Movilidad humana: una revisión teórica aplicable de los flujos migratorios en España
Human Mobility: An Applicable Theoretical Review of Migratory Flows in Spain
DOI:
https://doi.org/10.15446/frdcp.n18.79873Palabras clave:
Migraciones, factores, teorías del desarrollo, movilidad humana (es)Migrations, factors, theories of development, human mobility (en)
Recibido: 23 de mayo de 2019; Aceptado: 29 de noviembre de 2019
Resumen
El texto tiene el objetivo de realizar una revisión teórica aplicable entorno a las migraciones en el contexto particular español. Se ha realizado una revisión bibliográfica aplicable disponible en torno al tema, con el fin de ofrecer una recopilación y selección de la información disponible a este respecto partiendo de la dicotomía que haría en su momento López de Lera (1995), los que “vienen a descansar y los que vienen a trabajar”. Es importante porque el desarrollo teórico de sendas perspectivas de la migración es divergente. Este es el aporte del texto, realizar un recorrido por los dos caminos migratorios y delimitar las principales corrientes.
Palabras clave
migraciones, factores sociales, movilidad humana, lifestyle , España.Abstract
The aim of the text is to carry out a theoretical review applicable to migration in the specific context of Spain. An applicable bibliographical review available on the subject has been carried out, with the aim of offering a compilation and selection of the information available on this subject, starting from the dichotomy that López de Lera (1995) would make in his moment, those who “come to rest and those who come to work”. It is important because the theoretical development of both perspectives on migration is divergent. This is the contribution of the text, to travel through the two migratory paths and to delimit the main currents.
Keywords
migrations, social factors, human mobility, lifestyle, Spain.Introducción
La movilidad geográfica es una de las características que vienen en el ADN de la especie humana (Fairchild, 1913); la diversidad de migraciones es amplia y el migrante económico es solo uno de los colectivos de migrantes (López de Lera, 1995). En la actualidad, las migraciones internacionales han adquirido una especial relevancia para nuestras sociedades, siendo un asunto de alta prioridad para los diferentes gobiernos y organismos internacionales (Arango, 2003b). La teoría de las migraciones se centra en ocasiones en las migraciones de corte laboral, ciñéndose a la descripción de las personas migrantes por motivos laborales y obviando de esta manera a las personas migrantes que se desplazan por otras razones, como por ejemplo los migrantes lifestyle, que son un colectivo relevante (García, 2017), sobretodo en España, que es desde donde parte este trabajo.
El objetivo de este texto es problematizar sobre las causas de las migraciones desde una perspectiva amplia, para así intentar mejorar la comprensión la complejidad del fenómeno de la movilidad humana en su conjunto. Autores como Arango (2003b) muestran la dificultad del análisis desde una perspectiva de la teoría migratoria para este fenómeno en su complejidad [1] . La perspectiva de partida es que desde el punto de vista de los factores sociales que inciden en la migración, es posible un trazo de la migración que permita ahondar en las estructuras subyacentes de cada movimiento.
Es importante realizar un análisis de las migraciones desde el punto de vista de los factores por la elevada casuística que existe en el fenómeno. Según la organización mundial de las migraciones (OIM) en 2018 más 257 millones de migrantes en el mundo. Pero fuera de la dimensión global la OIM señala que se conoce poco sobre el fenómeno (OIM, 2018).
Este movimiento mundial de población es heterogéneo, pero con independencia de las causas, sobre las que se profundizará, la migración se produce como consecuencia de la búsqueda de una situación vital mejor. Así también se recogía en los inicios de la teoría de la migración.
A la vez que se está produciendo este movimiento migratorio, entre algunos sectores se puede percibir un discurso anti-inmigración y en contra del multiculturalismo mostrado en el auge de los gobiernos cuyos discursos antiinmigración calan en la sociedad, convirtiéndose en hegemónico en algunos países. Por ejemplo, en una encuesta elaborada por SIGMA-DOS (2018) en España, el 30 % de los jóvenes se posicionaban a favor de la decisión de Italia de no dejar desembarcar al buque Aquarius y para el 40 % de los encuestados la migración es un problema (Sanmartín, 2018).
Existe un incremento del sentimiento de rechazo y de odio a la persona extranjera o a la que es diferente, vinculando migración con delincuencia (Wagman, 2006). Como ejemplo de esta situación, podemos tomar las multitudinarias manifestaciones antiinmigración como las convocadas en 2018 en Alemania, o el surgimiento de partidos de extrema derecha a lo largo y ancho del mundo, no solo en Europa.
Dentro de este contexto, se pretende realizar una revisión teórica aplicable, repasando algunos de los aspectos derivados de los factores y de las teorías explicativas de las migraciones de personas a nivel global, con el fin de vislumbrar algunos de los motivos que pueden llevar a estas personas a abandonar sus hogares y sus vidas en el país de origen para introducirse de lleno en el proceso del desplazamiento con todo lo que esto conlleva. Cabe destacar así mismo, que a lo largo del texto se hará referencia a los migrantes de tipo lifestyle, dada la particularidad del contexto español, donde este tipo de migraciones tiene un peso relevante con problemáticas diferentes y específicas. Unos migrantes que en muchos casos no son considerados como migrantes, pero que lo son, esta dicotomía sería no solo los que vienen a trabajar y los que vienen a descansar (López de Lera, 1995), sino lo inmigrantes deseados y los no deseados. Los países refuerzan las fronteras ante quienes consideran como negativos, pero no se preocupan por rechazar a los que consideran de la misma forma y bajo los mismos criterios, positivos (Van Houtum, 2010).
