Publicado

2017-05-01

Parente, Diego y Crelier, Andrés. La naturaleza de los artefactos: intenciones y funciones en la cultura material. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2015.192pp.

DOI:

https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v66n164.65007

Palabras clave:

Artefactos, cultura material. (es)

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  • Álvaro Monterroza

Parente, Diego y Crelier, Andrés. La naturaleza de los artefactos: intenciones y funciones en la cultura material. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2015.192 pp.

Álvaro Monterroza-Ríos* 

* Instituto Tecnológico Metropolitano, Medellín - Colombia. Correo electrónico: alvaromonterroza@itm.edu.co

El funcionalismo ha tenido gran influencia en el último siglo, pues ha contribuido en múltiples ámbitos filosóficos tales como el estudio de la mente, de los seres vivos, de los sistemas de información y de los artefactos técnicos. Su gran virtud es haber dejado atrás los esencialismos, al pasar de estudiar procesos particulares dentro de un sistema a investigar sus acciones generales como sistema. La tesis central de esta posición es que no es la forma o el material lo que le da identidad a un ente, sino que es la función o el sistema de funciones en su conjunto los que lo determinan. Quizá por ello, en gran parte de la filosofía de la técnica -en el ámbito anglosajón- el núcleo de discusión sobre la ontología de los artefactos técnicos gira en torno a esa capacidad que tienen los objetos artificiales de transformar estados de cosas para" satisfacer propósitos, necesidades o deseos. En efecto, la función es un rasgo de identidad fundamental para cualquier descripción de los objetos artificiales, precisamente porque los artefactos son piezas concretas localizadas en un entorno de fines y propósitos en las redes de humanos y de artefactos que conforman los mundos artificiales.

Dentro de la discusión del funcionalismo en los artefactos técnicos tenemos esta interesante obra de Diego Parente y Andrés Crelier, dos investigadores argentinos que han desarrollado sus obras alrededor de la técnica, los artefactos y la cultura material. El libro tiene su eje de discusión y análisis en el papel de las intenciones en el establecimiento y atribución de las funciones en los objetos artificiales, realizando un análisis con buen detalle de las teorías de la función predominantes en el ámbito filosófico. La clasificación que se presenta en la obra se basa en el papel de las intenciones en el análisis funcional, realizando una disyunción entre las teorías de corte predominantemente intencionalista y las teorías más cercanas a enfoques reproductivistas de la biología -que los autores etiquetan como no-intencionalistas-.

El aporte y la originalidad más significativos de este trabajo se encuentra en su capítulo final, que se ocupa de la caracterización ontológica de los "bioartefactos" -es decir, aquellos seres vivos que hemos usado por generaciones con propósitos funcionales, y que, como consecuencia, hemos convertido en nuevas especies biológicas que no existirían sin los procesos de domesticación y selección de los grupos humanos-. Estas entidades tan especiales, y a la vez tan poco estudiadas dentro de la misma filosofía de la técnica, serán descritas bajo los parámetros de las teorías funcionales analizadas en el libro. Por ello, considero que esta obra está llamada a convertirse en uno de los referentes hispanoamericanos en el estudio analítico de las intenciones y las funciones en la filosofía de la técnica.

