SECTOR SOLIDARIO Y PROCESOS DE INCLUSIÓN SOCIAL. CASOS LIMESTPORT NARIÑO Y TIERRAS CAFETERAS
Processes for Social Inclusion in the Solidarity Sector: The Cases of Limesport Nariño and Tierras Cafeteras
Palabras clave:
Cooperativa, Microfranquicias, Desplazamiento rural, Inclusión social (es)Cooperative, Microfranchises, Rural displacement, Social inclusión (en)
Objetivo: con este artículo se busca mostrar de qué manera las cooperativas y las organizaciones de economía solidaria han aportado a través de las microfranquicias solidarias, en los procesos de inclusión social a las víctimas de desplazamiento rural en Colombia. Metodología: se han examinado, además del respaldo teórico y normativo, dos casos de estudio: la microfranquicia
“Limestport Nariño” y la microfranquicia solidaria “tierras cafeteras, sabor y origen”. Hallazgo: se pudo conocer no sólo la oportunidad ofrecida por el Estado colombiano para aprovechar las ideas
emprendedoras de los campesinos y campesinas víctimas de desplazamiento, sino el proceso que siguen estas personas en condición de vulnerabilidad, social y económica, para crear sus propias empresas. Conclusión: las microfranquicias solidarias pueden ser una iniciativa que aporta a la inclusión social y a la superación de la pobreza; además, con la ayuda de las comunidades rurales interesadas en el proceso que implica su implementación, se logran modelos de negocio de amplio y rentable crecimiento.
Objetive: the purpose of this article is showing the way cooperatives and solidary economy organizations have promoted inclusion for victims of armed, forced displacement in Colombia, throughout social inclusion processes. Methodology: two study cases were documented in addition to theory and legal background: micro franchise "Limesport Nariño" and solidary micro franchise "Tierras Cafeteras: Sabor y Origen." Findings: it was possible to recognize not only the chances offered by the Colombian government to countrymen and women victims of forced displacement, in
the aims of approaching their entrepreneurship ideas but also the process that these socially and vulnerable communities follow to establish their businesses. Conclusion: solidary micro franchises
can have a key role in the initiative for social inclusion and poverty reduction. Besides, with the aid of rural communities interested in processes that lead to the implementation of these structures, it is
possible to consolidate business models with ample, sustainable growth.
Sector solidario y procesos de inclusión social.
Casos Limestport Nariño y Tierras Cafeteras
Processes for Social Inclusion in the Solidarity Sector: The Cases of Limesport Nariño and Tierras
Cafeteras
Fecha de recibido: 03 / 09
/ 2019 - Fecha de aceptación: 24 / 03 / 2020
Yolanda Álvarez Sánchez. Doctora en artes y humanidades
de la Universidad de Jaén, magíster en literatura hispanoamericana del Instituto
Caro y Cuervo, especialista en gerencia de recursos humanos de la Universidad
de América, licenciada en ciencias de la educación de la Universidad Pedagógica
y Tecnológica de Colombia. Profesora Investigadora de la Universidad de La
Salle. Colombia. Correo electrónico: yalvarez@unisalle.edu.co ORCID:
https://orcid.org/0000-0001-9204-9781
Este artículo es
resultado de la investigación titulada: “Desarrollo y desplazamiento rural
en Colombia”. Línea de investigación: Impacto social de las actividades económicas
y organizacionales. Grupo
de Investigación GESOE.
Cómo citar
este artículo
Álvarez-Sánchez,
Y. (2020). Sector solidario y procesos de inclusión social. Casos Limestport Nariño y tierras cafeteras. NOVUM, 2(10), 10 - 29.
Resumen
Objetivo: con este artículo se busca mostrar de qué manera las
cooperativas y las organizaciones de economía solidaria han aportado a través
de las microfranquicias solidarias, en los procesos
de inclusión social a las víctimas de desplazamiento rural en Colombia. Metodología:
se han examinado, además del respaldo teórico y normativo, dos casos de
estudio: la microfranquicia “Limestport
Nariño” y la microfranquicia solidaria “tierras
cafeteras, sabor y origen”. Hallazgo: se pudo conocer no sólo la oportunidad
ofrecida por el Estado colombiano para aprovechar las ideas emprendedoras de
los campesinos y campesinas víctimas de desplazamiento, sino el proceso que
siguen estas personas en condición de vulnerabilidad, social y económica, para
crear sus propias empresas. Conclusión: las microfranquicias
solidarias pueden ser una iniciativa que aporta a la inclusión social y a la
superación de la pobreza; además, con la ayuda de las comunidades rurales
interesadas en el proceso que implica su implementación, se logran modelos de negocio
de amplio y rentable crecimiento. Palabras clave: Cooperativa; Microfranquicias; Desplazamiento rural; Inclusión social.
Abstract
Objetive: the purpose
of this article
is showing the way cooperatives
and solidary economy organizations have promoted inclusion for victims of
armed, forced displacement in Colombia, throughout
social inclusion processes.
Methodology: two study cases were documented in addition to theory and legal background: micro franchise
"Limesport Nariño" and solidary
micro franchise "Tierras Cafeteras: Sabor y
Origen." Findings: it was possible to
recognize not only the chances offered by the
Colombian government to countrymen and women victims of
forced displacement, in the aims of
approaching their entrepreneurship ideas but also the process
that these socially and vulnerable communities
follow to establish their businesses. Conclusion: solidary micro franchises can have a key role in the initiative for social inclusion and poverty reduction. Besides, with the
aid of rural communities interested in processes that lead to the implementation
of these structures, it is possible to
consolidate business models with ample,
sustainable growth. Keywords: Cooperative; Microfranchises; Rural displacement;
Social inclusión.
«Con su distintivo énfasis en los
valores, las cooperativas han demostrado ser un modelo empresarial versátil y
viable, que puede prosperar incluso en épocas difíciles. Su éxito ha
contribuido a impedir que muchas familias y comunidades caigan en la pobreza»
Ban Ki-moon, Secretario
General de las Naciones Unidas.
Introducción
Dado el carácter democrático del sector cooperativo,
este se ha constituido como una alternativa social y económica contraría a los
valores de las economías capitalistas o de mercado, para que las personas, de
manera voluntaria, administren sus recursos y puedan solucionar los problemas
de inequidad social y económica en la cual se encuentran. El primer sábado del
mes de julio de 1995 fue proclamado por la Organización de las Naciones Unidas
- ONU (1995) como el año internacional de las cooperativas, al cumplirse 100
años de la Alianza Cooperativa Internacional[1].
En asamblea general realizada en el mes de febrero del año 1995, se “alienta a
los gobiernos que, al formular estrategias
nacionales para el desarrollo,
estudien a fondo la capacidad de las cooperativas para contribuir a la solución
de problemas económicos, sociales y ambientales” (ONU, 1995, p. 2).
