Publicado

2013-07-01

Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000

DOI:

https://doi.org/10.15446/historelo.v5n10.39742

Palabras clave:

agricultura, colonización, inundaciones, Rivas, Costa Rica (es)

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Autores/as

  • Ana Yolanda Zuñiga Arias Universidad Nacional

El objetivo es mostrar cómo los procesos de apropiación y uso del suelo son factores que contribuyen a la vulnerabilidad, según el impacto de eventos naturales en el distrito de Rivas (Pérez Zeledón, Costa Rica). El artículo está estructurado en tres partes: primero se describe aspectos generales del lugar. Seguidamente, se caracteriza el proceso de colonización agrícola de la región y el paisaje hacia 1955. Finalmente, se presenta la incidencia de deslizamientos e inundaciones provocadas por tormentas tropicales y huracanes.  El análisis está sustentado principalmente en fuentes primarias escritas, orales y el Censo Agropecuario de 1955.

Palabras claves: agricultura, colonización, inundaciones, Rivas, Costa Rica.


Colonization, Farming, and Rains. Notes for a Local History of Rivas, Costa Rica, 1950-2000

Abstract

The aim is to show how the processes of appropriation and use land are factors that contribute to the vulnerability, under the impact of natural events in the district of Rivas (Perez Zeledon, Costa Rica). The article is structured in three parts: the first one describes general aspects of the place. Then, It is characterized the process of the agricultural colonization of the region and the landscape around 1955. Finally, it presents the incidence of landslides, and floods induced by tropical storms and hurricanes. The analysis is based mainly on primary sources written, oral, and the Agricultural Census of 1955.

Keywords: agriculture, colonization, floods, Rivas, Costa Rica.

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ARTÍCULO

 

Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000

 

Colonization, Farming, and Rains. Notes for a Local History of Rivas, Costa Rica, 1950-2000

 

 

Ana Yolanda Zúñiga Arias*

* Máster en Historia Aplicada con mención en Estudios Agrarios por la Universidad Nacional, Costa Rica. Docente e investigadora adscrita a la Escuela de Historia de la misma universidad. Ponente en diversos eventos nacionales e internacionales, autora y coautora de artículos científicos, capítulos de libro sobre historia social de la minería, la producción, colonización agrícola y fenómenos hidrometeorológicos en Costa Rica. Miembro del Consejo Editorial de la Revista Perspectivas de Universidad Nacional, Costa Rica, y del Observa-torio de Historia Agroecológica y Ambiental, Universidad Nacional, Costa Rica. Correo electrónico: yolanda.zuniga.arias@una.cr

 

Recepción: 02 de septiembre de 2013 Aceptación: 21 de octubre de 2013

 


Resumen

El objetivo es mostrar cómo los procesos de apropiación y uso del suelo son factores que contribuyen a la vulnerabilidad, según el impacto de eventos naturales en el distrito de Rivas (Pérez Zeledón, Costa Rica). El artículo está estructurado entres partes: primero se describe aspectos generales del lugar. Seguidamente, se caracteriza el proceso de colonización agrícola de la región y el paisaje hacia 1955. Finalmente, se presenta la incidencia de deslizamientos e inundaciones provocadas por tormentas tropicales y huracanes. El análisis está sustentado principalmente en fuentes primarias escritas, orales y el Censo Agropecuario de 1955.

Palabras Clave: agricultura, colonización, inundaciones, Rivas, Costa Rica.


Abstract

The aim is to show how the processes of appropriation and use land are factors that contribute to the vulnerability, under the impact of natural events in the district of Rivas (Perez Zeledon, Costa Rica). The article is structured in three parts: the first one describes general aspects of the place. Then, It is characterized the process of the agricultural colonization of the region and the landscape around 1955. Finally, it presents the incidence of landslides, and floods induced by tropical storms and hurricanes. The analysis is based mainly on primary sources written, oral, and the Agricultural Census of 1955.

Keywords: : agriculture, colonization, floods, Rivas, Costa Rica.


 

 

Introducción

El estudio de la historia regional y local lleva al historiador al análisis de procesos y casos concretos, que a veces son obviados al desarrollarse perspectivas generales. Partiendo de esta lógica, este artículo se centra en el distrito de Rivas que pertenece al cantón de Pérez Zeledón, Costa Rica. Se pretende rescatar la historia local y regional, con énfasis en aspectos como la colonización agrícola, el uso del suelo, el crecimiento demográfico y el impacto de fenómenos naturales. El fin es contribuir al conocimiento de los espacios rurales latinoamericanos, que aun cuando se encuentran en diferentes áreas geográficas comparten un pasado común y en ocasiones experimentan situaciones similares. Además, se parte de la concepción de estudiar los eventos naturales, considerando el desarrollo socio-histórico y agrícola previo de una comunidad que se vea impactada, por ejemplo, por una tormenta tropical o huracán.

La metodología y fuentes empleadas se encuentran dentro de la denominada ''historia aplicada'', la cual se enfoca al estudio de problemáticas contemporáneas, a través de un utillaje teórico y metodológico interdisciplinario.1 Así, se analiza la información obtenida de las siguientes fuentes: censos agropecuarios, censos de población, artículos periodísticos, fuentes secundarias e historia oral.

Este artículo al inicio ofrece ciertas generalidades del área de estudio y de su proceso de colonización agrícola. Seguidamente, expone algunas variables que se incluyen en el Censo Agropecuario de 1955, relacionadas con el tamaño y uso de las unidades productivas. Finalmente, enfatiza en el impacto de las inundaciones, los deslizamientos y sus efectos en el paisaje y la dinámica agrícola y económica de la zona.

Los tres hilos conductores señalados permiten una visión en conjunto de la historia local, en la cual se contemplan y relacionan diferentes procesos históricos, geográficos y el uso del territorio para explicar cómo estos aspectos contribuyen a la vulnerabilidad de la zona frente a deslizamientos e inundaciones, producto de fenómenos hidrometeorológicos. De esta manera, se enfoca la incidencia de eventos naturales, como parte de las condiciones histórico-geográficas en que se ha desarrollado el área afectada.

