Publicado

2009-01-01

El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí, 1962-1966

DOI:

https://doi.org/10.15446/historelo.v1n1.9319

Palabras clave:

asociación cívica, acción social colectiva, solidaridad electiva, organización Social, Club Sporting, San Vicente de Chucurí (Santander) (es)

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Autores/as

  • Rene Parra Jaimes Universidad Industrial de Santander
El presente artículo analiza y describe la dinámica y forma organizacional del Club Sporting, asociación cívica de carácter deportivo, en el municipio de San Vicente de Chucuri (Santander, Colombia) entre 1962 y 1966. El objetivo es explicar su incidencia en la vida cultural y cotidiana de los miembros y habitantes del municipio, y cómo el proyecto logra motivar la participación social y política de la ciudadanía. El texto describe cómo la actividad principal que aglutina todas las actividades es el quehacer deportivo y en particular el futbol y atletismo, permite a sus habitantes crear lazos de afecto, solidaridad social, espacios de entretenimiento, recreación y la consecución de cierta infraestructura deportiva inexistente hasta ese momento. El acerbo documental se apoya en un trabajo de campo cuya información es recogida con la técnica de entrevistas, la consulta de archivos locales públicos y privados, y fuentes secundarias que motivaron al autor centrarse en actores sociales locales  y líderes naturales de la comunidad.

 

Palabras clave: asociación cívica,  acción social colectiva, solidaridad electiva, organización Social, Club Sporting, San Vicente de Chucurí (Santander).


The Club Sporting. Social organization in San Vicente de Chucurí

Abstract

The article at hand analyzes and describes the dynamic and organizational shape of the Club Sporting, a civic association of a sporting character, in the municipality of San Vicente de Chucurí (Santander, Colombia) between 1962 and 1966. The objective is to explain its impact on the cultural and everyday life of the members and inhabitants of the municipality, and how the project is able to motivate the social and political participation of citizens. The text describes how the main activity which brought all of the activities together is the sporting routine and how, in particular, soccer and field and track allowed for its inhabitants to create emotional bonds, social solidarity, spaces for entertainment, recreation, and the achievement of a particular sport infrastructure that was inexistent until that moment. The rigorous documentary is backed by field work whose information is collected with the techniques of interviewing, consultations of local public and private archives, and secondary sources which motivate the author to center on the local social actors and natural leaders of the community.

Keywords: civic association, collective social action, elective solidarity, social organization, Club Sporting, San Vicente de Chucurí (Santander).

Documento sin título

INVESTIGACIÓN

 

El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí*

 

 

Rene Parra Jaimes**

** Historiador egresado del pregrado de historia de la Universidad Industrial de Santander. E-Mail: Silenas66@hotmail.com

 

Articulo recibido 1 de noviembre de 2008, aceptado el 18 de febrero de 2009 y publicado electrónicamente el 1 de junio de 2009.

 


Resumen

El presente artículo analiza y describe la dinámica y forma organizacional del Club Sporting, asociación cívica de carácter deportivo, en el municipio de San Vicente de Chucuri (Santander, Colombia) entre 1962 y 1966. El objetivo es explicar su incidencia en la vida cultural y cotidiana de los miembros y habitantes del municipio, y cómo el proyecto logra motivar la participación social y política de la ciudadanía. El texto describe cómo la actividad principal que aglutina todas las actividades es el quehacer deportivo y en particular el futbol y atletismo, permite a sus habitantes crear lazos de afecto, solidaridad social, espacios de entretenimiento, recreación y la consecución de cierta infraestructura deportiva inexistente hasta ese momento. El acerbo documental se apoya en un trabajo de campo cuya información es recogida con la técnica de entrevistas, la consulta de archivos locales públicos y privados, y fuentes secundarias que motivaron al autor centrarse en actores sociales locales y líderes naturales de la comunidad.

Palabras clave: asociación cívica, acción social colectiva, solidaridad electiva, organización Social, Club Sporting, San Vicente de Chucurí (Santander)


 

En 1962 se fundó el Club Sporting en el municipio de San Vicente de Chucurí (Santander). El Club deportivo fue una asociación de carácter cívico e incidencia rural, que motivó cambios en relación a la participación social y política, la resolución de los conflictos, la construcción de identidad, la representación política y el surgimiento de nuevos actores sociales en el municipio. La asociación se crea de modo voluntario y su objeto o razón social fue el deporte. La actividad unió a sus miembros y le dio sentido a cada una de las acciones desarrolladas, promoviendo su participación en diferentes escenarios. Así como incidió en la promoción y el desarrollo de variadas actividades de aspecto cultural, social o político dentro del municipio, construyendo espacios de participación y consenso, orientados por valores como la solidaridad y el respeto. Estimuló a su vez, el sentido de pertenencia hacia el municipio, pero también valores como el trabajo, el compromiso y apoyo generalizado a las necesidades de los chucureños o entorno a los problemas que se volvían de interés común. En conjunto, asociaciones como el Club Sporting, promoverían y mediarían en decisiones públicas referentes ante la carencia de espacios e infraestructura deportiva, asumiendo un espacio de representatividad social y política. Todas estas acciones cívicas reflejaron la acentuada crisis de representación que llenaba el ambiente político, sumado a la ineficiencia administrativa, por su incapacidad de apropiarse, solventar y llevar a la práctica de manera oportuna, las políticas públicas que diesen solución a las problemáticas expuestas por el club deportivo.

El Club Sporting fraguó consensualmente un interés común y logró apropiarse a través de la mediación de sus lideres e integrantes, de las necesidades manifiestas u observadas, traspasándolas de un ámbito privado a un ambiente más amplio en la década de 1960. El club involucró, vinculó y movilizó a un gran número de la población chucureña, al orientar y lograr con sus propuestas el apoyo espontáneo de comerciantes, estudiantes, deportistas, desempleados, artistas, vendedores de la plaza de mercado, profesionales, campesinos u otros, generando entre éstos una participación electiva y consensuada. Y a su vez una solución directa, de las diversas necesidades expuestas en el ambiente histórico, diferenciadas del clientelismo o de la coerción violenta de los grupos armados, quienes en sus ideas y acciones se inclinaron en la lucha por la apropiación de los poderes públicos y su ejercicio monopolístico (Archila 1996).

La posibilidad del Club Sporting de expresarse en público, así sus motivaciones partieran del interés privado, nos remitió a la necesidad de conocer a los participantes que fueron encarnando las demandas promovidas desde el Sporting; y que se destacaron por sus actos de liderazgo y ganaron un reconocimiento que los hizo visibles entre la población chucureña y ante los representantes políticos tradicionales. Entre ellos sobresale Jaime Ramírez Ramírez, de origen caucano, adscripción política liberal y profesión dentista, quien vive desde 1955 en el municipio. Fue co-fundador y presidente del Club Sporting, y quien logró por la orientación dada al Club y su interacción con la población chucureña, establecer un tipo de sociabilidad que se distanció del sistema de adscripción partidista representado por los jefes políticos naturales, políticos profesionales, hacendados o sus mismos mayordomos.

La experiencia histórica de organización social presentada con el Club Sporting denota en el mismo personaje una fuerte autonomía en su desenvolvimiento social y en relación también con la esfera política, lo cual generó posiblemente el reconocimiento de la asociación y sus miembros. Lo anterior, sumado a un fuerte sentido de identidad logrado en las demandas, produjeron la movilización organizada de parte de la sociedad chucureña encabezada por el club deportivo en momentos decisivos: la creación del Comité Pro-Estadio en 1963-1965 y otras actividades que fueron asumidas por la asociación en representación de la comunidad pero en cabeza de Jaime Ramírez.

Resaltamos el papel del Club Sporting como forma asociativa que irrumpe en la vida diaria de los chucureños, asumiendo otra dinámica alternativa al conflicto armado o la disputa electoral manifiesto en el periodo de estudio, convirtiéndose a la vez, en el hilo conductor que permite explicar y comprender la construcción de un actor social y político como lo fue el ya mencionado Ramírez.

La investigación quiere mostrar otro tipo de conflictos sociales en que la población chucureña. Por ejemplo cómo actores individuales y colectivos participaron, renovando la orientación y las prácticas políticas, que dieron vía a un proceso de construcción de nuevas y múltiples formas de representación social y política. Esa realidad empírica nos aleja de las interpretaciones en que las relaciones con el Estado por parte de las diferentes expresiones organizativas, sean sociales o políticas, tienen un ingrediente de ''contradicción insalvable'' y que establece un choque violento entre las partes; contradicciones, que siguiendo a Alejo Vargas, hacen que se vaya ''fijando en la memoria colectiva de la población imágenes simbólicas que contribuyen a explicar la formación de esa solidaridad implícita de la población con los movimientos que confronten al Estado, sentido siempre, casi como un enemigo'' (Vargas 1996).

