área basal para este tipo de
vegetación fue de 11. 58 m² (115796.49 cm²). La mayor cobertura
relativa la mostró Caesalpinia punctata, "ébano"
(22.49%), especie de porte arbóreo y madera apreciada, mientras Coccoloba
obovata, tuvo el segundo mayor valor (12.91); otros árboles de importancia
en este bosque son Pradosia colombiana, "mamón de leche"
(11.99) y Calycophyllum candidissimum, "guayabo", (8.04), apreciados
como maderables y los frutos del primero alimento de fauna silvestre. Algunos
árboles de "ébano" y de "mamón de leche"
alcanzaron diámetros mayores a 40 cm de diámetro.
Índice de Valor de Importancia por especie (IVI). Las cinco especies
que presentaron los mayores valores de importancia son árboles (Tabla
3): Caesalpinia punctata (29.76), Erythroxylum hondense (23.87),
Pradosia colombiana (19.03), Calycophyllum candidissimum (16.21)
y Coccoloba obovata (15.73).
Valor de Importancia por Familia (VIF). Las familias con mayor importancia ecológica fueron: Leguminosae, (95.88), Rubiaceae (31.15), Polygonaceae (26.48), Erythroxylaceae, (20.35) y Cactaceae (18.18) (Tabla 4). Puede anotarse que las familias presentes y con mayor valor ecológico son comunes en la mayoría de los bosques secos de Colombia, sin embargo, es notoria una baja diversidad específica si se compara con inventarios de otras áreas secas en el país (Phillips & Miller 2002; Marulanda et al. 2003).
"Camino a Cinto"
En el sitio "Camino a Cinto" las familias más diversificadas, en cuanto al número de especies fueron Leguminosae con trece especies diferentes y Cactaceae y Capparaceae con cuatro cada una. Entre los géneros, al igual que en los otros dos sitios estudiados, Capparis fue el de mayor diversidad con tres especies diferentes.
Estructura. De las 55 especies presentes en esta localidad, 43 tienen porte arbóreo (78.18%), diez son arbustos leñosos (18.18%) y dos son lianas (3.63%). En la estratificación vertical se pueden distinguir: el dosel superior integrado por la copa de los árboles dominantes; un segundo estrato de menor densidad y cobertura de individuos leñosos y el estrato inferior de lianas herbáceas y algunas hierbas. El epifitismo es escaso, sin embargo se puede encontrar Tillandsia flexuosa (Bromeliaceae) e Hylocereus costaricensis (Cactaceae). El promedio de altura general de la vegetación fue de 7.5 m, la mayoría de individuos tienen entre cuatro y nueve metros. Las copas de los árboles son amplias formando un dosel casi cerrado (Figura 4), en especial, durante la época de lluvias; en las áreas abiertas comúnmente hay lianas como Matelea maritima (Asclepiadaceae), Bahuinia glabra (Leguminosae), Arrabidaea corallina, A. pubescens, Callichlamys latifolia, Clytostoma pterocalyx (Bignoniaceae). Sobre el suelo hay hojarasca y crecen rosetas de "piñuela", Bromelia pinguin (Bromeliaceae), algunas herbáceas cuyos tallos crecen apoyándose sobre otras plantas como Chamissoa altissima y Pfaffia paniculata (Amaranthaceae), hierbas como Lasiacis sorghoidea (Poaceae). Otras lianas comunes son Philodendron hederaceum (Araceae), Mikania cordifolia (Asteraceae), Amphilophium paniculatum, Cydista diversifolia, Macfadyena ungis-cati (Bignoniaceae), Hippocratea volubilis (Hippocrateaceae), Chaetocalyx scandens (Leguminosae), Paulinia macrophylla, Serjania mexicana Urvillea ulmacea (Sapindaceae) y Cissus verticillata (Vitaceae), algunas de las cuales son abundantes en sitios donde el dosel del bosque es abierto y, entonces, forman agrupaciones densas. En zonas más abiertas se hacen presentes arbustivas, entre las que se destacan, Cordia subtruncata (Boraginaceae), Capparis flexuosa (Capparaceae), Acalypha cuspidata (Euphorbiaceae), Diphysa carthagenensis, Senna pallida, Zapoteca formosa (Leguminosae), Coutarea hexandra (Rubiaceae), Lantana camara (Verbenaceae); herbáceas como Elytraria imbricata (Acanthaceae), Wedelia symmetrica (Asteraceae), Tripogandra multiflora (Commelinaceae), Evolvulus glaber (Convolvulaceae), Cnidosculus urens (Euphorbiaceae), Herissantia crispa, Abutilon umbellatum, Sida salviaefolia (Malvaceae), Boerhavia coccinea (Nyctaginaceae), Talinum fruticosum (Portulacaceae), Urochloa fasciculata, Cenchrus ciliaris, Digitaria insularis (Poaceae), Oldenlandia lancifolia (Rubiaceae), Ayenia magna (Sterculiaceae), Turnera ulmifolia (Turneraceae), y algunos cactus, en especial, Acanthocereus tetragonus, Pilosocereus lanuginosus y Stenocereus griseus (Cactaceae).
