Microhistoria italiana: modo de empleo. Carlos Aguirre Rojas. República Bolivariana de Venezuela: Colección Monografías, Fundación Centro Nacional de Historia (CNH). 2009. 186 pp.

Antes de pretender ser un manual recetario (como el subtítulo lo sugiere “modo de empleo”) sobre la forma de aplicar los métodos y aportes de la microhistoria italiana al análisis de los procesos históricos, lo que este trabajo pretende es darle al lector algunas pistas y claves de lectura importantes para entender una fundamental corriente de la historiografía mundial como la hoy la célebre y cada vez más difundida corriente de la microhistoria italiana (13). Debido al auge que ha tenido la apuesta metodológica y perspectiva historiográfica en los diferentes centros de estudio a nivel mundial, Aguirre se dispone esclarecer malentendidos que se han generado en relación con esta forma de hacer historia.

MICROHISTORIA ITALIANA: MODO DE EMPLEO

Carlos Aguirre Rojas*
República Bolivariana de Venezuela: Colección Monografías, Fundación Centro Nacional de Historia (cnh), 2009, 186 pp.

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Antes de pretender ser un manual recetario (como el subtítulo lo sugiere “modo de empleo”) sobre la forma de aplicar los métodos y aportes de la micro-historia italiana al análisis de los procesos históricos, lo que este trabajo pretende es darle al lector algunas pistas y claves de lectura importantes para entender una fundamental corriente de la historiografía mundial como la hoy la célebre y cada vez más difundida corriente de la microhistoria italiana (13). Debido al auge que ha tenido la apuesta metodológica y perspectiva historiográfica en los diferentes centros de estudio a nivel mundial, Aguirre se dispone esclarecer malentendidos que se han generado en relación con esta forma de hacer historia.

La exposición del texto está dividida en cuatro capítulos, antecedidos cada uno por una breve introducción, y acompañados al final del libro por una serie cronológica que denota las fechas fundamentales para el desarrollo y constitución de la microhistoria italiana.

El primer capítulo se titula “Para una historia crítica de la microhistoria italiana”. En este, Aguirre manifiesta que, desde hace una década, la corriente historiográfica más importante de Italia se presenta como algo paradójico y confuso, pues mientras que alrededor del mundo este método para abordar la historia tiene adeptos y seguidores, varios de sus representantes más importantes a nivel mundial declaran explícitamente que dicho proyecto microhistórico no existe más (15). Sus orígenes tienen una particular similitud a los orígenes de otras corrientes historiográficas como annales y los historiadores marxistas británicos¹.

La congregación de sus máximos representantes (como Carlo Ginzburg, Giovanni Levi y Carlo Poni, entre otros) en torno a la revista Quaderni Storici contribuyó a la construcción colectiva de un método crítico de la microhistoria. Según el autor, a pesar de que a nivel mundial este método se afirma como uno de los polos fuertes de la innovación historiográfica (16), el proyecto actualmente no parece confluir alrededor de Quaderni Storici, lo que ha dejado de lado la construcción de un proyecto metodológico en conjunto para diseminarse a nivel individual. A su vez, se pregunta si hay una transformación profunda en sus bases metodológicas o “¿es el proceso de su decadencia y ocaso?” (16). Para responder a esta y otras preguntas, Aguirre se propone hacer un examen riguroso de las condiciones materiales reales en las cuales se concreta este proyecto de la microhistoria italiana y su transición frente a las diferentes etapas históricas que permean el desarrollo del método mismo. El autor nos presenta una contextualización clara sobre el proceso de constitución y difusión de esta metodología, hace énfasis en el desarrollo y la transformación que esta corriente de pensamiento histórico italiano ha tenido a lo largo del tiempo.

En el segundo capítulo, el autor recurre a la exposición de los métodos claves para este tipo de historiografía y su remezón dentro de su misma constitución como paradigma. A este proceso lo titula “Cambio de escala”. Aguirre aclara la confusión de la microhistoria italiana y la microhistoria mexicana de Luis González y González. Este ejercicio le sirve como orientación para exponer las técnicas teóricometodológicas que son propias de la microhistoria italiana y las que no². El autor realiza, en principio, un estudio comparativo entre las formas de hacer microhistoria; se muestra al lector la constitución de un método único que trasciende las barreras de lo local, lo regional y lo nacional, y que hace uso de un análisis dialéctico entre las categorías de lo macro y lo micro en los hechos sociales. La microhistoria italiana aborda lo micro o lo macro de forma dialéctica, presentándolos como una sola realidad de forma conjunta, que se funden para dar una síntesis, y llegan así a dar muchos más rasgos y detalles del objeto/sujeto que está en nuestro análisis. Esta descripción densa y profunda de los hechos supera la pobreza epistemológica que se obtendría al utilizar únicamente un solo enfoque, para dar paso a un nuevo nivel que asume todos los campos, los avatares, los espacios y las fases del análisis histórico y social.