Para lograr comprender los acontecimientos históricos aquí estudiados se ha querido apoyar la investigación en la definición, que nos ofrece Max Weber, sobre el concepto asociación, y que se entiende también aquí como ''una relación social con una regulación limitadora hacia fuera cuando el mantenimiento de su orden está garantizado por la conducta de determinados hombres destinada en especial a ese propósito: un dirigente y, eventualmente, un cuadro administrativo que, llegado el caso, tiene también de modo normal el poder representativo'' (Weber 1977). Este modelo explicativo ayuda a analizar y caracterizar la experiencia del Club Sporting, pues nuestro objeto de estudio tiene un cuadro administrativo legítimamente elegido que representa la asociación en torno a los objetivos propuestos, orientando la conducta de su miembros en la ejecución y dirección de las acciones asumidas, aunque inicialmente no conocíamos, cómo esa dirección se enmarca en un ámbito de participación social y política y su respectiva movilización.

Uno de los autores que nos permite ahondar en dicha pregunta es Fernando Guillén Martínez (1996) en su texto El Poder Político en Colombia. Su trabajo aborda un estudio arduo y complejo sobre el poder político y las formas en que la sociedad colombiana ha venido participando en él, tomado desde la encomienda, seguido por la hacienda hasta la formación de los partidos políticos, mostrando además como experiencia asociativa a las organizaciones sindicales, a las que Guillén llama Asociaciones formalmente no políticas entendidas como: '' todas aquellas organizaciones, voluntarias o no, que implican una jerarquía de funciones y una solidaridad colectiva de sus miembros, cualesquiera que sean sus objetivos expresos o sus metas declaradas y que inciden como grupos determinantes en los actos del poder público'', pero que no tienen como su meta explicita, la conquista de dicho poder (Guillén 1996). La amplitud que ofrece Guillén con el concepto permite el ingreso de un sinnúmero de organizaciones que pueden considerarse formalmente no políticas, pero que las reviste tomando en cuenta su línea explicativa, de un áurea económica en la cual, las asociación aquí a estudiar, no tiene un mismo origen como sucede con la encomienda, la hacienda, los mismos sindicatos, así como las relaciones clientelares que impone el frente nacional o el sistema de adscripción tradicional, en el que el autoritarismo y el paternalismo son base de las relaciones sociales.

El Club Sporting fue una forma asociativa de carácter social y cultural, manifiesta en una dinámica urbana con incidencia rural, surgida en un ambiente de consenso. Siendo a la vez los movimientos, disidencias y partidos, canales directos de participación de los chucureños en las decisiones públicas, es por esto que las comprendemos como Asociaciones Cívicas por las característica de los actores que participan en ellas, entendidas como una organización voluntaria compuesta por un cuadro administrativo que implica una jerarquía de funciones –sentido y orden-caracterizada por la solidaridad electiva de carácter colectivo por parte de sus miembros, que logran en una dinámica de consenso, promover y mediar en las acciones y decisiones públicas frente al Estado, no teniendo por meta el poder público.

Para complementar aún más el marco explicativo de este trabajo se ha acudido conceptualmente y por su metodología a Mauricio Archila Neira (2003) en su libro Idas y Venidas Vueltas y Revueltas, protestas sociales en Colombia, pues su investigación se emplaza en el seguimiento de los conflictos sociales y las relaciones que estos pueden constituir en un ambiente de ''expresión democrática'' o excluyente como el Frente Nacional. Desde ese punto de vista, Archila concibe que las relaciones entre lo social y lo político, se pueden comprender mejor si se postula que los objetivos perseguidos por ciertos grupos de sociabilidad fueron asumidos por los movimientos sociales como ''tejedores u organizadores de sociedad'' en la construcción de consenso y no imposición por la fuerza o búsqueda directa del poder. Observando la dinámica social, su capacidad de protesta, mediación y construcción de identidades que tuvieron dichos movimientos en relación con la sociedad colombiana, el Estado y el sistema político, así como su fluidez, visibilidad, resistencia, adaptación y transformación según el contexto. De esos constructos y directrices metodológicas nos apoyamos en el concepto de acción social colectiva en el que además de estar ''orientada a modificar la conducta de otros'', se le agrega ''la apelación colectiva en oposición a la individual'', abordando la comprensión de su manifestación material y simbólica generados a través de la acción colectiva. En esta medida consideramos el Sporting como una asociación voluntaria en donde los individuos en su diversidad, construyen lazos de solidaridad electiva y en consenso, proyectando desde su ámbito privado las capacidades de sus integrantes, lo cual posibilitó trascender a espacios públicos más amplios, sus propias demandas y proyecciones como organización, llevando a cabo acciones sociales entre la población urbana, que permitieron renovar la práctica política; pero a la vez, le posibilitó incidir en la promoción y el desarrollo de diferentes actividades cívicas de entretenimiento y recreación, construyendo mecanismos de participación diferentes al sistema político tradicional, e influir en las decisiones públicas que comprometían el interés colectivo de los chucureños, al canalizar hacía sí, el apoyo espontáneo de la población en general en cada uno de los eventos organizados.

Esta experiencia de organización social intenta comprender, el entramado de relaciones que se construyeron entre los pobladores, sus intereses, sus acciones, su capacidad de movilización –en el instante en que fueron usadas- como forma de respaldo en la obtención de garantías sociales o políticas, expuestas a la administración municipal, especialmente a los alcaldes, personeros o el mismo concejo municipal durante ésta década.

 

San Vicente a mitad del siglo XX

Hacia 1955, San Vicente se encontraba renaciendo después del periodo de violencia a la sombra del gobierno militar. Renacer que continuó entrada la década de los sesenta sin contratiempo, al iniciarse el Frente Nacional. Las veredas y la zona urbana, siguieron recibiendo migrantes que estimularon el comercio y la colonización en el campo, a ejemplo de la familia Meneses proveniente de San Gil: llegó a La Tempestuosa ''trayendo consigo trabajadores y dinero para invertir'', haciendo un avance de más o menos doscientas hectáreas, que legalizó sin inconvenientes cuando ''los del Incora llegaron a hacer los títulos'' iniciando la década de 19601. El perímetro urbano comenzó a sufrir cambios en su estructura en 1956, se derribaron casas viejas y se construyeron nuevas o se remodelaron, se encementaron algunas calles, ''se paso de pueblito colonial chiquitico, empedrado que era San Vicente a tener otra cara''2. Hasta las barandas construidas en forma de medialuna del atrio de la parroquia San Vicente de Ferrer, fue alcanzada por aquellos cambios en la estructura urbana, de la mano de un ''cura dizque progresista'' que lo envió a tierra, según lo recuerda Gabriela Rueda:

... era una belleza de atrio donde habían como unas medialunas, donde en las épocas de fiestas –no se celebraban sino fiestas religiosas-, había retretas por la noche. Eso eran dos atrios: en el uno se hacían los hombres, en el otro las mujeres. Lo bonito de uno salir a la retreta era: pues desde acá uno miraba para allá donde estaban los señores. Los muchachos coqueteaban y dábamos la vuelta y se oía la retreta. Se celebraban bazares en un ambiente tan lindo que añora uno tanto...3.

A este renacido San Vicente llegaron provenientes de otros municipios del departamento y del país, gentes nuevas en busca de oportunidades generando un nuevo estímulo social, económico y político, como lo señala Cesar Ayala Diago:

Vivían allí numerosas familias que desarrollaban cómodamente profesiones libres; artesanos que soportaban todavía con cierta facilidad la competencia económica. La explotación agropecuaria que daba una solvencia a un campesinado medio que gracias ello mantenía una independencia frente a el caudillismo regional y una amplia área de servicios dinámica par el ejercicio de las profesiones liberales, hacían de San Vicente una población ideal para la circulación, difusión y sostenimiento de idearios independientes y radicales (Ayala 2006).

Su economía se fortaleció por el empuje dado a la explotación intensiva de la ganadería y la producción agrícola que las haciendas, mediana y pequeña propiedad, hacia la margen oriental y occidental del río Chucuri mantenían, así como de su movida y variada actividad comercial sustentada en graneros, farmacias, compra-ventas de café y cacao, almacenes de electrodomésticos, ropa, calzado y productos importados, ferreterías, estudios fotográficos, depósitos, funerarias, heladerías, cafés, tiendas, barberías. En la medida en que se estabilizaba económicamente el municipio, se hizo notorio el número de clubes sociales fundados y sostenidos por ciertos grupos para 1962 en San Vicente de Chucuri, se encuentran: El Club Yarima Campestre en 1944, perteneciente a importantes personalidades del municipio, hacendados y dirigentes políticos; el Club Yariguíes en 1952 que estimulaba el entretenimiento deportivo de sus socios alrededor de los juegos de mesa; y el Club Montebello en 1962, de propiedad del gremio de transportadores y sus familiares. Estos clubes sociales prestaban servicios de entretenimiento y diversión a cada uno de sus miembros: piscina (naturales algunas), deportes de mesa, música, baile, bebidas y comidas; ocupándose de las inquietudes que en cuestiones de reunión o esparcimiento social necesitaran sus socios, convirtiéndose en un aparente reflejo de prosperidad de la población en general (Lozada 1977).

Lo anterior le proporcionó a San Vicente de Chucuri un papel de gran importancia económica como tercer municipio en el orden de importancia económica del departamento –Bucaramanga, Barrancabermeja- y de gran atención política, pues las migraciones, hicieron de San Vicente un fortín del liberalismo.