El primer capítulo gira en torno a la pregunta sobre el estatuto ontológico de los objetos artificial -esto es, qué hace de un objeto cualquiera un artefacto-. La pregunta en sí misma es demasiado amplia para los propósitos de cualquier trabajo, y los autores, de una manera sensata e inteligente, la delimitan al problema de la inscripción de funciones en dichos objetos, pues la relación con nuestros artefactos ha sido primordialmente utilitaria. "Esta pregunta en torno a qué es lo propio de los artefactos es -para los fines de este libro- demasiado amplia para ser filosóficamente valiosa. El modo de acortarla es introducir el problema de las funciones" (21). En ese sentido, la investigación desarrollada se encuentra dentro del marco de las teorías de la función técnica que orienta la investigación bajo la pregunta: "¿cuáles son las fuentes que establecen las funciones de los artefactos técnicos?" (22). El núcleo de discusión se va a centrar entonces -inspirados en Beth Preston- en ¿cuál es el papel de las intenciones humanas en el establecimiento, mantenimiento y cambios de las funciones técnicas? (cf. 22). El desarrollo se va a centrar en revisar críticamente dos corrientes de discusión que han primado en las teorías de la función. La primera está representada por las familias de teorías en las cuales la función de un artefacto depende de las historias causales que necesariamente involucran la conducta intencional de agentes (cf. 23), y por eso son llamadas teorías "intencionalistas"; y la segunda corresponde al grupo de teorías de la función que se apoyan en la analogías entre la evolución técnica y la biológica, que dicen que el mantenimiento de las funciones no se apoya en las intenciones de agentes, sino en las relaciones de desempeño entre diversos diseños y su ambiente (cf. 25). A estas segundas teorías los autores las llaman "no intencionalistas" porque no niegan el efecto de los agentes intencionales, sino que dichas intenciones no son las que determinan el mantenimiento y el cambio de los linajes de funciones técnicas en la historia. Con este capítulo introductorio, los autores plantean el desarrollo del resto de la obra -esto es, las ventajas y aporías de los enfoques intencionalistas y no intencionalistas- y finalizan con las descripciones de estas teorías aplicadas a los bioartefactos.

En el segundo capítulo se desarrollan con detalle las teorías de corte intencionalista, que son las que, en términos generales, comparten la idea de que "en todo artefacto hay una instancia de conexión entre intenciones y productos de ciertas acciones" (33). No obstante, los autores no quieren quedarse en esta noción "débil" de intencionalismo, sino que buscan explorar las posturas leídas en un sentido fuerte, o aquellas posiciones que afirman que lo que caracteriza a un artefacto técnico es un tipo de "función propia" intencionalmente atribuida por un autor (35). Así, la "función propia" sería un rasgo de identidad de la acción voluntaria humana que estaría determinada por los pensamientos e intenciones que son finalmente los responsables de su existencia (cf. 35).

En esta sección se plantean las dos tesis más sobresalientes del intencionalismo fuerte. La primera es que las intenciones humanas son los únicos factores determinantes en la función del artefacto; y la segunda, que dichas intenciones las determinan de manera completa y exhaustiva (cf. 71). La respuesta de los autores para rechazar estas tesis son: a) la función propia está infradeterminada por las intenciones, pues las intenciones del diseñador son insuficientes para determinarla; y b) incluso si se admitiera un acto de establecimiento de una función, tal determinación no sería completa o exhaustiva, ya que procesos extensivos y relevantes -tales como la selección no intencional o los procesos de ensayo y error- estarían también involucrados (cf. 71).

Lo más destacable del capítulo sería la reconstrucción misma de las posturas teóricas más fuertes de intencionalismo y su posterior rechazo, por desconocer el papel constitutivo de la escena poiética y la historia reproductiva de los linajes técnicos (cf. 180), ya que la historia reproductiva es una dimensión esencial para el establecimiento de las funciones propias; pues, aunque las intenciones están presentes en la creación técnica, no son necesariamente las que la determinan. En la mayoría de casos, los artesanos y diseñadores son primordialmente reproductores de linajes de funciones establecidas previamente, y sus intenciones operan para transcribir o interpretar las funciones aprendidas dentro de una cultura material.

En el tercer capítulo se presenta una discusión cuidadosa de las posiciones que -en mayor o menor medida- se oponen al lenguaje intencionalista (cf. 73), y que están recogidas en las posiciones de corte naturalista -inspiradas en las teorías de selección de la biología y que, como consecuencia, desplazan a las intenciones del lugar privilegiado que tenían en las teorías descritas en el capítulo anterior-. Por supuesto -siguiendo a Beth Preston- estas teorías, aunque se opongan a las versiones más fuertes de intencionalismo, no pueden ser consideradas "anti intencionalistas", pues no niegan que existan procesos intencionales en la creación, mantenimiento y cambio de las funciones técnicas. Lo que sí afirman es que las intenciones no son el rasgo fundacional de las funciones, por lo que Parente y Crelier optan por llamar a este enfoque como "no intencionalista" (74). Los autores identifican tres rasgos que comparten las teorías que adoptan este enfoque: a) no inten-cionalismo; b) el reproductivismo; y c) el seleccionismo (cf. 74).