Por otra parte, la Organización Internacional del
Trabajo - OIT (2005) reconoce las cooperativas como organizaciones que
promueven el desarrollo económico y social de los países y las define como “asociaciones
autónomas de personas unidas voluntariamente
para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales en común a través de una empresa de
propiedad conjunta, y de gestión democrática” (p. 13). El sector solidario en
Colombia, según el Registro Único Socio Empresarial - RUES, a 31 de diciembre
de 2016, estaba conformado por más de 195 mil organizaciones de las cuales
69.789 se renovaron en la vigencia 2016 (Portal de economía solidaria, 2017, p.
6).
Para la población rural colombiana (desplazada o no), las cooperativas
han significado no sólo una manera de fortalecer el capital social, sino una
salida para comercializar y administrar sus productos agrícolas y ganaderos a
mejores precios, superar sus niveles de pobreza y tener una mejor calidad vida.
En tal sentido, las asociaciones para los campesinos se han convertido en un
pretexto para aprender y crecer en comunidad, relacionarse con sus vecinos y
generar redes de confianza y ayuda mutua.
La violencia sistemática en Colombia la han venido padeciendo con mayor
impacto las comunidades rurales. Las causas han de buscarse en los conflictos
de tierras que han generado el desplazamiento de un sinnúmero de campesinos quienes
han tenido que reconstruir sus proyectos de vida en territorios distintos al
suyo. De acuerdo con la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las
Víctimas (2013, p. 16), el impacto del desplazamiento ha afectado, en mayor o
menor medida, a todo el territorio colombiano ya sea como contexto de expulsión
o contexto receptor. Los fenómenos de desplazamiento tienen muchas y graves
consecuencias para las personas que lo padecen y para el país, entre ellas grandes
desigualdades sociales y económicas producto de las inequidades que, cada vez,
en lugar de disminuirse pareciera que se fortalecen.
Sin embargo, en los recientes acuerdos de paz celebrados con la ya
extinta guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia ejercito
del pueblo – FARC-EP y el gobierno nacional, se acordó la creación del Plan Nacional
de Fomento a la Economía Solidaria y Cooperativa Rural (Planfes) para, además de estimular la economía solidaria y sostenible,
estimular diferentes formas asociativas de
trabajo de, o entre, pequeños y medianos productores y productoras, basadas en
la solidaridad y la cooperación, que promuevan la autonomía económica y la
capacidad organizativa en especial de las mujeres rurales, y que fortalezcan la
capacidad de acceder a bienes y servicios, la comercialización de sus productos
y en general a mejorar sus condiciones de vida, de trabajo y de producción. (Portal
de economía solidaria, 2017, p. 9)
Tanto la firma de los acuerdos de paz como este tipo de iniciativas,
relacionadas con la economía solidaria, podrían empezar a subsanar, en las
zonas rurales, fenómenos como la pobreza, la indigencia, las dificultades de
acceso a los sistemas de salud, de acceso a la educación, de acceso a empleos
de calidad, la imposibilidad de beneficiarse de créditos, la falta de
reconocimiento de derechos a las comunidades étnicas, a las mujeres, entre
otros. No obstante, en este tipo de soluciones estructurales, como señala
Caillé (2003, p. 11), el Estado juega todo el papel.
Por lo anterior, el presente artículo se centra en mostrar de qué manera
las cooperativas y las organizaciones de economía solidaria han aportado, a
través de las microfranquicias solidarias, en los procesos de inclusión social
a las víctimas de desplazamiento rural en Colombia. Para ello - antes de
presentar los resultados que dan cuenta de dos casos de microfranquicias
exitosas- se ha hecho una contextualización teórica relacionada con el sector
solidario en Colombia y la inclusión social a víctimas del desplazamiento a
través de la creación de las microfranquicias solidarias. Finalmente, en las
conclusiones se muestra, entre otros aspectos, que este tipo de iniciativas, dado
el actual escenario del Estado colombiano
con las FARC, son una oportunidad para muchas personas de superar su condición
de vulnerabilidad social, económica y reconstruir su tejido social.
1. Contextualziación teórica
1.1 El sector solidario en Colombia
La solidaridad y la cooperación son tan antiguas como el hombre mismo. Ciencias
como la antropología, la etnografía y la sociología han demostrado que en las
sociedades tribales la solidaridad y la cooperación entre sus miembros es mucho
más evidente que en las llamadas sociedades modernas. En este tipo de
comunidades,
el interés económico del individuo triunfa
raramente, pues la comunidad evita a todos sus miembros morir de hambre, salvo
si la catástrofe cae sobre ella, en cuyo caso los intereses que se ven
amenazados son una vez más de orden colectivo y no de carácter individual.
(Polanyi, 2007, p. 90)
El ascenso de las sociedades cazadoras —recolectoras— a sociedades productoras
da lugar al nacimiento de un tipo de economía que garantiza la subsistencia de
las sociedades primitivas entre sus miembros en tanto que todos sus integrantes
tienen igual acceso a los medios de subsistencia (Strauss, 1977; Godelier,
1998; Polanyi, 2007; Harris, 2012).
No obstante, si el sistema de producción está dado en la participación de
cada uno de los integrantes de la comunidad, con una clara reciprocidad y redistribución
del trabajo[2]
(Lomnitz, 1976; Godelier,
1998, Coraggio, 2011), el sistema de redistribución se
centra en una persona (el caso de algunos pueblos esquimales y bosquimanos) que
determina quién debe darle a quién y en qué medida. Los llamados festines
cooperativos a los que hace alusión Harris (2012) ejemplifican muy bien como
“los resultados del esfuerzo productivo de muchos individuos se redistribuyen
en cantidades diferentes entre grupos de personas” (p.138). La redistribución,
con el tiempo, se convirtió en un mecanismo para obligar a la gente a trabajar
más en la medida en que el jefe quería gozar de mayor poder y reconocimiento.
El hombre actúa, no tanto para mantener su
interés individual de poseer bienes materiales, cuanto para garantizar su
posición social, sus derechos sociales, sus conquistas sociales. No concede
valor a los bienes materiales más que en la medida en que sirven a este fin. (Polanyi,
2007, p. 89)
La aparición de nuevos sistemas de producción, la concentración de la riqueza y el nacimiento de las desigualdades
sociales, da origen a un tipo de población que empieza a ser motivo de
preocupación en las nuevas sociedades industriales y asunto de reflexión de los
economicistas, los sociólogos, los pobres y los indigentes. Las ideas de Daniel
Defoe, citado por Polanyi (2007), a comienzos del siglo XVIII, suscitan cuestiones
que en adelante serán motivo de reflexión con el fin de aportar soluciones al
nacimiento de esta nueva clase social. En efecto, ideas como “dar limosna no es
hacer caridad”; “emplear a los pobres es hacer daño a la nación” (p. 186),
colocaban a la clase gobernante en medio de una paradoja puesto que, si bien se
reconocía la existencia de los pobres, no se sabía a ciencia cierta qué hacer
con ellos.
