Núm. 14 (2014): «HORROR E INDIFERENCIA»
La indiferencia ha sido la respuesta de gran parte de la sociedad colombiana a las atrocidades de la guerra que vivimos desde hace más de cincuenta años. Esto a pesar de la magnitud del conflicto que ha dejado 220.000 víctimas, de las cuales la inmensa mayoría han sido hombres mujeres y niños de la población civil, tal como lo revela la reciente publicación del informe ¡Basta ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad, del Grupo de Memoria Histórica. Si bien algunas comunidades han generado fuertes lazos de solidaridad, las voces de las víctimas manifiestan su dolor, no solo por los vejámenes sufridos en los hechos violentos, por los seres queridos perdidos, las tierras y bienes despojados, sino por la pasividad, indolencia y hasta estigmatización, únicas respuestas recibidas de una sociedad que de manera obstinada parece dar la espalda a lo sucedido.
Interrogados por esta realidad y por sus deleznables efectos sobre cualquier proceso de paz, Desde el Jardín de Freud quiere compartir con sus lectores y colaboradores la pregunta por las múltiples relaciones posibles entre horror e indiferencia.
La indiferencia ante el horror no se circunscribe únicamente al caso de este conflicto: los campos de concentración germinaron y crecieron ante la mirada de millones de europeos que no quisieron ver nada; tampoco fueron escuchadas las voces de miles de víctimas del reciente conflicto en los Balcanes y muy probablemente esté ocurriendo otro tanto en Siria y en muchos conflictos actuales.
La indiferencia parece ser indispensable para la segregación, signo del discurso dominante de nuestra época. Corre pareja con la promoción del individualismo y la fragilidad del lazo social exigidos por el ascenso del mercado. Las dimensiones de socavamiento del lazo social que cobra esta situación ameritan la atención de los psicoanalistas en la vía de pensar, tanto las incidencias del discurso contemporáneo en este fenómeno, como las posibles salidas que pudieran inventar los sujetos y los grupos sociales.