Publicado

2016-07-01

Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias

Autores/as

  • Diana Diaconu Universidad Nacional de Colombia

https://doi.org/10.15446/lthc.v18n2.58818

Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias. México D. F.: Universidad Autónoma del Estado de Morelos; México D. F.: Miguel Ángel Porrúa, 2011. 260 págs.


En una época en la que cada vez más los estudios literarios sucumben a la tentación de hacer pequeños "hallazgos", que convierten a sus autores en "especialistas" e imprimen al debate académico una dinámica conventual, el libro de Angélica Tornero va a contracorriente, apartándose del camino trillado. Desde una perspectiva abarcadora, y rigurosa a la vez, en un estudio que permite al lector contemplar un horizonte vasto y abierto, aborda problemas esenciales, actuales y controvertidos de la literatura y cultura contemporáneas. Con autoridad, pero sin dogmatismo, aprovecha muy atinadamente su amplia y sólida formación, atestiguada por sus dos títulos de doctora de la UNAM, en literatura y en filosofía.

La propia delimitación del problema de investigación, patente en el título, ofrece al lector entendido suficientes pistas con respecto al enfoque por el que opta la autora: se trata de un estudio de la configuración del personaje literario, que centra el foco en la manera de concebir su identidad. Si bien el interés de la investigadora por indagar problemáticas actuales, ofreciendo respuestas a retos intelectuales de nuestro tiempo, es notorio, su visión es histórica y plenamente consciente de la importancia que tiene la dimensión diacrónica para los estudios literarios que pretendan alcanzar el nivel explicativo e interpretativo. Con esta intención, Angélica Tornero esboza una evolución de la configuración del personaje y de las diferentes concepciones de su identidad, proponiendo al lector un recorrido que arranca en la Grecia Antigua y llega hasta la actualidad, cuando los contornos del personaje se desdibujan, tienden a volverse borrosos o incluso se niega rotundamente su identidad. Es precisamente en este sentido que la autora define como "historia y borradura" el recorrido que emprende para trazar dicha evolución, bosquejada a partir de varias propuestas que considera cruciales, verdaderos puntos de referencia. Inicia, desde luego, con la concepción aristotélica, para detenerse después a considerar dos propuestas teóricas del siglo XX que ven en Aristóteles un importante punto de partida, pero que optan por caminos muy diferentes: la del estructuralismo francés, que concibe el personaje como actante, y la de Paul Ricœur, que supera tanto al maestro estagirita como a sus colegas franceses, al rescatar la dimensión ontológica del personaje.

Con toda la variedad de las propuestas analizadas y la vasta extensión temporal incluida, el planteamiento inicial no se pierde de vista en ningún momento del estudio. Por ejemplo, cuando se pasa a tratar del héroe clásico, romántico, realista, de la vanguardia, de la posvanguardia o de la posmodernidad, se analizan sus ecos y su recepción, cómo se hereda y se reelabora un legado, en las diferentes épocas, con un énfasis especial en la época contemporánea y en la propuesta de Paul Ricœur. Así, los capítulos del libro se conectan en profundidad, para armar un todo orgánico y bien estructurado, corroborado por una exposición coherente y de gran claridad conceptual. Además, el rigor académico es perfectamente compatible con la expresión de un punto de vista flexible, abierto a la multiplicidad de consideraciones que caracteriza, según la autora, nuestra época tan reacia a las verdades absolutas e incluso a cualquier tipo de certeza. La investigadora sabe asumir todas estas incertidumbres sin frustración, a pesar de la precisión que define su discurso, entendiendo su estudio, según afirma en la introducción, como un aporte, es decir, una obra abierta que "no pretende ser ningún referente ni verdad última", pero que, en cambio, permite "experimentar el placer del conocimiento" (13).

Para el estudiante y el joven investigador, esta sistematización es muy útil a la hora de entender el fenómeno literario, proyectado sobre el trasfondo de un panorama abarcador que permite establecer conexiones interdisciplinarias y así reforzar el vínculo profundo del texto con el mundo, la vida y el ser. Pero no se trata de un panorama meramente descriptivo, sino que el alcance de cada propuesta está en diálogo constante con las demás y es continuamente reevaluado por contemporáneos, sucesores y, no en último lugar, por la mirada cuestionadora de la propia autora. La discusión que establece con la tradición filosófica, literaria y de la teoría literaria, con la cual polemiza a menudo, y su manera de interrogar las propuestas teóricas y de ponerlas a prueba desde el análisis de la práctica literaria contemporánea hacen de este libro una lectura muy incitante y también enriquecedora para el estudioso y el lector avisado.