 

Ubicación del área en estudio: generalidades y demografía

El distrito de Rivas pertenece al cantón de Pérez Zeledón, Costa Rica, localizado en las coordenadas 09°25'21'' Lat. - 83°39'36'' Long. O. Ubicado al noroeste del cantón, limita al norte y oeste con la Cordillera de Talamanca, al este con el distrito de Páramo y al sur con los distritos el General y San Isidro. Abarca una superficie de 307,82 kilómetros cuadrados y 6591 habitantes, distribuidos en las poblaciones de Rivas centro, Tirrá, Alaska, Siberia (parte), Altamira, Ángeles, Boquete, San Juan Norte, San José, Buena Vista, Canaán, San Gerardo, Río Blanco, Chimirol, Chispa, Chuma, División (parte), Pueblo Nuevo, Playas, Playa Quesada, Piedra Alta, Guadalupe, Palmital, Monterrey, Herraduras.

Se ubica en una pendiente a 870 metros sobre el nivel del mar. Los dos ríos principales son el Buenavista y el Chirripo pacífico. Un factor importante, es que esta localidad se encuentra al pie de la cordillera en la cual se encuentra el punto más alto del país, el Cerro Chirripo a 3820 m.s.n.m, caracterizado por ser una zona de precipitación pluvial durante la mayor parte del año.

Es un área de alta actividad sísmica. Ejemplo de ello fue el terremoto registrado en 1983, el cual devastó algunos poblados. Es un referente para analizar el incremento de deslizamientos, que caen en los cauces de los ríos Buenavista y Chirripo Pacifico. Además, de otras amenazas naturales como sismos e inundaciones. Demográficamente, existen datos particulares para la localidad desde 1927, tal como lo muestra la tabla 1.

Durante los años en que se dio el proceso de colonización agrícola —de 1927 a 1950— el crecimiento poblacional fue mayor. Es la primera fase. Nótese que en un lapso de 23 años, la población creció aproximadamente en 6 veces. La llegada de migrantes con sus familias, la mayoría desde la Depresión Tectónica Central,2 extendió la dinámica colonizadora hacia las áreas más altas del Distrito y significó el inicio de la tala de árboles para habilitar áreas de cultivo, lo cual se dio hasta finales de la década de los setenta cuando se establecieron los parques nacionales y reservas de conservación forestal en el país. Indudablemente, el afán por hacer estas tierras cultivables acabó con la cobertura boscosa, quedando los terrenos expuestos. Al ser un área ubicada al pie de una cordillera, las precipitaciones provocaban que se desprendieran porciones de terreno, que se deslizaban fácilmente hacia las partes recién colonizadas.

Una segunda fase de crecimiento poblacional se ubica entre 1963 y 1973, cuando casi se duplica la población. En los años siguientes y hasta 1984 se mantiene estable, solamente varia en 88 habitantes. En los años posteriores se presenta un crecimiento hasta alcanzar más de 6000 habitantes en 1991. A partir de ese año se mantiene durante los siguientes 19 años.

Los diferentes ritmos en el crecimiento demográfico se asocian a la existencia de una frontera agrícola disponible, que disminuye a partir de 1973, cuando se manifiesta una tendencia hacia la estabilidad. Unido a lo anterior, en las últimas décadas del siglo XX, esta localidad sufrió el impacto de fenómenos naturales como el terremoto de 1983, los huracanes Gilbert y Juana en 1988, el huracán César en 1996, y el Huracán Mitch en 1998. Además, la zona experimentó un proceso masivo de emigración hacia Estados Unidos, que ha afectado indudablemente el comportamiento demográfico. Sin lugar a duda, las razones expuestas ayudan a comprender el porqué del estancamiento poblacional del Distrito en los últimos 20 años, cuando aumentó sólo en 316 habitantes.

La apropiación de la tierra también tuvo diferentes momentos que configuraron las dinámicas poblacionales y el uso del suelo, lo cual incidió en la inmigración hacia esa área. Lo anterior se observa durante el proceso de colonización, el desarrollo posterior de la agricultura y la presión demográfica, que se va dar en las tierras con mejores condiciones —en cuanto a vías de comunicación y servicios— o mejor ubicadas.

 

Colonización agrícola, apropiación y uso del suelo

En Costa Rica, a partir de la segunda mitad del siglo XIX, se da un gran estimulo al cultivo del café en el Valle Central, el cual incide en el proceso de colonización agrícola. La existencia de una frontera agrícola aledaña al área central del país, dónde se desarrollaba la actividad cafetalera, así como una política liberal para la colonización agrícola, posibilitaron el acceso a la tierra —aunque de modo heterogéneo— a individuos, familias, sociedades y compañías. Una de las preocupaciones fundamentales del Estado liberal fue el poblamiento del territorio nacional, y estimular el desarrollo de la actividad agrícola y el comercio intrarregional de productos agropecuarios.3

En el proceso colonizador se distinguen dos fases. La primera se establece entre 1840 y 1890, caracterizada por el estímulo a la actividad cafetalera que conllevó a la expansión del cultivo a San José, Heredia y Alajuela, y abrió la frontera agrícola en dirección noroccidental, siguiendo la ruta del Camino Nacional a Puntarenas.4 La segunda fase se extiende de 1890 a 1950, cuando se da la apertura de la frontera agrícola hacia las llanuras del norte y del Caribe, las tierras altas de Guanacaste (Tilarán y Abangares), la región sur (Valle de El General), la zona bananera del Pacífico Sur y la península de Nicoya.

