Diseño participativo como instrumento para la construcción de paz: el caso de los asentamientos de población víctima en Mocoa (Putumayo, Colombia)
Participatory Design as an Instrument for the Construction of Peace: The Case of the Settlements of the Victim Population in Mocoa (Putumayo, Colombia)
DOI:
https://doi.org/10.15446/frdcp.n15.79913Palabras clave:
conflicto armado, población desplazada, asentamientos informales, diseño participativo (es)Armed conflict, displaced population, informal settlements, participatory design (en)
Recibido: 8 de julio de 2018; Aceptado: 30 de noviembre de 2018
Resumen
Este artículo hace parte de la investigación “Nuevas formas de ordenamiento territorial autosuficientes con formación integral en el escenario del posacuerdo y la consolidación de la paz”; trabajo que se está realizando en el municipio de Mocoa (departamento del Putumayo, Colombia) con el apoyo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Mocoa es uno de los municipios de Colombia donde la mitad de la población es víctima del conflicto armado, fenómeno que comenzó desde 1998, y que ha llevado a la configuración de cuarenta asentamientos que se han ubicado, inicialmente, en el casco urbano y, posteriormente, en el área suburbana y rural. Estos procesos de reparación a las víctimas se verán reflejados en uno de estos asentamientos, como es el caso de Nueva Esperanza, que inició en el 2002, con un proceso de legalización del predio en el 2015 y una entrega de algunos títulos individuales en el 2017. Este proceso de apropiación del territorio, por parte de la comunidad, ha generado que algunos sectores concurridos se sientan inseguros; por tal razón, realizamos un diseño participativo con la comunidad con el fin de construir paz, incluyendo a los líderes del asentamiento para que puedan entender su territorio y construir sobre sus fortalezas y debilidades los espacios de apropiación.
Palabras clave
conflicto armado, población desplazada, asentamientos informales, diseño participativo.Abstract
This work is part of a research project on new forms of self-sufficient territorial ordering with integral formation for the Colombian post-peace agreement scenarios and part of the consolidation of peace. The project is being carried out in Mocoa —Department of Putumayo, Colombia— with the support of the High Commissioner of the United Nations for Refugees UNHCR-ACNUR. Mocoa is one of the cities that counts half of its population as victims of the armed conflict, a phenomenon that began in 1998, establishing forty settlements which were initially located in the urban area and later in the suburban and rural areas. These processes of reparation for the victims will be scrutinized, particularly in the case of the Nueva Esperanza settlement. This settlement was established in 2002, a process of property legalization started in 2015, and in 2017 some individual titles were granted. This process of community appropriation of the territory has generated the feeling of insecurity in some popular sectors. For this reason, we carried out a participative design with the community in order to build peace amongst them, including communal leaders of the settlement so that they may understand their territory and by building on their strengths and weaknesses create the spaces for appropriation.
Keywords
Armed conflict, displaced population, informal settlements, participatory design.Metodología
Este texto se centra en la participación, para entender el territorio desde una mirada colectiva. El fenómeno del desplazamiento es dinámico, no estático, y en él se evidencia la incidencia del Estado, las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y la comunidad, siendo, en algunos casos, una balanza no tan equilibrada. Entre la norma, la implementación y el seguimiento hay una gran distancia, porque las normas se construyen desde arriba pero deben originarse en la base para su implementación; esto confirma que el mecanismo para la apropiación del territorio es la participación.
El propósito del artículo está en plantear nuevas formas de ordenar el territorio que permitan lograr articular las necesidades e intereses de la comunidad con las normas urbanísticas que se pueden desarrollar en los asentamientos; normas que ya se encuentran en un proceso de legalización y titulación. La técnica para hacerlo se basó en un mapeo crítico que llevó a un diagnóstico de los asentamientos y una propuesta para su organización. Dicho ejercicio nos sirvió como piloto para aplicarlo en otros asentamientos, con el fin de articularlos como un centro poblado y que sirvieran de insumo para el Plan de Ordenamiento de Mocoa.