Un ejemplo podría aclarar mejor el proceder de la autora a la hora de reevaluar el legado clásico o las propuestas contemporáneas. Decidida a superar la mirada miope, fijada en lo textual, para conectar la obra literaria con el mundo de la vida, Angélica Tornero revela la importancia de entender conceptos aristotélicos clave, como los de carácter, mimesis y trama, en relación los unos con los otros y en el marco más amplio del pensamiento del estagirita, que incluye obras como la Metafísica y la Física, así como reflexiones sobre la ética. Se rebasa de esta manera el contexto demasiado estrecho de la Poética, considerada como obra aislada y autosuficiente. Como la autora hace ver, esta amplitud de miras es imprescindible para entender correctamente un concepto tan central —y tan controvertido— como el de mimesis. El contexto más abarcador de la propuesta filosófica de Aristóteles, considerada en su totalidad, permite entender su refutación y superación de la concepción platónica, a través de la teoría de las cuatro causas, desarrollada en la Metafísica, y a través de la importancia que presta a los problemas éticos. Sobre este trasfondo se dibuja claramente la diferencia entre la concepción platónica y la concepción aristotélica de la mimesis. En cambio, al ignorar estas relaciones, desde una perspectiva filológica, se corre el riesgo de malentender completamente la propuesta, al considerar que si Aristóteles usa el mismo término que su maestro, también retoma su concepto.

La misma convicción de que es necesario ir más allá del texto para comprender y comprenderse mejor, desde una mirada transdisciplinaria que no pierda de vista la reflexión filosófica, incluida la esfera de la ética, hace que en todo el estudio el problema de la configuración del personaje literario se indague a partir de una inquietud no solamente epistemológica, sino también ontológica, en conexión con la identidad del personaje, del autor, del lector, y con las diferentes concepciones del sujeto. Otro ejemplo interesante de aproximación cuestionadora al legado aristotélico, a través de la relectura, es la recuperación, esta vez, de un sentido que no fue opacado por un error de recepción, sino que simplemente quedó sepultado en el olvido o relegado, eclipsado por lecturas que se centraron en otras problemáticas. Así, con base en una perspectiva afín a los planteamientos de la estética de la recepción (Wolfgang Iser, Hans-Robert Jauss), la autora rescata y reevalúa los apuntes del estagirita relativos al receptor y a la capacidad de la obra literaria de incidir en el universo vivo del lector, obrando sobre él. Muchas de estas consideraciones gravitan alrededor del concepto de catarsis. No dispongo aquí del espacio para ilustrarlo con más ejemplos, pero al exponer propuestas teóricas contemporáneas, con más razón aún, el presente estudio propone, lanza hipótesis y construye a continuación, al mismo tiempo que incita a pensar.

A la reflexión teórica le sigue una propuesta metodológica para el análisis de la identidad de los personajes literarios, con la cual una vez más la autora encuentra el medio camino entre la duda deconstructiva y la afirmación dogmática. El método que propone integra las herramientas de la lingüística, de la retórica, de la semiótica y de la narratología, pero supera el planteamiento de corte formal del estructuralismo francés, para recuperar, con Ricour, la concepción aristotélica del ámbito de la acción como vínculo esencial entre el texto y el mundo. Se analizan el carácter del personaje y su relación con la trama, las situaciones límite que hacen que el personaje sienta su identidad amenazada y la dialéctica entre la identidad idem e ipse, según la propuesta de Ricœur. Este segundo aspecto implica un estudio atento de las estructuras temporales del relato y también de la manera en que el lector refigura la historia y reconstruye el personaje, con lo cual a la dimensión temporal se añade también la dimensión ética.

La autora insiste en distinguir su método de una "técnica de estudios de textos", típica de los estudios literarios de corte formal-estructural, que operan con conceptos inamovibles y certezas absolutas. Su interés se centra en entender el texto literario a la vez que el ser humano, la vida, el mundo y, no en último lugar, la experiencia de vida de los lectores, que también se involucra en la producción de significado de una obra literaria, según los supuestos de la teoría de la recepción que marcan significativamente la perspectiva de este estudio. De hecho, estas convicciones profundas de la autora dejan su impronta sobre la propia elección del tema que decide investigar y que reivindica como perteneciente a los estudios literarios, y no exclusivo de disciplinas como la filosofía o la antropología.