 

Aspectos históricos de la colonización agrícola del Valle de El General: Rivas 1880-1950

En el caso específico del Valle El General, la colonización agrícola se da, de modo aproximado, entre 1880 y 1950. Al respecto existen estudios que analizan desde el punto de vista histórico las diferentes etapas del proceso, tomando en consideración el número de denuncios de terrenos, ocupación y establecimiento de redes de poder.5

El poblamiento de los territorios que comprendía el Valle, no fue uniforme ni simultáneo, se desarrolló según la ocupación de las tierras más cercanas a la cuenca del Río General y paulatinamente se extendió hacia las áreas aledañas. El crecimiento demográfico era sostenido y se incrementó durante las primeras décadas del siglo XX.

En 1892, el valle se adjudica administrativamente al cantón de Tarrazú, y a partir de 1927 al cantón de Dota. En 1931, se declara a Pérez Zeledón como el cantón número 19 de la provincia de San José. Los datos en cuanto a población, para los años de 1915 y 1920, son de 678 y 853 habitantes respectivamente, para una superficie de 1230,40 kilómetros cuadrados.6

En el valle, tal es el caso de Rivas, se desarrolló un proceso de colonización que abarcó diferentes etapas: en un primer momento se da la apertura de la frontera agrícola, que se caracteriza por realizarse de forma individual; hombres solos que migraban con parientes y amigos con el fin de ''acarrilar'' y denunciar un terreno.7 En un segundo periodo, entre 1920 a 1950, se da la colonización familiar, cuando el inmigrante venía acompañado de su familia o iniciaba la propia. ''El mecanismo de adquisición de la tierra era a través de la compra de derechos sin escrituras. En el momento de llegada, lo que encontraron fueron montañas acarriladas y pequeñas abras'' (Zúñiga 2000, 199). Por último, se da la etapa de fin de la frontera agrícola, en la cual se da la inmigración familiar a terrenos que ya están en producción, pero conservan áreas boscosas importantes.

 

Descripción del paisaje y principales actividades agropecuarias

El terreno que encontraron los colonizadores de Rivas durante la primera mitad del siglo XX, dista bastante del que se divisa en la actualidad, en el cual se identifican laderas cultivadas de café, algunos parches de maíz y frijol, y un predominio de pastos. Las vastas montañas que encontró el colonizador fueron taladas, sólo quedan algunos residuos en las partes más altas. Arnelio Valverde Rodríguez, un poblador de la zona nacido en el año 1936, describe lo que recuerda de su niñez:

Aquí en Rivas centro, donde estamos ahora, era solo tierras para trabajar y unos poquillos de café y caña. Ya más arriba sólo había montaña y pastos, y arriba solo montañas. Era muy difícil llegar, nosotros abrimos los caminos que van para arriba, a Chimirol y todo eso. Yo recuerdo que trabajábamos a pico y pala, y eran unos piedrones. Ya después se hizo un camino, pero al principio solo bestia pasaba. Llovía mucho, entonces las bestias se hundían en el barro y por otro lado quedaba la carga de café.8

En la década de los cincuenta se terminó el proceso de colonización, cabe mencionar que la mayor parte de la tierra ya había sido denunciada desde antes, pero solamente se había hecho las ''abras'' que pedía La ley, es decir no se habían cultivado en su totalidad.9

La colonización de un territorio está vinculada a las características topográficas y geográficas del mismo, pero también pesa la herencia cultural del inmigrante, el cual va a desarrollar formas de trabajo y cultivos, similares a los de su lugar de origen. De ahí que en estos terrenos, se siguiera con patrones de uso del suelo muy similares a los que se dieron en la Depresión Central, especialmente en la zona de los Santos caracterizada por ser un área de ladera, en la cual se desarrollan el cultivo de granos como maíz, frijol y café. Sin embargo, había una diferencia significativa, Rivas se ubica al pie de la cordillera más alta del país y con un régimen de precipitación constante durante todo el año. Lo cual se convierte en una condición de vulnerabilidad física que va a influir en el desarrollo agropecuario, apertura de vías de comunicación y el riesgo de deslizamientos e inundaciones. Así, se da la confluencia de factores físicos y antropológicos del paisaje en la conformación de la vulnerabilidad ante el impacto de las amenazas naturales señaladas.

En el Censo Agropecuario de 1955, Rivas aparece como distrito y se reporta información relativa a número y tamaño de propiedades, uso del suelo, y asociación de actividades agropecuarias. Ello permite una valoración más precisa del uso que se le daba al suelo, cuando se evidencia el fin de la frontera agrícola y el inicio de la agricultura comercial.

 

Una fotografía en blanco y negro del uso del suelo en Rivas: Censo Agropecuario de 1955

El Censo Agropecuario de 1955 permite caracterizar el proceso de repartición de la tierra y el desarrollo de las actividades agropecuarias, en un momento que evidencia una agricultura orientada al mercado interno y nacional, en la cual se destacan cultivos de un gran valor comercial como el café. Por otro lado, recrea la configuración del paisaje, de acuerdo con los principales usos que se da a la superficie agrícola.10

La tabla 2 sintetiza los datos referentes al total de fincas, número de parcelas, el total en ''manzanas'' y el tamaño promedio de las propiedades.11 Cabe destacar que por la cantidad de parcelas, se nota que solo un propietario tenía su finca dividida en varias partes.

El tamaño de las propiedades varía desde 1 manzana hasta 513 manzanas, radio que tiene la propiedad más grande declarada en el Censo, lo que evidencia una clara diferenciación en el tamaño de las propiedades y por ende un proceso de concentración. En la tabla 3 se muestran los datos según grupo de tamaño de las propiedades, para ello se toma un promedio de 9 manzanas para cada subdivisión, lo que da un total de 16 categorías.

A partir de los datos de la tabla anterior, se distinguen tres grupos de propietarios. El primero abarca el 71,6% de las fincas (125), tiene entre 1 y 49 manzanas de tamaño, de éstas el 32,6% de la fincas (57) posee una extensión menor a 9 manzanas que comprenden únicamente el 2,7% del área total, 2333 manzanas. En total suman el 26,13% del área total que equivale a 2224,2 manzanas. Es decir el 70% de los productores ocupa poco más de la cuarta parte del área total del Distrito, lo que evidencia una desigualdad en el tamaño de las propiedades y una evidente concentración de la tierra por parte del 30% de los propietarios restantes.