El nacimiento de las sociedades de acciones encargadas de administrar los
bienes de los pobres y las Industry-Houses
que albergaban a pensionistas, personas pobres, indigentes, desempleados, se
pueden considerar, por lo menos en Europa, como el inicio de un tipo de
asociaciones comunitarias que garantizaban, en comunidad con la Iglesia[3], la
subsistencia de los pobres, los indigentes, los desempleados y libraban de esta
responsabilidad al Estado (Castel, 1997). Mucho más tarde, con la aparición de
la clase obrera y las organizaciones sindicales, se fundan asociaciones
cooperativas que se crearon siguiendo las perspectivas ideológicas de Owen, quien
se apartó de las ideas de la iglesia al considerar que lo que esta hacía sólo
ayudaba a los pobres a seguir siendo pobres (Polanyi, 2007, p. 275). Este tipo
de cooperativas, como las Union Shops, eran montadas por miembros de los
sindicatos[4] y tenían
el carácter de cooperativas de productores.
En tal sentido, las cooperativas nacen como una necesidad de las clases trabajadoras
y con ellas, de las organizaciones sindicales, de subsistir en una economía de
mercado[5] (Coraggio,
2011; Serna y Rodríguez, 2016) y hacer frente a las políticas económicas
beneficiarias de las clases pudientes.
Por lo anterior, tal como señala Garteiz-Aurrecoa
(2014)
[…] las cooperativas han servido durante
siglos y en todo el mundo para aliviar las necesidades de los humildes, en el
trabajo y en el consumo, de modo que han permitido sostener la dignidad de los
pobres evitando su miseria por lo que a las cooperativas se les ha llamado “las
empresas de los pobres”, aunque en la actualidad las grandes cooperativas y los grandes grupos cooperativos
conforman unidades económicas poderosas. (p.13)
En este orden de ideas, la economía solidaria surge, frente a modelos
económicos claramente respaldados por ideologías capitalistas, como una alternativa de desarrollo orientada a la
“reivindicación” social y económica de la sociedad (Torres, Fierro y Alonso,
2017). Por ello, se le considera como una antítesis del modelo económico
capitalista hasta el punto de denominarse,
particularmente en Europa, economía social, del Tercer Sector o de
Interés General (Caillé, 2003; Quijano Peñuela y Reyes Grass, 2004; Garteiz-Aurrecoa, 2011). La economía solidaria busca hacer
posible, en la práctica, el sentido de los valores democráticos a través del
vínculo entre personas claramente respaldadas por “la ideología de la
cooperación” (Quijano Peñuela y Reyes Grass, 2004, p. 9).
En este contexto, en Colombia la economía solidaria[6] nace
en los años treinta del siglo XX como un sistema socio-económico que buscaba
hacer frente a la crisis económica que vivía el mundo y, de manera particular,
el país. Hernández (1997) señala que,
el resultado de este proceso fue una drástica
recesión con caídas del PIB en 1930 y 1931. Este escenario determinó la
paralización de las obras públicas y el descenso de la producción, con lo cual
el desempleo estuvo al orden del día. (p.10)
La crisis económica y fiscal que vivió Colombia, desde finales de los
años 30, se manifiesta no sólo en motines y huelgas de obreros y desempleados
en distintas ciudades del país sino en la propuesta de algunos políticos de la
época (entre ellos el expresidente, y para ese entonces respresentante a la
Cámara, Alberto Lleras) de cambiar la constitución de 1886. Varias misiones
internacionales (la misión Cepal en 1954, La misión Lebret
en 1955, la misión Currie en 1959 y nuevamente la
misión Cepal en 1958) tuvieron que ver en los cambios estructurales que a nivel
económico enfrentó el Estado para superar la crisis (reforma agraria y
tributaria, políticas de estabilización macroeconómica, entre otras propuestas)
(Hernández, 1997).
Si bien las ideas cooperativas en Colombia se gestan en el pensamiento
social demócrata de algunos gobernantes a principios del siglo XX, es claro que
estas ideas venidas de Europa, donde el sistema ya estaba avanzado, se
consolidaron como una fuerza social ante la necesidad de unir a la acción obrera
sindical en cooperativas de esfuerzo mutuo para subsanar los problemas de
desempleo y pobreza. De acuerdo con el Ministerio de Hacienda y Crédito Público
(2015), la formalización del modelo solidario en Colombia “[…] se inició en
1931 con la expedición de la ley 134” (ver Tabla 1).
En 1986 se adopta el concepto de Economía
Solidaria con el decreto 2536 del 4 de agosto que dio vida al Consejo Nacional
de Economía Solidaria y lo reconoce como un sector de gran importancia en el
entorno económico nacional. En 1988, con la ley 79, se organizan las formas solidarias
del cooperativismo, asociaciones mutuales y
fondos de empleados. (Ministerio de Hacienda y Crédito Público, 2015)
Por esa razón, en Colombia, el sector solidario “comprende el conjunto de
entidades del sector cooperativo, los fondos de empleados, las organizaciones
mutuales, y todas aquellas otras entidades solidarias de propiedad de sus propios
usuarios sin ánimo de lucro y de gestión democrática” (Quijano Peñuela y Reyes
Grass, 2004, p. 14).
La normatividad del sistema cooperativo colombiano se puede sintetizar en
la Tabla 1:
Tabla 1. Normatividad del sistema cooperativo
colombiano.
Norma |
Propósitos |
Ley
134 de 1931 |
Las
sociedades cooperativas deberán iniciarse y fundarse de acuerdo con las
disposiciones legales pertinentes, pero no podrán empezar a funcionar
mientras el Poder Ejecutivo no las autorice y apruebe sus estatutos, los cuales
deberán acomodarse al régimen jurídico que establecen dichas disposiciones. |
Ley
79 de 1988 |
Se legalizan las
cooperativas en el país. El Estado garantiza el libre desarrollo del
cooperativismo, mediante el estímulo, la protección y la vigilancia, sin
perjuicio de la autonomía de las organizaciones cooperativas. Toda actividad
económica, social o
cultural puede organizarse con base en el acuerdo cooperativo. |
Decreto
1333 de 1989 |
Se
establece el régimen de constitución, reconocimiento y funcionamiento
de las precooperativas. Principios:
educar social y económicamente a sus asociados; organizar de actividades;
desarrollar procesos de formación y capacitación; adelantar las etapas del proceso
en sus aspectos económicos y financieros, de mejoramiento comunitario y
proyección social. |
Decreto
1482 de 1989 |
Determinar la naturaleza, características, constitución, regímenes
internos, de responsabilidad y sanciones y se dictan medidas para el fomento
de las empresas de servicios en las formas de Administraciones Públicas
Cooperativas. |
Decreto
2150 de 1995 artículos 143 a 148 |
Suprimen y reforman regulaciones, procedimientos o trámites innecesarios
existentes en la Administración Pública |
Decreto
0427 de 1996 |
Registro de las personas jurídicas sin ánimo de lucro. Los requisitos
establecidos por el artículo 40 del citado Decreto y nombre de la persona o
entidad que desempeña la función de fiscalización, si es del caso. |
Decreto
1840 de 1997 |
Dicta normas prudenciales para las cooperativas especializadas de
ahorro y crédito y las cooperativas multiactivas o integrales con sección de
ahorro y crédito. |
Ley
454 de 1998 |
El objeto de la presente Ley es el determinar el marco conceptual que
regula la economía solidaria. (Tendrán control social, interno y técnico).
