Publicado

2022-01-01

Movilización político-electoral e identidades LGBT+ en Colombia. Las historias de vida como forma de construir y deconstruir la historia contemporánea del país

Political-Electoral Mobilization and LGBT+ Identities in Colombia. Life Stories as a Way of Constructing and Deconstructing the Contemporary History of the Country

DOI:

https://doi.org/10.15446/frdcp.n21.93624

Palabras clave:

democracia, participación, movilización, identidad LGBT , Colombia (es)
Democracy, Participation, Mobilization, LGBT identity, Colombia (en)

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Autores/as

A través de las historias de vida de seis ex candidatos y ex candidatas LGBT+ se narra cómo estas personas se movilizan desde lo individual hasta lo colectivo con el fin de participar democráticamente en el país. Desde las historias de vida, un marco teórico feminista y decolonial y a través de cuatro categorías —experiencias, articulaciones, representaciones y políticas identitarias— se concluye que las personas sexo-género diversas no se movilizan únicamente por su identidad LGBT+, sino por la sumatoria de identidades y experiencias de vida que las conforman, con el objetivo de evitar que otros y otras pasen por las mismas experiencias adversas que vivenciaron en algunos momentos de su vida.

These six former LGBT+ candidates' life stories narrate how these people mobilize from the individual to the collective to participate democratically in their country. From a feminist and decolonial theoretical framework and through four categories —experiences, articulations, representations, and identity politics—, it is concluded that diverse sex-gender people are not mobilized only by their LGBT+ identity, but by the sum of identities and life experiences that make them up. Moreover, by wanting to prevent others from going through the same adverse experiences they underwent at some point in their lives.

Recibido: 15 de febrero de 2021; Aceptado: 3 de agosto de 2021

Resumen

A través de las historias de vida de seis ex candidatos y ex candidatas LGBT+ se narra cómo estas personas se movilizan desde lo individual hasta lo colectivo con el fin de participar democráticamente en el país. Desde las historias de vida, un marco teórico feminista y decolonial y a través de cuatro categorías —experiencias, articulaciones, representaciones y políticas identitarias— se concluye que las personas sexo-género diversas no se movilizan únicamente por su identidad LGBT+, sino por la sumatoria de identidades y experiencias de vida que las conforman, con el objetivo de evitar que otros y otras pasen por las mismas experiencias adversas que vivenciaron en algunos momentos de su vida.

Palabras clave

democracia, participación, movilización, identidad LGBT+, Colombia.

Abstract

These six former LGBT+ candidates' life stories narrate how these people mobilize from the individual to the collective to participate democratically in their country. From a feminist and decolonial theoretical framework and through four categories —experiences, articulations, representations, and identity politics—, it is concluded that diverse sex-gender people are not mobilized only by their LGBT+ identity, but by the sum of identities and life experiences that make them up. Moreover, by wanting to prevent others from going through the same adverse experiences they underwent at some point in their lives.

Keywords

democracy, participation, mobilization, LGBT+ identity, Colombia.

Introducción

Durante la última década, Colombia ha experimentado un incremento en la participación política de las personas con orientación sexual o identidad de género diversa. Antes de las elecciones de 2015, en Colombia solo habían sido rastreadas veinte candidaturas de personas abiertamente lesbianas, gais, bisexuales, trans u otres (LGBT+), desde ese año hasta el 2014 solo tres personas abiertamente LGBT+ fueron electas (Caribe Afirmativo, 2015). Las elecciones locales de 2015, donde se elegirían alcaldías, gobernaciones, concejos, asambleas y juntas administradoras locales, contaron con setenta y tres personas sexo-género diversas que aspiraron a un cargo de elección popular, convirtiéndose en las de mayor número de candidaturas identificadas hasta ese momento; en este año seis personas fueron elegidas (Caribe Afirmativo, 2015, 2018a; Observatorio de participación política LGBTI, 2016). Por otro lado, en las elecciones nacionales 2018, donde se eligió al Congreso de la República, fueron reconocidas catorce candidaturas abiertamente LGBT+, lo que igualmente significó el mayor número de personas sexo-género diversas en unas elecciones nacionales; de dicha lista dos personas fueron elegidas (Caribe Afirmativo, 2018a).

Esta participación político electoral se ha dado en contextos violentos. El conflicto armado colombiano acrecentó la situación de vulnerabilidad de este grupo poblacional (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2013). Aunque, normalmente los temas de violencias motivadas por la orientación sexual o identidad de género se suelen abordar desde contextos de ausencia de guerra, en Colombia es una realidad que debe ser tenida en cuenta (Serrano, 2013). Asimismo, la movilización político electoral de las personas sexo-género diversas se desarrolla en medio de la violencia homofóbica, la cual se ha visto reforzada en los últimos años.

Previo al 2016 y en el marco del plebiscito por la paz, el país vivió un resurgir de grupos fundamentalistas politizados, los cuales se han caracterizado por un discurso abiertamente homofóbico y antiderechos; ya que, la “contramovilización conservadora es una respuesta coordinada y activa, liderada por las iglesias, que ha presionado a los gobiernos y cuestionado los éxitos legales de las minorías sexuales y el reconocimiento político de sus derechos humanos” (López, 2018, p. 163). Ante este contexto, la ciudadanía sexo-género diversa ha buscado fortalecerse mediante diferentes estrategias, una de ellas, el aumento de su presencia en espacios de toma de decisiones.

Con base en las estadísticas de Colombia Diversa (2019), desde 1993 hasta 2017 fueron identificados 1134 asesinatos de personas sexo-género diversas a lo largo del país. Según dicha organización, en 2010 se observa un pico, con un total de 107 asesinatos, el cual se mantiene relativamente estable durante los siguientes años. Los móviles de estos crímenes son diversos, pero muchos responden a violencia por prejuicio sexual o de género, dicha violencia es definida como aquellas actitudes negativas en contra de una persona o grupo de personas en razón de su orientación sexual o género (Herek, 2000a, 2000b).

En Colombia, se entiende que “aunque las luchas por derechos no siempre parten de un sentido de colectividad o de identidad preestablecido, sí contribuyen a conformar una noción de sujeto, particularmente la que resulta de convertirse y nombrarse como sujeto de derechos” (Serrano, 2006, pp. 349-350). Para Serrano (2006), la politización de las identidades LGBT+ en el país, durante los años de 1980, se dio en el marco de la lucha por los derechos sexuales y “extendiéndose posteriormente a cuestiones de identidades subjetivas y políticas, de derechos de las minorías y otras formas más de nombrar la condición de sujeto de derechos” (p. 353).

Dada la reflexión anterior, este trabajo busca entender ¿cuáles son las motivaciones identitarias que movilizan a las personas LGBT+ que se han postulado a cargos de elección popular? Es de resaltar que los sujetos participantes en este estudio son personas que han sido candidatos o candidatas en las elecciones 2015 y 2018, fechas que pueden suponer un boom electoral para la población sexo-género diversa, debido al número de candidaturas identificadas.

Para responder a la pregunta planteada, se implementó una metodología cualitativa de historias de vida y entrevistas a profundidad. Se efectuaron entrevistas a seis personas sexo-género diversas, quienes fueron candidatos y candidatas abiertamente LGBT+ durante las elecciones 2015 y 2018. De los sujetos participantes, a cuatro de ellos se les realizaron historias de vida y a dos de ellos entrevistas a profundidad.

A razón de lo anterior, se tuvo en cuenta simplemente la orientación sexual y la identidad de género de las personas y no sus banderas políticas, ya que no todas las candidaturas se caracterizaron por propuestas hacia este grupo poblacional. La muestra elegida correspondió a dos hombres gais, dos mujeres lesbianas y dos mujeres trans. Al no ser representativas en las candidaturas, la participación de personas intersexuales, bisexuales u hombres trans, estas no pudieron ser abordadas (Caribe Afirmativo, 2015, 2018b).