El primer rasgo es que estas teorías excluyen las intenciones como la instancia que explica el establecimiento de las funciones artefactuales; es decir, que, aunque admiten que las intenciones cumplen un papel destacado, no lo hacen como lo expone el intencionalismo fuerte. El segundo rasgo es el reproductivismo, que consiste en recurrir a la dimensión histórica como el elemento explicativo de la atribución de funciones. Esto quiere decir que son los linajes los que finalmente reproducen las funciones técnicas: "las sillas tienen la función de servir para sentarse porque son copias de otras sillas que han cumplido con éxito esa función a lo largo de un linaje reproductivo" (75). El tercer rasgo del enfoque es que se requieren ciertos mecanismos de reproducción que -en su mayoría- están inspirados en la "selección natural", pero aplicada a las funciones artefactuales; por lo tanto, los mecanismos de variación y selección pueden ser aplicados a los elementos de la cultura material (cf. 75).

De la misma forma como señalaron las aporías del intencionalismo fuerte, los autores apuntan los problemas que tiene un reproductivismo puro, en especial los enfoques que reducen las acciones intencionales a reproducciones de acciones. Sin los factores intencionales, una teoría netamente reproductiva no podrá determinar el momento en el cual la adquisición de la función se ha hecho efectiva:

[...] es claro que el sentido de la acción técnica no se expresa cabalmente mediante una descripción de movimientos corporales, y que las personas deciden copiar esta o aquella clase de herramienta, o deciden no reproducir más este modelo de automóvil, etc. (86)

Buena parte del tercer capítulo desarrolla la discusión entre las teorías de Ruth Millikan y Beth Preston. Millikan es quien hace la primera propuesta de llevar el reproductivismo al mundo técnico, aunque su teoría tenga un alcance más amplio. En su teoría, el concepto de "función propia" (proper function) sería aquello por lo que algo fue creado o seleccionado. La mayoría de las funciones propias en biología son establecidas por una historia de la selección y reproducción -no intencional- basada en el desempeño biológico. En el caso de los artefactos, la autora argumenta que existen dos tipos simultáneos de función propia. Las funciones propias directas (directproper functions), que son en virtud de su historia de reproducción -como sucede con los rasgos biológicos-, y las funciones propias derivadas (derived proper functions), que se deben alas intenciones de sus productores.

Por su parte, Beth Preston plantea un enfoque evolutivo que, según ella, es el único que no precisa de los componentes intencionalistas que tiene la teoría de Millikan, y propone una visión "pluralista" de las funciones para el ámbito técnico. Para Preston, los artefactos tienen dos distintas clases de funciones autónomas no reducibles: las funciones propias y las sistémicas (cf. 122). A diferencia de las visiones reproductivistas puras, la visión de Preston, siendo reproductivista, aunque los propósitos que establecen las funciones son ellos mismos producto de prácticas sociales (cf. 134). El capítulo termina preguntando qué sucede con aquellas entidades fronterizas que son intencionalmente seleccionadas, pero que pueden reproducirse a sí mismas: los bioartefactos. Con esta discusión se abre el capítulo final.

En el capítulo cuarto se toma el caso especial de los bioartefactos, y se pregunta qué elementos de las teorías de la función -tanto intencionalistas como reproductivistas- pueden explicar los rasgos distintivos de estas entidades. La condición de estos entes no tiene una frontera clara y fácil de determinar, pues "no se encuentran en el espacio habitualmente identificable de los artefactos prototípicos" (135). Por ello, el objetivo principal del capítulo es considerar la esfera de las funciones en los bioartefactos. Ciertamente, para los organismos y los artefactos (prototípicos) no hay problema en reconocerlos como tal, mientras que en muchos casos los bioartefactos son difícilmente identificables. En ese sentido, este capítulo brinda precisiones sobre el concepto bioartefacto, y sobre sus rasgos y atribuciones funcionales. Más adelante intenta recomponer el acertijo del estatus ontológico desde la mirada intenciona-lista yla reproductivista y, finalmente, indaga sobre las funciones en estas entidades desde la mirada intencionalista y no intencionalista desarrollada en toda la obra. Uno de los resultados más interesantes del capítulo se encuentra en la propuesta de los grados de "artificialidad" de los productos bioartifactuales, sustentada en la diversidad misma de los grados de control intencional de estos entes (cf. 161). También es interesante el intento de mostrar a los bioartefactos más allá de entidades híbridas entre lo natural y lo artificial, pues ellos ponen el centro de indagación más en el "proceso" que en el producto. Así, los autores establecen ciertos niveles de intervención intencional, aunque sin perder la mirada en las capacidades autopoiéticas de dichas entidades (cf. 182).