El segundo grupo lo componen las fincas entre 50 a 99 manzanas, que representan el 14,8% de las fincas (26) y absorben un 21,5% del área total, es decir 1828,5 manzanas. Finalmente, se reconoce un tercer grupo compuesto por el 13,7% de las fincas, que suma 24 y que concentra el 52,33% de la tierra con un total de 4440,6 manzanas.

Por lo general, las propiedades pequeñas, se ubican en las áreas más cercanas a los centros poblacionales, lo que genera la tala de bosques y el uso intensivo del suelo en las áreas más cercanas a los cauces de ríos y quebradas. Condición que aumenta la vulnerabilidad por deslizamientos, pues estos terrenos sin cobertura quedan expuestos a recibir directamente las precipitaciones fluviales y pierden con el tiempo la capacidad de drenaje. Dado los datos del Censo, hacia 1955 Rivas se encuentra expuesto a estas amenazas que se verán acentuadas por el uso que se le da a la superficie agrícola.

La tabla 4 permite analizar las características del uso del suelo. Es notable que cerca del 70% de la tierra tenga algún uso, coincidiendo con una de las condiciones para el denuncio de tierras, según la legislación agraria costarricense. Destacan tres usos de la superficie agrícola: potreros y repastos, que suman el 31,3% de la tierra, para un total de 2.656,2 manzanas; los ''cultivos anuales''12 representan el 8,1% y abarcan 746,4 manzanas, y el tercer uso, son los ''cultivos permanentes'',13 que comprenden el 3,9% de la tierra, 330,8 manzanas.

El total de la tierra usada es el 43,3%, el cual concentra 3733,4 manzanas. La superficie restante —el 32,1% del total 2724,5 manzanas— no tiene uso y se preserva como bosque. Existe una porción del territorio que tiene cierto uso, pero que en el momento del Censo no aparece como ''charral'',14 éstas representan el 23,9% del total y abarcan 1728,2 manzanas.

En cuanto a las tierras sin uso declarado surgen tres posibles explicaciones: la primera, son tierras que están en descanso para el momento del Censo; la segunda, se abandonaron porque no eran aptas para cultivar o por sus condiciones topográficas, y la tercera, fueron explotadas sólo en el momento del denuncio y se dejaron a la espera de un comprador o de la apertura de un camino transitable. Las tres explicaciones son viables en un lugar que se caracteriza por ser quebrado, sin caminos transitables para la fecha y con una inmigración de grupos familiares extensos, que empiezan a subdividir las propiedades de sus progenitores.

Respecto a las asociaciones de cultivos y actividades agrícolas, el panorama es diverso y complejo para las 175 fincas, ya que existen unas 38 combinaciones distintas, lo cual evidencia la diversidad agrícola del área. Para analizar dichas agrupaciones se ha establecido tres categorías: la primera, corresponde aquellas que combinan los granos con otros cultivos; la segunda, asocia granos con otros cultivos más pastos, y la tercera, incluye cultivos y explotación forestal.

La combinación de diversos cultivos se da en el 33 % de los casos (58 fincas), sin embargo abarca un área relativamente pequeña, pues en total alcanzan el 13,73% o 1166,1 manzanas. El tamaño de las propiedades es pequeño, por lo que se deriva que es una economía de subsistencia basada en el cultivo de granos, en algunos casos acompañada de café o caña de azúcar y de ''musáceas''. Estas últimas eran frecuentes en los sembradíos de café y formaban parte de la sombra; por lo general, lo que más se cultivaba era banano y plátano.

El 54,58% de las fincas, un total de 98, combina diversos cultivos con pastos, que se extienden en el 70,85% del área total (6016,6 manzanas). En esta categoría sobresalen las fincas que combinan cultivos anuales, cultivos permanentes y musáceos con pastos; lo cual evidencia unidades productivas policultivistas que probablemente generen un excedente en el mercado más cercano. En estas fincas también se declara en uso potreros y repastos, por lo cual se asocia a la tenencia de animales vacuno y caballar dentro de la misma unidad productiva. Esta situación es común en área de frontera agrícola reciente y donde se desarrolla una economía familiar, ya no solo para subsistencia sino con fines comerciales.

Finalmente, en las fincas restantes aparece la explotación forestal asociada con otros cultivos. Cabe destacar que las actividades predominantes en estas unidades son la producción de carbón para uso doméstico y la extracción de madera, para la construcción de viviendas, cercados, corrales y probablemente para la venta.

Hacia 1955 en Rivas era evidente la diversidad de usos del suelo y asociaciones de cultivos, lo cual evidencia la fertilidad del terreno, en los cuáles los agricultores desarrollaban diferentes actividades que les permitía mantener su familia y en algunos casos generaban excedentes para la venta. Por otro lado, se desarrollaban cultivos como la caña y el café, que por su naturaleza son considerados permanentes. Al respecto, Leogivildo Mora Valverde, un inmigrante que llegó al lugar en el año sesenta, expresa lo siguiente:

El paisaje era muy lindo [...]. Lo que había aquí de cultivo aquí era un poco de café allá abajo que tenía el dueño, lo demás eran puros breñones para trabajar [...] café arábigo, no había caturra. Ahora tenemos caturra. Eso era fantástico, aquí se cogía maíz, frijoles, ayotes; yo jalaba [traía] los ayotes para cuidar cerdos, quinientos en la carreta. Aquello era uno encima del otro, como usted quisiera de ayotes [...]. El maíz era mala hierba, fíjese que yo, no sé si usted habrá oído decir de la guía, cuando uno va a coger maíz se hace una guía, deja una mata alta y le limpia aquí, uno va cogiendo aquí y tirando la mazorca y en las guías, se engranaba el maíz y después yo iba a recoger elotes [mazorca de maíz] en el breñón [ladera cultivada] porque se criaban unas matonas ahí y echaban elotes allá en el breñón.16

El Consejo Nacional de la Producción (CNP) había instalado bodegas para la compra de granos en el cantón desde 1950.17 En el caso del café se empezaba a extender en todo el cantón, razón por la cual en 1952 se instala el primer beneficio de café de propiedad del Banco Nacional de Costa Rica, ''beneficiando unas cinco mil fanegas al año'' (Hall 1991, 135). Posteriormente, en 1961, se crea Coopeagri General R.L, una cooperativa agrícola dedicada a la comercialización del café y la caña de azúcar, que amplió sus servicios a otras áreas como lácteas, y establecimientos de supermercados y ahorro.