Disposiciones: transformar el Departamento Administrativo Nacional de
Cooperativas en el Departamento Administrativo Nacional
de la Economía Solidaria, crear la Superintendencia de la Economía Solidaria,
crear el Fondo de Garantías para las Cooperativas Financieras y de Ahorro y
Crédito, dictar normas sobre la actividad financiera de las entidades de
naturaleza cooperativa y expedir otras disposiciones en
correspondencia con lo previsto en los artículos 58, 333 y
concordantes de la Constitución Política de Colombia. |
Circular
8 de 11 de octubre de 2011 |
Superindustria y comercio imparte instrucciones a las cámaras de
comercio relacionadas con el registro de las personas jurídicas sin ánimo de
lucro a que hace referencia el artículo 143 del Decreto 2150 de 1995. |
Fuente: Elaboración
propia con base en la información de la Alcaldía Mayor de Bogotá. Diario Oficial No.
21.866 (15 de diciembre de 1931).
Cabe señalar que el sector solidario en Colombia está regulado por la
constitución del 1991 en la que se lee: en el título XII “Del régimen económico
y de la hacienda pública”, el artículo 333: “[…] la empresa, como base del
desarrollo, tiene una obligación social. El Estado fortalecerá las
organizaciones solidarias y estimulará el desarrollo empresarial” (1991, p. 234).
1.2 Inclusión social a víctimas de desplazamiento en Colombia: las Microfranquicias solidarias
Se entiende la inclusión social como el reconocimiento, por parte del
Estado, de las garantías que debe gozar todo ciudadano en una sociedad democrática
y, por tanto, participativa. Es un reconocimiento de derechos que
históricamente o por situaciones adversas -violencia y desplazamiento; por ejemplo
- le han sido arrebatados. Es garantizar, como señala Sen (1999) “los fines y
los medios del desarrollo y colocar la perspectiva de la libertad en el centro
del escenario” (p. 75). Esto como parte fundamental del ejercicio de la
ciudadanía (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - PNUD, 2004). En
este mismo sentido, Estrella (2008), refiriéndose a los derechos políticos y sociales,
indica:
[…] mientras la exclusión política es entendida
como la carencia de derechos efectivos que permitan tomar parte del ejercicio del
poder político… la exclusión social debe entenderse como una ruptura profunda del tejido social, resulta de un
proceso de canalización de recursos que difunde la pobreza, propaga las
desigualdades entre amplios sectores de la población y favorece la concentración
de riqueza en grupos pequeños, consecuencia de las decisiones tomadas desde
centros de poder retirados de la esfera de lo político, en su sentido más
tradicional. (p. 295-299)
Por lo anterior, garantizar los derechos a las personas significa no sólo
reconocerlas sino ofrecerles un mundo con derechos en el que, en cuanto portadores
de ellos, se respetan así mismas y son respetadas por los demás. Es devolverles
la voz y la posibilidad de actuar. “La fuerza de los derechos, como señala
Dieterlen (2008) no puede ser sustituida por el amor y la compasión ni por
razones religiosas o jerárquicas” (Buvinic, 2004, p. 64).
No es suficiente, por tanto, reconocer que existen las desigualdades y generar
programas de desarrollo orientados a ofrecer ayudas humanitarias. Se requiere,
por el contrario, generar estrategias integrales y sistémicas entre diversos
actores (Estado, sociedad civil, entre ortros) que unidos faciliten y hagan
posible la inclusión (Coraggio, 2011; Serna y
Rodríguez, 2016).
Una de las tantas acciones para promover la inclusión, por parte del Estado,
consiste en hacer una identificación clara y tener un registro del tipo de
personas que carecen de participación económica, social y política para generar
políticas públicas concretas orientadas a restituir sus derechos y a
“distribuir de manera equitativa los beneficios del desarrollo” (Ocampo, 2004,
p. 37). En Colombia existe el Registro Único para la reparación de las Víctimas
- RUV. Este registro, “es una herramienta técnica del Gobierno Nacional para
administrar la información referente a todas las víctimas de graves y manifiestas
violaciones de derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional
Humanitario en el marco del conflicto armado en Colombia” (RUV, 2013, p. 8).
El Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural (2015), atendiendo a la
necesidad de reparar e incluir a las personas víctimas de desplazamiento y a
partir de la Ley 1448 de 2011, promulgó el Decreto número 1084 de 2015, a
través del cual se coloca al Departamento Administrativo para la Acción Social
como “la cabeza del sector de inclusión social y Reconciliación”. Este Departamento,
según el mencionado Decreto:
agrupa y ordena políticas, planes generales,
programas y proyectos para la superación la pobreza, la inclusión social, la
reconciliación, la recuperación de territorios, la atención, asistencia y
reparación a víctimas de violencia, la atención a grupos vulnerables y la
protección integral la primera infancia, la niñez, la adolescencia y bienestar
las familias colombianas.
Por otra parte, en el Título 4 del Artículo 2.2.4.1 se pone al Ministerio
de Trabajo - junto con otras entidades del nivel nacional - como “el
responsable del diseño, coordinación y seguimiento a los programas y proyectos
especiales para la generación de empleo rural y urbano” (Ley No. 1488, 2011). En tal sentido y de acuerdo con los
criterios establecidos en el Programa de Generación de Empleo Rural y Urbano, “las
víctimas podrán acceder a los proyectos de financiación de capital semilla para
planes negocio, una vez surtan el proceso de orientación y capacitación
establecido por el Servicio Nacional de Aprendizaje - SENA” (Ministerio de
Agricultura y Desarrollo Rural, 2015, p. 26).
La articulación del sector público y privado,
por lo menos teóricamente, es una de las posibilidades del Gobierno Nacional
para generar oportunidades de desarrollo empresarial o de vinculación laboral a
las personas víctimas del desplazamiento en Colombia (Serna y Rodríguez, 2016; Vargas
y Sánchez, 2020). Sin embargo, dadas sus condiciones de formación educativa (muchos
no han cursado estudios básicos: primaria y bachillerato), se han generado
programas de capacitación orientados a la preparación técnica para el trabajo y
al desarrollo de ideas de emprendimiento. Con esto se busca que puedan acceder
a algún tipo de empleo en empresas con las cuales el Estado ha establecido acuerdos
a cambio de beneficios tributarios o puedan obtener sus propios recursos para
proveerse, en la medida de sus posibilidades, una vida digna.