Metodología y objetivo
El texto tiene el objetivo de realizar una revisión teórica aplicable de las migraciones, partiendo desde una perspectiva amplia para la comprensión del fenómeno en su complejidad. Se ahonda no solo en algunas de las causas que obligan a las personas a salir de sus lugares y países de origen a otros espacios; sino también en las formas de migración que desarrollamos como colectivo.
Para la ejecución de esta tarea se ha realizado una revisión teórica aplicable disponible en torno al tema de las migraciones a nivel internacional, con el fin de ofrecer una recopilación y selección de la información disponible a este respecto, desde la perspectiva europea y tomando como referencia de manera especial el caso de España. Se analizó un corpus amplio de bibliografía en el que se buscaron algunos de los principales autores contemporáneos en la teoría de las migraciones a fin de realizar un recorrido por las principales teorías y factores de la migración. Todo esto tiene el propósito de ayudar a comprender, desde la teoría, la complejidad del fenómeno migratorio, tanto en el pasado como en el presente. Se seleccionaron los textos en cuyo eje central eran los factores de las migraciones, para posteriormente realizar un contraste de teorías y factores sociales vinculados con los movimientos migratorios, en un sentido amplio.
Se ha realizado una revisión por las diversas teorías de las migraciones desde la perspectiva de los factores de “expulsión y atracción” y los estilos de vida de los colectivos de personas migrantes. Atendiendo, también, a las características de estas personas. Para ello, se parte de una perspectiva amplia en la división entre los movimientos migratorios actuales —laborales y lifestyle—. La intención es la de visibilizar la diversidad de los movimientos para eliminar los estereotipos sobre las personas migrantes, partiendo de la idea que los movimientos son parte de la dinámica social que nos envuelve como especie.
Las migraciones desde una perspectiva amplia y multifocal
Concepto operativo de migrante
La primera premisa sobre la que es necesario partir es que el estudio de las migraciones no es más que una parte del análisis de la compleja dispersión humana, puesto que estas son una de las múltiples formas de movilidad —se podría afirmar que toda migración implica desplazamiento; pero todo desplazamiento no es necesariamente una migración—. Hay autores que afirmarían que la propia historia de la humanidad es, en cierta medida, la historia de las migraciones (Fairchild, 1913). Fairchild, en 1913, entendía que la inmigración no solo es un problema [2] social, sino que también es un fenómeno humano sobre el que hay que teorizar. Ya en este texto habla de discrepancias en la forma de comprender el propio concepto de emigrante.
Como especie nos hemos estado desplazando de un lugar a otro constantemente y durante milenios. La diferencia de la movilidad actual con respecto a otros momentos es la rapidez con la que se produce, pero las migraciones son un común denominador a lo largo de la historia. Fairchild (1913) [3] afirmaría que la más importante migración sería la que ocurrió cuando los seres humanos comenzaron a asentarse en los lugares en los que ahora nos encontramos, es decir, con el sedentarismo. Desde el comienzo en la sociología de las migraciones, existe la preocupación por delimitar el fenómeno, para diferenciarlo de otros movimientos humanos (Fairchild, 1913).
En las primeras décadas del siglo XX, este autor clasificó la movilidad humana en cuatro tipos; no siendo todas denominadas explícitamente como migraciones. En este sentido diferenciaba: invasión, conquista y colonización, además de la migración propiamente dicha. Esta sería un concepto atribuible a los movimientos de la época contemporánea, con una duración relativamente prolongada en el tiempo (Fairchild, 1913) [4] .
Llegados a este punto, interesa obtener una definición operativa de migrante que permita discernir, en un primer momento, qué se entiende por migración y qué tipos existen[5].
Según Giménez las migraciones serían:
[…] el desplazamiento de una persona o conjunto de personas desde su lugar habitual de residencia a otro, para permanecer en él más o menos tiempo, con la intención de satisfacer alguna necesidad o conseguir una determinada mejora. (Giménez, 2003, p. 14)
Complementando esta definición, según Lacomba (2001):
[…] migración, entendida como el tránsito de un espacio social, económico, político y/o cultural a otro, con el fin de desarrollar un determinado proyecto y tratar de responder a unas determinadas expectativas personales o de grupo […] su gestación empieza más bien en el momento en el que se da la conjunción de condiciones y estímulos necesarios: sentimiento de insatisfacción o precariedad (objetiva o no) y expectativas de cambio y ascenso social, antecedentes migratorios en la familia, círculo de amigos o el vecindario, presión social y posesión de los recursos mínimos necesarios para emigrar.
De acuerdo con esta definición el concepto de migración residencial (Huete, 2010, 2009; Huete & Mantecón, 2011, 2012, 2013) usado por algunos autores y autoras sería en realidad una redundancia del propio concepto de migrante, ya que todos los desplazamientos son residenciales. Por ello, en este trabajo se usa el término lifestyle [6] , para comprender la división laboral, no-laboral.
En la actualidad existe un organismo la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), que ha operacionalizado el concepto de migrantes, por lo que para la comprensión del fenómeno de la movilidad actual es necesario recurrir a ello. Así, para delimitar el concepto de migrante se ha seleccionado la definición considerada más genérica y que es la que utiliza la OIM:
Migración: movimiento de población hasta el territorio de otro Estado o dentro del mismo que abarca todo movimiento de personas sea cual fuere su tamaño, su composición o sus causas; incluye migración de refugiados, personas desarraigadas, migrantes económicos. (OIM, 2006, p. 38) [7]
En este concepto de migración quedarían amparados todos los tipos de desplazamientos, es una definición incluyente, no excluyente. En relación a las características del fenómeno, y a su materialización, la OIM hace referencia a particularidades del fenómeno como la regularidad, irregularidad, internacionalidad, etcétera. Más allá del desplazamiento, estas serían las características particulares de los movimientos descritos:
Migrante. A nivel internacional no hay una definición universalmente aceptada del término “migrante”. Este término abarca usualmente todos los casos en los que la decisión de migrar es tomada libremente por la persona concernida por “razones de conveniencia personal” y sin intervención de factores externos que le obligan a ello. Así, este término se aplica a las personas y a sus familiares que van a otro país o región con miras a mejorar sus condiciones sociales y materiales y sus perspectivas y las de su familia (OIM, 2006, p. 40. Énfasis del autor).