El trabajo inicial de la investigación se realizó a partir de la consulta de fuentes primarias y secundarias, de la Unidad de Víctimas del Putumayo, la Alcaldía de Mocoa, la Gobernación del Putumayo y del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Posteriormente, se realizaron tomas satelitales de los asentamientos seleccionados (Yanaconas, Porvenir, Quince de Mayo, Nueva Esperanza, Paraíso y Nueva Betania) para la construcción de la cartografía que, en algunos casos, era inexistente. Esta información se confrontó con los levantamientos realizados por Opción Legal (2016). En estos asentamientos se realizaron relatos de vida, como una caracterización de la población a partir de la información de la Unidad de Víctimas; dicha información cualitativa y cuantitativa nos sirvió como base para plantear estrategias y entender la apropiación del territorio. Por tal motivo, se seleccionó un asentamiento piloto para realizar el diseño participativo, en este caso Nueva Esperanza. La información se socializó con la comunidad para obtener una retroalimentación que permitiera la construcción de lineamientos.
Mocoa es un municipio de Colombia. El 50 % de su población es víctima del conflicto (tiene 42 000 habitantes). Esta población tenía veintiún asentamientos en el período 1998-2008, y en el período 2008-2017 se conformaron diecinueve, todos ubicados en la zona rural. La investigación se concentra en este último período. De los diecinueve asentamientos se seleccionaron seis, ubicados en la zona suburbana (Paraíso), zona rural; cinco en la parte norte del municipio (Yanaconas, Porvenir, Quince de Mayo y Nueva Esperanza) y al sur del municipio uno (en el asentamiento de Nueva Betania). Los asentamientos de Quince de Mayo, Porvenir y Nueva Esperanza ocuparon el predio del Instituto de Promoción de Soluciones Energéticas (IPSE) que se encontraba abandonado. La ocupación inicia en 2002 con la toma de sus instalaciones, en donde se conformaría el asentamiento Porvenir; lo que motivaría la apropiación de los predios aledaños para armar, al occidente, el asentamiento Quince de Mayo, y al oriente el asentamiento Nueva Esperanza (Grupo de Ordenamiento Territorial Autosuficiente, 2017).
El número de familias que constituyen estos asentamientos es de 417, diferenciado así: Quince de Mayo 98 familias, Porvenir 39 y Nueva Esperanza 280. Este último asentamiento es aledaño a Porvenir, denominado como lote tres según escritura pública, con un total de 280 familias. Los tres asentamientos están próximos a recibir la titulación individual. Desde el momento de la ocupación, Nueva Esperanza está legalizado por escritura, a nombre del municipio de Mocoa, con número 693 otorgada el 10 abril del 2015; en el 2018 se entregaron 266 títulos individuales. Nueva Esperanza es uno de los asentamientos que posee plan de retorno y reubicación, como se evidencia en el informe de caracterización del programa Construyendo Soluciones Sostenibles (TSI, por su sigla en inglés) del Acnur (2014).
Nueva Esperanza estableció una zona de vivienda y una zona productiva dividida por lotes para la explotación individual. Esta zona de vocación productiva agrícola debe estipularse dentro de los lineamientos, en los planos urbanísticos elaborados con la administración municipal en conjunto con otras instituciones, entre ellas Acnur. En ellos se identifican los espacios comunes y las zonas veredales; pero el espacio de la zona productiva no posee ninguna denominación y se encuentra en blanco (véase imagen 2).
Este asentamiento se ve afectado por la llegada de nuevos pobladores víctimas de la lluvia torrencial de abril de 2017, lo que genera una gran problemática para los habitantes que han logrado, a través de quince años, que les garanticen uno de sus derechos. Es relevante que la administración municipal tome acciones con las personas damnificadas. En el momento que se realizó el trabajo de caracterización se encontraron veinticuatro familias que llegaron después del desastre.