 

El Club Sporting. 1962 – 1965

En San Vicente de Chucurí el fútbol fue uno de los primeros deportes que tuvo gran acogida entre sus pobladores. En 1942, se conformó el primer equipo llamado Deportivo Libertador, luego años más tarde el Club Santander, los dos de aparición efímera, más que por su aceptación como equipos, por las difíciles condiciones de encontrar un campo de juego adecuado para los partidos y la poca presencia del futbol como actividad deportiva en la época (Lozada 1977). Hacia 1952, tanto a nivel nacional como en San Vicente, este deporte había tomado un poco más de acogida (López 2004), claro está que la dinámica capitalina en Santander en cuestión de futbol era contraria, pues el club Atlético Bucaramanga por su difícil situación económica deja de participar en el torneo profesional de 1951, recobrando su participación en 1956 (Sequeda 2007). A pesar de lo sucedido en Bucaramanga, provenientes de Zapatoca y Barrancabermeja llegan al municipio de San Vicente, equipos invitados a los encuentros futbolísticos que eran organizados espontáneamente, como los oncenos que se enfrentaban allí, partidos que fueron realizados en las sabanas de la plaza de ferias, un terreno tapizado de piedras que eran más peligrosas que las piernas del equipo contrario4. Cuando no se permitió que en la plaza de ferias se celebraran los encuentros futbolísticos, éstos fueron trasladados al Palo del Ahorcado, metros arriba de la actual escuela del barrio Buenos Aires.

El auge alcanzado por el balompié durante los años siguientes en el municipio, hace de la práctica del fútbol con sus características espontaneas, un espacio de encuentro y recreación durante los días domingos. Adicionalmente, las sucesivas concurrencias para escuchar las trasmisiones radiales de futbol entre algunos habitantes urbanos, logra reunir un grupo ferviente de aficionados a este deporte, que exponen el propósito de organizar un club deportivo, en el cual se formalizaba su interés común por el futbol, en vista de su práctica organizada. Los ''muchachos'' que rondaban entre los 18 y 30 años, asumían en su quehacer diario diversos oficios y profesiones: trabajadores de almacén, cajeros bancarios, operador de teatro, estudiantes, ayudantes de carpinteros o carniceros, dentistas y alguno que otro sin profesión ni oficio; con anterioridad, habían logrado conformar una lista de los posibles personas a integrar el Club, y en especial una lista en la que figuraban los nombres de los probables candidatos a asumir la presidencia del mismo; entre los nombres se encontraban Ángel Miguel Ardila, Luis Ambrosio Vargas y Jaime Ramírez Ramírez. La afición al futbol se convierte en el vinculo que fortaleció, en los encuentros de la ''rosca de amigos'', las relaciones de amistad alcanzada con ''aquella muchachada'' y Jaime Ramírez, con quienes se reunía a tomar trago, a los cuales les gustaba el fútbol y a quienes respaldó, a pesar de que no hacía deporte y nunca práctico el fútbol, pues las dolencias sufridas en una de sus rodillas no se lo permitieron5.

Siendo así, el 20 de mayo de 1962 se encuentran en la carrera 12 Nº 9- 17 en horas de la noche: Jaime Ramírez, Gonzalo Vásquez, Valdemar Ortiz, Edmundo Orduz, Eduardo Arias, Pedro Martínez, Olinto Mantilla, Hernando Mújica, Carlos Mantilla, Alonso Rodríguez, Luis A. Cuadros, Álvaro Arenas, Gerardo Gómez, Javier Pinilla, Reynaldo Meneses, César Ardila, Gustavo Murillo, Jaime Serrano, Fernando Ibarra, Jairo Moreno, Moisés Silva, Luis Delgado, Fernando Timochenko Ochoa, Luis Ramón Ortiz, Alfonso Reyes Vargas, Felio Melón y Alfonso Vásquez para dar vida a El Club Sporting. La junta directiva elegida estuvo compuesta de la siguiente manera: Jaime Ramírez Ramírez, Presidente; Gonzalo Vásquez, Vicepresidente; Edmundo Orduz, Tesorero; Alonso Rodríguez, Fiscal; Y Valdemar Ortiz, Olinto Mantilla, Gerardo Gómez y Cesar Ardila, Vocales; la casa que sirvió como punto de encuentro para la elección se prestara como sede de la oficina del Club (Lozada 1977).

El Club Sporting, surge como una asociación deportiva de carácter voluntario, fortalecido por los lazos de solidaridad, afecto y gustos comunes entre sus miembros, con el objetivo de ''incentivar y llevar a cabo labores deportivas para el pueblo''6, aunque en su organización interna lidere el futbol, como actividad representativa de dichas labores e intereses del Club. La asociación estableció en sus estatutos que el fútbol seria su deporte representativo, conformando un equipo que llevó por nombre Sporting Club, además, adecuó una sección de pesas, boxeo y atletismo complementando los gustos deportivos de sus socios. Los colores de los uniformes del equipo de fútbol eran ''pantaloneta blanca, camisa roja con cuellos y bordes de las mangas color blanco y otra camiseta a rayas verticales blanco y verde; medias con listas horizontales rojas y blancas y otra de color blanca con listas horizontales verdes'' (Lozada 1978).

Para formalizar la pertenencia al Club, cada socio debió pasar por escrito la solicitud de ingreso como miembro, que al ser aprobada por la junta directiva, se procedía a la entrega del recibo de pago de la cuota de admisión, para que éste fuese cancelado en la tesorería, formalizando así su ingreso y el compromiso de cumplir a cabalidad los estatutos7. El alto numero de integrantes con que inicio el club no aseguraron su financiación, haciendo necesario en los primeros meses de funcionamiento y cuando faltó dinero, que los gastos fueran auspiciados por Jaime Ramírez, fondos que eran obtenidos por medio del trabajo realizado por éste en su consultorio dental. Es de notar que los trabajos que ejercieron sus integrantes, no ofrecieron una estabilidad en los pagos de sus cuotas como socios, pero las relaciones de amistad, el afecto común ante el futbol y la idea naciente, estuvieron por encima de las relaciones económicas que establecía el ser socio y sus mismas relaciones estatutarias. Lo que si se deja entrever es como en su favorecimiento por el proyecto, Jaime Ramírez acrecienta se reconocimiento y capacidad de dirección en las orientaciones que tenga el club y sus integrantes, con los aportes logísticos y de orientación que logra imprimirle.

El Sporting Club inicia su vida futbolística, enviando y recibiendo solicitudes para encuentros con otros equipos dentro del perímetro urbano del municipio, enfrentándose a la selección del colegio Camilo Torres, el Independiente Santander y equipos venidos de Barrancabermeja y Zapatoca8. Los domingos, la población se reunía en el Palo del Ahorcado, rodeando el terreno que servía como campo de juego a animar los partidos; un lote más ancho que largo donde uno de sus arcos se apostada(encontraba) hacia la carretera de la vía que va hacia Barrancabermeja, haciendo el campo deportivo muy irregular, deficiencias que no impidieron la realización de los encuentros, construyéndose de esta manera alrededor de cada uno de los compromisos futbolísticos, un espacio de entretenimiento y recreación diferente a tiendas, billares, cantinas, paseos al río, quebradas o los mismos clubes sociales, existentes hasta el momento en el perímetro urbano. Lo cierto es que por más deportivo que fuese el evento, era acompañado con ciertas costumbres comunes a todos los espacios arriba nombrados, el consumo de cerveza , aguardiente y guarapo, aumentaban la euforia de los encuentros, traducida en la alegría manifiesta, el apoyo a los equipos y la celebración terminados los partidos. Los encuentros futbolísticos irrumpen en la cotidianidad, como un nuevo espacio de encuentro y sociabilidad a posesionarse entre los ya existentes, en el que el entretenimiento, la recreación, sumado a la promoción deportiva, eran extensivos a todas las edades sin diferencias sociales o económicas, limitantes que si se podían encontrar en espacios como los clubes sociales; esta amplitud social fue posible por el acceso gratuito y rápido a los partidos, un campo deportivo improvisado, al descubierto, que era rodeado por los fervientes y nuevos aficionados, amigos y curiosos que acompañaron las faenas.

A mediados de 1962, los terrenos que circundaban el sitio denominado el Palo del Ahorcado y del mismo campo improvisado de fútbol, fueron reemplazados por la construcción de 150 casas que conformaron el barrio Buenos Aires, terrenos que fueron vendidos ''muy amablemente'' por Manuel Serrano Rueda, a el Instituto de Crédito Territorial que acreditaba el proyecto urbanizador; además don Manuel, ''con amplio sentido de generosidad'' y como si fuese la fundación de un poblado, obsequió una hectárea de sus terrenos para la construcción de una nueva capilla católica para la congregación de feligreses y un parque, olvidando la cancha y de paso sus días domingo (Vanguardia 1962). El terreno llano usado como campo de juego, no pudo ser reemplazado por otro y regresar al antiguo campo de la plaza de ferias, no era posible. Las inquietudes fueron llevadas en representación del Club Sporting, por ser los principales afectados a la oficina del alcalde, manifestándosele a la administración municipal la urgencia de un campo deportivo donde realizar los encuentros futbolísticos. El Municipio, como se le decía para referirse a la administración municipal en especial al ejecutivo, se comprometió de palabra con los necesitados deportistas, para hablar con don Manuel Serrano sobre la probable venta de un lote de dos hectáreas, que se usaría en la construcción de un campo de fútbol, de tenis, de tejo, de baloncesto y demás urgencias deportivas, claro está, dependiendo del incremento del reevaluó catastral, dineros que permitirían –según lo recaudado y lo conversado– la compra del terreno hablado (Vanguardia 1962).