Densidad. Las especies con mayor número de integrantes en 0.1
ha fueron: Astronium graveolens (Anacardiaceae), de la cual se contaron
93 individuos; Ruprechtia ramiflora (Polygonaceae), 70; Bursera simaruba
(Burseraceae), 40; Calliandra magdalenae (Leguminosae), 29; con excepción
de esta última que es un arbusto leñoso, las demás son
árboles abundantes en este bosque. Al interior del bosque es posible
tener visibilidad hasta una distancia aproximada de 20 m, aunque en algunos
sitios ésta puede ser menor debido al crecimiento denso de herbáceas
y de lianas.
Cobertura. El valor acumulado de área basal para este tipo de
vegetación fue de 10. 86 m² (108641.17 cm²). La mayor cobertura
relativa la mostró Bursera simaruba, "resbala mono"
(15.38), especie de porte arbóreo, Pseudobombax septenatum, "majagua",
con el segundo mayor valor (12.87), otro árbol con cobertura relativa
alta fue Astronium graveolens, "gusanero", (12.51). De estas
especies de porte arbóreo, que son características del bosque
seco del Caribe colombiano, sólo unos pocos árboles alcanzaron
50 cm de DAP.
Índice de Valor de Importancia por especie (IVI). Seis especies
presentaron los mayores valores de importancia (Tabla
5): Astronium graveolens (37.68), Bursera simaruba (30.23),
Ruprechtia ramiflora (26.06), Pseudobombax septenatum (18.12),
Cordia dentata (14.35) y Mimosa arenosa (13.24). Sin embargo,
especies de árboles de porte bajo como Cordia dentata son frecuentes
en ambientes aluviales, cerca de torrentes o arroyos temporales, y áreas
abiertas donde, en ocasiones, llegan a formar agrupaciones casi monoespecíficas;
Mimosa arenosa, por su parte, es común en laderas secas de cerros
de la región costera, donde llega a hacerse dominante en los sitios desprovistos
de vegetación arbórea de porte alto; característica del
bosque seco, esta especie, además, es muy usada como leña.
Valor de Importancia por Familia (VIF). Las familias con mayor importancia
ecológica, Leguminosae, (71.57), Anacardiaceae (39.83), Burseraceae (28.98),
Polygonaceae, (28.32), Bombacaceae (16.87), Boraginaceae (15.37), Cactaceae
(14.57), Capparaceae (10.83) (Tabla 6), son familias comunes
en la mayoría de los bosques secos de Colombia.
DISCUSIÓN
La cobertura vegetal presente en los alrededores de la ensenada de Neguanje se corresponde con las características de la vegetación higrotropofítica (Dugand 1973), con indicios de alteración en su estructura y composición florística originales; no obstante, su condición actual muestra la composición típica de los bosques secos del Caribe colombiano. La mayor proporción de especies de árboles de troncos rectos y de hojas caducas y menor proporción de arbustos espinosos y de cactus le asimila más a condiciones tropófilas (Dugand 1934; Beard 1944), aunque en las áreas abiertas o cerca de los caminos, la vegetación esté integrada por formas arbustivas, subarbóreas y en ocasiones por subfrútices, hierbas y lianas leñosas y algunas de estas áreas se pueblen con especies espinosas y suculentas tomando el aspecto de matorrales subxerófilos.