Los actores que dinamizan estos territorios se identifican desde el orden gubernamental, no gubernamentales y la comunidad. Las entidades “no gubernamentales” aparecen en estos territorios desde 1997, por el fenómeno del desplazamiento interno dentro del país. En estas entidades las líneas de acción se centraron en el desarrollo sostenible, la gobernabilidad, el desarrollo social, la paz, la seguridad y la reconciliación. Acnur busca, específicamente, generar impacto en el tema de soluciones que acompañan a la institucionalidad dentro de la legalización y titulación, en el proceso de restituir sus derechos fundamentales. Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) han impactado en los territorios víctimas del conflicto, supliendo, en muchos casos, la ausencia del Estado. Las mesas de víctimas plantean la articulación con las instituciones para dejar huella en los territorios; sin embargo, en las diferentes etapas del proceso se evidencian vacíos.
Algunas entidades, desde el momento de la ocupación de los asentamientos, se han concentrado en dar capacitación a las familias, con el fin de mejorar sus condiciones de vida y restablecer sus derechos. En el caso del asentamiento Nueva Esperanza estas iniciativas se desarrollan en las viviendas o en la zona productiva, pero algunas se han limitado por no tener un espacio que cumpla con las normas de sanidad, en el caso de los alimentos, o por no tener el espacio para generar una cadena productiva. Una de las iniciativas más relevante se evidencia en la capacitación y la implementación de materiales para desarrollar proyectos de emprendimiento, como se muestra en el cuadro 1.
Cuadro 1: Asociaciones
en el asentamiento Nueva Esperanza
Asociación
Fecha
inicio
Cantidad
de
socios
Organizaciones
cooperantes
Tipo de
cooperación
Estructura
organizativa
Productos
Espacios
Caña
2010
8
Nativos
Acnur -Makikuna
Abonos
Herramientas
Multifamiliar
Caña sin procesar
Zona
productiva
Café
2010
36
Nativos
Acnur -Makikuna
Federación
Caficultores
Sena
Abonos
Herramientas
Capacitaciones
Despulpadoras
Bombas de
fumigación
Multifamiliar
Caña sin procesar
Zona
productiva
Vivienda
Traperos
2013
3
Mercy Corps
Acnur - Makikuna
DPS
Miin-Agricultura
Máquinas
Capacitación
Capital
Familiar
asociación
Traperos Escobas
Vivienda
Yogur
2013
3
Acnur -Makikuna
Capital
Materias primas
Capacitación
Acompañamiento
Familiar
Yogur
Vivienda
Marroquinería
2014
3 de 25 capacitados
Acnur-Makikuna
Sena
Capacitación
Materias primas
Implementos
Ferias
empresariales
Familiar
Bolsos
Estuches
Monederos
Forros
Vivienda
La meta de las instituciones que aparecen en el cuadro es garantizar medios de vida para la población víctima del conflicto armado. En el caso de Nueva Esperanza se definió una zona de vivienda y una zona productiva. Cada familia del asentamiento cuenta con una porción de tierra dentro de esa área productiva; cuarenta y cuatro personas han realizado proyectos productivos, que corresponde solo al 3 % de las personas que habitan el asentamiento. Como proyectos individuales nueve personas han realizado capacitaciones para la fabricación de traperos, marroquinería y yogur; esto equivale al 0,8 % de la población. Cada uno de estos proyectos está en diferentes niveles de desarrollo. El más constante es el de los traperos. Todas estas iniciativas contaron con capital semilla y capacitaciones por parte de diferentes entidades gubernamentales, como el Sena, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, el Ministerio de Agricultura y el Directorio de la Prosperidad Social (DPS); desde el orden no gubernamental se contó con Acnur, Mercy Corps y la empresa privada Nativos.
Las iniciativas de la comunidad se ven limitadas por la falta de espacios de desarrollo colectivo e individual; lo que nos remite a analizar cómo entender su territorio. Por eso se busca, a través de un mapeo crítico, dar respuesta a las necesidades del asentamiento para evitar que se vulneren los derechos a la salud, la educación, los medios de vida y la vivienda. En el mapeo crítico se contó con la identificación de los sitios potenciales que se dividieron en seis tipos: líderes sociales, sensaciones, primera infancia, étnico-social, oportunidades y actividades.
Este taller fue dirigido a los diferentes líderes de la comunidad para entender su territorio, a partir de una sensibilización de los valores que posee la comunidad; posteriormente, para reconocer sus problemáticas y plantear nuevas dinámicas en el asentamiento. El instrumento principal de trabajo fue una cartografía base que sirvió como medio de interpretación. La perspectiva planteada para el asentamiento se orientó a mirar referentes, para dar nuevas perspectivas de cómo se podía intervenir desde los diferentes espacios colectivos existentes y futuros.
