Un destino inconcluso

El miércoles 15 de septiembre del presente año, a las 6:30 de la tarde, fue asesinado por oscuras fuerzas, en la Universidad Nacional de Colombia, el profesor Jesús Antonio Bejarano. Configurando un tétrico mensaje -pues a Bejarano, que andaba sin escoltas, lo hubieran podido matar en cualquier parte de la ciudad- el crimen se cometió a pocos pasos del salón de clases, en el Edificio de Postgraduados de Economía. y como para que no hubiera dudas acerca del mensaje, le dispararon un tiro de gracia en la cabeza, por detrás, exactamente para destruir el cerebro del intelectual. Aunque constituye una víctima más en la interminable estadística de violencia que inunda de sangre a Colombia, la muerte de Bejarano representa una gran pérdida para el país en general y para la comunidad académica en particular.