En cuanto al estilo de la obra, se deben señalar dos cosas importantes. La primera es la gran capacidad expositiva de los autores, pues -de un modo sumamente riguroso pero claro- logran desarrollar un tema complejo de una manera bastante completa, sin hacer afirmaciones o suposiciones que no partan directamente de las fuentes relevantes y de la discusión a propósito de ellas en la tradición filosófica. Esto hace del libro una obra de gran calidad referencial. Lo segundo son las cualidades estilísticas, pues la escritura es rica, llena de figuras apropiadas que logran combinar muy bien con la terminología analítica funcionalista. Estas cualidades hacen que la lectura del libro sea agradable, y posibilitan una incursión profunda y no por ello poco amena en la filosofía analítica. Junto con las obras de Diego Lawler, Jesús Vega y Fernando Broncano, este libro puede volverse uno de los referentes hispanoamericanos en el desarrollo e interpretación de las intenciones y las funciones en el ámbito técnico.

 

Cómo citar

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Monterroza, Álvaro. «192pp». Ideas y Valores, vol. 66, n.º 164, mayo de 2017, pp. 384-8, doi:10.15446/ideasyvalores.v66n164.65007.

ACM

[1]
Monterroza, Álvaro 2017. Parente, Diego y Crelier, Andrés. La naturaleza de los artefactos: intenciones y funciones en la cultura material. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2015.192pp. Ideas y Valores. 66, 164 (may 2017), 384–388. DOI:https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v66n164.65007.

ACS

(1)
Monterroza, Álvaro. Parente, Diego y Crelier, Andrés. La naturaleza de los artefactos: intenciones y funciones en la cultura material. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2015.192pp. Ideas Valores 2017, 66, 384-388.

APA

Monterroza, Álvaro. (2017). Parente, Diego y Crelier, Andrés. La naturaleza de los artefactos: intenciones y funciones en la cultura material. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2015.192pp. Ideas y Valores, 66(164), 384–388. https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v66n164.65007

ABNT

MONTERROZA, Álvaro. Parente, Diego y Crelier, Andrés. La naturaleza de los artefactos: intenciones y funciones en la cultura material. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2015.192pp. Ideas y Valores, [S. l.], v. 66, n. 164, p. 384–388, 2017. DOI: 10.15446/ideasyvalores.v66n164.65007. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/65007. Acesso em: 18 jul. 2024.

Chicago

Monterroza, Álvaro. 2017. «192pp». Ideas Y Valores 66 (164):384-88. https://doi.org/10.15446/ideasyvalores.v66n164.65007.

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Monterroza, Álvaro (2017) «192pp»., Ideas y Valores, 66(164), pp. 384–388. doi: 10.15446/ideasyvalores.v66n164.65007.

IEEE

[1]
Álvaro Monterroza, «192pp»., Ideas Valores, vol. 66, n.º 164, pp. 384–388, may 2017.

Turabian

Monterroza, Álvaro. «192pp». Ideas y Valores 66, no. 164 (mayo 1, 2017): 384–388. Accedido julio 18, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/65007.

Vancouver

1.
Monterroza Álvaro. Parente, Diego y Crelier, Andrés. La naturaleza de los artefactos: intenciones y funciones en la cultura material. Buenos Aires: Prometeo Libros, 2015.192pp. Ideas Valores [Internet]. 1 de mayo de 2017 [citado 18 de julio de 2024];66(164):384-8. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/idval/article/view/65007

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