Migrante de largo plazo. Persona que va a otro país, distinto al suyo de su usual residencia por un periodo de al menos un año, siendo el país de destino el lugar de su nueva residencia. En la perspectiva del país de salida esta persona es un emigrante de largo plazo y desee la perspectiva del país de llegada es un inmigrante de largo plazo (OIM, 2006, p. 41).
Migración individual. Caso en el que la persona migra individualmente o como grupo familiar. Algunos movimientos son por lo general autofinanciados; otras veces son patrocinados por otros individuos, organismos o gobiernos, oposición a movimientos de migración masiva (OMI, 2006, p. 39).
Migración internacional. Movimiento de personas que dejan su país de origen o en el que tienen residencia habitual, para establecerse temporal o permanentemente en otro país distinto al suyo. Estas personas para ello han debido atravesar una frontera. Si no es el caso, serían migrantes internos [8] (OIM, 2006, p. 43).
Migrante irregular. Persona que habiendo ingresado ilegalmente o tras vencimiento de su visado, deja de tener estatus legal en el país receptor o de tránsito. El término se aplica a los migrantes que infringen normas de admisión del país o cualquier otra persona no autorizada a permanecer en el país receptor (OIM, 2006, p. 43).
Migrante urbano-rural. “Migrante interno que se desplaza de una zona urbana a otra zona rural” (OIM, 2006, p. 43) [9] .
Migración laboral. Movimiento de personas del Estado de origen a otro con un fin laboral. La migración laboral está por lo general regulada en la legislación sobre migraciones de los Estados. Algunos países asumen un papel activo al regular la migración laboral externa y buscar oportunidades de trabajo para sus nacionales en el exterior (OIM, 2006, p. 30).
Migrante económico. Persona que habiendo dejado su lugar de residencia busca mejorar su nivel de vida, en un país distinto al de origen. Este término se distingue del de refugiado que huye por violencia generalizada o violación masiva de los derechos humanos. También se usa para hacer referencia a personas que intenta ingresar en un país sin permiso legal y utilizando procedimiento de asilo de mala fe. Asimismo, se aplica a las personas que se establecen fuera de su país de origen por la duración de un trabajo de temporada —cosechas agrícolas—, llamados “trabajadores de temporada” o “temporeros” (OIM, 2006, p. 42). La OIM contrapone este concepto al de migrante por pobreza, que es el que se traslada por necesidades económicas (OIM, 2006, p. 43). Bajo nuestro punto de vista, en algunos casos es complicado establecer quien es un migrante económico y quién es un migrante de tipo laboral.
Este trabajo, se optado por no incluir la categoría de personas refugiadas, pues consideramos que, aunque obviamente se tratan de migraciones —dado que se da un desplazamiento— en este caso se dan con la particularidad de que es forzado no por una estructura macroeconómica, sino por un contexto coyuntural de conflicto bélico, por ejemplo, o como ya están hablando las personas expertas en este tema por motivos medioambientales (Ferro, 2016).
Más allá de la clasificación de la OIM existen otras clasificaciones del propio fenómeno, por ejemplo, la de López de Lera (1995), quien establecía que desde el punto de vista económico era posible encontrar dos tipos de migrantes: por un lado, una inmigración laboral, y por otro una migración no laboral. Existe un concepto próximo a este último que es el de migrante lifestyle [10] y que va más allá de la división laboral o no laboral. En ocasiones la sociedad identifica migrante con la movilidad laboral o económica, que produce con los otros migrantes una discriminación inversa (Solé, 2006), por lo que no todos los migrantes recibirían el mismo trato por parte de la sociedad, sino aquellos sobre los que recaen estereotipos negativos. Incluso cuando se trabaja sobre la migración.
Por ejemplo, cuando el Colectivo Ioé se refería a la historia de la inmigración en España en los últimos años, hablaban de los permisos de trabajo, y no hacían mención a los británicos que ya residían en la Península durante la década de los ochenta (Colectivo Ioé, 2005).
Esto ocurre porque en ocasiones se asocia el fenómeno de las migraciones con la migración laboral. Reino Unido es un país donde aproximadamente el 10 % de la población reside en el extranjero (Brits Abroad, 2019). Por lo que hemos visto, muchas de las personas que se dedican a investigar sobre los británicos y las británicas que residen en el extranjero no las tratan como propiamente inmigrantes, sino como expatriados o extranjeros. Cabe añadir que, recientemente hemos observado que ha cambiado el paradigma y desde la sociología británica se está comenzando a tomar conciencia de ello. De este modo, por ejemplo, en un reciente seminario se hablaba de Gran Bretaña como un país de emigración sin política de emigración [11] .
Para López de Lera (1995) la clasificación económica no es la única válida [12] ; sino que existiría un segundo criterio importante que es la procedencia continental de las personas extranjeras movilizadas [13] . Es decir, que la clasificación por regiones de nacionalidad es relevante, puesto que los imaginarios colectivos variarían de un origen a otros, tal como se ha mostrado.
