Reglamentación del expendio de carnes

La Resolución número 537, por medio de la cual se reglamenta el expendio de carnes, y la que reproducimos en otra página de esta edición, contiene disposiciones muy sabias y de ,importancia trascendental para la salubridad pública. Esperamos que se aplique, en todas sus partes, con la energía necesaria, a fin de que surta los benéficos resultados que deben esperarse de ella.

La conservación antihigiénica de las carnes, y las diferentes manipulaciones y contactos a que ellas se encuentran sujetas después del sacrificio del animal, representan una fuente muy temible de contaminaciones peligrosas para la salud del consumidor. ¿De qué sirve una cuidadosa inspección sanitaria del animal sacrificado, el decomiso de carnes y visceras enfermas y las demás medidas de policía sanitaria, si las carnes se trasportan luégo en carros sucios y se las pone en contacto con todas las impurezas de la calle, para venderlas en expendios en donde no existe la limpieza más elemental, y en donde son manipuladas por manos sucias y acaso contaminadas con gérmenes peligrosos? ¿De qué sirve inspeccionar y sellar las carnes en los mataderos públicos, como control de la visita sanitaria, si después no se impide el que carnes no selladas y de procedencia ignorada se vendan en los expendios destinados para ello?