Las condiciones topográficas del terreno no fueron impedimento para el desarrollo agrícola del Distrito, por el contrario estimuló la experimentación con cultivos. Además, la mayoría de los colonizadores procedían de la zona de los Santos —Santa María de Dota y Tarrazú— con características topográficas similares, por tanto ya tenían experiencia previas en cultivos de ladera, de ahí que desarrollaran también el café, típico de la zona de procedencia. Sin embargo, el uso intensivo del suelo acabo con los terrenos con mejores condiciones topográficas para la agricultura y aceleró la deforestación hasta donde la altura lo permitió. Lo anterior se convirtió con el transcurso de los años en un factor agravante de la vulnerabilidad física del territorio a los deslizamientos e inundaciones, causados por disturbios hidrometeorológicos, por la fragilidad de los terrenos y la pérdida de drenaje que condujeron a la erosión y resquebrajamiento de los mismos.

De este modo, los vecinos de Rivas han tenido que enfrentar episodios de emergencias frente a los deslizamientos e inundaciones que provocan los ríos Buena Vista y Chirripo pacífico. Los impactos se registran en la destrucción de caminos, puentes, casas y cultivos. En algunas de las boletas consultadas del Censo se anotaba en ''observaciones'', la pérdida de la cosecha por lluvias o el camino intransitable debido al mismo fenómeno, lo cual sitúa su origen desde los inicios de la colonización.

 

Inundaciones y deslizamientos: impactos en el paisaje y en la población

El estudio de las amenazas naturales durante varias décadas estuvo dominado por enfoques estructuralistas y fiscalistas, en los cuales se detallaban los daños causados y se veían como algo inevitable, además de utilizar el término ''desastre natural'' para referirse a ellos.18 Sin embargo, a partir de 1991, cuando se crea la Red Latinoamericana para la Prevención de Desastres en América Latina,19 se implementan nuevos enfoques para estudiar tales eventos. De estas discusiones surge la tesis sostenida por la Red de que los desastres no son naturales, sino que son producto de otras condiciones sociohistóricas, geográficas, geológicas, topográficas y humanas que vienen a agravar el impacto de las diversas amenazas naturales. Desde esta perspectiva, se enmarca el análisis efectuado, en el cual se ha venido señalando y caracterizando diversos procesos que de una u otra forma, se involucran en la construcción histórica de la vulnerabilidad.

Así, el estudio de inundaciones y deslizamientos en Rivas se observa dentro de la dinámica propia de la región, por lo cual se destacan ciertos factores que han contribuido a la vulnerabilidad frente a tales eventos. No viéndose como espacios de la realidad aislados, sino incorporándolos al desarrollo histórico local. No hay duda que los efectos de un proceso de colonización tardío, asociado a una ocupación intensiva en un área ubicada al pie de la cordillera más alta del país, se convirtieron en detonantes de condiciones de vulnerabilidad y riesgo de deslizamientos e inundaciones durante la época lluviosa. Unido a ello se agrega el impacto del terremoto de 1983.20

En Rivas durante la estación lluviosa, que transcurre de mayo a noviembre, las comunidades se ven afectadas por los deslizamientos que caen en los caminos de acceso quedando incomunicados por varios días. El mismo río Buenavista arrasa con puentes y caminos a su alrededor. La red vial actual es de lastre con piedra, sin embargo unas décadas atrás, se recuerda que:

Aquí no había camino, había que hacerlos y apenas eran para que pasará una bestia. Después con Figueres, el viejo, fue que se hizo el camino con máquina hasta San Gerardo y todo por allá arriba. Eran unos barriales en el invierno, porque al inicio era de tierra, ya después le echaron piedra como ahora.21

En Costa Rica durante la década de los setenta, en las administraciones de José Figueres Ferrer (1970-1974) y Daniel Oduber Quiros (1974-1978), se avanzó progresivamente en la apertura y construcción de caminos vecinales que interconectaran las diversas regiones del país. El cantón Pérez Zeledón no estuvo exento de ello. La mayor parte de puentes y caminos se construyeron durante ese periodo. Al contar con vías de acceso los productores podían sacar sus productos al mercado local y las beneficiadoras donde hubiera café construían edificaciones apropiadas para recibir el grano. El café era llevado por los productores en bestias o carretas, y luego se trasportaba en camión hasta el beneficio. De igual modo, en las zonas productoras de frijol y maíz, el CNP llegaba hasta los principales poblados para la compra del grano.

Los diferentes poblados que conforman el distrito de Rivas se fueron involucrando en las actividades comerciales de la época. Sin embargo, desde 1971 el Distrito empezó a referenciarse en la prensa nacional por causa del río Buena Vista. Un informe del 21 de septiembre de 1971 indica como por la tormenta Olivia,22 que azotaba al país en ese momento en Rivas de Pérez Zeledón por el río Buena Vista, una cabeza de agua arrasó a un niño de siete años que estaba pescando. También se informa que en

Pueblo Nuevo de San Isidro de El General, se desprendió un montículo de tierra que estaba junto a la carretera. El desprendimiento de tierra abarca entre dos y tres kilómetros de largo hasta la desembocadura de río Buena Vista. Al inundarse la zona ante el taponamiento del río, una casa fue arrastrada totalmente, dejándola sobre otra residencia a varios metros de su lugar original. Las familias que habitaban estas casas al escuchar el ruido provocado por el derrumbe y los objetos que arrastraba el ruido, lograron ponerse a salvo antes de ser arrastrados por la correntada. Otras cinco familias fueron evacuadas por encontrarse en zonas muy peligrosas. Dichosamente no se registró ninguna desgracia personal que lamentar.23

Los deslizamientos y desbordamientos del río son una situación con la que aprendieron a vivir los pobladores. El fenómeno afecta a los vecinos de las partes altas y a los que se asentaron en el centro del Distrito; por ser la parte más baja, cuando el río sale de su cauce inunda todo el pueblo, sus casas, comercio, instituciones educativas y templos.