Bajo un marco teórico feminista se entiende la interseccionalidad como aquellas identidades socialmente vulnerabilizadas que se experimentan de formas paralelas (Collins, 2000; Crenshaw, 1989), esta categoría se aborda de forma transversal a lo largo del texto. El concepto ha permitido entender cómo se cruzan e interactúan categorías de dominación y exclusión en contextos específicos (Lutz, Herreray Supick, 2011; Viveros, 2016). Por ende, se aborda el análisis desde una perspectiva interseccional. Si bien, pueden existir ciertas identidades dominantes en el movimiento LGBT+ colombiano, se debe aclarar que este se caracteriza por la denominada “diversidad en la diversidad”. Las identidades sexo-género diversas se afianzan en la construcción histórica del concepto de género y la sexualidad, en especial desde una perspectiva performativa, no binaria y como una construcción social (Butler, 2007).

El texto está dividido en cinco partes. La primera, presenta el estado del conocimiento sobre el tema, este apartado se divide en cuatro subtítulos; experiencias, articulaciones, representaciones y políticas identitarias. La segunda parte, hace referencia a la metodología utilizada: historias de vida y entrevistas. La tercera parte presenta un diálogo entre las entrevistas realizadas y la literatura. En la cuarta, se encuentra la discusión obtenida al interpretar la información. La última parte, presenta las conclusiones.

En las conclusiones se encuentra que las personas se movilizan no por su orientación sexual o identidad de género, sino debido a que desean evitar que otras personas vivencien las situaciones adversas que ellos y ellas experimentaron, no a raíz de una, sino de las múltiples identidades que las y los conforman. Con lo anterior, las personas sexo-género diversas entrevistadas no dejan de lado su identidad LGBT+, sino que se reafirma a través de la relación con sus otras identidades. Por lo tanto, las políticas que se dan son unas políticas de alianzas y solidaridad, debido a que se articulan las identidades y se busca evitar que los derechos de otras personas sean vulnerados.

Identidades y movilización política

Al realizar una revisión de la literatura en torno a la cuestión identitaria y movilizaciones político-electorales, se encuentra de forma constante la relación individuo-contexto. Entendiéndose las experiencias individuales de los sujetos políticos; cómo estos se relacionan con otros grupos poblacionales/identitarios; la forma como se extrapolan o representan y la forma en que se pueden politizar las identidades. A continuación, se abordan estas categorías de forma detallada.

Experiencias

Siguiendo a Brah (2011), al hablar de experiencias se busca relacionar no solo la experiencia individual, sino también la histórica y colectiva. Por lo tanto, “la experiencia no refleja una ‘realidad’ ya dada, sino el efecto discursivo de los procesos que construyen lo que llamamos realidad” (Brah, 2011, p. 34). La experiencia se relaciona con el tema identitario debido a que las identidades son históricas, contextuales, complejas, en proceso, cambiantes y se pueden rearticular de diferentes formas en diferentes momentos de la vida (Grossberg, 2003; Hall, 2003). Por lo tanto, hay una relación entre las experiencias individuales y colectivas con la construcción de identidad(es).

En cuanto a las experiencias colectivas que impactan lo individual, y viceversa, la población LGBT+ del país ha sufrido una serie de violencias a lo largo de los años, las cuales han sido resistidas a través de acciones legales, sociales y políticas. Cotrina (2018) considera que fue gracias a la Constitución de 1991 que se permitió la movilización jurídica y social que se vería traducida en normativas a favor de los derechos de esta población. Sánchez (2017) analiza los avances de los derechos de la población LGBT+ de Colombia y en sus conclusiones resalta que la evolución del movimiento no ha sido lineal y que “el objetivo primordial del Movimiento LGBT(I), por medio de su acción colectiva, es lograr una transformación cultural, respaldada por las leyes” (p. 129).

Es de resaltar que el movimiento LGBT+ en la capital del país, Bogotá, ha tenido logros como ser poseedores de la primera política pública LGBT+ de Colombia o contar con la primera alcaldesa lesbiana del país, Claudia López, electa en octubre de 2019. Para Gámez (2008) el movimiento LGBT+ de Bogotá se convirtió en un actor político gracias, principalmente, a las movilizaciones sociales realizadas, a la emergencia de diferentes activismos, a la articulación social de actores clave y al aprovechamiento de las oportunidades estatales.

Curiel (2011) afirma que el discurso constitucional es heteronormado y excluyente. Pero, considera que la Constitución Política de 1991 “ha sido un instrumento que ha permitido la visibilidad de grupos subalternizados, les ha permitido reivindicar derechos sociales, civiles, económicos y políticos desde posiciones identitarias” (p. 42). Por lo tanto, lo institucional se vuelve clave para entender problemáticas sociales como la homofobia o la discriminación, pero también para pensar las oportunidades político-identitarias de los grupos poblacionales.

Desde 2007 se observa la producción de conocimiento en torno al tema del sujeto víctima del conflicto armado. Para Naranjo (2001) el conflicto armado colombiano generó una nueva identidad política, la víctima. Cortés (2007) relaciona las políticas de la identidad con políticas de la memoria en el Pacífico colombiano para “entender la etnización de lo negro en Colombia” (p. 174). Asimismo, Jaramillo (2014) considera que “las así llamadas políticas de la identidad y multiculturales han conllevado nuevos contextos para relaciones de género” (p. 8) y reflexiona sobre las problemáticas que genera la interseccionalidad género-etnia en contextos de reparación a las víctimas.

Articulaciones

En el caso colombiano, el movimiento LGBT+ ha sido el producto de un sinnúmero de articulaciones entre diferentes actores identitarios. “La articulación de las organizaciones sociales, académicas, instituciones internacionales y figuras influyentes en el escenario político, moldearon lo que hoy se conoce como movimiento LGBT en Colombia” (López, 2017, p. 75). Gracias a lo cual, este movimiento ha tenido influencia no solo en el ámbito jurídico, sino también en medios de comunicación, movilizaciones sociales y políticas, así como en diferentes esferas de la sociedad.

Johnson (2007) propone que se deben “forjar nuevas coaliciones en posiciones sexuales y de género no normativas. Para hacerlo, las personas sexo-género diversas tienen que resistir el impulso de centrarse en batallas de identidad internas ‘ganadoras’ y reconocer el conflicto entre una variedad de posiciones de sujetos” (p. 121). Lo cual, representa entender las diferencias dentro de la diversidad sexual, pero también, aceptar que hay luchas comunes, que articuladas pueden tener un mayor éxito.

Las críticas a los temas identitarios son muchas, debido a que se considera que pueden evitar coaliciones y alianzas con otros grupos poblacionales. Como propuesta a esto, Espinosa (2016) le apuesta a la no desaparición total de las identidades y, con esto, al entendimiento de que hoy en día se están produciendo sujetos “atravesados por múltiples posiciones de opresión y privilegio” (p. 163). Por lo cual, la autora le apuesta a una política de la solidaridad, con la que sea posible dejar de lado los privilegios, que se puedan tener, y apoyar otros proyectos, como los antirracistas o decoloniales. En sincronía con lo anterior, Mohanty (2008) no niega la necesidad de crear alianzas identitarias con fines políticos y estratégicos, aunque crítica las construcciones realizadas por occidente hacia el tercer mundo. “Las coaliciones estratégicas que construyen identidades políticas de oposición para sí mismas están basadas en uniones provisionales, pero el análisis de estas identidades de grupo no puede basarse en categorías universalistas y antihistóricas” (Mohanty, 2008, p. 146).

Las identidades “son siempre relacionales e incompletas, siempre están en proceso” (Grossberg, 2003, p. 152). Asimismo, “nunca son singulares, sino construidas de múltiples maneras a través de discursos, prácticas y posiciones diferentes, a menudo cruzados y antagónicos. Están sujetas a una historización radical, y en un constante proceso de cambio y transformación” (Hall, 2003, p. 17). Por lo tanto, se pueden dar violencias estructurales, simbólicas y directas, las cuales se pueden superponer de múltiples formas (Galtung, 2016).