La decisión de migrar
Si bien la clasificación de los flujos migratorios visibiliza en cierta medida la decisión de migrar, existen teorías que centran el foco en los protagonistas del desplazamiento, en el “decisor” último de la acción. Esto se manifiesta relevante para comprender la dimensión social de la migración en origen. En este apartado se señalará aquellas que pueden ser de utilidad para comprender sus itinerarios migratorios haciendo un repaso por algunas de las teorías que explican la dinámica de los flujos, atendiendo a los condicionantes de la salida del país. En este sentido, es importante destacar que, según Arango, las teorías de las migraciones tienen la dificultad cambiante del contexto sobre el que interactúan (Arango, 2003b). De ahí que las teorías clásicas de las migraciones cada vez presenten mayores dificultades para ser sostenidas. Carassou (2006), afirma que se ha escrito tanto sobre la teoría de las migraciones que es muy difícil sistematizar las teorías. Además, la decisión de migrar también se ajusta a las situaciones personales de cada cual, por ejemplo, la migración por amor (Roca, 2007).
A modo de síntesis, podemos afirmar que existe cierto consenso en citar a Ravenstein como el primer científico social que analizó el fenómeno de las migraciones (García, 2017). Este autor elaboró una serie de “leyes” (1885-1889) de las migraciones que fueron sintetizadas por Arango (2003a), pero que por motivos de extensión no podemos desarrollar en el presente trabajo. Como dice Arango (2003b), el resto de los aportes teóricos anteriores a 1960, no son aplicables a los contextos actuales y por lo tanto adquieren un carácter más bien histórico. A continuación, vamos a enunciar algunas de las teorías explicativas de los movimientos migratorios, en función de su perspectiva, si pone el foco de atención en el propio individuo o en las tomas de decisiones colectivas.
Por un lado, desde el prisma la perspectiva individualista se entiende como protagonista del viaje a un sujeto racional que toma la decisión de iniciar la partida en base a los pros y contras de la situación, haciendo un cálculo coste-beneficio [14] . Esas son las explicaciones que podrían proporcionar los denominados Modelos del Capital Humano, dentro del paradigma neoclásico, que afirmarían que las decisiones se toman por parte de los individuos calculando costos-beneficios, no solo desde el punto de vista económico, sino también en otros aspectos de la vida (Radu, 2008). Según Arango (2003b, p. 7):
[...] no se trata de una teoría ad hoc, pensada inicialmente para el fenómeno migratorio, sino una aplicación a este terreno del paradigma neoclásico, basado en principios tan conocidos como la elección racional, la maximización de la utilidad, los rendimientos netos esperados, la movilidad de factores y las diferencias salariales. Un paradigma tan versátil, que ha sido aplicado a tantas dimensiones del comportamiento humano y cuya influencia sigue fluyendo de la economía a las demás ciencias sociales, no podía dejar de extenderse a las migraciones, a las que parece adecuarse de manera natural.
Por otro lado, se encuentran las teorías estructurales que entienden las migraciones como un proceso de toma de decisiones colectivas, es decir, la racionalidad es vista desde el conjunto (Colectivo Ioé, 2002) [15] . Esta sería la posición de la nueva economía de la migración. La familia en conjunto tomaría la decisión de migrar para maximizar beneficios y minimizar riesgos (Massey et al., 2000, p. 11).
Otra perspectiva, que además fue la que consiguió una mayor aceptación entre la comunidad científica (Lacomba, 2001), sería la que comprendería los fenómenos migratorios en términos de expulsión-atracción [16] , basándose fundamentalmente en elementos económicos, como por ejemplo el diferencial de rentas (Jorgenson, 1961). Se entendería así, que la diferencia de capacidad adquisitiva haría que las personas emigraran buscando un salario mejor [17] . De este modo, la dinámica de las migraciones sería entendida en términos de oferta y demanda (Colectivo Ioé, 1996).
Bajo este prisma partiría la concepción del Sistema Mundial, defendida por autores como Wallerstein, entre otros, que afirman que los flujos migratorios confluyen con las dinámicas del capital, pero en sentido opuesto [18] :
[La] migración internacional poco tiene que ver con las tasas salariales o las diferencias de empleo entre países; ésta se genera por la dinámica de la creación de mercados y la estructura de la economía global. (Massey et al., 2000, pp. 25-26) [19]
En este sentido, Ribas (1999, p. 63) [20] afirmaría que las migraciones responden “[...] frecuentemente a la teoría de las 3 “D” (demografía, desarrollo y democracia) para señalar las razones sociales, políticas y económicas que actúan como fuerzas push (expulsión) [21] , y desde el origen, pull (atracción) [22] , [...] el individuo se siente atraído por las condiciones del país de destino” [23] .
A todos estos factores se le sumarían los medios de comunicación como catalizadores, ya que su revolución —transportes, Internet, etcétera— ha favorecido que los espacios y los tiempos se diluyan. Hannerz afirmaba que el tiempo en el que la emigración suponía desconexión del lugar de destino se acabó:
[…] todavía no disponemos de conexiones interplanetarias. Pero vivimos en unas sociedades que son cada vez más variadas y más penetrantes, para la vida humana y la cultura [...] “[l]a tecnología de la movilidad ha cambiado y los medios de comunicación, cada vez más variados, nos llegan desde allende las fronteras, y no nos cuesta imaginar lo lejano (Hannerz, 1996, p. 17) [24] .
La intensificación de la comunicación favorece también el incremento de la migración lifestyle, puesto que los inmigrantes se desplazan con la idea que sus familias les visitarán a menudo (Benlloch, 2016).
De acuerdo al enfoque de las teorías de las redes, el tejido de relaciones entre personas sería el catalizador de la migración. Como consecuencia de que las redes tuvieran una elevada capacidad para establecer nexos y conexiones. Las funciones de las redes serían, entre otras, la reducción de los costes y la minimización de ruptura social que supone la salida.