Aunque la práctica recreativa y competitiva del fútbol fue el fundamento del Club Sporting hasta ese momento, la no solución a corto plazo de la construcción de un campo de juego, motivó y en especial obligó a la asociación, a promocionar sus otras secciones deportivas, entre ellas el atletismo. En septiembre -un mes después del cierre de la cancha– solicitaron al alcalde Efraín Parra la autorización para recolectar en el comercio local, los fondos suficientes para enviar a tres de sus socios y mejores deportistas: Pedro Vargas, Hernando Mujica y Rafael Pajón, a competir en la prueba de maratón realizada con motivo de las ferias de la capital santandereana, en representación de San Vicente9. Los dineros recolectados solo alcanzaron para enviar como delegado a Rafael Pajón. El participar en la prueba deportiva del SENA, promueve al club a otras instancias de competición como el atletismo, pero se convierte a su vez en una limitante en la participación general de sus integrantes, pues a pesar del apoyo de los socios, no todos tenían la conformidad del atletismo –por ausencia de campo futbolístico-, como fundamento deportivo temporal de la asociación. La crisis también mostro que el Club, en la necesidad de mantenerse en funcionamiento y promover deportivamente a sus socios, logra obtener apoyo con el alcalde y el comercio en su experiencia atlética, relaciones que lo hicieron conocer aun más como asociación deportiva en el municipio, especialmente en la zona urbana, pues en el comercio que reúne tiendas, almacenes, graneros, droguerías, puestos de plaza y otros, además de recrearse en ellos ambientes de intercambio económico, son también espacios de ebullición y comunicación de la vida social del municipio, lo que hace robustecer la imagen de la asociación y el respaldo de sus acciones deportivas entre los habitantes.

El funcionamiento interno del Club no es claro. Hacia 1962 las fuentes evidencian el nombramiento de una designación en la estructura organizativa del club, aunque este aspecto no se vuelve a mencionar sino hasta 1965, año en que se nombra una nueva junta directiva. De igual modo no quedo evidencia de lo acordado en las reuniones en que se discutía sobre las dificultades que se estaban presentando para la práctica futbolística y las proyecciones que debían hacerse. Lamentablemente este vacio documental no permite conocer con mayor claridad el funcionamiento interno y el desarrollo de sus asambleas como socios. Se sugiere que, aunque los encuentros no hayan sido formalizados en actas, si se realizaban debido a las acciones tomadas en relación a su nueva orientación deportiva: el atletismo.

Hasta ese momento el Club intentó cumplir con promocionar deportivamente a sus socios, dándose a conocer entre la población Chucureña en cada uno de los encuentros futbolísticos, que eran promocionados durante la semana y en donde se reunían amigos, familiares, aficionados, niños y jóvenes; con los cuales se fortalecieron las relaciones según el papel cumplido durante los eventos, entablados entre la generalidad asistente y el equipo o se construyeron nuevas. En la medida en que el Club Sporting programaba más partidos, expresadas en la amistad, el estima y reconocimiento que como deportistas obtenían por parte de los asistentes, unido a la popularidad alcanzada por sus triunfos continuos y la habilidad para el juego, que tuvieron algunos de sus jugadores como Hernando Mujica, delantero del equipo. Ahora, aunque la falta de campos deportivos para la práctica de futbol detuvo la continuidad de los encuentros, le dio la posibilidad a que otras secciones como el atletismo, entraran a promocionarse, recibiendo el apoyo del comercio local, quien fue en cuentas ultimas el que donó el dinero para respaldar a los animosos futbolistas, en su nueva faceta como atletas.

Los eventos realizados por el Club con su equipo de fútbol y su iniciativa en la participación en la prueba atlética departamental, motivaron la creación, en el mes de septiembre de 1962, del Comité Deportivo Municipal por parte de la administración local, ''con el fin de fomentar el deporte organizadamente sin distingo de clases'', haciendo un llamado a las entidades o clubes deportivos establecidos en la localidad, ''con miras de prestarle a la vez el apoyo que éstos necesiten para los eventos que se programen''10. El Club Sporting en su resolución 001 de septiembre de 1962 se unió al llamado hecho por el recién nacido Comité de Deportes, solicitando en su articulo primero que lo aceptaran como integrante del Comité, para que el Club se beneficie ''de las mismas garantías que tuvieran los demás equipos o clubes que se inscriban en él'', posibilidad que le permitió a la asociación tener institucionalmente representación en el comité y apoyo del mismo, al programar y realizar otro tipo de eventos deportivos 11.

 

Las Maratones de la Raza

Además de la promoción deportiva de sus socios, el Club Sporting como único participante asociado del Comité Deportivo Municipal, realiza el 12 de octubre de 1962 de forma conjunta, la primera Maratón de la Raza. De su organización se conoce muy poco, el día fue escogido aprovechando la celebración de la fiesta del descubrimiento y el nombre de la maratón, hacía parte de la forma de resaltar la celebración. Ese día el evento reunió cuarenta corredores entre San Vicente y atletas provenientes de Zapatoca, Barrancabermeja y Bucaramanga. El recorrido que sumaba cerca de veinte kilómetros, consistió en cubrir tres veces el trayecto de la vía de la circunvalación, parte encementada y parte en tierra, abriéndose camino por entre la quebrada de las cruces que dificultaba el paso con sus aguas. La maratón fue ganada por Rafael Duarte, seguido por Alfonso Villamil y Rafael Pajón, este último socio del Sporting (Lozada 1977). El evento deportivo volcó a la esfera pública como promotor deportivo a la asociación y de allí a sus integrantes. La primera maratón de la raza, fundamento su proyección de un ámbito privado al social, en el aspecto deportivo, recreativo y hasta de infraestructura para la práctica de diversos deportes. El Club atrajo el interés y respaldo de la población urbana, apoyo nacido de los lazos comunitarios de fuerte arraigo rural en su tradición de valores y relaciones personales. La realización de las próximas maratones fueron asumidas por el Club Sporting y respaldadas por las autoridades civiles, militares y la población en general, ingresando al Sporting a una nueva etapa como asociación deportiva, bajo el mismo precepto inicial ''incentivar y llevar a cabo labores deportivas para el pueblo''. Se comprende aquí pueblo como una generalidad en que se concibe lo físico y lo humano como constructor de sentido, de pertenencia hacia lo que se considera propio: en éste caso el deporte como expresión cultural para los habitantes de San Vicente de Chucurí y como promoción del municipio en el departamento.

A falta de campo deportivo, el Club Sporting continuó con su participación en 1963 en la maratón nacional del SENA llevada a cabo en Bucaramanga en el mes de septiembre con tres de sus socios: Alfonso Villamil, Rafael Duarte y Pedro José Vargas; los dos primeros, ganadores de la maratón de la raza el año anterior, ahora miembros del Club12 . Las presentaciones realizadas a nivel departamental por el Club en atletismo, su participación como promotor deportivo en el municipio al integrar el Comité Deportivo Municipal, así como su capacidad para cooptar deportistas y socios, afianzaron al atletismo y no al futbol como propuesta deportiva. La presencia en la maratón departamental de 1963 a raíz del patrocinio obtenido, denota las buenas relaciones que se estaban estableciendo entre el comercio y el Sporting, además le fue concedido asumir para el mismo año, la organización y ejecución de la Segunda Maratón de la Raza en el mes de octubre.

Para octubre de 1963, el Club invitó corredores de Bucaramanga, Barrancabermeja, Puerto Wilches, Zapatoca, San Gil y Girón a la prueba atlética. Además solicitó al Director Departamental de Educación Física Lázaro Soto una copa y quince diplomas, para ''los maratonistas que obtengan los mejores puestos en la clasificación general en la segunda gran Maratón Municipal de la Raza''13. La maratón se promovió en emisoras como Radio Pipatón de Barrancabermeja, la emisora Atalaya de Bucaramanga y en el diario Vanguardia Liberal, intentando tener el mismo espacio para la publicación de los resultados después del evento14. La vinculación más importante que alcanzó el Club, fue la contribución espontánea de particulares y los almacenes del comercio local a la solicitud de donar algún estimulo para la premiación de los atletas que corrieran en la celebración del 12 de octubre. Entre los aportes ofrecidos hubo dinero en efectivo, camisas, pantalones, galletas, botellas de vino, pan, zapatos, maletines y un sinnúmero de obsequios sorpresas, que fueron distribuidos entre todos los participantes y que además, era reflejo de la variedad de productos que se comercializaban comúnmente15; la administración municipal se vinculó con la copa y la premiación del primer puesto.

La competencia dio largada de la plaza central a las 7 de la mañana con 12 participantes. La baja participación en la maratón de ese año, fue a razón de los juegos nacionales de atletismo, realizados a partir del nueve de octubre en la ciudad de Bucaramanga y que opacaron la misma promoción del evento en San Vicente, el cual fue conocido en el diario Vanguardia Liberal el mismo día de su celebración (Vanguardia 1963). Ese domingo durante hora y media, los competidores fueron acompañados en la vía de la circunvalación por ''la ciudadanía en general, quienes hicieron su tributo asistiendo al evento y demostrando gran espíritu de colaboración y amor deportivo''. La prueba fue ganada por Alfonso Villamil, socio del Club Sporting, alzándose con la copa Alcaldía Municipal; seguido por Gustavo Abreu, participante de San Vicente, quien se llevó la copa Club Sporting y el tercer lugar fue dado a Jaime Díaz como mejor clasificado de otro municipio, perteneciente al Club de la Alegría de Zapatoca16.