Para Gómez (s.f.) “la noción de identidades fijas es inadecuada para representar el proceso de formación del sujeto y trasladan esta imposibilidad al campo político. La formación del sujeto es móvil y fluida, proviene de una carencia de ‘ser’” (pp. 3-4), por lo que la autora retoma el concepto de “vacío avaricioso” de Kojéve, para hacer referencia a la necesidad que tienen los sujetos por el reconocimiento. Las identidades deben ser estudiadas en momentos y lugares determinados, ya que emergen dentro de un discurso y en el juego de las modalidades específicas de poder (Hall, 2003).

Por lo tanto, es necesario entender esta cuestión como una oportunidad para realizar articulaciones entre sujetos que poseen experiencias o intereses similares, sin que esto conlleve a la eliminación de identidades (Gómez, 2019). “La articulación horizontal implica trabajar mano a mano, como pares, desarticulando las relaciones de poder tradicionales, olvidando la práctica de vanguardia de la izquierda y aprendiendo a ver con nuevos ojos” (Gómez, 2019, p. 58).

Representaciones

La representación es un concepto complejo, como lo deja en evidencia Williams (1985), término que puede abarcar desde hacer presencia, en el sentido físico o simbólico, hasta “representar a otra persona nombrada” (p. 267), asimismo, puede hacer referencia a encarnación, personificación o reproducción. Otro uso del término, considera el autor, es el ampliamente utilizado en los sistemas democráticos, en donde un sujeto es electo para tomar la vocería en nombre de un grupo de electores. Dado lo anterior, el tema de la representación será entendido no solo sobre cómo las personas LGBT+ buscan, o no, representar o hablar en nombre de alguien más, sino cómo dichos sujetos encarnan su identidad.

Ante la cuestión de hablar en nombre de alguien más, Spivak (2003) se pregunta si el subalterno, o ese sujeto de sectores populares y/o vulnerables, puede hablar. Debido a que históricamente las clases letradas se han visto en la cuasi necesidad de hablar en nombre del otro, ejerciendo así una violencia epistémica al dejar al subalterno mudo. Lo anterior, debido a que quien quiere hablar en nombre del subalterno, lo está haciendo a través de una traducción y está fijando unos aparentes modos de ser (Spivak, 2003). Por ende, la representación se enmarca en dinámicas de poder y sobre quién tiene voz y quien no. Asimismo, Mohanty (2008) considera que Occidente ha creado representaciones de sujetos ahistóricos, esencialistas, fijos y homogéneos.

Gracias a la modernidad y al sistema colonial, el sujeto universal es el hombre-blanco-europeo-heterosexual y los demás, que no encajan en este patrón, se convierten en el “otro” (Brah, 2011). Con lo cual, “en un sistema de heterosexualidad obligatoria las prácticas e identificaciones no heterosexuales son una amenaza al sistema. Situarlas como inferiores es, en algunos casos, instrumental a la supremacía heterosexual” (Gómez, s.f., p. 3). Por lo que se crean sistemas de exclusión sobre estas identidades no normativas, que se manifiestan de diferentes formas.

Reynolds (2013) considera que, en Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá, la presencia de personas LGBT+ en espacios político-electorales tiene un “impacto significativo en la política electoral e identitaria” (p. 271). Asimismo, Haider-Markel (2007) afirma que “el solo hecho de tener representantes de un grupo en un organismo de formulación de políticas puede influir en las actitudes de los tomadores de decisiones” (p. 110). No obstante, Concannon (2008) afirma que los y las políticas LGBT+ en Estados Unidos y Gran Bretaña optan por una expresión heteronormada para evitar costos políticos. Con lo cual, se daría una aparente paradoja entre la presencia transformadora de estas personas y una adaptación a los cánones heteronormados.

Políticas identitarias

El cuarto aspecto tiene que ver con la forma cómo las identidades pueden ser politizadas. Grossberg (2003) afirma que “la identidad y la diferencia, como modelo dominante de organización política, es de hecho muy reciente. Lo que constituye esa política es el supuesto de un grupo de votantes autodefinido que actúa en beneficio (para la política) de esa definición” (p. 148). Por ende, el presente apartado se relaciona directamente con los tres expuestos anteriormente, experiencias, articulaciones y representaciones, ya que a través de las políticas identitarias se pueden expresar estas categorías.

Hall (2010) considera que, en el caso de Gran Bretaña, al momento en que la ciudadanía de los afrodescendiente inició la reivindicación de sus derechos, esta “estaba relacionada con la constitución de alguna identidad colectiva defensiva en contra de las prácticas de la sociedad racista” (p. 323). Así, estas políticas identitarias representan una resistencia a diferentes formas de opresión por parte de sectores hegemónicos.

Ghaziani (2011) al hacer referencia a las políticas de la identidad post-gay explica que es necesario un proceso de subjetividad colectiva que permita que “mi yo” se convierta en un “nosotros”. Otro aspecto que presenta Ghaziani (2011) es el de centrarse en la cotidianidad de los sujetos y en sus fortalezas, y no simplemente en la ausencia de derechos que han vivenciado históricamente, a razón de su orientación sexual o identidad de género diversa.

Fraser (1997) considera que la justicia se divide hoy en día en dos dimensiones, el reconocimiento y la redistribución, afirmando que las políticas identitarias se relacionan con el reconocimiento. Butler (2000) realiza una crítica a esta posición al considerar que lo anterior es una dicotomía excluyente y que las políticas del reconocimiento incluyen aspectos económicos o de redistribución. Para Butler (2000), dicha dicotomía “reproduce la división que sitúa a ciertos grupos oprimidos en el ámbito de la economía política, y relega a otros a la esfera meramente cultural” (p. 77). Debido a esta discusión, Fraser (2008) reconceptualiza lo relacionado con la justicia redistributiva y del reconocimiento al afirmar que pueden haber políticas identitarias que incluyan la representación y el reconocimiento de forma simultánea o complementaria. Por lo tanto, la autora propone el enfoque de la paridad de participación, con lo que se “puede englobar la redistribución y el reconocimiento, sin reducir una dimensión a la otra” (p. 99). A razón de lo anterior, las políticas identitarias requieren de una justicia social que incluya los enfoques de reconocimiento, redistribución y participación.

Metodología

Procedimiento

Al reconocer que las identidades son complejas y relacionales, se realizaron historias de vida y entrevistas para conocer qué tipo de motivaciones identitarias movilizan a las personas LGBT+ que se han postulado a cargos de elección popular (Grossberg, 2003; Hall, 2003). Además, se tuvo en cuenta mi posicionamiento y mi experiencia sobre el tema, para poder guiar el análisis de la información encontrada (Haraway, 1988; Harding, 1987) [1]. Lo cual tiene consideraciones éticas debido a que todas las personas entrevistadas son conocidas, algunas con un grado de cercanía mayor que con otras. Otra consideración ética para tener en cuenta es que se brinda el nombre completo de cinco de las seis personas entrevistadas, así como información detallada de la persona cuyo nombre permanece oculto por razones de seguridad. Las personas que aceptaron voluntariamente mostrar su nombre lo hicieron debido a que consideran que su orientación sexual o identidad de género ya es visible y esto no representa conflicto para ellos o ellas.

Las historias de vida y las entrevistas a profundidad para conocer sobre la vida de los y las entrevistadas buscan “llegar a la obtención de narrativas vitales lo más completas posibles. Idealmente, el esquema está pensado para establecer las diferentes etapas que conducen a la versión más completa y acabada dentro del género; esto es, una historia de vida” (Pujadas, 2002, p. 59). Por lo tanto, se buscó recrear la vida de la persona entrevistada, resaltando las motivaciones para la politización de su identidad LGBT+ y respetando la visión que ellos y ellas tienen sobre su propia historia.