Como ya ha sido anotado por otros investigadores, la mayor parte de los bosques secos en Colombia están intervenidos (Mendoza-C 1999), así que el análisis de los resultados del trabajo presente, deben contar con la influencia de la intervención humana sobre las estimaciones de la riqueza y estructura de los bosques de las localidades, puesto que se trata de territorios sometidos a la actividad del hombre desde hace mucho tiempo y ello se refleja en el estado actual de la conservación de estos ambientes.
La riqueza vegetal presente puede considerarse baja para los tres sitios estudiados, si se comparan las cifras obtenidas, 29 especies para "Placelito", 49 para "Neguanje" y 55 para "Camino a Cinto", con lo reportado para bosques secos en el Neotrópico (Gentry 1995), donde el número de especies, con DAP mayor o igual a 2.5 cm, para muestreos de 0.1, tiene un valor promedio de 67, con un rango de variación entre 21 y 121. También pueden considerarse mediciones de la riqueza promedio para siete localidades de bosque seco en Colombia que dan un resultado de 60 especies, con DAP mayor o igual a 2.5 cm, en 0.1 ha (Mendoza-C 1999). Aún más, la diversidad de especies encontrada es menor que la reportada por Gentry (Phillips & Miller 2002), con 67 especies para un área próxima en el mismo Parque Tayrona; aunque la diferencia pudiera atribuirse a que el área del estudio actual está más intervenida. Las cifras obtenidas en Neguanje, son más cercanas a las de la localidad de Galerazamba, en la costa del Caribe colombiana, con precipitación pluvial de 500 mm anuales, donde se reportan 24 familias y 52 especies (Phillips & Miller, 2002), situación que coincidiría con la apreciación de Gentry (1995), acerca de que, dentro del bosque seco tropical existen unos valores mínimos de precipitación para alcanzar la variación de la riqueza característica de este tipo de vegetación; pero también, puede notarse la consistencia en la composición taxonómica de los bosques secos, con la presencia de las familias Leguminosae y Capparaceae, las más abundantes por el número de especies, así como, la diversidad del género Capparis, coincidente con la predominancia de la familia Capparaceae en algunos bosques secos de Colombia.
En el área occidental de la ensenada en las laderas pendientes, la cobertura vegetal es un matorral arbolado semicaducifolio. En el conjunto de esta vegetación es notoria una variación en la altura del dosel y en la diversidad florística de acuerdo con la localización; así, es más denso y de más altura en los surcos u hondonadas que dejan las sinuosidades de las laderas, donde la mayor acumulación del agua de escorrentía y el efecto de abrigo que estos accidentes topográficos ofrecen a las plantas contra la acción del viento parecen influir decisivamente; fenómeno observado en áreas similares del litoral Caribe (Schnetter 1969).
La diferencia entre los sitios de muestreo señala la influencia de las condiciones ambientales, en especial del viento sobre la composición y estructura de la cobertura vegetal. Se observa la diferencia fisonómica de la vegetación y el aspecto del paisaje entre la orilla occidental y las otras dos (sur y oriental) de la ensenada de Neguanje. En la primera, la intensidad y la persistencia del viento dominante que sopla desde el mar hacia la tierra, en dirección noreste suroeste, se constituye en el factor más influyente sobre el crecimiento de las plantas y la diversidad florística. Aunque debe considerarse que la inclinación de la pendiente y la profundidad de los suelos son determinantes en la capacidad de almacenamiento de agua en estos, y que la mayor temperatura del aire es causa de mayor evapotranspiración, el viento afecta a la vegetación que es capaz de resistir el medio adverso que éste genera, lo cual es notorio en las laderas expuestas y orientadas al flujo eólico predominante, donde la vegetación, incluso aquellas especies de árboles normalmente de mayor altura, tiene porte bajo, y las plantas adoptan una anemomorfosis característica, apreciable por un crecimiento escaso de ramas a barlovento y un desarrollo mayor de estas a sotavento.
Esta influencia del viento sobre la diversidad florística, ha sido motivo de observación en algunos ambientes costeros (Alcaráz & Garre Belmonte 1985), anotándose como aspectos que explican la afectación de la acción eólica los relacionados con la presión sobre la economía hídrica y sobre el crecimiento de las plantas. En este caso, la menor diversidad de la orilla occidental de la ensenada, puede encontrar en este factor una explicación a las diferencias con las otras dos orillas, sur y oriental, alrededor de la bahía. La intensidad y la persistencia del viento presionan selectivamente para determinar la presencia de especies capaces de sobrevivir en un ambiente estresante, marcando rasgos característicos de su morfología y fisiología.