El buen nivel y triunfo de los atletas del Sporting lo ubican como una asociación de verdadera proyección deportiva y con capacidad de representación social con respecto a la baja participación en relación al año anterior son notorias. Pero también es evidente el acrecentamiento de las relaciones que la asociación, a través de su presidente e integrantes, han logrado en la fiesta de la raza; lo que se nota en el acompañamiento general para su realización, sus competidores y los que asisten a motivar a los atletas, en la fiesta todos disfrutan y en la diversión, la recreación y el deporte, todos salen ganando: El precedente para el municipio de la continuidad del evento deportivo como promoción cultural, la constancia de participación atlética interna y externa, el apoyo en la premiación por parte del comercio y particulares, el estimulo comercial que proporciona la actividad que se puede mirar como beneficios indirectos para el comercio en general y la buena relación con la administración municipal por parte del Club Sporting, como andamio para la realización de la maratón. Los reconocimientos comunes: Social y del Estado, le proporcionan al Sporting la posibilidad de seguir vinculando más socios, manteniendo el soporte en la realización del evento y los vínculos con la alcaldía municipal, y su participación en diferentes competencias departamentales en representación propia y del Municipio de San Vicente17.

Para 1964 el Club Sporting se encargó de organizar y llevar a cabo la Tercera Maratón de la Raza. Envió tarjetas de invitación para participar a la prueba atlética a colegios, clubes y juntas deportivas de municipios como Girón, Zapatoca, Barrancabermeja y Bucaramanga. La capacidad de convocatoria fuera del municipio mejoró, obtuvo respuesta de participación de clubes como el Santander y el Club Externo de Bucaramanga, el Club Alegría de Zapatoca y el Deportivo Río de Oro de Girón. De los colegios participantes, se encontraban La Salle de Bucaramanga y el Camilo Torres de San Vicente de Chucurí. La organización hizo abierta la inscripción dentro del municipio e invitó esta vez al comercio local, a que además de realizar su donación fuese en dinero o especie como en años anteriores, patrocinara a su propio competidor, le invito a que inscribiera su propio atleta a la maratón de la raza, propuesta que fue bien recibida. Entre los veintiséis atletas inscritos en la competencia del 12 de octubre, nueve fueron patrocinados por el comercio local, quienes motivados por el Club y como estrategia para vincularlos directamente en la financiación del certamen, inscribieron corredor propio: el Almacén Fernández, el Soffy, el Triunfo, Calzado Volga, Foto Estrella, Zapatería Rey, Salón Súper, Mueblería Oróstegui y la notaría municipal cada uno con su suscrito participante en la competencia, contribuyendo además con la premiación que se dió a los atletas18. El Club Yarima Campestre, el Club Social Yariguíes y el Club Montebello, los tres clubes sociales de San Vicente, igualmente fueron invitados a que se asociaran a este acto, donando algún trofeo o premio para otorgarlo a alguno de los mejores clasificados de la maratón19.

La mañana temprano sostuvo en la línea de salida y meta a la veintena de competidores. A lado y lado de la vía, las diferentes barras y patrocinadores se agrupaban entre los asistentes de todas las edades para apoyar a los atletas; durante el recorrido las personas se apostaron en la vía de la circunvalación, viendo pasar a cada uno los corredores, animando su participación. Alfonso Villamil, ganador de la competencia de 1963 y socio activo del Club Sporting fue el primero en cruzar la meta; el segundo lugar fue para Jairo Ardila patrocinado por el Almacén Fernández y en el tercer lugar llego Alejandro Vera quien compitió por el Almacén Soffy.

Cada una de las maratones presenta una relación progresiva entre la población y el Club, la forma como la asociación deportiva va integrando en el evento a la ciudadanía , en especial al comercio local, modifican un poco las actitudes existentes entre la población al vincularlos a las competencias, logrando de ésta su solidaridad espontánea y cada vez, una participación más constante y directa en el prueba deportiva por parte de ''particulares y el comercio local'', como sucedió en 1964 en el patrocinio de los atletas. En el intento de formalizar la maratón, su realización seguida parecía confirmarlo, produjo la apertura de espacios de entretenimiento y recreación, modificando por algunos instantes el uso del tiempo libre de los pobladores, estimulando formas sociabilidad y encuentro en los eventos deportivos que canalizados por el Club, le permitieron influir en la promoción de espacios diferentes a los cotidianos y de su injerencia en los aspectos deportivos en el municipio.

Para ese momento el Club Sporting, era la primera asociación de carácter deportivo creada en San Vicente bajo un sistema de adhesión voluntaria, cohesionada por principios de libertad, igualdad y mérito, diferente de las asociaciones gremiales y del sistema de adscripción tradicional (Guillén 1996). Formalizada estatutariamente su estructura organizativa, encauzando la solidaridad colectiva de todos sus miembros, ante el objetivo de incentivar y llevar a cabo labores deportivas para el municipio, creó mecanismos de participación deportiva como los encuentros futbolísticos –en un primer momento–, seguido por las maratones de la raza, acciones que le permitieron ir añadiendo cierto grado de reconocimiento y prestigio al Club. Especialmente su directiva orientó el interés y respaldo de la población urbana, por ser esta la esfera directa en que se mueve el club, mejorando a su vez las relaciones con la administración municipal representada por el alcalde.

La cuarta maratón fue programada para octubre de 1965. El único recuerdo claro de ella es un afiche de su promoción, invitando a ''inscribirse y participar en este evento deportivo ya tradicional en San Vicente'' y con prestigio departamental, manteniendo de ''la ciudadanía y el comercio local'' el apoyo económico e invitando a los participantes a que ''efectuaran entrenamientos anticipadamente, para demostrar así, que en san Vicente existe cada día, más espíritu deportivo''. Ya la junta directiva del inicial Club Sporting se había modificado para octubre de 1965 pues Jaime Ramírez y quienes lo acompañaron hasta el momento, habían entregado sus cargos y el balance de sus acciones en febrero del mismo año.

 

El Comité Pro-Estadio

El terreno en torno al palo del ahorcado, usado como campo deportivo por el Club Sporting hacia 1962 para la práctica futbolística, fue reemplazado como espacio, al ser absorbido por la proyección urbana del municipio y un nuevo programa de vivienda financiado por el Instituto de Crédito Territorial. A pesar de dicha proyección, no se contempla por la administración municipal o la sociedad Chucureña en general, la adecuación de infraestructura deportiva. Es así que además de ''brindar a la ciudadanía en general un espectáculo lleno de emociones y de sano esparcimiento'', en las diferentes presentaciones futbolísticas y en ausencia del campo improvisado, las inquietudes en la consecución del campo de juego son asumidas por el Club Sporting, por ser éste uno de sus más directos afectados.

El 7 de agosto de 1963 se conforma el Comité Pro-Estadio Municipal, su junta directiva estuvo compuesta por Jaime Ramírez Ramírez, presidente; Juan Gómez Albarracín, vicepresidente; Juan José Plata, secretario; José de Jesús Rodríguez, tesorero; Isnardo Plata, Pedro Ariza, José Pico, Angel Miguel Ardila, Roberto Sánchez y Luis Ambrosio Vargas como vocales (Lozada 1978). Paralelo a la organización de la segunda maratón de la raza, integrado por diferentes personalidades del municipio y el Club Sporting, el Comité se responsabilizó de realizar diversas actividades para la consecución de recursos, orientados en la construcción de un campo deportivo, en un lote del barrio Buenos Aires que fue cedido por la parroquia y que sólo hasta 1968 decidió escriturar al Municipio. La dirección del Comité Pro-Estadio recayó en el Club, en especial en su presidente Jaime Ramírez. Entre las actividades programadas se organizó un baile popular que tuvo poca concurrencia, debido a un recio aguacero que limitó los ánimos de asistencia. Con el dinero obtenido en el baile y el recolectado entre el comercio local, caracterizado por su respaldo incondicional, se reunieron los fondos suficientes para enviar una comitiva integrada por siete personas hasta Barrancabermeja20. La comitiva se entrevistó con el superintendente de Ecopetrol, Luis Aurelio Díaz, quien verbalmente se comprometió a obsequiar las porterías metálicas para el estadio. La petición se pasó por escrito al Departamento Legal y de Relaciones Públicas de la refinería, quienes ''comprometidos'', harían llegar una pronta respuesta de la solicitud a nombre del Comité Pro- Estadio o la alcaldía municipal; además se entregaron cartas solicitando ayuda en Pro del Estadio al superintendente de la empresa petrolera Shell y se recolectaron dineros colocando divisas en la calle a los transeúntes de la ciudad petrolera21.