Se entrevistó a seis personas, se realizaron cuatro historias de vida y dos entrevistas a profundidad, debido a las agendas de dos de las personas entrevistadas. Tres de las personas entrevistadas participaron en las elecciones locales 2015 y tres en las nacionales 2018. Fueron recopiladas las vivencias clave de dichos entrevistados y entrevistadas, con el fin de conocer su experiencia de vida y qué les motivó a hacer parte de procesos electorales, enfocándose en: infancia y juventud; edad adulta, visibilidad de su orientación sexual/identidad de género y activismo LGBT+ —si lo hubo—; así como la campaña electoral y planes en el mediano plazo. Además, se buscó analizar la presencia de las categorías identificadas: experiencias, articulaciones, representaciones y políticas identitarias.

Participantes

Para la selección de los y las entrevistadas se tuvo en cuenta la orientación sexual e identidad de género de estas personas. Dado que en los dos momentos estudiados la mayor representación fue de hombres gais, mujeres lesbianas y mujeres trans (Caribe Afirmativo, 2015, 2018b), solo se entrevistaron a personas de estas orientaciones sexuales e identidades de género.

Las personas entrevistadas son: Darla González, mujer trans, extrabajadora sexual y víctima del conflicto armado, oriunda de Antioquia, pero debido al conflicto armado se desplazó a Pasto, donde ha realizado su vida política; fue candidata al Concejo de Pasto en 2015. Tatiana Piñeros, mujer trans quien se hizo famosa a nivel nacional al ser designada como la primera mujer trans encargada de la cartera de turismo en Bogotá; fue candidata al Senado en 2018. Mauricio Alzate, hombre gay, activista y promotor del movimiento de disidencias sexuales a nivel nacional; fue candidato al Concejo de Medellín en 2015. Mauricio Toro, hombre gay, representante a la Cámara por Bogotá, emprendedor, exfuncionario del gobierno nacional y ex docente universitario; fue elegido Representante a la Cámara en 2018. Raquel Amaya, mujer lesbiana, actriz y feminista, posee una empresa de comunicación para el desarrollo con enfoque de género; fue candidata al Senado en 2018. Luisa [2] , mujer lesbiana, concejala de un municipio del Cauca, deportista y abogada, fue amenazada debido a su labor de control político; fue elegida concejala en 2015. A continuación, se presentan algunos datos básicos sobre las personas entrevistadas.

Tabla 1: Información de los entrevistados

Tabla 1 Información de los entrevistados
Características Mauricio Alzate Darla González Luisa Raquel Amaya Tatiana Piñeros Mauricio Toro
Año candidatura 2015 2015 2015 2018 2018 2018
Región /Capital R R R C C C
Ciudad donde desarrolla su vida política Medellín, Antioquia Pasto, Nariño Cauca Bogotá Bogotá Bogotá
Partido político Polo Democrático Alianza Verde Cambio Radical Alianza Verde Lista Decentes Alianza Verde
Edad 30 34 34 56 41 38
Otros elementos de vulneración Familia víctima Víctima, desplazada, trabajadora sexual Amenazas políticas Violencia intrafamiliar Laboral Ninguna
Fuente: elaboración propia con base en las entrevistas y revisión de documentación.

Resultados

En este apartado se realiza un diálogo entre lo encontrado en las entrevistas e historias de vida, con la literatura del tema. Todas las historias de vida y entrevistas que se realizaron evidencian contextos y realidades heterogéneas. Bajo el marco, ya sea de comodidades o sufrimientos, esfuerzos familiares o personales, en paz o conflicto armado, etcétera, estas personas tienen en común que son sexo-género diversas y que decidieron postular su nombre a un cargo de elección popular.

Experiencias: adversidades y resistencias

Pese a la heterogeneidad de las diferentes historias de vida, se encuentran una serie de vivencias relacionadas con adversidades que son resistidas para dar paso a transformaciones culturales (Sánchez, 2017). Para esto, buscaron aprovechar las estructuras de oportunidad política y de participación ciudadana que se obtienen a partir de la Constitución de 1991 (Cotrina, 2018; Curiel, 2011; Gámez 2008). En este apartado se presenta cómo las experiencias individuales de adversidades impactan en las experiencias colectivas y viceversa.

Darla fue reclutada por la guerrilla de las FARC a los 14 años, en Antioquia. Por ende, la experiencia de un sujeto víctima del conflicto armado (Naranjo, 2001; Jaramillo, 2014) le afectó en sus demás experiencias de vida, ya que fue desplazada por la violencia estructural del conflicto hacia Buenaventura, Bucaramanga y luego Pasto, donde inició su ejercicio como trabajadora sexual, debido a las necesidades económicas de su familia. Es en Pasto donde comienza su activismo social para defender de la violencia policial a las mujeres trans trabajadoras sexuales. Pero, el paso a la política se da en 2011, después del asesinato de su compañera de casa, otra mujer trans trabajadora sexual de nombre Gabriela.

[Después del asesinato de Gabriela] Entonces, ese año era un año electoral y nos reunimos en la esquina donde trabajábamos, en la plaza, en la calle y decimos “lancemos a alguien”. Para ese momento ya yo era reconocida como una vocera y las chicas proponen mi nombre para el Concejo. (Darla, comunicación personal)

Asimismo, Mauricio Alzate y Raquel sufrieron violencias basadas en género por parte de sus padres. Las violencias directas que vivenció Raquel en su infancia fueron determinantes para ella movilizarse de múltiples formas a favor de las mujeres (Gámez, 2008), dicha movilización ha sido a través de su empresa de comunicación, su activismo feminista, la actuación y su carrera política. Para Mauricio, las violencias directas que experimentó en su infancia y juventud lo inspiraron para irse de su casa y desarrollar nuevos modos de ser, como su activismo desde las disidencias sexuales, el apoyo a otras personas vulnerables y la transformación cultural, lo que posteriormente desencadenaría en su visibilización y candidatura (Sánchez, 2017). A continuación, se presentan algunos extractos de las entrevistas.

Esta porquería de tipo [su progenitor] siguió violentándonos, o sea llegaba a la casa, le pegaba a mi madre, o sea, las cosas más horribles del mundo, la última que me... no, la penúltima que me hizo fue que me tumbó la casa que yo compré [a los 12 años gracias a su trabajo como actriz infantil], metió el carro, estrelló el carro contra la casa, esta porquería de tipo... no pasaba nada, o sea yo nunca entendí, nunca entendí, no pasaba nada porque así era, hasta que pude, yo empiezo defender a mi madre, a lanzarla por las bardas mientras mis 6 hermanos y yo enfrentábamos a esta porquería de tipo. Éramos muy chiquitos, es que yo era muy chiqui. […] Esta historia de vida es un reclamo, me aboca a hacer algo por transformar las historias de otros y las mía también, de otros y otras, claro. (Raquel, comunicación personal)

La situación ahí [Cúcuta] se complejiza mucho porque ya soy adolescente. Estamos en el 96 o 97 […] llega un momento a cogerla de costumbre [su padre] a levantarle la mano a mi mamá. Y a pegarle a mi mamá. Ya eso, ya grande, ya yo era el guardaespaldas de mi mamá, entonces ya yo era parte también del enfrentamiento a defenderla. (Mauricio Alzate, comunicación personal)

Por otra parte, Mauricio Toro y Tatiana se enfrentaron a inconvenientes relacionados con actividades productivas durante su vida adulta, debido a que sus infancias y juventudes se caracterizaron por ser tranquilas. Mauricio Toro, después de ser emprendedor y gerente general, así como director de Mentalidad y Cultura de la entidad del gobierno iNNpulsa, se dio cuenta de que los problemas a los que se enfrentan los emprendedores, como él, son de tipo legislativos, motivo por el que decide postular su nombre al Congreso. Tatiana, luego de realizar su tránsito, de haber sido gerente y quedar desempleada, se vio ante las trabas laborales de una estructura institucional patriarcal y transfóbica (Curiel, 2011).