Por otra parte, con la apertura económica y
los procesos de globalización e internacionalización de la economía en Colombia,
se da inicio al desarrollo de estrategias de negocio con el propósito de
fortalecer el sector productivo y empresarial. Las franquicias son un claro
ejemplo de ello, pues a partir de los años 90 se emplean por grandes, medianas
y pequeñas empresas para competir en el mercado. En términos legales, según
Ortega (2005, p.162), citado por Mosquera Muñoz (2010), la franquicia es un
[…] convenio en virtud del cual el titular de
una empresa que ha desarrollado un establecimiento de comercio dotado de
identidad suficiente para distinguirse de todos los demás competidores, otorga
una licencia, limitada en el tiempo y el espacio, para que otro comerciante
bajo su propio riesgo, replique dicho establecimiento para explotar el mismo
ramo de negocios del establecimiento de franquiciante, a cambio de una
retribución económica libremente convenida por ambas partes. (p. 73)
El crecimiento del sistema de franquicias en
Colombia, en sus diferentes denominaciones (ver Tabla 2), se debe no sólo a la
confianza que en los últimos años tanto capitales internacionales como
nacionales tienen de invertir en Colombia, sino al crecimiento de centros
comerciales propicios para la expansión de muchos negocios[7].
También se ha convertido en una estrategia para posicionar las empresas en el
mercado y hacer frente a grandes multinacionales. Mosquera Muñoz (2010) señal,
en efecto, que las franquicias hoy en día
[…] representan una de las alternativas más
rentables y eficaces para la consecución de objetivos referentes a la cobertura
de nuevos mercados, pero también es una excelente forma de hacer negocios, ya
sea invirtiendo en alguna o adoptándola como estrategia de crecimiento de la
empresa. (p. 71)
Tabla 2. Tipos de franquicias.
Tipo
de franquicia |
Definición |
Industrial |
Cuando involucra la producción, o de distribución
o de formato, cuando se refiere a la actividad comercial directamente con el
cliente final. |
Individual |
Cuando el franquiciado opera una sola franquicia. |
Regional |
Cuando se otorga el derecho a establecer un número
designado de franquicias en un territorio determinado. |
Máster |
Cuando se permite ofrecer y vender franquicias a
subfranquiciados. |
Corner |
Las que llevan a cabo actividades dentro de
establecimientos de comercio. |
Financiera |
En las cuales el franquiciado no aporta trabajo
sino capital. |
Franquicia (Co-branding) |
Cuando un mismo establecimiento es compartido por
dos o más unidades franquiciadas |
Fuente: Elaboración propia con base en Mosquera
Muñoz (2010).
En términos generales, una franquicia se
define como tal “cuando una empresa permite a un inversor usar su nombre, su
imagen corporativa completa, transmite la operatividad de su modelo de negocio
y le dé soporte permanente para obtener ingresos, existe una franquicia” (Orozco
et al., 2006, p. 69, citado por
Mosquera Muñoz, 2010, p. 73).
En este contexto de
expansión de las franquicias como posibilidad de crecimiento, posicionamiento y
competitividad de muchas empresas en el mercado, nace el concepto de microfranquicias solidarias concebidas como,
[…] un modelo de negocio dirigido a la
población vulnerable, que busca transferir a los asociados de una empresa
solidaria las herramientas necesarias para operar un negocio que ha sido
exitoso y rentable –o con proyección de serlo–que puede ser replicado a menor escala
con una inversión relativamente baja. (González, citado en el Espectador, 2015)
Las microfranquicias solidarias se originan
como un proyecto de innovación social para ayudar a las personas desplazadas
víctimas del Conflicto armado en Colombia. Los proyectos son financiados por la
Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias en convenio con el
Departamento Administrativo de Ciencia, Tecnología e Innovación - Colciencias. En
el año 2015 (noviembre) estas dos entidades lanzaron una convocatoria
[…] encaminada a la estructuración de
emprendimientos cooperativos que generen y disminuyan la pobreza, bajo el
esquema de innovación social. La convocatoria busca la implementación del
modelo de organizaciones solidarias, bajo el esquema de microfranquicias, como
estrategia para el desarrollo integral de poblaciones vulnerables (personas en
condición de extrema pobreza, desplazados por la violencia o víctimas del
conflicto).
Sin embargo, en el año 2014, ya se había dado
inicio al desarrollo de estrategias de emprendimiento a partir de negocios bajo
la modalidad de Microfranquicias “como mecanismo efectivo para reducir la
informalidad en los emprendedores, coadyuvando al mismo tiempo en la reducción
de la pobreza, formalización empresarial, generación de ingresos y de empleo” (Grupo
para la Inclusión Social[8] del
Ministerio de Comercio, Industria y Turismo - MinCIT, 2014, p. 4).
Las microfranquicias, por lo tanto, permiten a
las personas ser dueños y gestionar sus propios negocios que se constituyen en
“modelos de negocio acreditados por una marca, que requerían, para el año 2015,
de $30 millones a $50 millones de inversión, a diferencia de una franquicia
regular que podía demandar hasta los $1.000 millones de inversión” (Franquicias
Colombia, sf).
2. Metodología
2.1 Contexto metodológico
de la investigación
Los resultados que aquí se presentan hacen
parte del desarrollo del proyecto de investigación titulado: “Desarrollo y
desplazamiento rural en Colombia”. Por tanto, se inscribe en el marco de una investigación
mucho más amplia. Su orientación es eminentemente cualitativa puesto que, se
trata de dar cuenta a partir de pruebas empíricas (propias de los estudios de
caso) del éxito que el proyecto de inclusión social ha tenido hasta el momento
en Colombia. Se destacan en este artículo, por ser asunto, también, del
proyecto de investigación que lo respalda, las personas víctimas de desplazamiento
rural.
2.2 Muestra
Se seleccionaron dos informantes como unidad
de análisis y se tomaron como casos de estudio. Las razones que motivaron dicha
selección obedecen, fundamentalmente, a tres factores: su situación de campesinos
desplazados por la violencia, su condición de beneficiarios de las estrategias
de inclusión social del gobierno nacional y a su perfil emprendedor como fundadores
de microfranquicias ya constituidas legalmente[9]. En la
Tabla 3 se muestran los datos básicos de los informantes:
Tabla 3. Datos de los informantes.
Informante 1 |
Microfranquicia: Limestport Nariño” microfranquicia
solidaria de Coser & Coser. |
La entrevista fue realizada a la informante 1[10],
representante comercial de “Limestport Nariño” microfranquicia solidaria de Coser & Coser. La primera
microfranquicia solidaria en constituirse legalmente en el occidente colombiano,
específicamente en Nariño. Su actividad comercial se inicia el 23 de junio
del 2014. La informante 1 es madre de tres hijas y abuela de tres nietos; es
casada y hace ocho años fue desplazada del municipio de Samaniego Nariño.