Al regresar la comitiva de Barrancabermeja, convencida de haber ''obtenido un éxito en la misión realizada'', al conseguir las porterías para la cancha y con la espera de tener ''mayores y fecundos éxitos'' con las cartas entregadas, continuó con la campaña Pro Estadio en San Vicente. El 25 de septiembre el Club exhibió una película que había sido cedida gentilmente por el Teatro Cervantes de propiedad de los hermanos Cipagauta, cuyos fondos fueron a engrosar las arcas del Comité. Todas estas labores con sus respectivas cuentas, fueron presentadas por el Club Sporting al Comité Pro-Estadio finalizando el año de 1963, complacidos por ''haber contribuido en esta forma a la recolección de fondos a favor del deporte regional''22.

El papel para el cual fue creado el Comité Pro Estadio, es asumido por el Club Sporting y en especial por su presidente. Las acciones cívicas realizadas por el Club al patrocinar, participar, motivar, promover y llevar acabo labores deportivas en el municipio, hasta ahora se habían cumplido y así mismo los eventos para recolectar fondos en Pro del Estadio Municipal durante 1964 se mantuvieron. Se organizó una corrida de toros y un baile en el Club Yariguíes, que dieron un resultado favorable en la recolección de fondos, los cuales fueron abonados a los señores Ambrosio e Isnardo Plata dueños de la firma urbanizadora que construía el barrio Buenos Aires, para que hiciesen la explanación del lote, motivada por la iniciativa e influencia de algunos directivos del Club Sporting ante estos señores, ''quienes gentilmente están colaborando con el deporte municipal''23. El último evento en Pro del Estadio en que participó el Club con su dinamismo así como en su realización, fue un Bazar organizado para el 11 de noviembre de 1964, en pro de la capilla del barrio Buenos Aires y la cancha de fútbol24. La recolección de fondos para la capilla no se encontraban dentro de las labores deportivas pero fueron aprovechados para beneficio mutuo, sumándose a las acciones cívicas que el Club, respaldado en la figura del Comité Pro-Estadio, se encontraba asumiendo para la construcción de un campo deportivo en San Vicente, posibilitándole a éste y en especial a sus directivas una mayor cercanía con la población chucureña.

El Club al integrarse en el Comité Deportivo, comienza a tener injerencia en la promoción deportiva, ejemplo de ello es la realización de las maratones de la raza y su capacidad de convocatoria entre la población chucureña, para que se comprometiera con el evento anual, y de paso, en la construcción de un campo deportivo con las instalaciones suficientes para la variedad y práctica deportiva, al conformarse el Comité Pro Estadio, presentando y promoviendo propuestas que en el intento, pretendieron dar solución a las diferentes necesidades deportivas existentes entre la población y el mismo Club. Se apropia de las acciones dirigidas a la consecución de recursos, para la construcción de un Estadio Municipal a través de bailes, bazares y recolectas; acciones con las cuales el Club Sporting llega a tener cierta influencia en las decisiones públicas que tome la administración municipal, referente a la falta de campo deportivo y en las diversas actividades que se logren llevar a cabo, entorno del mejoramiento físico y social de sus miembros y de la población. Esto se refleja en la solicitud que el presidente del Comité Pro-Estadio hace al honorable concejo municipal, para la creación de ''un numeral permanente con carácter deportivo en el presupuesto general de Rentas en el que se estipule una partida para destinarla en la construcción del estadio o en su defecto, la construcción de una cancha de fútbol más o menos moderna'' (Lozada 1977).

 

La Disolución del Club Sporting

La junta directiva del Club Sporting, hizo una exhortación o ''llamamiento Cívico'' al iniciar 1965, dirigido a toda la juventud chucureña para que se hiciesen miembros activos en alguna de las secciones de la asociación: fútbol, pesas o atletismo, con lo cual según el Club, ''contribuirá al adelanto físico, social y cultural de San Vicente y para el socio: distracción, desarrollo físico e intelectual''25. Con un mayor número de integrantes que beneficien los fondos de la asociación, se buscó el suficiente respaldo económico para brindar a sus integrantes mayores implementos deportivos y así poder representar al Club en cualquier evento local o fuera del municipio en forma debida26. Después de la convocatoria, el 26 de febrero de 1965 se reunió en asamblea general el Club Sporting para darle una reorganización. La junta directiva que se encontraba desde el nacimiento estatutario de la asociación y en la cual, se hallaba aún como presidente Jaime Ramírez Ramírez, no sesionaba desde hacía más de dos años, pues, como era sabido por todos los socios presentes en la asamblea, la carencia de campo deportivo era el primer factor para no reunirse a deliberar y aunque el Club ''había estado en receso de reuniones, nunca estuvo inactivo''27. En resumen, el Sporting Club realizó en varias ocasiones encuentros futbolísticos en diferentes municipios obteniendo el aplauso para sus futbolistas, por su consagración al deporte. Además, organizó y llevó a efecto dos maratones de la raza, competencia que se convirtió en el fundamento del Club tras la ausencia de un campo deportivo para la práctica futbolística y en las que se lograron en 1963 y 1964 el primer puesto; con respecto al campo de futbol, aunque se había obtenido el ofrecimiento de ayuda en Barrancabermeja de algunas empresas petroleras en 1963 en Pro del Estadio municipal, no se hicieron efectivas ''por la negligencia de algunos funcionarios oficiales'' que no prestaron su colaboración en el asunto deportivo. Con los fondos recolectados en las diferentes actividades realizadas por el Club, en asocio con el Comité Pro Estadio, sólo se pudo adecuar el terreno para la cancha, sin graderías, porterías o la simple malla que separara a los aficionados de los jugadores como fue pensado en un primer momento. Los nuevos socios, aquellos que escucharon el llamado cívico, hicieron parte de la asamblea general que presentó un balance favorable justificado en su organización y ''exclusivamente a la buena voluntad de todos y cada uno de los socios'', dándose paso a la elección de una nueva junta directiva. Jaime Ramírez como presidente del Club Sporting, presentó su renuncia y la de los demás miembros de la junta directiva, que hasta el momento habían venido integrándola, para así dejar a la asamblea en la libertad y la obligación de hacer el nombramiento de una nueva28.

La asociación se hace visible en su capacidad de construir, en una sociedad que se encuentra acostumbrada a relacionarse bajo el sistema de adscripción tradicional, nuevos mecanismos de participación al margen de los partidos o movimientos políticos, apartándose de la lucha por el ejercicio del poder. El encuentro e injerencia social y política, alcanzado a través de los nuevos espacios de participación, vincula de forma electiva y espontánea a sectores de la población como el comercio local, en las competencias de atletismo y a la población en general, al ligarla a una demanda particular como la cancha, necesidad expresa del Club, convirtiéndola en una exigencia de carácter colectivo, que de forma organizada con el Comité Pro-Estadio, buscó una solución conjunta a la problemática deportiva. Aunque la junta directiva que estuvo al frente desde su fundación hasta febrero de 1965, intento mantener el Club en funcionamiento al atraer hacia sí nuevos socios, no pudo superar la inexistencia de infraestructura deportiva y el bajo apoyo y estimulo de la administración municipal por conseguirla, siendo éstas algunas de las causas que sirvieron de abono en la desaparición del Club Sporting y del mismo Comité Pro-Estadio que deja de funcionar en junio de 1965.

Además, el Club debe competir los pocos espacios de recreación obtenidos, con los arraigados espacios cotidianos de los chucureños: tiendas, billares, bolos, acompañados de la infaltable cerveza o aguardiente, bebidas que hacen parte del diario vivir tanto de adultos como de los mismos jóvenes. Tampoco obtuvo el apoyo de los clubes sociales, los cuales eran el símbolo de la prosperidad agrícola y ganadera de algunos sectores de la población: hacendados, grandes finqueros, empleados privados o públicos, transportadores y profesionales; usados por aquella porción de la ''sociedad chucureña'' para la celebración de festejos, reuniones, agasajos de uno que otro político y algunas concentraciones que se consideraban importantes, sin generar otro tipo de actividades a los acontecimientos celebrados en sus salones.

Aunque la cuarta maratón de la raza es publicitada no se tiene información de su desarrollo, ni de cómo fue conformada la nueva junta directiva que la organizó; al parecer con el retiro en especial de Jaime Ramírez del Club sus relaciones sociales, políticas y su capacidad deportiva empiezan a decaer. A esto se suman las condiciones sociales y culturales en que se encontraba San Vicente, que tergiversaron el objetivo primario de la asociación, pues algunos de los socios del Club Sporting fueron implicados como presuntos miembros del recién conformado Ejército de Liberación Nacional – ELN- en enero de 1966, llevándolo a su desintegración definitiva después de lo sucedido.