Jueputa, el problema aquí es legislativo, el problema es que yo ya vi que muchas cosas desde el ejecutivo no se pueden hacer, porque la ley no lo permite. Porque no lo autoriza la legislación, porque la norma está hecha a la antigua. Y yo decía, las barreras que tenemos nosotros hoy están es en lo legislativo. (Mauricio Toro, comunicación personal)

La chica va revisando y me dice “ay, pero te quedó mal la cédula” y yo, “¿ay por qué? ¿Qué pasó?”, “pues porque mira, te pusieron M”, entonces, “ah sí, es que yo soy una mujer trans”, entonces “ah, espérame un segundo”. Entró allá donde la jefa de no sé qué y “listo, bueno, ya pues nada, eh, esto sigue y nosotros te llamamos”, el típico no lo llamen nosotros te llamamos. En ese momento, di tú año 2009, una cosa así, pues ahí si fue donde ya, o sea, ¿qué es esto? O sea, y eso sí me chocó y este fue mi primer choque de encontrarme y me dolió mucho, no estaba preparada. (Tatiana, comunicación personal)

Luisa, una mujer joven, quien durante su infancia y juventud fue deportista en un municipio pequeño del Cauca, reconoce las dificultades que viven, no solo los y las deportistas por los escasos recursos que reciben, sino también los riesgos a los que se enfrentan los y las jóvenes debido a las pocas opciones que hay para invertir su tiempo libre, por lo tanto, la necesidad de transformaciones culturales fueron determinantes al momento de proponer su nombre como candidata (Sánchez, 2017). Luego de ser electa, Luisa fue violentada, al realizar denuncias a funcionarios públicos de su municipio por corrupción, violencias que se dieron de forma directa y simbólica, al utilizar su orientación sexual como forma de insulto (Galtung, 2016). Lo cual la ha motivado a adelantar proyectos a favor de la población LGBT+ en su municipio.

Instauro unas denuncias en la Procuraduría, los entes de control, Fiscalía y Contraloría, como consecuencia de esto, pues obviamente generó molestias, empezaron a enviarme los mensajes de texto, pues, amenazando pues, en contra de mi vida e integridad, a enviarme personas a que no demandara. Obviamente con palabras soeces, refiriéndose a mí con palabras feas por mi condición sexual. (Luisa, comunicación personal)

Lo anterior, deja en evidencia cómo los contextos diversos en los que crecieron y desarrollaron sus vidas las seis personas entrevistadas marcó de forma determinante su inserción en la vida política. Las violencias a las que se han enfrentado estas personas, más allá de su identidad sexo-género diversa, sino como ciudadanas y ciudadanos de un país con unas dinámicas estructurales de violencia, pobreza y marginalización marcaron la posibilidad de dar un paso hacia la vida pública.

Articulaciones: del yo al nosotres

En las historias de vida y entrevistas realizadas se observa que es a través de las articulaciones que se buscan mitigar las violencias estructurales, simbólicas y directas que estas personas experimentaron, violencias que se pueden superponer unas a otras (Galtung, 2016). Por ende, al momento de participar político-electoralmente estas personas pasan del “yo” individual a un nosotres colectivo y articulado.

Raquel, por ejemplo, realizó alianzas con mujeres, sin importar su etnia, edad, orientación sexual, etcétera, pero marcó una clara diferenciación con los hombres, debido a que fue un hombre, su padre, el causante de violencias en contra de ella y su familia. Para ella la delimitación del “nosotros” (Grossberg, 2003), o en este caso nosotras mujeres, fue claro y un pilar de su campaña.

Sobre todo [se alió], con mujeres que han sido muy vulneradas, yo me identifico mucho allí, es que mi historia es una historia, es la historia de la lucha, de la resiliencia y arranca en la violencia de un hombre, ¿no? de un hombre patriarcal. (Raquel, comunicación personal)

Las alianzas y articulaciones con otros grupos fueron clave, pero sin dejar de lado a la población LGBT+. Luisa, quien es una mujer joven, encontró en las personas jóvenes y ambientalistas un apoyo muy importante para su candidatura. Darla, quien no solamente es mujer trans, sino también víctima del conflicto armado y fue trabajadora sexual, creó articulaciones estratégicas, para beneficiar a estos sectores mencionados, con candidatos de grupos sociales con intereses diferentes. Mauricio Alzate, se centró en tres ejes: agua, vida y territorio, con base en esto, buscó crear empatía con su electorado al realizar alianzas de diferentes tipos. En estas distintas historias se observa que las identidades no son singulares ni fijas y se realiza la articulación de sujetos que históricamente han sido “el otro” para que sus demandas sociales o políticas sean escuchadas (Gómez, s.f.; Hall, 2003).

Yo me lancé en el 2015 sabiendo que no iba a ganar nuevamente [había sido candidata en las elecciones 2011 para el Concejo], pero que teníamos unos acuerdos muy claros, y era lograr la política pública, era lograr la creación de una institucionalidad, tanto en el departamento como en el municipio, y tanto para LGBT como para víctimas, que eran los dos trabajos que traía; adicional a que en el Plan de Desarrollo Municipal de trabajo incluiríamos, con nombre propio, el tema de las trabajadoras sexuales. (Darla, comunicación personal)

Empezamos a hacer unas rumbas [aeróbicas], porque yo siempre he sido partidaria que para la prevención de consumo de sustancias psicoactivas siempre tiene que haber un buen empleo del tiempo libre por parte de los jóvenes […]. Hacíamos unas caminatas ecológicas dentro de los ríos. […] Y dentro de estos, pues, obviamente estaban unos amigos de la población LGBTI y otros jóvenes de diferentes sectores también. (Luisa, comunicación personal)

Una vez, una pelada estaba peleando por las zarigüeyas, que tenemos que defender las zarigüeyas. La vieja montó la política tal, y yo en cada discurso con “la tierra es de todos y hay que defender las zarigüeyas”. Y yo no fui, fue la muchacha que ya la tenía clara, yo no. Es un hecho de conectar a los otros y conectar también los lenguajes. Eso en el marco del agua, la vida y el territorio. (Mauricio Alzate, comunicación personal)

La búsqueda de trabajar como pares y articulados con diferentes grupos se observa en las diferentes entrevistas (Gómez, 2019). Tatiana buscó aliarse con diferentes sectores enfocándose en tres aspectos: derechos, desarrollo económico y lucha contra la corrupción. Mauricio Toro se autodenomina un emprendedor y fue con estas personas con quienes conversó primeramente para postular su nombre.

Mi programa para llegar al Congreso de la República eran tres puntos, donde ni siquiera tocaba el tema LGBT cuando hablaba con cualquier persona y que me servía para hablar con LGBT, con heterosexual, con afro, con indígenas, con adulto mayor. […] Podía hablar con la señora abuelita, con el señor abuelito de comunitario, el vendedor ambulante, LGBT, afro, madres cabezas, con todo el mundo. (Tatiana, comunicación personal)

Yo no fui un candidato con las banderas LGBTI, primero porque para mí las etiquetas tienen problemas, la etiqueta genera segmentación y división. Para mí el tema que tenemos, nosotros somos padres, madres, hijos, estudiantes, docentes, ingenieros, pintores, o sea, aquí no hay diferencia. Yo era una persona emprendedora haciendo política, era un ciudadano como cualquiera haciendo política, trabajando en unos ejes transversales que les interesan a todos los colombianos. (Mauricio Toro, comunicación personal)

Así, las alianzas buscaron objetivos amplios y fines electoralmente estratégicos (Mohanty, 2008), como lo expresaron Mauricio Toro y Tatiana.

