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2010-01-01

Alberto Flórez Malagón. “Una isla en un mar de sangre”. El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958

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  • íngrid Bolívar Universidad de los Andes

Este libro es una síntesis de varios trabajos desarrollados por Alberto Flórez Malagón a propósito de las relaciones entre las formas de poder y cultura local, el bipartidismo y las instituciones estatales en la sociedad campesina de Ubaté durante “La Violencia”. El autor señala que se interesó por realizar este estudio cuando, a finales de los años ochenta del siglo pasado y en el marco de una investigación sobre la elección popular de alcaldes, constató la presencia “de una memoria colectiva” que idealizaba el pasado pacifista de la región. Esa memoria de un pasado pacifista contrastaba con el pasado y presente turbulentos de otras zonas de Cundinamarca y Boyacá y, más puntualmente, con la centralidad que han tenido en nuestra comprensión de la Violencia el conflicto agrario, las modalidades de violencia política y la confrontación bipartidista. De ahí que, a lo largo de su libro y utilizando distintas fuentes (archivos judiciales, archivos políticos del Concejo y la Alcaldía, prensa, entrevistas, entre otros), Flórez llame la atención sobre la necesidad de revisar la comprensión que tenemos del papel desempeñado por el conflicto agrario, la cuestión social y el bipartidismo en las luchas políticas de esos años. Y de ahí su interés por mostrar “¿qué sucedió en una región donde aparentemente nada sucedió?” (p. 17), y con ello, cómo enfrentó la violencia una estructura de poder local con cierta autonomía.

Alberto Flórez Malagón.
“Una isla en un mar de sangre”.
El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958.

Bogotá: La Carreta / Pontificia Universidad Javeriana / Instituto Pensar, 2005.
251 páginas.


Este libro es una síntesis de varios trabajos desarrollados por Alberto Flórez Malagón a propósito de las relaciones entre las formas de poder y cultura local, el bipartidismo y las instituciones estatales en la sociedad campesina de Ubaté durante “La Violencia”. El autor señala que se interesó por realizar este estudio cuando, a finales de los años ochenta del siglo pasado y en el marco de una investigación sobre la elección popular de alcaldes, constató la presencia “de una memoria colectiva” que idealizaba el pasado pacifista de la región. Esa memoria de un pasado pacifista contrastaba con el pasado y presente turbulentos de otras zonas de Cundinamarca y Boyacá y, más puntualmente, con la centralidad que han tenido en nuestra comprensión de la Violencia el conflicto agrario, las modalidades de violencia política y la confrontación bipartidista. De ahí que, a lo largo de su libro y utilizando distintas fuentes (archivos judiciales, archivos políticos del Concejo y la Alcaldía, prensa, entrevistas, entre otros), Flórez llame la atención sobre la necesidad de revisar la comprensión que tenemos del papel desempeñado por el conflicto agrario, la cuestión social y el bipartidismo en las luchas políticas de esos años. Y de ahí su interés por mostrar “¿qué sucedió en una región donde aparentemente nada sucedió?” (p. 17), y con ello, cómo enfrentó la violencia una estructura de poder local con cierta autonomía.