El tercer capítulo muestra las diferentes perspectivas de análisis que se han construido hasta ahora. Dedica un espacio a describir los procesos metodológicos mediante los cuales la microhistoria italiana construye historia cultural desde la “perspectiva de las víctimas”. Trata de reconstruir dichas culturas subalternas, no desde una óptica externa, sino más bien desde una perspectiva o visión interna a su propio objeto de estudio, que asuma el desafío de reconstruir intelectualmente cómo esas mismas figuras y fenómenos culturales eran vistos, asimilados y percibidos, pero también proyectados y actualizados por sus propios detentadores, por sus mismos protagonistas, es decir, por dichas clases subalternas de la sociedad (139). Por ende, arrebata el ideario de la producción cultural únicamente de las clases dominantes y visibiliza a las clases populares como sujetos activos en el proceso histórico al situarlas como los principales agentes de la creación cultural en general (127). Es allí donde reside su verdadero valor.

En el cuarto capítulo —al recurrir a un análisis integral del ensayo Spie Radici di un paradigma indiziario—, el autor realiza un ejercicio de reflexión historiográfica, además analiza pensamiento y desarrollo epistemológico de Carlo Ginzburg (que sigue paso a paso sus obras, al realizar rastreo constante de los cambios en su postura intelectual, métodos y conceptos utilizados alrededor de su vida). Dado que es precisamente este ensayo el que marca la premisa teórica que luego va a desarrollar en obras como el Queso y los gusanos e Historia nocturna, entre otras. Para el análisis del ensayo, Aguirre recurre a una estructura esquemática que consta de 10 ítems, en cada uno de los cuales va a desarrollar cuidadosamente su contenido y a contextualizarlo históricamente, es decir, explora cómo surge su impacto social y académico, el número de traducciones, en qué consiste su originalidad y cómo llega a convertirse en uno de los referentes metodológicos imprescindibles dentro de la formación de todo historiador (147). Este recorrido le permite comparar la importancia del autor con el tan conocido trabajo de Fernand Braudel, La historia y ciencias sociales, y el extenso aporte que este último hace a la construcción de una ciencia reflexiva.

Este texto constituye una continuación de su trabajo Contribución a la historia de una microhistoria italiana 2003, donde realiza un primer intento de caracterizar el impacto que la corriente metodológica italiana había tenido en el contexto de la historiografía mundial. Sin embargo, la nueva entrega es mucho más rigurosa y extensa, e incluye un examen de diversas temáticas relacionadas con la metodología que no estaban incluidas en el anterior trabajo. Además, en esta se amplía y enriquece el contenido de las citas y herramientas de estudio, como un apéndice de fechas cruciales para la corriente historiográfica italiana, junto a continuas referencias sobre la bibliografía. Lo expuesto por el autor es un enfoque crítico para el estudio de las clases subalternas, la producción de cultura y sentido por parte de las clases populares. En esto reside su principal aporte a la historiografía latinoamericana y mundial. Sin duda, lo que finalmente persigue es fomentar el uso de metodologías críticas para la reconstrucción de nuestra historia.

Steven Navarrete Cardona
Estudiante de iv semestre
Carrera de Sociología
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá

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¹ Frecuentemente, el desarrollo del pensamiento historiográfico se fortaleció, no solo a la rigurosidad y compromiso de los científicos sociales interesados en este campo, sino también en la agrupación entorno a un proyecto editorial, tal es el caso de Annales D’ histoire Economique Et Sociale (y sus cuatro fases) en relación con la historiografía francesa y Past And Present en lo
concerniente a los historiadores marxistas británicos.

² Es pertinente afirmar que la microhistoria italiana está en las antípodas de la mexicana. La segunda es simplemente una versión de la antigua historia local, en cambio la microhistoria italiana es un proyecto intelectual que solamente utiliza el nivel de lo local o de lo regional como simple y estricto espacio de experimentación (87).