Y ahí estaba yo, como una de las propuestas de “se puede hacer” [estrategia pensada para la población LGBT+], pero no era el foco principal de la campaña, porque, además, muchos lo habían intentado así y tampoco iban a llegar. Porque la comunidad LGBTI no vota por directamente [por] eso, sino por alguien que le proponga soluciones de raíz. (Mauricio Toro, comunicación personal)

Entonces, digamos, que eso lo sabía desde antes y sabía que si yo llegaba a ser senadora no iba a ser por el movimiento LGBT, por eso era que mi enfoque tenía que ser hacía el resto de la población, más amplio. (Tatiana, comunicación personal)

Con esto, se observa cómo para estas candidaturas LGBTI+ fue clave la creación de alianzas estratégicas. En contextos complejos, donde la lucha por el poder político está marcada, en muchos casos, por la corrupción y cacicazgos políticos regionales y locales, apelar a la creatividad y a las redes se volvió la estrategia de estas candidaturas para sobresalir y tener la vitrina para presentar su candidatura política.

Representaciones: a la marica sí se le nota

Con base en lo expuesto por Williams (1985) se entenderá la representación en dos sentidos: cómo se encarna el ser un sujeto LGBT+ y en nombre de quién se habla. Dentro del mundo LGBT+ del Caribe colombiano se suele hablar coloquialmente de si “se le nota” o no a una persona su orientación sexual o identidad de género. Esta expresión, utilizada normalmente en medio de bromas y confianza, es empleada aquí para expresar que las personas entrevistadas no buscan ocultarse y que se sienten orgullosas de ser lo que son. Asimismo, el término marica está siendo utilizado por algunos sectores LGBT+ del país para reafirmarse desde un concepto que en antaño era empleado para enunciarles despectivamente.

En primer lugar, y como se dijo en el apartado de articulaciones, los sujetos se enuncian en forma diversa e identificando los diferentes vectores de adversidades e intereses que les atraviesan, sin negar su identidad LGBT+.

Yo no trato de que no se me note que soy trans, que “ojalá nadie se dé cuenta que soy trans”, no. Yo parto de la base que, sin decirle, “hola, óyeme mucho gusto, Tatiana trans”, “hola y soy la trans”, “ay, sí la trans”, no, no, no. Porque para eso me hubiera puesto Tatiana Trans Piñeros Laverde, ¿sí o no? Pero, partiendo de que todo mundo sabe, o sea, no trato de ocultarme. (Tatiana, comunicación personal)

Es que yo no conozco los closets, es que yo no pude salir porque nunca entré. (Raquel, comunicación personal)

En mi municipio, es un municipio pequeño, y siempre lo han sabido y yo tuve mi pareja por 6 años, por tanto, todos sabían. (Luisa, comunicación personal)

Al momento de participar electoralmente, estas personas no han ocultado su orientación sexual o identidad de género, aunque consideran que esto les ha traído costos electorales, como en el caso de Mauricio Alzate, cuya orientación sexual creó conflictos al interior de la alianza interpartidista que lo postuló o el caso de Mauricio Toro, quien considera que ser candidato gay implica más trabajo (Concannon, 2008).

Cuando yo ya quedo de candidato, mi sexualidad se vuelve un problema del hijueputa, porque el partido comunista dice que primero, no soy profesional y segundo, soy marica y muy joven como para representar a la izquierda. (Mauricio Alzate, comunicación personal)

Un tema muy complejo en campaña, porque mira, a diferencia de un candidato heterosexual, nosotros tenemos que gastar tiempo e invertir tiempo en entender cómo esto no nos va a hacer daño. (Mauricio Toro, comunicación personal)

A su vez, Mauricio Toro, considera que ha cambiado positivamente el imaginario en otros miembros del Congreso (Haider-Markel, 2007; Reynolds, 2013).

Y yo empecé a hacer mi trabajo como cualquier congresista más, […] ya en medio de todo eso, ya empiezan a darse cuenta algunos como “ah venga, usted era, usted es”, “sí, soy yo”, “ah, qué bueno no haberlo conocido antes, porque si no, mi mirada hubiera sido distinta”. Incluso, muchos de ellos les cambió el chip por completo, porque nunca habían tenido un contacto directo con una persona LGBTI. (Mauricio Toro, comunicación personal)

En segundo lugar, al hablar de representación y subalternización (Spivak, 2003), estas personas son el subalterno hablando por sí mismas, tal es el caso de Darla. “Yo me asumo como fui: guerrillera, puta y marica; y eso es mucho decirlo. Son tres palabras muy usadas despectivamente y yo las convierto en mi fortaleza” (Darla, comunicación personal).

Además, algunos, como Mauricio Alzate, se niegan a hablar en voz de alguien más, debido a identificarse como disidente sexual, sin embargo, al ser candidato, a razón a su gran visibilidad, se encontraba representando a diferentes sectores sociales (Brah, 2011; Gómez, s.f.; Mohanty, 2008; Spivak, 2003). “En el medio del movimiento he sido característico por representar la disidencia [sexual] en cierto modo, pero yo no represento a nadie más. Un disidente no debería representar a nadie, eso sería una contradicción” (Mauricio Alzate, comunicación personal).

Ante esto, se puede observar cómo estos sujetos subalternizados optan por participar en espacios de toma de decisiones con voz propia, aceptando su identidad, que en otros contextos habría podido ser un costo y potencializándolo como parte —no la totalidad— de su marca política. Cabe mencionar que esta oportunidad es posible gracias a un contexto donde se han venido visibilizando más y más las identidades no heteronormadas o binarias.

Políticas identitarias: la solidaridad

En cuanto al tema de las políticas identitarias o la forma y fines cómo estas personas deciden politizar sus identidades, se encuentra que, dadas las articulaciones, representaciones y experiencias expresadas anteriormente, se dan políticas amplias con otros sectores sociales con quienes se comparten intereses y necesidades. Las identidades se politizan, como se observa a continuación, con fines de solidaridad, debido a que buscan que otras personas no afronten las situaciones de adversidades que ellos y ellas experimentaron.

Si se piensa en la dicotomía planteada inicialmente por Fraser (1997), sobre políticas de la redistribución o del reconocimiento, pareciera que Darla considera clave las políticas relacionadas con la redistribución de recursos. Pero, desde una perspectiva histórica y contextual, el solo hecho de garantizar un acceso digno de las mujeres trans al sector laboral, es un llamado al reconocimiento de su ciudadanía (Hall, 2003).

Hoy en el departamento hay siete metas de producto que están relacionadas con temas LGBT. […] Tenemos una meta relacionada con proyectos productivos para la reconversión laboral de, y pongo comillas, de la población LGBTI, es decir, que no únicamente tengan que trabajar en peluquería, prostitución. Y esa es una institucionalidad ya creada en el departamento […]. En temas de trabajadoras sexuales quedó el tema de reconversión laboral para trabajadoras sexuales de la Plaza del Carnaval, con nombre propio, que es donde inició mi historia. (Darla, comunicación personal)

Mauricio Toro y Tatiana reconocen la importancia de un enfoque mixto de redistribución y reconocimiento, debido a que las violencias estructurales que han sufrido las personas sexo-género diversas han sido muchas y requieren de soluciones profundas (Fraser, 2008). Además, no se da lo propuesto por Ghaziani (2011) de solo crear alianzas intragrupales.

Pero no eran mis banderas exclusivas [los temas LGBT+], yo tenía unas transversales, entonces hablaba y hablamos por lo que hemos tenido un trabajo profundo, y es el tema de emprendimientos con enfoque diferencial. Un tema de acceso a salud y control a las entidades que regulan hoy la salud, para poderle generar oportunidades de ingreso al sistema en condiciones de igualdad a la población LGBTI, con un énfasis en las mujeres trans, todo el tema de cedulación, todo el tema de educación. (Mauricio Toro, comunicación personal)

Yo tenía muy claro que no me podía ni enfocar sólo en LGBT, por la sola dinámica de, de lo que sabemos [desarticulación del movimiento]. […] Mi programa de llegar al Congreso de la República eran tres puntos: el primero era exigibilidad de derechos, aseguramiento pues de derechos, pero no se podía quedar solamente en eso. El segundo era desarrollo económico. “Ay, derechos, derechos, derechos”, la gente tiene que saber hacer algo, tiene que poder hacer algo, tiene que saber y tener con qué hacer algo, entonces por eso hablaba, digamos, del tema de desarrollo económico, empleabilidad, emprendimiento, empresariado, y ahí venía el tema de turismo, pues, como motor de desarrollo económico para el país. […] Y, el tercero, lucha contra la corrupción. (Tatiana, comunicación personal)

En adición, hubo campañas más amplias, como la de Mauricio Alzate, que se centró en tres aspectos, agua, vida y territorio, contó con el apoyo de muchos sectores sociales, incluyendo diferentes sindicatos de la ciudad. Sus propuestas buscaban transformar y resistir las realidades de Medellín, como explica Hall (2010), las cuales se dan en contra de otras discriminaciones estructurales.