En el sitio denominado "Neguanje", al igual que en las otras áreas, las irregularidades del terreno propician diferencias de la vegetación entre distintos espacios del territorio; aquí en la orilla sur, sobre los bordes de las cañadas o arroyos los árboles son de mayor porte como consecuencia de las condiciones edafológicas e hidrológicas; en esos espacios, debido al influjo de las variantes anotadas, crecen especies como el "caracolí", Anacardium excelsum (Anacardiaceae), que regularmente no se encuentran fuera de esos ambientes, sin embargo, estas deben considerarse variantes ocasionadas por los factores anotados que hacen de esas áreas, localidades diferentes a lo que corresponde al clima general. En esta zona, la baja diversidad específica detectada, comparada con otros bosques secos del Caribe colombiano (Gentry 1995, Mendoza-C 1999, Marulanda et al. 2003), puede advertir una posible intervención que ha afectado a la vegetación tanto en su estructura como en su composición.
La condiciones de la vegetación del sector denominado "Camino a Cinto" puede considerarse un fragmento relictual del cinturón árido del Caribe; de los tres sitios es el que tiene mayor riqueza de familias y de especies de árboles y el mayor promedio de área basal. En la composición y el porte de este bosque pueden notarse mejores condiciones de conservación comparado con las otras orillas de la ensenada y debido a ello, es unas de las pocas áreas representativas del bosque seco conservado; allí es de destacarse la presencia, con buen número de individuos y alto valor de importancia, de Astronium graveolens (Anacardiaceae), especie considerada restringida a bosques secos en Colombia y con algún riesgo (bajo riesgo/vulnerable) en el país (IAvH 2000).
El hecho de encontrarse dentro de una zona de manejo especial, por su carácter de Parque Nacional Natural, ha servido, en parte, para detener la total transformación del bosque presente en los alrededores de la ensenada de Neguanje; sin embargo, actividades continuas y tradicionales de pesca artesanal y de turismo necesitan seguimiento para controlar la extracción de madera para leña, que incide sobre la disminución de la cobertura arbórea. Debe contemplarse que este tipo de bosque se halla en constante amenaza ante la pérdida continua de su extensión y composición original, y el estado actual de conservación requiere un mantenimiento en condición de muy baja intervención, durante mucho tiempo para permitir la recuperación natural y el aumento de la diversidad biológica en dirección a sostenerlo en su desarrollo hacia un bosque maduro.
El aprovechamiento del entorno paisajístico como recurso para turismo requiere de la adopción de medidas muy estrictas de manejo para lograr su sostenibilidad, desde la planificación cuidadosa del trazado y la apertura de senderos o caminos que evite la destrucción de más vegetación natural y prevenga la erosión, hasta la restricción a la introducción de especies vegetales o animales, una de las mayores fuentes de contaminación y destrucción de los ambientes naturales.
AGRADECIMIENTOS
Los autores agradecen al Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras "José Benito Vives de Andréis", INVEMAR, por la posibilidad de ejecución de esta investigación, en el marco del proyecto "Modelo de ocupación del Parque Nacional Natural Tayrona ensenadas de Neguanje y Cinto para el desarrollo de actividades ecoturísticas"; a la dirección regional de la Unidad Administrativa Especial del Sistema de Parques Nacionales Naturales, UAESPNN y a la del Parque Nacional Natural Tayrona. Al grupo de trabajo del proyecto, en especial a los biólogos Kelly Gómez Campo y César Rojas, quienes desde la coordinación ofrecieron todas las facilidades logísticas y fueron compañía básica en labores de campo; a Yoanis por su amable y eficaz contribución como guía local. Muy especial tributo de gratitud para con los doctores Enrique Forero González, Tobby Pennington y J. Orlando Rangel-Churio, por la revisión crítica del manuscrito y sus sabios comentarios y sugerencias, al Dr. Juan Carlos Dib, a los biólogos Álvaro Cogollo y Guy Mejía, por sus aportes.
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