Su contrapartida es que estas relaciones con el origen pueden ser un factor de aislamiento en la zona de recepción (Gurak & Caces, 1998). Desde esta teoría se considera que la decisión de emigrar depende de tres hipótesis que Ritchey vinculó a los lazos familiares y de amistad: afinidad, información y facilidad y ayuda (Gurak & Caces, 1998).
Massey y et al. (2000) afirman que en la primera llegada de personas a un lugar se buscan los costes a la baja, a causa de que no hay redes en el país. Una vez estos primeros migrantes se han asentado, con cada persona que llega, los costes se van reduciendo. Cuantas más personas van llegando, las redes se van consolidando y se facilitan los accesos al empleo para el resto de los miembros de la comunidad [25] .
En relación a las eventuales diferencias de género, desde los inicios de la disciplina, Thomas y Znaniecki [26] , ya se hacían eco de los mismos. Aunque no será hasta la década de los ochenta que la perspectiva de género comienza a consolidarse en el contexto europeo, mientras que en España sería en la década de los noventa (Rodríguez, 2005) [27] . Sin embargo, autores como Gregorio (2009), llegarían a afirmar que la variable género se encontraba saturada en la investigación sobre migraciones, preguntándose hasta qué punto esta era ya de utilidad [28] .
Parella (2003) y Gregorio (1997) sostenían que mujeres y hombres emigrarían por razones diferentes: mientras que ellas lo harían por motivos vinculados con lo social —para mejorar sus condiciones de libertad, por enviudar o quedarse prematuramente embarazadas—; ellos lo harían por motivos de carácter más economicista [29] .
Por otro lado, y en este sentido, Saskia Sassen, expone, cómo la demanda de trabajo inmigrante a nivel global está moldeada por la segregación ocupacional por sexo, y que nos encontramos ante mercados laborales racializados y segregados por sexos, tanto en origen como en destino y este es un fenómeno que se va a ir incrementando según las lógicas sociales y de los mercados actuales (Sassen, 2003). En esta línea, hay que destacar que las decisiones políticas en materia de migraciones han marcado y marcan los movimientos migratorios.
Las características de estos flujos migratorios, como la composición de la población extranjera, las llegadas o las regularizaciones no son cuestiones baladíes, pues en el caso del estado español, estas políticas migratorias han estado marcadas por las necesidades del mercado de trabajo. De ahí, que se haya facilitado en ciertos momentos la entrada de personas migrantes para cubrir determinados empleos como han sido la construcción, la hostelería y en los últimos tiempos el trabajo de cuidados (Martínez, 2008).
Mención especial a los factores push-pull
Desde el punto de vista de las teorías push-pull, existen una serie de factores que se encuentran tanto en destino como en origen y que determinan al final que una persona tome la decisión de emigrar. Para Fairchild, el principal y más antiguo factor sería el económico. En este aspecto no solo se encontrarían las condiciones básicas de supervivencia, sino también las comodidades básicas de la vida: la ropa, la comida serían intereses vitales (Fairchild, 1913) [30] .
Es importante hablar de los factores push-pull, puesto que muestran cómo con independencia del tipo de movimiento migratorio del que se hable, el origen de los factores tanto en destino como en origen puede ser convergente. Por lo que, una vez se ha desarrollado el concepto de migrante económico y se ha establecido las causas y factures que inducen a migrar (que en cierto modo se han mantenido constantes en la historia, con variaciones).
En este sentido, se diría (Fairchild, 1913) que una nación subdesarrollada [31] tendría más probabilidades de ver cómo su población se va [32] . Argumento que ha sido rebatido, ya que los nuevos enfoques muestran que los países menos desarrollados son los que tienen cifras inferiores de emigración y mayores problemas para hacerlo. En el Informe del PNUD de 2009 se desmitifica el hecho de que la mayor parte de los desplazamientos sean entre países desarrollados y en desarrollo, y de Sur a Norte [33] . En este informe se cifra en el 37 % de la migración internacional, los flujos Sur-Norte (ONU, 2009) [34] .
Otro grupo de factores serían los climáticos: las calamidades del tiempo pueden hacer inhabitable un lugar y llevar a las personas a su desplazamiento a otros lugares (Fairchild, 1913) [35] . En la actualidad estos están tomando relevancia a consecuencia del cambio climático (McLachlan, Hellmann & Schwartz 2007).
En otro orden de causas, se encontrarían las políticas: gobiernos represivos o malas gestiones de gobierno (Fairchild, 1913) [36] . Factores demográficos: la densidad poblacional es un factor que catalizaría los movimientos (Albo & Díaz, 2011) [37] . También los vinculados a la organización social. Por ejemplo, quienes se sienten infravaloradas en sus lugares de origen. Él habla de lugares en los que existen ciertas clases sociales que controlan la cúspide (Fairchild, 1913) [38] . Las causas religiosas podrían encontrarse entre los factores push en una sociedad concreta, en un contexto en el que se viva la persecución y se les haga insostenible la vida a determinados credos religiosos (Fairchild, 1913).
Según el punto de vista de este autor sería raro que una sola causa generara la emigración (Fairchild, 1913) [39] . Fairchild concluye diciendo que la emigración se produce en:
Two well-developed countries, one old and densely populated, the other new and thinly settle, the two friendly, or at least peaceable, terms with each other (Fairchild, 1913, p. 22) [40] .
En la actualidad, además, los argumentos de las nuevas teorías económicas consideran que las relaciones sociales funcionan de manera similar a como se definen los social multipliers, que sirven para catalizar el fenómeno migratorio (Radu, 2008, p. 532), actuando como factores push.