O sea, no era una campaña de marica pa’ las maricas, no. Yo soy una marica y eso está bien, pero hicimos una campaña para romper realmente, digamos, las políticas de la ciudad de Medellín y pues, deconstruir ese tejido social de Medellín. (Mauricio Alzate, comunicación personal)

Como se ha mencionado en reiteradas ocasiones, un contexto complejo como el colombiano ha conllevado a la creación de unas políticas identitarias amplias y de solidaridad. Es común observar que las personas entrevistadas optasen por la creación de alianzas y de apostarle a las diferentes identidades que coexisten entre ellas. La idea de unas políticas identitarias rígidas pueden conllevar a altos costos políticos, por lo cual, es estratégico que en un contexto electoral se apuesten por este tipo de políticas de la solidaridad.

Discusión

Al realizar una interpretación del análisis de la información, realizado a través del diálogo entre la literatura revisada y las entrevistas, se encuentran los siguientes aspectos. En primer lugar, las personas LGBT+ que participaron en las elecciones 2015 y 2018 han buscado resarcir, a través de su participación político electoral, vacíos de derechos. Algunas de sus experiencias de vida les sirvieron de inspiración para movilizarse políticamente y las propuestas de campañas buscaron transformar las adversidades que han experimentado.

Además, se demuestra una relación entre la experiencia individual y la colectiva (Brah, 2011). La resistencia de estas personas ha radicado en luchar contra las injusticias que han experimentado en diferentes momentos de su vida. Ellos y ellas han implementado acciones jurídicas, políticas y sociales para lograr transformaciones culturales (Cotrina, 2018; Sánchez, 2017; Gámez, 2008), apoyándose especialmente en los mecanismos ofrecidos por el marco constitucional para participar democráticamente (Cárdenas, 2018; Curiel, 2011; Paschel, 2013; Restrepo; 2006). Todas las personas entrevistadas han buscado que las dificultades que experimentaron no sean vivenciadas por otras personas y las han tenido como banderas de sus carreras políticas. Las experiencias de vida se han convertido en un motor para participar electoralmente.

En segundo lugar, las personas entrevistadas buscaron articularse con otros movimientos y grupos sociales para lograr materializar sus propuestas, en muchos casos estas alianzas obedecen a intereses que no parten necesariamente de identidades y con el objetivo de luchar contra violencias estructurales, directas y simbólicas (Galtung, 2016). Para un movimiento como el LGBT+ en Colombia, las articulaciones y alianzas con otros grupos poblacionales han sido clave para consecución de fines (López, 2017).

Además, estas alianzas no suponen la eliminación o invisibilidad de la identidad LGBT+, la cual se puede relacionar y asociarse sin desvanecerse (Espinosa, 2016; Gómez, 2019; Mohanty, 2008). Por ser las identidades complejas y relacionales se pueden dar estos flujos identitarios y articulaciones en función de resarcir unas violencias históricas en contra de unas determinadas identidades, en razón de unas estructuras culturales heteronormativas (Hall, 2003; Grossberg, 2003; Gómez, s.f.). Las alianzas se realizaron de formas amplias y variadas, con actores con quienes se comparten violencias estructurales, simbólicas y directas (Galtung, 2016,). Según Johnson (2007), es central que las personas sexo-género diversas deben enfocarse en crear alianzas de grupo, lo que se observa con los sujetos de estudio es que estas personas, si bien buscan el apoyo de la población LGBT+, no se quedan solamente en las alianzas intragrupales, sino que buscan y parten de articularse con otros sectores sociales.

Por ende, para la realización de articulaciones entre las personas LGBT+ y otros grupos poblacionales se tienen en cuenta muchos aspectos. No es solo la cuestión de violencias compartidas, como lo señala Galtung (2016), o las articulaciones entre diferentes sectores sociales históricamente vulnerados para conseguir objetivos comunes (Espinosa, 2016; Gómez, 2019; Mohanty, 2008), o a que las identidades son múltiples y relacionales (Gómez, s.f.; Grossberg, 2003; Hall, 2003), o a fines electorales (Mohanty, 2008); corresponde a todos estos procesos en forma parcial o simultánea. Las articulaciones se realizan de formas complejas, históricas e incluyen todos los aspectos mencionados. Asimismo, las articulaciones no eliminan las identidades, al contrario, en Colombia, de diferentes formas, las personas LGBT+ se reafirman al aliarse con otros sectores y grupos poblacionales para la consecución de unos fines electorales concretos (Espinosa, 2016; Gómez, 2019; Mohanty, 2008).

En tercer lugar, contrario a lo propuesto por Concannon (2008), las personas LGBT+ no ocultan su orientación sexual o identidad de género, estas se basan en el presupuesto que su electorado lo sabe de antemano, que “se les nota”. Con esto, se enfrentan de alguna medida al sistema heterosexista, al incomodar con su presencia a los sectores conservadores, al mostrarse como son y demostrar sus capacidades. Aunque, consideran que esto les ha traído costos electorales. En adición, tal como lo expresa Reynolds (2013) y Haider-Markel (2007), se encontró que las personas LGBT+ impactan positivamente en la percepción que se tiene de ellas y que su efecto es significativo en el tema político e identitario.

Asimismo, en cuanto a la cuestión de a quién se representa, si hay un sujeto subalterno (Spivak, 2003) y las dinámicas de poder que le dan voz a unos sujetos y a otros no (Brah, 2011; Gómez, s.f.; Mohanty, 2008), se encuentra que algunos de estos sujetos, si no la mayoría, son ese subalterno con voz propia. Entonces, estos sujetos son ese “otro” no normativo (Brah, 2011; Gómez, s.f.; Mohanty, 2008), esos subalternos que en antaño no tenían voz, sin embargo, se empieza a dar una paradoja debido a que ahora ellos y ellas hablan en nombre de alguien más, buscan representar a otros y otras que se encuentran en situación de vulnerabilidad (Spivak, 2003). Pero, lo hacen desde su propia experiencia de dolor y resistencia. Igualmente, lo hacen sin esconderse y sopesando los costos políticos que le puedan representar su orientación sexual o identidad de género.

En cuarto lugar, estas personas no responden a una identidad única, por lo tanto, no se puede hablar de una política identitaria unidimensional, ni centrada simplemente en crear alianzas intra-identitarias, como propone Ghaziani (2011). Estas políticas obedecen a articulaciones amplias (Gómez, 2019; Espinosa, 2016; Mohanty, 2008), que no desconocen lo LGBT+ y están participando electoralmente como una respuesta a los sectores hegemónicos (Hall, 2010), representando múltiples identidades; la política de la solidaridad es clave para el quehacer político de estas personas. Por ser una política de solidaridad amplia, se sobreentiende que la cuestión del reconocimiento, redistribución y la participación van de la mano y se abordan en conjunto (Butler, 2000; Fraser, 2008).

