Visibilidad / invisibilidad del Trabajo Social. Los fundamentos de una cosmología disciplinaria. Víctor Yáñez. Buenos Aires: Espacio Editorial. 2007. 333 pp.

Esta obra es un recorrido por los orígenes de la profesión de Trabajo Social, que tiene la intención de revisar los relatos fundacionales de la profesión y su relación con la construcción de la identidad profesional. A partir de esta relación, el autor logra una serie de novedosas reflexiones sobre los avatares de la construcción identitaria del Trabajo Social que iluminan un trazo argumentativo que se orienta hacia el reconocimiento de la acción deliberativa como única posibilidad de reivindicación histórica del ser, el saber y el hacer, condición para construir un nuevo lugar para la profesión.

VISIBILIDAD / INVISIBILIDAD DEL TRABAJO SOCIAL. LOS FUNDAMENTOS DE UNA COSMOLOGÍA DISCIPLINARIA

Víctor Yáñez
Buenos Aires: Espacio Editorial, 2007, 333 pp.

---

Esta obra es un recorrido por los orígenes de la profesión de Trabajo Social, que tiene la intención de revisar los relatos fundacionales de la profesión y su relación con la construcción de la identidad profesional. A partir de esta relación, el autor logra una serie de novedosas reflexiones sobre los avatares de la construcción identitaria del Trabajo Social que iluminan un trazo argumentativo que se orienta hacia el reconocimiento de la acción deliberativa como única posibilidad de reivindicación histórica del ser, el saber y el hacer, condición para construir un nuevo lugar para la profesión.

El texto abarca un conjunto de consideraciones sobre la realidad ontológica del Trabajo Social en las que —según el autor— el ser se supedita al mito fundacional, en el cual la profesión nace por las demandas sociales referidas a la necesidad de ejercer la filantropía y la ayuda voluntaria —como recurso por excelencia— para contrarrestar las calamidades resultantes de la cuestión social.

Para Yáñez, este mito fundacional produce una serie de flujos de borrosidad y de proyección que le confieren a la historia del Trabajo Social un atributo de visibilidad/invisibilidad, y que fragmentan su base identitaria. Este fenómeno justifica la histórica tendencia de la profesión a buscar autoconstruirse con base en los saberes desarrollados por las Ciencias Sociales, a las que el autor les reconoce —a diferencia del Trabajo Social— como un auténtico espíritu científico, del cual es posible derivar premisas teóricas y metodológicas para una producción investigativa o de intervención.

Así las cosas, la sujeción y el reconocimiento al Otro de las Ciencias Sociales se transforma en la afirmación de una identidad por asignación, que ha venido condicionando el saber disciplinar a un cúmulo de conocimiento dinámico, pero cuya estructura originaria sigue siendo una toma acrítica de conceptos de las Ciencias Sociales, que implica la construcción de un saber empírico inmediato de la realidad social ante la mirada conformista del trabajador social, quien, según Yáñez, se instala en una posición de aplicador.

El autor considera que la persistencia del no-lugar del Trabajo Social en el concierto de las Ciencias Sociales ha sido históricamente reforzado por un segundo mito: el de la institucionalización profesional, según el cual la profesión se convierte en práctica instrumental en la que su proceso de construcción lo determina la aplicación de la técnica social. Para Yáñez, esto se convierte en impedimento para la revelación del espíritu científico, que tanto busca reivindicar.

El profesor Yáñez problematiza la identidad profesional actual —ante el permanente conflicto por el que atraviesa el Trabajo Social: su saber no remite a su ser— para proponer una nueva tradición disciplinar como tercera instancia de este proceso: una neotradición disciplinaria que haga posible la consolidación de la “cosmología disciplinar” como un campo específico de actuación, con un lenguaje propio, estructurado, construido desde dentro y un método gestado desde las entrañas de la investigación/intervención de la profesión.

Desde la perspectiva del autor, desprender el mito de los atributos hasta ahora conferidos debe ser el primer paso para empezar a salir del no-lugar actual, para poder ligar por fin el ser-ahí (Dasein) con el ser-en-sí, ya que en el lugar actual no es ontológica ni epistemológicamente sensato continuar con la concepción tradicional si lo que se pretende es buscar una solución alterna y radical a la carencia teórico metodológica, por la cual atraviesa el Trabajo Social.

Lo que entre líneas y explícitamente puede leerse en el texto es la idea de superar el fenómeno visibilidad/invisibilidad mediante lo que Yáñez sugiere como el método de doble modelación, que debe centrarse en un minucioso proceso de observación y autoobservación que logre anteponer el análisis racional de los campos de sentido: ontológico, deontológico, axiológico, epistemológico, teórico y conceptual, por encima de la intuición y los prejuicios de algunos paradigmas imperantes que persisten en hablar desde el no-lugar en el que parecen encontrarse cómodos.

La obra del profesor Yáñez no pretende invalidar las prácticas iniciales del Trabajo Social, sino más bien negar la validez del mito fundacional para abrir paso a una versión renovada de los orígenes de la profesión. Es una invitación a vencer el temor a explorar nuevos lugares de saber que, sin emerger de los paradigmas teóricos y de la intervención actuales, sean capaces de aportar a la construcción un cúmulo de conocimiento científico pensado desde adentro, que trasciende las barreras histórico lineales del mito —caridad, asistencialismo y tecnificación— para dar paso al surgimiento de nuevos discursos y que estos dinamicen las nuevas lógicas de producción de conocimiento que supone la creación de nuevos paradigmas.

Es una apuesta de envergadura, en la cual puede reconocerse un amplio recorrido del profesor Yáñez por el extenso andamiaje filosófico de autores como Heiddeger, Durkheim, Bachelard, Habermas, Schütz, Hegel y Morin, entre otros; su lectura implica la inmersión en un denso desarrollo filosófico para, desde allí, ofrecer al lector una explicación sustentada del problema del ser en Trabajo Social como medio para instaurar el debate ontológico en todos los espacios de posible diálogo disciplinar, debate que nace como respuesta a una autoindagación del profesional acerca de la calidad y veracidad de su formación epistemológica.

La lectura del texto abre, por lo menos, dos interrogantes. El primero se refiere al propósito de Yáñez de establecer una nueva versión sobre las prácticas que dieron origen a la profesión de Trabajo Social, pues si con esto se niega la caridad, el asistencialismo y la tecnificación, ¿qué pasaría con los innegables aportes, sentidos y debates que por estos paradigmas se han gestado? El segundo interrogante se refiere a cómo sería ese lugar del ser-ahí, si se tiene en cuenta que los límites identitarios que propone el autor no pueden darse como manifestaciones aisladas del mundo de las ciencias sociales, más aún con el vigente debate sobre la interdisciplinariedad de los saberes, que obliga a dinamizar dichos límites.

Esta obra contribuye al debate de la significación de las construcciones sobre el origen de la profesión y su incidencia en las orientaciones y obstáculos para su desarrollo teórico. Es un enriquecedor aporte que intenta responder, desde la argumentación filosófica, al problema de la identidad disciplinaria e implica, sin duda, un esfuerzo del autor por ser consecuente con el discurso de la construcción del espíritu científico para el Trabajo Social.

Nataly Sánchez Gómez
Estudiante de vi semestre
Carrera de Trabajo Social
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá