Publicado

2024-01-01

La narrativa gerontológica de Guadalupe, mujer centenaria en un contexto rural

The Gerontological Narrative of Guadalupe, a Centenarian Woman in a Rural Context

A narrativa gerontològica de Guadalupe, uma mulher centenária em um contexto rural

DOI:

https://doi.org/10.15446/frdcp.n25.108140

Palabras clave:

Mujer centenaria, narrativa gerontológica, trayectoria de vida, aprendizajes de género, interdependencia. (es)
Centennial woman, gerontological narrative, life trajectory, gender learning, interdependence. (en)
Mulher centenária, narrativa gerontológica, trajectória de vida, aprendizagem de gênero, interdependência (pt)

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Autores/as

El estudio de la longevidad es una tarea pendiente para la gerontología social y otras disciplinas de las ciencias sociales. Ante el envejecimiento sociodemográfico la presencia de personas mayores centenarias trae consigo serios retos teóricos-metodológicos para posicionarlos como sujetos centrales de la investigación. Para este artículo se hace entrega de una estrategia metodológica que propone la narrativa gerontológica a fin de (re)construir de manera ilustrativa parte de la trayectoria de vida de una mujer centenaria originaria de una comunidad rural del estado de Morelos-México. Desde la perspectiva de género en cruce con el contexto histórico-regional, se analizaron los entramados socioculturales que atribuyeron un papel identitario sobre el ser mujer, las desigualdades y vulnerabilidades presentes a lo largo de su vida.

Study of longevity is an outstanding task for the social gerontology and other social science disciplines. About sociodemographic aging, the presence of centenarian elderly people brings with it serious theoretical-methodological challenges to position them as central subjects of research. This article presents a methodological strategy that proposes the gerontological narrative in order to (re)construct in an illustrative way part of the life trajectory of a centenarian woman from a rural community in the state of Morelos-Mexico. From a gender perspective, in intersection with the historical-regional context, the sociocultural frameworks that attributed an identity role to being a woman, the inequalities and vulnerabilities present throughout her life were analyzed.

O estudo da longevidade é uma tarefa pendente para a gerontologia social e outras disciplinas das ciências sociais. Diante do envelhecimento sociodemográfico e da presença de centenários, traz consigo sérios desafios teórico-metodológicos para colocá-los como sujeitos centrais da investigação. Para este artigo, apresenta-se uma estratégia metodológica que propõe a narrativa gerontológica para (re) construir de forma ilustrativa parte da trajetória de vida de uma mulher centenária de uma comunidade rural do estado de Morelos-México. A partir de gênero na interseção com o contexto histórico-regional, foram analisados os marcos socioculturais que atribuíam um papel identitário ao ser mulher, as desigualdades e vulnerabilidades presentes ao longo de suas vidas.

Recibido: 31 de marzo de 2023; Aceptado: 26 de octubre de 2023

Resumen

El estudio de la longevidad es una tarea pendiente para la gerontología social y otras disciplinas de las ciencias sociales. Ante el envejecimiento sociodemográfico la presencia de personas mayores centenarias trae consigo serios retos teóricos-metodológicos para posicionarlos como sujetos centrales de la investigación. Para este artículo se hace entrega de una estrategia metodológica que propone la narrativa gerontológica a fin de (re)construir de manera ilustrativa parte de la trayectoria de vida de una mujer centenaria originaria de una comunidad rural del estado de Morelos-México. Desde la perspectiva de género en cruce con el contexto histórico-regional, se analizaron los entramados socioculturales que atribuyeron un papel identitario sobre el ser mujer, las desigualdades y vulnerabilidades presentes a lo largo de su vida.

Palabras clave

mujer centenaria, narrativa gerontológica, trayectoria de vida, aprendizajes de género, interdependencia.

Abstract

Study of longevity is an outstanding task for the social gerontology and other social science disciplines. About sociodemographic aging, the presence of centenarian elderly people brings with it serious theoretical-methodological challenges to position them as central subjects of research. This article presents a methodological strategy that proposes the gerontological narrative in order to (re)construct in an illustrative way part of the life trajectory of a centenarian woman from a rural community in the state of Morelos-Mexico. From a gender perspective, in intersection with the historical-regional context, the sociocultural frameworks that attributed an identity role to being a woman, the inequalities and vulnerabilities present throughout her life were analyzed.

Keywords

centenarian woman, gerontological narrative, life trajectory, gender learning, interdependence.

Resumo

O estudo da longevidade é uma tarefa pendente para a gerontologia social e outras disciplinas das ciências sociais. Diante do envelhecimento sociodemográfico e da presença de centenários, traz consigo sérios desafios teórico-metodológicos para colocá-los como sujeitos centrais da investigação. Para este artigo, apresenta-se uma estratégia metodológica que propõe a narrativa gerontológica para (re) construir de forma ilustrativa parte da trajetória de vida de uma mulher centenária de uma comunidade rural do estado de Morelos-México. A partir de gênero na interseção com o contexto histórico-regional, foram analisados os marcos socioculturais que atribuíam um papel identitário ao ser mulher, as desigualdades e vulnerabilidades presentes ao longo de suas vidas.

Palavras-chave

mulher centenária, narrativa gerontológica, trajectória de vida, aprendizagem de gênero, interdependência.

Introducción

El aumento de la esperanza de vida es considerado uno de los grandes logros demográficos del siglo XX (Chávez-Lango y Hernández-Lara, 2021), esto derivado de los avances en la ciencia médica, la extensión de la esperanza de vida, la disminución de la mortalidad y el descenso de la fecundidad. Desde otro enfoque, también se trata de un acontecimiento histórico ante los retos que plantea el envejecimiento poblacional; particularmente ante las desigualdades sociales existentes para cubrir las necesidades que genera el incremento de personas mayores: protección social, jubilaciones, pensiones y prestaciones sociosanitarias; derechos humanos e igualdad de género, fortalecimiento del capital humano y crecimiento económico (Aguirre-Cuns y Scavino-Solari, 2018).

En el ámbito internacional ha existido un aumento significativo de personas en edades muy avanzadas. De hecho, se destaca que la población mundial de 80 años y más, “crecerá de 125 millones en 2015 a 202 millones en 2030 y a 434 millones en 2050. Para el año 2050, se espera que la esperanza de vida al nacer supere los 80 años en Europa, América Latina y el Caribe, América del Norte y Oceanía” (Mesa et al., 2022). Ahora bien, para el caso de México, en 2015 se tuvo como registro un total 17 558 personas centenarias; de las cuales el 60.5 % son mujeres. Y entre las proyecciones registradas para el 2030, se espera una población de 19 645; en la que el 62 % será de mujeres. Mientras que, para el 2050 se proyecta un aproximado de 51 588 personas mayores. Tal y como refieren las proyecciones estadísticas, el envejecimiento sociodemográfico es una realidad a nivel mundial. Desde los estudios demográficos, sociales, políticos, sociológicos y antropológicos han puesto interés por documentar los comportamientos micro sociales de las personas mayores, a fin de dar voz y rostro a las estadísticas oficiales y prestar atención de las necesidades y problemáticas que presenta este grupo etario. Por tanto, para que el estudio de las personas centenarias continúe en el foco de atención, no solo como un asunto sociodemográfico ante la presencia de personas con edades longevas; es necesario que su estudio implique una revisión con enfoque multidisciplinario, multimetódico, heterogéneo e interseccional.