Contrario a lo propuesto por Ghaziani (2011), estas candidaturas reafirmaron en todo momento la necesidad de crear alianzas y no enfocarse simplemente en políticas identitarias intragrupales. No es posible hablar de unos sujetos autodefinidos de forma estática o ahistórica, por ende, la politización de identidades LGBT+ en Colombia corresponde a políticas de alianzas, con identidades que responden a historicismos radicales y desean evitar que otras personas experimenten las violencias estructurales, individuales o simbólicas, que ellos y ellas experimentaron (Espinosa, 2018; Galtung, 2016; Gómez, 2019; Hall, 2003; Mohanty, 2008). Dado lo anterior, en el país no se observa del todo lo propuesto por Grossberg (2003) de un grupo de votantes “autodefinido”, debido a que no hay una única forma de definirlos, sino muchas formas identitarias que interactúan y buscan una transformación social (p. 148).

Finalmente, un análisis interseccional sobre aspectos como el origen geográfico o las afiliaciones políticas no mostraron una transformación significativa en las categorías analizadas. Un aspecto que puede ser tenido en cuenta para futuras investigaciones es el de la clase social, ya que las personas LGBT+ que poseen estabilidad económica han tenido oportunidades laborales y académicas que evitan que experimenten violencias directas. Por lo cual, sus motivaciones para movilizarse políticamente se centran en problemáticas estructurales.

Conclusiones

En conclusión y para responder a la pregunta ¿cuáles son las motivaciones identitarias que movilizan a las personas LGBT+ que se han postulado a cargos de elección popular?, se encuentra que el motor de la movilización radica en una decisión de solidaridad, a partir de su experiencia personal y contextual, buscando que otres no experimenten las violencias sufridas por ellos y ellas. A pesar de que todas las personas entrevistadas son LGBT+, el motor de la movilización no es solamente su orientación sexual o identidad de género, debido a que sus experiencias de vida se cruzan con unas violencias estructurales, personales y simbólicas (Galtung, 2016).

Sin embargo, en un país como Colombia, donde la violencia homofóbica y transfóbica es alta, el tema de orientación sexual o identidad de género diversa aumenta la vulnerabilidad y violencias sufridas por estas personas. Las cuales no poseen una única identidad, sino una multiplicidad de experiencias identitarias interseccionadas. Por ende, las y los candidatos LGBT+ en Colombia, durante las elecciones 2015 y 2018, buscaron que sus agendas incluyeran aspectos que previnieran que las violencias que experimentaron se perpetúen.

Al intentar abarcar las historias de vida en un documento corto, como este, se dejan por fuera muchos aspectos. Por ejemplo, las dificultades reiterativas que enfrentaron en su crecimiento, les impactó para realizar activismo y política por esas causas. La familia —de sangre/social— juega un papel fundamental como círculo de apoyo. La relación con los partidos/movimientos políticos ha sido una mezcla de oportunidad y afinidad ideológica. De alguna forma, la política/activismo ha sido una constante en sus vidas.

En estos espacios habla el/la subalterna, la marica, la trans, la puta, la guerrillera, el rarito, etcétera. Esas personas que normalmente no tienen voz, que ahora gritan con todas sus fuerzas y quieren transformar realidades. Además, a diferencia de lo dicho por Concannon (2008), estas personas no ocultan su orientación sexual o identidad de género, ni necesariamente reproducen culturas heteronormativas. Asimismo, se materializan alianzas y articulaciones amplias, pero, que no representan la eliminación del sujeto LGBT+, al contrario, lo reafirman en relación con las otras identidades que poseen. Estas alianzas estratégicas funcionan como una forma de responder a los contextos de violencia y a los grupos fundamentalistas antiderechos, debido a que la acción político electoral articulada tiene mayor éxito para el movimiento LGBT+ de Colombia.

Para finalizar, este trabajo al combinar diferentes áreas que no habían sido abordadas en Colombia, como lo son la movilización política, identidades y temas LGBT+, se abren nuevos interrogantes, tales como ¿cuáles son las similitudes y diferencias entre la participación político electoral y otras formas de participar políticamente? ¿en qué aspectos se relacionan o diferencian el movimiento político LGBT+ y el movimiento social LGBT+? Si se da un análisis interseccional en relación con la clase y la movilización político electoral LGBT+ ¿cómo se puede entender la clase? ¿desde un sentido marxista, weberiano o desde Bourdieu? Estas preguntas amplias pueden generar nuevos conocimientos en torno a la forma y medios como las nuevas ciudadanías se movilizan políticamente en contextos violentos.

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Notas

Artículo recibido: 15 de febrero de 2021 / Aceptado: 3 de agosto de 2021 / Modificado: 11 de agosto de 2021. Este artículo es producto de la investigación de tesis, “Movilización político electoral e identidades LGBT+ en Colombia”, para obtener al título de Magíster en Género. No contó con ningún tipo de financiación.
A lo largo de tres años trabajé como coordinadora de un observatorio de participación política LGBTI, el cual hace parte de la Corporación Caribe Afirmativo.
Por motivos de seguridad, el nombre de Luisa es un nombre ficticio.

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Williams, R. (1985). Keywords: A Vocabulary of Culture and Society. Oxford University Press.

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Monroy-Agámez, M. . (2022). Movilización político-electoral e identidades LGBT+ en Colombia. Las historias de vida como forma de construir y deconstruir la historia contemporánea del país. Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, (21), 51–76. https://doi.org/10.15446/frdcp.n21.93624

ACM

[1]
Monroy-Agámez, M. 2022. Movilización político-electoral e identidades LGBT+ en Colombia. Las historias de vida como forma de construir y deconstruir la historia contemporánea del país. Forum. Revista Departamento de Ciencia Política. 21 (ene. 2022), 51–76. DOI:https://doi.org/10.15446/frdcp.n21.93624.

ACS

(1)
Monroy-Agámez, M. . Movilización político-electoral e identidades LGBT+ en Colombia. Las historias de vida como forma de construir y deconstruir la historia contemporánea del país. forum. rev. dep. cienc. politica 2022, 51-76.

ABNT

MONROY-AGÁMEZ, M. . Movilización político-electoral e identidades LGBT+ en Colombia. Las historias de vida como forma de construir y deconstruir la historia contemporánea del país. Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, [S. l.], n. 21, p. 51–76, 2022. DOI: 10.15446/frdcp.n21.93624. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/forum/article/view/93624. Acesso em: 29 mar. 2024.

Chicago

Monroy-Agámez, Melissa. 2022. «Movilización político-electoral e identidades LGBT+ en Colombia. Las historias de vida como forma de construir y deconstruir la historia contemporánea del país». Forum. Revista Departamento De Ciencia Política, n.º 21 (enero):51-76. https://doi.org/10.15446/frdcp.n21.93624.

Harvard

Monroy-Agámez, M. . (2022) «Movilización político-electoral e identidades LGBT+ en Colombia. Las historias de vida como forma de construir y deconstruir la historia contemporánea del país», Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, (21), pp. 51–76. doi: 10.15446/frdcp.n21.93624.

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[1]
M. . Monroy-Agámez, «Movilización político-electoral e identidades LGBT+ en Colombia. Las historias de vida como forma de construir y deconstruir la historia contemporánea del país», forum. rev. dep. cienc. politica, n.º 21, pp. 51–76, ene. 2022.

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Monroy-Agámez, M. . «Movilización político-electoral e identidades LGBT+ en Colombia. Las historias de vida como forma de construir y deconstruir la historia contemporánea del país». Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, n.º 21, enero de 2022, pp. 51-76, doi:10.15446/frdcp.n21.93624.

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Monroy-Agámez, Melissa. «Movilización político-electoral e identidades LGBT+ en Colombia. Las historias de vida como forma de construir y deconstruir la historia contemporánea del país». Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, no. 21 (enero 1, 2022): 51–76. Accedido marzo 29, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/forum/article/view/93624.

Vancouver

1.
Monroy-Agámez M. Movilización político-electoral e identidades LGBT+ en Colombia. Las historias de vida como forma de construir y deconstruir la historia contemporánea del país. forum. rev. dep. cienc. politica [Internet]. 1 de enero de 2022 [citado 29 de marzo de 2024];(21):51-76. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/forum/article/view/93624

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