En los últimos capítulos, la investigadora hace dos demostraciones de análisis textual de la identidad de los personajes, así como la concibe y con la herramienta metodológica que había propuesto en el capítulo iv. La elección del corpus analizado evidencia la intención de poner los conceptos a prueba y a la teoría misma en aprietos, a partir de unas obras literarias que, desde el punto de vista del estudio de la identidad de los personajes, plantean situaciones límite, representan casos extremos que fuerzan la imaginación y el pensamiento. Se trata de una novela mexicana contemporánea, poco conocida y leída, pero cuya calidad literaria convence a la investigadora, El tornavoz (1984), de Jesús Gardea, y de dos cuentos de Julio Cortázar. El primero es un texto muy conocido, "Las babas del diablo", y el segundo es "Diario para un cuento", el último que escribió y que trata precisamente de la imposibilidad del cuento: cuestiona fuertemente el acto de narrar a través de la forma, es decir, paradójicamente, mediante la propia manera de contar. Una vez más, el análisis apuesta por la combinación acertada de rigor y flexibilidad que atraviesa todo el libro, porque emana de la manera como la autora concibe la teoría literaria: creadora y siempre provisional, por tanto, siempre cuestionable; no ofrece la respuesta, sino que enseña a pensar; no se aplica, sino que se interroga.

Para concluir quisiera destacar como principal mérito del libro la versatilidad del enfoque, que permite encontrar la manera adecuada de abordar un tema de investigación cuya complejidad es apabullante. A través de un discurso matizado, pero coherente, Angélica Tornero guía al lector sin irrespetar su libertad. Su libro aúna virtudes a primera vista incompatibles, como el rigor y la creatividad, el carácter propositivo y dubitativo, la precisión y la perspectiva abarcadora, el interés por la actualidad y la visión histórica, el enfoque interdisciplinario y a la vez sensible a las particularidades de la producción de significado en la obra literaria. La seguridad con la que la autora navega sin estrellarse entre tantos escollos e incertidumbres es el sello inconfundible que imprime a la escritura un pensamiento personal, desarrollado sobre los cimientos de una sólida formación.

Diana Diaconu
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia

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Diaconu, D. (2016). Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias. Literatura: teoría, historia, crítica, 18(2), 271–275. https://doi.org/10.15446/lthc.v18n2.58818

ACM

[1]
Diaconu, D. 2016. Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias. Literatura: teoría, historia, crítica. 18, 2 (jul. 2016), 271–275. DOI:https://doi.org/10.15446/lthc.v18n2.58818.

ACS

(1)
Diaconu, D. Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias. Lit. Teor. Hist. Crít. 2016, 18, 271-275.

ABNT

DIACONU, D. Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias. Literatura: teoría, historia, crítica, [S. l.], v. 18, n. 2, p. 271–275, 2016. DOI: 10.15446/lthc.v18n2.58818. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/lthc/article/view/58818. Acesso em: 20 abr. 2024.

Chicago

Diaconu, Diana. 2016. «Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias». Literatura: Teoría, Historia, crítica 18 (2):271-75. https://doi.org/10.15446/lthc.v18n2.58818.

Harvard

Diaconu, D. (2016) «Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias», Literatura: teoría, historia, crítica, 18(2), pp. 271–275. doi: 10.15446/lthc.v18n2.58818.

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[1]
D. Diaconu, «Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias», Lit. Teor. Hist. Crít., vol. 18, n.º 2, pp. 271–275, jul. 2016.

MLA

Diaconu, D. «Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias». Literatura: teoría, historia, crítica, vol. 18, n.º 2, julio de 2016, pp. 271-5, doi:10.15446/lthc.v18n2.58818.

Turabian

Diaconu, Diana. «Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias». Literatura: teoría, historia, crítica 18, no. 2 (julio 1, 2016): 271–275. Accedido abril 20, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/lthc/article/view/58818.

Vancouver

1.
Diaconu D. Tornero, Angélica. El personaje literario, historia y borradura. Consideraciones teórico-metodológicas para el estudio de la identidad de los personajes en las obras literarias. Lit. Teor. Hist. Crít. [Internet]. 1 de julio de 2016 [citado 20 de abril de 2024];18(2):271-5. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/lthc/article/view/58818

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