Durante la década 1980 el país vivió diferentes procesos políticos y económicos que marcaron el camino a seguir en materia de desarrollo económico y social. Con la aprobación de los Programas de Ajuste Estructural (PAE), el primero en 1984 y el segundo en 1987, se modificaron algunas de las instituciones estatales. Una de las más afectadas con la reestructuración fue el CNP que a partir del PAE dejo de comprar los granos a los productores, lo cual afectó el precio de productos como el maíz y frijol, y a su vez impactó a los productores agropecuarios de Rivas. Sumado a lo anterior en 1989 se desata una de las mayores crisis cafetaleras de la historia costarricense con el rompimiento del sistema de cuotas del café.24 Estos eventos provocaron la trasformación de las actividades agropecuarias, la ruina de algunos productores y contribuyeron a la migración como ya se apuntó.

A las trasformaciones socioeconómicas vividas por los habitantes se les suma el impacto de eventos naturales que afectaron directamente al distrito. El primero de ellos fue el terremoto del 2 de julio de 1983, que tuvo como epicentro la comunidad de Buenavista de Rivas. Los vecinos indican que los deslizamientos y afectaciones durante la estación lluviosa son mayores después de dicho terremoto:

Aquí el rio empezó a dar problemas después del terremoto, porque se vino un poco de montaña desde allá arriba, entonces todos los años cuando llueve se va viniendo un poco más. Antes llovía, muchísimo, pero el rio no se salía. Después del terremoto, sí, se vienen barrancos y caen al río y cuando suena es la presa [sedimentos y material acumulado] que trae.25

Tan solo veinte días después del terremoto, se publica en la prensa nacional: ''En Rivas y Buena Vista un derrumbe ocasionó el desbordamiento de una quebrada obligando a la evacuación de algunas familias. Hasta el momento no hay desgracias personales ni daños materiales''.26

La topografía, la altura y la desforestación son factores que influyen en la vulnerabilidad física del Distrito al sufrir deslizamientos en las partes altas e inundaciones en las planicies alrededor de los ríos Buenavista y General. Además, la cercanía con las montañas del Cerro Buenavista y Chirripo, que presentan regímenes de precipitación abundante durante todo el año, hace que los terrenos húmedos, se vayan deslizando poco a poco.

En 1988, el país fue afectado, indirectamente, por dos huracanes: Gilbert y Juana. El primero de ellos se dio entre el 13 y el 16 de setiembre. Según un informe presentado a la Comisión Nacional de Emergencia se detallan las siguientes afectaciones en el distrito de Rivas:

En la comunidad de Herradura Esta comunidad tiene el camino de acceso totalmente inservible, agrietado lleno de rocas, por una distancia de 2 km., puente no en servicio ya que el río hizo cauce a ambos lados del mismo. Los vecinos se ven afectados para sacar la producción de leche, legumbres y café.27

Las comunidades de Alaska, La Piedra de Rivas, Buena Vista, Pueblo Nuevo, Palmital y caseríos adyacentes:

Se ven afectados por la destrucción del camino en dos partes, donde el río ha tomado su cauce, estas comunidades necesitan urgentemente el arreglo de este camino ya que no es posible sacar los productos agrícolas principalmente tomate, leche, café y otros. El suministro de alimentos a esas comunidades es sumamente crítico, dadas las condiciones mencionadas anteriormente''.28

Por último se menciona en el informe, Tirrá de Rivas, ''esta comunidad necesita reencausar el río Buena Vista el cual corre sobre parte del camino hacia esta, no permitiendo el uso del mismo''.29

En la determinación de prioridades la Comisión que preparó el informe, recomienda la solución inmediata de los siguientes problemas: 1) Reencauce del Río Buena Vista en las partes desviadas; 2) Reencauce del Río General en las partes afectadas; 3) Arreglo de caminos y puentes hacia la zona de Herradura; y 4) Arreglo de camino en la parte afectada hacia la zona de Pueblo Nuevo.

Las afectaciones causadas por las lluvias durante el paso del Gilbert afectaron, no solo el cauce de los ríos sino que provocaron desbordamientos y pérdidas en productos agrícolas. La interrupción de vías de acceso provocó que estas comunidades quedaran aisladas y no pudieran sacar sus productos agrícolas, principalmente el café que estaba en su época de cosecha. La Comisión estableció las acciones señaladas como de ''urgente solución''. Sin embargo, no paso un mes cuando un nuevo huracán afectó al país, aumentando las condiciones de vulnerabilidad del distrito y probablemente la mayoría de las obras no se habían ejecutado en su totalidad. Situaciones similares se dieron en julio de 1996 con el huracán César.