De acuerdo con el autor, la historia de Ubaté muestra bien que ciertas poblaciones gozaban de altos márgenes de autonomía para definir las estrategias de interacción con la política y los políticos del nivel nacional. Esa autonomía resulta más interesante aún en la provincia cundinamarquesa de Ubaté, dada su gran cercanía al centro del país y el carácter colonial de su poblamiento. A primera vista, la concurrencia de esos dos factores “debería” otorgar al bipartidismo una capacidad “estructuradora” de la vida política local. Digo “debería” porque es sabido que en las regiones de poblamiento colonial, las redes sociales del bipartidismo tienden a montarse sobre la estructura hacendataria. Por supuesto, los partidos políticos, en cuanto redes sociales, y las haciendas, en cuanto unidades políticas y económicas, tienen historias distintas en las diferentes regiones del país. Sin embargo, es muy interesante que, en el caso de Ubaté, el poblamiento antiguo y la importancia de la hacienda no se tradujeron en el encuadramiento bipartidista de los conflictos, ni de la vida política local en general. Flórez muestra que, si bien los electores tienden a ser liberales y conservadores, los conflictos y las disputas locales no tienen origen en el bipartidismo. Más aún, el autor muestra que, cuando esos conflictos pasan por el sistema judicial, lo hacen no desde una lógica bipartidista sino desde una comprensión que enfatiza “el sistema de derechos y obligaciones que rodean las relaciones interpersonales e intraclase en sociedades rurales (…)” (p. 142). En esta parte de su trabajo, el autor recuerda las perspectivas analíticas centradas en la economía moral e insiste en que las relaciones políticas locales no pasan, del todo, por las estructuras institucionales bipartidistas. En palabras del autor, “la excusa bipartidista, en esta región, aparece más como la mediadora del conflicto, pero el origen y el resultado del mismo escapan a la esfera estrictamente político-institucional y se sumergen en la esfera social-cultural” (p. 177).

Para comprender mejor la importancia de este enunciado es útil recordar que, cuando se habla de la Violencia de los años cincuenta, muchas personas piensan en una violencia “sectaria” e insisten en que los colombianos se mataban porque unos eran liberales y otros eran conservadores. Otro hábito de pensamiento con respecto a la Violencia, y que está bastante extendido, es aquel que supone que la filiación partidista impregnaba toda la vida (pública, privada, cotidiana y oficial) de los pobladores. Los historiadores han discutido esas imágenes y han mostrado que las denominaciones de “liberal” y “conservador”, con sus respectivas facciones, operan de maneras diferenciadas en las distintas regiones. Incluso, ellos han mostrado que cada partido recoge y rearticula distintos roles y grupos sociales regionales de acuerdo con la configuración histórica de esas mismas regiones. En su libro, Flórez no tiene que asumir la tarea de esclarecer qué tipo de actores confluyen en las redes sociales que operan como liberales y cuáles en las de conservadores. Y no tiene que hacerlo porque en los conflictos que se presentaron en la zona, la identificación bipartidista no operó ni como razón ni como origen de los problemas. Incluso en los casos en los que la lógica bipartidista guió la presentación e interpretación de determinados conflictos locales, esa lógica no dio pie a la configuración de grupos o de formas de acción colectiva que reivindicaran lo partidista. Además, el autor reconstruye con detalle distintos eventos y conflictos cotidianos de esa sociedad local y muestra que el bipartidismo no operaba en la definición de los niveles cotidianos de interacción social, ni siquiera durante la Violencia.

Dado que el libro de Flórez incluye un prólogo elaborado por Gonzalo Sánchez, en el cual se presentan y discuten algunos de los principales aportes del libro a la literatura sobre la Violencia y a la comprensión específica que tenemos de ese periodo, he concentrado esta reseña en algunos puntos conceptuales que considero particularmente sugestivos. Y es que la lectura que hace Flórez de distintos procesos judiciales, avisos de prensa, cartas personales y entrevistas muestra que los conflictos locales de Ubaté tienen en el bipartidismo solo un muy “lejano” referente. El autor cita varios memoriales que habitantes de la zona dirigen a la Alcaldía, a través de los cuales solicitan de jueces, concejales y alcaldes la mediación y la ayuda frente a situaciones “personales” específicas. En una carta, un padre busca ayuda del Alcalde para que su joven hijo deje la “amistad” con la “empleada del telégrafo”, pues “dicha señorita falta al cumplimiento de sus deberes y retiene a mi hijo hasta altas horas de la noche, siendo esto motivo para provocar comentarios en la población” (p. 141). En otra carta, una “mujer y madre” que está presa le pide al juez que como funcionario “probo” y “justiciero” la ponga en libertad, y en otro documento, un ladrón que es “huérfano de padre y madre” le pide al juez que le consiga la libertad, y le cuenta “que ha tenido muchas hambres y mucha desnudez y frío” (p. 142). En otra carta, enviada desde “el infierno”, un hombre se queja amargamente de su esposa y le dice: “No mandaste pagar una misa por mí sino te la pasaste tomando y durmiendo con Parmenio […] No sigas o han de aparecer ambos en el patio de la casa empelotos y en la maldad para que se den cuenta que yo estoy sufriendo aquí” (p. 115).