Migración laboral
Piore y otros autores hablan del Mercado de Trabajo Dual, en el que las migraciones más bien responderían a las necesidades de la sociedad industrial moderna, que a una verdadera demanda de mano de obra más barata; que no se emigra tanto de los países de origen por las condiciones sociales como por el hecho de que en destino existe una fuerte atracción por la ineludible necesidad de trabajadores extranjeros (Massey et al., 2000, p. 17) [41] .
Las barreras de entrada no podrían no estar causadas por factores económicos, sino que se trata de otro tipo de desigualdades, como por ejemplo la pertenencia a determinada etnia [42] (Lang, 1984) [43] .
La argumentación contraria sería la que afirmaría que los inmigrantes tienen problemas para comenzar en el mercado de trabajo porque no disponen de las habilidades necesarias sobre el nuevo contexto, y necesitan de un tiempo para comprenderlo y manejarse. En este sentido, serían determinantes los años que se han pasado en el sistema educativo y el tiempo de experiencia laboral. No obstante, no debemos olvidar otros factores como la etnia, el género o la clase social, que hacen que la educación no sea la única de las variables que juega en el futuro de las personas. Esta autora considera que cuando hay retorno esa formación adquirida en el país de destino hace que quienes han salido se vean en mejor posición en sus países de origen; sobre todo aquellos que residen en países desarrollados y que van a formase fuera de las fronteras de sus Estados (Friedberg, 2000).
Coppel et al. (2001), consideraría que más que un mercado dual o un ejército de reserva, existirían nichos de mercado para los inmigrantes —que no han querido ser ocupados por los autóctonos, o bien que no los pueden cubrir—. Los mercados de trabajo locales serían los que condicionarían en cierta medida la llegada de personas (Castles & Kosack, 1973) [44] .
En relación a las mujeres estas reunirían tres condiciones: ser mujer, migrante y trabajadora, lo cual significaría que tienen mayores dificultades para entrar en el mercado de trabajo y desarrollar su vida profesional en igualdad de condiciones que los varones (Parella, 2000, 2003, 2004). De igual forma el mercado laboral afecta a las mujeres Recio et al. (2006), señalarían que la reestructuración de la familia en los países del Sur de Europa, ha hecho que se demande mano de obra en el sector del cuidado y son de esta forma, las personas extranjeras, especialmente las mujeres, las que ocupan estos puestos de trabajo en condiciones precarias.
La inserción laboral de las mujeres migrantes en los países de destino depende de muchos factores, como son la situación migratoria particular, el acceso al mercado laboral, del tiempo de migración y del contexto familiar, pero los estudios muestran que la mayoría se insertan en el mundo de los cuidados, ya sea cuidando a personas mayores, menores o en el trabajo doméstico (Herrera, 2011). A partir de la década de 1990, como nos recuerda Laura Oso, se observó un incremento de la demanda de empleadas de hogar, debido a la reestructuración de las sociedades occidentales y determinada por la división global del trabajo (Ribas & Oso, 2012).
El creciente aumento de la demanda de estos servicios viene derivado de la externalización y remuneración de los trabajos de cuidados en las sociedades occidentales debido a diferentes factores como pueden ser la inclusión de las mujeres occidentales y de clase media en la esfera laboral fuera del espacio doméstico, el aumento del envejecimiento de la población y la crisis del Estado de bienestar en el marco del sistema neoliberal que predomina (Herrera, 2011).
La demanda de este tipo de servicios también se debe a la llegada de inmigrantes que demandan este tipo de actividades, como los migrantes lifestyle. Este tipo de migrantes, por la edad, y por las características vitales, son demandantes de “atención”. De hecho, en las investigaciones llevadas a cabo (Benlloch, 2018), se aprecia como tras estos aparece una diáspora para cubrir necesidades. Por ejemplo, en el caso de los emigrantes británicos lifestyle había personas dedicadas a cubrir las necesidades de dicho colectivo.
Migrantes lifestyle
Autores como Moreno Fuentes (2007) entendían que los migrantes laborales migrarían con una mayor prevalencia a consecuencia de los factores push-pull y las personas migrantes lifesyle lo harían por otro tipo de motivos, aunque bajo nuestro punto de vista están interrelacionados.
Este tipo de migraciones es muy importante, no solo en el contexto español, sino también en otros contextos. Es por ello, que se hace necesario darle una entidad en el texto, y mostrar que el fenómeno migratorio es complejo y dinámico. Así, por ejemplo, en España, la población extranjera que pertenece a este colectivo tiene unos asentamientos importantes en la Costa, así como en otros lugares de la geografía, en los que llegan a suponer el 50 % de la población residente. No es España el único país en el que estos grupos cobran relevancia, sino también en otro como por ejemplo Turquía, Australia y algunas zonas de los Estados Unidos. Es por esto, que se requiere una mención a parte. Porque se trata de un colectivo migrante con muchas particularidades, pero también porque, aunque tienen problemas compartidos con el resto de colectivos de inmigrantes no son percibidos socialmente como inmigrantes, sino más bien como turistas permanentes (Benlloch, 2016).
En el migrante lifestyle, las motivaciones vendrían por otro tipo de factores, como el clima y la explicación by the weather sería una de las más mencionadas entre dichas personas; otro sería el del cambio en las estructuras familiares en origen. La desestructuración de la familia tradicional, así como la deslocalización de los hijos por otros territorios, les llevaría a sentirse liberados para salir fuera de sus casas y establecer sus asentamientos lejos de allí (Huber & O’Reilly, 2004); por último podían estar movidos por una búsqueda de lo exótico representado en países como España [45] ; o incluso el propio precio de la vivienda (O’Reilly, 2000); o el menor nivel de renta que les permite poder establecerse en la jubilación o comprar segundas residencias.