En este primer ejercicio se identificaron los diferentes líderes sociales, los grupos étnicos predominantes, dónde se ubicaban y los puntos de encuentro, positivo o negativo. Como se observa en la imagen 2 existe un punto de encuentro en común de todo el asentamiento, donde está ubicada la cancha y el salón comunal. En esta cartografía también se identifican dos puntos críticos por mala iluminación y consumo de sustancias psicoactivas, y que los habitantes identifican como sectores inseguros. La comunidad cuenta con un Centro de Desarrollo Integral Comunitario (CDIC) construido por Acnur y ACF en 2014; antes se reunía en una caseta comunitaria de madera y techo de zinc, sin piso. El espacio comunitario ha mejorado notoriamente, tiene oficinas, un salón para reuniones y una tarima para presentaciones. Al lado del CDIC se encuentra la cancha de microfútbol, donde se desarrollan actividades deportivas; es además un lugar para el encuentro de jóvenes y adultos. Al lado de esta cancha está la escuela.
Es importante mencionar que las mujeres se identifican como líderes, jugando un papel protagónico; luego le siguen los líderes sociales que apoyan las actividades culturales, religiosas y recreativas; los ambientales, con actividades de recolección de basura, siembra de árboles, entre otras, y por último los líderes que apoyan las actividades escolares.
El empoderamiento de las comunidades se ha realizado como meta de fortalecimiento a las víctimas en el ámbito social y comunitario, a través de la fundación Makikuna, con recursos de Acnur.
La Asociación de Víctimas de Nueva Esperanza es la estructura central organizativa de la comunidad, quien tiene una buena capacidad de convocatoria y movilización de la población. La Asociación de Víctimas empieza un proceso de fortalecimiento en conjunto con el Acnur, desde el año 2011, en el marco del proyecto de fortalecimiento de la participación comunitaria, en los procesos de Soluciones; como parte de este acompañamiento, en el año 2011, se conforma el Equipo de Desarrollo Comunitario integrado por personas de diferentes edades y género, con el objetivo de ampliar la representación social y transformar las barreras de participación que se presentaban al comienzo en la comunidad, hacia los jóvenes y las mujeres, y se empieza a movilizar, a su vez, la participación de los adultos mayores (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), 2014).
En la imagen 7 se identifican unas zonas inseguras por falta de iluminación, y algunas por consumo de sustancias psicoactivas. Los jóvenes han sido los más vulnerables; por tal razón, se ha organizado el Club Juvenil Siglo XXI, con el fin de empoderarlos. Acnur, en conjunto con la Secretaría de Educación, conformó una escuela de danza y arte, con el fin de utilizar el tiempo libre como estrategia de protección de los niños y jóvenes.
Según la caracterización realizada por la Unidad de Víctimas, en 2011, se identificaron catorce personas afrodescendientes y cincuenta y ocho indígenas de las comunidades inga, nasa, murui, kamsá, emberá y yanaconas. Esta población conforma un 10 % del total de la comunidad. En esta población predominan los niños entre los 6-14 años, y jóvenes entre 15-24 años, con un total de 721 personas, aproximadamente, en el asentamiento. En la imagen 8 se identifican dónde están ubicadas las minorías étnicas (Grupo de Ordenamiento Territorial Autosuficiente, 2017).
En la segunda parte del ejercicio se identificaron las actividades que se desarrollan en el asentamiento, los equipamientos existentes y las oportunidades que se podrían potenciar dentro de este. Como se observa en la imagen 9 la mayor actividad se desarrolla en las canchas, donde también se encuentra el salón comunal y la sala de informática. Otro punto de gran actividad es la zona productiva y el sector donde se ubican las madres comunitarias. Las viviendas que poseen comercio se encuentran ubicadas en la entrada principal del asentamiento, y sobre las vías en sentido oriente-occidente. Existen otros puntos de encuentro en el asentamiento, como son las secciones que no están ocupadas y hacen las veces de áreas verdes. El sector donde está ubicado el Centro de Desarrollo Infantil (CDI), aunque es un lugar de encuentro, es introvertido a su contexto, puesto que desarticula las actividades que se desarrollan en su entorno, como el parque infantil.
El CDI se construyó sin la participación de la comunidad; por tal razón, la apropiación de este es muy baja porque no tiene contacto visual con las actividades que desarrollan los niños y no cumple con las necesidades que posee el asentamiento. Por ello se ha incrementado el número de hogares de madres comunitarias. El único espacio social configurado es la cancha, aunque existen otros espacios que solo están como zonas verdes.
Las actividades recreativas se desarrollan en diferentes lugares del asentamiento. La única configurada es la cancha, donde también se desarrollan actividades culturales como las escuelas de danza y el club juvenil. La atención de salud se resuelve a través de una brigada al mes, pero en algunas casas se venden medicamentos básicos y hay personas que recetan plantas medicinales para alguna dolencia (Grupo de Ordenamiento Territorial Autosuficiente, 2017). En la cancha también se encuentra la sala de informática y la escuela, como puede verse en la imagen 11.
En la tercera parte del ejercicio se presentaron altenativas para las vías vehiculares, peatonales y espacio público, para que los líderes del asentamiento escogieran una opción por cada temática. Estas consisten en someter a votación de la comunidad una serie de fotografías que muestran distintos tipos de sistemas o elementos requeridos por el asentamiento, de carácter inductivo. Para lograr entender cuál es el modelo de barrio que ellos desean y bajo que parámetros se puede lograr un consenso en la planificación.
En la imagen 12 se evidencia que la votación de la comunidad escogió el asfalto para las vías vehiculares. Con respecto a las vías peatonales la seleccionada fue el adoquín, por conservación y mantenimiento de estas áreas. En este momento las vías del asentamiento se encuentran en tierra y los senderos peatonales solo están identificados en la cartografía, definidos por el tránsito permanente.
Con relación al espacio público se seleccionó que las zonas verdes tengan cultivos para el autoabastecimiento, y en cuanto al mobiliario escogieron que el material de fabricación fuera el concreto y la madera, para mayor durabilidad. Los líderes insistieron en que los espacios de tránsito peatonal deben estar mezclados con áreas de cultivo. Con esta información obtenida en el taller se planteó una nueva forma de ocupar el asentamiento.
La propuesta es que los nuevos equipamientos se ubiquen en sectores que permitan brindar seguridad y apropiación por parte de la comunidad, con el fin de generar nueva actividad en estos lugares. Las pequeñas quebradas y un humedal son las zonas para proteger mediante la arborización. La ubicación de los equipamientos también servirá de control, ya que algunos lugares se identificaron como inseguros. Este taller contribuyó con la construcción de los lineamientos de ordenamiento del asentamiento, apoyados desde el decreto 3600 del 2007, para constituirlo como un centro poblado, y del artículo 4 para definir los usos del suelo, las zonas de protección, los índices de ocupación, el tamaño de las vías vehiculares y peatonales y la ubicación de los equipamientos. Estos lineamientos se proponen como base desde el proyecto Unisalle - Acnur y Gobernación de la administración municipal, con el objetivo de que se utilicen para el Plan de Ordenamiento Territorial (POT).
Conclusiones
El trabajo realizado a través del diseño participativo nos ayudó a entender las fortalezas y debilidades de los asentamientos conformados por las víctimas del conflicto en Mocoa; asentamientos que deben pasar por diferentes etapas para su conformación: ser reconocidos, constituirse como algún tipo de agremiación, legitimar sus derechos, interactuar con los entes gubernamentales y no gubernamentales, para iniciar los procesos de legalización y poder conseguir los recursos, y conseguir el apoyo económico para su titulación.