Varios pueblos pequeños prácticamente fueron borrados del mapa, como Brujo, y otros más grandes, como Rivas de Pérez Zeledón, vieron como el río Buena Vista cambio de cauce y se apoderó de la calle principal, arrancó casas y destruyó el acueducto y el sistema de fluido eléctrico.30

Un mes después del paso del huracán César, se publicó un amplio reportaje en el periódico La Nación,

Agricultores y jornaleros en su mayoría, nos confiaron su temor por lo que pueda suceder sino sacan a tiempo las cosechas de café, hortalizas y frutas. ''Si no hay por dónde sacar el café, tendré que dejar que se pierda'', comentó Porfirio Camacho, de Pueblo Nuevo de Rivas mientras acariciaba una hoja de sus cafetos. Pero el temor no los paraliza. Internados en la montaña, ''rajando madera pa levantar los puentes'', como nos dijo don Claudio Cordero Mora, también de Pueblo Nuevo; o ''usando pala para abrir caminos en lugar de limpiar la milpa'', como afirmó Jorge Fonseca, lechero de Zapotal de Providencia, los vecinos se arremangaron sus camisas para levantar lo que el río y las lluvias redujeron a escombros en cuestión de minutos.31

La nota refleja la realidad que viven los pobladores de regiones como Rivas y probablemente, se repita en cada pueblo latinoamericano que viva situaciones similares, ante la vulnerabilidad a estos eventos naturales.

 

Reflexión de cierre

El estudio de los eventos naturales que afectan un territorio, a partir de las condiciones históricas en que se ha desarrollado, permite ubicar no solo los efectos más inmediatos, sino las características previas a que se dieron en el mismo. Aquí entran a consideración variables como: ubicación, geología y topografía del terreno, regímenes de precipitación, amenazas naturales existentes, cercanía a cauces de ríos, uso que se le da a la tierra, deforestación, localización de asentamientos humanos, así como factores sociohistóricos como: colonización agrícola, establecimientos de instituciones públicas, comercio local, políticas estatales. De este modo, se establece el evento a partir de un contexto con mayor explicación, lo cual hace verlo no como una fatalidad aislada del resto de circunstancias que lo acompañaron.

Se puede destacar que en Rivas, la confluencia de condiciones históricas y geográficas iniciadas con un proceso de colonización tardía, en un área de difícil acceso y ubicada en una pendiente al pie del cerro más alto del país, la urgencia por convertir las tierras vírgenes en áreas de cultivo, y el posterior uso intensivo que se da a los terrenos mejor ubicadas, fueron condiciones que incidieron directamente en la conformación del paisaje, el desarrollo agropecuario y la vulnerabilidad frente a fenómenos de origen hidrometeorológico.

La presencia de distintas amenazas naturales como deslizamientos, inundaciones y el terremoto de 1983 hacen que la localidad se convierta históricamente en una de las vulnerables frente al impacto de tormentas tropicales y huracanes en el país. No obstante de estar situada lejos de las costas y de ríos con mucho mayor caudal, y aunque parezca protegida por las tierras que ascienden hasta el Cerro Chirripo.

Los deslizamientos se han convertido en una amenaza constante durante la estación lluviosa, provocando derrumbes en los caminos, pérdida de cosechas, puentes dañados y el temor generalizado entre los vecinos de que se desprendan los terrenos más altos. También en las partes más bajas cada vez que se registran copiosas precipitaciones, la fuerza de la corriente del rio les anuncia y les recuerda que deben estar alertas porque en cualquier momento se desborda.

El objetivo de estudiar está comunidad fue precisamente para ubicar el contexto en que se originan los deslizamientos e inundaciones que la han afectado y vincular la vulnerabilidad física del lugar con las acciones realizadas por el ser humano, desde la ocupación y transformación de un territorio. Lo anterior para visualizar como la relación de los factores señalados, se convierten en condiciones atenuantes del riesgo y vulnerabilidad de esta población ante tales eventos. Por otro lado, permite desde la investigación histórica generar un aporte para el conocimiento de una problemática que aqueja a diversidad de pueblos en nuestro continente y otras áreas del orbe. De ahí que un enfoque integral como el realizado, permite estudiar el tema desde diferentes aristas, para conocer no solo los detonantes, sino el contexto que lo precede, durante y después del impacto. Así, un estudio de historia local puede transcender las fronteras, no solo territoriales sino también disciplinarias.

 


Notas al pie

1. El artículo es derivado del proyecto de investigación ''Los huracanes en Costa Rica: impacto agroecológico y riesgo social, 1970-2010. II etapa'', desarrollado en la Escuela de Historia de la Universidad Nacional, Costa Rica entre 2011 y 2012.

2. Se denomina con ese nombre a la parte central del país, en la cual se destaca la cordillera volcánica central y el valle central del país, donde se ubica la capital San José y otras ciudades importantes como Cartago, San José y Alajuela. Durante el proceso de expansión cafetalera, entre 1840 y 1880, se generó un proceso de expulsión de población y el Estado impulso el poblamiento de áreas alejadas, para introducir el café en esas tierras.

3. Respecto a legislación agraria en Costa Rica para finales del siglo XIX y primera mitad del XX, están los estudios de Hilje (1993) y Salas (1983).

4. A mediados del siglo XIX, se promovieron frentes de colonización hacia el Oriente del Valle Central, especialmente en los valles de Reventazón y Turrialba, y a al sur de San José (Candelaria, Dota y Puriscal).

5. Véase los estudios de Sandner (1961 y 1964), Gutiérrez (1983) y Solís (1981).

6. Según República de Costa Rica (1915, 16) y República de Costa Rica (1920,18).

7. Acarrilar es el término utilizado para designar el derecho a denunciar un terreno. Consistía en talar la montaña en forma de hilera, al final tenía que quedar un cuadrado o rectángulo, la superficie que quedaba dentro era la cantidad de tierra que podía denunciarse ante el Juzgado Contencioso Administrativo.

8. Entrevista (2011) con Arnelio Valverde Rodríguez, Rivas de Pérez Zeledón (Costa Rica), marzo 29. Entrevista realizada por Rafael Ledezma y Ana Zúñiga.

9. Para denunciar un terreno era necesario acarrilarlo y tener una ''abra'' o espacio de cultivo.

10. Para este análisis se construyó una base de datos, a partir de 175 boletas originales e individuales del Censo Agropecuario de 1955, en la cual se incluyó: número de boleta, nombre del productor, número de parcelas, extensión de la finca en manzanas, uso del suelo según número de fincas y área para cada uno, actividades agropecuarias. Posteriormente, se construyeron los cuadros que se presentan en este artículo.

11. La unidad de medida que se utiliza en el Censo Agropecuario de 1955, es la manzana que equivale a 7000 metros cuadrados, es decir 0,7 hectáreas.

12. Estos cultivos fueron principalmente de maíz y frijol.

13. Los cultivos permanentes fueron el café y la caña.

14. El ''charral'' se refiere a terrenos que fueron cultivados o áreas de pastos que se dejan sin laborar, por lo cual con el transcurso del tiempo se convierte en matorrales.

15. Cultivo de plátano y banano.

16. Entrevista (2012) con Leogivildo Mora Valverde, Rivas Pérez Zeledón (Costa Rica), marzo 29. Entrevista realizada por Rafael Ledezma y Ana Zúñiga.

17. Al respecto en la prensa escrita aparece un anuncio: Consejo Nacional de la Producción. 1950. ''Anuncio en el cual se autoriza al señor Romilio Durán, para comprar frijol y maíz en San Isidro de El General'', Diario de Costa Rica, San José, septiembre 1, 2.

18. Las ciencias sociales son marginadas en estos enfoques. Según Torres y Zúñiga (2011, 5) ''una consecuencia de esta visión es que los desastres no se conciben como una parte integral del espectro de relaciones seres humanos-naturaleza o dependientes directamente de ella, sino como un problema temporal y territorialmente limitado''.

19. Uno de los fundadores de la Red es Alam Lavell, editor de diversas publicaciones junto con otros investigadores de la Red. En torno al tema en mención se destacan las publicaciones de Lavell y Arroyo (1997); Lavell y Franco (1996); Maskrey (1993); y Blaikie, Cannon, Ian y Wisner (1996).

20. El 3 de julio de 1983 se registraron dos sismos, el primero a las 11:13:43, hora local con una magnitud de 5,1 el segundo 40 segundos después, de 6,1. Cf. Mora y Peraldo (2011).

21. Entrevista (2012) con Arnelio Valverde Rodríguez, Rivas Pérez Zeledón (Costa Rica), marzo 29. Entrevista realizada por Rafael Ledezma y Ana Zúñiga.

22. Se refiere a una tormenta tropical originada en el mar Caribe.

23. [s.a.]. 1971. ''Por inundaciones 8 millones pierden los bananeros ticos''. Prensa Libre, San José, septiembre 21, 1-2.

24. Conocido como el Convenio Internacional del Café, en la década de los ochenta estaban vigentes los convenios de 1976 y 1983. Según Pelupessy (1993, 33): ''Con estos convenios se intento armonizar anualmente la demanda y la oferta dentro de ciertos límites de precios, por medio de cuotas de mercado para los países productores participantes''.

25. Entrevista (2012) con Arnelio Valverde Rodríguez, Rivas Pérez Zeledón (Costa Rica), marzo 29. Entrevista realizada por Rafael Ledezma y Ana Zúñiga.

26. [s.a.]. 1983. ''Cerrado paso por la interamericana''. Prensa Libre, San José, julio 23, 1.

27. Archivo Municipal de la Municipalidad de Pérez Zeledón (en adelante AMMPZ), Comisión Ad Hoc de Emergencia Pérez Zeledón, 1988, ''Informe presentado a la Comisión Nacional de Emergencia'', septiembre 19, 5.

28. AMMPZ, Comisión Ad Hoc de Emergencia Pérez Zeledón, 1988, ''Informe presentado a la Comisión Nacional de Emergencia'', septiembre 19, 5.

29. AMMPZ, Comisión Ad Hoc de Emergencia Pérez Zeledón, 1988, ''Informe presentado a la Comisión Nacional de Emergencia'', septiembre 19, 5.

30. [s.a.]. 1996b. ''Figueres puso orden en Pérez Zeledón. Amenaza sanitaria pende sobre Parrita''. La Nación, San José, agosto 1, 6a.

31. [s.a.]. 1996a. ''César sigue entre nosotros''. La Nación, San José, agosto 25, 4a, 5a y 6a.


 

 

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Cómo citar

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Zuñiga Arias, A. Y. (2013). Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, 5(10), 236–268. https://doi.org/10.15446/historelo.v5n10.39742

ACM

[1]
Zuñiga Arias, A.Y. 2013. Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local. 5, 10 (jul. 2013), 236–268. DOI:https://doi.org/10.15446/historelo.v5n10.39742.

ACS

(1)
Zuñiga Arias, A. Y. Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000. Historelo.rev.hist.reg.local 2013, 5, 236-268.

ABNT

ZUÑIGA ARIAS, A. Y. Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000. HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, [S. l.], v. 5, n. 10, p. 236–268, 2013. DOI: 10.15446/historelo.v5n10.39742. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/historelo/article/view/39742. Acesso em: 28 mar. 2024.

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Zuñiga Arias, Ana Yolanda. 2013. «Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000». HiSTOReLo. Revista De Historia Regional Y Local 5 (10):236-68. https://doi.org/10.15446/historelo.v5n10.39742.

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Zuñiga Arias, A. Y. (2013) «Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000», HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, 5(10), pp. 236–268. doi: 10.15446/historelo.v5n10.39742.

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[1]
A. Y. Zuñiga Arias, «Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000», Historelo.rev.hist.reg.local, vol. 5, n.º 10, pp. 236–268, jul. 2013.

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Zuñiga Arias, A. Y. «Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000». HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local, vol. 5, n.º 10, julio de 2013, pp. 236-68, doi:10.15446/historelo.v5n10.39742.

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Zuñiga Arias, Ana Yolanda. «Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000». HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local 5, no. 10 (julio 1, 2013): 236–268. Accedido marzo 28, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/historelo/article/view/39742.

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Zuñiga Arias AY. Colonización, agricultura y lluvias. Apuntes para una historia local de Rivas, Costa Rica, 1950-2000. Historelo.rev.hist.reg.local [Internet]. 1 de julio de 2013 [citado 28 de marzo de 2024];5(10):236-68. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/historelo/article/view/39742

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