Lo anterior en el ámbito rural, Solana (2008) afirmaría que la atracción de la población británica y noreuropea a lo rural de nuestro país (España), desde hace siglos, es gracias a la literatura de viajes [46] . Sin duda la facilidad de desplazamiento como consecuencia del desarrollo de las compañías low-cost estaría atrayendo a los nuevos visitantes y con ellos a potenciales migrantes (Dobruszkes, 2006; Warnes et al., 2003) [47] .
Más allá de las motivaciones de llegada, los propios países de destino están interesados en que lleguen porque supone un estímulo financiero para los Estados de recepción, de ahí que hagan por atraerlos. Otro de los catalizadores sería la creciente “europeización”, y con ella la facilidad de movimientos entre los países que forman parte de ella; consecuencia de la ampliación de la Unión Europea (Warnes et al., 2003).
El lifestyle migration [48]
El lifestyle migration se podría definir como el fenómeno migratorio de personas cercanas a la edad de retiro o retiradas, que se desplazan a lugares para vivir una vida más tranquila y con un mejor clima. Muchos migran en la edad de jubilación, pensando en las bondades y la calidad de vida que, según su punto de vista, está por ejemplo en España en contraposición con la gélida Inglaterra.
A este tipo de inmigrantes hay quienes les denominan cuasi-migrantes a consecuencia de que muchos viven en sus residencias de España solo durante los meses fríos del año (Casado-Díaz, 1999) [49] . Se llega a hablar de ellos como turistas permanentes (Jaakson, 1986) [50] . La diferencia entre migrante y turista ha preocupado a los/as investigadores que estudian el fenómeno de la migración británica, y se abre la problemática entre llamarlos turistas o inmigrantes (O’Reilly, 2003).
Algunas corrientes identifican los movimientos de retiro con el tipo lifestyle migration. Una de las características de este movimiento de retiro es que se produce principalmente desde países del Norte al Sur de Europa. Los principales países de origen son Bélgica, Gran Bretaña, Dinamarca, Holanda, Finlandia, Irlanda, Noruega y Suecia, dirigiéndose a países como España, Italia o Portugal (Warnes et al., 2003) [51] .
O’Reilly (2000) establece con base a sus investigaciones una clasificación de los inmigrantes británicos, considerando que existen los siguientes tipos:
Full residents [52] . Residentes a tiempo completo en España, que no tienen por qué ser retirados, de hecho cuando O’Reilly realiza la investigación eran casi en el mismo número retirados que trabajadores; returning residents vienen a España únicamente a pasar alguna temporada (veranos a Inglaterra a pasar un tiempo con la familia, pero que legalmente viven en España); después los Seasonal Visitors que son personas que pasan el invierno en España, pero que realmente viven en Inglaterra, pasando un breve tiempo en nuestro país; los Perioatetics Group menores de cincuenta años que van y vienen desde Inglaterra a España pero no viven realmente en ninguno de los dos lugares. (O’Reilly, 2000, pp. 3-4)
El movimiento de lifestyle migration ha tomado relevancia desde hace relativamente pocos años, y pone el énfasis en la búsqueda de un estilo de vida diferente a la que habían tenido (O’Reilly, 2000) [53] . Es importante contextualizar este fenómeno dentro de los movimientos migratorios, porque el hecho de conceptualizar como migrantes a estos habitantes llevaría a que la realidad social se presentara de otra manera. Según lo entendía O’Reilly (2000), el hecho de que no se categorice a esta población como inmigrantes hace que las autoridades locales no les incluyan en las políticas de integración que se hacen para los colectivos migrantes [54] .
El fenómeno de los asentamientos de ciudadanos procedentes de países del norte, se encuentra en pleno debate teórico, no se sabe muy bien: si son migraciones, nuevas formas de movilidad, o turistas residenciales (Huete, 2009) [55] . Algunos autores se lamentan de que muchas investigaciones acerca de estos colectivos no se han centrado en las migraciones, sino que lo hacen desde otros puntos de vista:
[h]ave attempted to link their studies to wider phenomena using umbrella concepts such as, inter alia, retirement migration, leisure migration, (international) counterurbanisation, second home ownership, amenity-seeking and seasonal migration [56] . (Benson & O’Reilly, 2009, p. 609) [57]
Dentro de este colectivo de inmigrantes encontramos una gran diversidad, no todas estas personas tienen los mismos recursos económicos, puesto que algunas estarían en situaciones de exclusión en sus países de origen (Sriskandarajah & Drew 2006). Hablar en términos genéricos sobre la migración lifestyle no tiene en cuenta las diferencias y circunstancias diversas de este grupo heterogéneo de población.
Los y las inmigrantes jubilados tendrían problemas, por ejemplo, unas peores condiciones de salud a consecuencia de la edad, así como los derivados del desconocimiento del idioma y la dificultad para aprender (Warnes et al., 2003). Muchos consideran que estos convergen y que lo que ocurre es que en realidad no hay traductores en los servicios de la salud, lo cual hace imposible mediar ante la enfermedad (Ahmad & Atkin, 1996; Warnes et al., 2003). Además, estos problemas, variarían, es decir, una persona que vive cerca de la playa en un lugar turístico donde los locales están adaptados al inglés, no tendría las mismas necesidades lingüísticas que quien vive en una zona más aislada (Warnes et al., 2003).
Ellos, al contrario de lo que se pueda pensar, se enfrentan a problemas de discriminación y xenofobia en algunos lugares de destino (Warnes et al., 2003), mucho más incluso que otros colectivos nacionales. Para migrar la mayoría venden sus propiedades en el norte de Europa, comprando una casa en el nuevo lugar. Esto hace que en el destino la mayoría sean propietarios (Warnes et al., 2003). El migrante lifestyle por norma vive en urbanizaciones. Esto propiciaría que no se sientan parte de la comunidad de destino, hasta el punto que el municipio y ellos podrían existir independientemente los unos de los otros, generando una realidad paralela entre espacios territoriales (Mantecón & Huete, 2008).