Actualmente, las investigaciones de corte social y biográfico indagan por encontrar el secreto de la longevidad, a partir de la identificación de factores protectores de la longevidad humana; entre los que destacan: aspectos ambientales, biológicos —la poca presencia de enfermedades y hábitos de salud—, emocionales —personalidad, autocontrol, autodisciplina, satisfacción con la vida— y socioeconómicos —mayor acceso a sistemas de seguridad social— (Chávez-Lango y Hernández-Lara, 2021). Ahora bien, para el caso de México su referente histórico que describe de qué personas centenarias estamos hablando, tiene una relación directa con las transformaciones sociales, políticas y económicas que requieren ser estudiadas porque son personas que hoy día alcanzan los cien años o más. Por ende, se trata de una cohorte generacional que nacieron unos años posteriores a la Revolución mexicana, en el que la esperanza de vida durante y en los años subsecuentes era muy baja. Son considerados, por un lado, herederos de aquellos acontecimientos históricos y por otro, sobrevivientes al mostrar una capacidad de adaptación a los cambios vitales e inclusive a superar adversidades socioculturales y económicas (Chávez-Lango y Hernández-Lara, 2021; Mesa et al., 2022). En pocas palabras, las formas de envejecer también dependen de factores intrínsecos y extrínsecos (Jiménez, Mendoza y Montalvo, 2023) de carácter histórico y social por el cual han atravesado ciertas cohortes generacionales de diferentes regiones del mundo;

[…]las personas que hoy día superan los 90 años (nacidos desde 1925) hasta los mayores de 110 años, (nacidos desde 1905) han vivido unos acontecimientos históricos y sociales (personas nacidas en 1905 donde la población mayoritaria inicia sus ciclos vitales en zonas rurales agrarias, donde la escolarización es escasa) muy distintos de las generaciones que hoy día inician su jubilación, mayores de 65 años (que nacieron a partir de 1950). Los que nacieron entre 1915-1925 en España vivieron la Primera Guerra Mundial, sufrieron la Guerra Civil, la posguerra y la Segunda Guerra Mundial, pero los nacidos entre 1950 y 1970, que tendrán 100 años en 2050-2070, son parte del baby boom español, una de las generaciones más numerosas de la historia española, y han gozado de la bonanza económica de un país en desarrollo creciente (Córdoba-Castillo, 2018).

La población centenaria de hoy son ejemplos vivos de una sociedad envejeciente que se encamina hacia la longevidad, es decir “[…]el prolongamiento de la vejez a edades que superan los 100 años, situación nunca antes vista en el devenir demográfico de las sociedades mundiales” (Osorio et al., 2022, p. 150). Ahora bien, desde la perspectiva de la salud está por demás indicar que llegar a ser más longevo tiene que ver con superar ciertas edades. Tal y como lo indican los registros realizados por Robine y Allard (1998) las personas que cumplen los 80 años y más, viven un proceso de desaceleración de la mortalidad; así como también si dentro de la unidad familiar uno de sus integrantes llega a ser una persona centenaria existe una alta probabilidad de que otro integrante llegue a esas edades. Pero, ¿cuáles son las causas de mortalidad entre los centenarios? esta respuesta fue respondida por un grupo de investigadores en Estados Unidos quienes, a partir de dar seguimiento a un grupo de personas longevas, identificaron que en su mayoría presentaron enfermedades asociadas con Alzheimer, hipertensión, enfermedades crónicas respiratorias y lesiones no intencionadas; y en menor medida con gripe y neumonía, accidente cardiovascular o enfermedades del corazón. Pero, al momento de realizar una comparativa por diferencias de género identificaron que en mayor medida las causas de muerte son: para las mujeres centenarias en Estados Unidos fallecen por enfermedades del corazón, de Alzheimer, derrame cerebral, gripe, neumonía y cáncer; mientras que, para los hombres centenarios por enfermedades del corazón, cáncer, gripe y neumonía, derrame cerebral y Alzheimer (Córdoba-Castillo, 2018).

Aunado a ello, los avances sociales, de la medicina, la alimentación, la higiene y la salud pública continúan, tal es así que existe un nuevo planteamiento de que en los próximos años venideros continuará el alargamiento de la vida. Dando paso a la necesidad de registrar de manera sistemática una mayor cantidad de personas adultas mayores en relación a las generaciones de infantes y jóvenes; e inclusive no solo hablaremos sobre centenarios; sino de supercentenarios. Es decir, que tendremos casos de personas con más de 120 años.

[…]los cambios en la natalidad, la migración, la mortalidad y a las mejoras en la calidad de vida de los octogenarios y nonagenarios. De ahí las estimaciones futuras, si se mantiene el crecimiento en el nivel de calidad de vida, las probabilidades de que un niño nacido hoy, viva hasta los 100 años son muy elevadas, ya que hace 8 décadas se podía estimar llegar a los 80 años y las estimaciones han sido superadas (Córdoba-Castillo, 2018, p. 7).

No obstante, están otros datos que requerirán ser analizados con mayor detenimiento a fin de mirar a detalle algunas contradicciones que se presentan sobre el tema de la longevidad. Montalvo-Vargas y Cerón-Grajales (2022) han indicado que en el caso de México, la longevidad presenta una paradoja, ya que al analizar datos de las primeras décadas del siglo XX comparados con las primeras del siglo XXI, se encontró que la cantidad de centenarios por cada 1000 habitantes ha disminuido, a pesar de haberse incrementado la esperanza de vida de manera progresiva en las últimas décadas. Este supuesto da pie para ser mayormente analizado, ya que denota una contradicción en los aportes investigativos que documentan un mayor alargamiento en la esperanza de vida, gracias a la ciencia médica y cambios en los estilos de vida de las personas mayores (Córdoba-Castillo y Pinazo-Hernandis, 2016).

Ahora bien, vivir más años, sin duda alguna es y será un éxito en la historia de la humanidad. Pero, ¿qué pasa con la mayor cantidad de años de vida? ¿en qué condiciones llegaremos, si llegamos? ¿qué significa superar los ochenta años y llegar a los cien años? ¿más vida es mejor vida? (Gastrón, 1999). De cara al futuro, es necesario continuar abonando referentes tanto teóricos como empíricos que detallen la cultura de la longevidad, entendida no solo por vivir más años, sino que estos se traduzcan en mejores condiciones de vida para las personas, en garantizar que todas puedan envejecer con seguridad y dignidad tanto en lo físico-cognitivo, económico y social (Mesa et al. 2022); además del fomento de las relaciones intergeneracionales recíprocas. Al respecto, las investigaciones proponen conocer y caracterizar las condiciones en que las personas mayores más longevas y centenarias viven, a fin primero de tener un referente de su localización territorial y responder a dos preguntas clave: ¿quiénes son? y ¿dónde están? Además de precisar si poseen o no la cobertura de derechohabiencia y características sociodemográficas. Todo esto, señalan Chávez-Lango y Hernández-Lara (2021), sin perder de vista desde una perspectiva regional y de los estudios de género.

Por un lado, tener mapas georreferenciados sobre el envejecimiento poblacional permite dar cuenta de su ubicación. De hecho, no es recurrente citar en un artículo de corte científico la información recabada por notas periodísticas, pero sin duda son fuente de información que dan cuenta sobre la presencia de hombres y mujeres que superan los cien años de vida en los diferentes estados de la República mexicana. Por ejemplo, el pasado 28 de agosto de 2022 el periódico El Financiero publicó el caso de Doña Conchita, una mujer de 119 años originaria de Tanlajás, San Luis Potosí. Otro caso documentado y publicado en MxCity, es Doña Juana con 119 años, originaria de un municipio indígena de Pantepec, Chiapas. De hecho, en la nota indica “[…]de acuerdo con su credencial de elector, doña Juana es oriunda del barrio Nuevo Progreso, nació el 8 de junio de 1900, es decir nació cuando a México lo presidia Porfirio Díaz. Tenía 10 de edad, cuando inició la Revolución mexicana y ha visto desfilar a 30 presidentes de México, incluido el actual Andrés Manuel López Obrador” (Quizá la persona más grande del mundo tiene 119 años y es mexicana, 2022). Finalmente, en la publicación de la revista México Desconocido refieren que la persona más longeva de quien se tiene registro en México fue Doña Tomasa Huerta con 135 años de edad y que vivió en Huamantla, Tlaxcala.