Los asentamientos analizados, a través de la reparación colectiva, contaron con el apoyo del Acnur y Opción Legal, a partir del programa de soluciones duraderas, para la legalización y titulación de los predios; estas instituciones incidieron en los entes gubernamentales para culminar el proceso que había iniciado en el año 2000, y que no fue lineal debido a los diferentes trámites que se deben realizar de forma interinstitucional, desde la Unidad de Víctimas, con los planes de retorno y reubicación, y desde la administración municipal, con el Plan de Ordenamiento. En el caso de Mocoa, la contratación del plan de ordenamiento se le encargó al DNP y aún sigue en proceso de diagnóstico. Nuestra investigación sirvió de insumo para esta situación y esperamos que los lineamientos se incorporen para su formulación. Esto confirma que se lograron avances en la legalización de los asentamientos Nueva Esperanza, Porvenir y Quince de Mayo, y que se entregaran 266 títulos a las familias de Nueva Esperanza.
Además de servir como insumo pudimos evidenciar las distancias que hay desde la creación de la norma hasta su implementación; una construcción normativa de orden nacional con poco conocimiento de la realidad municipal, pues al reconocer estos asentamientos el municipio debe enfrentar unas necesidades que no puede resolver: porque no posee los recursos y porque su gestión se encarga de mantener las necesidades básicas de los habitantes. Por esta razón, las comunidades deben enfrentar los problemas de un asentamiento informal, con una estructura normativa que limita, en muchos casos, el avance hacia la legalidad.
La ubicación de los asentamientos en la zona rural debe estar articulada con los planteamientos que proyecta el desarrollo rural integral, a través de los talleres con enfoque territorial que en esta etapa inicial genera expectativas, en las que el campo puede ser protagónico del desarrollo del país. Las deudas a las víctimas siguen y no se ha evaluado cuánto ha avanzado el proceso de su reparación colectiva.
Agradecimientos
Este artículo es producto de la investigación “Nuevas formas de ordenamiento territorial autosuficientes con formación integral en el escenario del posacuerdo y la consolidación de la paz”. Como investigadora principal Lida Buitrago Campos. Contó con el apoyo del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNUR), del cual surgió el trabajo de grado Participación ciudadana en relación con la población víctima: el caso de los asentamientos de Quince de Mayo, Porvenir y Nueva Esperanza. Mocoa Putumayo de los alumnos de pregrado en Arquitectura, Camilo Rodríguez Prieto y Brayan Stiven Peña Murcia.
Referencias
Notas
Referencias
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) (2014). Caracterización de soluciones duraderas Asentamiento de Nueva Esperanza, Mocoa, Putumayo (documento interno).
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) (2016). Registro de los planes de retorno y reubicación de los asentamientos de población desplazada Mocoa (documento interno).
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) (2018). La titulación de tierras da una nueva esperanza a los desplazados colombianos https://www.acnur.org/fileadmin/Documentos/RefugiadosAmericas/Colombia/2013/TSI_Putumayo_ComunidadDeNuevaEsperanza_julio2013.pdf
Grupo de Ordenamiento Territorial Autosuficiente (Gotafi) (2016). Cartografía de los Asentamientos de Nueva Esperanza, Porvenir, Quince de Mayo, Yanaconas, Paraíso y Nueva Betania, Mocoa - Putumayo (documento interno).
Grupo de Ordenamiento Territorial Autosuficiente (Gotafi) (2017). Relatos de vida Asentamientos de Nueva Esperanza, Porvenir, Quince de Mayo, Yanaconas y Nueva Betania, Mocoa - Putumayo (documento interno).
Opción Legal (2016). Levantamientos topográficos Asentamientos de Nueva Esperanza, Porvenir, Quince de Mayo, Yanaconas y Paraíso (documento interno).
Sistema de Naciones Unidas Colombia (2017). Recuperado de www.unmissions.org/
Unidad de víctimas (2016). Censo de población asentamiento de Nueva Esperanza, Mocoa –Putumayo (documento interno).
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CrossRef Cited-by
1. Annika Maya-Rivero, Ana Paula García y Colomé. (2024). Co-diseño de servicios para personas mayores: Retos y reflexiones. Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, (25), p.205. https://doi.org/10.15446/frdcp.n25.109184.
2. Mary Luz Alzate-Zuluaga. (2019). Carta a los lectores. Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, (15), p.7. https://doi.org/10.15446/frdcp.n15.80146.
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