Desde entonces, llegó a vivir a Pasto con su familia. Su sueño siempre fue
tener su propia empresa de confecciones. Por lo tanto, según sus palabras:
“este sueño dio sus frutos, mediante las capacitaciones de la Mano del SENA.
La Alcaldía de Pasto y algunas universidades de la región. Siendo hoy la
propietaria y representante legal de la Precooperativa Limesport Nariño”. |
Informante 2 |
Microfranquicia: “Tierras cafeteras, sabor y
origen”. Distribuidor autorizado de Wayco café
especial de origen Nariño Colombia, en el municipio de Samaniego. |
La microfranquicia “Tierras cafeteras, sabor y
origen” inicia sus actividades comerciales el 26 de septiembre de 2015. El
informante 2 tiene 30 años; vive en la vereda el Salado del Municipio de
Samaniego, Departamento de Nariño: “Vengo de una familia humilde y
trabajadora compuesta por siete miembros que nos hemos dedicado la vida
entera a labrar el campo especialmente en el cultivo de café, la caña y
otros. Soy un
hombre trabajador con muchos sueños y ganas de triunfar, mi anhelo es continuar
estudiando una carrera profesional ya que por ser de escasos recursos
económicos solo alcance mi bachillerato lo cual me ha servido de mucho y me
ha impulsado a estar donde estoy. Después de terminar mi bachillerato seguí
trabajando en el campo, pero mirando experiencias positivas de otras
comunidades y colegas, decidí vincularme a una asociación de cafeteros y
trabajar en equipo. Con el ánimo de buscar nuevas alternativas y
posibilidades para nuestro producto y para nuestra calidad de vida. Ahora como
representante legal tengo el honor de apoyar a mi asociación Asocafé andinos
en lo que este a mi alcance”. |
Fuente: Elaboración propia con base en las entrevistas realizadas a los
informantes 1 y 2.
2.3 Instrumento empleado para la recolección de los datos
El instrumento utilizado para recoger las experiencias fue la entrevista semiestructurada.
El instrumento antes de ser aplicado fue previamente validado por un experto. Se plantearon
11 preguntas previamente elaboradas con las cuales se buscó conocer algunos
aspectos de la vida de los informantes y el proceso que siguieron, como
víctimas de desplazamiento, para la creación de su cooperativa.
2.4 Procedimiento
Para el análisis de la información se establecieron seis categorías
deductivas (Bonilla y Rodríguez (2000) -
deductivas porque han servido para la recolección y el análisis de la
información y pueden ser aplicadas a otros casos semejantes-: Idea de negocio;
de cooperativa a microfranquicia; perfil de las
personas que gestionan la cooperativa; el camino para crear una microfranquicia en Colombia por personas en condición de
desplazamiento; tipo de personas que se vinculan a la cooperativa; las
cooperativas y sus procesos de inclusión social. Se consideran las categorías como “ordenadores epistemológicos que dan sentido
a los datos” (Galeano, 2004, p. 38) y, posteriormente, a partir de estas
categorías deductivas y como resultado del proceso de “comparación constante” que,
de acuerdo con Hernández Sampieri, Fernández
y Baptista (2008), permite que el investigador vaya “otorgando
significados - por similitud y diferencia- a los segmentos transcritos y
descubriendo categorías” (p. 234), se establecieron 15 categorías inductivas que
emergieron de los datos de análisis (Bonilla y Rodríguez, 2000). El consentimiento
informado se otorgó por escrito.
3. Resultados
Como se señaló en el procedimiento, se establecieron seis categorías
deductivas (a, b, c, d, e, f) que se relacionaron con extractos de las
entrevistas (ver Tabla 4); posteriormente, mediante
el proceso de “comparación constante” se establecen 15 categorías inductivas
(a1, a2, a3, b1, b2, c1, c2, c3, d1, d2, d3, e1, e2, f1, f2) (Tabla 5).
A continuación, damos cuenta de las seis categorías establecidas y los
extractos de las entrevistas obtenidas (ver Tabla 4).
Tabla 4. Categorías
deductivas y extracto de las entrevistas.
Categorías deductivas |
Informante 1 (extractos de la
entrevista) |
Informante 2 (extracto de la
entrevista) |
a.
Idea del negocio |
La idea de negocio surgió
debido a que en las confecciones se utilizan muchos insumos de confección y microfranquicias con el microfranquiciante
de Coser & Coser ya que este es
un negocio muy reconocido en Nariño. Además, cumpliendo mi sueño de tener
nuestra propia empresa y poder generar empleo a personas las cuales estaban
en mí misma situación en desplazamiento. Da inicio este proyecto
participando en una convocatoria de Colciencias el cual fuimos preseleccionados
entre 20 grupos los cuales se hizo un seguimiento y evaluación a cada grupo y
gracias a la ayuda de Dios fuimos seleccionados y ganadores del proyecto de microfranquicias. |
La idea de negocio en primer
lugar surge de la posibilidad de acceder a las convocatorias realizadas para
postular proyectos innovadores, además de ello el estar organizados y el trabajo
en equipo hace que nos fortalezcamos en querer buscar alternativas que nos
sean rentables para mostrar o reflejar la calidad de nuestro producto en una
taza de café y con ello poder dar una mejor calidad de vida a las personas
que se benefician. El inicio de nuestro negocio parte del apoyo y conocimientos
brindados de entidades como la pastoral social de Ipiales quienes ejecutan el
proyecto de café borederlands
en nuestra zona ya que con el apoyo del equipo de trabajo que en el labora hemos
adquirido muchos conocimientos técnicos basados en calidad física y sensorial
del café. |
b.
De cooperativa a microfranquicia |
Para seleccionar nuestra
cooperativa en microfranquicia se hizo una
evaluación individual a cada socio para medir la capacidad de emprendimiento. |
Nuestro negocio para
convertirlo en micro-franquicia pasó por una serie
de etapas y filtros que entre ellos comprendía visitas domiciliarias,
entrevistas a los socios, exposición del proyecto viabilidad del mismo en la
zona que se implementaría y encuentros con microfranquiciantes. |
c.
Perfil de las personas que gestionan la cooperativa |
Las condiciones son estar en
situación de vulnerabilidad y situación de desplazamiento y hacer el curso de
cooperativismo. Se tiene en cuenta que sea personas luchadoras emprendedoras
y que quieran salir a adelante y superarse. |
Las personas deben estar en
condición de vulnerabilidad; deben cumplir en primer lugar con valores y
principios, que les guste el trabajo en equipo, que sean líderes con mucha
responsabilidad y compromiso. Además de ello que el grupo tenga visión a
futuro de consolidarse como una empresa de productores campesinos que buscan
el beneficio colectivo. |
d.