Ahora bien, un aporte significativo en la documentación de la población centenaria proviene de los estudios de género, porque al mirar desde estos lentes se observan las diferencias sexo-genéricas de quiénes son, ya que está comprobado que quienes viven más y son más longevas, son las mujeres (Osorio et al., 2022). De acuerdo con los referentes estadísticos, son las mujeres quienes tienen una mayor esperanza de vida en relación con la de los hombres; a este fenómeno se le conoce como la feminización de la longevidad. Pero, ¿qué es la feminización de la longevidad? En términos estadísticos se trata de que las mujeres tienen una mayor expectativa de vida y menor mortalidad. Pero, derivado de la división sexo-genérica del contexto histórico y sociocultural en el que nacieron y crecieron, enfrentaron un sinfín de desigualdades que fraguaron serias desventajas acumuladas a lo largo del curso de vida; por lo que son más propensas a vivir en situaciones desventajosas para las mujeres mayores (Gastrón, 1999; Ramos-Toro, 2018; Vasconcelos et. al., 2016), causadas primero por estructuras de género que otorgaron una serie de roles asociados a la maternidad, el trabajo doméstico y de cuidados informales que no les garantizaron su autorrealización en el mercado laboral, invisibilidad política y vulnerabilidad económica al no ser acreedoras de protección social —jubilación y pensión—. Y por otro, la prevalencia de situaciones de enfermedad y vulnerabilidad —viudedad, soltería, soledad, escasez de ingresos, enfermedades crónicas no transmisibles que causan dependencia—. Por ende es necesario mirar la longevidad tal y como lo plantean Osorio et al. (2022, p. 152):

[…]visibilizar cómo operan las estructuras de opresión por género […] destacando las desigualdades estructurales de género y cómo éstas operan en la vejez […] y sus cruces con otras categorías estructurales como la clase social (Gómez, 2019), el territorio (Caro, 2017) o la etnicidad (Gallado-Peralta, Sánchez-Moreno y Rodríguez-Rodríguez, 2018).

Asimismo, existen otras líneas de investigación que se enfocan en descubrir las potencialidades y diversidades de la feminización de la vejez (Ramos-Toro, 2018). Sin embargo, para abonar a estas generalidades la propuesta que detalla la Gerontología Crítica y Feminista es comprender al envejecimiento como un acontecimiento social que se caracteriza por su diversidad, heterogeneidad y dimensión interrelacionada entre lo individual y lo social (Yuni y Urbano, 2008). Por tanto, nos situamos desde este abordaje teórico para el estudio de la longevidad y personas centenarias; porque si bien los estudios feministas han nombrado las experiencias de las mujeres en el desarrollo histórico y socioeconómico en su mayoría se enfocaron en edades productivas-reproductivas del cuerpo biológico de las mujeres, dejando de lado la categoría edad y las relaciones entre edades que invitaran no solo analizar la vida de las personas longevas como algo lineal, progresivo, natural e igual; sino en cruzar desde la interseccionalidad para mirar detenidamente las desigualdades sociales, diferenciaciones, posiciones sociales y sus relaciones entre sí que permanecieron a lo largo de sus cursos de vida (Osorio et al., 2022).

De acuerdo con la revisión bibliográfica, son recientes las investigaciones que estudian el envejecimiento y la vejez desde una perspectiva de género; y particularmente sobre las trayectorias y experiencias de vida de las mujeres mayores y más específicamente las mujeres centenarias (Ramos-Toro, 2018; Osorio et al., 2022). De hecho, Osorio et al. (2022) sostienen que es necesario adentrarse en las trayectorias de vida de las personas —ya que ésta, aún es una perspectiva minoritaria en el campo de la investigación gerontológica— a fin de comprender la longevidad humana, desde sus propias voces y experiencias.

Este artículo, también se apoya de la propuesta de Osorio et al. (2022) quienes refieren que desde las ciencias sociales se tiene un compromiso con la población adulta mayor; ya que en gran parte del conocimiento sobre el envejecimiento y la vejez ha provenido desde las ciencias médicas, biológicas, ambientales y psicosociales; por tanto las experiencias de las personas centenarias son un referente para ser nombradas no solo como un grupo que ha vivido más años, sino para ilustrar la capacidad de agencia y experiencias que denotan sus experiencias particulares acerca de cómo superaron sus esperanzas de vida al nacer. Como parte de la justificación investigativa es menester indicar que en la zona oriente del estado de Morelos no existen estudios que visibilicen la presencia de personas centenarias en sus diferentes comunidades. De esta manera una propuesta es ilustrar desde los relatos de vida, recuperados de viva voz por parte de la(s) protagonista(s) centenaria(s) a fin de conocer y comprender la trayectoria de vida de las mujeres centenarias, sin obviar el contexto histórico en el que nacieron y crecieron y los aprendizajes de género que les fueron asignados, algunos de ellos como marcadores de desigualdades y vulnerabilidades desde edades muy tempranas que se agudizaron en la vejez.

Datos sociodemográficos sobre la población centenaria en el estado de Morelos

En México no se tienen registros censales de manera continua. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) es la institución oficial de generar datos geoestadísticos en México y hay diversos momentos —no todos— en que se reportan datos sobre personas centenarias en el país. En el siguiente cuadro se exponen cifras de las primeras décadas del siglo pasado y las primeras del presente. Se puede advertir el descenso de centenarios en México. Sin embargo, este acontecimiento debe analizarse a la luz de un ligero pero constante incremento de la población por un lado y la esperanza de vida por el otro.

Personas
centenarias por entidad federativa en México

Tabla 1 : Personas centenarias por entidad federativa en México

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI, 1930-2020

Si analizamos las cifras de manera agrupada, se puede advertir que la longevidad se presenta principalmente en estados con altas concentraciones de población; pero también, es marcada la tendencia a encontrar una localización al sur del país. Estas cifras deben analizarse en relación con la población total para identificar patrones de concentración regional. Un aspecto que se destaca es la mayor proporción de mujeres centenarias respecto de los hombres, y para efectos del presente trabajo, este dato es fundamental.

Particularmente en el estado de Morelos, lugar donde se hace referencia a nuestra informante, el último Censo de Población realizado por el INEGI en 2020, reportó 340 personas centenarias, de las cuales solo el 37.06 % son hombres y el 62.94 % son mujeres, aspecto que le otorga relevancia y pertinencia a este trabajo (tabla 2).

Personas centenarias por municipio en
el estado de Morelos

Tabla 2 : Personas centenarias por municipio en el estado de Morelos

Fuente: elaboración propia con datos del INEGI (2020).

El comportamiento de las cifras que se registran sobre personas centenarias en Morelos, tiene una variabilidad distinta al comportamiento nacional, en esta entidad hay ascensos y descensos en los números. Pero llama particularmente la atención, que es una de las entidades federativas donde en la última década hubo incremento de personas centenarias (figura 1).

Personas centenarias en el estado de Morelos

Figura 1: Personas centenarias en el estado de Morelos

Fuente: elaboración propia a partir de datos estadísticos y vectoriales del INEGI (2020)

Envejecimiento y longevidad: un breve estado del arte

La longevidad humana es un término que se vincula a los años que vive una persona después de cumplir 60, pues es el indicador que define el momento en que se llega a la etapa de la vejez. Las personas con 100 o más años se consideran longevas; sin embargo, esta condición ha cambiado con el tiempo. En México y en el mundo, hace 100 años, esto era difícil de alcanzar. Es por lo anterior, que es fundamental aprender y documentar los estilos de vida y la manera como han conservado la salud física, cognitiva y mantener actividades de su vida diaria. Investigaciones como la de Mesa et al. (2022), sostienen que existen condiciones materiales y espirituales de vida que propician que las personas mayores vivan más: salud, condiciones socioeconómicas y satisfacción por la vida. Para ello, se han propuesto líneas de investigación que atienda el análisis no solo desde el punto de vista del envejecimiento poblacional, sino también desde el individual.

Para poner en contexto, los estudios sobre la población centenaria son un referente a partir de la segunda mitad del siglo XX, contexto en el que se da inicio el desarrollo de literatura científica sobre el aumento en la esperanza de vida y los niveles de longevidad de la población (Osorio et. al, 2022). Por su parte, Córdoba-Castillo (2018) indica que los estudios internacionales sobre la extrema longevidad iniciaron hace más de 40 años, a fin de identificar cuáles son los protectores de una larga vida desde una perspectiva biológica; pero no conductual o social. Hay distintos autores que refieren la necesidad de este análisis. Pérez (2021) señala que la longevidad tiene su origen en el idioma latino y se proviene del adjetivo “longus” cuya traducción es “largo” y por “aevum” un sustantivo alude al tiempo o edad de una persona. Por lo anterior, hace décadas, arribar a los 100 años era tan raro que algunos países les hacían un reconocimiento a esas personas por haberlo logrado; y, empezaron a estudiarse los contextos y los patrones de vida de estas personas.

El gerontólogo japonés Hirose realizó un trabajo con más de ochocientas personas centenarias, y encontró que cada persona centenaria vive de una manera diferente, lo anterior supone que hay tantos estilos de vida como centenarios. Entre las características que deben estudiarse, son aquellas que tienen en común y el entorno en que viven. Es decir, “la longevidad individual es parte de uno mismo en comparación con la longevidad poblacional” (Takahashi, 2017, p. 10).

Es así como, la longevidad poblacional refiere a una zona específica, un espacio distintivo donde pueden concentrarse las personas centenarias. El referente más conocido, es el de las denominadas “Blue Zones” o Zonas Azules. Según Poulain et al., demógrafos expertos en estudios sobre longevidad y coautores del libro The Blue Zones expresan que “este término hace referencia a un área geográfica bastante pequeña y homogénea, en donde la población comparte el mismo estilo de vida y el mismo medio ambiente y su longevidad excepcional ha sido científicamente probada” (2013, p. 55).

Sin embargo, son distintos los puntos de vista y hay autores como Bezrukov y Foigt que refieren que la longevidad es resultado de una “combinación de peculiaridades del ambiente (pureza ecológica, menor contenido de oxígeno en el aire), estilo de vida (trabajo físico de intensidad moderada, permanencia al aire libre) y una dieta específica (prevalencia de productos de origen vegetal y de tipo lácteo)” (2005, p. 306). En definitiva, hay mucho campo por explorar y estudiar de las personas centenarias en el mundo.

Finalmente, estudios sobre el envejecimiento en las ciencias sociales han propiciado una serie de cuestionamientos sobre las mujeres mayores, desde diferentes disciplinas académicas, tales como la sociología, la antropología, la gerontología, la demografía y el trabajo social. Los diferentes aportes han integrado una mirada relacional entre género, edad y desigualdades sociales, las representaciones sociales de las mujeres mayores, la heterogeneidad de los envejecimientos y las vejeces femeninas, contextos de vulnerabilidad y marginación femenina asociada a cuestiones de empobrecimiento, trabajo de cuidados y domésticos, usos del tiempo y violencias (Castaño y Martínez--Benlloch, 1990; Gonzálvez y Lube, 2020). Entre los aportes significativos sobre los estudios de mujeres mayores han destacado las diferencias que los sistemas de género han convertido en desigualdades que las ha acompañado y afectado a lo largo de sus trayectorias de vida (Ramos-Toro, 2018).

Contexto de estudio y trayectoria metodológica: método biográfico-narrativo y narrativa gerontológica

En este apartado se describe el contexto de estudio y la trayectoria metodológica empleada para la recuperación de la narrativa gerontológica de una persona centenaria. Si bien, los datos estadísticos indican que no existen registros de personas centenarias en el municipio de Jonacatepec, Morelos; la realidad micro social es otra. Al momento de interactuar con las personas que habitan la comunidad dan referencia de la presencia de personas adultas mayores de más de noventa y cien años, algunos por ser sus familiares, vecinos o conocidos de la comunidad. Desde una postura interpretativa, podemos señalar que la invisibilización y carencia de datos estadísticos tiene que ver con otros trasfondos que no dependen únicamente de la demografía; sino también de parámetros familiares e institucionales ante la ausencia de registros y actualización de actas de nacimientos de este grupo etario, lo que deriva en un desconocimiento real del total de años cronológicos cumplidos de la persona mayor.

Pero, ¿por qué si en otros municipios del estado de Morelos se tienen registros de cuántas son las personas centenarias, se decidió emprender un trabajo de investigación en el municipio de Jonacatepec, Morelos? La respuesta es simple, el lugar de residencia de uno de los investigadores. Si bien, en los últimos años se ha hecho investigación sobre centenarios en el contexto de Tlaxcala; siempre existió un interés por documentar la vida de una mujer centenaria misma que fue identificada por su participación activa en eventos religiosos, ser la persona más longeva reconocida por las autoridades municipales y recientemente por el Instituto Nacional Electoral (INE) que le hizo entrega de su credencial para votar.

A lo largo de los meses, familiares y vecinos compartieron parte de la historia de vida de la mujer más longeva de la comunidad. En diferentes eventos públicos de carácter cultural, fue notorio el protagonismo de Guadalupe, asimismo de conocer su excelente memoria para recordar episodios específicos de su vida. Ante esto, nos llevó a replantear sobre el uso de metodologías interpretativas que dieran cuenta de la capacidad de agencia de las personas adultas mayores; principalmente ante un debate errático que ha sostenido que al envejecer se disminuye la capacidad de acción, sobre todo cuando se padecen enfermedades o se llega a depender de cuidados. Sin embargo, a la fecha las investigaciones de corte gerontológico continúan cuestionando y subrayando aquellos resultados que plantean prejuicios y edadismos sobre la vejez, lo que conlleva al análisis cuidadoso a fin de no reproducir obviedades e inequidades sobre la participación y reconocimiento social de las personas mayores.

De tal forma que, de los métodos interpretativos existentes optamos por el método biográfico-narrativo 1 porque permitió otorgar esa atención centrada en la persona. Desde este ángulo se “destaca la importancia de los relatos como elemento constitutivo de la experiencia humana y su papel clave en la intención social y en la representación colectiva de la realidad” (Villar y Serrat, 2017, p. 217). Para situar el estudio del envejecimiento, la vejez y las personas mayores; la narrativa nos adentra a diferentes etapas de la trayectoria de vida de las personas ante la necesidad urgente por conocer las particularidades a preguntas tales como: ¿quiénes son? ¿Cómo envejecen las personas a lo largo y ancho del país (caso, México)? A través de la conversación, emergen recuerdos de personas, familiares, amigos; de un contexto histórico social en el que vivieron, y así a toda una trama que plantea los aprendizajes y desafíos por donde transitó el protagonista de la historia. Recordemos que al contar una historia esta no se caracterizará por su temporalidad, sino que es el investigador quien deberá darle un sentido organizado, estructurado y secuencial desde una línea temporal de la trama. Desde este ejercicio, será posible encontrar los significados, las metáforas, el propósito de la vida, elementos sincrónicos y diacrónicos de la experiencia vivida.

Desde la narrativa gerontológica, ha sido una apuesta por generar conocimientos científicos del envejecimiento y la vejez basadas desde la actividad del mundo subjetivo a partir de una serie de estrategias como la reminiscencia/memoria autobiográfica, la revisión de la trayectoria de vida y los relatos autobiográficos. Tal es así que esta aproximación narrativa propone un regresar al sujeto hablante de investigación, como agente protagonista de los entramados, sentidos y significados de sus trayectorias de vida. En pocas palabras, la gerontología de corte sociocrítico apuesta por nombrar y hacer nombrar a las personas envejecientes desde un sentido humanista que dan cuenta de sus experiencias, aspiraciones e identidades sobre su pasado y su presente (Salazar-Villanea, 2015; Rodríguez y Salguero, 2022).

Como parte de la estrategia metodológica que nos brinda la narrativa gerontológica, está la técnica de la memoria autobiográfica; misma que fue el referente para hacer una revisión de la vida —life review— de quien es la protagonista de la historia. Desde este referente, se construyó un guion de entrevista semiestructurado. La dinámica de la entrevista fue abierta, es decir se tomó en cuenta la particularidad para lograr la interacción y la comunicación con la informante; no se inició con preguntas directas, sino que estas fueron abiertas en función de la presentación, tema de conversación que dio inicio para romper el hielo y generar empatía, y así hasta lograr tener un hilo conductor que matizara por etapas la trayectoria de vida a través del proceso de integración intencional, reflexivo y retrospectivo.

El escenario de la entrevista fue en el hogar familiar, se solicitó la autorización para la grabación de la voz de la protagonista. El tiempo de grabación de la entrevista fue de una hora y cincuenta y siete minutos; pero fuera de la grabación se obtuvieron más datos empíricos que fueron apuntados en el cuaderno de notas etnográficas. Asimismo, ante los vacíos de ciertas etapas en la trayectoria de vida de la protagonista, fue relevante la participación de otros familiares quienes son acompañantes y co-residentes, quienes fungen como cuidadores primarios de la persona centenaria. Desde el método narrativo las voces de terceras personas son relevantes para matizar y ampliar parte de la historia de vida de la protagonista de la historia.

Al finalizar la entrevista, se procedió a la transcripción literal de la entrevista. Se organizó la trama de la trayectoria de vida, de modo que permitiera dar sentido y orden a los relatos autobiográficos que fueron compartidos. Uno de los acuerdos establecidos con la protagonista y los familiares fue el regreso de la historia; primero para su lectura y revisión de datos que no fueran precisos y así, realizar las correcciones que consideraron necesarias. En una segunda y tercera visita, fue posible puntualizar datos particulares como el año de nacimiento, la edad en la que se casó, los años de nacimiento de sus hijos y otros detalles sobresalientes de ciertas etapas de la vida.

A manera de ilustración y como parte de la organización de los relatos autobiográficos, se propuso la creación de un biograma, como apoyo para el lector a fin de mostrar una síntesis de la trayectoria de vida, aportando elementos espacio temporales, dimensiones, hitos y personas relevantes de manera ordenada en línea de tiempo. Cabe destacar que la trayectoria de vida fue escrita desde tres voces: la protagonista, su hijo y su nieta.

A manera de ilustración: biograma y la vida de Guadalupe, mujer centenaria de una comunidad rural

Biograma de la trayectoria de vida de Guadalupe

Biograma de la trayectoria de vida de Guadalupe

Fuente: elaboración propia a partir de los relatos autobiográficos recuperados durante las sesiones de entrevistas (202 3).

Trayectoria de vida de Guadalupe, mujer centenaria de una comunidad rural

Doña Lupita es la manera en cómo se refieren su hijo, nieta y vecinos. Pero a Guadalupe, le gusta que le digan por su nombre completo. A pesar de que nació el 14 de febrero de 1922, indica que su nombre tiene fuerza y significado, por ello es que prefiere festejar su santo cada 12 de diciembre — y no su cumpleaños— en honor a la Virgen de Guadalupe. Para su hijo y nieta, esta fecha es de celebración ya que por tradición son devotamente Guadalupanos, así que desde días antes comienzan por encender el sahumerio y adornar con flores y veladoras el altar en honor a la Virgen. En la noche del 11 de diciembre, acuden a la misa de la capilla del mismo nombre y a las cinco de la mañana, se preparan para seguir con los festejos. Cantan y rezan, mientras afuera de la capilla los cueteros irrumpen el silencioso amanecer con la explosión de fuegos pirotécnicos acompañados de los aullidos de cientos de perros, es seguro que el estruendo hace vibrar cada uno los hogares y acompañan el despertar de los lugareños.

Para Guadalupe es momento de celebración, así que apoyada de su silla de ruedas acude a la misa para pedir por más años, más salud y estar rodeada de su familia. Durante la tarde, se hace una nueva reunión, pero ahora en su hogar, para festejar su santo. Su nieta, quien es cantante de la comunidad, tiene amigos y conocidos que también cantan; así que desde días antes los invita para ambientar la fiesta. Mientras Guadalupe y su familia entonan las mañanitas frente a un rico pastel, las personas invitadas sonríen, fotografían aplauden de felicidad al verla soplar un N de velitas. Es interesante mirar las paredes tapizadas de fotos que ilustran su historia de vida. De hecho, desde el primer contacto con Guadalupe se entusiasmó tanto de que sería entrevistada, que en todo momento nos invitó a ingresar a su hogar para hacernos un recorrido detallado de cada instante plasmado en imágenes. En cada foto, nos relataba quiénes eran, qué estaban haciendo, en qué lugar se encontraban. Pedía a su nieta, que bajara cuadro por cuadro, a fin de que señalara cada color, cada forma, cada rostro. La foto que más emoción causó y que generó un cambio en el tono de voz de Guadalupe, fue al mostrarnos a su “compañero de vida”, a su pareja que hace algunos años falleció.

El inicio de la entrevista fue muy importante, ya que se trató de generar un espacio de empatía, comunicación directa y escucha activa con Guadalupe. Tras la pandemia por la Covid-19 que incentivó por buscar otras formas de hacer investigación de campo, alejó por completo la presencia activa del investigador/a; incluso se apostó por generar metodologías virtuales como la etnografía. Sin embargo, la presencialidad ha sido un elemento crucial para este tipo de investigaciones, porque permite observar el contexto e interactuar cara a cara con las personas, principalmente con las personas adultas mayores. La primera parte de la entrevista se llevó a cabo afuera de su hogar, Guadalupe decidió acomodarse en un pequeño asiento de cemento, y quienes la acompañábamos en sillas de plástico. Dimos continuidad por conocer cómo percibía el día, el clima y saber si recordaba la fecha. Nos dimos cuenta que Guadalupe se caracteriza por su lucidez para platicar, su buen oído para escuchar y responder a cada pregunta y la claridad para recordar momentos cruciales de su vida. Físicamente, es una mujer pequeña y muy delgada, de rostro serio por las huellas de su notable carácter fuerte, su voz es frenética que impone su palabra, su decisión y sus recuerdos. Tiene el cabello largo con textura fina que decide trenzar, no está teñido así que luce con orgullo cada una de sus canas. Viste muy coqueta [así, lo refiere su nieta], ya que cada mañana su rutina se caracteriza por ponerse frente a su espejo para peinar su larga cabellera; su vestimenta es formal, de vestido bajo las rodillas, para la ocasión vistió un vestido con flores azules y hojas amarillas, zapatos negros que dejan al descubierto los dedos de sus pies. No puede dejar su bastón, que la acompaña durante sus caminatas matutinas. Usa algunas joyas, una cadena de oro con un dije de la Virgen de Guadalupe y un escapulario, en el dedo anular de su mano izquierda aún conserva su anillo de matrimonio y en su mano derecha, un anillo en cada dedo medio y anular.

Su historia de vida inicia con sus recuerdos sobre su infancia, de ilustrar con cuidado el lugar donde nació. Guadalupe subraya que no es originaria del estado de Morelos, sino del estado vecino; Puebla. Específicamente de la Ciudad de Chiautla de Tapia [también conocido como Chiyauhtlah, Chiautla o Chiautla de la Sal], que se encuentra localizada en el suroeste del estado de Puebla-México. De acuerdo con el significado etimológico, Chiautla procede del Chiautli, que hace referencia a lodo grasiento o cenagoso y Uhtla sinónimo de tla, que significa abundancia. De ahí, su significado es Donde abunda el cieno o lodo espeso y hediondo. Tiene recuerdos vagos sobre su infancia, que ilustra y detalla cómo eran físicamente sus padres, su humilde hogar y los juegos que acompañaban su día a día. Su padre, un hombre de campo, dedicó parte de su vida en labrar la tierra. Pero, también al comercio. El hijo de Guadalupe, amplía el relato al señalar que su abuelo materno fue un hombre de trabajo, que siempre buscó la manera de obtener algunas monedas para alimentar a su amplia familia:

Yo conocí a partir de mi abuelo. Él era comerciante, él viajaba desde Puebla a Guerrero, específicamente a Acapulco. Antes no había transporte, se movía en el burrito que tenía. Y vendía lo que encontraba, lo que ofrecía. Por ejemplo, iba a Puebla a traer la loza de talavera, que en esos años era para personas que tenían dinero. Y entonces, lo llevaba para Guerrero, Chilapa, Acapulco Tulcingo, San Juan, Huichila, Olinalá. Ahora sí que ese era su trabajo, todos esos pueblos recorría, se daba la vuelta y ya regresaba a casa [relato del hijo]. La mamá de Guadalupe se dedicó al hogar, a criar y hacer crecer a los hijos para que siguieran trabajando y a las mujeres para que aprendieran las cosas de la casa (Don Ricardo, relato del hijo, comunicación personal, 03 de febrero de 2023).

Guadalupe recuerda que aprendió a cocinar gracias a su mamá, los frijoles, la salsa y las tortillas no podían faltar en el plato de comida. La rutina diaria era moler el maíz en molino de mano y en metate, para hacer la masa y así, echar tortillas y memelas. Pero también a las actividades domésticas, como lavar los trastes y la ropa y limpiar la casa, ella lo refiere como cosas de la casa. Y así, los años pasaron en su casa y en el campo. De allí, se casó:

Cuando cumplí dieciocho años me casé, porque me pidió mi esposo. Me acuerdo que me casé en mi tierra, hubo fiesta y el vestido pues, corrientito. De ahí, nos fuimos a un rancho porque la familia tenía ganado, mi compañero con otros chamacos ordeñaban vacas. De hecho, aprendí a hacer quesos y todas las cosas que se hacen en un rancho. Yo seguí moliendo el maíz y usar el metate para hacer tortillas y la comida. Mientras mi compañero, seguía con el trabajo en el campo (Guadalupe, mujer centenaria, comunicación personal, 25 de enero de 2023).

Su maternidad fue inmediata, al año de casarse: puedo decir que tuve un montón de hijos. Así, consecutivamente tuvo sus hijos e hijas. Algunos de sus embarazos fueron fallidos, otros murieron con el paso de los meses o años, casi siempre siendo aún niños/as. El hijo de Guadalupe, relata que su madre vivió un evento traumático cuando estaba embarazada de uno de sus hermanitos, ya que en una tarde tuvieron que encender el Tlecuil 2 para preparar el Nixtamal 3 , pero como la casa en la que vivían era de paja, se incendió. De un momento a otro, la casa se consumió. Guadalupe tuvo que tomar algunas cosas, y con sus hijos salir rápidamente de su hogar. Pero, la impresión de perder todo y verlo en cenizas causó daños severos en su bebé. Durante el embarazo no sabían, sino hasta nacer: cuando nació mi bebé, pues ya nació como quien dice enfermo. Con el susto me dio eso como de morir poco a poco, porque sus sentidos y su físico nunca se desarrollaron, mi bebé nació como sequito, y así murió (Guadalupe, mujer centenaria, comunicación personal, 25 de enero de 2023). Este evento fue significativo en la vida de Guadalupe porque tuvo varias pérdidas. Aun a la fecha recuerda con dolor la muerte de sus hijos/as. Pero por otro lado, también recuerda el nacimiento de cada uno de sus hijos/as, los que ella indica que sí se lograron. Santos, Genovevo, Ángel, Victorino, Faustina, Carlota e Inés. Sus partos fueron en casa, acompañada de una partera del pueblo: era una viejecita, ella siempre me acompañó cada que iba a parir.

Por casi más de veinte años de matrimonio, la familia de Guadalupe vivió en Chiautla de Tapia. Pero, por gente mala que estafó a mi esposo, propició que perdieran su humilde hogar. La salida de Chiautla de Tapia fue un proceso de letanía, de buscar un lugar donde vivir, siempre apoyada de personas de otros municipios que les permitían estar un tiempo en un terreno y ayudarles a construir su casa, un jacalito de palos y zacate. Hasta que después de varios años de peregrinar, una de sus hijas mayores que ya se había casado con una persona en Jonacatepec, Morelos les ofrece una casa para rentarse. Así, Guadalupe, su esposo e hijos/as migran hacia la comunidad, inician rentando un pequeño cuarto y con el paso del tiempo, con el apoyo de los ingresos económicos de sus hijos y de su pareja lograr comprar un pequeño terreno, casi en los límites de Jonacatepec.

Su compañero continuó trabajando en el campo, a sus hijos varones les enseñó a usar el hacha, el machete, a hacer todo lo que debe hacer un caballero. Y a sus hijas, les transmitió sus conocimientos para hacer comida y cosas de la casa. Así, los años pasaron, Guadalupe y su esposo poco a poco se fueron quedando solos. Sus hijos/as comenzar a hacer sus vidas, algunos se casaron con personas de la comunidad, otros con personas de Chiautla de Tapia y otros, emigraron hacia los Estados Unidos. Solo, al frente de su hogar está la casa de uno de sus hijos y su nieta, quienes siempre han estado al pendiente de lo que requieren sus abuelos. Su nieta señala que la salud de Guadalupe es muy buena,

Siempre ha sido de buena madera, de hecho, en los últimos años su médico le mandó a hacer un ultrasonido para ver cómo andaban sus órganos internos. Y la doctora nos dijo que sus riñones están bien, sí están pequeños por el tiempo y el desgaste, pero todo está bien. Y le pregunté a la doctora – ¿será necesario que le pongamos alguna dieta? – pero la respuesta fue que no, porque no sufre ni de presión alta ni baja, ni diabetes, ni del corazón, ni nada (Margarita, relato de la nieta, comunicación personal, 25 de enero de 2023).

La muerte del compañero de Guadalupe fue otro de los eventos más difíciles en su vida, si bien ya se habían quedado a vivir solos en su hogar tras la salida de sus hijos/as. La pérdida de su pareja propició la unificación familiar, para no dejar sola a Guadalupe. De hecho, cuando se le preguntó si regresaría a Chiautla de Tapia, Guadalupe enfáticamente mencionó:

Yo no me puedo ir de aquí, no puedo dejar lo que ahora es mi tierra, mi casa. Ahora sí que mi esposo y mis hijos me trajeron a Jonacatepec. Y aquí seguiré. En Chiautla ya no tengo casa, y pues no hay como tu casa. En mi casa si quiero me pongo a barrer sino así que se quede. Y aquí están mis recuerdos, y en el panteón de este pueblo está enterrado mi compañero de vida. Sí, algunas de mis hijas están allá, pero aquí es donde debo permanecer (Guadalupe, mujer centenaria, comunicación personal, 25 de enero de 2023).

Y es que, aunque no puede ir frecuentemente a dejar flores al panteón, se volvió una tradición más ir cada 2 de noviembre, a dejar flores a la tumba conmemorativa de su esposo.

Cumplir 101 años de vida de Guadalupe ha sido un hecho significativo en la historia familiar. Porque se trata de uno de los primeros casos de un referente más longevo de la generación. Pero también todo un reto para cuidar y otorgar calidad de vida, ya que, en voz de su nieta, ahora se trata de estar presente cada día, cada mañana, tarde e incluso noche para ver que su abuelita se tome sus medicamentos, se asee, se cambie de ropa y se alimente. De hecho, para Guadalupe su nieta es el referente más importante porque con ella es con quien ha podido tenerle la confianza para que la bañe, la cambie y la peine. Asimismo, en la tradición familiar e inclusive cultural no existe en sus imaginarios colectivos la idea de llevar a una persona centenaria a una residencia para personas mayores; asumen con orgullo, responsabilidad y bendición el cuidar de una persona adulta mayor. Y ante las necesidades por dependencias cognitivas y motoras que se van presentando piden orientación a médicos geriatras e inclusive a familiares en Estados Unidos que trabajan en residencias gerontológicas para saber cómo actuar, dialogar o tomar decisiones con una persona mayor. Tal y como señala su nieta:

Mi abuelita es accesible conmigo, aún así hay veces que se me complica bañarla. Pero tengo una prima que trabaja en un asilo allá en el norte, y me dice “no le avises, no le cuentes, no la hagas enojar, solo dile vámonos”. Y así, es como me la voy sorteando para hacer que ella viva bien, veo que hay días que está risa y risa, disfruta el baño; pero en otros no, porque dice que le duelen las rodillas y me imagino que por el dolor se pone tensa, enojada y se cansa (Margarita, relato de la nieta, comunicación personal, 25 de enero de 2023).