 

Jaime Ramírez Ramírez: En busca del líder

El contexto político

La representación política y social en San Vicente, iniciando la década sesenta, fue disputada por diversas agrupaciones políticas, interesadas en llevar desde la acción política, las riendas del municipio y en especial, la orientación del pensamiento político de sus habitantes. En cuestión de partidos, el liberalismo convertido en mayoría después de la violencia partidista e iniciado el frente Nacional, se halló dividido cuando Rafael Rangel conforma el Movimiento Liberal Popular (MLP), presentándose a elecciones en marzo de 1960 (Acevedo 2002, 42) y luego se unifica a la agrupación política con el Movimiento Revolucionario Liberal (MRL). Los cortos pasos de Rafael Rangel por las toldas del MRL dejaron en el seno del movimiento su ideal de lucha, sus cuadros políticos, y a disposición el caudal electoral que le acompañó asentado especialmente en el campo en la margen occidental del río Chucurí. La radicalización del liberalismo en San Vicente se había conjurado y en el momento, el oficialismo liberal concentró sus esfuerzos para volver al poder y el control político, meta cumplida hasta 1968. El conservatismo, minoría electoral en el municipio, sufrió también sus desbarajustes internos, fraccionado por el ideario de sus dirigentes (Laureanistas, Ospinistas y leyvistas) y con la muerte de Álzate Avendaño, quedo a la sombra del liberalismo en San Vicente. La ausencia de representantes que transcendieran su capacidad de convocatoria esencialmente para elecciones se hizo notaria con la desaparición de Rafael Rangel. Las mayorías liberales en San Vicente se encontraban distribuidas entre el MRL, el oficialismo y el abstencionismo. Las campañas electorales, durante los primeros seis años del Frente Nacional, se fueron convirtiendo en un evento de poca transcendencia, siendo arrebatados los electores por el desinterés de participar en las elecciones a un grado de abstencionismo electoral superior al 80% en 1966 29.

El ideario socialista también estuvo presente en la historia de San Vicente. Provenientes del liberalismo durante los años veinte, al sentir su partido en crisis y la presión conservadora, radicalizaron su pensamiento y sus acciones en la búsqueda del poder. Se hicieron conocer en la historia de San Vicente como los Bolcheviques, por el intento frustrado de revolución realizado en 1929, acompañado en la misma intención por trabajadores ferroviarios de La Gómez en puerto Wilches (Peñaranda 1995), y el campesinado cafetero en El Líbano Tolima (Sanchez 1995). Después de 1929 el socialismo en San Vicente se concentró principalmente en la familia Ochoa, su ideario político no logra consolidarse en partido o movimiento, pero si acompañar el surgimiento a mediados de los años sesenta, del grupo guerrillero, Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Respecto a las Juntas de Acción Comunal se fueron organizando iniciando el primer lustro de los años sesenta, se presume que hacia la parte oriental de municipio caracterizado por pequeñas y medianas haciendas. Su creación fue más rápida por la cercanía con la zona urbana y una economía de producción agrícola ya consolidada como relaciones sociales y políticas. Así mismo hacia el occidente, las veredas fueron tomando forma en la medida en que se organizaban las Juntas de Acción Comunal, las cuales se crearon por medio de visitas cívicas acompañados por personal de la administración municipal, la iglesia y el ejército, citando a todos los colonos para su organización (Vanguardia 1963). La llamativa presencia de dichas personalidades era una evidencia del interés municipal por integrar administrativamente las veredas en ciernes y de paso, estrechar los canales entre los representantes políticos y los nuevos líderes surgidos en los avances colonizadores, quienes fueron apropiándose de las recientes instancias participativas ofrecidas por el Estado. A pesar de la iniciativa organizativa fomentada por la administración municipal, la ausencia en servicios de salud, educativas o comunicación interna, que la administración municipal no solventaba directamente y que eran asumidas deficientemente por los políticos, fue notoria; convirtiéndose en el pilar del discurso para cooptar votos, llevando al campesinado al desinterés político y las prácticas clientelares.

 

El Líder Deportivo

Las iniciativas particulares promovidas por el Club Sporting durante el primer lustro de los años sesenta, generaron un proceso de formación y construcción de nuevas formas de representación e intermediación ante la administración pública y la ciudadanía chucureña en San Vicente, así como la aparición de hombres reconocidos que por su proceder, se hacen lideres en la orientación de estas formas de representación e inclinan hacia si, el apoyo de la comunidad respecto a la promoción deportiva como es el caso de Jaime Ramírez, necesidades que en su momento debieron ser asumidas por los dirigentes políticos o la administración municipal.

Encarnando aquellas necesidades, Jaime Ramírez Ramírez comienza a ser reconocido entre la población por las diversas actividades realizadas con el Club Sporting. Logra desde los mismos integrantes del Club empoderar el futbol como deporte, más allá de los encuentros espontáneos y dentro de las actividades comunes de diversión de los chucureños, con su práctica organizada; vinculan a las actividades deportivas familiares y amigos, ampliando su reconocimiento como asociación y de paso la de sus socios en especial la de su presidente.

Sin presión ni cooptación del sistema político o la administración municipal, Jaime Ramírez ejerce sus acciones de manera autónoma al orientar e influir en las decisiones públicas alrededor de lo deportivo, ofreciendo sus servicios como ciudadano en las diferentes actividades programadas por el Club y el Comité Pro-Estadio, integrando en esta misma ciudadanía el espíritu comunitario y electivo de los comerciantes, al ser invitados a ser parte de las actividades deportivas, estableciendo lazos en que la solidaridad, el compromiso y el sentirse tenidos en cuenta, se mantuvieron independientemente del éxito alcanzado (Archila 1997)30. Hace de la cultura deportiva un proyecto prioritario para la población chucureña durante los años en que ejerció como presidente del Club y del Comité Pro-Estadio. La comunidad se adhiere a su realización con una participación y acompañamiento activo en las actividades de competencia o de pro-fondos para el campo deportivo. Apoyado en la solidaridad espontánea que le fue expresada por quienes lo acompañaron en el Club y el comité Pro Estadio, propuso y llevó a cabo actividades de forma continua que le permitieron establecer un escenario de interés común alrededor del deporte, diferenciado del sistema de adscripción tradicional y de los espacios tradicionales de diversión espontanea de la población; reconociéndosele como promotor y líder deportivo en el ambiente cívico. Todo con el apoyo y colaboración de los socios, la administración municipal, el comercio local y la ciudadanía.

Las acciones realizadas por Jaime Ramírez sobrepasaron la esfera de carácter privado del Club y las mismas circunstancias lo empujaron a generar espacios de representación y participación en lo político dentro de la esfera social del Comité Pro-Estadio, lo cual le permitió recibir el aval y apoyo de algunas personalidades del municipio para la construcción del campo deportivo. Advirtiendo que lo político es comprendido según lo expuesto por Arcila (1996), como ''el escenario del encuentro público de diversos intereses'' donde entran en juego muchos actores, diferenciada de la acción política entendida como ''el arte de luchar por el poder y ejercerlo'' donde sólo hay actores específicos: aquellos mediadores de la sociedad civil ante el Estado, o sea los actores políticos.

Finalmente la administración y los dirigentes políticos se auto-relegaron en las necesidades deportivas, lo que produjo el cansancio en Jaime Ramírez como promotor y líder deportivo, dedicándose al abandonar el Club Sporting en 1965 a las actividades básicas de su consultorio dental.

Finalmente la administración y los dirigentes políticos se auto-relegaron en las necesidades deportivas, lo que produjo el cansancio en Jaime Ramírez como promotor y líder deportivo, dedicándose al abandonar el Club Sporting en 1965 a las actividades básicas de su consultorio dental.

 

Conclusiones

El sentido de las líneas expuestas anteriormente, no es otro que el de ofrecer como parte de un tema más amplio, una muestra de las capacidades organizativas de carácter social que se presentaron durante el Frente Nacional en San Vicente de Chucurí. La propuesta de renovación a la democracia colombiana planteada por el régimen, se caracterizó por el enfrentamiento entre partidos, disidencias, movimientos y grupos de extrema izquierda por el control del Estado. Adicionalmente en la escena histórica las expresiones sociales desde diferentes ambientes organizativos (estudiantes, sindicatos, indígenas, mujeres, y otros), se hicieron notar en relación a las desigualdades sociales sentidas y las deficiencias administrativas del gobierno para solventar las diferentes demandas exigidas. Con el Club Sporting como expresión organizativa de la sociedad chucureña, las relaciones políticas se caracterizan por la elección libre, voluntaria, fortalecidas en la solidaridad y el interés común de sus integrantes. Logra como asociación cívica, establecerse como mediador al asumir las demandas deportivas nacidas desde sí pero que logran ser convertidas en una necesidad general, obteniendo el apoyo y participación de la población urbana, en las acciones llevadas a cabo para lograr lo propuesto. Cada una de las acciones realizadas catapulto a los socios del Club Sporting a un espacio de mayores dimensiones, se hacen hombres públicos y reconocidos, como Jaime Ramírez, que como lideres dan una orientación y sentido claro a las acciones, generando identificación por parte de la población ante ellas y de paso, su participación en lo político, en espacios de encuentro social e interés común, que le apuestan a la cultura deportiva y a la democracia. La pasividad administrativa de los representantes del municipio y el trabajo arduo hecho por el Club, produjo cansancio entre sus integrantes y desilusión ante la ineptitud presente, llevándolo a su perdida paulatina de fuerza al retirarse algunos integrantes fundamentales y el ingreso al parecer, de pensamientos que propendían por la extrema izquierda, latente en el ambiente político y social de San Vicente a mediados de la década de 1960. Las metas pensadas de los hombres, se encuentran abrazadas a sus propias iniciativas. Este fue el caso de Jaime Ramírez, un inquieto social, un líder en tierra ajena que traspasa su esfera social a una esfera política, en representación de aquellos que ayudo en su labor deportiva o laboral. Es nuestro interés resaltar las iniciativas sociales surgidas en la historia de San Vicente de Chucurí, es presentar la imagen de una población que en sus crónicas y tragedias de violencia, ha sabido mantener, cultivar y promover su espíritu solidario en defensa de una democracia segura y con equidad.