El camino para crear una microfranquicia en
Colombia por personas en condición de desplazamiento |
El camino que se siguió para
la creación de la cooperativa primero fue capacitarse en cooperativismo,
luego fue constituirse y registrarse en la cámara de comercio y la DIAN. Las
capacitaciones antes fueron con el SENA en cursos de Confección, Lencería, Muñequería,
Mercadeo y Patronaje de Pantalón Básico. Durante las capacitaciones de
emprendimiento, cooperativismo y contabilidad. Después nos hemos capacitado
en mercadeo y atención al cliente. |
El camino que se siguió: - Selección de la figura jurídica - Elaboración de estatutos - Tramites en cámara de comercio Además, nos capacitaron en
atención al cliente; barismo; manejo de caja;
contabilidad básica y manejo de equipos. Por otra parte, nos ha traído
beneficios como: El desarrollo de habilidades
empresariales; aprender a transformar el producto; Mejorar la calidad de
nuestra vida; dar a conocer el producto a otras fincas; crear una cultura de
una buena bebida de café. |
e.
Tipo de personas que se vinculan a la cooperativa |
“Las cinco personas las
cuales conformamos nuestra precoperativa somos en
situación de desplazamiento de diferentes municipios de Nariño y Putumayo”. |
Personas con capacidades de
emprendimiento. No se han vinculado personas
nuevas debido a que estamos iniciando nuestro proyecto, pero dentro de los que
hacen parte del grupo de la precooperativa tierras cafeteras son víctimas de
la violencia del conflicto armado de la zona. |
f.
Las cooperativas y sus procesos de inclusión social |
Sirve como modelo para las
demás personas las cuales no están organizadas y que mediante asociaciones o
precoperativas se puede generar empleo e ingresos para cada uno de las
familias. Creo que he ayudado generando empleo y dando a conocer que hay que
participar en los proyectos que el gobierno nos ofrece para adquirir recursos
y no esperar que todo no lo den por ser personas en condición de
desplazamiento, sino que con la ayuda de todos salir adelante. Nosotros nos hemos
beneficiado con el capital semilla que nos dieron ya que así generamos
ingresos a nuestras familias y a las personas que trabajan con nosotros. |
Brindamos una mejor calidad
de vida a través de la generación de trabajo y con ello mejoran sus ingresos. Beneficio social por ser un
proyecto de pequeños caficultores con visión empresarial. El 70% son mujeres
las que conforman nuestra precoperativa. |
Fuente: Elaboración propia Con base en las
entrevistas realizadas a los informantes 1 y 2.
Establecidas las categorías deductivas, se determinaron 15 categorías inductivas
como resultado del proceso de “comparación constante” entre las respuestas
dadas por cada uno de los informantes en las entrevistas (ver Tabla 5).
Tabla 5. Categorías inductivas.
Categorías deductivas |
Categorías inductivas |
a.
Idea de negocio |
a1. El deseo de tener su propia empresa a2. La convocatoria para postular proyectos
innovadores. a3. Ayudar a las personas en condición de
vulnerabilidad. |
b.
De cooperativa
a microfranquicia |
b1. Conocimiento de la persona y evaluación de sus
capacidades emprendedoras. b2. Viabilidad del negocio. |
c.
Perfil de las
personas que gestionan la cooperativa |
c1. Personas
en condición de vulnerabilidad social o económica. c2. Personas en situación de desplazamiento. c3. Personas
emprendedoras. |
d.
Camino para
crear una microfranquicia en Colombia por personas
en condición de desplazamiento |
d1. Cumplimiento normativo. d2. Capacitaciones generales. (En temas como: cooperativismo, microfranquicias, emprendimiento, contabilidad). d3. Capacitaciones específicas. (Dependiendo el
tipo de negocio para el caso de las personas entrevistadas: de confección,
lencería, muñequería, mercadeo, etc, y atención al
cliente; barismo; manejo de caja; contabilidad
básica y manejo de equipos). |
e.
Tipo de personas
que se vinculan a la cooperativa |
e1. Personas en situación de desplazamiento. e2. Personas emprendedoras. |
f.
Las
cooperativas y sus procesos de inclusión social |
f1. Se genera empleo. f2. Mejorar la calidad de vida de las personas en
condición de vulnerabilidad. |
Fuente: Elaboración propia con base en las
entrevistas realizadas a los informantes 1 y 2.
La interpretación y categorización de los datos nos permite conocer,
además del perfil de las personas que participan en los proyectos de inclusión,
el proceso que dada su condición de vulnerabilidad
social y económica (fundamentalmente
víctimas de desplazamiento), siguen para crear sus propios negocios
respaldados por el gobierno, por una marca y por algunas entidades del Estado
como la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias,
Colciencias, el SENA, la Cámara de Comercio, entre otras.
Los informantes entrevistados coinciden en afirmar que quienes accedan a
este tipo de beneficios del Estado deben ser personas emprendedoras, “con visión
empresarial”, con deseos de consolidar su propio negocio y de ayudar a otras
personas. Lo anterior unido al cumplimiento de estrictos programas de
seguimiento y capacitación para evaluar las capacidades empresariales de los
microfranquiciantes y la viabilidad del negocio.
Se ha podido mostrar, con los resultados, que las microfranquicias, como proyectos
de innovación social, se han constituido en una alternativa económica,
financiera y social para las personas en condición de desplazamiento. Las microfranquisias
han significado no sólo una manera de fortalecer el tejido social de las personas,
sino una salida para comercializar y administrar sus ideas de negocio, superar
sus niveles de pobreza y tener, de acuerdo con los informantes, “una mejor
calidad vida”.
También, se demuestra que las
microfranquicias solidarias, como modelos de inclusión
social, permiten a los microfranquiciantes
ser generadores de empleo a personas que, como ellos, han sufrido los
estragos del desplazamiento, “creo que he ayudado generando empleo y dando a
conocer que hay que participar en los proyectos que el gobierno nos ofrece para
adquirir recursos y no esperar que todo no lo den por ser personas en condición
de desplazamiento, sino que con la ayuda de todos salir adelante” (informante
1).
Conclusiones
En los últimos años el sector solidario se ha fortalecido en Latinoamérica
y, particularmente en Colombia, como una opción social y económica del Estado
para hacer frente a las nuevas economías de mercado. En tal sentido, se trata
de generar estrategias para que las poblaciones que no pueden acceder, o hacer
parte, de las políticas del sistema capitalista se integren a la economía y a la
sociedad a partir de la conformación de redes de ayuda mutua. La conformación
de redes, además de rescatar valores como la confianza, empodera a sus
integrantes; contribuye a reconstruir el tejido social y a superar el estado de
pobreza en el que han vivido como consecuencia de hechos diversos, entre ellos
el desplazamiento.