Para Guadalupe uno de sus secretos para vivir tantos años porque le pide a la Virgen que interceda con Dios para pedir más tiempo de vida. De hecho, algunas mañanas sin que su hijo y nieta se den cuenta, sale de su casa sentada en su silla de ruedas. Recorre toda la cuadra hasta llegar a la capilla de la Virgen de Guadalupe, allí desde fuera comienza a rezar y pedir por un nuevo día: “Yo voy a ver a la Virgencita, dirán que soy loca porque platico, así como si estuviera platicando con ustedes. Me gusta hablar con ella, pedirle a ella, porque eso sí soy y moriré siendo católica” (Guadalupe, mujer centenaria, comunicación personal, 25 de enero de 2023). Los vecinos, ya saben esta dinámica de Guadalupe y son quienes la apoyan para regresar a casa. Pero, en otras ocasiones cuando dice que no, la dejan irse sola, para ello decide bajar de su silla de ruedas, recargarse en el respaldo y caminar poco a poco hasta llegar a su hogar. Otros de los secretos de vivir tantos años, ha sido la alimentación, pero natural como los alaches, las verdolagas, los frailes, la carne seca, el tomatito, los quintoniles e incluso la víbora. Y por qué no, también no puede faltar un tamal de elote, guajillo o tomate y su atole de granillo. Su nieta agrega que su abuelita no consume nada que sea color negro, por ejemplo, el café y el refresco de cola: “En Chiautla se maneja mucho eso de poner cosas malas en los alimentos, entonces lo negro no lo consume porque como es un color que no podía ver si cambia pues le genera desconfianza” (Margarita, relato de la nieta, com

Para Guadalupe uno de sus secretos para vivir tantos años porque le pide a la Virgen que interceda con Dios para pedir más tiempo de vida. De hecho, algunas mañanas sin que su hijo y nieta se den cuenta, sale de su casa sentada en su silla de ruedas. Recorre toda la cuadra hasta llegar a la capilla de la Virgen de Guadalupe, allí desde fuera comienza a rezar y pedir por un nuevo día: “Yo voy a ver a la Virgencita, dirán que soy loca porque platico, así como si estuviera platicando con ustedes. Me gusta hablar con ella, pedirle a ella, porque eso sí soy y moriré siendo católica” (Guadalupe, mujer centenaria, comunicación personal, 25 de enero de 2023). Los vecinos, ya saben esta dinámica de Guadalupe y son quienes la apoyan para regresar a casa. Pero, en otras ocasiones cuando dice que no, la dejan irse sola, para ello decide bajar de su silla de ruedas, recargarse en el respaldo y caminar poco a poco hasta llegar a su hogar. Otros de los secretos de vivir tantos años, ha sido la alimentación, pero natural como los alaches, las verdolagas, los frailes, la carne seca, el tomatito, los quintoniles e incluso la víbora. Y por qué no, también no puede faltar un tamal de elote, guajillo o tomate y su atole de granillo. Su nieta agrega que su abuelita no consume nada que sea color negro, por ejemplo, el café y el refresco de cola: “En Chiautla se maneja mucho eso de poner cosas malas en los alimentos, entonces lo negro no lo consume porque como es un color que no podía ver si cambia pues le genera desconfianza” (Margarita, relato de la nieta, comunicación personal, 25 de enero de 2023).

Finalmente, la cotidianeidad de Guadalupe ha cambiado en los últimos años. Dejó de hacer algunas actividades domésticas, ahora va a casa de su hijo para almorzar y duerme en su casa. La rutina es la misma, levantarse a siete u ocho de la mañana y dormir antes de las nueve de la noche. Algunas veces recibe visitas de otros familiares, pero diariamente de su nieta, quien le lleva algo de comida o un antojito, como un tamal, un tlacoyo o un dulce. Vive su día, sin pensar en lo que puede pasar mañana, pero eso sí sin perder su carácter, porque como refiere su hijo “Mi madre es y será genio y figura hasta la sepultura y ahí sí, [con una sonrisa en su rostro, su hijo hace la seña de persignarse] Si se enoja, ¡Ave María Purísima!” (Don Ricardo, relato del hijo, comunicación personal, 03 febrero de 2023). Para Guadalupe cada día es un día más de vida, de agradecer de mirar un nuevo amanecer y anochecer. Y así, hasta el último día.

Análisis de la trayectoria de vida de Guadalupe desde la perspectiva de género. Primera aproximación

Ante el panorama del envejecimiento poblacional, existen diferencias interesantes que son enunciativas: las mujeres viven más que los hombres. Si bien, se ha documentado que en efecto se vive más, pero esto no se traduce en mejores condiciones de vida. Son las mujeres quienes presentan una serie de desventajas acumulativas que propician desigualdades que vulneran sus propias vidas, ante la ausencia de recursos económicos, educativos, laborales y de salud que se agudizan en la vejez. Ante este fenómeno denominado feminización del envejecimiento y la vejez invita a realizar un análisis sobre los aprendizajes como marcadores que diferencian los géneros bajo una norma patriarcal y que de alguna manera son productores de desigualdades estructurales de género y que persisten hasta la vejez.

Desde este enfoque, en este estudio se propuso construir la trayectoria de vida de una mujer centenaria, a fin de comprender los procesos de su construcción sociocultural de la identidad de género a partir de los distintos tránsitos por etapas de su vida familiar, personal y social. A partir de ello, la perspectiva de género nos brindó referentes teóricos para analizar los sistemas de género sobre la opresión de las mujeres en diferentes momentos y edades cronológicas y que tuvieron un impacto relacional en la vejez. Desde este referente analizaremos al menos tres dimensiones de la vida social de la protagonista de esta historia, además de resultar ilustrativos para problematizar las experiencias particulares: aprendizajes de género durante toda la trayectoria; las desventajas socioculturales sobre el trabajo de cuidados y domésticos, así como la precariedad y dependencia económica hacia terceros.

Los aprendizajes de género devienen de las configuraciones familiares, espacio en el que se producen las primeras desventajas en oposición entre hombres y mujeres. A partir del proceso de socialización se practican relaciones no equitativas por parte, primero de los progenitores —madre-trabajo doméstico y de cuidados— y padre —proveeduría económica—; estos marcadores son los referentes que transitan de manera generacional, no solo a través de la práctica sino también a través del discurso. Desde la trayectoria de vida de Guadalupe, fue evidente el inicio y persistencia de la asignación de las actividades domésticas y de cuidado. Desde este referente, podemos comprender que trascienden reconfiguraciones de la estructura de género que son inamovibles, incuestionables y por ende se naturalizan como parte de sus responsabilidades por el hecho de ser mujeres.

Si bien, el contexto histórico y cultural marcan una determinada estructura de género; esta se sostiene y se mantiene a lo largo de la trayectoria de vida. Esto también tendrá que ver con las exigencias familiares y comunitarias que infieren en los matrimonios a temprana edad, como un siguiente marcador que dará paso a la maternidad. De alguna manera, el paso de la familia de origen a la familia de creación se mantienen configuraciones relacionales nuevamente de desventajas. Persisten, los aprendizajes de género dicotómicos, que nuevamente estructuran y normalizan las relaciones de género. Por ende, existieron nulas posibilidades para fomentar la autonomía económica y agencia de la mujer como madre. Se sostiene su posición central en la unidad doméstica.

Estas desventajas atribuyen también en condiciones de precariedad y dependencia económica. Parte de la cultura de la conformación de familias en este determinado contexto prevalecía la idea de tener más hijos —particularmente varones—, a fin de tener más mano de obra que continuara labrando la tierra, se dedicara a actividades ganaderas, y poco a poco, fueran otro sustento dentro de la economía familiar. Ante la salida de los hijos y la muerte del cónyuge la vulnerabilidad de las mujeres mayores se agudiza. Esto tiene que ver porque ante la nula participación en actividades remuneradas a lo largo de su trayectoria de vida, en suma, con su bajo nivel educativo y la muerte de la pareja; pierden sus ingresos económicos y se matizan desprotecciones en materia económica.