Flórez describe y analiza estos documentos con el ánimo de mostrar el tipo de conflictos que caracterizan la sociedad local y las distintas lógicas con que los actores sociales se relacionan con las agencias estatales, ya sea el aparato judicial, ya sea la Alcaldía o el Concejo. Se trata, pues, de insistir en que política local, bipartidismo y Estado local no solo no coinciden y no se traslapan sino que tienen espacios sociales e institucionales claramente diferenciados. Esta diferenciación, unida al hecho de que es la política nacional la que presiona el creciente uso de términos bipartidistas, a que los actores locales de Ubaté aprenden y apelan a ese lenguaje nacional cuando resulta necesario y a que los pobladores se relacionan de maneras desiguales con distintas agencias estatales, lleva a Flórez a insistir en varias cuestiones. Uno, la importancia de identificar y diferenciar distintos tipos de lenguajes políticos, y sus transformaciones en el tiempo. Esto, tanto en las relaciones de poder local como en la interacción entre poderes locales y política nacional. El autor habla también de lenguajes políticos oficiales y cotidianos. Dos, la necesidad de tratar las transformaciones en el lenguaje y la retórica política como un tipo de práctica política determinada y diferente de otras. En ese sentido, Flórez insiste en que el cambio en el lenguaje político usado por las élites locales de Ubaté en su relación con la política y los políticos del nivel nacional no implica y no tiene porque implicar una transformación de las relaciones que tales élites sostenían en la sociedad local. Tres, la política funciona de formas diferenciadas hacia dentro de una sociedad local y hacia el exterior. El análisis de la forma en que se construyen y reproducen poderes y sociedades locales necesita distinguir esos dos frentes, y luego sí puntualizar cuándo y por qué una lógica de conflicto del nivel nacional o regional encuentra eco en la sociedad local. Pero, de nuevo, antes de precipitarse a explorar cómo una sociedad local fue “escenario” de un fenómeno que se imagina y se presenta como nacional, es necesario identificar qué prácticas políticas configuran y reproducen la sociedad local. Y eso porque, como señala Flórez, la política y el Estado nacional no se irrigan o expanden sin más por las sociedades locales o a través de las élites locales. Más bien y en palabras del autor, “no hay un deber ser de la construcción del estado nacional más allá de las expectativas y acciones de sus orientadores capitalinos, pues lo que sucede en la práctica es que esas expectativas se moldean en tantas formas como modelos de sociedad local se encuentren” (p. 210).

Este conjunto de cuestiones planteadas por Flórez, particularmente las últimas dos, propician una interesante discusión sobre las formas de comprender la política según la escala y sobre la interpretación de la formación del Estado-nación como un proceso de homogeneización. A lo largo de todo su trabajo, el autor hace énfasis en el tipo de criterios y de relaciones que configuran y reproducen la sociedad local. Flórez busca capturar los criterios que organizan la experiencia política concreta de los pobladores locales, y al final de su texto va a insistir en que, a través de relaciones personales, concretas y locales, se hace visible y material la formación del Estado nacional. Este no existe como algo homogéneo y sin tiempo, sino como el ensamblaje de diversidades que “logra a veces la ilusión del control a través de las formas universalistas de la construcción nacional, pero que en realidad sólo se explican históricamente por el todo que articula discursos y prácticas generales, con situaciones locales” (p. 211).