Si bien el nacimiento de las cooperativas se dio ante la necesidad de las
clases trabajadoras y de las organizaciones sindicales de subsistir en una
economía de mercado y hacer frente a las políticas económicas beneficiarias de
las clases pudientes y con ello aliviar las necesidades de los humildes, de
modo que le permitiera a los estados sostener la dignidad de los pobres y
evitar su miseria; hoy, las cooperativas se han convertido en las empresas a
las que pueden acceder las personas en condición de vulnerabilidad social y económica, fundamentalmente, las víctimas
del conflicto armado. Hecho positivo para cualquier sistema democrático si se
construye una verdadera red de relaciones equitativas y solidarias.
El desplazamiento en Colombia ha sido motivado por muy diversas causas y
ha dejado graves consecuencias en las personas, principalmente, de las zonas rurales
del país, quienes lo han padecido de forma directa. Muchas de esas graves
consecuencias han sido, entre otras, la ruptura del tejido social, y la pérdida
de sus medios y modos de subsistencia. Es por ello que el Estado ha tenido que
promover iniciativas para ayudar a que estas personas, que han quedado en condición de vulnerabilidad social y económica,
mejoren sus condiciones de vida y ayuden a otros, que han vivido circunstancias
similares, a recuperar la confianza en sí mismos y en los otros, para que puedan
llevar una vida digna. Por lo tanto, las microfranquicias solidarias son una
iniciativa viable para que las comunidades rurales desplazadas interesadas en
el proceso que implica su implementación, se puedan organizar y constituir modelos
de negocio de amplio y rentable crecimiento.
De acuerdo con los dos casos exitosos de microfranquicias solidarias, el Estado colombiano y las entidades
gubernamentales que apoyan la iniciativa, siguen un protocolo en donde no basta
o no es suficiente con ser persona en condición de vulnerabilidad social y
económica - es una de las condiciones, pero no la única- pues se requiere que
sean personas emprendedoras, líderes, con capacidad de asumir riesgos y con
“ganas” de salir a delante. El gobierno, ya luego se encarga de capacitarlos en temas generales como cooperativismo,
microfranquicias, emprendimiento,
contabilidad, entre otros y en temas específicos propios del tipo de negocio que
quieran crear o fortalecer. Además, se busca que quienes lideran o gestionan su
propia microfranquicias sean, a la vez, generadores de empleo.
Las personas que actualmente tienen microfranquicias en Colombia, como
los dos casos señalados, coinciden en afirmar que éstas son un puente para
cumplir con el deseo de emprendedores que lo han perdido todo y que desean
tener su propia empresa. Por todo ello, las microfranquicias son una buena
manera para que “entre todos nos ayudemos -Estado, empresarios, personas en condición
de vulnerabilidad y población en general- para que cada uno desde su contexto
elevemos nuestra calidad de vida y, sobre todo, superemos esos traumas dejados
por el conflicto armado” (Informante 1).
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Recuperado de https://revistas.ucc.edu.co/index.php/co/article/view/3127
[1] La Alianza Cooperativa Internacional (ACI) fue
fundada en Londres, en agosto de 1895. Su sede fue trasladada en 1982 a
Ginebra, Suiza. La organización, sujeta a la legislación belga, fue constituida
como asociación internacional sin ánimo de lucro en fecha de 23 de mayo de
2013.
La ACI es la guardiana de los valores y
principios cooperativos. Propugna el modelo económico empresarial de las
cooperativas, basado en valores específicos, y proporciona igualmente a las
personas y las comunidades un instrumento de autoayuda, influyendo de esta
forma en su desarrollo (ACI, 2013, p. 1).
[2] Polanyi (2007, p. 85) señala que la división del trabajo es un fenómeno tan
antiguo como la sociedad y proviene de las diferencias relativas a los sexos, a
la geografía y a las capacidades individuales; y la pretendida tendencia del
hombre al trueque y al intercambio es casi completamente apócrifa.
[3] De acuerdo con Garteiz-Aurrecoa
(2014, p. 15-16) el concepto de cooperativismo está ligado a movimientos cristianos
cuyas doctrinas se basaban en la ayuda mutua.
[4] Según Polanyi (2007, p.278), la primera organización
nacional de productores con fines sindicalistas ha sido la Operative Buildders Union, que intentó reglamentar directamente el
trabajo de la construcción al crear «construcciones a la más amplia escala», al
introducir una moneda propia y al demostrar que existían los medios para llevar
a cabo con éxito la «gran asociación para la emancipación de las clases
laboriosas». Las cooperativas de trabajadores industriales del siglo XIX
provienen de este proyecto.
[5] Falta verificar si, como señala Góngora y Ramos (2013, p.133) “[…]
la propuesta de Economía Solidaria vendría a ser
una más de las alternativas emanadas de la crítica al capitalismo dominante que
ha llevado a la humanidad hacia un proceso de decadencia y crisis civilizatoria,
y solo el paso del tiempo podrá evidenciar a través de sus resultados si se
trata de una opción viable para reivindicar los derechos e incluir a los que el
capitalismo de mercado ha excluido y para los que las promesas del paradigma de
la Modernidad no se han cumplido, o si por el contrario, se convertirá en un
alibi del sistema dominante para calmar el descontento de las masas marginadas
y ser utilizado como un instrumento de manipulación política de los gobiernos
de turno sobre los sectores más desposeídos de la sociedad”.
[6] Término de uso exclusivo, de acuerdo con Quijano
Peñuela y Reyes Grass (2004, p. 22), de los colombianos.
[7] Es importante tener en cuenta lo citado por Navas Herrera
y Mosquera Morenos (2009, p. 281) “los contratos
de franquicias no se crean de la noche a la mañana, son el resultado de
aciertos y desaciertos tanto empresariales como jurídicos y, en últimas, de la
visión económica que se adopta por un marco jurídico. Así, vemos como en los
países industrializados la figura de la franquicia goza de una amplia difusión
y aplicación incluso dentro de las pequeñas y medianas empresas”.
[8] El Grupo para la Inclusión Social está adscrito al
despacho de la Viceministra de Desarrollo Empresarial.
[9] De acuerdo con la Unidad Administrativa Espacial
de Organizaciones solidarias, se busca
que el proyecto llegue a cuatro
regiones donde se ha identificado “el mayor número de familias de atención
prioritaria por su condición de extrema pobreza. Estas regiones son: Región 1: Bolívar, Cesar, Córdoba y Sucre. Región
2: Antioquia, Tolima, Huila y El Eje
Cafetero (Caldas, Quindío y Risaralda).Región 3: Santander, Cundinamarca (Incluye Bogotá
D.C.), Boyacá y Meta. Región 4: Valle Del
Cauca, Cauca, Chocó y Nariño. Es importante señalar que el proyecto se inició en el 2014 y que
ya existen, en Colombia y
distribuidas en las regiones mencionadas, más de 150 microfranquias solidarias legalmente constituidas (a agosto
de 2015) - como las que aquí se citan. (Portal de economía solidaria,2015)
[10] Se
han omitido los nombres de los informantes y nos referiremos a ellos como
informante 1 y 2.
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