A grandes rasgos, esta primera aproximación abre a la reflexión sobre las mujeres centenarias, las vulnerabilidad y precariedades ante la persistencia de esquemas normativos de género que se agudizan a lo largo de sus trayectorias de vida.

Consideraciones finales

El presente artículo colocó como referente a las narrativas autobiográficas dentro del contexto de la investigación sobre personas centenarias; a fin de dar cuenta de la importancia de otras voces de envejecer. El método biográfico-narrativo, pero particularmente la narrativa gerontológica, plantea un nuevo referente para trabajar con personas adultas mayores.

Podemos destacar que entrevistar a las personas que han superado los 100 años de edad, nos ha permitido acercarnos a sus conocimientos y experiencias sobre los secretos de su longevidad y a su vez; recuperar parte de sus legados sobre lo que les ha significado superar la esperanza de vida. Así como también, en el reconocimiento y visibilización sobre la forma de vida de ejemplos vivos de centenarios que se caracterizan por tener un envejecimiento exitoso en extrema longevidad. Por mucho tiempo, las personas han deseado vivir más años sin imaginar los retos a los cuales se enfrentaría el logro de la longevidad.

Esta primera entrega sobre la construcción de la trayectoria de vida de una mujer centenaria en un contexto rural del estado de Morelos, representa un referente crucial para continuar recuperando experiencias y significados sobre los envejecimientos y las vejeces en cruce con el contexto histórico-sociocultural sobre las personas longevas de las comunidades. Es pertinente indicar que tenemos una emergencia para atender en la agenda sobre políticas públicas y programas nacionales enfocados a esta población etaria. Para ello, las investigaciones de corte cualitativo-interpretativo propician en la visibilización de la heterogeneidad de manifestaciones de la vejez, las vulnerabilidades y precariedades a lo largo de sus trayectorias de vida y las diferencias territoriales y de género.

A pesar de lo prometedor sobre los estudios enfocados en comprender los envejecimientos, las vejeces y las personas adultas mayores; aún hay vacíos teóricos-metodológicos y empíricos y agendas pendientes para recuperar otras voces y rostros de personas que han llegado a edades más longevas. Además de que, este grupo etario son ejemplos vivos que dan cuenta de sus envejecimientos exitosos tras superar las esperanzas de vida que caracterizó la cohorte generacional en la que nacieron.

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Notas

Artículo recibido: 31 de marzo de 2023 / Aceptado: 26 de octubre de 2023 / Modificado: 2 de noviembre de 2023. El artículo forma parte de una investigación más amplia que impulsan los miembros del Cuerpo Académico Universidad Autónoma de Tlaxcala UATLX-CA-240 Ciencias del Envejecimiento en relación con temas emergentes. El artículo no tuvo financiamiento, pero se busca apertura a una nueva línea de investigación sobre personas centenarias en distintas regiones de México
Doctora en Ciencias Sociales por la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México. Profesora de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano, México. Realizó la revisión teórica de los conceptos longevidad y gerontología crítica-feminista, la recolección de la información empírica, el análisis de la información y resultados. Correo electrónico: arodrigueza_fcdh@uatx.mx; https://orcid.org/0000-0002-1975-6380
Doctor en Desarrollo Regional por El Colegio de Tlaxcala, México. Profesor de la Universidad Autónoma de Tlaxcala, Facultad de Ciencias para el Desarrollo Humano, México. Realizó el estado del arte de los estudios sobre centenarios, la información estadística, la cartografía, el análisis de los datos empíricos y resultados. Correo electrónico: rmontalvov_fcdh@uatx.mx; https://orcid.org/0000-0002-2385-5437
Para una revisión más detallada del método biográfico-narrativo en el estudio del envejecimiento y la vejez; visitar el texto de uno de los coautores de este artículo: Espinoza-Nieto y Rodríguez-Abad (2020) intitulado “Tras el camino andado. Voces, fotografía, relatos e historias de las personas mayores desde el enfoque biográfico-narrativo”. Ambas autoras, dan cuenta de que la narrativa contribuye en la comprensión del desarrollo de las personas y sus experiencias humanas a lo largo de sus trayectorias de vida, asociando en todo momento el tiempo y contexto en el que interactuaron. Por ende, se otorga una doble dimensión analítica para la construcción de historias de vida biográficas en relación con los cambios y transformaciones del entorno sociocultural.
En México, la palabra de origen náhuatl Tlecuil, hace referencia a fogón. Es un brasero formado por tres piedras que se colocan de forma particular para que entre ellas se acomode la leña y sirvan para sostener al comal, olla o cacerola donde se cocinarán los alimentos.
La palabra Nixtamal, también proviene del náhuatl Nextli (cal de cenizas) y Tamalli (masa cocida de maíz). Esta acción hace referencia a la preparación del grano de maíz cocido con agua y cal comestible o ceniza del fogón, se usa en la preparación de diferentes platillos típicos.

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Rodríguez Abad, A. y Montalvo Vargas, R. (2024). La narrativa gerontológica de Guadalupe, mujer centenaria en un contexto rural. Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, (25), 72–98. https://doi.org/10.15446/frdcp.n25.108140

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[1]
Rodríguez Abad, A. y Montalvo Vargas, R. 2024. La narrativa gerontológica de Guadalupe, mujer centenaria en un contexto rural. Forum. Revista Departamento de Ciencia Política. 25 (ene. 2024), 72–98. DOI:https://doi.org/10.15446/frdcp.n25.108140.

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Rodríguez Abad, A.; Montalvo Vargas, R. La narrativa gerontológica de Guadalupe, mujer centenaria en un contexto rural. forum. rev. dep. cienc. politica 2024, 72-98.

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RODRÍGUEZ ABAD, A.; MONTALVO VARGAS, R. La narrativa gerontológica de Guadalupe, mujer centenaria en un contexto rural. Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, [S. l.], n. 25, p. 72–98, 2024. DOI: 10.15446/frdcp.n25.108140. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/forum/article/view/108140. Acesso em: 21 ene. 2025.

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Rodríguez Abad, Angélica, y Ramos Montalvo Vargas. 2024. «La narrativa gerontológica de Guadalupe, mujer centenaria en un contexto rural». Forum. Revista Departamento De Ciencia Política, n.º 25 (enero):72-98. https://doi.org/10.15446/frdcp.n25.108140.

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Rodríguez Abad, A. y Montalvo Vargas, R. (2024) «La narrativa gerontológica de Guadalupe, mujer centenaria en un contexto rural», Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, (25), pp. 72–98. doi: 10.15446/frdcp.n25.108140.

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A. Rodríguez Abad y R. Montalvo Vargas, «La narrativa gerontológica de Guadalupe, mujer centenaria en un contexto rural», forum. rev. dep. cienc. politica, n.º 25, pp. 72–98, ene. 2024.

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Rodríguez Abad, A., y R. Montalvo Vargas. «La narrativa gerontológica de Guadalupe, mujer centenaria en un contexto rural». Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, n.º 25, enero de 2024, pp. 72-98, doi:10.15446/frdcp.n25.108140.

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Rodríguez Abad, Angélica, y Ramos Montalvo Vargas. «La narrativa gerontológica de Guadalupe, mujer centenaria en un contexto rural». Forum. Revista Departamento de Ciencia Política, no. 25 (enero 1, 2024): 72–98. Accedido enero 21, 2025. https://revistas.unal.edu.co/index.php/forum/article/view/108140.

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1.
Rodríguez Abad A, Montalvo Vargas R. La narrativa gerontológica de Guadalupe, mujer centenaria en un contexto rural. forum. rev. dep. cienc. politica [Internet]. 1 de enero de 2024 [citado 21 de enero de 2025];(25):72-98. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/forum/article/view/108140

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