Para terminar esta reseña, orientada hacia problemas conceptuales específicos, quisiera señalar dos rasgos adicionales del libro de Flórez. Uno, la inclusión de algunas fotografías que, aun cuando están en blanco y negro, apoyan la presentación del libro y afianzan algunos de los señalamientos del autor. Las fotos de la situación de los “archivos”, del mercado de la papa, de los hacendados y de las cédulas, entre otras, comunican el propósito. La segunda cuestión final tiene que ver con dos temáticas “novedosas” que el autor incluye en su libro y que no han sido sistemáticamente trabajadas en la literatura sobre la Violencia. Una, la cuestión ambiental, y dos, algunas discusiones sobre género y sexualidad. En el primer caso, Flórez describe las principales transformaciones ambientales de la zona: el desecamiento de las lagunas y las condiciones agroecológicas asociadas al cultivo de papa y la ganadería lechera. Usualmente, las investigaciones sobre violencia recalcan las condiciones de desarrollo agrario pero no desde una perspectiva ambientalista. En cuanto al segundo tema, género y sexualidad, Flórez hace distintos y sugestivos comentarios sobre la situación de las mujeres y el control social en la sociedad campesina de Ubaté. Género y sexualidad no forman un capítulo pero sí le ayudan a captar el tipo de poderes cotidianos, concretos y diferenciados que articulan la sociedad campesina de Ubaté por esos años. El libro de Flórez es una inspiradora y útil lectura no sólo para quienes están interesados en temas de violencia política y configuración regional, sino también para quienes quieren investigar cómo distintos grupos experimentan la política y el Estado, y cómo ese estado se construye a través de prácticas y discursos locales.


Ingrid Bolivar
Universidad de los Andes, Colombia
ibolivar@uniandes.edu.co

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Bolívar, íngrid. 2010. «Alberto Flórez Malagón. “Una isla en un mar de sangre”. El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958». Anuario Colombiano De Historia Social Y De La Cultura 37 (1):271-74. https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/18379.

ACM

[1]
Bolívar, íngrid 2010. Alberto Flórez Malagón. “Una isla en un mar de sangre”. El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura. 37, 1 (ene. 2010), 271–274.

ACS

(1)
Bolívar, íngrid. Alberto Flórez Malagón. “Una isla en un mar de sangre”. El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958. Anu. colomb. histo. soc. cult. 2010, 37, 271-274.

APA

Bolívar, íngrid. (2010). Alberto Flórez Malagón. “Una isla en un mar de sangre”. El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, 37(1), 271–274. https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/18379

ABNT

BOLÍVAR, íngrid. Alberto Flórez Malagón. “Una isla en un mar de sangre”. El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958. Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, [S. l.], v. 37, n. 1, p. 271–274, 2010. Disponível em: https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/18379. Acesso em: 29 mar. 2024.

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Bolívar, íngrid (2010) «Alberto Flórez Malagón. “Una isla en un mar de sangre”. El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958», Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, 37(1), pp. 271–274. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/18379 (Accedido: 29 marzo 2024).

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[1]
íngrid Bolívar, «Alberto Flórez Malagón. “Una isla en un mar de sangre”. El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958», Anu. colomb. histo. soc. cult., vol. 37, n.º 1, pp. 271–274, ene. 2010.

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Bolívar, íngrid. «Alberto Flórez Malagón. “Una isla en un mar de sangre”. El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958». Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura, vol. 37, n.º 1, enero de 2010, pp. 271-4, https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/18379.

Turabian

Bolívar, íngrid. «Alberto Flórez Malagón. “Una isla en un mar de sangre”. El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958». Anuario Colombiano de Historia Social y de la Cultura 37, no. 1 (enero 1, 2010): 271–274. Accedido marzo 29, 2024. https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/18379.

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1.
Bolívar íngrid. Alberto Flórez Malagón. “Una isla en un mar de sangre”. El Valle de Ubaté durante “La Violencia”, 1946-1958. Anu. colomb. histo. soc. cult. [Internet]. 1 de enero de 2010 [citado 29 de marzo de 2024];37(1):271-4. Disponible en: https://revistas.unal.edu.co/index.php/achsc/article/view/18379

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