La autohemoterapia en el tratamiento de la papilomatosis

El día 3 de mayo de 1932 fue tra.do a la Clínica Quirúrgica de la Escuela un perro, con el objeto de que se le extirpara una crecida cantidad de papilomas, o de acuerdo con el término empírico de verrugas.

El estado fisiológico del animal no era bueno, dada la abundancia de neoformaciones en los labios, lengua, paladar superior e inferior y laringe. La abundancia de papilomas en esos sitios imposibilitaban al animal para masticar los alimentos, de donde provenian algunos disturbios gástricos que presentaba.

Tenía, además, marcado tialismo que le manaba de los labios, despidiendo un olor fétido casi insoportable, causado indudablemente por la descomposición de los residuos alimenticios en los espacios formados por los papilomas.

Se pensó inmediatamente en el tratamiento quirúrgico, por ser este el que mejores resultados ha dado en la Clínica de la Escuela en esos casos. Con todo, como la abundancia de papilomas era tal que se hacía imposible extirparlos en una sola intervención, no solo por la hemorragia sino también por los disturbios que se producirian en el animal, dada la región en que deba operarse, se convino en extirpar los más grandes, con lo cual desaparecerian los pequeños, según observaciones ya hechas por el doctor Juan N. Cubillos, Profesor de la clase de Clínica Quirúrgica.