 


* El texto es una versión modificada de la ponencia ''Deporte y Política en San Vicente de Chucurí. El Club Sporting. 1962-1965'' leida en el I Simposio Colombiano de Historia Local entre 28 y 30 de octubre de 2004 en la Universidad de Antioquia, Medellín.

1 Los Avances son cercamientos que hacían los colonos de 10 o más hectáreas según las posibilidades de mano de obra o de dinero para conseguirla. Lo primero que se hace es'' construir el rancho ... y se marca un lindero.. tumbando los árboles y dejando dentro el bloque de montaña...así ya se quedaba dueño de eso''. Entrevista Daniel Reyes Olarte. Girón, mayo 10 de 2003.

2 Entrevista con Gabriela Rueda, Bogotá, 18 de mayo de 2001.

3 Entrevista con Gabriela Rueda, Bogotá, 18 de mayo de 2001.

4 Entrevista con Deogracias Peña, San Vicente de Chucurí, 12 de marzo 2003; Entrevista con Hernando Mujica, San Vicente de Chucurí, 14 de marzo 2003.

5 Entrevista con Gabriela Rueda, Bogotá, 18 de mayo de 2001.

6 Palabras para la sesión de la Asamblea General del Club Sporting, el 26 de febrero de 1965, Archivo Familia Ramírez Rueda (AFRR).

7 Carta de solicitud firmada por Pedro Vargas con fecha del 9 julio 1962.

8 Respuesta a solicitud presentada al equipo ''Camilo Torres'' por parte del Club Sporting, San Vicente 29 de julio 1962.

9 Autorización del suscrito alcalde municipal de San Vicente (S.), 4 de septiembre 1962.

10 Resolución numero 001 del 27 de septiembre 1962.

11 Ibíd.

12 Telégrafo: Sporting. San Vicente, 6 de septiembre 1.963, AFRR.

13 Solicitud enviada a Lázaro Soto, Director Departamental de Educación Física, San Vicente, 9 de octubre 1963.

14 Correspondencia enviada a la emisora Atalaya y al diario Vanguardia Liberal, San Vicente, 9 de octubre 1963..

15 Los almacenes que se vincularon a la maratón son Zapatería Rey, Fotografía artística, El Nogo, Almacén Luz, Panadería Lozada, Sastrería Medellín, Granero la Bodeguita, Bavaria, Farmacia Santander, Caja Agraria, Sastrería Popular, Sastrería Moderna, Funeral Barato y el Teatro Cervantes.

16 Distribución de Trofeos y Premios Segunda Maratón de la Raza.12 de Octubre 1963.

17 Gustavo Abreu quien ocupó el segundo puesto en la maratón es vinculado como socio al Club Sporting y enviado con Alfonso Villamil y Juan de Dios Sanmiguel a representar el Club y el municipio en una competencia atlética organizada en Bucaramanga el 11 de noviembre de 1963.

18 Lista de Participantes y Patrocinadores III Maratón de la Raza, octubre 12 de 1964.

19 Circular enviada a todos los clubes sociales de san Vicente, 30 de septiembre 1964. No existe registro de la participación de los clubes sociales en la maratón con competidor o algún obsequio.

20 Informe presentado por Club Sporting de las labores desarrollados en Pro del Estadio Municipal. Dinero obtenido Baile Popular $150; Comercio Local $53.

21 Dinero obtenido por divisas o insignias $25,30. Ibíd.

22 El Club Sporting hizo entrega al tesorero del Comité Pro Estadio la suma de $128,3. Ibíd.

23 Los dineros obtenidos en las dos actividades sumaron cerca de $2.000,00. Palabras para la sesión de Asamblea General de Club Sporting.

24 Los fondos obtenidos en el bazar para la cancha de fútbol sumaron $1.500,00.Ibíd.

25 Exhortación.

26 Palabras para la sesión de Asamblea general.

27 Ibíd

28 Durante 1962 el Club Sporting tuvo a Vidali Lizcano y José Trujillo como secretarios. Desde 1963 hasta la renuncia de Jaime Ramírez el secretario fue Hernando Mujica quien se convirtió en el asistente del consultorio odontológico de Jaime en diciembre de 1964, aprendiendo – Mujica– la mecánica dental. Ibíd.

29 El promedio de votantes en San Vicente era de 10.500. Según Cesar Ayala Diago (1995) para 1966, a nivel nacional la abstención alcanzó la cifra de 63.1%, la más alta desde 1958.

30 Como lo plantea Mauricio Archila (1997): ''En las democracias modernas existen en forma diferenciada actores sociales y actores políticos. Los primeros encarnan demandas sentidas de los miembros de la sociedad civil, y los segundos serían los intermediarios entre ésta y el Estado. Para que cada uno de estos actores interactué en forma diferente sin debilitarse se requiere que cuenten con autonomía y capacidad de ejercerla. La primera para el caso de los actores sociales, sería la posibilidad de proponerse fines propios y hacerlos públicos sin presión ni cooptación del sistema político o del Estado. La posibilidad de llevarlas a cabo independientemente del éxito, sería el termómetro de su capacidad de ejercer dicha autonomía''.


 

 

Agradecimientos

El autor agradece a la familia Ramírez Rueda por haber permitido consultar sus archivos familiares, así como a los profesores Cesar Ayala Diago y Juan Alberto Rueda Cardozo por sus orientaciones, colaboración y confianza en la dirección de la investigación

 

Fuentes y bibliografía

Fuentes

Archivo Familia Ramírez Rueda. Propiedad Gabriela Rueda de Ramírez, San Vicente de Chucurí, 2002. El Club Sporting, correspondencia enviada y recibida, 1962-1965

Archivo Actas Concejo Municipal de San Vicente de Chucurí. 1962- 1970.

Entrevistas

Gabriela Rueda, Bogotá, 18 de mayo 2001.

Deogracias Peña, San Vicente de Chucurí, 12 de marzo 2003.

Hernando Mujica, San Vicente de Chucurí, 14 de marzo 2003.

José Pabón, San Vicente de Chucurí, mayo 10 de 2003.

Pedro Reyes, San Vicente de Chucurí, Marzo 13 de 2003.

Daniel Reyes Olarte. Girón, mayo 10 de 2003.

Periódicos

''ICT construye casas''. Vanguardia Liberal. 1962. Octubre 9.

''Campañas Cívicas en San Vicente.''Vanguardia Liberal. 1963. Octubre 07.

''Gran Maratón de la Raza se realiza hoy en San Vicente''.1963. Vanguardia Liberal. Octubre 9.

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Referencias

Fuentes

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Entrevistas

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Weber, Max. 1977. Economía y Sociedad. Bogotá: Fondo de Cultura Económica, Tomo I.

Cómo citar

APA

Parra Jaimes, R. (2009). El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí, 1962-1966. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, 1(1), 130–176. https://doi.org/10.15446/historelo.v1n1.9319

ACM

[1]
Parra Jaimes, R. 2009. El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí, 1962-1966. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local. 1, 1 (ene. 2009), 130–176. DOI:https://doi.org/10.15446/historelo.v1n1.9319.

ACS

(1)
Parra Jaimes, R. El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí, 1962-1966. Historelo.rev.hist.reg.local 2009, 1, 130-176.

ABNT

PARRA JAIMES, R. El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí, 1962-1966. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, [S. l.], v. 1, n. 1, p. 130–176, 2009. DOI: 10.15446/historelo.v1n1.9319. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/historelo/article/view/9319. Acesso em: 29 mar. 2024.

Chicago

Parra Jaimes, Rene. 2009. «El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí, 1962-1966». HiSTOReLo. Revista De Historia Regional Y Local 1 (1):130-76. https://doi.org/10.15446/historelo.v1n1.9319.

Harvard

Parra Jaimes, R. (2009) «El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí, 1962-1966», HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, 1(1), pp. 130–176. doi: 10.15446/historelo.v1n1.9319.

IEEE

[1]
R. Parra Jaimes, «El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí, 1962-1966», Historelo.rev.hist.reg.local, vol. 1, n.º 1, pp. 130–176, ene. 2009.

MLA

Parra Jaimes, R. «El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí, 1962-1966». HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, vol. 1, n.º 1, enero de 2009, pp. 130-76, doi:10.15446/historelo.v1n1.9319.

Turabian

Parra Jaimes, Rene. «El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí, 1962-1966». HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local 1, no. 1 (enero 1, 2009): 130–176. Accedido marzo 29, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/historelo/article/view/9319.

Vancouver

1.
Parra Jaimes R. El Club Sporting. Organización social en San Vicente de Chucurí, 1962-1966. Historelo.rev.hist.reg.local [Internet]. 1 de enero de 2009 [citado 29 de marzo de 2024];1(1):130-76. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/historelo/article/view/9319

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1. William Elvis Plata Quezada. (2020). Hacia un balance de la historiografía regional santandereana (Colombia): los municipios del área del río Sogamoso (1930-2017). Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, 25(1), p.223. https://doi.org/10.18273/revanu.v25n1-2020008.

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