Huber & O’Reilly hablan del Heimat, el hogar, el lugar donde se puede estar como en casa en las nuevas destinaciones, más que una casa, es un lugar donde sentirse a gusto y confortable y en su relación con la sociedad y la comunidad en la que se encuentra, es una vuelta a la ruralidad, de la vida sencilla y más en contacto con la comunidad [58] (Huber & O’Reilly, 2004).
En cuanto a la permanencia en destino, se considera que son determinados factores como la salud, o el bienestar económico los que serían los importantes (Warnes et al., 2003). Por ejemplo, los migrantes laborales, frente a los llamados amenity´seeking migrants, tendrían problemas de integración y lingüísticos [59] . Pero no todos necesitarían la misma atención a pesar de las edades similares quienes han tenido vidas laborales intensas necesitarían mayor atención.
En cuanto a terminar con el proyecto migratorio y retornar a casa, según las investigaciones, muchos retornan porque consideran que sus familiares tienen problemas y necesitan su ayuda, esto parece verse más claramente en España (O’Reilly’s, 2000; Warnes et al., 2003).
Conclusiones
El objetivo del texto era, por tanto, el de comprender mejor los motivos por los que las personas abandonan sus lugares de origen y se desplazan a otros contextos para convertirse en migrantes. Se ha realizado un recorrido teórico por el cual se ha partido de una diversidad de teorías, pero también de varios colectivos de migrantes, para mostrar que más allá de las clasificaciones que se realicen es posible encontrar causas comunes, pero complejas.
Cabe destacar aquí, que el término migraciones, solo recoge una parte de los movimientos de la población a nivel mundial, puesto que no todos los desplazamientos son considerados migraciones; pero los seres humanos nos movemos constantemente. Se hace necesario atender a la complejidad del fenómeno cuando hablamos de migraciones.
Dentro de este término de migraciones se observa que existen diferentes concepciones, podríamos encontrar migrantes a largo plazo, migración individual, familiar, internacional, irregular, laboral, etcétera. Atender a toda esa diversidad permitirá comprender mejor la realidad de las migraciones.
En referencia a los motivos que llevan a estas personas a realizar el desplazamiento, desde un prisma individualista, encontramos el modelo del capital humano, donde la decisión se toma por parte del individuo calculando los costos y beneficios de dicho desplazamiento, no solo a nivel económico, sino también de otros aspectos de la vida.
Otro modelo teórico, que además tuvo gran aceptación por parte de la academia fue el modelo de atracción-repulsión, el cual se basaba fundamentalmente en aspectos económicos, entendiendo las migraciones como oferta y demanda. Bajo el paraguas de esta teoría se sustentó el concepto de Sistema Mundial, en el que se destacan las tres D, como fundamentos para comprender los factores de atracción y repulsión de los movimientos migratorios. Estas tres D corresponden a demografía, desarrollo y democracia.
Otro enfoque, ha sido el de la teoría de redes, destacando el tejido social como catalizador de las migraciones. Cuantas más personas llegan al país receptor, las redes se consolidan y facilitan la inserción de personas afines a ellos; sin embargo, esto puede tener la contrapartida de una menor necesidad de integración en la sociedad de destino por parte de las personas migrantes.
Conviene destacar, que en la decisión de migrar mujeres y hombres se diferencian, puesto que las mujeres lo harían por motivos más vinculados al empoderamiento mientras que los hombres lo harían por motivos más vinculados a la economía.
Otra diferenciación que se establece es la existente entre migrantes laborales y lifesyle. Si bien en ambos existe influencia de los factores de expulsión-atracción en el caso de los segundos estarían más atraídos por factores como el clima estable, la atracción por lo exótico o la desestructuración de la familia tradicional, lo que les otorga una mayor libertad para establecerse en otros lugares. La explicación de las migraciones por factores vinculados a la economía, han sido rebatidos por las nuevas teorías al explicitar que los países más empobrecidos tienen menos cifras de emigración y mayores problemas para realizar el éxodo. Entre otros factores se exponen los climáticos, los políticos, los derivados de la organización social, incluso los factores religiosos.
Por último, como idea principal de este estudio, es nuestra pretensión destacar que las migraciones y los desplazamientos han sido llevados a cabo por la población a nivel mundial a lo largo de la historia. No se trata de un fenómeno nuevo, ha sido una práctica llevada a cabo a lo largo de generaciones y entre los motivos por los que se han realizado encontramos una gran variedad, no pudiéndose vincular exclusivamente a la acumulación de recursos económicos y materiales derivados de la lógica capitalista de acumulación de capital en la que nos encontramos insertos en la actualidad, sobre todo en los países occidentales. Por lo tanto, y atendiendo a la diversidad de escenarios y motivaciones no es posible hablar del fenómeno migratorio en singular, sino que existe una multiplicidad de factores y circunstancias que acompañan a las personas en su decisión de migrar.
Agradecimientos
El presente artículo es producto de la tesis doctoral “Mujeres migradas, empoderamiento y participación social: un análisis feminista a través de las trayectorias vitales de mujeres latinoamericanas en la ciudad de València”, financiada a través del programa “Atracció de Talent de la Universitat de València”, con referencia (UV-INV-PREDOC17F1-538430), y de la tesis “La inmigración de Bulgaria y Reino Unido en el medio rural valenciano: estudio comparado de dos modelos migratorios”.
Referencias
Notas
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